Reputación, seguridad… y esqueletos en el armario

IMAGE: Elise Quevedo (@EliseQuevedo)

Incluso en los entornos más tecnológicos, caracterizados habitualmente por el pragmatismo, por las especificaciones concretas y por la objetividad, la reputación es un bien extremadamente importante y valioso. Podemos discutir hasta la eternidad sobre las prestaciones de un dispositivo, pero el final de la discusión será una prueba que permita determinar uno o varios parámetros obtenidos en unas condiciones estandarizadas. En seguridad, las cosas funcionan igual: podemos aventurar las hipótesis que queramos basadas en geopolítica, estrategia o hasta cultura, pero en el momento de demostrarlas, nos toparemos con la necesidad de poner encima de la mesa algún tipo de evidencia real. Hace algunas semanas lo comenté en un artículo titulado «Afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias«, y ayer, en la segunda jornada del Mobile World Congress, uno de los rotating chairman de Huawei, Guo Ping, se encargó en su conferencia plenaria de utilizar exactamente el mismo argumento, con un estilo comunicativo irónico y cercano muy alejado de la habitual ortodoxia corporativa china.

La cuestión es muy clara: por el momento, ni la administración Trump ni ninguna de las anteriores ha sido capaz de obtener y compartir ninguna prueba de las acusaciones o sospechas que lanza sobre las compañías chinas más allá de un informe del Congreso puramente especulativo del año 2012, y de algunos episodios de espionaje corporativo bastante similares a los que prácticamente todas las compañías tecnológicas llevan a cabo sobre los productos y – cuando tienen oportunidad – prototipos de sus competidoras.

La ingeniería inversa o la obtención de información sobre productos de la competencia sea a través de los canales que sea, a menudo incluso recurriendo a información obtenida a través de proveedores es bastante habitual en las dinámicas competitivas de un ámbito tan rápidamente cambiante como la tecnología, en el que el acceso temprano a información estratégica puede, en muchas ocasiones, marcar decisiones importantes.

Sin embargo, una cosa es ser más o menos agresivo en este tipo de tácticas, que naturalmente pueden ser sujetas a investigación y consideradas abusivas o ilegales si un juez así lo decide, y otra muy, muy diferente insertar puertas traseras a petición de un gobierno para posibilitar operaciones de espionaje sobre los usuarios de un dispositivo determinado. Ese tipo de comportamiento, a todas luces execrable, denunciable e inaceptable, excede completamente el ámbito de la competencia entre empresas tecnológicas, y cuando es llevado a cabo por un gobierno, invade claramente el terreno de la geopolítica. En caso de ser descubierto, un comportamiento así destruye cualquier asomo de confianza en un socio, prácticamente dinamita su credibilidad. La administración norteamericana nunca ha podido demostrar ningún comportamiento de ese tipo en una compañía china. Y sin embargo, sí lo ha practicado ella misma, concretamente cuando la NSA pidió a una compañía norteamericana, Cisco, que habilitase puertas traseras en sus routers para poder llevar a cabo operaciones de espionaje. Lo sabemos y lo consideramos ampliamente demostrado gracias a las revelaciones de un ciudadano norteamericano, Edward Snowden, que por llevarlas a cabo, se vio obligado huir de su país y a residir indefinidamente en Rusia.

Entre las muchas revelaciones de Snowden está el programa Prism, una ambiciosísima iniciativa que utilizó a numerosas compañías tecnológicas norteamericanas para espiar a una gran cantidad de países, muchos de ellos supuestos aliados de los Estados Unidos. Los Estados Unidos han llegado a extremos tan demenciales en el ámbito de la geopolítica como a espiar el smartphone de máximos mandatarios de países aliados como Alemania, y la opinión pública de casi todos los países prácticamente asume que un comportamiento así, en el caso de la administración norteamericana, es más una regla que una excepción.

En un contexto así, que los Estados Unidos piensen que pueden acusar sin pruebas a cualquiera de delitos que previamente han cometido solo ellos resulta cuando menos chocante. Que los acusados, en una situación así de injusta, se defiendan, y afirmen incluso que en caso de que su gobierno les plantease un esquema similar lo desobedecerían, entra dentro de la lógica más aplastante, y va más allá de lo que muchas compañías norteamericanas han demostrado estar dispuestas a hacer anteriormente. Como bien sabemos y tenemos abundantemente documentado en el caso de los Estados Unidos, La presión de un gobierno en esos casos puede convertirse en un elemento imposible de obviar, y las posibilidades de hacerlo dependen fundamentalmente de la capacidad de negociación, tamaño, fuerza y convicciones de la compañía implicada en cada caso.

El momento en que el CEO de Huawei se encarama a un escenario y, con una imagen de fondo que dice «Prism, Prism on the wall, who is the most trustworthy of them all?«, afirma taxativamente que su compañía jamás instalará puertas traseras para nadie representa a una compañía acusada de algo que nadie ha podido comprobar que haya hecho en el pasado. De hecho, va tan lejos como para asegurar que, además, no lo haría aunque la conminasen a ello – aunque sea algo que, como se sitúa en el futuro, resulta obviamente imposible de comprobar salvo por aquel que tenga una bola de cristal. Podemos escoger creer a esa compañía o no, pero si para empezar, nos resulta mucho más creíble que aquel que realiza las acusaciones, la situación habla por sí misma, y evidencia que no se trata de una cuestión tecnológica, sino de una mera estrategia económica – descaradamente burda, además – para evitar que tu país se vea superado en la carrera de la tecnología. Una carrera en la que no gana el que más dinero tiene o el que más fuerza política puede ejercer, sino, lisa y llanamente, el que más ingeniería aplica, el que más investiga y el que más éxito tiene haciéndolo.

Visto así, que países aliados de los Estados Unidos como el Reino Unido, Alemania, Italia, Nueva Zelanda o, ayer, los Emiratos Árabes reclamen su autonomía a la hora de tomar una decisión como la de bloquear los componentes producidos por compañías chinas en sus despliegues de 5G resulta completamente comprensible. Por un lado, porque se consideran suficientemente preparados para juzgar por sí mismos lo que consideran o no un peligro para sus infraestructuras, y por otro, porque quien les conmina amenazadoramente a erigir semejantes bloqueos es quien, precisamente, pecó de esas faltas en el pasado. Y, además, fue descubierto con las manos en la masa.

Más aún, cuando el coste de un bloqueo de este tipo es importantísimo y estratégico, y equivale a no poder desplegar unas redes 5G que son vistas como la próxima frontera en el desarrollo tecnológico. Si alguien ha demostrado en este Mobile World Congress de Barcelona haber convertido las redes 5G en una realidad ha sido Huawei – en despliegues realizados, por ejemplo, por Vodafone – que obviamente no ha renunciado a la colaboración con la compañía china por mucho que podamos haber leído al respecto. Para cualquier compañía de telecomunicaciones o país interesado en desplegar 5G lo antes posible, renunciar a los componentes de la compañía que posee el mayor número de patentes en ese ámbito y resignarse a contar con los de compañías que se mueven claramente por detrás es poco menos que un suicidio tecnológico, con todo lo que ello conlleva.

La tecnología condiciona cada vez más la geopolítica. Y como en todo, si acusas de algo, tienes que hacerlo con las manos razonablemente limpias, no con tu armario lleno de esqueletos y con una reputación completa y fehacientemente enturbiada. Si no es así, alguien seguramente reducirá tus acusaciones a una frase del tipo de «se cree el ladrón que todos son de su condición». Y por supuesto, te arriesgarás a que tus peticiones sean cordialmente ignoradas, y a que la tecnología y sus decisiones de adopción se tomen, como debe ser, en función no de hipótesis elaboradas en despachos de políticos, sino de especificaciones y evidencias obtenidas en laboratorios.


This post is also available in English in my Medium page, “Huawei and governments that live in glass houses«


17 comentarios

  • #001
    Gorki - 27 febrero 2019 - 14:12

    Como tu bien dices la reputación es un bien extremadamente importante y valioso. .

    Pero el problema es que China, (el Estado chino), en el campo del espionaje digital tiene una reputación espantosa, todos estamos hartos de recibir noticias referentes a como el Gobierno Chino controla y fiscaliza a sus propios súbditos por medio de dispositivos electrónicos, llámense cámaras digitales callejeras, con reconocimiento facial, o la censura q férrea que ejercen con El Gran Cortafuegos (Great Firewall). Algo que desde luego no es Fake News, pues lo padece todo extranjero que desde china quiere utilizar Google o Whatsapp.

    Por otra parte, mientras que en USA, hay empresas, por ejemplo Apple, que, se han resistido a la dar datos digitales de sus clientes/usuarios al Gobierno, pero está por llegar la información de que una empresa china. se haya resistido siquiera un poquito, a las peticiones de su gobierno.

    Desconozco si Hawei pone o no puertas traseras en sus aparatos, pero delo que no me cabe la menor duda, es que si técnicamente es posible ponerlas, no se negará a colocarlas, si el gobierno chino lo solicita.

    En estas condiciones, es prudente no colocar aparatos de procedencia china, ahí donde exista autentico riesgo de espionaje masivo..

    • Josep - 27 febrero 2019 - 16:34

      Amén

    • ALAN TURING - 27 febrero 2019 - 19:22

      ¿Qué tiene de malo poner cámaras en la vía pública y que alguna de ellas tenga reconocimiento facial? Esta tecnología sólo se usa para capturar a terroristas y delincuentes prófugos. La gente normal no tiene nada que temer, ni los chinos ni los extranjeros. La prueba de esto es que China cada año recibe más de 50 millones de turistas.

      Y respecto al llamado Gran Cortafuegos chino, tampoco hay para tanto, es simplemente una especie de policía de internet ¿Qué tiene de malo? China tiene más de 1.300 millones de habitantes y es lógico que haya encargados de velar por la seguridad en el ciberespacio, como los hay en el resto de ámbitos.

      El quid de la cuestión es que al gobierno estadounidense sí que le han pillado teniendo comportamientos como los que denuncia el artículo mientras que esto no ha sucedido con el gobierno chino.

      • Gorki - 27 febrero 2019 - 20:14

        ¿Qué tiene de malo poner cámaras en la vía pública y que alguna de ellas tenga reconocimiento facial? …. Y respecto al llamado Gran Cortafuegos chino, tampoco hay para tanto

        Lo malo de Internet, es que no hay forma de distinguir la ironía de las convicciones profundas.

        • ALAN TURING - 28 febrero 2019 - 00:45

          El caso es que China recibió más de 60 millones de turistas en 2017, siendo el 4º país del mundo más visitado: https://en.wikipedia.org/wiki/World_Tourism_rankings

          Eso de las cámaras en la calle y el Gran Cortafuegos no le importa a nadie más que a los dueños de los canales conspiranoicos de YouTube, los cuales tratan estos temas de una manera sensacionalista para asustar a su audiencia y conseguir más visitas.

          • Gorki - 28 febrero 2019 - 10:19

            ¡Ah! Entonces ibas en serio. …¡Vivan las caenas!

          • ALAN TURING - 28 febrero 2019 - 13:44

            Según lo veo yo es justo al contrario: estas tecnologías sirven para romper las cadenas.

  • #008
    Jose Miguel - 27 febrero 2019 - 15:01

    La desconfianza de Gorki está en parte justificada por el férreo control que China hace de su población. Control que no niega ejercer ni oculta. El tema de vigilancia y espionaje en USA ha sido demostrado y se ha ejercido de forma oculta e ilegal. Incluso a sus aliados.

    Lo de Gorki es simplemente cuestión de elegir en quién desconfías más. Y él elige China. Esto en el fondo es como ser del PP o de Podemos.

    Dice: «pero está por llegar la información de que una empresa china. se haya resistido siquiera un poquito, a las peticiones de su gobierno.»

    El hecho de que no tengamos esa información ya es una buena noticia. En el caso de USA tenemos esa información más que confirmada, muy a nuestro pesar.

  • #009
    Alqvimista - 27 febrero 2019 - 18:25

    ¿Y por qué demonios no se ponen de acuerdo los europeos y nos volcamos en Nokia para equiparnos en 5G? Ni para los chinos de Huawei ni para los americanos de Cisco. Un poco de proteccionismo no nos vendría mal.

    • Daniel Terán - 28 febrero 2019 - 13:42

      O Ericsson. Los operadores no se suelen casar con un único proveedor y compran elementos de red de varios de ellos.
      Por muchas patentes que tengan unos, al final todos fabrican equipos parecidos. Ha ocurrido con todas las Gs y esta no va a ser una excepción.

    • Miguel Durán - 28 febrero 2019 - 19:52

      ¿Por esas cosas tan tontas llamadas patentes y legislación ínternacional? Porque estas pidiendo el equivalente a pedir un flamante Tesla a Seat.

  • #012
    xaquin - 27 febrero 2019 - 19:59

    Desde luego que los ataques de Trump no dejan de ser desmelenes de un adulto inmaturo. Y da igual ser Obama, porque la maquinaria USA es demasiado potente.

    Pero, en USA se sabe que hai espionaje, en China no se sabe ni lo que hay (secreto). En USA está Trump, pero son capaces de sacar muchos dólares para apoyar a Sanders. En China tienen muchas carreteras, pero no se conocen cantantes country (y no se diga el consabido de «Hollywood nos lo mete en vena»). China sigue con el mono de ser tremendamenet imperial . Algo que parece no disgustar (aumentado por el maltrato histórico europeo y japonés). Y USA se levanta todos los días con el binomio «masacre étnica/ fabricación democrática de un país», en la cabeza. Algo que beneficia el desarrollo democrático de una sociedad.

    En realidad virtual no sé quien será el vencedor, en realidad real no tengo ninguna duda (por ahora). Para China la democracia sigue siendo un hueso muy duro de roer (y no solo en sus dirigentes). Y de minorías «liberadoras» andan más poblados los USA.

  • #013
    LEON - 28 febrero 2019 - 12:40

    Los rumores interesadamente lanzados sobre Huawei por el 5G no son nada mas que la pataleta de un ex-imperio que se está desmoronando a ritmo creciente.

    El gobierno de los EEUU ha demostrado sobradamente su falta de escrúpulos a la hora de espiar a quien le venga en gana, sea enemigo o sea amigo. Carece de toda credibilidad

    Como otros imperios que han caido, sus momentos finales van a ser los peores, se van a agarrar a cualquier cosa para intentar retrasar lo inevitable.

    Lo que toca ahora es evitar que sus agónicos coletazos nos afecten.

  • #014
    Carlos Carbonell Santonja - 28 febrero 2019 - 16:35

    Estimado Enrique,
    Sin entrar a valorar las medidas de fondo adaptadas por la administracion americana, el mensaje de que Huawei va por delante en la carrera del 5G simplemente no es cierto; Empresas como Ericsson o Nokia, europeas que quizas no dedican tanta atención a los analistas o influencers, han anunciado más acuerdos comerciales y tienen una tecnología más o por lo menos igual de puntera que Huawei (mas cuando los chinos no estan en el mercado americano que es de los más adelantados).
    Huawei esta defendiendose con ese argumento de que sin ellos no hay 5G y eso simplemente no es cierto, más alla de que sean o no justas las medidas que tomen contra ellos.
    Saludos

    • Miguel Durán - 28 febrero 2019 - 19:56

      Entonces por que no han acudido a Barcelona a mostrar sus avances? Poder probar en la mayor concentración de nuevas tecnologías y de Smartphone lo bueno que eres debería haber sido el objetivo de cualquiera con dos dedos de frente… A menos que pudiera salir perdiendo

      • Carlos Carbonell Santonja - 4 marzo 2019 - 14:47

        Obviamente Ericsson y Nokia han estado en el MWC con 2 de los stands más grandes de la feria y con multitud de demostraciones, sesiones e informaciones sobre su tecnologia puntera de 5G…
        No se por que dice que no han acudido ¿? Claro que lo han hecho.

  • #017
    RED BULL TE DA ALAS - 1 marzo 2019 - 10:31

    Como dicen diario.es

    «La intención de la opinión no es informar, sino persuadir; no comunicar, sino argumentar un punto de vista determinado para ofrecer una alternativa concreta como mejor que las demás».

    Y este artículo es un magnífico ejemplo de ello, y evidentemente no se informa, se opina sobre la virginidad de Huawei. Me viene a la mente el profesor disfrazado de gitana entradita en carnes, con la prueba del pañuelo sobre Huawei

    https://www.youtube.com/watch?v=16LvqUVCE9c

    No voy a discutir tu opinión. Tú mismo Enrique. Tus buenas razones tienes para ello.

    En cuanto a alguna imprecisión sobre la presencia en el MWC de Nokia o Ericsson, el que no ha estado claramente nunca en ninguno es el comentarista Miguel Duran, porque sino sabría que siempre han estado al igual que Huawei.

    https://www.ericsson.com/en/events/mwc
    https://www.nokia.com/networks/mwc/

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