Lavabit, Obama y las mil mentiras

Image: Zentilia - 123RFLa comparecencia de Barack Obama el pasado día 9 se ha convertido ya en prueba de varias cosas: la primera, que como decíamos tan solo un día antes, el péndulo de la opinión estaba oscilando ya dramáticamente, y era claramente el momento de reunirse con la preocupada industria tecnológica y de comparecer ante la ciudadanía. Pero la segunda, y mucho más preocupante, que las mentiras tienen una curiosa propiedad: a medida que se acumulan, se tiende a minimizar su importancia.

La gran mentira de Obama, tan ridículamente forzada y patéticamente evidente que todos los medios la destacan, es que inicia el proceso de introducción de controles en el espionaje de la NSA por convicción propia, y no por culpa de las revelaciones de Edward Snowden. Una mentira tan evidente, que provoca el inmediato cuestionamiento de todo lo que viene detrás de la misma: en realidad, Barack Obama no pretende introducir controles, sino simplemente lavar la cara de los procesos de cara a la opinión pública para poder seguir haciendo exactamente lo mismo que ya hacía.

El elefantiásico proceso de monitorización y escucha que afecta «únicamente» al 1.6% del tráfico diario de la red (fantástico el artículo de Jeff Jarvis en ese sentido) seguirá desarrollándose y creciendo lo que las sucesivas «mejoras» tecnológicas le permitan, y seguirá teniendo lugar a espaldas de la ciudadanía. El entramado legislativo que lo permite seguirá adaptándose y modificándose para acomodar la mentira. Los proveedores de tecnología de espionaje y vigilancia que tanto dinero se han dejado en lobbying pueden estar tranquilos: las voluntades que han comprado siguen cumpliendo su función. En realidad, la mentira de Obama es tan evidente, que el mismo Obama cayó en dos de los errores más clásicos de quien miente: uno, el «excusatio non petita, accusatio manifesta«; y dos, el adornar la mentira con excesos verbales. Las declaraciones sobre Snowden y su condición de héroe o patriota sobraban: el pueblo americano sabe perfectamente que lo es y lo que le debe.

Las declaraciones de Obama no valen nada, porque no son fruto de una reflexión o de un cambio de mentalidad, sino de haber sido pillado con las manos en la masa. Son excusas forzadas por un escándalo, y que no condicionan en absoluto su actuación futura. Son tan solo una mentira más, en una pila tan grande, que una más simplemente no importa. Mientras por un lado miente a los ciudadanos afirmando que va a «introducir controles», se dedica a forzar el cierre de proveedores de servicios de correo cifrado como Lavabit o Silent Circle: las razones para el cierre expuestas por Ladar Levison o por Phil Zimmermann son tan evidentes como inquietantes.

Obama miente. Pero además de mentir, provoca con ello una redefinición del mapa geopolítico y tecnológico, y se adentra al hacerlo en una guerra absurda, en el mismo tipo de guerra que la industria de los contenidos lleva años luchando y perdiendo: la lucha contra el progreso. Una guerra que no se puede ganar. Lo único que los Estados Unidos van a conseguir obligando a cerrar a servicios perfectamente legales como Lavabit o Silent Circle es que, del mismo modo que las empresas extranjeras renuncian a utilizar servicios de proveedores norteamericanos, ese tipo de servicios sean ofrecidos desde otros países, por otras empresas que pretendan llenar ese hueco de mercado. Una decisión que va a acabar teniendo un importante coste para los Estados Unidos en muchos sentidos. Y no porque lo diga Kim Dotcom, sino porque es de 1º de Estrategia.

 

(This post is also available in English in my Medium page, “Lavabit, Obama and the 1001 lies«)

8 comentarios

  • #001
    Daniel - 12 agosto 2013 - 18:38

    Pequeño fallo:
    «y no por culpa de las revelaciones de Robert Snowden»

    Debería ser Edward Snowden.

    Un saludo y gran artículo!

  • #002
    asmpredator - 12 agosto 2013 - 18:57

    Impresiones que me genera este post:

    Caza de brujas 2.0.
    Todos somos sospechosos de todo y hemos de ser vigilados.
    La libertad preocupa al poderoso sobretodo si la tiene el pueblo.
    Si algo no puede ser controlado, por defecto es malo.
    El poder justifica la mentira.
    El poderoso nunca cumple las leyes que impone a los demás.
    La mentira es el acceso directo al control y al poder.

  • #003
    antonia garcia saenz - 12 agosto 2013 - 21:36

    Bueno la ignominia esta ahi, ahora bien cuales son los sacrificios que el pueblo esta dispuesto a afrontar? pagar un euro por seguridad? utilizar un email mas incomodo y rudimentario para que los grandes no lo espien? …la gente no va a llegar a esos extremos … la via para quitarse de encima todo esto del espionaje es mas bien tomar la calle y protestar, a ver esas manis en las calles donde esta de un tema que tanto duele y hace cayo …

  • #004
    Víctor Salmador - 13 agosto 2013 - 01:48

    Hace 40 años, por pinchar unos telefonos, el mundo se horrorizaba y
    la opinion publica estadounidense lograba que Richard Nixon renunciara.
    ¿Que ha pasado en 40 años? ¿Porque nos hemos acostumbrado y ya todo es permitido? ¿Dentro de 40 años…te mataran por escribir este blog y
    se vera normal sin causar asombro?

  • #005
    stefano - 13 agosto 2013 - 06:35

    la pregunta que sigo haciendome desde el principio del caso Snowden es:
    si es verdad que despues del 11/9 las agencias norte americanas de control y espionaje han llegado a tener mas de 20000 personas prestandoles servicios, como es posible que solo haya 1 Snowden???

  • #006
    Miguel A. Tovar - 13 agosto 2013 - 11:38

    Mega ya ha anunciado que llenará el hueco que deja Lavabit:

    http://www.zdnet.com/mega-to-fill-secure-email-gap-left-by-lavabit-7000019232/

  • #007
    Hernando - 13 agosto 2013 - 17:18

    Mira los Chinos, como se encierran y censuran, los iraníes, los cubanos, etc., entonces estamos ad portas de crear un país cibernético con sus propias reglas en el centro del océano pacífico y que todos respetemos, es la ONU quien debe encargarse? No, somos nosotros. Todos.

    Un artículo muy severo me parece, para quienes han utilizado la red de Internet para organizar actos de terrorismo es una situación muy conveniente la de exponer a la opinión pública las limitantes y falacias del régimen de USA. Pero la realidad es otra. La red se está construyendo, tiene cosas buenas y malas, como sus diseñadores, está hecha para el ser social y para la especie humana esencialmente, es decir para nosotros y habrán cosas que ajustar: Existe posibilidad de hacerse mediante un «software o red de ética»; es decir, así como en la vida real hay unas reglas basadas en principios y valores que no pueden transgredirse y en las cuales estemos de acuerdo, de la misma manera una aplicación que en el mundo de Internet impida esto. Como todo, es perfeccionable, pero sí considero necesario que ante los volúmenes de información no hay consciencia que pueda afrontarlo salvo una igual o más elaborada y si la red tiene esas herramientas para comunicarnos cosas buenas y malas no debemos estar lejos de crear software para identificar por lo menos preliminarmente lo bueno de lo malo también.

    Por tanto si Obama miente, lo hace porque no tiene todavía esa herramienta y la actual es lo mejor que tiene para protegerse de un ataque organizado a través de la red. Que estemos o no lejos de conseguir ese «software ético» es cuestión de tiempo, pero para allá vamos seguramente, como toda herramienta en sus inicios es muy burda y por eso los golpes de pecho, pero es cuestión de tiempo. Somos nosotros. Somos Todos.

    Ya veo muchos países con sus bases de datos física de su población es «su territorio» (siglo pasado), cobrando peajes por usar la información de su jurisdicción y con algunas zonas «libres» compartidas conjuntamente por todos (enciclopedias quizá, o programas genéricos, etc) y así sucesivamente.

  • #008
    Matias - 15 agosto 2013 - 21:14

    A mi me parece un artículo acertado, para nada severo. Es totalmente cierto que la postura de Obama tras lo que pasó ha sido una pura mentira cargada de oportunismo y sin más opciones. La tiranía cibernética con la que están golpeando la red es una dictadura más que demuestra que Internet aún no ha superado la fachada de la libertad de expresión.

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