Economistas que hacen mal su trabajo

IMAGE: Kheng Guan Toh - 123RFUn gran artículo de Joel Mokyr, «What today’s economic gloomsayers are missing«, y una fantástica interpretación de Mike Masnick, «Economists don’t understand the information age, so their claims about today’s economy are a joke«, cuya tesis central es que los economistas convencionales están completamente perdidos cuando se trata de calcular el valor generado por la economía de la información.

La tesis me recuerda poderosamente las apreciaciones de Erik Brynjolfsson sobre la paradoja de la productividad, aquella teoría de Robert Solow que afirmaba, no en un artículo académico, sino en la crítica de un libro en el New York Times, que «veía ordenadores en todas partes, excepto en las estadísticas de productividad».

Obviamente, la tecnología generaba enormes ganancias en productividad, y el problema era que el pobre Robert Solow, simplemente, no las podía medir con los métodos convencionales: por un lado, aparecían ganancias en fuentes no tradicionales de generación de valor como incrementos de calidad, de servicio al cliente, mejoras en flexibilidad productiva, etc. que las métricas tradicionales no eran capaces de medir. Por otro, se producía una redistribución de la riqueza que, al ser tomada en agregado, compensaba ganadores con perdedores y ocultaba los efectos. En tercer lugar, existían desfases temporales derivados del proceso de adopción tecnológica y de los factores necesarios para aprovechar esa tecnología, como el aprendizaje. Y en cuarto, problemas derivados de la gestión de la tecnología, que al ser llevada a cabo por directivos no entrenados o que incluso tenían prevenciones ante su incorporación, no permitían ponerla en valor.

La paradoja de la productividad fue, en realidad, un proceso que se curó con el tiempo: hoy sería imposible explicarnos la economía sin el aporte de las tecnologías de información. Sin embargo, como bien apunta el artículo de Mokyr, muchos economistas siguen haciendo mal su trabajo cuando no son capaces de entender la economía de la información. ¿Qué factores «se pierden» esos economistas?

Por un lado, un problema de medida: el uso de una métrica deficiente como el producto interior bruto, incapaz de recoger el valor generado por productos que son gratuitos para el usuario, y que en las estadísticas de productividad aparecen como aparentemente «carentes de valor». Muchas de las ganancias generadas por la economía de la información son simplemente ignoradas por el PIB, no aparecen en ningún sitio, y nos llevan a comparaciones y apreciaciones sobre el crecimiento o decrecimiento de la economía que, sencillamente, no tienen ningún sentido. Por otro lado, el hecho de que la tecnología tienda a producir progresivamente cosas que son a la vez mejores y más baratas: un ordenador el doble de potente por la mitad de precio aparece en las estadísticas como un valor económico de sencillamente la mitad, no como cuatro veces más – que es el valor que realmente aporta.

El ejemplo utilizado por Mokyr resulta especialmente ilustrativo: si los avances en tecnologías que permiten el teletrabajo o los coches sin conductor fuesen capaces de reducir el tiempo que los ciudadanos de un país emplean en los desplazamientos a la mitad, ese factor no aparecería más que indirectamente en las estadísticas de productividad y en el PIB, aunque estaría contribuyendo enormemente a la economía, a la felicidad y a la productividad de todos esos ciudadanos, lo que convierte a la tecnología no en nuestro enemigo, sino en nuestra mayor esperanza.

Mientras los economistas no se apliquen a entender los elementos diferenciales de la economía de la información y las facetas en las que tiene lugar su aporte de valor, estarán, sencillamente, haciendo mal su trabajo, midiendo mal, y muy posiblemente, dando argumentos a una toma de decisiones inadecuada.

 

This article is also available in English in my Medium page, “The economists who are doing their job badly«

8 comentarios

  • #001
    Gorki - 19 agosto 2014 - 23:39

    Churchill decía que hay verdades mentiras y estadísticas. Cualquiera que tenga un poco de experiencia en presentaciones, sabe perfectamente que con estadísticas se puede fundamentar por igual una idea y la contraria, solo basta elegir adecuadamente los datos y el punto de comparación, e interpretar debidamente las variaciones en mas o menos observadas.

    Si algo que parece imposible de ocultar, como son las viviendas, nadie sabe cuantas hay vacías esperando venderlas o alquilarlas, pensar que el PIB es exacto es absurdo, Todos sabemos la multitud de facturas sin IVA que manejamos. ¿Cuanto porcentaje supone? ¿Se tiene en cuenta? ¿Como se mide?

    Por otra parte, con la crisis cada vez hacemos mas cosas por nosotros mismos, desde transportar y montar muebles de Ikea a la autoconstrucción, un sector que está en auge, basta con ir a Leroy Merlin a la sección de materiales de construcción para verlo y ademas esta todo el mundo «maker» que se esta desarrollando a pasos forzados, de personas que se hacen la ropa, a quien ha transformado un dormitorio en un estudio de sonido.

    ¿Como se refleja a producción de bienes que eso produce en las estadísticas? — De ninguna forma.

    Gracias a ello, una crisis que en los papeles es demoledora, con un indice de paro angustioso, se ha podido soslayar en parte, aunque no quita que haya muchos quien verdaderamente no ha encontrado forma de evitarla, hay mas que afortunadamente han encontrado la chapuza que les vale para ir tirando.

  • #002
    Carlos - 20 agosto 2014 - 04:26

    Creo que es fácil de ver que el progreso tecnológico es lo único que genera crecimiento sostenible en la economía. Es lo que nos permite producir cada vez más trabajando el mismo tiempo, y esta producción adicional se traduce en una mejora de la calidad de vida. Las estadísticas elaboradas por los gobiernos creo que no sirven de mucho. Basta con ver el IPC, donde no computa el coste de la vivienda, cuando resulta que normalmente es el mayor gasto de un hogar.

    No estoy de acuerdo en la parte de que los servicios gratuitos para el usuario no computan en el PIB. Las empresas que proporcionan esos servicios tienen ingresos por otros medios (publicidad, etc.) y por lo tanto generan beneficios que de alguna manera computarán, digo yo. Al fin y al cabo, sin beneficios no hay empresa que sea sostenible en el tiempo.

    Probablemente muchos piensan que dónde está la mejora de la calidad de vida que supuestamente nos trae la tecnología. Que antes vivíamos mejor, etc… Y tienen parte de razón, dicha sea la verdad. Pero culpar a la tecnología no es la respuesta. Si creen que la culpa es de los avances tecnológicos, lo tienen tan fácil como irse a vivir a una caverna y aislarse del mundo. Para encontrar la respuesta hay que mirar hacia los bancos centrales y sus políticas. A quien le interese el tema y quiera aprender más, le recomiendo empezar leyendo esta fábula:

    http://jaime.gomezobregon.com/wp-content/uploads/quiero_toda_la_tierra_mas_el_cinco_porciento.pdf

    Por cierto Enrique, me sorprende que todavía no hayas escrito nada sobre Bitcoin. Me pregunto si todavía no has tenido tiempo de comprenderlo bien o si resulta que lo entiendes demasiado bien ;-). Un saludo.

  • #003
    jose luis portela - 20 agosto 2014 - 10:14

    Gartner escribió;»Changing the View of ROI to VOI — Value on Investment» Strategic Planning, SPA-14-7250 K. Harris, M. Grey, C. Rozwell
    Research Note, 14 November 2001 .

    En este articulo habla del Valor de la inversión vs el retorno de la inversión. Muy recomendable su lectura. (si alguien lo quiere se lo envio por mail).

    Estando de acuerdo contigo al 100% en tu post y con este articulo de Gartner, todavía sigo viendo muchísimos proyectos que tienen un componente de IT detrás, que no aportan realmente valor y que no impactan en la cuenta de resultados de la compañía. Las causas son muchas, y no da aquí para escribirlas todas, pero si tuviera que resumirlo, diría algo tan simple que cuando se arranca un proyecto IT, muy pocos se hacen estas preguntas: ¿Cuál es nuestro problema? ¿Cuál es la causa raíz de verdad del problema? ¿Que aporta en concreto esta nueva tecnología?.

  • #004
    Garepubaro - 20 agosto 2014 - 11:55

    Lo fundamental es que si la mayoria de la economia va a ser «no monetaria», osea uno escribe un libro y otros lo leen gratis, la energia provendra de una pequeña placa solar para toda la casa, que pasa de abuelos a nietos de lo durardera que es, y sin factura mensual y los estados reciben pocos ingresos para mantener todas sus estructuras, la gente transcurre su vida sin actividad economica etc etc … de ahi que la politica conocida, esta que se basaba en el capitalismo, mercado y tal, pues ira dando paso a extrañas formas politicas y extraños partidos que empezaran a irse viendo mientras lo actual va haciendo cada vez mas aguas a todos los niveles, como estos crecimientos economicos anunciados con euforia pero que solo van yendo a parar a paraisos fiscales, y nadie los disfruta etc, e incluso funcionaran ya ideas del siglo XIX que fracasaron en el XX y se creian perdidas, porque la Historia da continuas sorpresas

  • #005
    Pedro Torres - 20 agosto 2014 - 12:26

    «If you pay peanuts you get monkeys».

    La gran mayoría de economistas somos soldados a sueldo de propaganda interesada.

    Durante el boom a los gestores de riesgo que denegaban hipotecas los echaban, en las cajabanco Españolas y en las gestoras de riesgo de Wall Street. En Inside job está el ejemplo de un gestor de riesgos que le pregunto a su jefe porque tenia que aprobarlo todo, y el jefe le dijo que lo que el firmaba por la mañana, por la tarde se lo había comprado Wall Street.

    ¿Hablamos de Tasadores? ¿Son malos profesionales los tasadores? ¿Donde han quedado sus «tasaciones»? ¿Acaso es que no computaban los ordenadores?

    Cuando pagas por hacerlo MAL, luego que nadie se sorprenda que las tasaciones o lo que digan «los economistas» sea una mierda pinchada en un palo.

    Hay quienes nos equivocamos porque somo humanos y luego están los lobbies y castas que pagan a quien lo hace mal…

    ¿Curioso que se pague por hacer mal las cosas y se despida a quien las hace bien?

    Aquí es cuando hay que sacar a Ayn Rand y sus idead de la mediocridad del grupo que prostituye la creatividad de unos pocos.

    Como economista conductual, me ha encantado ver que procrastinas ;) Yo soy un chapucero, un inútil, un borrego, pero como economista, tengo la suficiente coherencia para ver cuando se desprecia el método científico en pos de propaganda mediocre e interesada.

    Blesa no sabía lo que eran las preferentes… ¿Quien leches valora un profesional Enrique? Eres un privilegiado ;)

    P.D. Cuidado con la privada… Un profesional coherente y objetivo, donde arrasa es en unas duras oposiciones.

    P.D2. Grande Solow, y su regla de oro del crecimiento EN EL LARGO PLAZO es que equivale al tipo de interés. Si los intereses están por los suelos es que no hay proyectos rentables y si no creas valor añadido no hay crecimiento. Parece que se está cumpliendo, llevamos unos años con crecimiento y tipos de interés por los suelos.

  • #006
    Noelle Acheson - 20 agosto 2014 - 13:42

    El PIB nunca fue una medida fiable, aunque casi todos ponemos mucha fe en su evolución. Y a pesar de la ayuda tecnológica en la recaudación de los datos necesarios para su cálculo, imagino que su fiabilidad va a disminuir aún más con la incorporación el mes que viene de la economía sumergida de la prostitución y el tráfico de drogas. Pero ya que estamos cambiando cómo se mide, ¿por qué no podemos seguir tocando la definición de qué es “aportar valor”?

    Muy notable este artículo en Foreign Affairs (paywall, 1 artículo gratis) de febrero de este año, que comenta la caída de la relevancia de la medida PIB, y las tres cosas que los economistas deberían tomar en cuenta para mejorar su utilidad:

    1) la complejidad económica de la innovación, y de la globalización de las cadenas de producción

    2) el creciente peso de los servicios y las actividades intangibles, como las que aportan valor pero que no tienen remuneración económica (los buscadores, YouTube, Facebook, Wikipedia, blogs como éste…) – información “aporta valor”, pero ¿cómo se mide?

    3) la sostenibilidad, y si el consumo de recursos no renovables tendrá un efecto en el PIB en el futuro – el crecimiento de ahora resta crecimiento del futuro?

  • #007
    Antonio Castro - 20 agosto 2014 - 14:41

    Básicamente estoy de acuerdo con ese punto de vista, pero no se trata solo de las dificultades de medida de la productividad, sino de muchos más factores que en su mayoría no se conocen bien o son poco controlables y que pueden dar un auténtico vuelco a la productividad.

    Seguro que habrás leído lo complicado que está resultando a Meneamé rentabilizar económicamente un proyecto que yo calificaría de brillante y de mucho éxito.

    Un apunte personal rápido sobre el canon AEDE http://gallir.wordpress.com/2014/07/22/un-apunte-personal-rapido-sobre-el-canon-aede/

    Personalmente yo no percibo ningún gran error en Meneamé. Si pusieran más publicidad perjudicarían sus resultados. Lo que ocurre es que no basta con no equivocarse. Además de ello hay que acertar en lo económico. Yo creo que la monetización no se suele lograr únicamente en base a lo que deja la publicidad web.

    Me parece importante relacionar lo que se muestra en una web con lo que eres capaz de ofrecer profesionalmente para así canalizar la atención en forma de posibles clientes.

    Te pongo un ejemplo: Menéame podría ofrecer servicios de pago a medios de información interesados en obtener determinados informes estadísticos a partir de la actividad generada en Menéame. El medio de información que no contrate un servicio como ese podría estar dando opciones a su competencia para que le ataque donde más le duela.

  • #008
    Manuel - 21 agosto 2014 - 21:45

    No debe confundirse valor y precio, es un asunto ya muy viejo. El PIB es lo que es según la definición que lo determina, y por ello no contempla la producción de bienes y servicios que no se intercambian gratuitamente o fuera del control estadístico. Ese es un defecto conocido (como ocurre con el trabajo doméstico, por ejemplo). Pero lo que no es un defecto es contabilizar ese ordenador tan potente por su precio, eso es correcto.

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