La progresiva normalización de los robots: la experiencia surcoreana

IMAGE: E. Dans

El pasado mes de septiembre pasé algunos días en Seúl por mi participación en una conferencia y una mesa redonda en el World Knowledge Forum, y me llamó la atención la profusión de robots en los sitios más insospechados.

No era mi primera vez en Seúl, aunque hacía ya bastantes años desde mi primera visita, que había sido además muy corta. En esta ocasión tuve la oportunidad de hacer una visita razonablemente completa a la ciudad, de encontrarme con antiguos alumnos, y de disfrutar de algún tiempo de ocio. Y la sensación fue bastante interesante, porque la sociedad surcoreana tiene muchísimas diferencias con respecto a cualquier otro país en el que haya estado anteriormente, y porque en muchos sentidos, se trata de un país que hizo una apuesta muy fuerte por la tecnología hace mucho tiempo, y que ha recogido sus frutos con una continua mejora de su posición económica.

Precisamente por eso me ha llamado la atención un artículo en The New York Times, «Meet your new corporate office mate: a ‘brainless’ robot«, sobre una compañía eminentemente surcoreana, Naver, una de las primeras grandes plataformas creadas en el país en 1999 en forma de lo que entonces conocíamos como portal, que ha incorporado en sus oficinas robots que se desplazan entre las plantas, los cubículos y las salas de reuniones llevando a cabo tareas que van desde el transporte de documentos o materiales entre personas de la compañía, hasta llevar un café o algo de comer a cualquier sitio.

El primer robot que vimos en Seul fue en el aeropuerto de Incheon, nada más desembarcar del avión, desplazándose por la moqueta en un pasillo largo mientras nosotros caminábamos por la cinta en dirección al control de pasaportes. Imagino que su función era simplemente limpieza, pero lo desconozco. El segundo, nos lo encontramos en un bar, en uno de los típicos chicken and beer de Seul: un local pequeño, en un tercer piso en el concurrido barrio de Myeong-dong, pero en el que, a pesar de la aparente falta de espacio y de lo cerca que estaban las mesas entre sí, se paseaba un robot de LG con la función de llevar algunos pedidos a los comensales y de recoger los platos, cubiertos, etc. que ya no necesitaban. Nuestro pedido lo trajo una camarera, posiblemente porque nos vieron, obviamente, cara de «no ser de allí», pero la «atención robótica» parecía completamente normalizada, y varios ex-alumnos me confirmaron que había robots de ese tipo en muchísimos sitios.

La sociedad surcoreana es muy interesante: se trata de un país con relativamente poca inmigración, con una sociedad con unas características muy intrínsecas, fuertemente competitiva y con un idioma complicado y único que dificulta la adaptación, lo que hace que conseguir trabajadores para tareas como la limpieza o la hostelería no sea fácil. De ahí que la propuesta de utilizar robots para desempeñar tareas que muchos ciudadanos del país no quieren llevar a cabo sea aparentemente atractiva, y que si haces unas simples cuentas de servilleta con respecto a un sueldo medio, el coste del robot se amortice de manera bastante rápida.

Vimos robots de ese tipo en bastantes sitios. El último, a modo de despedida, en la sala VIP del aeropuerto cuando ya nos íbamos del país (subí un vídeo breve a mi Instagram, al que corresponde la imagen de este artículo). La normalización del robot paseándose por la sala y acercándose a las mesas para que los viajeros pudiesen dejar en sus bandejas los utensilios o la basura que, en cualquier otra sala, dejarían simplemente en sus mesas, era total. Una pantalla superior con unos «ojos» que parpadean y una línea de texto inferior que ocuparía la posición de la boca, y tres niveles en los que poder dejar cualquier cosa que ya no necesitases. Seguía habiendo personas que pasaban ocasionalmente por si alguien no hacía uso del robot y dejaba las cosas en su mesa, pero la necesidad, obviamente, era mucho menor.

El caso surcoreano, por supuesto, es un tanto peculiar. De nuevo: la combinación de ser una potencia en el ámbito tecnológico con una problemática que le lleva a no contar con una inmigración habitual, en el contexto de una sociedad competitiva con una de las mayores tasas de educación terciaria del mundo y con unos retos demográficos muy concretos (la menor tasa de nacimientos y renovación poblacional del mundo) sitúan al país en una situación inigualable para justificar el interés en la robótica, y reduce al mínimo las posibles consecuencias de la tecnología como eventual generador de desempleo, que se sitúa únicamente en un 3.6%. En esas circunstancias, pensar en ver robots por todas partes es hasta razonable, y comprobar que cruzarse con uno de estos aparatos es algo totalmente normalizado en cualquier sitio es algo fácil de entender.

La pregunta, en este caso, es si Corea del Sur es una especie de ventana para mirar al futuro y, por tanto, veremos este tipo de robots aplicados a tareas similares en otros lugares del mundo, o si se trata de un fenómeno específico y poco repetible. El otro país que comparte circunstancias relativamente parecidas, Japón, también se cuenta entre los que más avances lleva a cabo en robótica a todos los niveles, pero fuera de ahí, el uso de robots en otros países se mantiene aún como relativamente marginal, y cruzarse con uno evoca extrañeza y casi una sensación de ciencia-ficción, cuando no de distopía. ¿Cómo seguirá evolucionando esto en el futuro?


This article is also available in English on my Medium page, «What South Korea can tell us about using robots«

12 comentarios

  • #001
    KOLDO SARRIA - 20 noviembre 2022 - 14:02

    Interesante artículo, Enrique. Sólo dos apuntes.

    Uno: Corea del Sur consiguió ese prodigioso y rápido avance económico y social, SIENDO EN TODO MOMENTO UNA DICTADURA MILITAR. Lo cual sin duda le rechinará a más de uno. Pero es que a veces olvidamos que la ciencia y los fríos datos (desprovistos de todo sesgo o prejuicio) son fundamentalmente CONTRA INTUITIVOS.

    Dos: no existen idiomas complicados e idiomas fáciles EN TÉRMINOS ABSOLUTOS. Solo EN TÉRMINOS RELATIVOS O COMPARATIVOS. Por ejemplo, ¿es el chino un idioma difícil? Depende de si pregunta a un español o a un mongol. ¿Es el francés un idioma difícil? Depende de si pregunta a un español o a un chino.

    Al leer el artículo, uno no puede evitar un cierto desasosiego al darse cuenta de que el centro del poder mundial se está desplazando inexorablemente desde nuestra declinante Europa hacia el pujante sudeste asiático.

    • Gabriel - 21 noviembre 2022 - 07:28

      Corea del sur ¿una dictadura militar? Desde 1987 es una democracia representativa. La transformación tecnológica ha ocurrido después

      • KOLDO SARRIA - 21 noviembre 2022 - 12:21

        FUENTE: Hans Rosling Factfulness (2018)

        “Es arriesgado, pero voy a tratar de argumentar esto de todas formas. Creo firmemente que la democracia liberal es la mejor manera de gobernar un país. Las personas como yo, que creen esto, nos sentimos a menudo tentadas de afirmar que la democracia conduce a otras cosas positivas, como la paz, el progreso social, las mejoras sanitarias y el crecimiento económico, o incluso que es un requisito para ellas. Pero la cuestión que es difícil de aceptar es la siguiente: las pruebas no respaldan esa postura.

        La mayoría de países que experimentan grandes avances económicos y sociales no son democracias. Corea del Sur pasó del nivel 1 al 3 más rápido que cualquier otro país en la historia (sin encontrar petróleo), siendo en todo momento una dictadura militar. De los diez países con más rápido crecimiento en 2016, nueve de ellos presentaban una baja calificación democrática.[90]

        Cualquiera que afirme que la democracia es una necesidad para el crecimiento económico y las mejoras en el ámbito de la sanidad corre el riesgo de que la realidad le contradiga.

        [91] Es mejor reivindicar la democracia como un fin en sí misma en lugar de como un medio superior para lograr otros objetivos que nos gustan.

        No hay una magnitud única —ni el PIB per cápita, ni la mortalidad infantil (como en Cuba), ni la libertad individual (como en Estados Unidos), ni siquiera la democracia— cuya mejora garantice mejoras en el resto. No hay un único indicador mediante el cual podamos medir el progreso de una nación. La realidad es más complicada.

        [90] Los libros de Paul Collier son tan inquietantes como fundamentados. Véase Wars, Guns and Votes: Democracy in Dangerous Places (2011) para saber más sobre cómo la democracia puede desestabilizar los países —especialmente los del nivel 1— en lugar de hacerlos más seguros. Más problemas inquietantes de la democracia son abordados en El futuro de la libertad: las democracias «iliberales» en el mundo, de Fareed Zakaria”.

        • JM - 21 noviembre 2022 - 20:59

          Pues si eso es cierto no me explico cómo hay tantos países pobres gobernados por dictaduras o cuasi-dictaduras.

          Igual es que soy un ignorante.

          • KOLDO SARRIA - 21 noviembre 2022 - 21:44

            Me temo que no ha leído la cita de Rosling con la debida atención.

            Nadie afirma que TODOS LOS PAÍSES CON DICTADURAS son social y económicamente avanzados, sino que LA MAYORÍA DE PAÍSES QUE EXPERIMENTAN GRANDES AVANCES económicos y sociales no son democracias, que es bien diferente. Una lectura más atenta le haría ver la diferencia.

            Si siguiéramos la erronea lógica aplicada por usted, diríamos (erróneamente) que todas las democracias son social y económicamente avanzadas, lo cual es evidentemente falso.

            La conclusión es que la democracia, por si misma, no es suficiente para garantizar el bienestar social y económico de ningún país. Hay otros muchos criterios a considerar.

  • #006
    Gorki - 20 noviembre 2022 - 16:10

    Hecho en falta, tanto ayer y como hoy, el coro de tragedia que clama, «Los robots nos roban el trabajo, cómo nos ganaremos el sueldo».

    Debe ser que están muy ocupados trabajando en día de fiesta

    • JPR - 21 noviembre 2022 - 13:31

      Igual viendo los ejemplos que ilustran los artículos, el sector de los mozos luditas de almacen y los camareros luditas del borriquin igual piensan que la disrupción no es hoy, sino mañana… a 5€ la hora… son una competencia desleal a los pobres robotijos

    • Gorki - 21 noviembre 2022 - 20:40

      En efecto, los luditas estaban trabajando.

  • #009
    Mario Soriano - 21 noviembre 2022 - 20:52

    Hola.
    Nosotros hemos instalado en nuestro restaurante (Eh Voilà! – Valladolid) un robot colaborativo (cobot) para asistir al personal de sala en sus tareas con un éxito en varios aspectos:

    – Impacto de marketing: al ser el primer restaurante de Valladolid en instalarlo (y de los primeros en Castilla y León), atrajo a medios de comunicación que dieron a conocer la noticia (Norte de Castilla, Dia de Valladolid, Canal 7 cyl). Además se hizo un concurso en RRSS para dotarle de nombre (se llama FRIDA: Feliz Repartidora Inteligente De Alimentos) con el consecuente impacto.

    – Impacto comercial: en tanto muchos clientes (especialmente niños) visitan el restaurante con objeto de conocer el robot.

    – Impacto en Productividad: hemos comprobado que hay momentos de un «servicio de trabajo» donde haría falta una persona más (en una franja de 30-45 min) que se puede suplir con la ayuda del robot. Igualmente, no son necesarias dos personas para llevar 6 platos a una mesa por ejemplo. En todos los sectores hay «picos» de demanda donde haría falta mas personal del que hay en turno pero la duración de estos picos no justifica la presencia de un recurso adicional.

    – Mejora en la Prevención de riesgos y lesiones: con la ayuda del robot se pueden transportar platos que están calientes hasta la mesa del cliente, evitando quemaduras en los antebrazos y muñecas. Igualmente las muñecas y codos del personal no se ven tan forzadas al eliminar el peso extra de llevar platos, bebidas etc… así como a la hora de recoger vajilla, cristalería, etc…

    – Mejora del ambiente de trabajo: en tanto el robot es un «juguete» que utilizamos todo el personal de sala y que genera «chascarrillos» y comentarios que aminoran la tensión.

    Es cierto que, actualmente, existe un gran problema a la hora de contratar personal en el sector de la hostelería (el cierre forzoso de los restaurantes durante la pandemia hizo cambiar de sector a muchos empleados, descapitalizando de talento y experiencia a muchos negocios) y que la existencia de los Cobots pueden paliar esta carencia.

    En nuestro caso, el personal de sala sirve los platos a los clientes pero entiendo que, en determinados negocios, esa función la puede realizar los propios clientes sirviéndose directamente los platos del robot.

    En mi opinión, un robot debe ser una ayuda para la persona, pero cuando no hay persona disponible el robot se convierte en la única solución para mantener un negocio abierto

    Así que Enrique (y resto de lectores) están invitados a conocernos (a los humanos y a Frida) en el Restaurante Eh Voilà! de Valladolid.

    • Dedo-en-la-llaga - 22 noviembre 2022 - 18:10

      Ha quedado claro que Frida será esto o lo otro, hará esto o lo otro y hasta pensará esto o aquello otro, pero de lo que no cabe la menor de las dudas es que el Community manager (o como se llame ) del Restaurante Eh Voilà! de Valladolid, es un fiera.

  • #011
    f3r - 22 noviembre 2022 - 14:23

    Mola, pero siempre que veo cosas así pienso que va a acabar de patitas en el mar cuando se le rompa algo. Es decir, más basura. Aunque no soy un ejemplo porque pienso eso siempre que voy a comprar cualquier objeto. Será porque llevo 15 mudanzas ya en mi vida…

  • #012
    f3r - 22 noviembre 2022 - 14:34

    Y en cuanto a si estás mirando al futuro por una ventanita:

    Creo que en eso Corea del Sur y Japón se parecen, y mi sensación coincide la de algunos economistas al decir que el capitalismo que vivimos (o sufrimos, a estas alturas) es un calco de lo que había allí hace una década o dos [se diferencian en algunos puntos por su herencia pseudo-feudal corporativa y la gran influencia de la Yakuza en la economía macro; había un libro que iba justo de esto pero no me acuerdo del título], así que no me sorprendería que viéramos esto en un futuro cercano, aunque como consecuencia de un efecto de re-organización capitalista, digamos.

    Esto también significa que en unos años veremos gente currando de sujetar un cartel en la calle, botones de ascensor, plantillas sobre-dimensionadas e ineficientes cobrando una miseria y necesitando dos trabajos, compatibilización de jubilación y minijobs….en fin, la mierda.

    Habiendo compartido despacho con dos investigadores de Corea del Sur también puedo decir que, aunque estos son mucho más cálidos que los japones o chinos que he conocido, siguen teniendo el «gen de ojos rasgados», que les hace trabajar 15 horas al día. Esto es así porque su organización científica se basa en una carrera de locos (el que no necesite dormir, gana) para sacarse plaza y luego ya casarse y/o rascarse las bolas [aunque esto último no sé si saben hacerlo]

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