El comercio electrónico y su capacidad

IMAGE: capture from Alcampo's web page

Si esta imagen no te da una idea de los efectos de confinar a todo un país en sus casas y pedirles que minimicen todo lo posible sus salidas, pocas cosas lo harán: más de una hora de espera para poder simplemente entrar en la página de una gran superficie, con una cola de más de treinta mil personas esperando.

Alcampo no es un caso aislado. Situaciones similares, con más o menos información al cliente, están sucediendo en todas las grandes superficies, e incluso en los gigantes del mundo online como Amazon, que constantemente devuelve el mensaje «No hay ventanas de entrega disponibles» cuando se intenta tramitar un pedido, o elimina artículos de la selección efectuada por el cliente.

Sistemas dimensionados para hacer frente a una cantidad determinada de pedidos, que se encuentran de repente con que todo un país, ante las medidas de confinamiento, intenta hacer la compra a través de su ordenador o de su smartphone, con todo lo que ello conlleva. Lógicamente, incrementar tu capacidad para servir pedidos hechos a través de la red tiene sus limitaciones: en un supermercado, el cliente lleva a cabo una gran cantidad de trabajo a la hora de seleccionar los artículos que componen su pedido y transportarlo tanto en la propia superficie (con su carrito de la compra) como hasta su domicilio (en su coche o por otros medios). La capacidad que ofrece una instalación depende de su dimensionamiento esperado y del nivel de especialización: no es lo mismo utilizar las instalaciones estándar de un supermercado y, por tanto, tener que utilizar compradores que componen cada pedido, que recurrir a instalaciones especializadas en las que los artículos se desplazan a través de tolvas y cintas transportadoras. Pero ese tipo de instalaciones altamente especializadas, como bien nos recuerdan las quiebras de Webvan, Homegrocer o las dificultades de Peapod y otros supermercados online adelantados a su tiempo, solo pueden ponerse en valor a partir de un número de pedidos determinado, de un volumen que justifique la inversión.

Responder a un pico de pedidos completamente inesperado, fruto de un evento tan difícil de prever como una pandemia es algo prácticamente imposible, como estarán comprobando los miles de personas que intentan, estos días, hacer la compra a través de la red. El fenómeno es el mismo que si miles de personas intentasen entrar en un supermercado al mismo tiempo: las ventanas de reparto se agotan rápidamente, se rompe el stock de muchos productos, y surge la necesidad de enviar pedidos incompletos o con sustituciones. ¿Alguien es capaz de imaginarse una cola de más de treinta mil personas intentando entrar en un supermercado?

Lo único que se puede hacer en estas circunstancias es ser comprensivo, tener paciencia y entender que estamos pretendiendo pedir a unos sistemas dimensionados para un número limitado de pedidos diarios que, de la noche a la mañana y en una situación de confinamiento que nos afecta a todos, sean capaces de atender una avalancha de pedidos simplemente imposible de atender, que excede a la carga habitual y el dimensionamiento existente en varios órdenes de magnitud.

El comercio electrónico se está convirtiendo en fundamental a la hora de abastecernos sin correr riesgos en una situación de estado de alarma y confinamiento. Pero una cosa es eso, y otra que pretendamos pedirle milagros imposibles, como si los recursos necesarios para hacer las cosas se pudiesen construir en dos días. No se trata de estar o no a la altura, es que la altura pretendida es completamente imposible de alcanzar.


This post is also available in English on my Medium page, «The coronavirus is exposing the limitations of electronic commerce logistics«


16 comentarios

  • #001
    Gorki - 31 marzo 2020 - 14:31

    A mí, lo que me extraña, es que Internet haya soportado el aumento de tráfico. Está resultando ser una red, mucho mas robusta de lo que cualquiera hubiera esperado. Lo razonable, era que se hubiera caído, o al menos, que trabajara con una lentitud aplastante.

    Mi aplauso para los técnicos, que deben estar haciendo virguerías, para que esto aguante.

    • Grogman - 31 marzo 2020 - 20:58

      Creo que el volumen de trafico de streaming de video en prime time tiene mucho que ver con eso. Trabajo como ingeniero de red en un ISP, y atrás quedaron los tiempos en los que se dimensionaba el ancho de banda suponiendo que los clientes iban a usar un porcentaje ínfimo del mismo…

      • Gorki - 31 marzo 2020 - 22:42

        Si, es una explicación lógica, esta dimensionado para que todos entre 9 y 11 de la noche estemos viendo una película en streaming.

        No habia pensado en ello..Bendito sea el derroche de Netflix, nos ha salvado en este momento.

        Que pena que en los campos de futbol no hiciesean falta respiradores para los socios, nos habria resuleto el otro problema acuciante del momento.

        • Gorki - 31 marzo 2020 - 22:44

          Ne quitas un peso de encima, tenía mala conciencia por estar todo el dia conectado a Internet.

  • #005
    Xaquín - 31 marzo 2020 - 17:33

    Lo del dios internet, no resulta muy diferente de otro tipo de dioses (estado, mercado…). Son extrapolaciones mentales de un tipo de ser humano poco adaptado a mantener el equilibrio evolutivo que necesita cualquier ecosistema naturoartificial.
    Qué otra cosa explicaría su sed de consumismo, de «lo que sea», como por ejemplo el energético.

    El adolescente USA crecido (que no madurado) con exceso de petróleo, con mando en plaza, cuando salía de marine, dispuesto a exprimir a los esclavos negros, o a los empleados negros falsamente liberados… ¿como puede, así más o menos de repente ,adaptarse a una crisis ambiental, pandemia de cualquier tipo?… nada como enrocarse con algún dios virtual (habemus sectas a montones) y pasar olímpicamente de repensar una solución para el problema que ha aparecido.

    Aunque en el caso de la emergencia energética, se lleva larvando, minuciosamente planificada, desde hace mucho mucho tiempo. Que el Club de Roma, por ejemplo, no es de reciente creación precisamente.

    En fin, un ser humano incapaz de asumir una cola virtual de 30.000 persona, cada «una» detrás de la «otra», lo tiene muy crudo. Sobre todo frente a los insectos que pululan por este planeta. Ya no digo frente a los virus.

  • #006
    Daniel Terán - 31 marzo 2020 - 23:42

    Eso mismo lleva ocurriendo con Ticketmaster desde hace casi 20 años con el agravante de que, si además te presentaras físicamente en el supermercado ante la imposibilidad de comprar por la red, comprobarías que el cajero utiliza el mismo sistema que la web y también tiene que esperar la cola virtual como todo el mundo.

  • #007
    Javier - 1 abril 2020 - 07:47

    Yo, llevo más de una cuatro días con el pedido prepado en Alcampo (he cambiado de tienda cinco veces) y en el Corte Inglés, que además de cobrar los costes de entrega no hay posibilidad de fecha de entrega.

    El Corte Ingles ha solicitado un ERTE para sus 25.000 trabajadores (repartiendo el coste del 70% del sueldo a los presupuestos del Estado) aunque asegure que sus trabajadores cobren el 100%, se quita una buena parte de costes de ellos, cotizaciones y el sueldo que pagamos todos.

    Pregunto, y si «reconvertimos» al persona «ocioso», según ellos, en preparadores de pedidos, y personal de entrega para el resto de cuidadanos que nos debemos quedar en casa, así de paso no cargamos a las cuentas del estado con los costes de los salarios y cotizaciones de estos trabajadores.

    Otro aspecto es el coste de entrega del pedido que ya que la situación es excepcional y se ahorran una gran parte de los costes de los trabajadores pueden también no hacer que nos cobren los costes de entrega.

    También nos queda que la primera vez que intentamos usar el pedido on-line nos toca esperar, cosa que con Amazon, con todas las críticas que le podemos hacer sobre su estrategía empresarial que no comparto, nunca he tenido la experiencia que me dejan sin pedido.

    Lo dicho no están preparados para el comercio on-line y la satisfacción del cliente (en mi caso) no puede ser más decepcionante.

    Creo que las tiendas tradicionales tienen mucho que mejorar, por mucho que la web sea capaz de asumir el tráfico.

    • Estacium - 1 abril 2020 - 17:28

      El Corte Inglés ha implementado el Click&Car. Yo ya lo he utilizado dos veces y es la mar de cómodo. Haces tu compra por internet, alimentación o lo que sea, seleccionas entrega mediante Click&Car, eliges centro comercial, y pasas a recogerlo al parking. Tienen habilitada una zona especial con el acceso controlado por un vigilante. Cuando llegas, te indican una plaza de aparcamiento, y sin bajarte del coche te lo meten en el maletero. Para alimentación tienes que seleccionar día de recogida, y franja horaria. Para otros artículos te llaman y envían SMS cuando lo tienen disponible.

      • Javier - 1 abril 2020 - 19:42

        Siento decirte que no dispongo de coche desde hace 10 años, como puedo hacer el click and car, entonces?

        Para eso esta el servicio a domicilio, no?

        • Gorki - 3 abril 2020 - 21:03

          Si tienes carnet, hay carsharing y es barato…

  • #011
    David - 1 abril 2020 - 09:43

    Y donde queda la capacidad de escalado (o autoescalado en el mejor de los casos) ? Me refiero, supongo que la demanda está siendo brutal y no está pudiendo verse soportada ni siquiera por escalados que no estarán preparados para tales volumetrías, pero es un buen momento para evaluar,o si no tienen, preparar, planes de escalado. Espero que esta situación sirva de laboratorio enorme para las empresa que realizan e-commerce para que lo preparen mejor en muchos de los casos (aun sabiendo que esta es una situación excepcional).

  • #012
    HAST - 1 abril 2020 - 09:48

    Evidentemente no son los mismos problemas los que afronta en esta situación, una empresa como el Grupo Carrefour (Alcampo) que basa la mayor parte de sus ventas en la compra directa en sus establecimientos, que los basados en el comercio online.

    Ahora me imagino a los de IT de Carrefour llamando a AWS pidiendo contratar más servidores, y los de Amazon pidiendo que les manden los detallles por fax, y ya si eso que les contestan el mes que viene xD

    Me comentaba uno que trabaja en distribución, que no deja de ser en parte competencia desleal que algunos negocios como las ferreterías de barrio no puedan abrir, y te puedas pedir ese tipo de productos de forma online, incluso enviados desde China.

    Lo único que esta claro, es que cuando nos dejen salir a todos de la cueva, el mundo ya no será el mismo, y muchos trabajos habrán evolucionado y algunos desaparecido. Adaptarse o morir

  • #013
    Gorki - 1 abril 2020 - 11:34

    y muchos trabajos habrán evolucionado y algunos desaparecido. Adaptarse o morir («morir» figuadamente, espero)

    Si, esto pasará, pero lo que venga detras, va a ser algo bastante diferente y bastante peór de lo que había, pero hay que nirar un poco más allá.

    Nadie se atreve a hacer pronósticos, porque dicen no haber antecedentes, Si de posguerras pero no de algo asi, que se diferencia que en la guerra se sigue produciendo a destajo, aunque muchas fábricas resulten dañadas,,En este caso es salir de un paro económico absoluto, pero con la máquina ecvonómica intacta.

    He explorado un poco lo que pasó en 1918 pero no he encontrado cinformacion de como salieron de la crisis. Pero si de lo que vino a continuación,, los «Felices 20» que se caracterizó, por que empiza con la «Ley Seca» (1919) y acaba con la Gran Depresión (1929)

    Parece como que la post epidemia supuso una lucha feroz entre los puritanos, representados por el «Ejercito de Salvación» y libertinos que iban a los garitos privados, donde corria el ron en taszas der cafe y sonaba jazz y swing.

    Es decir el enfrentamiento entre lo «carca» y lo «moderno» . Lo cierto que los años 20 supusieron una expansion económica que termino en el Crac del 29 y la siguiente Guerra Mundial.

    ¿Quien son hoy los «puritanos»?. A mi modo de ver las feministas, los apótoles del reciclaje y gente así, ¿Y los «modernos?» mas bien, los que hoy se refugan en «clubs de fumadores», se hacen tatuajes hasta en el ombligo y se pintan el pelo de mil colores y propugnan el anor lkibre.

    Lo que pasa es que unos y otros coinciden en muchos casos, Conozco «nodernos » que son vegamos y que bailan en locales en los que está prohibido el alcohol y las drogas, Así que estoy hecho un pequño lío.

    Espero (aunque no tengo mucha congianza) que nuestros gobernantes sepan encauzar las inevitables ganas de divertirse de la gente y las indudables oportunidades económicas que van a nacer dentre los escombros que esta pandemia va a dejar. y que sean capaces de evitar un nuego «Crac del 29», pero ya digo, lo dudo, porque son los mismos que no supieron parar la explosion de loa «Burbuja Inmobiliaria»

    .

  • #014
    Javier Lux - 1 abril 2020 - 12:59

    Entiendo que el escalado no llegue a cualquier pico de demanda, pero me parece básico que ciertos productos(comida, bebida, jabón, detergente..etc, a ciertos colectivos (Ancianos, en cuarentena) deberían de tener prioridad y sus pedidos haber pasado primero.

    Luego tambien ha fallado la distribución directa. Por ej: una cervercera que tenga una plataforma para asignar pedidos a repartidores autónomos y que estos los distribuyan

    • Enrique Dans - 1 abril 2020 - 14:06

      Sí, eso lo ha hecho Carrefour, por ejemplo. Ha enviado a sus clientes con tarjeta que cumplían un cierto requisito de edad una comunicación – creo que SMS – diciéndoles que podían pedir por teléfono y correo electrónico y se les daría prioridad, y he podido comprobar (no yo, alguien de mi familia, yo aún no cumplo el requisito :-) que estaba funcionando razonablemente…

    • Gorki - 1 abril 2020 - 14:12

      Me comenta un hijo mio que está en un pueblo de Asturias, que él hizo un pedido a Amazon, hace unos días, sin mucha esperanza que le llegara, pero que le llegó a los tres dias, lo cual no esta nada mal,

      Quiza lo que está saturado es la distribución domiciliaria de alimentos en las grandes ciudades.

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