eBay y las historias para no dormir

Es impresionante lo que el invento de Pierre Omidyar da de sí a la hora de generar polémicas. Primero fueron los que pretendían demandarlo porque allí se intercambiaban desde organos vitales, hasta cocaina, pasando por una abuela, una noche con la mujer de uno, la virginidad de otro, un alma o un caza F117a Nighthawk. Ahora (vía Baquía), llega Tiffany, y pretende demandar a eBay porque en este mercado se subastan una gran cantidad de falsificaciones de artículos suyos. Es impresionante. Es como pretender denunciar al Ayuntamiento de Nueva York porque en Canal Street se venden Rolex falsos. A mí me han dado una idea… una vez, en los salones del Casino de Madrid, una ponente fusiló de manera alevosa una presentación mía, en la que había superpuesto el logo de su compañía y su nombre… allá voy a denunciar, pero no a la sinvergüenza en cuestión, sino ¡¡al Casino de Madrid!! O mejor, al estado español, en cuyo suelo ocurrió el delito. Yo hay cosas con las que no paro de alucinar.

Digo yo que Tiffany podrá denunciar a los falsificadores, a los vendedores… si le echa imaginación y se porta como las discográficas, podrá denunciar hasta a los compradores… pero de ahí a denunciar el suelo donde pisan, es decir, el lugar en el que se desarrolla la transacción, va un mundo, ¿no? Más cuando es demostrable que la propia eBay intenta impedir en la medida de sus posibilidades el intercambio de material ilegítimo mediante programas como VeRO (Verified Right Owners), cosa que la ciudad de Nueva York no hace con Canal Street, ni obviamente el Casino hizo con mi presentación…

¿Cuándo se van a dar cuenta de que esto es una NUEVA economía?

2 comentarios

  • #001
    JM GALLEGO - 1 julio 2004 - 08:36

    Creo que hay un pequeño y escabroso detalle: Ebay cobra su parte de comisión, por lo que, «en rigor», esta generando dinero derivado de actividades cuando menos punibles.

    Saludos

  • #002
    Enrique Dans - 1 julio 2004 - 16:05

    Hombre… los puestos en Canal St. también pagan licencia al Ayuntamiento. Y el Casino de Madrid cobra por el alquiler de la sala, y se beneficia más si a la conferencia viene más gente porque hay que alquilar un salón más grande…

    Tengo mis dudas conceptuales sobre si el crear un mercado debe hacer a quien lo crea totalmente responsable de todo lo que ocurra en él. Los periódicos, en ese caso, estarían todos procesados por colaboración en actividades de prostitución, por ejemplo, y nadie se rasga las vestiduras por eso de «Deborah, 50 euros, completo, en piso o en hotel»…

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