Mi columna en Invertia de esta semana se titula «El hombre que entrenaba a las máquinas» (pdf), e intenta explicar la posición de los que se dedican a entrenar las máquinas que, con el tiempo, van a ser capaces de sustituir precisamente aquello que ellos hacen, a modo de quintacolumnistas o colaboracionistas con el enemigo.
Periodistas, escritores y creadores de contenido de todo tipo en todo el mundo se dedican – nos dedicamos, dado que etiqueto todos mis textos con una licencia que permite abiertamente su uso para el entrenamiento de algoritmos – a entrenar algoritmos, en muchos casos con completo conocimiento de causa y confiando en que esos algoritmos serán capaces, en algún momento, de llevar a cabo tareas similares a muchas ...