Hablando sobre privacidad, en ABC

Andrea C. Fernández, de ABC, me llamó para preguntarme sobre la evolución del concepto de intimidad, al hilo del turbio asunto de la concejala de Los Yébenes, y hoy cita algunos de mis comentarios en su artículo titulado «Intimidad bajo mínimos en la era de internet» (pdf).

Al hilo de este tema he recibido varias llamadas de medios, en las que he intentado no hablar específicamente del asunto en cuestión, un tema muy ligado a las circunstancias de la persona sobre cuyos entresijos no puedo obviamente tener la menor idea (en realidad, ni yo ni nadie más que los directamente implicados), pero sí extraer algunas conclusiones sobre el uso de la red, el sentido común, la seguridad o la evolución de la privacidad.

Las conclusiones generales me parecen casi obvias: uno, si algo puede resultarte embarazoso, incómodo, doloroso o meterte en un problema, no lo guardes ni lo envíes sin cifrarlo convenientemente (y menos aún a través de medios inseguros como WhatsApp). Es más, si es un material sensible para ti y no vas a saber o querer tratarlo como tal, plantéate no crearlo.

Dos, el nivel de sensibilidad depende mucho de tu proyección pública: dado un incentivo suficientemente elevado a la revelación de un secreto, no existen medios capaces de prevenirlo: como acertadamente decía Gene Spafford (Spaf),

«The only truly secure system is one that is powered off, cast in a block of concrete and sealed in a lead-lined room with armed guards – and even then I have my doubts»

(El único sistema verdaderamente seguro es aquel que está apagado, metido en un bloque de hormigón y sellado en una habitación forrada de plomo con guardias armados – y aún así tengo mis dudas)

Y al tiempo que escalan los incentivos, también lo hace la magnitud potencial del daño provocado (aunque este pueda ser igualmente doloroso, al menos en lo personal, cuando somos unos desconocidos y quien ve lo que no estaba previsto que viese es un reducido grupo de personas).

Tres, el derecho al olvido no existe, ni aunque Olvido sea tu nombre. Una vez puesta en circulación la información, seguirá ahí, y empeñarse en eliminarla o en que no circule es tan banal como matar al mensajero.

Cuatro, este no ha sido el primero ni va a ser el último caso de este tipo. Ni sabemos cuáles son las circunstancias específicas, que pueden ir desde un descuido o un problema de relaciones personales, hasta una sofisticada conspiración internacional empleando a expertos espías del Mossad para exponer el material (y en estos casos, tiendo a otorgar más probabilidad a las soluciones más simples), ni va a ser el único caso en cualquiera de sus variedades. Veremos más descuidos, más casos de problemas personales que terminan en violaciones de la intimidad, y más casos de ataques organizados destinados a obtener dicha información. Es, simplemente, un signo de los tiempos y un reflejo de la cualidad inherente a los bits: el ser condenadamente escurridizos.

Cinco: lo verdaderamente preocupante no es que las amenazas a la intimidad vengan de nuestros descuidos, de nuestros amigos o de nuestros enemigos, sino que vengan de nuestro gobierno. En este momento, los temas vinculados con la privacidad en la red que tendrían que estar copando los titulares de los medios son los relacionados con la monitorización de las personas y con las leyes que se están dictando en ese sentido. Eso es lo verdaderamente importante, una amenaza ante la cual debemos plantearnos incluso la posibilidad de redefinir y reescribir los mismísimos protocolos de internet.

Y seis: nos hallamos, como comento en el artículo, ante un replanteamiento drástico y generacional del concepto de privacidad. Los jóvenes no están locos ni llevados por la insensatez de su juventud, simplemente son distintos, como es lógico cuando han nacido y crecido en un entorno diferente a aquel en el que crecimos nosotros. La mayoría de los jóvenes verían este asunto, si les interesase lo más mínimo, como algo inicialmente desagradable, pero inofensivo. Sinceramente, me preocupan, me ofenden y me avergüenzan infinitamente más las imágenes de los energúmenos vociferantes de Los Yébenes a la salida del pleno municipal que el vídeo de la concejala en cuestión. Como sociedad, deberíamos hacernos mirar mucho más eso que lo otro.

14 comentarios

  • #001
    Gorki - 8 septiembre 2012 - 13:31

    Me niego a comentar el tema de la concejala de los Yebenes pues es un asunto que solo compete a ella misma y a los que la eligieron para ocupar ese puesto. No obstante un descuido de ese tipo le puede ocurrir, si no a cualquiera, si a muchas personas que tenemos por normales,

    Pienso en casos como el que en su momento se hizo famoso, de la «metalera y el pagafantas» donde los protagonistas eran personas absolutamente anónimos, sin cargo publico ni importancia mediática alguna y que si no destrozó su vida, si marco para siempre a los dos protagonistas.

    Bien, eso es una cosa que puede ocurrir en esta sociedad. Hay pues una regla que tienes que aprender, «No digitalices nada que te preocupe que se pueda difundir», como dice Edans «los bits son condenadamente escurridizos». pero se le ha pasado indicar sus otra propiedad, son como la cabeza de la Hidra de Lerna, de cada copia que retires, nacen dos.

    Respecto de nuestra intimidad a resguardo de los poderes públicos soy absolutamente pesimista, el Estado, (independientemente de quien mande), tiene medios masivos de monitorización de la sociedad, que no dudará en utilizar siempre que lo considere conveniente y las posibles leyes que se hagan nada van a impedir.

    La única solución es pasar desapercibido, usar la técnica del pez chico de formar cardumen ante el pez grande, ser tantos y tan iguales, que creemos dificultad a la hora de perseguir el blanco.

  • #002
    María - 8 septiembre 2012 - 14:01

    Si los gobiernos insisten en espiar a los ciudadanos, van a tener serios problemas (o dedicar un gran trabajo) para discriminar la información. Puede que esa sea la única defensa que nos quede, la saturación intencionada con información falsa o inútil.

  • #003
    Antonio Garcia Saenz - 8 septiembre 2012 - 14:25

    Estamos en un nuevo orden moral, todo lo que va a quedar de esto es el bonito cuerpo bien formado que presenta esa señora de 50 años «y todo lo dema zon tonteria», bueno tambien que quiza el marido la abandone solo por enterarse de tan mala manera de la infidelidad, sino ni eso… la gente sabe que con Photoshop Paint Pro y demas y unos cuantos pixeles colocados aqui y alli se puede construir cualquier realidad cualquier dibujo animado de la nada que parezca verdad pero que nunca jamas sucedio en realidad … nada vale nada

  • #004
    Mario - 8 septiembre 2012 - 22:02

    Aquí en Perú tuvimos uno de los pocos emprendimientos informáticos exitosos cuyo objeto de comercio no era la distribución de piratería sino precisamente la privacidad de las personas. Quizás en España alguna start up podría replicar y mejorar la idea, con la asesoría del IEBusiness School y capital de riesgo; en todo caso describo el modelo de negocio bastante sencillo por lo demás.

    Se trata de crear un site posicionado y publicitado especialmente para promover y enlazar videos íntimos de parejas o indiscreciones de famosos, en general de contenido erótico y de preferencia explícito. El material es filmado con o sin consentimiento de la persona filmada (eso no interesa), sin identificarse el uploader (tampoco interesa), puede ser protagonizado por menores de edad (mejor aún); lo único importante aquí es que genere un tráfico interesante rentabilizado mediante ad senses. Este negocio está ligado al de la extorsión pues su existencia permite a las personas filmar inconsultamente a una pareja ocasional y luego amenazarla por dinero con su publicación en este site.

    En un principio este site no tenía ni siquiera términos y condiciones que liberasen de responsabilidad al webmaster, pero luego de un pequeño escandalete mediático por el vídeo de unas mujeres policías simplemente filmadas en ropa interior por una de ellas en plan de juego, el site ofrece ahora, «motu propio», la posibilidad de eliminar los enlaces a petición de los perjudicados. Por supuesto que esto se cumple solo en la medida que el video en cuestión no le esté generando rentas al site. Los videos de famosos, por ejemplo el de su concejala, podrían tardar varias semanas en ser retirados.

    Demás está decir que el webmaster nunca sabrá nada lo que pasa en el site y que él solo se limitó a enlazar cosas que no conoce y no entiende por qué está ganando tanto dinero y tiene tantas visitas. Se trata en resumen de una página de enlaces tradicional, pero libre de todo aquel engorroso asunto del copyright, la ley Sinde o los derechos de autor, más aún cuando el uploader y extorsionador, es en este caso, el propio autor del video.

  • #005
    Jose Luis Fernandez - 8 septiembre 2012 - 22:32

    Esto no tiene nada que ver con la moral, es cotilleo puro y llano

  • #006
    juan Urrios - 9 septiembre 2012 - 07:50

    Querido Enrique:
    Totalmente de acuerdo con la base de tu artículo sobre privacidad, no tanto con el tema de Los Yebenes, esta chica ha sido tremendamente imprudente, es un cargo publico, ademas es maestra de un colegio y está casada, con ese triplete no se le ocurre una idea mas feliz que grabarse un video de alto contenido erótico masturbandose para enviarselo a un amigo intimo, probablemente con la intención de felicitarle en su cumpleaños de forma tan singular, a su marido probablemente le haya encantado la idea, a los padres de los alumnos del colegio donde imparte clases, seguramente que también, recordemos el caso de otra maestra italiana que era modelo de lencería en sus ratos libres y la tremolina que se armó, y finalmente al consistorio en pleno también le habrá hecho mucha gracia y le habrán incluso aplaudido. El problema es su imprudencia manifiesta, un cargo publico debe ser ejemplar para el resto de ciudadanos que representa, y evidentemente este no ha sido el caso, independientemente que en su vida privada cada uno puede hacer y tiene el pleno derecho de hacer lo que quiera, pero siempre estamos hablando de libertades y pasamos un poco de lado de obligaciones y responsabilidades, y nuestros derechos terminan donde empiezan los de los demás. En desacuerdo absoluto con el comportamiento de la gente que la increpa como si de islamistas radicales se tratase, pero ella ha demostrado que está bastante descerebrada y con ese nivel mental no puede desempeñar un cargo público, y si resulta que es muy inteligente, peor aún, es tremendamente imprudente y lo mas sensato y digno es que dimita de su cargo por el serio error cometido, como ocurriría en cualquier trabajo si cometes un error importante, no vale quejarse y decir que mala es la gente, hay que asumir responsabilidades y pagar los platos rotos. Hay valores en la vida que al margen de las modas, no cambian y la tendencia del todo vale ni es buena ni nos lleva a ninguna parte. Un abrazo

  • #007
    montadito - 9 septiembre 2012 - 11:36

    Pues a mi no me vale el argumento de que «los bits son escurridizos» y ya está. Y si del vídeo que hablamos es el de un menor violado o quemado vivo, la policía irá a sus padres y les dirá: siento la perdida de su hijo. El vídeo de su muerte no podemos quitarlo de la red porque los bits son escurridizos.

    No puede ser que alguien se pueda bajar una peli de 2 gigas en una hora, y que para retirar un vídeo de 200 megas en youporn (el de la concejala de Los Yebenes) haga falta una semana.

  • #008
    Gorki - 9 septiembre 2012 - 14:18

    007 montadito
    Teguste o no los bit son escurridizos, ¿se te ocurre como parar la moticia de la horrorosa restauración de Ecce Homo?

  • #009
    Aloe - 9 septiembre 2012 - 14:25

    #6: El problema es su imprudencia manifiesta, un cargo publico debe ser ejemplar para el resto de ciudadanos que representa, y evidentemente este no ha sido el caso,

    Varios errores de bulto:
    1. Un cargo público no tiene que ser ejemplo de nada. Tiene que ser honesto en su cargo, y a ser posible competente, y punto. Incluso la interpretación más expansiva de «honesto en su cargo» no incluye la vida sexual de nadie, mientras no tenga que ver con algo delictivo.
    2. Las imprudencias no tienen que ver con la calificación moral de los actos. Si el vídeo la pillara aceptando sobornos, lo malo sería aceptar sobornos, no grabarlo. Si el video la tomara hurgándose la nariz o en el water, la cosa produciría vergüenza, pero no habría nada moralmente reprobable. Este vídeo equivale a hurgarse la nariz, solo que la carga que lleva una actividad sexual (morbo y moralina) lo hace distinto… pero no moralmente distinto.
    3. Lo de «evidentemente (…) este no es un buen comportamiento» es un juicio temerario sobre una materia que no es un asunto público. Si el comportamiento ha sido moralmente reprobable, es algo que sabrán su marido y alguna persona más, y que podrán calificar, cabrearse o exigir algo (si es el caso) ese marido y pocas personas más.

    La única manera de ver ahí un mal comportamiento es ser un puritano que se mete en los genitales de los demás, y un súbdito que no comprende qué es la ciudadanía, que no comprende que los cargos políticos son (deberían ser) iguales que todo el mundo, tanto en sus derechos personales como en su status: ni son un estamento «superior» ni tienen que tener la moral sexual de los talibanes, ni su vida sexual es asunto público.

    Hablando de talibanes, la turba ejemplarizante que la insulta solo se diferencia de estos en que no se atreve a lapidarla directamente. Menos mal. Pero la actitud que tienen es la misma. Y la tuya.
    ¿Patrocinas quizá que tengamos un MInisterio de Promoción de la Virtud y Represión del Vicio como el que caracteriza a algunos de nuestros más odiados regímenes islamícos? Porque si es que no, ya me dirás cómo lo justificas…

    Hace muchas dácadas, las maestras tenían que cumplir un código de comportamiento «decente» que incluia su ropa, su tiempo libre, su vida privada y con quien podían verse, vivir o tratar. Parece que tú piensas que eso sigue vigente. Y eso sí que es vergonzoso.

  • #010
    Montadito - 9 septiembre 2012 - 17:04

    8, Gorki: ¿Cómo evitas que la gente vaya a más de 70 Km/h por la Calle 30?

    A que hace pocos años parecía imposible. Si alguien te dice hace unos años que la gente no pasaría de 70 en la M30 le hubieras llamado loco.

  • #011
    Gorki - 9 septiembre 2012 - 17:49

    010 Montadito

    ¿En qué mundo vives? ¿Crees en serio que los coches van por la M30 a 70 kn/h.? – Si pisieran multa a los que van más rápido. el Ayuntamiento de Madrid no tendría problemas de tesorería.

    Por cierto, No me has contestado a mi pregunta, ¿se te ocurre como puede la justicia y la policía parar la noticia de la horrorosa restauración de Ecce Homo?. ¿Que hacemos?, ¿Ponemos una multa a los que la difunden o metemos en la cárcel a los que se han reído de una pobre beata?

    Y si los que se ríen de ella son japoneses, http://blog.livedoor.jp/fun_takedatake/archives/54143494.html

    ¿qué, montamos un conflicto diplomático para obligar al Japón a que retire la página?.

    Cuando encuentres una solución policial y judicial para el caso de los que se ríen de una pobre beata, la podemos aplicamos al caso de la concejala de Yebenes y si funciona, tendremos la solución para casos más extremos que cuentas.

  • #012
    Xaquín - 9 septiembre 2012 - 19:16

    Desde luego que la monitorización efectuada por autoridades, con lei o sin ella, atacan mucho más la privacidad (un derecho humano)que los ataques de individuos sueltos. Prefiero que me robe un chorizo solitario que un equipo de banqueros, narcotraficantes o policías corruptos…

    Y sobre la relatividad del uso de imágenes también estoy de acuerdo con eso de que la gente más joven lo vive de forma diferente. Un preadolescente nativo en internet no puede tener una mirada velazquiana de la realidad, ni siquiera impresionista (eso se lo dejamos a la restauradora de Borja, por ejemplo). Un preadolescenete está incluso por delante de Picasso, ya que el photoshop le enseñó que el poner 2 caras de la misma persona a un mismo cuerpo quedó obsoleto, cuando se le pueden poner 2 caras de diferentes personas al mismo cuerpo… la virtualidad supera a la abstracción…

  • #013
    montadito - 9 septiembre 2012 - 19:31

    11, Gorki: ¿es tan difícil de entender que hace 5 años los coches iban en promedio a 90 -100 Km/h por la M30, y con medidas coercitivas han pasado a ir a 70 – 80 Km/h?

    Yo vivo en Madrid, y cuando voy por la M30 alucino al ver como los radares y las multas funcionan y la gente va mucho más despacio. No se «en que mundo vivirás tu» para no verlo.

    Es decir, con medidas coercitivas junto con educación, si se puede cambiar el comportamiento de la mayoría. Y lo mismo puede aplicarse a internet.

    Supongo que tu pensarás que como nunca se podrá evitar que alguien se salte alguna norma de la circulación, no sirve para nada que haya radares y guardias de tráfico/controladores. Pues mira por donde con esas medidas que según tu no sirven para nada en unos años se ha pasado de 5000 muertos al año en carretera a menos de 2000.

    P.D.: No se que tendrá que ver el caso del ecce homo con lo que hablamos. Que tendrá que ver la divulgación contra su voluntad de un vídeo privado (Yebenes) o de un video delictivo (violación o vejación) con el caso de la restauración defectuosa de una pintura.

    P.D.2: Y desde luego que este tipo de cosas no se puede parar por completo, pero si no te preocupa que cualquiera pueda vejarte a ti o a tus hijos, colgarlo en internet y que no haya manera de pararlo…

  • #014
    David Romero - 12 septiembre 2012 - 17:14

    Gracias. Cómo me gustan estos post que mueven a la reflexión e incluso a nuevos post, como es mi caso: http://precaver.org/2012/09/si-no-puedes-protegerlo-no-lo-filmes/

    Resumiendo, Enrique, y yéndonos a lo técnico, se desprende de tus conclusiones una nueva máxima que equivale a la tradicional «si no quieres que se sepa, no lo cuentes»: «si no puedes protegerlo no lo filmes».
    En cuanto al cifrado, recomendamos a tus animados lectores la aplicación TrueCrypt o, más sencillo pero de pago, WinZip o programas de compresión análogos que permiten establecer clave. Y siempre recuérdese que, por muy potente que sea el programa y el sistema de encriptación, si la contraseña es débil, la protección será débil.
    Saludos.

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