La geolocalización como herramienta cotidiana

Me llamó la atención este artículo de hace algunos días en el New York Times, «Keeping loved ones on the grid«, porque me evocaba mis pruebas de hace ya bastantes años (en 2007) con Navento, una empresa española desaparecida que hacía pruebas con un dispositivo similar: un pequeño dispositivo de seguimiento GPS con acelerómetros y tarjeta telefónica que permitía, cuando lo metías en el bolsillo, mochila, bolso o similar de alguna persona, ver su posición en un mapa de manera constante. La idea era hacer accesibles al usuario utilidades como el seguimiento de un niño, anciano, automóvil, etc., unido a la definición de alertas asociadas a si abandonaba un área determinada, si entraba en ella, si se ponía en movimiento, y muchas posibilidades más. En una época anterior a la difusión masiva de los smartphones y a la aparición de Latitude, y con una hija entonces preadolescente, la idea me llamaba bastante la atención. Anteriormente había probado dispositivos de seguimiento de vehículos: uno de ellos aún vive en uno de los coches de la familia, con su cuota anual incluida como reducción de la tarifa que paga por el seguro a todo riesgo, pero el planteamiento es diferente, porque no permite seguimiento si no es activado tras una denuncia por robo y, en cualquier caso, no se trata de un seguimiento del que el usuario tenga posibilidad de control alguna. Relacionado también, y más próximo a la idea de «internet de las cosas»; tenemos por supuesto los Find my iPhone, ese Prey que por suerte nunca he tenido que utilizar, y conceptos similares.

El concepto ha seguido evolucionando, y ahora, con duraciones de batería mayores y diseños algo más optimizados, se comercializan varios dispositivos, como el Amber Alert GPS de la foto pensado en el seguimiento de niños (AMBER Alert es el código utilizado en los Estados Unidos para las desapariciones de niños), Rocky Mountain Tracking (para el seguimiento de personas, flotas o recuperación de vehículos), eCare (para personas mayores), etc. que llegan en un momento en el que este tipo de tecnologías ya nos suenan más habituales y accesibles. El Latitude de Google, disponible desde febrero de 2009, es ya parte de la vida cotidiana de mi familia, en la que resulta perfectamente normal la frase «es que no me salías en el Latitude», y lo utilizo también en numerosas ocasiones para mostrar en clase, con la consola de privacidad de Google, hasta qué punto estoy compartiendo mi información, aunque por lo general no acepto a nadie salvo a familia y amigos de bastante confianza.

Con el campo de pruebas que me proporcionan mis clases, detecto claramente una evolución en la manera en que la sociedad percibe la geolocalización como fenómeno cotidiano. Hablamos de un tema que despierta aún mucha curiosidad fuera de los ámbitos más geek, que el usuario medio en muchas ocasiones todavía desconoce que puede hacer, y que nos lleva inmediatamente a evocar temas relacionados con la privacidad. En clase, la pregunta inmediata es cómo se puede controlar una función así, quién puede ver dónde estoy (típicamente unida a algún chiste relacionado con la pareja), qué posibilidades ofrece (informar de tu localización de manera permanente, dejar de informar, o situarte en un sitio determinado aunque te hayas movido del mismo), etc.

Ahora, estos dispositivos se van generalizando hasta el punto de venderse para localizar a un perro (de un tamaño razonable, dado el tamaño del sensor), o de adquirir varios para poder tener en el mapa a toda la familia. La idea es la comercialización de un servicio que, añadido a la venta del dispositivo, permita además funciones más avanzadas, como el poder convertirse en teléfono manos libres en el caso de personas mayores, o comunicarse incluso si estás fuera de redes de telefonía para personas que practiquen,por ejemplo, deportes de montaña. La idea, aparentemente, va resultando más aceptable a medida que el concepto de privacidad se diluye progresivamente de manera generacional y que va habiendo una relativa experiencia sobre su uso, pero mantiene aún cierto nivel de recelo razonable cuando hablamos de algo que a muchos les sigue evocando el seguimiento policial o la película de espías.

¿Hasta qué punto veis evolucionar este concepto de compartir el geoposicionamiento? ¿Nos lleva la deriva generacional a un mundo en el que compartimos de manera constante dicha información con nuestro entorno cercano o con empresas de servicios? ¿Dónde os veis en ese sentido?

26 comentarios

  • #001
    Raúl - 30 octubre 2012 - 07:36

    Buenos días, hace ya años, mi amigo César me comentaba la posibilidad de explotar comercialmente un dispositivo similar para localizar reses perdidas, ya que es tema habitual la desaparición de ganado por pérdida.

    Un abrazo y buen día.

  • #002
    Alberto Torron - 30 octubre 2012 - 07:53

    Yo estoy probando un equipo para el carrito de mi bebé que tiene un aspecto muy bueno y una funcionalidad web muy lograda. Además tiene un botón de «pánico» que permite que la persona que lo use haga una llamada de emergencia. El equipo está pensado para trabajadores solitarios (por ejemplo para aquellos que trabajan en el campo o la montaña), y funciona bien. El aspecto es el de un reloj digital de tramaño mediano. (http://www.masternaut.co.uk/lokate/).

    Creo que un punto crítico en este tipo de soluciones es la confianza en el proveedor, porque al final, se trata de dar acceso a información sensible -espealmente en el caso de niños-.

    Para nosotros se trata de un gran avance ténico y probablemente a medida que estas soluciones se abaraten (aunque ya tienen un precio razonable), acabaremos todos con un dispositivo que funcione de esta manera.

  • #003
    Chema Cepeda - 30 octubre 2012 - 08:00

    Buen artículo. Yo creo que este campo aún no ha explotado, pero lo hará en cuanto tengamos en el mercado dispositivos GPS de muy bajo consumo, que permitan semanas de funcionamiento sin recargar.

    Es un poco como el tema del bluetooth 3.0, que se está preparando para la inundación del mercado de todo tipo de dispositivos interconectados.

    En cuanto a aplicaciones, la salud es un campo donde más puede crecer el uso de estas tecnologías. Pacientes geolocalizados dentro y fuera del hospital, monitorización constante de la actividad física, acciones programadas en dispositivos cuando se acceda a un determinado recinto, etc.

    El potencial es increíble, pero necesita tecnologías de muy bajo consumo para que realmente nos olvidemos de que las llevamos encima.

  • #004
    montadito - 30 octubre 2012 - 09:00

    ¿Ha desaparecido Navento? Que pena. En mi empresa también hicimos pruebas con este software.

    Recuerdo salir a las calles adyacentes a mi ofi con el móvil, para ver si me seguía correctamente, o llevárselo mi compañero a su casa y seguirle desde la mía. Era muy novedoso seguir desde el Pc de tu casa los pasos de un amigo tuyo.

    Como cambian los tiempos, recuerdo que lo instalamos en unos ultramodernos dispositivos… … ¡¡NOKIA!!

  • #005
    Manuel Alcántara Plá - 30 octubre 2012 - 09:34

    Buenas:

    A mí sí me provoca dudas éticas. Por un lado, no creo que la sociedad de control sea precisamente algo exclusivo de las películas. Cada vez es más frecuente la persecución judicial por el simple hecho de estar donde el gobierno cree que no deberías estar (véase en este sentido el reciente ataque a los manifestantes contra el congreso). Por otro lado, incluso con preadolescentes, estamos variando su entorno, provocando que se sienta siempre bajo la protección familiar y no sé cómo afectará eso a su desarrollo. Desde luego, será distinto a quienes no sienten esa seguridad. Por último, creamos una imagen social extraña: ¿Cuántos adolescentes se pierden realmente en nuestro país? ¿Tiene una utilidad real más allá de la psicología de los padres?

    A mí ese futuro con la privacidad eliminada me da bastante miedo.

    Un saludo ( y gracias por la entrada, interesante como siempre).

  • #006
    hombrelobo - 30 octubre 2012 - 09:45

    A mi lo que más me preocupa es la utilización de esa información por otros países.

    Ya se que la NSA y medio USA tienen mis datos de geolocalización por el mero hecho de llevar un Androide encima, active o no Latitude. Pero aun así me preocupa.

    Y más me preocupa que nuestros ministros lleven encima un iPhone dando esos datos claramente a potencias extranjeras …. si se los dejan a sus hijos para que jueguen con ellos, ya me imagino cómo protegen sus datos …

  • #007
    Julio - 30 octubre 2012 - 10:45

    En Echome estamos probando la geolocalización para una iniciativa comercial. Básicamente, un sistema de fidelización de clientes para pequeños negocios que entre otras cosas permite a los locales «abordar cariñosamente» a los clientes VIP cuando entran en el local.

    Los métodos de fidelización tradicionales (tarjetas, bonos de descuento) generalmente entran en acción cuando los clientes llegan a la caja y es mucho más difícil prestarles una mejor atención que lleve a una mejor experiencia de cliente y fidelización.

    También incluye una función de reseñas tal que sólo se pueden escribir o leer reseñas desde el negocio (lo que ofrece una mayor fiabilidad contra reseñas falsas), que es una característica muy apreciada.

    En suma, para nosotros y nuestros clientes la geolocalización ofrece seguridad y privacidad.

  • #008
    Gorki - 30 octubre 2012 - 10:56

    Hay una dicho que aclara mi posición sobre el tema; «Perseguido hasta el catre»

    Dicho eso y por tanto siendo contrario como norma general a su uso, se me ocurren muchos casos en que tal cosa puede ser útil. Un ejemplo evidente y del que yo puedo llegar a ser usuario es para el seguimiento de personas con Alzheimer. Otro tema que podía ser útil en Taxis para poder justificar el recorrido hecho en función del tráfico. El control de vehículos de alquiler de mercancías etc.

    Por todo ello, no es que me oponga frontalmente al uso de este tipo de dispositivos, sino que su uso, tiene que venir precedido de un sólido motivo, simplemente para que me tengan localizado en cualquier momento, no me parece motivo sólido.

  • #009
    Capitan Cafe - 30 octubre 2012 - 12:42

    Buenos dias:
    creo que la tecnologia es algo imparable y lo mas curioso de todo, es que en cuanto algun nuevo dispositivo se implanta en nuestra vida, el ser humano tiene la rara capacidad de absorverlo y hacerlo en un tiempo record indispensable, asi pues, este nuevo producto, seguro que si se ha creado, es, para suplir una necesidad detectada, pero muy pronto se hara imprencindible para todo ser urbanita que se precie.
    si los bis-abuelos levantaran la cabeza…….
    saludos

  • #010
    Manuel - 30 octubre 2012 - 13:26

    Como sucede con tantas cosas de este mundo, Enrique, la tecnología puede servir para lo bueno, y lo malo. Y como el dinero, simplemente carece de esa cualidad subjetiva, si no que es un hecho objetivo que luego puede ser utilizado en un sentido o en otro, si bien los asuntos morales y éticos siempre deben estar presentes en los hechos científicos y tecnológicos, porque el avance por el avance, sin una sociedad que evolucione a la par que la ciencia y la tecnología, sólo sirve para crear una brecha entre el hecho humano y sus capacidades técnico-científicas, con todos los problemas que eso puede acarrear.
    Teniendo esto en cuenta, ya que suele ser la causa de que estos avances creen conflictos sociales, podemos hablar de dos cosas:

    a) El hecho teórico: Crear una aplicación/tecnología cuya finalidad es la seguridad de las personas, ayudar a regular el tráfico, ayudar a enfermos, etc.

    b) El hecho real: Que es el dinero el que manda. Pronto a algún listo se le ocurrirá almacenar y crear bases de datos con las trayectorias seguidas por cada usuario de la aplicación/tecnología, saber dónde se para, a dónde va, cuánto tiempo pasa en centros comerciales, qué restaurantes visita, en qué gasolineras reposta, y un largo etcétera. Todo eso puede servir para crear un producto vendible, y nos encontraríamos en las mismas que con Facebook, y es que una empresa se forra de manera ilícita a partir de información que realmente no le pertenece, pero que considera que sí porque la herramienta es suya.

    Sinceramente, en este tipo de cosas, de tecnologías, de avances, y también de leyes, desde mi punto de vista basta con que una sola persona pueda verse perjudicada para que yo me suma al lado de quienes piensan que es mejor ralentizar los avances en aras de encontrar un marco legal y social que permita su uso con el menor daño posible. Pero creo que lo de la geolocalización personal sería el colmo que falta para que toda la vida de las personas esté presente en la red, y acabar con el anonimato de la red. Circunstancia que, por otro lado, hay muchas personas, organismos, y administraciones, interesados en que suceda. Y la pérdida de la libertad tiene su primer escalón en el control de las acciones y la vigilancia, por mucho que se quiera vender como algo motivado por la seguridad.

    Al menos, ésta es mi opinión.

  • #011
    David - 30 octubre 2012 - 21:45

    No le veo ni la utilidad ni el negocio a que alguien sepa donde estoy en todo momento excepto si ocurre con mi consentimiento y con todas las demás variables bajo mi supervision exclusiva. Como esto ultimo no creo que vaya a poder garantizarse nunca, no le veo utilidad ni negocio al asunto mas allá de casos muy específicos o gente muy despreocupada.

  • #012
    Belén - 30 octubre 2012 - 22:40

    La mayoría de mis contactos cercanos están más que geolocalizados. Hablamos por el chat de Facebook, que indica en cada momento donde están, con poca exactitud pero lo suficiente. Antes con los checkins de foursquare también era fácil (ya no la uso).

    Si tuviera una hija adolescente, el GPS lo llevaría en el cinturón de castidad! ;)

  • #013
    Jesús - 31 octubre 2012 - 01:23

    Creo que el geoposicionamiento se ampliará para ofrecer servicios especiales en Internet de las cosas. Será importante nuestra posición, pero habrá muchos servicios relacionados con la posición relativa de los objetos y de la cercanía a otros objetos que puedan interaccionar con ellos; así serán servicios habituales los de inventario permanente de los objetos que entran y salen de casa, por ejemplo. También creo que el geoposicionamiento en breve se venderá (es decir, se recibirá una contraprestración por indicar permanentemente donde te encuentras y cuáles son tus características básicas) como forma de establecer ranking de espacios comerciales en la ciudad.

  • #014
    Felipe - 31 octubre 2012 - 02:20

    Yo no comparto mi posición con nadie. No me gusta, nii me parece práctico.

  • #015
    Eugenio Gallego - 31 octubre 2012 - 06:45

    Ahí van mis reflexiones de Julio de este año sobre este tema:
    https://eugeniogallego.wordpress.com/2012/07/01/geolocalizacion-personas-el-nuevo-gran-hermano/

  • #016
    Juanes - 31 octubre 2012 - 10:56

    Hasta cierto punto me parece adecuado siempre y cuando seas tú el que decida compartir tu ubicación o usar dispositivos de posicionamiento.
    Por ejemplo algo que me parece muy útil es para tus mascotas, sobre todo si tienes algun gato/perro que ya te haya dado sustos ahi por ejemplo si comparto tener un dispositivo que me permita saber siempre donde estan.

  • #017
    Gorki - 31 octubre 2012 - 12:28

    #012 Belén
    Como siempre, hay la tendencia de confundir una interfase persona/maquina con la persona. Los geolocalizadores sitúan la posición de la interfase, no de la persona que la transporta.

    Puedes dormir «tranquila» Belén, que tu hija adolescente, hará lo que le quiera, pero su cinturón de castidad, estará todas las noches a las 11 en casa y en su cama.

  • #018
    Víctor - 31 octubre 2012 - 12:44

    Personalmente este sector tiene dos vertientes:

    1) Hacer atractivo el conjunto de dispositivos y tecnología DE GEOPOSICIONAMIENTO y sus utilidades. He leído aquí; enfermos, niños, perros. Etc. Es un hecho la carrera que numerosos gigantes de las tecnologías llevan a cabo para hacerse con este potencial sector del mercado de la información. Una vez leí «en internet, si algo es gratis, es porque tú eres el producto»

    Pues bien. Eso me lleva a:

    2) Poder asignar una información más o menos detallada, un perfil asociado a la geolocalización. Sus patrones de movimiento en la ciudad. Qué hace los fines de semana. Que calles transita un sábado tarde un perfil de varón de 30 años soltero con ingresos medios en Madrid.

    Creo que la primera parte de la estrategia es normalizar. La segunda generar información REALMENTE VÁLIDA.

    Facebook puede vender tu perfil. Pero el que pueda geolocalizar esos perfiles se llevará el premio.

    O al menos eso creo.

  • #019
    Belén - 31 octubre 2012 - 12:55

    Ah, Gorki, veo que has pillado por dónde iba, jajaja

    Cuando yo estaba en aquella época, y los adultos aún no se habían enterado de qué iba la película, desviábamos las llamadas del fijo de la casa en la que «estábamos» a donde realmente estábamos o al móvil. De ahí la broma del cinturón. Con él no hay desdoblamiento de localizaciones xD

  • #020
    Gorki - 31 octubre 2012 - 13:24

    Tampoco te pases de lista. El que tus padres no se dieran por enterados, es otra táctica paterna más vieja que la tos. Cuando llamas a un teléfono desviado, en tu teléfono aparece un mensaje de desvío, ¿O es que te crees que yo no he tenido hijos! Ja ja ja

  • #021
    Belén - 31 octubre 2012 - 13:37

    Jajaja, no, te puedo asegurar al 100% que no salía ningún mensaje (eso lo comprobábamos cada vez!) ni se daban cuenta. Si no, hubiera pasado mucho tiempo en una celda de aislamiento de máxima seguridad.

  • #022
    Virgnia - 31 octubre 2012 - 14:50

    Por fortuna tenemos esta tecnología mucho más cerca, en Málaga hay una empresa que ofrece servicios de seguimiento desde hace tiempo con un software vía web, yo lo impresionante, tengo en mi coche, y ademas de localizarlo, me permite pararlo a distancia. El otro día me enseñarón un nuevo dispositivo similar a los relacionados en el post, pero este se puede configurar para que envíe la posición sólo cuando se produzca una emergencia, y en ese caso, envía la posición a una central de emergencias, y abre un canal de voz (manos libres) para que nos den ayuda desde un call center. Parece que lo estan usando para hacer teleasistencia móvil. Os dejo la web pos si os interesa. Esta en Ingles (no se por qué, porque ellos son de Málaga)

  • #023
    Virgnia - 31 octubre 2012 - 16:27

    Upsss se me olvido poner la web www.galileo-europe.com, y en platform.galileo-europe.com se puede ver una demo del sistema con vehículos de verdad. Por cierto, otra cosa alucinante, tienen una opción de uso de la plataforma gratuita.

  • #024
    Canario - 31 octubre 2012 - 16:29

    El descargar Google Earth es otra opción. Pero vale reconocer la calidad de este gadget.

  • #025
    Xaquín - 31 octubre 2012 - 19:51

    Como en cierto modo desvela el cruce Gorki and Belén el problema es que hagamos una sociedad donde los preadolescentes lleguen a adolescente con el hábito de ser seres humanos geolocalizados…los hace más maduros o menos? Para que inventó la madre (si llega a ser padre seguro que ya naciamos con chip incluido)naturaleza el «desconfía de papás y acertarás» (y viceversa)??

  • #026
    Gorki - 4 noviembre 2012 - 23:11

    En relación con el geoposicionamiento esta noticia

    «José Bretón, delatado por su teléfono
    El informe final sobre el móvil de Bretón revela que lo desconectó o puso en modo «Avión» cada vez que iba a la parcela para no ser localizado»
    http://www.abcdesevilla.es/20121104/andalucia/sevi-telefono-breton-ruth-jose-201211032207.html

    Con lo fácil que hubiera sido dejar el teléfono móvil (interface hombre máquina) en su casa, (se olvidé), o utilizarle para hacerse una buena coartada, (lo escondes en el water de en un bar y lo recoges luego).

    Aparte de (presunto) asesino, completo gilí, (algo que ya sospecháaba)

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