¿Qué hacemos con los correos?

emailFrancamente, no lo sé. Por lo que veo, la gente puede clasificarse en función de pautas de comportamiento muy diferentes, que me imagino que tendrán que ver con formas de ver la vida, de desarrollar su trabajo, o con las conjunciones astrales del día en que nacieron, no lo sé. El caso es que, en función del uso que hacemos del correo electrónico, podemos ser de varios tipos:

  • El «auditor«: Todo aquello que le envían debe ser guardado y clasificado con mimo… nunca se sabe cuando va a venir Peláez a decirle que él le pidió nosequé con fecha nosecuantos, o cuando se caerá el servidor corporativo y habrá que reconstruir la memoria colectiva a partir tan sólo de sus archivos, convirtiéndole así en héroe nacional… Su bandeja de entrada aparece limpia y ordenada, tan sólo permanecen en ella los correos sin procesar, que requieren acción por su parte o esperan contestación. Como un ordenadísimo Ministerio. Todo lo demás, pasa a ser cuidadosamente clasificado en carpetas. Periódicamente, como sabe que los archivos .pst del Outlook tienden a inestabilizarse cuando superan un tamaño determinado, los archiva cuidadosamente, los pasa a un CD, y vuelve a empezar sólo con los últimos tres meses… En realidad, jamás ha tenido la necesidad de consultar uno de esos correos que se almacenan en los CDROMs de su estantería, pero todas las tardes, al quitarse los manguitos, se siente fenomenal sabiendo que están ahí…
  • El del «Síndrome de Diógenes«: como esos durísimos casos que aparecen de vez en cuando en las noticias… «hallado muerto en su domicilio un anciano entre toneladas de basura». Lo guarda todo, pero todo, todo, todo. Desde el primer correo que le envió su novia, ahora madre de sus hijos, hasta los mensajes basura que le persiguen todos los días ofreciéndole alargamientos descomunales de determinadas partes de su anatomía. Algún problema en su cerebro le impide discernir lo que es verdaderamente importante de lo que no lo es, pero quien sabe, a lo mejor algún día puede ser útil para algo… Su bandeja de entrada almacena miles de correos, sin clasificar, pero sabe o cree que están allí, al menos los que ha recibido desde la última vez que se cayó el ordenador o se cambió de trabajo…
  • La «memoria selectiva«: se trata de una variante atenuada del síndrome de Diógenes o del auditor. Probablemente empezó igual, pero en algún momento, su ordenador explotó y le dejó amnésico, sin memoria histórica. Vagó desorientado durante algunos días, pidió a todos sus conocidos que le reenviasen sus correos, y al comprobar la futilidad de su intento de reconstrucción memorística, empezó a hacerse selectivo. Ahora guarda sólo las cosas que son importantes, pero no tiene ni idea de que ocurrirá si algún día su archivo vuelve a explotar. Vagará otra vez desorientado durante algunos días, y poco más.
  • El «sentimental«: guarda sólo lo que tiene «de verdad importancia», el correo con su evaluación del desempeño, el e-mail de una ex-novia que le encontró en Google, la carta de aceptación de su artículo, el correo de despedida a toda la organización de aquel tío tan majo que trabajaba en el despacho de al lado… nunca los ha vuelto a consultar, pero ahí los tiene, en una carpetita que cuelga de su bandeja de entrada, como fotos amarillas en un álbum…
  • La «entropía total«: no sabe lo que tiene, ni donde lo tiene. De vez en cuando agrupa su enorme bandeja de entrada, en la que se acumulan spam, newsletters de todo tipo, correos de amigos y temas profesionales de todo tipo, y realiza operaciones que pueden calificarse en algún lugar entre la «pira purificadora» y la «limpieza étnica». Tienen diferentes cuentas que se forwardean correo entre sí, e intuye que en algún lugar siempre puede encontrarse aquel correo, pero la última vez que lo intentó pasó tanto tiempo intentando encontrarlo, que se le olvidó lo que estaba buscando…
  • El «vivalavirgen«: ¿Para qué vamos a guardar nada, si la vida es un sinvivir? Total, las cosas se clasifican entre las que no son importantes, y por tanto hicimos bien en borrar, y las que sí lo son, y por tanto ya nos volverán a enviar… De vez en cuando nos abroncan por eso de «¿qué pasó con aquel correo pidiéndote nosequé que te envié el día tantos del tantos… «, pero total, siempre se le puede echar la culpa a la tecnología… En su bandeja de entrada, sólo unos pocos mensajes recientes. Después nada. Nada anterior a quince días. Nada en los elementos enviados. Vive en el éter, pero vive bien, despreocupado, feliz… Se ríe con el chiste que le envían, tal vez lo reenvía a algunos amigos, pero después nada, ni copia de lo que recibió, ni de lo que envió. De vez en cuando alguien le retira el saludo, pero él nunca llega a enterarse ni entiende porqué será que ese tío que le suena tanto le mira tan mal…

¿Dónde os véis? Yo creo que oscilo entre entrópico, Diógenes y auditor, pero depende… en el ordenador del despacho me comporto distinto de como lo hago en el de casa, y muy distinto de lo que hago en el portátil. Además, la cosa cambia con las diferentes oleadas tecnológicas… no es lo mismo el Outlook que explotaba cada vez que el .pst se aproximaba a dos gigas, que la monolítica solidez del Thunderbird, o la sensación de ilimitado de Gmail… Lo que sé es que efectivamente, jamás he vuelto a desemplovar ninguno de los archivos con aquel correo que me envió el primer journal que aceptó un artículo mío, o con el que me envío vete tú a saber quien… nada. La utilidad práctica de haberlos guardado se reduce a la tranquilidad de saber que si me ocurre como a Harrison Ford en aquella película y pierdo completamente la memoria, podría, si quisiera, reconstruir gran parte de los últimos años de mi vida… o al menos una extraña visión parcial de los mismos… sin tener en cuenta cuando reventó aquel archivo o cuando me cambié de ordenador, o… No sé, creo que cada día tenderé más al «vivalavirgen» hasta llegar a la entropía total…

¿Qué hacemos con los correos?

 

ACTUALIZACIÓN (10/03/2015): el suplemento Smoda, de El País, cita este artículo en uno titulado «Estás ‘infoxicado’ y tienes síndrome de Diógenes digital: ¡combátelo!» (pdf)

21 comentarios

  • #001
    aercilur - 27 marzo 2005 - 13:13

    yo soy de los que los guarda, y de vez en cuando hace un backup por si las moscas. Alguna vez me ha sido util(aquel trabajo que está todavia en el correo), y alguna otra vez me he puesto a leer aquellos primeros emails que mandaba y recibía. Todavia me acuerdo de mi primera cuenta de correo electronico en OZU, y como le pedí a un compañero que me escribiese algo para ver que era aquello del correo electronico. Pena que se me olvidase mi usuario de OZU. Ahora los emails mas viejos que tengo tendran unos 3 años.

    Saludos

  • #002
    ponalgoyya - 27 marzo 2005 - 16:57

    Definitivamente yo me encuentro en el de «vivalavirgen».

    Aunque tiendo a guardar cosas importantes, pero no llego al «sentimental» que guarda cosas que no vuelve a consultar…

  • #003
    vb - 27 marzo 2005 - 17:52

    Este es un tema del que se ha hablado mucho antes en otros circulos, sobre todo academicos y de investigacion, y ahora algunos blogs estan escribiendo mucho sobre el tema de gestion personal de informacion (como 43folders.com – lifehacks y muchos otros).

    Por ejemplo el articulo titulado:
    «Email Task Management Styles: The Cleaners and the Keepers» es muy parecido a esta entrada.

    http://doi.acm.org/10.1145/985921.986032

    (Lo podeis ver si teneis una ACM DL Account)

  • #004
    Sergi - 27 marzo 2005 - 18:35

    Definitivamente, soy del tipo «auditor», tanto en la oficina como en casa… Tengo archivos .pst desde hace 7 años (!!!) hasta la actualidad, con citas, correos y archivos guardados…, claro que si alguna vez perdiera la memoria…, pediría a alguien que destruyera los CD’s antes de tener que volver a leerlos todos!!

    Lo que se ha convertido en una rutina de guardar «por si acaso», quizás a partir de hoy me lo empiece a replantear…

  • #005
    Guillermo Fajardo - 27 marzo 2005 - 18:49

    Yo me guío por una regla que leí hace bastante en una revista de management:

    «TRAF»

    Toss -> equivalente a borrar
    Refer -> equivalente a reenviar
    Act -> equivalente a «trabajar»
    File -> equivalente a «enterrar en el archivo»

    Funciona.

  • #006
    Bruja del Norte - 27 marzo 2005 - 19:22

    Esta vez voy a comentar algo, aunque soy una lectora silenciosa y profana en el mundo tecnológico, que aprende algunas cosillas leyendo. Del correo electronico (soy una firme defensora de utilizar las palabras en español cuando existen)guardo lo muy, muy importante, lo demás a la basura.

    Y otra cosa: ese gatito que has puesto es tuyo??? es igual, igual, igual que mi gata! Podrían ser hermanos de camada por lo parecidos que son, incluso tienen el mismo color de ojos, y esas orejas puntiagudas ;-)

  • #007
    A.A. - 28 marzo 2005 - 00:13

    Yo era del tipo auditor, hasta que intenté recuperar uno y resulta que no pude, por problemas de versiones y demás historias.
    Ahora sigo guardando hasta que veo algo que ya sé que no me interesa. Una vez cada dos o tres meses cedo a la nostalgia y decido qué no borrar, y todo lo demás fuera (y si es muy especial, lo imprimo y al baúl de los recuerdos).

    Lo malo es que cada vez tengo menos tiempo y más correo, así que tendré que elegir entre seguir en plan sentimental o pasarme a la entropía total saturando cuentas de gmail una detrás de otra (¿soy el único que ya se ha hecho otra?).

    Por cierto, ¿dos gigas de correo? La web en castellano estaba en 30gigas la última vez que lo miré (no había blogs). ¿Algún dato más reciente?

  • #008
    kaotico - 28 marzo 2005 - 05:52

    beno yo sin duda un vivalavirgen, primera vez que entro en este blog y me a gustado muxo la verdad…
    por cierto brujadelnorte (defensora de utilizar las palabras en español) si los latinos hubiesen pensado como tu ahora no existiria el castellano… piensalo: todo se entremezcla y asi se evoluciona!

  • #009
    Iñigo González - 28 marzo 2005 - 07:56

    En el trabajo, hasta hace poco, estaba en modo «Diógenes» hasta que me pasé a «entropía total» por culpa de los correos automáticos que me mandan los equipos, y las listas de correo a las que *por narices* me suscriben en la empresa aunque no me sirvan para nada.

    Ahora tengo la bandeja de entrada vacía y unas cuantas carpetas «Hazlo», «En espera», «Tal Vez», «Terminado», y «¿Borrar?».

    La carpeta «¿Borrar?» es la más útil: cuando no sabes si debes borrar un correo, lo mandas allí y tarde o temprano acabas mandandolo al guano.

  • #010
    Catuxa - 28 marzo 2005 - 13:04

    Pues aunque no debería decirlo por eso de «en casa del herrero…», pues creo que soy del tipo «entropía total», y la cosa se complica al trabajar con varios ordenadores cuando descargaba los mensajes en el outlook.

    También tengo alguna pinceladas del tipo sentimental, y si bien es cierto que guardo celosamente una carpeta con aquellos correos que no me gustaría perderme por nada del mundo :), al final los mensajes se acumulan allá y nunca vuelven a ser leídos.

  • #011
    EduardoE - 28 marzo 2005 - 16:01

    Yo vivo en la entropía total. No se donde puede estar un email en particular, pero si no es por los filtros antispam y otras herramientas, tendría un desastre gigantesco con el manejo de los mails.

    Yo tengo registros de mis mails en Outlook (.pst) Outlook Express (.mbx) y en los de Thunderbird, el cliente que utilizo actualmente, y en archivos de emails individuales (.eml).

    Lo que yo requiero es un programa de email (o plugin) que pueda aprender a clasificar los emails.

  • #012
    Serlio - 28 marzo 2005 - 20:48

    Entropía total, sin duda.

    Pero, qué quieres que te diga, los ratos de «pira purificadora» o «limpieza étnica» de la bandeja de entrada me resultan hasta divertidos. Me descojono viendo los correos que incomprensiblemente en su momento no borré «por si acaso».

  • #013
    Pasajero de la red - 28 marzo 2005 - 22:58

    Enrique, es curioso que hagas una clasifiación y luego no sepas donde colocarte a tí mismo :-) Aunque no está mal el lanzar una pregunta al tendido para animar los comentarios, en lugar de tan solo dar tu opinión de algo y esperar a que otros den la suya. Aunque en el fondo, no sé hasta qué punto nos puede interesar lo que hace Perico los Palotes con su email pero bueno :-)

    En mi caso, soy un «auditor» nato. Guardo casi todo y todo bien clasificado. A la papelera van, aparte de los mensajes de spam, mensajes que no digan nada en absoluto, tipo «vale gracias». Aparte de eso, tengo guardados hasta mensajes de email que me enviaron a mi primera cuentecilla de email en @fas.harvard.edu allá por 1991. No me arrepiento, al contrario.

    Aparte, cuando recibes cientos de mensajes diarios de personas que no conoces (mi caso, debido a mi trabajo), nunca está de más tener una referencia, caso que en el futuro te contacten y te quedes «y este tipo ¿quien coño es?» y repasando el historial, al menos veas que no es la primera vez que te escribe, que bien podria ser un buen cliente.

  • #014
    torresburriel - 29 marzo 2005 - 10:53

    Sin duda, auditor compulsivo ;-)

  • #015
    IoZ - 29 marzo 2005 - 19:09

    Etooo…..
    Pues yo soy tambien un auditor compulsivo con algún toque de Síndrome de Diógenes (quien dice que el spam no sirve para nada: http://blogs.msdn.com/oldnewthing/archive/2004/09/16/230388.aspx).
    Por supuesto, mantengo al día mis copias de seguridad en previsión de una posible catástrofe apocalíptica (oh! ¿y que pasa si se estropean los CD’s de las copias de seguridad?!!! aaaargh!! voy ahora mismo a hacer replicas en DVD…).
    He estado pensando tambien el caso de perdida de memoria, y he encontrado un punto flaco que me preocupa, ¿como recordaré donde estan las copias de seguridad?, o peor aún. ¿como sabré que tenía hechas esas copias?
    Creo que no voy a poder dormir esta noche :)

  • #016
    ls - 29 marzo 2005 - 21:01

    Yo igual… me costo pasar de Outlook a Evolucion pero hay estan todos los correos … jeje
    Y la verdad es que sí los uso…
    tengo mala memoria y de ves en cuando les pego una ojiada…
    tengo hasta mi primer correo q envie cuadno era joven :D

  • #017
    pobrecito hablador - 30 marzo 2005 - 03:51

    En realidad guardo todo menos el spam, y tengo una copia en el servidor de correos, un mailbox enorme que no se como lo podria bajar de cuando en cuando hago una copia de ese mbox y le pongo fecha y todo para que quede en el servidor.

  • #018
    Braben - 30 marzo 2005 - 12:42

    Auditor. La tecnología lo permite. Filtros, filtros bayestáticos anti correo basura y por último, el uso de la etiqueta «leído». Si un correo requiere acción y no lo puedes hacer entonces, simplemente lo pones como no leído.

    Tengo hasta el primer mensaje de hace unos seis años que dice «Probando. ¿Funciona?». Una suerte haber apostado por Netscape Messenger y ahora disfrutar de su magestuosa evolución hacia Thunderbird.

    Además pronto seré un héroe nacional si necesito recuperar uno de los backups escrupulosamente organizados por fecha. ¿Obsesión por el orden? No, sólo me aprovecho de una buena tecnología.

  • #019
    Isa - 31 marzo 2005 - 08:08

    Hace dos años, en la oficina, no borraba nunca los mensajes, por si las moscas. Mi cuenta estalló, literalmente. Lo perdí todo… No me ha vuelto a pasar, claro. Ahora borro (casi) todo e imprimo lo importante.

  • #020
    angela - 20 agosto 2007 - 10:24

    como borrar mi correo electronico estoy recibiendo mensajes como si yo misma me los mandara…

  • #021
    Marcelo - 18 junio 2008 - 08:33

    Yo soy del tipo auditor y aprovecho casi todas las funcionalidades que me brinda Google al respecto. Los mails más importantes los tengo impresos y escaneados por las dudas desde hace 12 años.
    Hago backup como todo el mundo y ya no sé donde meter los CD/ DVD, así que backapeo dos veces al año y no todos los meses como antes; aún conservo unos 200 diskettes de 3 1/2 de otras épocas y otro tanto de data en pen drives. Sé que todo lo que tengo es importante y siempre me ha sacado de apuros; de otra manera no los conservaría.

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