Me resulta imposible no sentir un cierto déjà vu de principios de siglo cuando escribo sobre este tipo de cuestiones: en 2011, Gabe Newell, cofundador de Valve, pronunciaba una frase que, hoy más que nunca, debería ser un mantra de la industria del entretenimiento: «La piratería no es un problema de precio, es un problema de servicio».
El auge de las descargas irregulares, término que prefiero con mucho a «piratería», no es una cuestión moral ni una excepción, sino una consecuencia lógica de un mercado que ha dejado de servir eficazmente a sus clientes.
La realidad es clara: en 2024, HUB Muso registró 216,300 millones de visitas a sitios que ofrecen contenidos sin autorización, una cifra astronómica que, aunque representa un descenso moderado del 5.7% respecto a 2023 frente al mínimo que representó 2020, no es señal de victoria, sino de evolución y adaptación de una demanda insatisfecha. A nivel global, el consumo irregular de contenidos televisivos sigue siendo el mayor, con cerca de 96.8 mil millones de visitas, pese a una caída del 6.8%. Sin embargo, el sector de la publicación digital (e-books, cómics, manga, novelas web, etc.) es el único que aumenta: crece un 4.3%, hasta los 66,400 millones de visitas, impulsado por la fiebre del manga, que representa el 70% del total de este sector, y las novelas web.
Este fenómeno no es homogéneo ni localizado. India, por ejemplo, contribuye con el 8.12% del tráfico global de descargas irregulares, convirtiéndose en el segundo país más activo tras unos Estados Unidos (12%) que pretendían perseguir a otros países por su «piratería rampante» cuando el problema fundamental lo tenían en su casa. Por sectores, el descenso en la piratería audiovisual es notable (–18% en películas, –18.6% en música, –2,1% en software), lo cual sugiere que en estas áreas, los canales legales están empezando a responder a las necesidades del usuario.
Leemos desde Suecia, tierra natal de The Pirate Bay y cuna de Spotify, que en 2024, el 25% de las personas, especialmente entre los 15 y 24 años, admitió recurrir de nuevo a contenidos no autorizados. El desplazamiento se explica claramente: plataformas fragmentadas, precios crecientes, publicidad intrusiva, restricciones regionales, compatibilidad limitada… una experiencia que convierte la suscripción múltiple – a veces cara, incómoda o confusa – en un boomerang que empuja al usuario hacia otra oferta, aunque sea irregular. Obsesionarse con el «lo quieren todo gratis» es una estupidez propia de quien no es capaz de ponerse en el lugar del cliente.
Este no es un problema moral ni tecnológico, es un problema de mercado. Igual que la música encontró rescate en Spotify, que ofrecía accesibilidad, catálogo, precio razonable y conveniencia, el audiovisual necesita su equivalente. Las suscripciones pueden costar cincuenta euros al mes, pero si no ofrecen una experiencia unificada, flexible y completa, el usuario encontrará otra alternativa. Y claro, cuanto más fragmentada y costosa sea la oferta legal, más atractiva resulta la irregular, aunque esta venga con publicidad invasiva o riesgos de seguridad.
Intentar combatir esta tendencia persiguiendo al consumidor o cerrando webs es como encender una vela contra el viento. Como apuntaba un informe de Kearney sustentado en datos de Muso, los típicos enfoques de antipiratería son insuficientes: hace falta una estrategia matizada, que entienda que no todos los consumidores son iguales: hay desde quienes no saben que consumen contenidos irregulares, hasta quienes lo saben y lo hacen conscientemente, o quienes lo harían legalmente si existiera una opción adecuada. Hay que poner el foco en los problemas de la oferta, y no en la demanda.
La historia de la música lo ilustra con claridad: antes de Spotify, recurrir a descargas irregulares era una solución lógica: los otros modelos eran caros o poco prácticos. La sencillez de Spotify y la educación del consumidor fueron la alternativa válida. Hoy, el streaming audiovisual vuelve a fracasar a la hora de seguir ese camino.
No se trata de reclamar que no se deba pagar por el contenido. Se trata de entender que si ofreces la solución correcta, el usuario pagará. Lo que mata la legitimidad no es el valor económico del contenido sino una experiencia fragmentada, cara, llena de muros y de obstáculos. En este contexto, la irregularidad se convierte en la alternativa más coherente para quien busca ver, leer o escuchar sin castigos y sin excesivos saltos entre plataformas.
Estamos ante una oportunidad clara: recuperar a ese usuario desatendido no se hace con leyes o bloqueos, sino con un mercado que le entienda, le ofrezca acceso fluido, precios razonables, catálogo unificado, plataformas compatibles y sin muros regionales absurdos. En ese momento, la irregularidad no podrá competir. Porque, como bien vio Newell hace más de una década, la piratería es, sobre todo, una cuestión de servicio.
You can also read this article in English for free on my Medium page, «Irregular downloads: when the market fails its customers, they find another way»


Tanto educar a mis hijos en que «Compartir es alegría», para que el estado nos diga que no, que compartir es delito…
Como he dicho varias veces «Mi religión me prohíbe pagar por lo que puedo conseguir gratis. y soy firme partidario del «Gratis Total».
¿Quiere decir que esté en contra de alguien se lucre del contenido que sube a la red.?.- En absoluto, me parece perfecto siempre que no sea yo el que paga.
Se que cuando me dan lago «Gratis Total», el producto paso a ser yo mimo y que lo que hacen es vender los datos que obtienen, y encantado de la vida que alguien saque provecho de mis datos, pues yo soy incapaz de sacar un duro de ellos. Para mi son como las Koplowitz, que saben sacar dinero de mi basura, y me alegro de ello y además estoy agradecido que todas las noches pasen a llevársela-
Si la ihnteligencia humana llegó a encontrat la forma de navegar a vela en contra del viento, creo que utiizando inteligencia hay quien saca dinero de la Piratería. por ejemplo los videojuegos, que han padecido la piratería mas que nadie, (cuando mis hijos iban al colegio cada colegio era un» hub» de pirateríia y al PC de mi casa llegaban los videojuegos antes que a las tiendas). Pero hoy, sabiendo manejar el tema, el negocio del video juego es de las industrias mas potentes, cobrando por servicios adicionales,
¿Quieres jugar?. SI,… es gratis
¿Pero con un compañero?. SI,… Entonces tienes que pagar por utilizar mi servidor.
¿Además querrás un espada invencible?. SI,.. Bueno pues puedes pasar por mi tienda y comprarla-
Yo he estado suscrito a varias plataformas a la vez y al final me he terminado desuscribiendo.
Aparte de que empezar a poner anuncios cada vez más intrusivos cuando quieres ver algo concreto los buscadores de las plataformas son inusables. Están pensados para que veas el contenido que ellos quieren, no el que estás buscando.
Entre eso y que te quitan y añaden los contenidos que les da la gana he terminado cancelando mis suscripciones y buscando canales alternativos.
El problema del mercado no es la libertad, es la plusvalía… intercambiar datos o pagar por ellos es algo lógico, natural…el dinero es un medio de intercambio (analógico o digital)… pero el sacarle plusvalía al trabajo de otros, mediante intermediaros no necesarios , es explotación, grande o pequeña, pero explotación…
Sin olvidar el invento que da de comer y hace rico a tantas y tantas personas sin hacer absolutamente nada: los derechos de autor.
Como usuario, en el terreno audiovisual estoy harto de tener que buscar en qué plataforma está la peli que me gustaría ver, para encontrarme también que si está en la que poseo, pero no accesible en mi país.
Igualmente con la música: álbumes mostrados a medias o canciones bloqueadas ya sea por país o por derechos de autor (que al final uno va en el otro).
Muy harto también de que el proceso de atracción a usuarios sea siempre el mismo: convencerte con un servicio económico y atractivo, sin anuncios, para luego ir incrementando los ingresos rompiendo valores originales y cambiando políticas con solo dos opciones para el consumidor: o te quedas o te vas.
Lo más loco es que haya gente que no le entre en la cabeza la búsqueda de alternativas. Como si reeditar una película de hace 30 años a precios actuales fuera una propuesta sensata para cualquier usuario.
Personalmente, estoy en el grupo de los que ven lógico buscar alternativas a esta basura de servicios, donde encima nunca serás dueño de nada.
Porque no hay que olvidar en todo esto las opciones que no son servicio, si no compra: una película en Apple solo permite verla en la cuenta que compraste y dentro de una sola app. Si la alquilas, no la puedes ni compartir con la familia. Comprar videojuegos digitales solo otorgan licencias digitales, tampoco eres el dueño del juego. En resumen: una basura.
Para eso que comentas al principio, no te rompas la cabeza.
Web o App: JustWatch.
Configuras el servicio con las plataformas que tienes (yo siempre tengo puestas todas para saber donde no puedo verlo) y al realizar L búsqueda te indica en cuántas y cuáles de esas plataformas está lo que buscas.
Trabajo en un cine y me descargo la hostia de cosas…, cada vez que no puedo verlo por otras vías.
Es decir…,, tengo Movistar (de mi suegro), Netflix, Amazon prime Vídeo, HBO (no, tontos del culo de Warner, os ha costado 2 años daros cuenta que nadie asocia a nada la palabra Max y sí HBO), Disney+ y… Apple TV+.
Y aún hay cosas que sintiéndolo mucho, no están en mi territorio para poder ver. No recuerdo qué busque el otro día, pero me salía que ya no estaba en la plataforma.
Lo de los derechos de autor y eso, sinceramente está bien. Pero… hay una serie de cosas clave.
1)Lo dije aquí mismo hace años. Llegó un momento en el que a las productoras les importó poco o nada dar contenidos de calidad en las salas de cine.
Por lo tanto si ofreces mierda, a la gente le da igual comerla en bandeja de plata y tenedor de oro, que en vajilla de plástico.
Así que a la gente le daba bastante igual ver la última basura estrenada en cines…, en su casa, con píxeles como puños en la imagen en más de una ocasión (no es mi caso, EN ABSOLUTO).
Educas mierda, la gente consume mierda de forma mierdera.
2)No tiene ningún sentido lo de los derechos de autor en ciertos aspectos.
Básicamente porque en un mundo híper conectado, jugamos aún con sistema de regiones que no tiene ningún sentido. Bueno, sí lo tiene pero desde luego no es eficiente y lo que provoca es una acción de descarga “pirata”. Lo que conlleva a generar una acción que se puede transformar en hábito.
Lo siento, pero este sistema tiene sus fallos y normalmente es para que el usuario se joda. Básicamente.
Y hay un montón de obras que se van por el acantilado, literalmente. ¿Ejemplos?
“Caso abierto”, “Ted” y esta es más intuición mía…, pero siento que por los mismos motivos… “Perdón of Interest”.
Series que tiran de bandas sonoras, de canciones, cuyos derechos se han ido adaptando a los tiempos. Sobre todo “Caso abierto” con capítulos situados en una sociedad norteamericana aún segregada, con la banda sonora que ello conlleve.
Tener que pelear los derechos de esas canciones, de forma individual, para series de 23 capítulos (joder, dónde quedan esas series con esas temporadas tan largas…, qué tiempos), a nadie le importa un pimiento. Demasiado curro para poco rédito, así que a la mierda.
Y es el usuario el que al final sale perjudicado.
Por cierto… si alguien se ve en la mas absoluta gloria de poder decirme cómo podría conseguir la serie de Movistar, “Marathon man” presentada por Raúl Gómez, le ingreso dinero vía Paypal, Bizum o como quiera el destinatario. Es en serio.
Una serie producida por Movistar, que nos ayuda a conocer otras ciudades, otras culturas, que nos ha la no ya de la superación personal en modo épico sino… una señora con cáncer corriendo maratones con su hija, un padre haciendo la behobia empujando la silla de ruedas de su hijo, inmigrantes que llegaron y se labraron una vida y siguen corriendo. Historias inspiradoras y reales.
Hostias, esa serie te hacía mejor persona, te ayudaba a comprender algunas cosas si estabas dispuesto a escuchar; sin esa serie el mundo es un lugar más triste y más feo. Y un día simplemente desapareció.
Una lástima que haya tanta basura en los servidores de Movistar+ y esto estorbara.
Lo dicho, pago y es en serio. Si alguien antes de las 12 me dice dónde o cómo… me hace un gran regalo de cumpleaños. Sería uno de los mejores regalos de mi vida, sinceramente.
De todas maneras, parezco bobo, no sé cómo no me habré dado cuenta antes… que esta serie puede haberse visto afectada por el tema de derechos musicales antes mencionado. Quién montara esta serie tenía un gusto musical EXCEPCIONAL.
Las series con una selección musical buena son las peores paradas por los derechos de autor. Hace mucho se emitía una serie maravillosa llamada «Aquellos maravillosos años», y fue tan popular q ya sorprende que nunca se reeditara. Intenté informarme y en efecto: problemas de derechos de autor. Fue dificil encontrarla hasta por P2P. Igualmente con Doctor en Alaska.
Espero que puedas encontrar tu Marathon Man, y gracias por el consejo de JustWatch. Ah y feliz cumple, jeje
Puffffff….
Acabas de clavarme un cuchillo, girarlo mientras está hundido, sacarlo, ir a por sal, echarme todo el saco encima de la herida y tirarme al río de una patada mientras estoy en el suelo.
La encontré en su momento…, pero claro y con todo el respeto del mundo hacia nuestros vecinos sudamericanos, Latinos, etc… , con un doblaje que no puedo ni por asomo. Ese tipo de doblajes me valen solo para Don Gato (me parto el culo cada vez que recuerdo a los gatos con esas voces hablando de Matute), pero no para series que ya conocí en castellano español.
Qué pena no poder ver esa serie…, porque me parece sin duda la época más interesante, para mí, de todo el siglo XX de la sociedad norteamericana. Y la serie estaba muy bien.
Por cierto, hay un “Spin Off” con el mismo nombre en Disney+, ambientado en el seno de una familia negra. Una pena porque el estilo es más de comedia, lo cual tira por tierra lo que podría haber sido una serie cojonuda con la propuesta similar a la original. Los sucesos de aquellos tiempos daban mucho juego para contarlo desde la perspectiva de una familia negra. Una pena como digo.
Por cierto, me quería sonar y acabo de mirar en JustWatch.
“Doctor en Alaska”, señala que la tienes en Filmin. Una de las pocas plataformas que me faltan (yo quitaba Netflix a cambio, pero mi suegro tira mucho de ahí). Quiero recordar que había un problema con la emisión, en cuanto al formato o algo por el estilo… , pero vamos, que la podías encontrar en Filmin.
Ojalá pudiera con Ally McBeal, Boston Legal… pero vamos, “Aquellos maravillosos años….” Eso sería… . Si la encuentras un día, Carlos y me sigues viendo por aquí, avísame.
Es una pena estas cosas. A mí no me importaría pagar ¿cuánto? ¿1000 euros? Por tener Marathon Man en 4K y poseer los archivos para poder verlos cuando quisiera.
Y tranquilamente firmaba que si lo comparto con alguien, me cortaran la cabeza ¿eh? Aún recuerdo cuando vi a Raúl Gómez en la llegada de la meta en San Sebastián y le pedí una foto diciéndole que “era solo para mí” y así sigue siendo.
Gracias, por cierto.
Si algún día doy con esa serie me pasaré por el blog para hacértelo saber.
Doctor en Alaska, por suerte, la pude encontrar sin manipular en archive.org (aunque esto fue hace tiempo), pero gracias por el aviso porque Filmin tiene un gran catálogo.
Aquellos Maravillosos Años solo pude conseguir algún capítulo suelto hace la vida. Pero a mi me pilló bien pequeño y me influyó mucho. Así que tarde o temprano tengo que dar con ella, así que lo mismo, me pasaré por aquí por si acaso, jaja
A mí, Marcos, el doblaje de las películas estadounidenses que se realiza en España siempre me pareció de alguna manera algo provinciano. Transforma a los actores norteamericanos en españoles, lo que resulta hasta absurdo cuando se trata de palabras malsonantes o de expresiones idiomáticas del inglés que pasan a ser dichas de una manera que me suena excesivamente ibérica.
Tú dirás, quizá, que a ti te pasa lo mismo pero en sentido contrario. Sin embargo, nuestro doblaje nunca pretendió que los actores hablaran como nosotros, aunque a muchos les parezca que esto es así, sino que siempre quisimos que fuera un doblaje neutro, que nadie sintiera como suyo pero que todos entendieran. De esta manera, las expresiones groseras, por ejemplo, si bien no suelen tener la contundencia de aquellas con un fuerte matiz regional, resultan totalmente comprensibles. AI Overview (Gemini) me ha dado la siguiente lista, que resulta suficientemente ilustrativa:
Siempre habrá quien diga que nadie habla así o que las equivalencias son inexactas o ridículas. Aquí podríamos, en todo caso, pasarnos también horas hablando sobre la variante culta, la lengua estándar, el panhispanismo o la lengua de los latinoamericanos (y españoles) en el centro y norte de Europa. Sin embargo, la sencilla realidad es que en muchos sentidos el español neutro es la lengua de unas películas que deben ser plenamente comprensibles en 19 países, cuya versión original suele estar en inglés y cuyo vocabulario genérico justamente nos hace sentir que se trata de una película producida originalmente en otro idioma.
Lo que sí hay que admitir es que últimamente hay latinoamericanos que están en el mundo del doblaje y que parecen no entender la esencia del español neutro, lo que ha hecho que de vez en cuando nos topemos con doblajes con un vocabulario y un acento demasiado mexicanos. A estas personas les recomendaría dar un vistazo a buenos antiguos doblajes como el de El Túnel del Tiempo, que resultan muy ilustrativos sobre lo que se pretendía lograr.
Dignas de toda esta problemática son los doblajes de la canción «¿Qué es lo que siento?» (What is this feeling?) de la película Wicked. Tanto su versión al español peninsular como al español neutro resultan cuestionables, en particular por la palabra alrededor de la cual gira la canción («odio» en la primera y «roña» en la segunda). En mi criterio, la mejor traducción de «loathing» probablemente debería haber sido «tirria», que me suena más próxima al espíritu de la versión original.
Wowww…
Cuidado porque no soy defensor en absoluto del doblaje.
Ahora bien, creo que hay doblaje muy, pero que muy bueno. Y para mí tiende a haber una norma, que aunque no sea la mejor… para mí es la que suelo utilizar básicamente por… “amor a primera vista”. Me explico con ejemplos que creo que vas a entender perfectamente.
Si hay algún programa o película en la que “pille” con doblaje español…, no me fastidia. Pero ya me costaría mucho salir del “bache”.
Básicamente porque ya hay una conexión emocional (y digo emocional), con ese sonido, ese timbre de voz… .
Si la pillo en VO, es demasiado complicado que me pase al doblaje.
¿Ejemplos? Siempre recurro a este porque me parece un gran doblaje a la par que excelente en cuanto a humor.
“Súper detective en Hollywood”; en la escena en la que él, intenta convencer al tipo del restaurante para poder entrar y se hace pasar por gay.
O en su secuela al inicio (mucho, pero mucho mejor), cuando se forma el lío de si él es poli o no…, cuando él dice que era musulmán y huele a cerdo…. .
https://youtu.be/wQ1fH5j-eLA?si=3jdTC4qmzIVIXAzz
Luego… el inicio de “Una historia del Bronx” con la voz en Off (soy muy fan de las películas con voz en Off), ya me clava en el sillón de manera absoluta.
Es como con “Amor a quemarropa” donde la actriz de doblaje consigue transmitir una inocencia y una energía… para mí… no sé.
Pero soy fiel defensor de la VO. Aún tengo peleas por intentar convencer a mi hija de ver Lost en VOS (el doblaje de esa serie provoca peste bubónica).
Así que ni tan siquiera es algo cultural. Últimamente veo más contenido en español porque no tengo demasiado tiempo y busco cosas más o menos ligeras. Así que como a veces me pierdo con el audio en inglés, mientras cocino o doblo la ropa (señor de su hogar que es uno), me pongo contenidos en español; pero no es una decisión fundamentada en algo mucho más allá de eso.
Prefiero el VO, que conste.
Entiendo que tú te refieras al doblaje español neutro. Así que entiendo que puede sucederle a mucha gente lo mismo que a mí con el español de España. No voy a entrar en guerras de doblaje. En los 80 había una gran cantera de actores de doblaje sudamericano. Muchas series de dibujos así lo atestiguan (Pato aventuras por ejemplo se me viene a la cabeza, pero hay muchos casos más).
Como dije, si alguien cree que el doblaje latino es superior al español o viceversa es su problema. No el mío, porque a mí me puede gustar más el español, pero por una cuestión emocional que no técnica ni nada de eso.
Disculpa si en algún momento se pudo interpretar que menospreciaba al doblaje que se hace en Sudamérica. Ahora no puedo valorarlo porque obviamente no tiendo a consumirlo, básicamente.
Aquí un hermano latinoamericano que se identifica. Me pasa al revés: cuando no encuentro algo en “latino”, me las apaño con el castellano español, después de un rato no me complica.
Sobre lo que dices de los derechos de autor y migrar de plataformas, totalmente de acuerdo. Llegué a tener 6-7 suscripciones más las compartidas, y aun así me pasó que la serie que seguía desaparecía justo de la plataforma que pagaba/compartía. Ahí no queda otra que tirar del amado Torrent. No me siento culpable: ya dejo bastante dinero mensual en ese adorado vicio.
En música soy fiel a Tidal desde hace 9 – 10 años. Como dice Enrique, entendieron de qué va: buenos precios y tremenda biblioteca.
Con los videojuegos, igual: abusos, juegos incompletos, llenos de bugs, precios absurdos y censura. Por suerte mi favorito, Counter Strike 2, antes CSGO, sigue intocable y ahí me mantengo en Steam, pese a pasar los 50 aún pego fuerte con mi 5.7 je!. Pero si lo tocan, otra canción cantaría. En ese rubro las plataformas para “compartir” nunca languidecieron.
Marcos, feliz cumpleaños, abrazo gigante. Ojalá llegue a tiempo y encuentres tu serie. Quizás vivimos “Años maravillosos”.
Che Enrique, un abrazo y mil gracias por la entrada.
Pese a todo, el peor enemigo de los «Derechos de Autor» son los contenidos GRATIS LEGAL y de CALIDAD que encuentras en Internet a poco que buscas.
Hoy he escuchado un podcast de Javier Peláez, Javi Álvarez y Antonio Martínez Ron, llamado
Catástrofe ultravioleta
de lo mas entretenido y como digo es GRATIS, LEGAL y de CALIDAD –
Por qué lo hacen, o cono se financian, ni lo se, ni me importa.
Lo gratis… también crea riqueza.
Vi Oldboy descargada en su día porque en la revista “edición limitada DVD” (si alguien la conoce que levante la mano, esa revista era calidad pura) estaban enfermos con esa peli, mes tras mes.
Cuando la vi, estuve a punto de comprar la edición coleccionista de 200 euros, que solo estaba en Koreano con subtítulos en inglés, pero estaba agotada.
Con “Todo a la vez en todas partes”, me la descargué porque se re estrenó de cara a los Oscars. Yo veía que trabajando en el cine me iba a comer el final, así que antes de eso, me la descargué en VO.
Al día siguiente volví a verla en el templo (la sala de cine) porque quería vivir la experiencia en ese lugar.
Lo gratis, genera tracción. Comportamiento. Y hábito.
Es fácil ¿de por vida? Jajajaja, creo que nadie hace uso de su actual cuenta en Megaupload, pero ¿cuánta gente pagaba?
Yo ya dije en su momento, que el modelo de ITunes en su día podía funcionar perfectamente para la series. Eran otros tiempos, pero obviamente estar todos los jueves, hasta las 5 de la mañana esperando a que saliera el torrent del nuevo capítulo de Perdidos y esperar a que al mediodía ya estuvieran los subtítulos generados por la comunidad de fans…, aquello…, aquello era gloria.
Pero no entendía como la ABC, por ejemplo no cogía, ponía el capítulo subtitulado a 3 euros y ya. Anda que no iba a ahorrar tiempo a muchos (como jodia cuando lo que descargabas tenía pixeles del tamaño de tu cabeza, o era un vídeo X que no se correspondía con lo que querías ver).
Es algo que a veces oigo en cuanto a Dazn (cosa que no uso ni me interesa para ver únicamente jugar al Burgos) ¿por qué pagar por muchas cosas cuando solo quiero ver el Golf? ¿O solo la F1?
¿Habría posibilidad de que los servicios de Streaming pudieran alquiler de sus productos?
Ya, ya sé que hay en cuanto a películas (al menos en Amazon Prime), pero ¿y en formatos seriales?
¿Y a qué precio? ¿Se preferiría pagar una suscripción entera? ¿O pagar solamente por el acceso a X capítulos a un precio razonable? ¿Cuál sería ese precio?
Que conste que lo lanzo aunque no lo he pensado o sopesado mucho.
Catástrofe Ultravioleta es uno de los mejores podcasts en español que puedas encontrar. Algunos de sus capítulos son inolvidables. Financiados por un ente universitario (lo dicen en el podcast creo recordar). Pero la calidad ahí viene de que sus creadores aman lo que hacen y son unos verdaderos cracks.
Si no los has oído antes, te recomiendo que escuches todos y cada uno de ellos.
Buaahh Gorki, me encantó ese podcast
Y ya puestos puedo recomendar «La historia es ayer» de El Extraordinario» o «La fucking condición humana» de los mismos, que dicen «historias asombrosas de lo divino y lo mundano».
Al hilo del artículo. Yo me quité Netflix cuando dijeron que ya no se podía compartir, me quité prime cuando dijeron que pagar más por ver sin anuncios (para ver con anuncios dejo la TDT, no voy a pagar para ver anuncios). Solo conservo HBO porque se puede compartir y no hay anuncios, de momento.
Al final, ya apenas veo nada, he vuelto a la calle jajaja
Gracias por la recomendación, Asombrosa calidad
Doctor en Alaska, en fin, sin comentarios… Y luego está todo lo demás que, de forma más repetitiva que el ajo, va de que todo empieza tipo, por fin, qué maravilla, para luego acabar en esto es un zurullo infecto y encima me están sableando. Pues hala, me hago un Jack Sparrou y que les vayan dando, pero yo no me pongo más mirando pa’ Cuenca… Y colorín colorado, este cuento mugriento por fin se ha acabado…
La mayoría de las personas tienen un NAS en sus casas para guardar videos de sus cámaras de seguridad, esos NAS tambien sirven para guardar cualquier tipo de contenido incluyendo mkv/mp4, hoy el almacenamiento es muy barato puedes tener terabytes de espacio.
La mayoría de las personas tienen multiples Smart Tvs capaces de obtener contenido de un NAS o por medio de Plex/Jellyfin/Emby simplificando como mover esto a la gran pantalla, esto no era factible en la época del Emule cuando se batallaba con laptops y cables de video.
Los servicios de streaming tiene la estrategia de llenar todo con contenido «original», que es muy inferior a producciones veteranas de los «viejos medios», un ejemplo de eso es pese todos de streaming tienen publicidad, ninguno de sus «originales» estan diseñado para estos causando que la publicidad apareza cortando dialogos y escenas
Sencillamente las descarga irregulares es mejor, tanto por simplicidad como tener centralizado todo el lugar de estar suscrito a multiples servicios de streaming
Pues tengo dos teorías para las personas que pueden tener un NAS funcionando gran parte del día dónde viven:
A) Son solteros.
B) El NAS( también vale artilugio que sólo sabe utilizar su dueño, aunque pudieran aprovecharse otras personas en la casa PERO SE NIEGAN A TENER QUE VERLO) está en un sótano o en otra planta de la casa, de forma muy discreta, o quizás en un rack.
Hay una gran parte de la población que sostienen( no hace falta que sea pagando con su dinero directamente) cines, centros comerciales…etc, son ese tipo de personas que odian ver cables o limpiar el polvo de artilugios que sólo sabe usar el dueño, si, ese tipo de personas al que alguna vez le arreglaste su ordenador, esa persona que tiene Google Fotos de su móvil al 99% a menudo.
Yo hace tiempo que colgue el parche y la pata de palo pero ultimamente con las tropecientas mil plataformas distintas y los aumentos de precios miro mis viejos utensilios con nostalgia y cada vez veo más cerca el momento de volver a echarme al mar.
Yo soy un ejemplo de lo que dices. Pago 3 plataformas de streaming de video y Spotify. He dejado de descargar música, pero sigo descargando cine.
En la tele por cable, hace años, veía mucho cine oriental en el canal Xtreme. Ahora en los canales del cable ya no ponen más que tonterías porque todo lo interesante, viejo o nuevo, se ha ido a los streamers. Bueno, se ha ido más o menos, porque lo que antes veía en Xtreme ahora ya no está en ninguna parte, así que sólo me queda la opción de descarga ilegal para poder verlo.
Se echa mucho en falta unas plataformas que sean como los vídeoclub de entonces, agnósticas en cuanto a la productora y que ofrezca todos los contenidos posibles. Vamos, lo que ya sucede en la música, donde hay tres o cuatro plataformas que ofrecen más o menos toda la música disponible.
Enrique Dans escribe : Este no es un problema moral ni tecnológico, es un problema de mercado.
Y me pregunto si es, realmente, un problema de mercado (o de marketing si quieres, que trata de las relaciones con el mercado).
O si es un problema de voluntad de poder.
«Nosotros, megaempresas en la producción audiovisual, estamos acostumbrados a tener poder, y a que nuestros vasallos acepten este poder feudal. Y no vemos motivo suficiente para cambiar. En caso de rebeldía, llamamos a los ejércitos de abogados».
En cuanto a lo que los primeros llaman «piratería» (y no están dispuestos a suavizar el término), los que hacen descargas ilegales dicen :
«Somos herederos de todos los que se han levantado en contra de los poderes abusivos. Alegrados que nuestra revolución sea pacífica, solo buscamos formas alternativas para escapar de su imposición. Podría ser peor».
Ídem