Políticas vs. policía

IMAGE: Pixabay (CC0)

Es la enésima vez que veo este comportamiento: una compañía crea una plataforma, que con el tiempo triunfa y se convierte en un ecosistema, y como en todos los ecosistemas – y de esto los biólogos sabemos mucho – surgen comportamientos oportunistas y parásitos, particularmente identificados en el caso de los ecosistemas humanos con una subespecie por todos desgraciadamente conocida: los delincuentes.

Lo vimos, por ejemplo, cuando comenzó la publicidad en Google, y surgió el escándalo de los llamados dialers, programas que cambiaban el número de teléfono a través del cual te conectabas a la red (hablamos de hace muchos años, cuando las conexiones eran dial-up, se llevaban a cabo a través de una llamada) y ponían en su lugar un número de tarificación especial, y estafaban al usuario una cantidad de dinero determinada. Durante bastante tiempo, Google permaneció impasible ante estos delincuentes, que se publicitaban abiertamente en AdWords, por una razón muy sencilla: aunque lo que llevaban a cabo era a todas luces una estafa punible, pagaban una comisión a la compañía por cada clic en esos anuncios, lo que permitía que la compañía incrementase su facturación. Convertía eso a la compañía en cómplice de un delito? Sin duda, pero nunca pasó nada.

En muchos sentidos, que sobre una plataforma aparezcan aprovechados y delincuentes es una consecuencia que demuestra su éxito: los aprovechados y delincuentes no se desgastan planteando sus delitos en plataformas que no han alcanzado un nivel suficiente de popularidad como para proporcionarles buenas rentas. Pero con el éxito, no lo olvidemos, llegan necesariamente las responsabilidades. Y si no llegan, quien tiene que llegar es la policía.

Ahora, el WSJ publica un reportaje sobre el creciente nivel de fraude en Google Maps: miles de delincuentes llenan sus mapas con listados de supuestos negocios – cerrajeros, electricistas, fontaneros, grúas y otros negocios en los que la localización es fundamental – que sitúan en un montón de localizaciones falsas cubriendo toda una ciudad, y que en realidad son simples estafadores que llevan a cabo servicios irregulares, fraudes e incluso comportamientos abiertamente delictivos.

Google responde rápidamente al reportaje con su típica nota de prensa llena de buenismo… «no, en realidad no es para tanto», «son casos aislados», «hacemos lo que podemos», «luchamos contra el fraude»; cuando la realidad es que la compañía no solo no hace lo que tendría que hacer, que es imponer una política en la que para registrar un negocio sea imprescindible demostrar fehacientemente la existencia de una localización determinada adscrita a la actividad, sino que además, se beneficio abiertamente de ese esquema porque le permite cobrar más comisiones. No, gestionar una plataforma no es simplemente abrirla al tráfico y que sea lo que dios quiera: si no sabes, no puede o no quieres controlar los malos usos, tienes forzosamente que tener una responsabilidad que vaya más allá de una cara de circunstancias y una tímida disculpa. Las plataformas tienen una responsabilidad con sus usuarios, y si no saben ejercerla, tienen que entrar la policía y los jueces para que se hagan responsables a todos los efectos. Sin matices. Sin medias tintas. Es lo que hay.

Pretender que una compañía que se beneficia económicamente de un esquema delictivo determinado ponga fin a ese esquema mediante políticas estrictas es, sencillamente, ingenuo. La vía para responder a esquemas delictivos no son las políticas corporativas, es la policía. Quien llena el mapa de una ciudad de listados falsos de un negocio no es «un listillo», ni «un espabilado», ni «un travieso»: es un DELINCUENTE, así, en mayúsculas, un maldito estafador, y no debe ser simplemente reconvenido por las políticas corporativas de la compañía, que se limitan a borrar su listado y le permiten tranquilamente abrir otros, sino detenido por la policía y puesto a disposición de un juez. La cosa, además, no debe detenerse ahí: a partir del momento en que se puede demostrar que la compañía que gestiona la plataforma sabía de esos comportamientos y no modificó sus políticas corporativas para impedirlo, la compañía debe ser como tal considerada CÓMPLICE de los delitos que se cometan, y por tanto, debe recaer sobre ella la responsabilidad pertinente, a todos los niveles, incluyendo la indemnización a las víctimas.

Me da lo mismo que sea Google con sus listados, Facebook con la publicidad de productos irregulares o con sus Likes y followers en venta, Amazon con la de productos falsificados, Apple con las apps malintencionadas, o quien sea: si se comete un delito en tu plataforma, o peor, si se convierte en un mercado persa de delitos, no haces nada para evitarlo, y peor aún, te beneficias económicamente de ello, la ley tiene que caer sobre ti y sobre tu compañía con todo su peso, exactamente igual que si el delito se hubiera cometido en el patio de tu casa por un delincuente que te paga un alquiler por ubicarse allí. La red es ya un contexto completamente normal de nuestra vida, y los delitos cometidos en la red tienen que recibir la misma consideración que los cometidos fuera de ella. El «hago lo que puedo» o «vaya, qué malos y qué listos son los malos» mientras por otro lado acepto que me paguen comisiones es una actitud completamente inaceptable, sin que puedan servir excusas de ningún tipo.

Si las políticas corporativas de tu plataforma no detienen los comportamientos delictivos, sea porque no las sabes hacer bien, porque eres un incapaz, o peor, porque te beneficias económicamente con ello, quien tiene que actuar es la policía, y ponerte tanto a ti como a los delincuentes que han aprovechado tu debilidad ante un juez. No creando para ello nuevas tipologías de delito, sino utilizando las que ya existían. Es la única manera de detener este tipo de problemas. Si pretendemos sentarnos a esperar a que sean las propias compañías interesadas las que los paren, nunca llegaremos a ningún sitio.


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14 comentarios

  • #001
    baquero - 21 junio 2019 - 13:13

    Para nada de acuerdo. Desde Google Maps se lucha diariamente para que negocios fraudulentos no se mantengan en los mapas.

    No puedo rebatir los datos del articulo del WSJ porque tiene un paywall así que no se exactamente lo que exponen, pero te aseguro que los esfuerzos internos para evitar este tipo de cosas son titánicos.

  • #002
    Ángel "el bueno" - 21 junio 2019 - 13:14

    ¿Has dicho que Google ha dicho «casos aislados»…?

    Ahorita mismo llamo a Fuencisla que esto está empezando como aquello otro… Sé fuerte Google, sé fuerte….

  • #003
    Enrique - 21 junio 2019 - 17:44

    No está estrictamente relacionado con el post de hoy pero puedo demostrar que Twitter va en la línea de Enrique de aplicar la censura.

    Es directamente imposible buscar ciertos perfiles alineados con la derecha (incluso del centro-derechita del ecofeminismo y demás patrañas). No aparecen ni cuando se busca por el nombre completo. Sólo se puede entrar en sus perfil a través de Google o de algún tuit en el que sean citados.

    Supongo que una pequeña victoria para Enrique, para libertad una época triste.

    • Isangi - 26 junio 2019 - 12:30

      Has hecho las misma busquedas para otros para comparar?

      Lo digo porque el buscador de twitter es una basura muy grande, para cualquier busqueda suele ser mejor ir a Google y poner «twitter» entre comillas más lo que quieras buscar.

  • #005
    Xaquín - 21 junio 2019 - 19:18

    podemos usar la imagen del ecosistema, tanto para hablar de la vigilancia real como de la virtual. En el ecosistema donde prevalece el ser humano (todos), se ha favorecido a lo largo del proceso evolutivo, la aparición de un determinado tipo d eparásito. El cual se fue especialiazando en chupar el sudor de todo quisqui, pero especialmenet de los más ingenuos y menos poderosos.

    En el mundo real sobra policía como sobra policía corrupta. Y no son los únicos que sobran. La variedad de parásitos a nivel de siglo XXI es casi tanta como las especies insectivoras en peligro de extinción.

    Políticos, jueces… en fin, que el ecosistema virtual ni siquiera favorece el parasitismo. Si llega a ser soportado a nivel de monarquía española (por ejemplo), por qué se tiene que meter la lupa en Google? Que los hipies de Google ponen la mano para recoger las migajas, ya lo dijo un buen hombre hace mucho tiempo, ¿quién está preparado para tirar la primera piedra? ¿El inqulino de la Casa Blanca, por ejemplo?

    ¿Desde cuándo es la naturaleza la culpable de que un ecosistema se deje perder por la invasión de los parásitos?

    ¿Desde cuando Al Capone es el único y principal culpable de infringir la Ley Seca, en comparación con los vividores neoyorkinos (algunos de misa semanal) y toda la parafernalia políticopolicial que lo apoyaban?

    ¿Alguna vez aprenderemos de la madre naturaleza, que siempre fue experta en ir matizando los aspectos negativos del proceso evolutivo, en vez de irlos aumentando? Curiosamente ella no busca chivos expiatorios.

  • #006
    Unai Benito - 21 junio 2019 - 20:10

    Totalmente de acuerdo.
    Nosotros somos una agencia anunciante y nos hemos visto obligados a rechazar varios clientes que anunciaban cosas muy en el límite: crecepelos, sorteos, adivinación…
    Muchos de los anuncios terminaban, de una manera u otra, llevándoles a un teléfono de pago o vendiéndoles un producto milagro.

    Yo veo dos problemas:
    Por lo general, Google lo permite sin ninguna pega, porque gana mucho dinero con ello.
    Y cuando hay denuncia, la justicia tarda mucho en actuar

  • #007
    Cristina - 22 junio 2019 - 02:48

    Me focalizo en FB y en el potencial peligro. Desconozco la lupa que se aplicará a la adquisición de la critomoneda «libra», pero el riesgo radica en la conversion de otras criptomonedas a traves de los «monederos» y las exigencias legales de prevencion y detección del delito, donde se debe rellenar un formulario, contestamdo a unas simples preguntas. Una de las cosas que «añoro» es la eficiencia de nuestras policias, cualquiera, pero si un monedero, no alerta por un alto volumen de cambio, porque el volumen que aumenta es el del comercio «hormiga», será francamente complicado hacer un rastreo de un origen «sospechoso» del dinero que adquiere la criptomoneda. Por otro lado, los establecimientos que se dan de alta, deberian reportar un lugar fisico y un número de identificación, sin embargo la empresa puede ser legal en su constitución aunque con dinero ilegal, ya blanqueado que sirve de palanca para otras compras-blanqueos. Facebook deberia tener unos criterios de identificacion-prevención del delito, incorporados en su politica y diseño, obligados a comunicar. De lo contrario, incurrir en responsabilidad por omision. Criterios que proporcionen informacion clave en posibles investigaciones. Involucrarlos en cooperacion, porque de lo contrario, la nueva criptomeda, va a ser un golazo a FB, en su uso ilícito, cuestión que va más allá de una ganancia económica. ¿Sanear un sistema? o rastrear los momentos clave del «exchange»….

  • #008
    EnriqueT - 22 junio 2019 - 08:29

    Totalmente de acuerdo. Las plataformas fueron consideradas desde una perspectiva legal como empresas de la sociedad de la información, en el sentido de que sólo intermediaban información entre proveedores y usuarios. Ese tiempo ya pasó. Precisamente la Comisión Europea está pensando en como regular los servicios que ofrecen, que además no son sólo de terceros, sino también cada vez más propios.

  • #009
    Pedro - 22 junio 2019 - 08:38

    Mi experiencia. Para activar varias veces mi negocio me enviaron una postal a la oficina que tarda un mes en llegar y confirmar que estás en el lugar que dices.

  • #010
    Daniel Pérez Rubio - 22 junio 2019 - 08:55

    Aunque los gigantes de la red se beneficien por el uso fraudulento que se haga de sus plataformas, hay que ser muy cautos con las medidas que se aplican al respecto. El ecosistema startup, por ejemplo, se puede ver muy perjudicado por un exceso de regulación. En este sentido, creo que lo interesante sería facilitar en la medida de lo posible la adopción de medidas a implementar para evitar estos usos fraudulentos, mediante el desarrollo y difusión de tecnologías open source y la publicación de este tipo de «vulnerabilidades» de las plataformas en cuestión (entendiendo estás vulnerabilidades en un sentido más amplio, como posibilidades para un uso fraudulento).

  • #011
    Gorki - 22 junio 2019 - 12:25

    Nuevamente lamento dar la nota discordante, pero no estoy de acuerdo.

    No me parce razonable hacer cargar al soporte anunciante, con las culpas de las exageraciones, mentiras, o timos, que se cometan aprovechado ese soporte.

    Ni la EMT es responsable que los autobuses urbanos lleven un anuncio de un inmobiliaria que te «garantiza» la venta de tu piso. Ni la radio, es responsable de anunciar «Cruceros maravillosos». que en la realidad son un secuestro masivo de turistas, ni los periódicos son responsables de anuncios, que indican que cambiando los muebles de tu casa, «redecoras tu vida», ni telefónica es responsable de las «ofertas maravillosas» que te bajan las cuotas de un servicios, sólo los seis primeros meses.

    Si estos canales publicitarios, que se beneficiaron económicamente de la inserción de los anuncios, no son responsables de las exageraciones, mentiras y timos que puedan haber en los anuncios, ni tampoco nadie pide cuentas a la agencia que confeccionó el anuncio, ¿Que hace diferente a Google Maps, para hacerlo responsable de cosas que antes se hacían en las Páginas Amarillas de Telefónica, o a Facebook, de lo que se hace en el Hola.

    Quizá sea Amazon, la única algo culpable, porque ella si comercializa el producto y por tanto, adquiere ciertos compromisos sobre la calidad y garantía de los productos.

    • Manuel - 24 junio 2019 - 18:50

      Google está empezando a hacer sus pinitos en la comercialización también. En USA ya hay multitud de servicios que se pueden reservar directamente a través de Google (peluquerías, atracciones, alojamientos…), y aunque por el momento no estén cobrando nada, es lógico pensar que en algún momento no muy lejano empezarán a hacerlo.

      Como alguien comenta más arriba, para validar la mayor parte de los negocios envían una postal con un código a la dirección del establecimiento, y aunque esto no garantice que un establecimiento esté realmente ubicado ahí, el principal problema es con aquellos «negocios» que no precisan de una ubicación física para prestar sus «servicios»: cerrajeros, fontaneros y todo aquel que presta sus «servicios» a domicilio. De hecho, cuando te das de alta en Google MyBusiness/Maps ese (tener ubicación física o no) es uno de los parámetros más importantes en el formulario de alta. Yo no veo otra manera para resolver esto más que la validación humana de documentos de licencia de actividad, pero por supuesto esto no va a ser algo aceptable para Google por el coste económico que ello tiene. La validación social no la veo como una opción. Yo cada vez me la creo menos, sobre todo en el ecosistema de Google, donde cualquiera con una dirección de Gmail puede opinar/valorar.

      • Gorki - 25 junio 2019 - 01:23

        Las Páginas Amarillas estaban llenas de anuncios de cerrajeros, ficticios, que todos apuntaban a un señor, que no era cerrajero, pero tenía e un listín con todos los cerrajeros y te mandaba, (previa comisión), al que hubiera más cercano, a tu casa. Nadie pidió nunca a Telefónica, que comprobara si los cerrajeros que se anunciaban eran auténticos o ficticios. ¿Por qué se lo pedimos a Google?

  • #014
    Dedo-en-la-llaga - 25 junio 2019 - 17:02

    Pero vamos a ver, porqué nos tiramos de los pelos con Google, si las telecos, las eléctricas las gasísticas, las del agua estafan a raudales con guante blanco -y apoyadas y alentadas por el gobierno de turno-, cada día, cada minuto de consumo y en nuestra propia casa, con servicios considerados BÁSICOS para la vida tal y como se entiende hoy en día? La verdad, ¿Google?, ¡¡¡un fuck santo en comparación!!!

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