Secret en Brasil: decisiones judiciales y sus consecuencias prácticas

Secret (logo)Un juez brasileño parece estar barajando la ocurrencia de exigir a Apple y a Google que eliminen de sus tiendas de aplicaciones antes de diez días la app Secret, y a Microsoft que elimine de la suya el cliente Cryptic, utilizado por los usuarios de Windows Phone para acceder a esa misma app. Además, exige que borren remotamente dichas apps de los terminales en los que hayan sido instaladas en Brasil. El no cumplimiento de la sentencia acarrearía una multa de veinte mil reales diarios, unos 6.700 euros. La noticia fue publicada originalmente en portugués en Estadão, yo la vi a través de 9to5Mac.

El precepto legal con el que el juez pretende sostener su decisión es que la Constitución brasileña no permite el anonimato. Una norma tan de peso como pueden ser muchas otras dictadas en función de las leyes de cada país, y que reflejan la dificultad de competir con productos en una red que define un mercado intrínsecamente global, pero teniendo que acatar todas las leyes país por país.

Pero más allá de la discusión legal sobre el acatamiento de las leyes de aquellos países en los que se opera, me parece mucho más interesante especular sobre los efectos potenciales de una prohibición como la barajada por el juez brasileño. Sin duda, el uso de Secret puede dar lugar a situaciones en las que determinadas personas pueden verse difamadas de manera parcialmente anónima – siempre podrían reclamar por vía judicial a la aplicación que entregase los datos de un usuario determinado, que se dio de alta con una identidad que puede ser rastreada – y ese anonimato es susceptible de generar violaciones de los derechos de los implicados.

Pero la pregunta aquí es hasta qué punto una hipotética prohibición de la difusión de la app en un país tendría como resultado algún tipo de solución, total o parcial, al problema planteado. ¿Cuáles serían los efectos de que la app dejase de estar disponible en las tiendas de aplicaciones y desapareciese además de los smartphones de los usuarios que la tenían instalada? Hablamos de un ecosistema en el que la instalación de apps puede llevarse a cabo bien a través de las tiendas de aplicaciones, o directamente por el propio usuario mediante la ejecución de un programa. La instalación de un programa al margen de las tiendas de aplicaciones es un proceso sencillo que no requiere ningún tipo de conocimiento especializado: basta con tener acceso al archivo de instalación, que puede encontrarse mediante una simple búsqueda. En el caso de Android, una simple búsqueda del nombre de una aplicación como «Secret» unido a la extensión «apk» permite acceder a varios enlaces en los que se distribuye el fichero de instalación de la aplicación en varias de sus versiones.

Efectivamente, retirar una app de una tienda de aplicaciones de un país determinado no tiene ninguna complicación técnica, como tampoco lo tiene el llevar a cabo una desinstalación remota en los terminales de los usuarios. Es un procedimiento que se ha hecho en otras ocasiones, habitualmente con apps peligrosas o que incumplían sus términos de servicio. ¿Pero qué esperamos que haga un usuario que ve cómo una aplicación que usaba de manera más o menos habitual desaparece súbitamente de su terminal? Tras informarse mínimamente, lo normal será que el usuario se haga con la aplicación mediante el procedimiento citado, y continúe con su uso. La prohibición, además, traería consigo un importante nivel de ruido mediático y daría sin duda lugar a una gran popularización de la app, lo que terminaría por generar un efecto contrario al inicialmente deseado. En lugar de proteger a los usuarios de posibles actos de difamación, estaríamos generando una red aún mayor de usuarios de una app, y la habríamos además llevado a un entorno sujeto a un control mucho más complejo. ¿Qué sería lo siguiente? ¿Registrar los terminales de los usuarios para ver si tienen instalada la app prohibida?

Obviamente, hablamos de un problema complejo, pero también de la necesidad de ejercitar el sentido común y, sobre todo, el sentido de la medida. ¿Es técnicamente posible impedir completamente en un país el funcionamiento de una app como Secret, que permite difundir mensajes anónimos en una red de contactos? La respuesta, me temo, es negativa. A partir de ahí, la mejor defensa de los usuarios será tratar de obtener medios adecuados que permitan reclamar ante una eventual vulneración de sus derechos, pero no actuar como si la app no existiese o se pudiese efectivamente prohibir.

Como en muchos otros casos anteriores, la responsable del problema no es la herramienta, sino los usuarios y el uso que hacen de la misma, por lo que tratar de prohibir la herramienta en sí suele ser una aproximación errónea. Y en este caso, no solo errónea, sin además, contraproducente. ¿Debe un juez de aplicar la ley sin más, o debería considerar a la hora de hacerlo las más que seguras consecuencias que seguirían a dicha aplicación?

 

This article is also available in English in my Medium page, “Brazil tried to ban Secret: when national laws come up against internet reality«

15 comentarios

  • #001
    Ernesto del Valle - 20 agosto 2014 - 13:15

    El problema no está en la letra de la ley, sino en el sistema legal en su conjunto, que no contempla contextos transnacionales y que a duras penas puede manejar actos humanos «virtuales» (por contraposición a los actos físicos).

    Dejando a un lado las diferencias entre países, el sistema legal está basado en un modelo del s. XIX, incompatible con la Sociedad de la Información y con la cultural popular moderna.

    Las tensiones, los anacronismos y las inconsistencias irán a más. La falta de cultura digital de los legisladores, especialmente de los europeos, tampoco ayuda mucho precisamente.

  • #002
    Diego - 20 agosto 2014 - 14:02

    Un iluminado… el siguiente paso es eliminar el correo postal en Brasil, en desuso pero tradicional vía de amenazas anónimas.

  • #003
    Queimacasas - 20 agosto 2014 - 14:25

    Yo creo que en Brasil el asesinato no debe ser ilegal … siguen vendiendo pistolas ¿no?

  • #004
    Pedro Torres - 20 agosto 2014 - 14:37

    Me tope con un video de un indignado británico que sale a la calle con la intención de filmar como las autoridades amedrantan a los sin techo para que se vayan del centro de la ciudad. El problema no es la miseria, sino que se vea… ¿Si quitas la app del market arreglas algo? Lo mismo que echando a los indigentes del centro.

    Hipotesis: somos muy hipocritas y defenderemos nuestra hipocresía. Por ello los cambios son generacionales.

    A corto y medio plazo triunfa la hipocresía, y a largo plazo la objetividad. Lo decían de España en los 90, que la corrupción no afectaba a los resultados electorales en el corto y medio plazo, pero que eran determinantes en el largo plazo. Estas ideas son mas coherentes con Keynes, quien hablo de Sticky Prices / Sticky Wages, la resistencia de las expectativas a reflejar la realidad, y que puedes engañar a todos gran parte del tiempo.

    Ser liberal no es creer en el mercado o la iniciativa privada, sino en el método científico como búsqueda del conocimiento.

  • #005
    Mario - 20 agosto 2014 - 16:46

    Al final te preguntas si un juez debe aplicar la ley o no… ¿estás bromeando Enrique? Hasta tiene un nombre lo que propones: prevaricato.

    El problema nunca es la herramienta sino lo que la gente haga con ella es una verdad de Perogrullo. De hecho jamás he visto ninguna herramienta encarcelada, multada o castigada. Lo que sí he visto siempre es el uso o comercio de herramientas regulado, controlado o hasta prohibido en todas partes.
    No sé cuando fue la última vez que intentaste comprar 6 Ollas, Un Taladro y una pistola Glock 38 Especial en el autoservicio, pero te darías cuenta si lo haces, que no todas las herramientas son iguales ni su comercio o uso reciben el mismo tratamiento legal. Que la herramienta lleve el sufijo App tampoco la saca de jurisdicción, ni exime a sus usuarios o fabricantes de cumplir las leyes.

    Con lo que queda el argumento final: puesto que se trata de internet no vas a evitar que la gente la instale y por tanto hay que dejarlo pasar y adaptarnos, prohibirlo no es una buena idea. Bueno, tampoco vas a evitar ni con la prohibición más estricta, que un menor de edad o un delincuente acceda a un arma de fuego, cierto? ¿La solución es también eliminar las restricciones de ventas de armas y adaptarnos a esquivar las balas de los adolescentes? Sabes perfectamente que es «tecnológicamente» imposible que información personal nuestra no termine en un escritorio de la NSA si esta agencia se lo propone, de manera que, ¿deberíamos también adaptarnos, abandonar toda expectativa de privacidad como advirtió Schmidt sobre Gmail o proponer a Snowden, no para el Nobel de la Paz, sino para el Neoludita de la década?

    No pues. Un mínimo de coherencia te indica que uno no decide cuáles leyes deben cumplirse y cuáles no, muchas offline y ninguna online por ejemplo. Si tenemos algún problema con el cumplimiento de alguna ley centremos el tema en esa ley y no en la tecnología. Cuál es el balance final, por ejemplo, entre leyes que impiden o dificultan el anonimato frente al derecho de libre expresión.

  • #006
    Gorki - 20 agosto 2014 - 17:45

    Tal como estan de alocados los jueces si yo montara una empresa, situaria la sociedad en un pais razonable, y de tener que poner una sucursal local lo haría a través de una empresa local interpuesta.

    Así que si hay el riesgo que un juez me pide cosas tan absurdas como que borre de los ordenadores de mis clientes algo que les vendí cuando hacerlo era legal, simplemente no me presentaría a juicio, por no ser juez de mi jurisdición y la empresalocal no se presentaria por no haber tenido nada que ver en la transaccion.

    Luego nos quejamos que instalen las empresas de Internet en las Islas Comores, pero sinceramentem sentencias como estas, o las del «olvido» con Google, les están empujando a ello.

  • #007
    Antonio Castro - 20 agosto 2014 - 18:19

    Fruto de una discusión hace poco un comentarísta me retó a que saliera de mi anonimato y publicara mi foto y mi verdadero nombre. Se da la circunstancia de que en ese Blog, en una zona muy destacada, hay una sección titulada ¿Quien soy yo? Viene entre otras cosas mi foto y la tengo desde que abrí mi Blog. No creo que el anonimato sea algo demasiado ventajoso ni demasiado problemático.

    Por otra parte dudo que sea posible evitar el anonimato en Internet. La ocurrencia de ese juez parece más una pataleta que otra cosa.

  • #008
    Gorki - 20 agosto 2014 - 19:13

    # El aninimato es una opcion que ejerces o no ejerces según crear conveniente, Tu y eDans no la ejercis y yo si.

    Si nadie te obliga que vayas con un cartel con tu no,bre y apellido en la calle, y puedes dar una navajada a cualquiera, menos sentido tiene que te lo exijan en Internet cuando lo más que puedes hacer es cometer una difamación que por importante qe sea siempre será menor que un asesinato.

    Yo no se si quien firma las columnas en ls periódicos lo hace con su nombre o con un seudonimo, ni me pregunto por que lo hace. Segúun comentan, http://www.europapress.es/cultura/libros-00132/noticia-recopilan-7500-seudonimos-escritores-periodistas-dibujantes-pintores-catalanes-20130216113717.html hay 7.500 escritores, periodistas, dibujantes y pintores catalanes, que firman con seudónimo. ¿A alguien le parece mal?

  • #009
    Queimacasas - 20 agosto 2014 - 22:09

    @Mario: has leído todo el artículo? (3er párrafo )

    «siempre podrían reclamar por vía judicial a la aplicación que entregase los datos de un usuario determinado, que se dio de alta con una identidad que puede ser rastreada»

    Y luego es distinto poner limitaciones a la venta que prohibir la venta, que es lo que ha sucedido

  • #010
    Mario - 21 agosto 2014 - 07:20

    #009 Queimacasas, y tú has entendido de qué se trata mi comentario?

    En efecto, siempre se podrá investigar y obtener los datos de un usuario de Secret y enjuiciarlo, como también siempre se podrá investigar y enjuiciar al adolescente que consiguió comprar un fusil y acribilló a media escuela.
    Si fuera coherente Enrique concluiría que tampoco se debe prohibir ni regular el uso ni el comercio de armas de fuego porque siempre podremos dar con el responsable «después de» que se sucedan los hechos indeseables -aunque previsibles. Pero eso suena estúpido o al menos irresponsable.

    No se venden armas alegremente a menores de edad ni anónimamente porque esa herramienta se presta maravillosamente a asaltos, secuestros, robos, asesinatos, y a toda una serie de consecuencias indeseables que todos imaginamos. Por ello su uso y comercio está restringido o prohibido sin que nadie se despeine (sí, dije prohibido, sino prueba a comprar un Fusil ametralladora en vez de un revolver). Nadie alega sin embargo en este blog que no deben tomarse medidas preventivas y regular el comercio de armas de fuego, argumentando que después de la masacre siempre podremos dar con los culpables.

    Pero luego aparece Secret, una herramienta de internet, y que se presta maravillosamente al bullying, al acoso sexual, a los discursos de odio racistas u homofóbicos, a la difamación y a toda una serie de consecuencias indeseables, pero como se trata de internet, entonces ya no se debe restringir ni prohibir el uso de esta herramienta sino que el juez que vio el tema es un imbécil que debió prevaricar y dejar de aplicar su propia Constitución.

    ¿Te vas dando cuenta de lo qué falla en toda esta argumentación? ¿No ves todavía el doble rasero de Enrique en acción, uno para la internet y otro para la sociedad?

  • #011
    Enrique Dans - 21 agosto 2014 - 09:36

    #010: Mario, un periódico – y ya no digamos determinadas revistas o programas de televisión – sirven constantemente para difamar y emitir rumores no confirmados procedentes de confidentes anónimos. ¿Los cerramos? ¿Te vas dando cuenta de lo qué falla en toda esta argumentación? ¿No ves todavía el doble rasero de Mario en acción, uno para la internet y otro para la sociedad?

  • #012
    Alqvimista - 21 agosto 2014 - 10:32

    #11 Todas las noticias de un periódico o de una televisión van firmadas, bien por un periodista bien por el medio. Si una noticia resulta ser difamatoria hay muchas sentencias que confirman que se se puede perseguir y condenar a dicho medio/periodista.
    En el caso de Secrets, ¿es realmente seguro que puedas identificar al difamador?

    No olvidemos que Brasil es una democracia y que los brasileños eligen a sus legisladores: si esa ley no les gusta ya saben qué tienen que hacer.

    Mario sí tiene razón en una cosa, tiendes a afirmar que con Internet todo vale. Si una empresa empezara a dar servicio de transporte de viajeros contratando a particulares y sus coches, sin darse de alta ni siquiera como autónomos, etc, etc, probablemente estarías denunciándolo pero si es Uber la que lo hace…

  • #013
    Mario - 21 agosto 2014 - 11:03

    Estimado Enrique: un periódico de hecho sí podría cerrarse por una orden judicial. Publica un periódico de apología nazi en Alemania, o un periódico de pornografía infantil en cualquier parte si estás tan seguro de lo contrario. El hecho de llamarse «periódico» no lo coloca sobre las leyes o la Constitución y el hecho de llamarse «aplicación» tampoco.

    Lo que deberían hacer los de Secret es argumentar los usos lícitos de su servicio para encontrar un balance entre la prohibición de anonimato y el derecho a la libertad de expresión en Brasil. Esto lo adelanté en la última frase de mi comentario #5. Pero si lo único que se te ocurre decir es que por ser una aplicación no se les toca, es inútil intentarlo, las Constituciones no importan o los jueces deben prevaricar a favor de ellos pues suerte con eso.

  • #014
    acerswap - 21 agosto 2014 - 13:59

    El anonimato y la libertad de expresion son justo lo contrario. El anonimato es una herramienta para eludir la falta de libertad de expresion, y la libertad de expresion es poder expresarse a cara descubierta. Existe libertad de expresion, pero tambien esa libertad nos obliga a cumplir las leyes y a responsabilizarnos de lo que decimos.

    El que trata de juntar las dos cosas no es mas que un cobarde.

  • #015
    Krigan - 21 agosto 2014 - 23:48

    Mario:

    Debe ser que no te has leído el comentario de Diego (#2). ¿Cerramos el servicio postal en Brasil? Porque eso sí que es anónimo, y no Secret, cuyo servidor sabe quién envió qué. A lo cual añado que el email tiene iguales características. Te conectas a cualquier wifi gratis de un bar, registras una cuenta de email gratuita (o usas tu propio portátil como servidor SMTP), envías tu foto pedófila favorita, y no vuelves a usar esa cuenta (de Gmail o inventada en tu soft SMTP) como remitente. Voilá, tan anónimo como usar un buzón y un remite falso para enviar una carta. Habrá que prohibir el email en Brasil.

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