Sobre «The Social Dilemma»

Han sido ya varias personas las que me han pedido mi opinión sobre el documental producido por Netflix «The Social Dilemma«, así que imagino que no es mal momento para ponerme con ello.

Cuando lo vi, hace varias semanas, me ocurrió lo que suele ocurrirle a una persona que lleva muchos años escribiendo sobre un tema: me pareció que simplificaba demasiadas cosas, que daba trazos demasiado gruesos, que claramente adelantaba la conclusión a los acontecimientos. Imágenes que buscan un gran patetismo, que pintan auténticos dramas con música que evoca tensión, como si en cada momento del documental alguien fuese a salir de detrás de una cortina a apuñalar a alguien. Después comprobé que no era el único en pensar que, en ocasiones, cuando exageras mucho el tono para comunicar una idea, pierdes en lugar de ganar.

Fue esa impresión de exceso de dramatismo, de absurda búsqueda de la estética de thriller de tensión, la que me echó un poco para atrás a la hora de escribir sobre el tema. Pero claramente, una cosa es cómo percibe algo una persona que está harta de escribir sobre ello – y seguramente, que tiene hartos a sus lectores, que ya saludan mis entradas sobre Facebook con el comentario «hoy toca Facebook» – y cómo lo hacen quienes lo ven con una mentalidad menos condicionada o – posiblemente – más abierta. Una cosa es ver a Jaron Lanier o a Tristan Harris cuando te acaban de rotular quienes son y te expones a sus ideas por primera vez, y otra muy diferente verlo cuando llevas tiempo leyéndolos en artículos, viéndolos en vídeos y citándolos con asiduidad, o cuando tienes diapositivas con sus frases en tus presentaciones. Que sean precisamente las personas que han trabajado en Facebook o los que llevamos años estudiándola los que peor hablemos de ella debería, seguramente, generarte alguna preocupación.

El efecto de la dopamina en nuestra forma de usar las redes sociales es bien conocido, y lo he contado en clase en infinidad de ocasiones. ¿Nos engancha? Del mismo modo que nos enganchan muchas otras cosas. No es una drogadicción – esa hipótesis es simplemente absurda – pero sí genera patrones de uso que, si no se someten a educación y moderación, pueden resultar negativos, o distraer de otras actividades. Esos patrones no son exclusiva de las redes sociales: muchas otras actividades humanas los generan, pero nunca nos habíamos enfrentado a esa combinación de dopamina con un algoritmo diseñado para intensificar nuestros sesgos, para reforzar nuestras creencias, para mantenernos pegados más tiempo a una pantalla para que, en último término, veamos más publicidad. Menos aún lo había hecho una compañía que desprecia e ignora todas las reglas, que vulnera cualquier atisbo de moralidad, y que además, cree que con disculparse después, ya es suficiente.

Si llevas mucho tiempo escribiendo sobre el problema que representan las redes sociales, y muy en particular, sobre lo peligroso que se ha vuelto Facebook, es difícil decir nada original sobre un documental que se ha vendido como «si odias el social media, te gustará este documental«. ¿Debemos repensar nuestra relación con Facebook o Instagram? Por supuesto: yo llevo tiempo haciéndolo. Pero no es tan fácil como decir «sal de las redes sociales». Hay más. Muchas personas necesitan esas redes. Para muchas, es su forma de saber qué hacen sus hijos, su familia, sus amigos. Les da oportunidades para hablar con ellos, para felicitarlos, para ver las fotos que han hecho en sus vacaciones, para saber qué hacen. No es tan sencillo. Pero se puede minimizar la exposición, y reducir el peligro.

Hace años, Facebook era una pestaña permanentemente abierta en mi navegador y un icono en mi móvil que emitía notificaciones constantemente. Ahora, solo entro en Facebook para pegar el título y enlace de lo que acabo de escribir, y lo he desinstalado de mi móvil. Limito mi uso al mínimo imprescindible, y recomiendo a todo el mundo que lo haga así: eliminar sus notificaciones en el smartphone, entrar pocas veces, quitarle el acceso a localización, a cámara, a micrófono y a todo lo que puedas, y asumir que hablamos de una compañía peligrosa y fuera de control que te engañará y venderá tu información siempre que pueda.

Sobre todo, no trates de informarte sobre la actualidad en Facebook, porque te encontrarás sometido a la peor y más peligrosa de las manipulaciones, la que pretende convencerte de que todo lo que piensas es lo mismo que piensan tus amigos, y está completamente justificado. Reforzar completamente tus sesgos para que te sientas a gusto y te quedes más tiempo. Estoy muy de acuerdo con algo que se ha escrito recientemente: hablamos posiblemente de una de las compañías más desastrosas para el mundo en toda su historia.

Las redes sociales no son malas. Representan un avance en la forma en que nos comunicamos y nos relacionamos, un canal abierto para compartir cosas, saber de nuestros amigos, y para muchas cosas más. El problema no son las redes sociales: el problema es aceptar su explotación por parte de modelos completamente carentes de ética en los que las personas son reducidas a mercancía, a recursos a explotar lo más posible.

Cuando esa locura, además, se hipertrofia porque miles de empresas en todo el mundo quieren pagar por los servicios de un francotirador inmoral, el dislate alcanza proporciones increíbles, y vemos a Facebook convertido en genocida, en el manipulador de elecciones, en explotador de la división y las tensiones de todo tipo, o en amplificador de las peores características del ser humano: racismo, machismo, nazismo, conspiranoia… escoge lo que quieras, lo encontrarás en Facebook en dosis masivas. Y no porque haya personas con esas creencias, que desgraciadamente las hay, sino porque Facebook ha visto una oportunidad de negocio en amplificar sus creencias y en permitirles apalancar su poder para difundirlas mediante todo tipo de ingeniería: perfiles falsos, noticias falsas, maniobras coordinadas, publicidad hipersegmentada allá donde más daño hace… pero no, las redes sociales, como tales, no son malas. Las que son malas son las redes sociales completamente fuera de control que tenemos ahora. Hay esperanza. Veremos otras.

¿Tenemos que repensar el social media? Por supuesto. Como sociedad, hemos aceptado un absurdo pacto que ha normalizado lo que jamás debería haber sido visto como normal, y la compañía que lo defiende como estandarte de su modelo de negocio está ahora blindándose todo lo que puede para evitar que pueda ser regulada. Mientras no seamos capaces de limitar muchísimo lo que Facebook puede hacer, la democracia estará en peligro.

Si no has visto «The Social Dilemma», no dejes de verla. Pero sobre todo, lo más importante: no te quedes ahí. No te limites a un documental. Además, lee libros y artículos sobre el tema, sigue las noticias y entérate bien de cómo funcionan las herramientas que usas, sean Facebook, Instagram, TikTok o la que quieras. No vivas para ellas, como mucho, hazlas trabajar para ti. Entérate de lo que eres para esas compañías, de lo que hacen contigo y de las técnicas que utilizan. Y tenles miedo. Mucho miedo.


This article is also available in English on my Medium page, «The Social Dilemma: a simplistic but necessary warning«


23 comentarios

  • #001
    sin censura - 1 octubre 2020 - 19:17

    ATENCION SPOILER. Retazos del docu

    DOCU: Trabajé en FB en 2011
    COMENTARIO: No se ha corrompido desde entonces FB….

    DOCU: Dejé google en 2017 por preocupaciones éticas,
    Larry Page se había leido mi presentación…
    COMENTARIO: Amiguete después de armar la revolución interna, y que te ningunearon y apartaron. Y pusieron a otro en tu puesto

    DOCU: Son malos(los de las RRSS) no…. ¿Cuál es el problema?
    COMENTARIO: básicamente que cobras un sueldo por hacer cosas como un scroll infinito, y no sabes que es para pillar a los adictos…

    ENRIQUE: Las rrss no son adictivas (resumo)
    DOCU: Un estudio arroja luz entre salud mental y el uso de rrss… (ver el docu)
    Decenas de millones de estadounidenses son adictos irremediablemente a sus dispositivos electrónicos ( Y más bla bla)
    COMENTARIO: mi percepción es que si no hubiera adicción no habría polarización, no habría gente como los partidos políticos contratando con FB, no existiría Cambridge Analitics,…. algo de enganche debe de haber…

    DOCU: Y hay noticias falsas. Y hay polarización.
    Dame 10 millones, y cambiaré el mundo en un uno por ciento en la dirección quetu quieras que cambie
    COMENTARIO: No venden humo, venden certidumbre.

    FIN DEL SPOILER

  • #002
    Lua65 - 1 octubre 2020 - 19:40

    Lo siento eDans, pero te estas marcando un Gorki en toda regla, lo mismo y lo contrario… XDDD

    Recuerdo todavia cuando nos vendias «que si no estabas en las RRSS no existias» (no me hagas buscar los articulos), y ya entonces, yo reconocia estar, y no ver el «porque». No fueron pocos los que se me tiraron al cuello…

    Afortunadamente, las abandone y he de decir, que si, mi vida cambio. Pero no deja de ser mi experiencia personal, quizas, no extrapolable. Lo cierto es que de mis conocidos, cada vez mas gente ha seguido mis pasos (y sin evangelizacion, decision personal de cada cual)

    En lugar de soltar aqui un rollo patatero/kilometrico, me limitare a una sola pregunta:

    Antes de las RRSS… que hacia la gente? No se comunicaba? Eramos anacoretas?

    • Marcos - 2 octubre 2020 - 01:05

      Está firmemente relacionado con el capitalismo sin control.

      Es decir y como indica Enrique, hay millones de empresas dispuestas a darle dinero a Facebook y para que encuentre dianas (clientes) sobre los que vayan a disparar.

      Quizás… todo esto, que va a ser que no pero bueno…

      Debería de replantearnos si en el viaje en autobús a casa, deberíamos dejar el móvil en el bolsillo y tener una conversación interna sobre cómo nos ha ido el día en el trabajo y si estamos orgullosos de la labor realizada.

      Deberíamos de tratar de hablar más entre nosotros de cosas que nos hayan sucedido, cara a cara, sin perder el valor fundamental de una buena conversación.

      Deberíamos de pensar en qué sucedería si todo ese tiempo lo dedicáramos a aquello que hace 12 años solíamos hacer.

      Deberíamos de pensar si nuestra felicidad o mejor dicho nuestro ego y su salud se fundamenta en sí en una discusión en Twitter, terminamos o no “ganando”….

      La revolución acaba pasando por prácticas más humanistas; reducir a lo simple y suele ser que menos es más.

      Queremos saber y conocer a nuestras amistades y ni tan siquiera sabemos quienes somos nosotros en realidad…; no sé….

      • Lua65 - 2 octubre 2020 - 08:11

        Exacto, a todo eso me referia…

      • Andrés - 2 octubre 2020 - 10:12

        Estoy de acuerdo con que la situación pasa por un uso controlado, y tener la cabeza para dedicar tiempo a la introspección personal y la comunicación con los demás

        Sin embargo, todos esos deberíamos creo que no son posibles si la gente no recibe una educación adecuada para poder desarrollar esos hábitos (que en realidad es lo que son)

        En general creo que gran parte del problema es que los padres:
        – Desconocen la importancia de desarrollar estos hábitos
        – No saben/aceptan lo importante que es inculcarlos a sus hijos
        – No tienen herramientas claras y conocimientos sobre como enfocar este tipo de educación
        – Cualquier combinación de las anteriores

        Y por otra parte, desde las instituciones tampoco veo que, en general, se haga esfuerzos claros por educar estos hábitos, comprometiendo a los chavales en la importancia de todo esto, más allá de algunos comentarios y un «Cuidado con los peligros» de vez en cuando (eso no educa hábitos, y muy posiblemente los niños están ya muy expuestos a mensajes de «cuidado con» como para prestar especial atención)

        A todo esto, esta es mi visión subjetiva, con una niña de 13 años a la que hacemos todo lo posible por que pueda adquirir estos hábitos, y al mismo tiempo enseñar a aprovechar lo bueno que tienen todas estas tecnologías (que también es mucho)

        Resumiendo, ese mundo de quizás y deberíamos sí creo que es posible, pero solo a través de una buena educación

        • sin censura - 2 octubre 2020 - 16:45

          Andrés

          Me ha gustado tu comentario sobre el control, y por otro lado estoy de acuerdo con las ventajas que tiene el uso de una herramienta fenomenal para aprender matemáticas, idiomas, informática que nos brinda la tecnología. Esa misma tecnología que ofrece chat eróticos, porno, juego on line, rrss, etc.

          Totalmente de acuerdo que es tarea de los padres educar. Yo diría 100% de los padres y huir de chamanes tecnológicos que propugnan el uso de ciertas tecnologías a preadolescentes. (Por favor lee mi SPOILER 2 y sabrás por donde voy).

          Una pregunta que me haría como padre es:

          Daria a mi hija pre-adolescente 10€ al día para que pasara un rato divertido en el salón de juegos con la tragaperras y así que su formación en dopamina empezara muy joven?

          Desestresa mucho y seguro que recreativos Franco te lo agradecerían.

          No es descabellado que el coste anual de un móvil esté por los 1.000€ al año, y que una niña de 13 años lo usara, para estar conectada a FB más de una hora al día,otra hora a Whatsapp, etc etc?

          Luego diría que lo usa para hacer unas tareas que no tiene tiempo
          y que si no lo tiene sería un bicho raro.

          Si se da sin control, ¿Qué diferencia hay con el padre ludópata? Ninguna.

          Así que felicidades por plantearte que debe haber un cierto control.

          PS: otro día hablaremos del mito, falso seguro, que directivos de Silicon Valley reducen al máximo el uso del móvil a sus hijos al máximo.

  • #007
    Iván Giménez - 2 octubre 2020 - 09:29

    La lectura del artículo me ha llevado a encontrar esta charla en TED de Jaron Lanier y me ha parecido que podría ser interesante compartirla:
    https://www.ted.com/talks/jaron_lanier_how_we_need_to_remake_the_internet

    • Enrique Dans - 2 octubre 2020 - 09:35

      Pues aquí tienes la de Tristan Harris, que también es buena.

      • Iván Giménez - 2 octubre 2020 - 12:42

        Muy interesante. Como siempre la tecnología arroja el resultado de su uso subyacente. Puede ofrecer avances realmente asombrosos o mostrar su lado más oscuro dependiendo del uso que se le quiera dar. Lo que realmente me intriga es saber si el ser humano es intrínsecamente imbécil, malvado o simplemente ignorante hasta que es capaz de mirar atrás y observar con perspectiva sus errores. O un engendro de las tres: un monstruo de Frankenstein capaz de arrasar con todo aunque le vaya la vida en ello… :S

        • sin censura - 2 octubre 2020 - 15:55

          Si tu a un perro le dices «vamos a pasear» y le paseas no le estás volviendo imbécil . Es una respuesta básica a una acción que cuando se lo digas mueva el rabo.

          Si a una persona, se le muestra una golosina virtual cada vez que te haga un click le alimentas la dopamina, si esa respuesta positiva se la espacias y no se la das siempre, está demostrado que interactuará más veces contigo para conseguir la golosina que si se la dieras siempre (funcionamiento básico de las tragaperras)

          Y no esa persona no es imbécil sino que está siendo atrapada por un sistema de recompensa variable estudiada por psicólogos pagados por una empresa para que actúes de esa manera

          • Iván Giménez - 2 octubre 2020 - 19:22

            Tal vez no me he explicado bien. Con ese comentario no me refería a los usuarios, sino como tú dices: «A los que sacan beneficio de esa debilidad». Mi comentario viene a colación de las dos charlas de TED, la que yo he compartido y la que me ha recomendado EDans. Diseñar y desplegar tecnología para manipular las mentes de las personas sin que sean conscientes de ello, con fines económicos, dudosos límites éticos y con el nivel de precisión que es posible hacerlo hoy en día, consiguiendo impactar mundialmente hasta el punto de poner en peligro nuestra propia existencia… A eso me refiero al decir que no sé si es por estupidez, maldad o ignorancia. Miraos bien ambas charlas, no tienen desperdicio.

          • Sin censura - 5 octubre 2020 - 13:20

            Ivan

            Gracias por tu aclaración.

            Creo que sabes que es un delito drogar a personas con estupefacientes como la escopolamina. Esta droga anula la voluntad de la víctima y consigue que haga por «sumisión química» lo que el delincuente quiere. Normalmente robar o violar a la víctima.

            Cuando ciertos mecanismos son llevados al diseño de ciertas RRSS con el fin de conseguir «una sumisión de la voluntad» utilizando técnicas psicológicas digamos de «enganche», lo que no podemos es dudar en el fin

            tu frase: » me refiero al decir que no sé si es por estupidez, maldad o ignorancia.»

            Por estupidez no parece
            Por maldad no lo creo
            Por ignorancia tampoco me parece

            En definitiva te falta la solución más sencilla y evidente «para ganar dinero», al igual que hace el delincuente que roba con el uso de drogas químicas

        • Pedro - 2 octubre 2020 - 16:26

          Hace más de 2000 años que en Delfos ya tenían por lema el conocerse a si mismo.

          La navaja de Hanlon dice que no atribuyas a la maldad aquello que puede explicarse por la estupidez.

          • sin censura - 2 octubre 2020 - 16:53

            Comprendo que podemos pensar que un determinado porcentaje de la población tiene sus facultades mentales deterioradas o disminuidas de serie.

            Pero también puede pasar que haya otro tipo de enfermedades que asociadas a ciertas adicciones provoquen que haya un número de personas que caigan en la seducción fomentada por personas tóxicas.

            ¿Son todos los ludópatas estúpidos?
            ¿Son todos los toxicómanos estúpidos?
            ¿Son todos los que caen en sectas estúpidos?
            ¿Son todos lo votantes de Trump estúpidos?
            ¿Son todos los clientes de porno o burdeles estúpidos?

            etc etc

            Los que sacan beneficio de la debilidad de lo que tu llamas «estúpidos» ¿qué son ? Idiotas morales, criminales, delncuentes,…

            Si yo soy estúpido y estoy enganchado al café,
            Como coja a Juan Valdes… !!!

          • sin censura - 2 octubre 2020 - 17:03

            Pedro

            Se me olvidó (de mi comentaio en Spoiler 2)

            que el aumento que citan de depresiones y sucidios en adolescentes dice Haidt que han subido un porcentaje a partir de 2009, pero el hecho es que había unos casos, por ejemplo de autolesiones, en chicas que pueden ir de 150 hasta 500 casos por 100.000 niñas antes de las RRSS que estaban ahí y que habría que mirar la causa…

            cuando hablamos de autolesiones o suicidios, no me atrevo a bromear con lo del café o la estupidez.

            Perdona por ponerme serio.

  • #016
    Pedro - 2 octubre 2020 - 16:22

    Las ansias de la gente por presumir ante los demás me llevó a abandonar FB. Eso y que mi felicidad depende de con quien me compare, así que prefiero compararme con quien se que está peor, que con quienes presumen de estar mejor.

    #FelicidadHack

  • #017
    sin censura - 2 octubre 2020 - 16:23

    SPOILER 2

    Sobre el min. 38, nos cuenta Jonathan Haidt que hay una correlación entre el uso de RRSS en móviles y aumento de depresiones y suicidios

    ¿Podremos seguir diciendo que no son adictivas después de ver este documental?

    Ojo verlo y digerirlo.

    Nos cuenta datos como los siguientes:

    PREMISAS

    * Las rrss en generación Z (Nacidos > 1996) se usan mayoritariamente en el móvil, a partir de 2009
    * Esta generación es además la primera en estar conectada con móviles en las «High schools»
    Están conexión sigue en sus casas.
    * fuente datos: cdc.gov

    DATOS PRELIMINARES

    * La gen Z tiene menor tasa de obtener las licencias de conducir que las anteriores.
    * Según encuestas, las citas o interacciones reales han disminuido frente anteriores

    DATOS NO INOCUIDAD DE LAS RRSS

    * Es un hecho que esta generación utiliza más que las anteriores las RRSS sociales en su móvil si comparamos el mismo rango de edad
    * Los datos de depresiones, suicidios, etc … se mantienen constantes en adolescentes antes del año 2009.
    * Hasta aqui solo se ha afirmado lo siguiente
    1. Hasta 2009 no se aprecian cambios en ciertos aspectos(depresión, suicidios)
    2. A partir de 2009, el uso de RRSS en móviles en adolescentes se ha popularizado

    Una vez más yo no puedo afirmar que haya causalidad, en los datos que vienen a continuación, pero el experto Haidt si lo afirma ( me imagino que ha hecho un estudio y no ha visto otras variables estadísticas a considerar tan claras como el uso de RRSS

    DATOS DE DEPRESION Y SUICIDIO ATRIBUIDOS AL USO DE RRSS EN ADOLESCENTES

    # Nº DE AUTOLESIONES EN ADOLESCENTES
    DE 2011 a 2015

    * Niñas (de 10 a 14) +183%
    * Niñas (de 15 a 19) +62%

    # Nº DE SUICIDIOS EN ADOLESCENTES
    DE 2019 a 2018

    * Niñas (de 10 a 14) +151%
    * Niñas (de 15 a 19) +70%

    Admitiendo que la causalidad es dificil de demostrar. ¿Alguien puede seguir defendiendo que las RRSS son 100% inocuas?

  • #018
    Juan T. - 2 octubre 2020 - 17:33

    Para mi el problema es que toda esa gente manipulada tiene derecho a voto, y su influencia es desproporcionada .

    Pongamos que justo por la influencia de Facebook, Trump repite como presidente por los pelos.

    Solo el impacto de una segunda presidencia en el cambio climatico seria sin retorno, por que ya hay muchas voces diciendo que los proximos años son críticos para que el desastre no sea total.

    Y no he visto muchas sugerencias concretas de los participantes en el documental para solucionar el problema .

    Al reves, vienen a decir que el negocio continúa independientemente de los boicots y medidas de presión, por que entre el ejercito de psicologos que tienen contratados, y la mejora en potencia de calculo en AI ,etc, van a ir siempre un paso por delante de las medidas que se pretendan tomar.

    Es decir, estoy seguro que ya tienen simulaciones de todas las medidas imaginables que se tomen contra ellos para evadirlas.

    El primer prototipo de HAL 9000 está en marcha.

  • #019
    Xaquín - 2 octubre 2020 - 19:07

    Dopmina (pero su exceso no crea adicción), capitalismo sin control, salir de los bares donde «no aprendes nada»… joder con el patio (y el piso principal). Evidentemente «más de lo mismo». Así que me considero con derecho a ser igual que todos, todas y todes…

    En Facebook me entero de como piensa un cuarteto de internautas, que no parecen tener el coco mal amueblado, pero adoptan posiciones políticas auténticamente neofranquistas. Son los que cuelgan enlaces con lugares de prohibida visita.Y en Facebook puedo leer a determinados «amigos» (by Face) que me dan otra visión del asunto patrio.
    Además de que ese imbécil de algoritmo facebookiano se empeña en colgarme varias noticias que me seducen, porque soy «no ludópata y ludópata al mismo tiempo». Noticias que no se desimitan de las que cubren las portadas virtuales consultadas (de 3 a 5 de media) durante un descanso nocturno.

    En fin, que debemos ser cuatro gatos, carentes de visión racional y emotiva (o vendidos al capitalismo sin control megatrumpiano), que seguimos diciendo que algunas redes sociales podían ser alternativas al bar tradicional para establecer interacciones positivas entre los seres humanos. Y si tenemso en cuanta a Youtebe, auténticas alternativas a todo tipo de conferencias, incluso las típicas clases universitarias.

    Y que , como alguien ya repite por ahí, por enésima vez en el blog, depende básicamente no de los boss de las redes sociales, y menos de sus algoritmos traicioneros, si no de una educación real y libre para fabricarse filtros mentales de todo tipo.

    Y bueno, sigamos cada cura con su sotana, hasta que podamos visualizar en el horizonte una versión del homo sapiens, con un porcentaje de neuronas en uso por encima de la media posible.

  • #020
    Gustavo Woltmann - 5 octubre 2020 - 08:25

    Apoyo tu reflexión, a veces este tipo de producciones tienden a exagerar o sobrexplotar un tema en concreto, no es que no sean malas o dañinas las prácticas en que incurren algunas plataformas, pero la verdad debe estar exentas de tintes personales para llegar a calar con más certeza. -Gustavo Woltmann.

  • #021
    Pedro Amador - 9 octubre 2020 - 21:02

    Excelente reflexión Enrique, y ampliando lo que dices, simplemente uso Facebook para comprobar los cumpleaños de la gente (pues sigo con un perfil de persona y no con uno de fan page).

    Eso sí, el problema no creo que radique en las personas que entendemos lo que hacen estas herramientas. El problema es si la gente va a ser consciente algún día del grado de bipolarización a la que la están sometiendo.

    Hace años la gente se quejaba con un rotulador en la puerta del baño de una estación de servicio, y esa queja no llegaba muy lejos. Hoy en día lo ponen en Facebook, Twitter o lo que gusten y se puede acabar haciendo viral. Y lo peor es cuando escucho a alguien que dice: sí, sí, sí, «lo he leído en el Facebook hoy»… y ya nos podemos echar a temblar.

    Personalmente no veo que vaya a mejorar el asunto, ¿crees que hay esperanza?

  • #022
    Jose Barato - 10 octubre 2020 - 09:19

    No os perdáis este podcast del gran sabio Juan Carlos Ortega que rebela toda la verdad sobre este asunto https://go.ivoox.com/rf/57723422

  • #023
    Francisco - 12 octubre 2020 - 04:26

    Me gustaría saber tu opinión sobre la viabilidad y guturo de las redes sociales descentralizadas (dApps) como SoMee, Hyprr, entre otras

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