Hace apenas una década, Polonia era el paradigma absoluto de la dependencia energética del carbón, y se consideraba el país más rezagado y más sucio de la Unión Europea en cuanto a transición energética. Hoy, se presenta como una de las naciones europeas más dinámicas en la transición hacia energías renovables, especialmente en el ámbito de la energía eólica marina, y hasta consigue que The Economist le dedica su portada. Este giro es tan sorprendente como estratégico, y plantea una pregunta crucial: ¿es esta transformación una verdadera revolución energética o una jugada maestra en el tablero geopolítico europeo?
En 2025, Polonia ha tomado decisiones audaces en su política energética. La empresa estatal PGE, junto con socios como Ørsted, está desarrollando el parque ...