DiDi y el problema de China

IMAGE: DiDi's first days on NYSE (Google Finance)

La salida a bolsa del gigante del transporte de viajeros chino DiDi va sin duda a ser recordada como una de las más accidentadas de la historia: tras solicitarla a principios de junio, la compañía, que muchos consideraban infravalorada en relación con comparables como Uber o Lyft, debutó finalmente en el NYSE el pasado miércoles 30 y cerró con una subida del 16%, para encontrarse el viernes con que el regulador chino anunciaba que, tras someter a la compañía a una auditoría de seguridad, su app dejaría de estar disponible para su descarga en las tiendas de aplicaciones.

Una acción radical a la que, además, el mercado no pudo reaccionar de manera inmediata: anunciada tras el cierre el viernes y con el festivo del lunes por medio, las acciones cayeron el martes más de un 25%, por debajo de su precio de salida, y haciendo evaporarse más de 22,000 millones de dólares de su valoración.

¿Demostración de poder del gobierno chino? Aparentemente, el regulador había recomendado días antes a la compañía posponer su salida a bolsa, pero esta, ansiosa por recompensar a sus inversores y previendo una importante crisis reputacional si daba marcha atrás, habría decidido continuar con sus planes. La compañía se había limitado a enumerar como uno de los riesgos la «posible acción de reguladores descontentos», algo que difícilmente satisfará a los inversores extranjeros que, tentados por su crecimiento, hayan decidido adquirir sus acciones, y que les servirá de aviso con respecto a que China no es «un mercado más» ni necesariamente se comporta como uno.

La medida pone en riesgo próximas salidas a bolsa de compañías chinas en bolsas extranjeras: una cosa es examinar una compañía, sus fundamentales o su negocio, y otra comprobar fehacientemente que el regulador del gigante asiático no se anda con chiquitas, y no le tiembla el pulso en absoluto a la hora de anunciar una medida tan drástica como la retirada de una app de las tiendas de aplicaciones, por una presunta cuestión anticompetitiva, posiblemente en relación con los sistemas de fijación de precios dentro de la aplicación.

En muchos sentidos, China está haciendo lo mismo que ha hecho durante muchos años, y a su estilo: si durante años se dedicó a utilizar a los Estados Unidos como escaparate, a cerrar su mercado doméstico y a promover el desarrollo de copias de las aplicaciones que triunfaban en el mercado norteamericano a nivel doméstico, ahora, coincidiendo con una administración Biden que parece querer llevar a cabo un control regulatorio más intenso de sus big tech, Beijing parece dispuesta a hacer lo mismo. La ofensiva regulatoria del gobierno chino, que toca desde aspectos como la protección de los datos al uso abusivo de plataformas y que ha llevado, por ejemplo, a suspender la salida a bolsa de Ant Financial en Shanghai o a anunciar multas a Alibaba y a otras compañías, parece destinada a poner orden en un mercado hasta el momento escasamente regulado y a crear el entramado regulatorio que la permita convertirse en una superpotencia a nivel internacional. Pero al hacerlo, también dificulta, en gran medida, las salidas de esas compañías al exterior para buscar capitales en mercados extranjeros, algo que Beijing, por otro lado, también quiere poner bajo control.

Sin duda, la regulación de las grandes tecnológicas es algo positivo y necesario, y lo veremos suceder seguramente en todos los grandes mercados mundiales. Pero en el caso de China, ya sabes: si como inversor te atrae el fuerte crecimiento de las compañías de ese país en su descomunal mercado doméstico o el potencial de su apertura a mercados exteriores, que sepas que vas a tener que comerte las decisiones de un regulador no solo omnímodo, como la mayor parte de los reguladores en todos los países, sino además, difícilmente predecible. El problema de China va a venir de la necesidad de explicar a inversores extranjeros el funcionamiento de un sistema de regulación que, contrariamente a lo que ocurre en el resto de grandes mercados, no tiene detrás la legitimación de un sistema democrático y con separación de poderes, sino otra serie de factores que, por lo general, son percibidos de manera muy distinta. Buena suerte con ello…


This article is also available in English on my Medium page, «What Beijing’s treatment of DiDi tells us about investing in China«


5 comentarios

  • #001
    Matt - 6 julio 2021 - 18:35

    Lo que tienen los reguladores del resto de países (al menos los occidentales, los demas no sé) es que estan simplemente para decir que estan porque son absolutamente inutiles y no hacen nada.

    Pese a no gustarme el regimen chino, si la razón por la que han eliminado su app es la que dicen (con un regimen así nunca se sabe), bien por ellos y su regulador.

  • #002
    Gorki - 6 julio 2021 - 18:54

    Es la servidumbre de montar un negocio en un país que no sabe lo que es la Seguridad Jurídica, Si por lo que fuera, caes mal al Goberno, simplente te derriban de un papirotazo, sin el menor juicio ni
    explicación jurídica.

    Sin apoyarse en el menor código legal, tuvieron secuetrado tres meses a Jack Ma, y luego le pusieron una inmensa multa, simplemente por criticar el sistema financiero del pais y retiran una web del mercado por sañir a bolsa cuando ello habian pedido que lo retrasara.

    Tienes que saber que el gobierno chino apoya a tu negocio y permite que te enriquezcas, pero que tu negocio tiene que presentar absoluta sumisión a las directrices del Gobierno.

  • #003
    Gorki - 6 julio 2021 - 23:40

    Claramente, dos comentaristas que nos tiene al pairo el futbol

  • #004
    Chipiron - 7 julio 2021 - 13:59

    El que china fuese una dictadura férrea creo que les ayudó mucho en su transición a una economia capitalista «salvaje», ya que los trabajadores no tenian ningún derecho y la mano de obra era ridiculamente barata.

    Pero es un ciclo que ya ha ocurrido en otros países y cuando el pueblo empieza a tener menos preocupaciones en cuanto a necesidades básicas (comer, vivienda, etc.) pues tiene trabajo y «malvive» pero sin miseria, es cuando se plantean ideas «más filosóficas» como derechos humanos, derechos laborales, etc…(lo que toca la linea de flotación del sistema de gobierno).

    Mientras el gobierno Chino no se presente al mundo como un sistema estable cuyo mercado no está a merced del capricho de unos pocos dirigentes absolutistas, no creo que obtenga todo el finanzamiento externo que si ha tenido mientras las condiciones de los trabajadores eran drakonianas y el gobierno era especialmente férreo en su poder dictatorial.

    Ahora ya no tienen la mano de obra más barata, y tal como decía Tim Cook, se fabrica en China por toda la infraestructura y logística montada. Pero el motivo simplemente económico ya no se aguanta.

    Por lo tanto, si quieren más inversiones y que no se fabrique en paises emergentes como India o cualquier punto de Africa, tendrán que dar la impresión de ser una «pseudo-democracia» con unas leyes de mercado estables y garantistas que permitan a los inversores sentirse cómodos y seguros invirtiendo en el país.

  • #005
    Xaquín - 7 julio 2021 - 16:05

    El título es un pelín ambiguo. Supongo que quiere decir «el problema que tenemos con China (los demás)». Vamos, algo así como el Gran Problema Chino, pero sin murallas de ningún tipo.

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