Expandiendo el Like

Facebook Reactions

Cuando una noticia consiste en el lanzamiento de un botón que genera un extensible con siete emoji de aspecto infantil, es fácil confundirla con una simple frivolidad. Cuando esa supuesta frivolidad afecta a la manera en que se comunican mil quinientos millones de personas en todo el mundo y se dispone a convertirse con casi total seguridad en un código universalmente aceptado de expresión, en la manera escogida por muchos millones de personas para comunicarse de manera rápida y sencilla, o cuando piensas en la cantidad de veces que en el futuro contestarás a alguien en una conversación haciendo referencia a alguno de esos emojis, uno empieza a darse cuenta de la magnitud real que tiene hacer un cambio en Facebook, del cuidado que hay que tener al hacerlo, y de las implicaciones que tiene en todos los sentidos.

Facebook lanza la expansión de su botón Like, denominada Reactions: la presión sostenida sobre el botón de Like hará que se despliegue y ofrezca las posibilidades que aparecen en la ilustración, que obviamente han sido pensadas y repensadas hasta la saciedad con el fin de permitir que faciliten la expresión de ciertas emociones, pero sin convertirse, como decía Mark, en un «referendum constante» o en una polarización excesiva. Básicamente, se trata de conseguir que puedas expresar a tu red sentimientos más amplios que los que recogía el simple Like, pero sin la negatividad del «I don’t like».

La prueba está limitada por el momento a España e Irlanda, países escogidos en función de la densidad de la adopción de Facebook, del hecho de ser uno angloparlante y el otro no, y de la relativa escasez de conexiones internacionales en sus redes. Los españoles y los irlandeses, aparentemente, somos los que tenemos menos amigos en otros países, tenemos redes sensiblemente más homogéneas en su composición geográfica. Que una empresa como Facebook, con la abundancia de datos de que dispone, considere a Irlanda y España países adecuados para la prueba en función de ese último criterio resulta llamativo, pero la analítica es la analítica y la decisión suya, así que nada que objetar. Tras esa prueba y tras algún posible ajuste en función de la acogida, se desplegará al resto del mundo.

Resulta interesante plantearse la ruta que una compañía sigue para el desarrollo de algo así: al constatar que los usuarios demandaban una amplitud mayor de sentimientos que comunicar con ese botón Like y que de manera habitual enviaban bug reports para informar de momentos en los que el Like no era adecuado, la compañía se dedicó a recopilar reacciones de una sola palabra a actualizaciones, de qué manera reaccionamos rápidamente a algo, y eso les dio pistas para determinar los botones que debían incluir. Además, la compañía introdujo en ese estudio los stickers que están disponibles desde octubre del pasado año para comentarios, y analizó cuáles eran los utilizados más habitualmente y bajo qué sensaciones se podían agrupar. El resultado de ese trabajo son los siete botones de la ilustración, que en español son traducidos como «Me gusta», «Me encanta», «Me divierte», «Me alegra», «Me asombra», «Me entristece» o «Me enfada». Cuesta poco imaginarnos expresando alguno de esos sentimientos ante determinados comentarios o actualizaciones en nuestra red, y en cambio, parece más difícil imaginarse – con una visión razonablemente inclusiva y no puestos a buscarle los tres pies al gato – un sentimiento que no se pueda expresar con ellos.

La importancia de ese tipo de reacciones inmediatas, las que surgen simplemente de presionar un botón, es mayor de lo que parece. Por supuesto, todo se puede expresar en un comentario, pero la potencia que tiene en términos expresivos y la barrera de entrada que supone es muy diferente, lo que implicaría en último término un menor nivel de interacción. Otra cosa será la analítica que Facebook ofrezca a quienes tenemos página: imaginarme estudiando las reacciones que una actualización ha generado mediante el estudio de las siete opciones es algo que me parece sin duda interesante, pero también sensiblemente más complejo que simplemente contar el número de Likes. La gama de posibilidades para la analítica es insospechada: donde antes te quedabas con «mi contenido de hoy me ha generado tantos Likes y tantos Unlikes» – donde Unlike no implicaba necesariamente un «no me gusta» sino un «ya no me gusta» o «ya no tengo interés en seguir recibiendo actualizaciones de la página» podrá ofrecer ahora infinitos matices del tipo «he perdido tantos Likes y además tengo en la ultima entrada tantos Angry, debería tener precaución cuando toque este tema», por poner simplemente un ejemplo.

En términos de relevancia, detrás de esta aparente frivolidad está posiblemente uno de los ejercicios de diseño de interfaz más fascinantes que nos podemos encontrar hoy en día. Veremos cómo evoluciona.

 

This article is also available in English in my Medium page, “Expanding Like«

 

9 comentarios

  • #001
    enanomochilero - 9 octubre 2015 - 16:59

    Hahaha!!
    que los del Facebook dicen que los españoles no tienen amigos en el extranjero jajaja dicen….

    Estos no se han enterado que la mitad de los españoles estamos fuera de España

    Que los españoles no tienen amigos extranjeros…puede…pero en el extranjero…jajaja

    (firmado un español desde Alemania)

    • xaquin - 11 octubre 2015 - 12:10

      Estoy de acuerdo con la ironía del comentario… pero también con darle la vuelta: si los españoles tenemos tantos amigos en el extranjero, por que no lo hacemos algo mejor por España , de forma que permita volver a los emigrantes ( que quieran volver)?

  • #003
    ; ) - 9 octubre 2015 - 17:02

    El primer efecto que me ha causado, y que me sorprende, es que he sentido el impulso de pulsar alguno de los iconos. El «Yay», por ejemplo. No sé, quizá las ganas de estrenar los botones, que son muy bonicos. ¿Es posible que este surtido de emojis se propaguen por los blogs? Gracias por el artículo, tan inspirador y oportuno como siempre.

  • #004
    Alejandro Martinez - 9 octubre 2015 - 19:12

    Gracias Enrique por este interesante articulo, ademas como muchas veces te adelantas a otras publicaciones y autores, ya que es uno de los primeros sitios donde he encontrado noticias sobre esta interesantisima actualizacion de Facebook. A mi tambien me parece apasionante por la gran cantidad de analisis de posibilidades que ofrece a quien tenga pagina, y las ventajas que tendremos todos los usuarios para expresar emociones. Sin embargo, pienso que en esos iconos falta uno fundamental, que es el del aburrimiento. Hay tanto y tanto contenido irrelevante y aburrido en el universo Facebook que echo en falta un emoticono de solemne aburrimiento, ya que ninguno de los incorporados lo puede sustituir. Ojala despues de este periodo de prueba los usuarios reclamaramos que se incorpore esta emocion y que Facebook lo tomara en cuenta. Saludos.

    • José Antonio - 10 octubre 2015 - 16:43

      Me encanta el súper bostezo. No me explico su ausencia.

    • oki - 16 octubre 2015 - 19:15

      También falta un facepalm jeje

  • #007
    Manel - 9 octubre 2015 - 19:30

    Me parece una buena iniciativa, me recuerda mucho al gestor de correo Spark con sus respuestas rápidas mediante un icono. Me reconozco un pésimo usuario de Facebook, pero me encantaría ver algo similar en las plataformas de blogging como WordPress. Actualmente, a menudo ya uso el like como feedback a los alumnos en sus publicaciones/tareas.
    A ver cómo evoluciona…
    Saludos!
    @msayrach

  • #008
    Hugo - 13 octubre 2015 - 05:01

    Yo interpreto diferente el «angry» a como lo haces en tu penúltimo párrafo.
    Imagina la noticia: «El político Tal se robó X cantidad de dinero, y el juez lo exoneró». Yo le pondría un «angry» a esa nota. Puedo estar contento de que la hayan publicado y que yo me haya enterado, pero me expresaría como disgustado por lo ocurrido.
    ¡Saludos!

  • #009
    Sara Martin - 15 octubre 2015 - 17:55

    Además de este cambio, Facebook hizo otro gran cambio el 9 de octubre del que apenas nadie ha hablado y que consistía en no poder acceder a contenidos de su red social sin estar logado, obligando a los usuarios a logarse para así poder impactarles con su publicidad. De este modo, cuando un usuario accedía a una page de Facebook sin estar logado, sólo podía verse el contenido del sidebar izquierdo y era imposible ver el contenido de un enlace de Facebook (por ejemplo desde Twitter) sin estar logado.

    Lógicamente, el resultado ha debido de ser tan desastroso que hoy mismo día 15 de octubre han revertido el cambio.

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