¿Son las plataformas de aplicaciones un modelo sostenible?

Aplis hasta en la sopa - El País (pdf, haz clic para leer a un tamaño razonable)Miguel Ángel García Vega, de El País, me llamó un par de veces para hablar sobre el tema de las apps (él insiste en llamarlas «aplis», que suena indudablemente más castellano y hasta más «cariñoso» :-) y sobre el mercado establecido en torno a las mismas, y hoy me cita brevemente en su artículo titulado «‘Aplis’ hasta en la sopa» (pdf).

Hablamos sobre las características de los mercados de aplicaciones, ecosistemas en los que se prima por lo general un precio bajísimo o una gratuidad, y en los que se tiene que recurrir a modelos basados en publicidad, comercialización de datos o freemium (para mí, sin duda, el esquema más válido cuando se plantea adecuadamente) para dotarlos de un esquema económico viable.

Claramente, hemos instalado apps por encima de nuestras posibilidades: no hay más que ver nuestros terminales para ello. Si te planteases hacer limpieza, seguro que podrías desinstalar alrededor de la mitad de las apps que tienes instaladas en tu smartphone sin que llegases a percibir un problema de funcionalidad. Las características del ecosistema han funcionado exactamente como esperaban sus promotores, fundamentalmente Apple y Google: se ha demostrado que no existe mejor manera de ofrecer funciones para un aparato que ser capaz de generar una comunidad abierta de desarrolladores que se pone a trabajar en ello. Basadas en esquemas similares, con algunas diferencias en la gestión, tanto la App Store como Google Play han llegado a una situación en la que una brutal cantidad de apps ofrecen todo tipo de funcionalidades: hay apps literalmente para cualquier cosa imaginable. La conocida frase «there’s an app for that», «existe una app para eso», llevada al exceso y la exageración en mercados cuyo buen funcionamiento se está convirtiendo en su propia maldición.

Un número enorme de nuevas apps aparecen cada día, en una sucesión completamente inabarcable de las que, como comenta el artículo, el 99.99% fracasa. Tengo una buena cantidad de apps en mis terminales que he actualizado más veces que utilizado. La saturación parece estar sentando mal al mercado en todos los sentidos: cada vez menos rentabilidad para los desarrolladores, prácticas cada vez más perversas y establecidas de marketing y promoción, modelos de arquitectura de datos absurdos que solicitan permisos que nadie se detiene a chequear mínimamente, y esquemas en general cada vez más insostenibles. Y todo ello con el trasfondo de modelos incipientes como Firefox OS basados no en plataformas cerradas para vender aplicaciones, sino en web apps y uso extensivo de HTML 5.

No, a pesar del fuerte crecimiento del mercado smartphone como plataforma, las apps ya empiezan a estar lejos de ser aquel supuesto «paraíso» donde los emprendedores podían, con barreras de entrada muy bajas, llegar a un mercado de manera sencilla y hacerse ricos. Lo cual da lugar a una reflexión interesante: la estrategia de desarrollar una plataforma con esquemas relativamente abiertos y bajas barreras de entrada ha funcionado, fundamentalmente, para que unos pocos (verdaderamente muy pocos en términos porcentuales) ganen mucho dinero, mientras muchos millones compiten por alcanzar esa especie de El Dorado. Pero sobre todo, para construir un buen negocio para Apple y Google.

 

(This post is also available in English in my Medium page, “Is the app store ecosystem a sustainable model?«)

12 comentarios

  • #001
    VivaldiBonao - 23 febrero 2014 - 13:59

    me parece que el tema de las apps, recae en la calidad de las mismas. si buscas una funcion como escanear, tienes mas de 200 apps, pero solo 10 de calidad, y con una situacion mucho màs marcada en android que en ios

  • #002
    Gorki - 23 febrero 2014 - 14:36

    En mi opinión parte del problema reside en que se ha sobrevalorado el mercado publicitario y más aun el mercado de venta de datos personales, dos pilares en donde se apoyan los «modelos de negocio» de casi todas las App, asi como no funciona el tercerom el «fremium», porque Internet aun no ha encontrado la forma de cobrar micropagos y la única forma de cobrar es suscribirte por plazos muy extensos. (0,95€ por un año de uso en el caso de WhatsApp), a servicios que no sabes si vas a volver a utilizar nunca más.

    Deslumbrados por lo que gana Google en publicidad, todos se han metido en ese campo sin tener en cuenta que el negocio de Google esta en los miles de millones de anuncios que expone, por lo que si en la misma proporción tu solo pones miles, solo cobraras la millonésima parte, no pudiendo vivir de ello.

    Igulmente los datos personales, aunque estén muy segmentados no pueden valer nada más que unos céntimos, pues basta scanear una vieja G guía de teléfonos o conseguir los listados del censo (presentándote a cualquier elección) para tener el 90% de los datos más interesantes.

    Me parece absurdo que Facebook haya valorado en 42€ mis datos de WhhatsApp, porque nunca voy a dejar 42$ de beneficio en las compras que haga influenciado por la publicidad que me puedan teledirigir con ello. (lo cula no quiere decir que no me influya la publicidad, sino que la publicidad contextual no funciona en la realidad),

    Los cobros por servicios serían posibles, si fuera posible pagar 0,01€ con un solo clik a quien me dijera por ejemplo el estado de las pistas de Candanchú. Pero si pretende cobrarme 3 euros por darme el dato durante los próximos 10 años y para colmo ponerme un formulario de inscripción, que a parte de pedirte los datos del banco, tengo que dar hasta la afiliación de mis abuelos, no funciona.

    Puede ahorrarse la molestia, pues a poco que busque encontraré el estado de las pistas GRATIS y LEGAL, algo que tiene que tener en cuenta cualquiera que pretenda cobrar un servicio.

    Hasta que Internet no resuelva los pagos de los microcréditos, no habrá forma de hacer «modelos de negocio» que funcionen, salvo excepciones, que siempre las ha habido y las a habrá.

    Mientras eso ocurra seguiremos los usuarios de la red viviendo el ·gratis total» de los ilusos que buscan su filón de oro en Innternet, con la misma fe que la buscaban en California a finales del siglo XIX. Simpre habrá gente con la fiebre del oro.

  • #003
    Antonio Castro - 23 febrero 2014 - 14:46

    Lo has expresado muy bien: «Lo cual da lugar a una reflexión interesante: la estrategia de desarrollar una plataforma con esquemas relativamente abiertos y bajas barreras de entrada ha funcionado, fundamentalmente, para que unos pocos (verdaderamente muy pocos en términos porcentuales) ganen mucho dinero, mientras muchos millones compiten por alcanzar esa especie de El Dorado.»

    Ese modelo no se limita a la explotación de programadores que generan aplicaciones con la esperanza de generar algún ingreso.

    Los contenidos de autor ofertados en la red pueden ser muy variados: vídeos, imágenes, literatura, música y también aplicaciones informáticas.

    En cualquier caso, son siempre negocios de larga cola. Son negocios que en mi opinión necesitan una regulación porque existe existe un vació legal muy importante que está perjudicando a los usuarios de estos servicios. Más que un servicio se trata en realidad de una relación contractual anómala y asimétrica.

    En cualquier tipo de contrato ha de cumplirse que la verificabilidad de los términos pactados sean comprobables igualmente por ambas partes, pero estamos siempre ante modelos de negocio donde los ingresos generados provienen de un sin fin de aprovechamientos diferentes, imposibles de cuantificar y que se gestionan por regla general con bastante opacidad. Además, la parte que ofrece este mal llamado servicio, se permite con frecuencia cambiar las reglas del juego a la mitad del partido.

    Generalmente se hacen ofertas golosas, pero años más tarde, cuando se han cumplido los objetivos de penetración en ese mercado, es cuando se cambian las reglas para que la gente reciba una auténtica miseria por sus aportaciones.

    Para el que hace las aportaciones a Internet desde su propio blog, esto no le afecta, pero empiezo a sospechar que los blogs están siendo cada vez más penalizados por los buscadores. Creo que la razón de ello es el hecho de no permitir este tipo de explotación de ingresos por parte de aquellos que están convencidos de que la red les pertenece y que todos somos sus sirvientes.

    Muchos de los mal llamados servicios ofrecidos por plataformas privadas podrían ser ofrecidos por plataformas libres. La Wikipedia si ofrece un servicio real. No hay un contrato, no ofrece royalties, y no ha podido ser igualado por ninguna empresa privada. La razón de ello sospecho que es porque empezó mucho antes de que los grandes comprendieran que en este tipo de proyectos con aportaciones masivas de voluntarios podía haber un gran negocio.

  • #004
    Julio - 23 febrero 2014 - 15:43

    Lo que han conseguido Apple y Google es que las aplicaciones se conviertan en algo normal. Que todos las instalemos, sin saber muchas veces, como bien dices, para lo que las vamos a usar, pero no vaya a ser que un día la necesitemos y no la tengamos.

    El uso habitual de los smartphone y los hábitos adquiridos con ellos hace que se hayan convertido en nuestros compañeros de bolsillo. Todavía queda mucho por hacer, y sobre todo en el ámbito empresarial, aplicaciones con mucho valor, y verticales, sectoriales, que no están en una tienda de aplicaciones al uso, pero sí son necesarias para la optimización de determinados procesos en las empresas.

  • #005
    anonimo - 23 febrero 2014 - 16:07

    un cordial saludo para Enrique y las personas que comentan,creo en todo lo que comentáis ahí que ser un
    niño para no intuir lo que comentáis. un abrazo porque creo que sois personas legales.

  • #006
    Maria - 24 febrero 2014 - 06:36

    Hola Enrique,

    Has tocado un tema muy interesante, ahora que tenemos «sobredosis» de apps, pero hay también una cuestión técnica y es el límite en términos de hardware de los smartphones pues cuando tienes demasiadas apps se presentan dos inconvenientes:

    1. La ergonomía
    El tener que gestionar, organizar y actualizar tantas aplicaciones.

    2. La memoria física del smartphone
    Que tiene sus límites y a mayor número de aplicaciones, menor rendimiento.

    La nueva tendencia es el diseño responsive para los sitios web y para mí la mejor solución antes de considerar que se necesita crear una nueva «app», pues si la complejidad del proyecto no lo justifica, ¿para qué crear una nueva aplicación si el problema se resuelve con responsive?

    No olvidemos que un buen diseño response es multidispositvo, algo que se esta convirtiendo en el standard porque llega mucho más lejos.
    Recuerdo al principio del boom de los «apps», tenias que crear una para cada sistema operativo diferente: IOS de Apple, Android de Google o Blackberry.
    El responsive design es un «passepartout» y su lema es: crealo una vez, funciona en todas partes.

    En definitiva, si lo puedes hacer con tu página web, entonces hazla responsive y ahórrate una aplicación.
    El usuario solo tendrá que abrir el navegador para acceder ya sea desde el ordenador de su casa, su tablet o su smartphone.

    Un saludo

  • #007
    Observador - 24 febrero 2014 - 12:54

    La saturación parece estar sentando mal al mercado en todos los sentidos: cada vez menos rentabilidad para los desarrolladores, prácticas cada vez más perversas y establecidas de marketing y promoción, modelos de arquitectura de datos absurdos que solicitan permisos que nadie se detiene a chequear mínimamente, y esquemas en general cada vez más insostenibles.

    Pero Amazon sigue siendo el modelo literario a seguir e iTunes el de la música… ¡Genio!

    PD: es lo que tiene el escribir demasiado, al final uno acaba afirmando lo que en principio negaba. La sobreabundancia de algo ha sido mala toda la vida…

  • #008
    Pedro Torres - 24 febrero 2014 - 12:54

    La definición de un «bien público» es que el coste marginal sea cero.

    ¿Que coste tiene que se instale una app? NINGUNO.

    La competencia hace que el equilibro del mercado estén: PRECIO = COSTE MARGINAL = CERO

    Obviamente de algo tienen que vivir, pero la presión es a que bajen y bajen precios hasta igualar sus costes marginales, es decir, hasta arruinarse, o cederlo al dominio público, donde debería estar.

    Esto es teoría económica de hace 100 años, anclada en la Teoría General de Precios, de las que se derivan las curvas de demanda y oferta de toda la vida.

    La parte de la economia que usa la Teoria General de Precios para analizar las decisiones de un governante es la ECONOMIA DEL BIENESTAR, de la que surge el «Estado del Bienestar», al mezclar teoría con ideas de centro.

    Lo que dice el manaual de economia, es que cuando el Coste Marginal es cero, se trata de un bien público y las fuerzas de mercado producen menos cantidad de la deseable por todos.

    Aquí hay una solida base para:
    – PROTEGER: si USA no protege a su industria, las fuerzas de mercado la reventaran.
    – SUBVENCIONAR: ¿Le gusta pagar peajes?

    Internet es como la red de carreteras. Hay demasiado necio que preferiría privatizar hasta las aceras.

  • #009
    Observador - 24 febrero 2014 - 16:45

    #008 Pedro Torres, imagino que tú debes de haber hecho más de 10 apps gratuitas para el interés público, ¿no? ¿Podrías contarnos en cuál estás ahora? Por cierto, gobernante va con B de burro (aunque la V esté cerca). Menuda chapuza tienes tú en la cabeza, y encima vas de teórico de la Economía (como ciencia).

    Vivir para ver…

  • #010
    Pedro Torres - 25 febrero 2014 - 15:30

    #008 observador, que ya nos conocemos… yo como garbanzos, pero lo tuyo son la minas antipersonas.

    Mis disculpas por escribir gobernantes con v. Rebusca y verás las veces que escribo móvil con b. Es lo que pasa cuando el inglés es tu lengua materna.

    government
    mobile

  • #011
    Krigan - 25 febrero 2014 - 16:16

    #7 Observador:

    Yo diría que hay una diferencia. Los aficionados al rock quieren oír miles de canciones de rock distintas, pero nadie quiere usar más de una aplicación de IM, por ejemplo.

  • #012
    Manuel CHO - 26 febrero 2014 - 18:59

    Sin duda alguna Enrique ha hecho una descripción muy acertada de la realidad según mi visión.
    Estamos ante un mercadillo, diría yo, y realmente la funcionalidad sostenible tiene que ver con la personalización de un uso analizado previamente por desarrollador + usuario (beneficiario).
    La tecnología cuando se estandariza tanto pierde parte de su razón de ser y su valor.

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