Big data y el futuro de la medicina

Un recomendable artículo en GigaOM, «Better medicine, brought to you by big data« incide en un tema sobre el que ya hemos hablado anteriormente, la para mí fascinante intersección entre las posibilidades analíticas surgidas a partir de la proliferación masiva de datos y las ciencias de la salud.

El artículo cita, sin entrar en profundidad, ocho áreas en los que la adopción de tecnologías relacionadas más o menos directamente con la idea de big data podría afectar a la práctica médica: la genómica, las posibilidades del business intelligence en manos de los doctores, la búsqueda semántica en ficheros de casos enormes y distribuidos, el uso de Hadoop en el análisis de datos biológicos, el uso de superordenadores y software de inteligencia artificial como Watson para acceder a información y respuestas a preguntas en lenguaje natural, el uso de modelos predictivos diagnósticos mediante minería de datos, la idea de crear el perfil profesional del data scientist residente en los hospitales, y la aplicación del crowdsourcing a la investigación científica mediante redes sociales y compartición voluntaria de datos.

Estamos en un momento de enorme profusión de datos. La velocidad a la que esos datos se generan es desmesurada, y muchos de esos datos tienen posibles usos y consecuencias de cara a la investigación médica. Todos llevamos encima un teléfono móvil convertido cada día más en auténtico conjunto de sensores capaces de proporcionar todo tipo de datos sobre nosotros, nuestro estilo de vida, nuestros movimientos, el nivel de ruido que nos rodea, la temperatura ambiente, nuestros ritmos de sueño, etc. No, eso no es tu teléfono, es tu tracker, y la decisión de obsesionarse con su potencial en un mundo dominado por algún aprendiz del Gran Hermano frente a utilizar esos datos de cara a la mejora de la salud puede ser interesante. Después de todo, ya vivimos episodios en los que las personas deciden, no sé si del todo «libremente», compartir la información de sus compras con tarjeta de crédito o de la caja negra de su automóvil con sus respectivas compañías de seguro médico o de seguro de automóvil con el fin de ahorrarse parte del importe de la póliza (y que, en consecuencia, pagan en metálico si van a tomarse una hamburguesa con extra de colesterol :-) Las posibilidades parecen mucho más nobles si uno decide donar esos datos, convenientemente anonimizados, a un equipo de investigación biomédica.

Pero no solo es el móvil. Un número progresivamente mayor de personas optan por alguna variedad del «quantified self« o «yo cuantificado«, lo que nos convierte automáticamente en generadores de información sobre nuestros niveles de actividad, distancia recorrida, desnivel superado, calorías consumidas e ingeridas aproximadas, consumo de agua, peso, porcentaje de grasa, índice de masa corporal, o incluso variables como ritmo cardíaco, presión arterial, glucosa en sangre y otros si cuentas con los dispositivos adecuados. Desde hace unas semanas, todas las mañanas me subo a una báscula que transmite vía WiFi mi peso y porcentaje de grasa a una aplicación que la procesa y almacena. ¿Vería problemático compartir esa información con propósitos de investigación, si me asegurasen la confidencialidad? En mi caso, la respuesta es claramente no. Me pondría a hacerlo inmediatamente si con ello puedo contribuir al progreso de la ciencia.

¿Y qué decir del avance permanente en el campo de los «personal genomics«? La primera vez que mencionamos 23andMe en esta página en marzo de 2008, su test de secuenciación a partir de una muestra de saliva capaz de determinar el origen geográfico de tus marcadores genéticos y la propensión a enfermedades genéticamente predeterminadas costaba mil dólares. Ahora cuesta trescientos. Miles de personas en todo el mundo están optando por pruebas de este tipo mediante empresas como AppistryBina TechnologiesDNAnexus o NextBio, dando lugar a un futuro en el que la disponibilidad de información genética nos afectará in ninguna duda en nuestro desarrollo como personas y como comunidades.

Decididamente, un mundo diferente. Y una señal para quienes quieran buscar oportunidades en la interfaz entre medicina, analítica de datos o diseño de productos/servicios en este ámbito. Mucho de lo que hoy muchas personas consideran ciencia-ficción hace ya tiempo que ya no lo es. Su aplicación a un área considerada parte del bien común solo es cuestión de tiempo y de la provisión de las garantías adecuadas. Y sin duda, no va a tardar.

6 comentarios

  • #001
    Enrique Gracia - 16 julio 2012 - 14:57

    Hola Enrique.

    Sólo una apreciación por si te interesa: El anuncio de Idealista.com en el margen derecho de la página molesta bastante cuando lees la entrada. Con tanto cambio de imágen dentro del campo visual no me ha permitido concentrarme en la lectura.

    Parece mentira que Jesús Encinar haya aprobado un anunció así de molesto. En fin…

    Saludos.

  • #002
    Enrique Dans - 16 julio 2012 - 16:32

    #001: No es para tanto. La animación es fuerte y tiene elementos llamativos (verde ácido y fotografías no precisamente discretas), sí, pero no se sale de su cuadradito, no suena, no se extiende y, aunque lleve el tema de la animación un tanto al límite, no incumple ninguna de las reglas básicas habituales para ser considerado intrusivo como tal (al menos, no las que yo fijé en su momento). De todas formas, si te molesta mucho, dale un clic con el botón derecho y en el menú contextual que sale, dile que detenga el loop o bucle, con eso debería funcionarte, se parará en cuanto termine el siguiente ciclo de animación y se quedará en forma de recuadro verde.

  • #003
    David - 16 julio 2012 - 23:04

    Te cuento algo que me paso hace poco: tenia un problema de salud al que podían aplicarse algunos tratamientos y la doctora tiro de bases de datos, estadísticas y protocolos para llegar a la conclusión de que debía seguirse una alternativa concreta.

    Esa misma alternativa ya había fallado anteriormente 3 veces aplicada a mi persona y lo peor es que ella lo sabia. Naturalmente, se negó en redondo a contemplar las otras alternativas cuando la pregunte por ellas.

    Lo que quiero decir es que tener bases de datos ingentes, sistemas expertos extraordinarios y estadística biomedica a raudales no sirve de mucho si pierdes de vista que estas ante un paciente único y extraordinario y cada enfermedad se puede comportar de manera diferente en cada persona.

  • #004
    Jordi Torres - 17 julio 2012 - 08:21

    Enrique, felicidades por este post que acerca al público no técnico a este tema tan interesante e importante de manera tan divulgativa.Una contribución importante. Gracias, J

  • #005
    Jose Luis Portela - 17 julio 2012 - 11:56

    No sabes lo que me ha gustado tu post. Combina cosas que me apasionan, la investigación, la medicina, los proyectos y la gestión de equipos de alto rendimiento. En numerosas ocasiones menciono el tema en clase de la investigación del cáncer y porque motivo no se avanza todo lo esperado, los datos demuestran que todavía se mueren muchas personas (segunda causa de muerte en España muy cerca de enfermedades cardiovasculares).

    Para mi la respuesta es sencilla. Stakeholders (empresas) con objetivos muy distintos (y por tanto no compartidos), grupos de investigación que casi NO comparte lo que investigan con otros (compiten por premios y reconocimientos).

    Por muchos investigadores increíbles que tengamos, por muchos laboratorios en el mundo, si NO TRABAJAN EN EQUIPO Y COMPARTEN no se avanzará.

    Siempre he pensado que las nuevas tecnologías de la información mejorarían dramáticamente todo esto, pero a pesar de todo, a no ser que los grandes actores decidan colaborar, no se llegará muy lejos

  • #006
    Miguel Perez - 17 julio 2012 - 12:30

    Cada vez se esta avanzando en que la medicina sea más preventiva, actua antes de que la enfermedad aparezca, que paliativa, actua cuando la enfermedad aparece. Pensemos como ha cambiado la mecanica de los coches desde que vamos a revisiones de forma regular y desde que recogen y procesan datos a través de un mayor numero de sensores.

    La probabilidad de tener una enfermedad se puede detectar con precisión con la ingeniería masiva de datos de determinadas variables biologicas procesados de forma contextual es decir viendo como evolucióno yo con respecto a las estadísticas de otras personas de mis características.

    En este nuevo sistema el centro de salud es el que llama al ciudadano antes de que este se vea obligado a ir a causa de una enfermedad que podía haber evitado.

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