El fascinante caso de la relación entre el acceso a internet y la mortalidad por Covid

IMAGE: Gerd Altmann - Pixabay

Es sin duda una conclusión sorprendente, y que de hecho, podría llegar incluso a afectar políticas de uso de fondos públicos: un estudio de la Universidad de Chicago, recientemente publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA), afirma la existencia de una correlación significativa entre la mortalidad por COVID-19 durante la pandemia, y el acceso a internet, en particular, la banda ancha.

Dado que, evidentemente, internet no tiene ningún tipo de efecto antiviral ni afecta de ninguna manera a nuestro sistema respiratorio, la conclusión inmediata sería que el acceso a internet, como variable, está actuando como un factor que recoge los efectos de otras, tales como edad, estatus socioeconómico, nivel de educación, etc. Esto explicaría claramente cómo, por ejemplo, la mortalidad ha tendido a ser mayor entre personas de edad más avanzada, en las que el uso de internet es menos habitual, o entre personas con menor poder adquisitivo, incapaces de protegerse adecuadamente por no poder confinarse o acceder adecuadamente a medios como mascarillas, etc.

Sin embargo, la correlación se mantiene cuando el estudio introduce esas y otras variables relacionadas como control, es decir, que existe algún otro factor relacionado con la disponibilidad de conexión a internet que no está relacionada con las variables habituales utilizadas en el estudio de la desigualdad – estatus socioeconómico, nivel de educación, edad, discapacidades, carga de alquiler, cobertura de seguro médico o estatus migratorio. Es decir, que la falta de acceso a internet es una variable que tiende a predecir desigualdad es evidente, pero que la correlación con una mayor mortalidad se mantenga incluso tras descontar el efecto de esas variables resulta, como mínimo, interesante.

Aparentemente, la posibilidad de acceder a información de mejor calidad, de buscar información sobre riesgos para la salud o a servicios de consultas de telemedicina se convierten en determinantes sociales de la salud, hasta el punto de llevar a considerar el acceso a internet de banda ancha como un importante factor de salud pública. En ese sentido, y aunque ese vínculo pudiese ser considerado como probable en función de las tasas de mortalidad habituales en distintos estratos de la sociedad, la pandemia ofrece una oportunidad para acelerar nuestro entendimiento acerca de cómo el acceso a internet de banda ancha puede relacionarse con la salud, porque tiende a exacerbar muchas de las desigualdades socioeconómicas existentes que son subyacentes a las desigualdades de salud. Básicamente, que la ignorancia mata, pero evidenciado de una manera mucho más determinante que lo que sabíamos hasta ahora.

Obviamente, no existe ninguna evidencia de que incrementar el nivel de acceso a internet vaya a traducirse mágicamente en un mejor nivel de salud pública o en una protección contra enfermedades: muy probablemente, si tan solo repartiésemos conexiones en barrios o en colectivos desfavorecidos en función de programas de mejoras de infraestructuras, es posible que ese efecto no se tradujese en ningún cambio efectivo. Sin embargo, y dado que lo que parece tener efecto es el acceso a más información de calidad o de contraste con respecto a la que se recibe cuando se carece de acceso a internet, las políticas destinadas no solo a la provisión de la infraestructura, sino también a proveer de la educación adecuada para un uso adecuado de la misma sí podrían tener un efecto positivo sobre la salud pública.

En la práctica, disponer de acceso a internet de banda ancha no solo es una forma de proveer acceso potencial a más información, sino también de posibilitar otros medios para la mejora de las variables relacionadas con la desigualdad, desde el acceso a educación a muchas otras posibilidades. Para los expertos en políticas de salud pública, un factor muy interesante que sin duda merece mucho más estudio.


This article is also available in English on my Medium page, «What’s the link between internet access and Covid mortality?«

21 comentarios

  • #001
    Carlos - 29 marzo 2022 - 15:43

    La verdad es que es interesante… Yo tiendo a pensar que ni siquiera la educación puede solucionar ciertas tendencias innatas, como la necesidad de que aquello que creemos saber de la vida, sea inamoviblemente cierto, aquello del «es más difícil lograr que alguien cambie de idea que romper un átomo». Pero también es verdad que quizás el acceso a Internet, a parte de apoyar con más fuerza nuestros prejuicios, también te expone con mucha intensidad al duelo y cuestionamiento de si estos serán ciertos o no. Cómo de pronto encontrar otros círculos sociales de los que formar parte si cambias de ideas.
    Ojalá sea cierto, porque si algo queda claro tras estos últimos años, es que Internet ha habilitado la posibilidad de influir en la gente a una escala que da vértigo imaginar.

  • #002
    Benji - 29 marzo 2022 - 15:45

    Una de las cosas «guays» de internet es que no ha subido de precio y es bastante asequible aquí en España.

    Sigue sin ser un servicio universal como luz y agua, pero es imprescindible. Y me pregunto si se universalizase, si eso serviría para ecualizar esta interesante estadística.

    Aquí en Málaga puedes obtener 300MB síncronos por 24,99€, algo impensable hace algunos años. Y en ciertas zonas he visto ofertas de 100MB síncronos por 15€/mes. Creo que es superinteresante por ejemplo para el amplio mercado de segundas viviendas que hay aquí.

    • Dedo-en-la-llaga - 29 marzo 2022 - 19:03

      Que no ha subido?, precios asequibles? Eso será en Málaga donde se ve que atan los perros con chorizos y longanizas y les echan una pata de jamón 5 jotas para que se entretengan, porque en el resto de Españistán las tarifas siguen siendo de las más caras de «Uropa», con diferencia, y cuando no, te timan y a los tres meses, si no antes, se pasan el contrato por el trasero y te suben la tarifa por más que hayas contratado a 12 meses, 24 o lo que sea.

      Luego viene cuando reclamas a la oficina del usuario del Ministerio correspondiente, y este fuck Ministerio, en vez de salir en defensa del usuario, sale en defensa de la operadora. Y lo voy a decir muy clarito: te joden vivo. Punto y pelota. ¡Así que, por favor!

      • Pit - 30 marzo 2022 - 09:20

        Yo creo que hablais de cosas distintas. Supongo que tú te refieres a los productos de los grandes operadores que incluyen tele, Netflix, fútbol, líneas de móvil, etc, y que efectivamente están empujando los precios al alza.

        Y Benji se refiere a simples productos de acceso a intenet por fibra, que puedes encontrar prácticamente en toda España por 25€ para un ancho de banda de 300Mb, incluso menos para algunos productos banda de 100 Mb (que pueden servir para la mayoría)

        No es que tengamos los precios más baratos, pero son razonables. Y la cobertura de fibra es de las más extensas de Europa

  • #005
    Lua - 29 marzo 2022 - 16:50

    Pues yo no lo veo… (que no lo dudo)
    Es como decir, que porque coincide que 1000 adolescentes han muerto en noches de luna llena, la luna llena tiene algo que ver con la mortalidad adolescente…

    Y ciertamente, despues de haber leido la inmensa cantidad de despropositos que se escribian durante la pandemia… mas bien apuntaria al efecto contrario…

    La (buena) informacion puede y debe ayudar en todos los campos… el problema es que no abunda y la gente no sabe/quiere buscarla.

    • Enrique Dans - 29 marzo 2022 - 17:44

      Lua, podría parecer lo que tú dices, peeeeeeeero… es un estudio de muy buena calidad metodológica (estadísticamente, me refiero) y publicado en journal revisado, lo que implica que esa posbilidad de correlación espúrea que mencionas no exista. Es decir: al comprobar la correlación e introducir individualmente los factores que habitualmente serían responsables de ella, asegura que la correlación sigue siendo significativa aunque eliminásemos los efectos de todos los «sospechosos habituales» (estatus socio-económico, nivel de educación, etc.) Eso es, precisamente, lo que hace el estudio interesante: que hay alguna variable (que obviamente no es «acceso a internet», porque como digo, el router o la WiFi no matan los virus ni protegen tus vías respiratorias) que no conocemos o atribuimos, que hace que esa correlación esté ahí.

      • Lua - 29 marzo 2022 - 18:00

        Reconozco que no lo he leido aun, llevo un dia de perros… a ver si luego puedo… :P

      • Ceferino López Sández - 30 marzo 2022 - 17:27

        Yo he revisado el método científico, y si no entiendo mal, la unidad de medida es el County, hagamos una traducción aproximada a municipio. Segundo, no introducen directamente la edad dentro de las variables de trabajo, aunque han introducido grupos de mayores de 18 y 18-65. ¿A qué me refiero? Cuando en una regresión, que es lo que han hecho, sale en el modelo una variable que no puedes explicar claramente porque está ahí deberías de pensar que es una variable confusora. Es decir, puede haber una variable que es la verdadera causa detrás, que se distribuye de manera paralela a la variable teóricamente responsable, y que no ha sido introducuda en el modelo. Yo voto por grupos de edad. Por ejemplo, ¿por qué 18-65 años? ¿Acaso el hecho de que los considere activos en el trabajo los hace iguales respecto a la sensibilidad a la enfermedad o a la posibilidad (o interés) en acceder a la red? Si no soy capaz de encontrar una sucesión de mecanismos que me lleven claramente de un factor al efecto final, antes de publicar se debería profundizar más para estar seguro de que no hay algo ahí detrás que no han mirado. La ciencia está llena de variables confusoras que han sido consideradas causa durante mucho tiempo por no mirar debajo de la alfombra.

  • #009
    Chipiron - 29 marzo 2022 - 17:19

    Para los que trabajamos en Procesado de Datos, «data analysis», analisis multivariante, «Chemometrics», análisis estadístico.. etc, la primer frase que te enseñan, al menos en los cursos y libros de los que aprendí es la de «correlation does not mean causation». Es decir, que dos aspectos esten correlacionados no implica que uno sea el detonante del otro.

    Los factores de los que has hablado se suelen llamar «confounding factors» y aunque intentes compensarlos no siempre se logra al 100%,

    Para mí, sin todavía haber estudiado a fondo tu link principal, es un típico caso de correlación con «confounding factors» que no se han compensado completamente.

    Pondré un ejemplo muy interesante con el que hemos trabajado en ingenieria biomédica (a nivel de análisis de datos):

    Todos hemos oído hablar del colesterol bueno (HDL o High Density Colesterol) y el colesterol mano (LDL o VLDL).

    Pues bien, está comprobado que existe una correlación entre tener un bajo nivel de «colesterol malo» (VLDL sobretodo) y problemas cardíacos. Y está tambien comprobado que una alimentación sana y medicamentos que reduzcan dicho colesterol malo ayudan a evitar dichos problemas. Por lo tanto, en este caso, la correlación SI implica causa-efecto.

    En cambio, está comprobado que existe una correlación en tener «el colesterol bueno» (o HDL) alto y una buena salud cardíaca. Sin embargo, las medicaciones que se han probado para aumentar artificialmente el HDL no han dado como resultado una mejor salud cardíaca. Conclusión en este caso: el HDL alto no es la causa de una mejor salud cardíaca. Por lo tanto existe otro factor «más profundo o escondido» que provoca las dos cosas a la vez: un HDL elevado y una mejor salud cardíaca.

    En fin, es un típico ejemplo de como hay que ir con cuidado en los estudios en los que se correlacionan aspectos y se llega a la conclusión de que una variable es la causante de la otra. Y suele ser muy dificil encontrar el efecto que causa de forma común ambas variaciones.

    • Silvio - 29 marzo 2022 - 17:39

      Coincido con usted, pues tenemos el caso de Cuba, tiene 4 vacunas de fabricación nacional y probada eficacia con casi el 90% de la población vacunada y sin embargo su población no tiene acceso a un gran ancho de banda en Internet, supongo que clasifique como excepción de la regla, no creen, por cierto hace muchos años, sigo desde Cuba a Enrique Dans, larga vida a su Blog.

    • Enrique Dans - 29 marzo 2022 - 17:46

      Es que lo que lo hace interesante es que dentro de esos supuestos «confounding factors» hay alguno que se nos está escapando. Si has hecho algo con modelos de ecuaciones estructurales con variables latentes, sabrás de lo que hablo seguro…

      • Chipiron - 29 marzo 2022 - 18:18

        Si, si, ese es el tema. Algun confounding factor se nos está escapando..

      • Eva Emmanuel - 30 marzo 2022 - 17:26

        Chipiron, Enrique, ¡muy oportunas conclusiones y aclaraciones! Alta correlación no supone causalidad, al igual que alta predictibilidad tampoco supone causalidad. Como mencionas, Enrique, por medio de ecuaciones estructurales podemos identificar, por poner un ejemplo, que la hinchazón de cara y manos en una embarazada sin antecedentes previos de tensión alta puede ser un buen predictor de preeclampsia (algo especialmente peligroso en estas circunstancias), lo cual no supone que esa hinchazón sea la causante de la preclampsia. Para que exista causalidad, o predictibilidad, debe haber relación pero la relación no es sinónimo de causalidad. Una variable puede hacer una importante aportación a los efectos de predecir, aunque en sí misma no sea un factor con papel causal alguno. Lo cual, como afirmas Enrique, no anula la aportación del estudio que citas: hay relación y algún factor o factores que se nos escapan. Pero precisamente ese es el sentido de toda investigación científica: ir dando pasos. Cada estudio abre el camino a nuevos estudios y líneas de investigación de tal modo que la ciencia va ampliando el foco para obtener nuevas y más completas respuestas.

  • #014
    Salvador - 29 marzo 2022 - 18:25

    Alguien hace un estudio estadístico, y busca

    «County-level characteristics and community health factors (eg, income inequality, uninsured rate, primary care physicians, preventable hospital stays, severe housing problems rate, and access to broadband internet) associated with COVID-19 mortality.»

    Y lo fascinante que hay una variable «sucia» en el acceso de internet…. si que es fascinante, di que si, tan fascinante como … tocarse la punta de la nariz con la lengua…

    ¿Y si hubieran medido la renta?

    Sería igual de fascinante ????

    Across all community types, places with limited internet access had higher mortality rates, especially in urban areas (coefficient [SE], 5.83 [0.81]; P < .001).

  • #015
    Juan T. - 29 marzo 2022 - 18:36

    Si sumamos a todo ello el hecho de que los negacionistas y antivacunas son muy activos en internet , y que estos seguramente tienen un índice de mortalidad por covid incluso mas alto que los que no tienen acceso a internet , tendremos que , si tienes acceso a internet y no eres antivacunas , la distancia en cuanto a morbilidad con los que no tienen internet es aún mayor.

  • #016
    Gorki - 29 marzo 2022 - 19:32

    Evidentemente no hay que confundir casualidad con causalidad, El mismo Dans lo dice en el texto «está actuando como un factor que recoge los efectos de otras, tales como edad, estatus socioeconómico, nivel de educación, etc.»

    El segundo tema, es que no encuentro claro ni en el texto de Dans, ni en el enlace, si la relación es directa, mejor acceso mas muertes, o inversa, mejor acceso menos muertes. Entiendo del contexto que es inversa, pero nada tendría de extraño lo contrario, puesto que los mejores accesos se dan en las aglomeraciones urbanas, donde el riego de contagio es mucho mas evidente, que en las zonas rurales.
    Por ejemplo en España, Madrid ha resultado mucho mas afectada que Extremadura, lo que evidentemente no se corresponde con el acceso a Internet.

    Pero claro, yo casi aseguraría sin necesidad de hacer ningún estudio, que entre los homeless que tiene muchas dificultades para acceder a Internet el COVID ha hecho estragos, igual seguro que ocurre entre los ancianos decrépitos que ya son incapaces de acceder a internet. Y esto es independiente de la Comunidad autónoma que queramos estudiar.

    ¿Han averiguado si se ha cebado la pandemia entre los millonarios que viven de espaldas a Internet?

  • #017
    Daniel - 30 marzo 2022 - 07:30

    Interesante artículo pero me pregunto como aplicar ese estudio al África subsahariana donde el covid ha pasado de largo, el acceso popular a internet debe ser anecdótico, sin apenas vacunación… Tiene que haber otras variables que se han saltado.

  • #018
    Luis - 30 marzo 2022 - 11:06

    Hola, sería interesante estudiar si tal vez por tener mayor capacidad de conexión pudieron evitar salir y exponerse por temas como habilitar el teletrabajo.

  • #019
    Xaquín - 30 marzo 2022 - 11:54

    No me meto con las estadísticas y las correlaciones, porque hay demasiado demonio montado en unicornio.

    Pero si me quedo con lo de las ecuaciones de varias variables. Y sobre todo cuando las variables son ocultas o de múltiples caras.

    Por ejemplo, el exceso de información es muy pernicioso, para los que no quieren (o no pueden) tener filtros mentales. Pero con filtros adecuados el exceso de información nunca puede ser negativo. La banda ancha siempre favorece la entrada de información correcta, o que te ayuda a buscarla.Se trata de afrontar un tumor con pinzas de la ropa o con un bisturí (de láser, si es posible).

    El ser pobre es sinónimo de no tener capacidad para construirse filtros, pero no de que no se necesiten.

  • #020
    Iñaki - 30 marzo 2022 - 12:02

    Estimado Enrique,

    En internet han proliferado personas sin formación médica y con formación médica, que indexaban estudios observacionales y clínicos de alta fiabilidad con conclusiones contrarias a las recomendaciones oficiales desde hace bastante tiempo.

    Por ejemplo, durante la pandemia hubo un tiempo donde se dijo que las mascarillas eran innecesarias, cuando había un experto español con h-index de más de 100 (Jose Luis Jimenez), que afirmaba que la transmisión se producía por aerosoles. Nadie le hizo ni puñetero caso.

    Al final, cuando llegan los problemas, tarde mal y a veces nunca, el gobierno de turno tiene que aceptar la realidad y recomendar las mascarillas.

    Otro caso, tras un estudio del hospital Reina Sofía de Cordoba, se empezó a dar vitamina D en muchas comunidades autónomas a todos los ancianos en residencias. Aunque el hecho de que la carencia de vitamina D alcanza al 80% de la población, se conocía por otros estudios desde hacía al menos una decada. Y es conocido su efecto sobre el sistema inmunitario y sobre algunas enfermedades neurológicas a largo plazo.

    Igual que otras muchas cuestiones, que no voy a colgar aquí porque tendría que colgar los estudios y son tan chocantes, que probablemente se censuraría el comentario.

    La vitamina D, la C y el Zink, junto con el ejercicio diario al aire libre, una vida socio-afectiva buena, bajos niveles de estrés, es decir, los factores que inciden sobre un sistema inmunitario sano, probablemente tuvieran un alto impacto sobre esta pandemia, pero claro, la prevención no vende medicamentos, más bien previene su venta, así que, el incentivo es perverso.

    No puedo probarlo, pero mi intuición me dice que hay incentivos muy fuertes para no utilizar estudios científicos fiables y disponibles.

    Las personas sin acceso a internet, obviamente no van a encontrar a estas personas que leen estos estudios y les dan aplicación en la vida diaria en forma de hábitos.

    Este movimiento lo empezaron personas sin formación medica, pero hoy en día hay medicos del sistema público de salud creando contenidos basados en los mismos estudios. Si los buscas, los encuentras…

    Un cordial saludo.

  • #021
    menestro - 30 marzo 2022 - 12:15

    En estados unidos si no tienes una suscripción a Internet de banda ancha, y más teniendo en cuenta las regiones donde se ha obtenido la muestra de ese resultado, obviamente, tampoco tienes acceso a una sanidad básica.

    EE.UU. no son solo las grandes urbes, sino que existen unos estados unidos «rurales» en los que dan carencias importantes en materia de salud, asistencia social y, como no, infraestructuras.

    Así que la única relación es, que sirve de co-factor de morbilidad que señala otras carencias, como acceso a un seguro medico o asistencia sanitaria.

    La falta de una suscripción mensual a un servicio de banda ancha es un indicador de un estatus socioeconómico y falta de ingresos regulares, y un acceso a los servicios de salud precario, no de que el acceso a la información en internet a través de una conexión rápida sea determinante.

    La misma relación se podría dar con respecto a Netflix, ya que las personas con rentas bajas suelen contratar servicios de cable, o piratearlo, directamente.

    Correlación y causalidad.

    (Pero, podemos seguir poniéndole una velita a la tecnología y olvidarnos de la educación.)

    Es la pobreza y la falta de seguro médico la que expone a padecer un enfermedad de manera más severa durante la pandemia.

    Es una correlación que también se puede establecer en línea con el consumo de opiaceos con receta, por ejemplo, ya que en esas regiones actúan como remedio de elección contra cualquier malestar, sin acudir a una sanidad especializada.
    .

    Broadband and the Opioid Epidemic: Connecting Rural Communities to Hope

    Dorothea Lange: An American Exodus

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