Desde mi posición de profesor de innovación, expuesto constantemente a los comentarios de mis alumnos, es uno de los temas que más interesantes me parecen: hasta qué punto la inteligencia artificial va a ir progresivamente sustituyendo otras funcionalidades que consideramos como una parte supuestamente esencial de nuestro ecosistema de productividad personal.
Se habla muchísimo del posible problema (o no) que tiene Google, como representante del buscador clásico, con el avance de algoritmos de inteligencia artificial en modo chatbot como ChatGPT, Claude, Copilot, Perplexity, etc. que cada vez más usuarios emplean para encontrar la información que necesitan en cada momento, o incluso del interés específico de algunas compañías,