Etiquetado en dióxido de carbono: ¿sirve para algo?

IMAGE: The Carbon Trust

Algunas compañías de productos de consumo están apostando por el etiquetado en dióxido de carbono (carbon label), creado y regulado por la institución británica Carbon Trust, como forma de proporcionar a los usuarios una idea del coste en términos de emisiones que han generado los productos que adquieren, en un supuesto intento de concienciarlos con respecto al tema y de que, en determinadas condiciones, tiendan a escoger aquellos productos de la categoría con una huella de carbono menor.

Se supone que el etiquetado en dióxido de carbono podría producir un efecto equivalente a los conocidos nutrition facts, o etiquetas de información nutricional, en todo lo relacionado con la alimentación, dado que incluyen todos los factores de producción relacionados con el producto a lo largo de toda su cadena de valor, específicamente en cinco etapas: materias primas, procesos de manufactura, transporte, uso del producto, y eliminación. Pero si efectivamente es así, me temo que tendríamos un problema: a pesar de que las etiquetas de información nutricional se han implantado de forma generalizada y han logrado que muchos usuarios las consulten de manera habitual, estamos seguramente en muchos países ante una auténtica epidemia de obesidad, lo que refleja que, obviamente, el etiquetado no ha logrado los frutos deseados. Un efecto similar en lo relacionado con las emisiones podría lograr, por tanto, un auténtico apocalipsis climático más pronto que tarde.

¿Tiene sentido evaluar la contribución en emisiones de la producción de un bien? Sí, sin duda. Pero la metodología para estimarlas es sumamente compleja, como dejan claro compañías como Allbirds en sus manuales al respecto, y es potencialmente fácil de manipular. El uso de este tipo de etiquetado con propósitos de marketing y greenwashing es sumamente sencillo, y más aún cuando su implantación es progresiva y algunas compañías pueden adelantarse y plantearse como líderes en sus categorías gracias a una situación de información incompleta. Cuando los consumidores no tienen una idea clara sobre los estándares que deberían marcar la norma en la producción de un bien, incluir cantidades en un etiquetado puede resultar completamente equívoco, y generar fundamentalmente desinformación.

Evaluar la contribución en dióxido de carbono de los procesos y productos que generamos puede ser una buena idea, pero más de cara a impedir determinadas prácticas nocivas, a regularlas para evitar que tengan lugar abusos y excesos, y a estandarizarlas para proponer métricas que tengan que ser aceptadas por todos los competidores en una industria. Tomar las mejores prácticas de una categoría de producto e imponerlas como estándar para el resto de sus competidores, penalizando a los que no cumplen, podría generar un beneficioso efecto de competencia en la reducción de emisiones, con mucho más potencial que el simplemente dejar a los consumidores que apliquen un conocimiento escaso e incompleto a sus decisiones de compra. Pretender que toda la responsabilidad en las emisiones de dióxido de carbono corresponde a los usuarios, o cruzarse de brazos y decir simplemente «es que el mercado no lo considera interesante como factor de decisión» es una forma de hacer las cosas mal.

¿Tomarías como referencia un etiquetado en dióxido de carbono a la hora de escoger un producto en un lineal? ¿Dedicarías tiempo a analizar las etiquetas para tomar una decisión de compra? ¿O simplemente sería información inútil, no significativa, o escasamente relevante por falta de contexto?


This article was also published in English on Forbes, «Carbon labeling: how seriously would you take it?«


14 comentarios

  • #001
    Gorki - 20 junio 2021 - 22:21

    En realidad, no creo mucho en este tipo de etiquetas, porque el organismo que las otorga, no tiene ni puede tener el suficiente control sobre los procesos de producción.

    Acaban de detectar un residuos toxico de un tratamiento fitosanitrio, en unos aguacates que trataban de vender como orgánicos. ¿Que puede hacer el organismo certificador? – ¿Colocar un guardia en las fincas 24 horas para controlar que el agricultor no usa un tratamiento no ecológico?

    https://fyh.es/ava-detecta-aguacates-ecologicos-de-marruecos-con-residuos-peligrosos/

    Lo mismos ocurre aquí, una empresa sustituye sus energia térmica, por electrica, y al otro lado de la tapia utiliza gas natural para producir electricidad. Los productos son «teoricamente » de huella de CO2 nula, … PERO… El CO2 llega a la atmósfera por la chimenena larga,

    • sin censura - 21 junio 2021 - 16:52

      Gorki offtopic:

      Han desarrollado tu idea de ofuscar la navegación con muchos datos:

      https://www.xataka.com/privacidad/fango-cargador-movil-quiere-marear-a-facebook-amazon-netflix-google-para-evitar-que-puedan-invadir-nuestra-privacidad

      • Gorki - 21 junio 2021 - 18:22

        Gracias. para estudiarlo a fondo,

        A primera vista, (y sin haberlo estudiado aun), me asusta que vaya a consumir excesivos datos. Algo que no tiene importancia en una conexión de fibra , pero pude tenerla en la conexión del móvil.

  • #004
    Chipiron - 21 junio 2021 - 00:59

    Una posible errata menor: no querrás decir «están apostando» en vez de «aportando»?

    • Enrique Dans - 21 junio 2021 - 08:47

      Sí, era así. Gracias!!

  • #006
    JM - 21 junio 2021 - 11:09

    Nunca.

    No haría caso de algo que seguramente nadie compruebe seriamente. Lo veo como otra forma de «Greenwashing».

  • #007
    pedro - 21 junio 2021 - 11:40
    • sin censura - 21 junio 2021 - 15:44

      Entramos en la web de carbon trust y podemos leer

      200+ consultants, policy specialists, engineers and other experts worldwide, bla bla bla

      Ya sabemos para que sirve la etiqueta. Era sencillo.

      • pedro - 22 junio 2021 - 10:26

        Etiquetas hipócritas para un mercado de hipócritas.

        Usamos energía fósil por que es la MÁS BARATA y aplaudimos cuando baja de precio.

        La pela es la pela.

  • #010
    Chipiron - 21 junio 2021 - 14:07

    Yo creo que sí que habría que crear un organismo mundial, bien preparado y financiado, para hacer un estudio a fondo de la huella de carbono que cada actividad humana produce.

    Obviamente no es fácil y depende de muchos factores. Pero por ejemplo se puede llegar a un «valor medio» y «una desviación estándard» informativa de lo que supone extraer un kgr. de carbon de una mina. O de sus procesos de preparación para enviarlo a una central térmica. O de el CO2 que se libera en su quema por kWh de energia que uno consume…

    Es un estudio que debe ser muy minucioso, bien referenciado, actualizado constantemente, y con una objetividad y honestidad impecable. Por eso tiene que ser internacional, independiente y con mucha «expertise».

    Y antes de sacar la primera etiqueta, todo un periodo de pruebas. Hasta que el sistema no se considere correcto (que refleje aproximadamente toda la cadena de acciones/actividades hasta que el producto llegue a tu mano, no deberia salir al mercado.

    Pero una organización así, sin comenter los fallos de la ONU, OMS y similares, iria muy bien. Deberia ser independiente, vivir de donaciones (o crowdfunding) para no depender de nadie. Algo así como Anmistía Internacional.

  • #013
    LUA - 21 junio 2021 - 16:46

    La resuesta a las tres preguntas, es NO.

    Antes, me fijaba en los etiquetados de alimentos, composicion, etc. Ahora, ademas de las gafas, necesito un microscopio para poder leerlos, y cuando consigo hacerlo, no puedo fiarme de lo que dicen…

    …todo el mundo conoce los peligros del aceite de palma, pero ¿sabías que también recibe otros nombres que las empresas emplean para ocultarlo en el etiquetado? Hablamos de PALM, palm-loquesea, palmato, aceite de palmiste, sodium palmitate, retinil palmitato o kernelato de palma de sodio, entre otros muchos. Lo mismo ocurre con el azúcar, que se camufla mediante términos como sacarosa, jarabe de maíz o fructosa….

    por ejemplo…

  • #014
    Xaquín - 21 junio 2021 - 17:09

    Con la etiqueta hemos topado, amigo Sancho… Desde que Roma enseñó tanto como quiso enseñar, y mucho más de lo que pensaba, existen las etiquetas para definir al otro.

    Por ejemplo la de «bárbaro» les funcionó tan bien a ellos, que permitió que el mundo los considerara civilizados de verdad, no solo un modelo «de civilización», tan decente como el germánico . Y tan bien funcionó que, aún hoy, unos auténticos bárbaros como el Trump o el Putin, se permiten autoproclamarse seres humanos civilizados. Cuando están en duda, para su caso particular, tanto el sustantivo como el adjetivo.

    Es decir, que las etiquetas que esta puta sociedad pone en tu espalda, funcionan de maravilla.

    Pero de la misma forma es inútil realmente cualquier otra etiqueta «en uso», actual o venidero, que se ponga sobre algún producto natural o manufacturado, mientras se siga diciendo que la publicidad es un simple mecanismo expresivo para ilustrar ese producto.

    Hasta la palabra ilustrar, usada en publicidad, es un insulto directo al concepto ilustración, que apareció en los preámbulos de la Revolución Francesa.

    Un claro insulto y además totalmente antagónica. Como decir, que las sombras iluminan mejor una determinada realidad, ya de por sí, de no fácil percepción.

    Pienso que ya contesto con esta reflexión a las tres preguntas. De todas formas, me gustaría hacer hincapié en ese final tan necesario en la tercera pregunta, que nos habla , como no, «del contexto». A fin de cuentas bien podemos sustituir lo de «escasamente relevante» por «de nula relevancia»… cuando falta el determinante contexto. Las circunstancias del amigo Ortega. ¡Y eso vale para todo!

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