El Autolink de Google

Imagen La reciente polémica sobre la función Autolink que Google ha instalado en la versión 3 beta de su barra de herramientas para MSIE responde, desde mi punto de vista, a una pregunta muy clara: ¿cuando parar?

La pregunta puede contestarse en varios sentidos: uno, ¿cuándo el «don’t be evil» ya no es suficiente?. Efectivamente, la empresa había logrado, hasta no hace demasiado, que todos confiásemos alegremente en cosas como que la vasta cantidad de información de que dispone de cada uno de nosotros no iba a ser utilizada para ningún fin perverso. Pero todo tiene un límite, y algunas voces empiezan a opinar que el poder de Google puede estar empezando a ser excesivo. ¿Debemos confiar a Google la posibilidad de introducir vínculos en una página en función de su contenido, vínculos que nos llevan, por ejemplo, a mapas cuando aparece una dirección, a Amazon cuando aparece una referencia de un libro, a UPS cuando aparece un número de tracking, etc.? Si todos confiásemos ciegamente en el «don’t be evil«, posíblemente sí. Pero otorgar a Google ese poder es también pensar que le damos el control para dirigir a muchos usuarios a los sitios que buenamente decida, cobrando seguramente por ello, y de manera independiente a lo que el propietario legítimo de la página habría querido hacer. La cosa, lógicamente, tiene sus partidarios y detractores:

A favor de Autolink aparece, por ejemplo, Cory Doctorow en Boing Boing. Su argumento fundamental es que es una herramienta en manos del usuario, que éste puede emplear a su antojo o no emplearla si no quiere, y que le otorga una prestación que para muchos (no para él) puede ser interesante.

«It’s not a service I’d use, but I believe that it’s the kind of service that is vital to the Web’s health. The ability of end-users to avail themselves of tools that decompose and reassemble web-pages to their tastes is an issue like inlining, framing, and linking: it’s a matter of letting users innovate at the edge (…) It’s my screen, and I should be able to control it; companies like Google and individuals should be able to provide tools and services to let me control it.«

En contra, Robert Scoble, el bloggero más conocido de Microsoft, que afirma que el asunto de los vínculos manejados por una tercera parte es una caja de Pandora que sería mucho mejor no abrir. La pregunta, a mi juicio valiente, que dispara Scoble es: ¿te sentirías igual si fuese Microsoft quien ofreciese algo así? Robert desgrana dos argumentos, uno centrado precisamente en el «don’t be evil«… ¿Y si (Google o quien corresponda) quisiesen ser evil? Esta herramienta permite la construcción de un «jardín vallado» que añade enlaces al contenido de una página en función de los intereses más variados, intereses que no necesariamente tendrían que ser los del usuario. Su otro argumento es el de la competencia:

«Many of my friends have four toolbars loaded already. Imagine a world where all four toolbars fight over links. What then?»

En mi caso, por el momento, que me gusta probarlo todo, a duras penas he conseguido hacer funcionar el Autolink. De mi página, Autolink opina que es «demasiado compleja» (¿?), y en otras donde lo he intentado probar, dice simplemente que «No items found«. Al cabo de bastante navegar, he conseguido que una página en la que aparecía una dirección me ofreciese la posibilidad de llevarme a un mapa, con una integración francamente bien hecha. Y mientras lo que ofrezcan en los autolinks sea eso, información «relativamente neutral» como mapas, información sobre envíos de mensajería, etc., no le veo demasiado problema. El tema surge cuando las cosas dejan de ser neutrales: ¿Por qué me ofreces comprar ese libro cuyo ISBN aparece en esta página en este sitio y no en este otro? Y claramente, el servicio parece estar diseñado pensando en eso, en su valor comercial para ser vendido al sitio vinculado correspondiente, momento en el cual, como dice Scoble, es como abrir la caja de los truenos…

A mí, de entrada, la posibilidad de que alguien, Google u otro, modifique la forma en la que alguien ve mi página sin mi consentimiento para incluir algo que pueda ser interpretado como publicidad y, además, se lucre con ello me parece una idea poco edificante. Pero incluso en ese caso no pasaría nada. Como dueño y señor de mi página que soy, podría simplemente insertar un pequeño javascript que anularía la posibilidad de que el autolink funcionase. A mí con eso me parece suficiente. Y como posición abierta al debate, me acerco más al estilo «lassez fair» de Cory que al «tenebrista» de Scoble. En cualquier caso, otra interesante discusión. Como buen lunes, hoy vamos serviditos de «food for thought«…

2 comentarios

  • #001
    Alex - 28 febrero 2005 - 15:05

    Es curioso como Google poco a poco esta perdiendo esa aureola que tenia antaño.

    Lo que mas me ha gustado es la reflexion que hace Scoble, de hecho yo la extenderia a todo lo que ha hecho Google. Que opinarias si lo hubiera hecho una empresa con tan poca carisma como Microsoft? Lo usarias? Te fiarias?

    Creo que estamos en ese periodo de grises donde la empresa con carisma poco a poco se convierte en un ente oscuro, mientras deja su lugar a otra que aparecera de un momento a otro.

  • #002
    Nacho Somalo - 28 febrero 2005 - 17:07

    Para mi la cuestión es la siguiente ¿Cómo reaccionará Google si le colocas un java script «capando» esta función?

    Es posible que los que dependemos casi por completo del tráfico que Google nos manda no tengamos mucha elección por qué ¿Quien se arriesga?

    A mi todo esto me empieza a recordar peligrosamente a MS como todos parece que apuntamos. La historía demuestra que el poder corrompe y que el «Don`t be evil» a largo plazo no se puede sustentar sólo en la voluntad de una de las partes. De momento en Google parece que todavía tienen claro que su futuro todavía está condicinado por seguir cumpliendo a rajatabla esta máxima y ¿Cuando nos tengan a todos cogidos por… ?

    A mi no me gusta, aunque como siempre lo que intentaré a corto plazo es conocerlo y aprovecharlo…. Si se deja claro está.

Dejar un Comentario

Los comentarios están cerrados