Amazon y la resaca post-pandémica

IMAGE: Bloomberg

El anuncio de Amazon de una reducción de plantilla que afectará a más de dieciocho mil trabajadores, casi el doble de los inicialmente anunciados en noviembre y los más grandes de su historia, que suponen un 5% de los puestos directivos y un 1.2% de su plantilla total de 1.5 millones de empleados.

¿A qué se debe un recorte tan importante en una de las compañías que más había logrado crecer en los últimos tiempos? Aparentemente, a la creencia errónea de que el ritmo marcado por la pandemia iba a estabilizarse en torno a esos niveles. Los inicios de la pandemia en 2020 se encontraron con una compañía perfectamente preparada para afrontar una crisis semejante: de la noche a la mañana, Amazon era la primera opción en muchos mercados para abastecerse de productos sin salir de casa durante los duros confinamientos, cuando la impresión general era que salir a comprar a la calle era enfrentarse a un peligro que requería casi pertrecharse como en una guerra química o biológica. En abril de ese mismo año, las acciones de la compañía se situaban ya en su cotización histórica más elevada debido al fortísimo incremento de la demanda, y la llevaban a facturar más de $10,000 por segundo.

La empresa se sentía como si hubiese estado toda su vida preparándose para un evento como una pandemia que forzase a la población a permanecer en sus casas, y actuó en consecuencia intentando aprovechar el momento: entre enero de 2020 y julio de 2021, prácticamente duplicó su plantilla en los Estados Unidos y marcó crecimientos importantes en sus otros mercados. Abrió más de cien nuevos almacenes tan solo en los estados continentales del país para afrontar la fuerte demanda, y obtuvo rendimientos espectaculares en todas sus divisiones con la lógica excepción de sus tiendas físicas, que de hecho, estaban ya en fase de fuerte reducción. En 2020, la compañía fue capaz de generar $66,000 millones en cash en sus operaciones, un incremento del 71% sobre las cifras del 2019, y terminó el año con un balance extremadamente sólido, con $84,000 millones en caja frente a una deuda de $32,000 millones.

Si comparamos los niveles pre-pandémicos de 2019 con los del segundo trimestre de 2021, las tiendas online pasaron de facturar $141,000 millones a $221,000 millones, y los vendedores externos, de los $54,000 millones a los $97,000. La división de cloud computing, AWS, logró pasar de los $35,000 millones a los $53,000 millones, y las suscripciones se incrementaron desde los $19,000 millones a los $29,000. Una auténtica fiebre que llevó a la compañía a un estado de euforia total, a una valoración próxima ya al billón de dólares, y a lanzarse a una expansión sin precedentes: adquisiciones como MGM ($8,6 millones más la asunción de su enorme deuda), iRobot o OneMedical (estas dos ultimas aún pendientes de aprobación regulatoria), gastos elevadísimos sin resultados tangibles en Alexa, miles de vehículos eléctricos para su creciente flota, y un relevo en la cúpula directiva con un Andy Jassy que cobra $212 millones de dólares, más de seis mil veces lo que un trabajador medio de Amazon gana en un año… El pasado septiembre, el balance de Amazon reflejaba, por primera vez desde el año 2004, más deuda que dinero en caja: las enormes ganancias de la pandemia se habían volatilizado en siete trimestres.

Con el final de la pandemia, las cosas cambiaron, y mucho. El ritmo del comercio electrónico se redujo drásticamente en cuanto terminaron los confinamientos: aunque muchos, efectivamente, probaron Amazon y obtuvieron buenos resultados, ahora lo que estaban es locos por salir a la calle, respirar aire y recuperar su vida. Las actuaciones que la compañía llevó a cabo durante la pandemia han sido defendidas por su CEO, Andy Jassy, pero la realidad es que, a pesar del cierre de muchos de los almacenes que se abrieron entonces, los resultados son los que son y las matemáticas son duras.

Básicamente, la resaca de un momento en el que llegó a parecer que tendríamos que permanecer metidos en casa el resto de nuestras vidas y con Amazon enviándonos los productos que pudiésemos necesitar. Las pérdidas de la compañía durante los primeros nueve meses de 2022, $9,100 millones, están ahí a pesar del crecimiento de su negocio publicitario, que aportó nada menos que $26,000 millones de margen (ahora ya sabes por qué diablos no paras de ver publicidad disfrazada como resultados de búsqueda cuando intentas comprar en Amazon). Ingresar mucho pero gastar mucho más, una situación habitual en la historia de la compañía pero que ahora se lleva a cabo en una escala brutalmente superior, es lo que tiene.

La compañía ha perdido ya más de la mitad de su valor, se enfrenta a importantes problemas en su cultura de trabajo, y está perdiendo rápidamente su estatus de compañía atractiva en la que buscar trabajo. ¿Por qué un recorte de plantilla tan pronunciado? Pues como se ve en el gráfico que ilustra este artículo, porque se incorporó a demasiada gente cuando las cosas iban bien y el crecimiento parecía ilimitado. Sin duda, los dolorosos recortes son necesarios para estabilizar el rumbo de una compañía que sigue representado el comercio electrónico por derecho propio, pero que necesita volver a plantear sus matemáticas, darse cuenta de que ni siquiera el papel lo aguanta todo, y racionalizar lo que puede y no puede afrontar.


This article is also available in English on my Medium page, «For Amazon, the pandemic was one long party; now comes the hangover»

21 comentarios

  • #001
    Rodrigo - 6 enero 2023 - 12:24

    Parece un ajuste lógico en una compañía que tiene que adaptarse a los nuevos tiempos. Y, aparentemente, no es muy abultado el número de despidos. Es una pena para quien le toque pero es eso o despedir a más gente en un futuro cercano.

  • #007
    Benji - 6 enero 2023 - 12:28

    Interesante que se recorte un 5% en directivos y un 1,2% en plantilla.

    Lo que necesita Amazon es competencia que le obligue a seguir poniendose las pilas

    • Chipiron - 7 enero 2023 - 01:35

      EXACTO!!

    • Javier Cuchí - 7 enero 2023 - 01:41

      Sí, pero… ¿a dónde vas a buscar el ingente volumen de capital que se necesitaría para crear esa competencia y quién lo iba a arriesgar? ¿Elon Musk?

      Pasa como con Microsoft y su Windows: cuando el software libre empezó a ser asequible para el usuario medio, allá por el 2000, Ws estaba tan extremadamente extendido que la competencia fue imposible incluso a pesar de que el competidor era (y sigue siendo) virtualmente gratuito. Y sí, bueno, Microsoft ha jugado siempre sucio en todos los ámbitos, pero su principal y real baza ha consistido siempre en la durísima resistencia a la migración -el usuario informático arquetípico, tanto el profesional como el doméstico, es extremadamente holgazán- lo que ha llevado a que en la informática de consumo, el que da primero da dos veces y resulta muy difícil descabalgarlo de su hegemonía por más que su competidor sea bueno, bonito y barato. Hay que llegar a casos de auténtica y extrema disrupción para lograr una competencia efectiva -a veces, incluso vencedora- ante un megagigante de esos.

      El monopolio de Amazon va para largo salvo lo dicho, una idea realmente revolucionaria, realmente rompedora de todos los esquemas del mercado. Y eso no es imposible, pero sí muy muy difícil

      • Gorki - 7 enero 2023 - 11:40

        Te olvidas de Alibaba. pero me temo que sea salir de Guatemala, para caer en Guatepeor.

        Sin embargo como le paso al Corte Inglés en España, pueden salirlae a Amazon, cientos de vendedores On-line especializados, que roben una pequeña parte de su negocio, como ocurre en la venta de ropa, de Zara o Zalando, o de productos frescos de cualquier supermercado o incluso de un especialista como Getir.

        • Chipiron - 7 enero 2023 - 12:39

          Hasta cierto punto tienes razón, Gorki.

          Pero los humanos somos vagos por naturaleza y, en vez de tener 100 apps, cada una especializada en un «outlet» de un tipo de productos, la mayoría escogen Amazon porque saben que lo tienen todo a un click con un relativo buen precio y un servicio de envío y política de retorno incomparables (eso de que puedas devolver algo abierto hasta 30 días despues de haberlo comprado y sin gastos de reenvio no tiene parangón).

          En algunos aspectos, los «usuarios compradores» nos hemos beneficado de Amazon, pero a cosa de que ésta exprima hasta la última gota a sus trabajadores y suministradores, hasta puntos de prácticas claramente monopolistas.

          • Gorki - 7 enero 2023 - 13:46

            Hablo por mi y por mi entorno, poco representativo por ser muy poco dado a comprar on-line. A Amazon, la utilizo solo, para comprar cosas que racionalmente no crea que voy a encontrar en el comercio físico, porque prefiero ver algo al natural, que en fotografía, que siempre es engañoso, aunque me dejen devolverlo, pues siempre supone una pepla el hacerlo.

            Sin embargo, compro algunas cosas on-line si conozco el producto y en ese caso, contacto directamente con el fabricante. Por ejemplo, así he comprado unos jamones de cerdo, y vino de mi pueblo. Por ello, aconsejo a cualquier fabricante que abra una tienda on-line aunque venda por ella muy poco, y además venda por Amazon. Si vende al mismo precio le quedará mas margen.

      • Javier M. - 8 enero 2023 - 22:16

        No es que el usuario sea holgazán. La gran baza de Microsoft es que su sistema ya va instalado por defecto e incluido en el precio final. Y no te puedes comprar un equipo de las grandes marcas sin sistema y que te descuenten su precio.

  • #014
    Xaquín - 6 enero 2023 - 12:40

    En medio año duplicar plantilla… no está nada mal como cuento de la lechera y similares.

    De nuevo se demuestra que la historia de Roma o la de las hipotecas basura no sirve para nada. Y, en este caso, siendo aplicable a los buscadores de empleo.

    Cuando se estudia el movimiento colonizador de, por ejemplo, el Oeste USA, se centra mucho en el espíritu empresarial. El típico colonizador que llega a donde llega y se pone a dejar la piel, para sacar sus «pepitas», aunque sean de simple hierro (o plomo).

    Pero es que el espíritu emprendedor , ese que lleva a explotar a mucha gente, que llega más desarmado (o a posteriori), no debe ocultar el espíritu de «ser explotado», que conlleva irse por las bravas a hacer la «carrera del siglo».

    Como si los únicos que van a perder en ella fueran los nativos usamericanos. O los recién llegados de cualquier confín terrestre.

    Algo que se nota muy propio de una juventud, con el coco comido por la propaganda capitalista, de que llega con tener ganas de emprender, para rematar siendo el dueño del salón, del almacén o del rancho todopoderoso.

    El capitalismo (de empresa privada o de empresa estatal) se basa en favorecer los Andy Jassy, que se llevan el oro directamente de la mina, o se hacen con el diciendo que lo «transportan» hasta la capital del estado.

    Este segundo método de apropiación indebida, se llama ahora logística. Y se haga legal o ilegalmente, tenemos ejemplos preclaros en el cine de Hollywood. Porque los USA tienen muchos defectos, pero el de dejar puertas traseras (positivas), no es uno de ellos.

  • #015
    Angel - 7 enero 2023 - 08:15

    Para mi, y creo que no soy una excepción, Amazon se ha convertido en una empresa antipática. La ostentación de riqueza de su fundador, los conflictos sindicales y la mayor conciencia de la importancia que tiene mantener los negocios locales me han hecho considerar a Amazon como la última opción para comprar algo.

    • Gorki - 7 enero 2023 - 11:48

      Para mi lo que es es la tienda «último recurso», cuando busco algo que creo que no voy a encontrar en las tiendas de mi barrio, ni siquiera en el chino,… miro en Amazón.

      Por ejemplo la última compra que he hecho a Amazon es el filtro de gomaespuna que llevan los micráfonos que se sujetan a la cabeza, ¿Donde encontrarlo si no es en Amazón?

      Protector de micrófono de espuma, 15 unidades, color negro

    • Chipiron - 7 enero 2023 - 12:34

      Estoy contigo Angel. Pero fijate que por muy mal que te caiga, al final la usas «como ultimo recurso».

      En el fondo hay un paralelismo con Whatsapp: Salvo honrosas excepciones (Enrique a la cabeza) la mayoría odiamos la app de mensajeria por excelencia pero no nos podemos desenganchar facilmente.

      Un saludo!

  • #018
    Carlos - 7 enero 2023 - 12:50

    ¿A nadie se le ocurre ver la proporcionalidad de los despidos?

    un 5% de directivos en infinitamente inferior a un 1,2%de curritos

    • Alfredo Hoz - 7 enero 2023 - 13:44

      Al fin… alguien lo ve…

    • Félix Maocho - 7 enero 2023 - 15:07

      No es proporcional, en un acaso es el 5% y en otro es el 1,2% o sea mas o manos una cuarta parte. Lo que es diferente, es el numero de despedidos, habrá unos cientos de despidos de cuello blanco y miles de cuello azul.

    • Enriqueta - 7 enero 2023 - 15:31

      Estoy hasta los eggs del corrector…

      Coño con ñññññññññññ

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