El innovador entorno de las videoconferencias

IMAGE: Alexandra_Koch - Pixabay (CC0)

Llevaba unos días pensando en escribir sobre Zoom y su impresionante velocidad de crucero en innovación, cuando me he encontrado un aviso de descarga de una versión más (ya he perdido la cuenta de cuantas van) de la beta de la deliciosa mmhmm, esa herramienta que últimamente se ha convertido en imprescindible en mis videoconferencias y grabaciones.

Que las apps de videoconferencias aprovechen el momento que vivimos para acelerar su carrera de innovación es algo completamente lógico: el entorno, simplemente, pide más. De las espartanas videoconferencias que manteníamos allá por febrero o marzo, cuando para muchos esa actividad suponía el primer contacto con el medio y nos veíamos obligados a pasarnos el primer cuarto de hora de cada reunión intentando que la aplicación funcionase razonablemente bien para todos, hemos pasado a la fase de la construcción de hábito: nos encontramos ya razonablemente cómodos ante la cámara, hemos aprendido elementos de netiqueta como el silenciar el micrófono cuando no estamos participando o el iluminarnos en condiciones, utilizamos fondos virtuales (a veces demasiado, y hasta parece que nos deformamos constantemente por no utilizar una pantalla verde) y hasta manejamos ya con cierta comodidad elementos como el compartir pantalla.

Pero más allá de ese cierto «refinamiento» obtenido mediante la práctica, las propias herramientas han pisado el acelerador y están dibujando una hoja de ruta muy interesante de cara al futuro que se nos avecina, en el que la libertad para trabajar desde donde queramos jugará, sin duda, un papel fundamental. Así, los temores y reticencias iniciales sobre Zoom han quedado reducidos ya a casi un atavismo: la compañía, que ha visto como su valor se incrementaba de manera imparable y consistente hasta los 152,000 millones de dólares, está decidida a aprovechar su momento dulce y ha ido presentando nuevas funciones, como la sincronización con presentaciones en formatos como PowerPoint o Keynote y la posibilidad de utilizarlas como fondo virtual, mucho más elegante y vistoso que la simple compartición de pantalla, el desarrollo del cifrado completo de punto a punto, y más importante, la creación de una plataforma de eventos en la que cualquiera puede plantearse ofrecerlos y hasta cobrar una entrada por la asistencia, en anticipación de lo que sin duda va a convertirse en todo un ecosistema de creciente actividad.

De Zoom podemos decir lo que queramos, pero si habitualmente usas varias plataformas, hay una cosa muy clara: sigue siendo la que mejor gestiona la latencia, lo que hace que tengas sistemáticamente menos imágenes congeladas y problemas de calidad, y ha impuesto un ritmo de innovación que ninguna otra plataforma está logrando seguir.

En el mismo sentido está mmhmm, otra compañía, aún mucho más modesta en sus pretensiones pero con promesa de hacer cosas interesantes – como corresponde al hecho de tener detrás a un directivo con la experiencia de Phil Libin – que ha convencido ya a algunos inversores, supone, simplemente, un replanteamiento de las videoconferencias hecho por personas que hacen muchas videoconferencias. En realidad, la herramienta se parece a OBS, un proyecto de código abierto que permite hacer producciones online ambiciosas con múltiples fuentes, pero a diferencia de esta, que no resulta especialmente intuitiva en su manejo (o que hay que invertir un cierto tiempo para aprender a manejarlo en condiciones), resulta extremadamente sencilla de utilizar. He escrito sobre ella anteriormente, y también lo han hecho sitios como The Verge o The Economist, entre otros.

¿Qué hace mmhmm? Simplemente, puede ser escogida como cámara en aplicaciones como Zoom, Teams, Skype y muchas otras, y permite hacer retransmisiones mucho más profesionales, poniendo, por ejemplo, tu presentación, previamente importada como imágenes o vídeos, en modo over-the-shoulder (la conocida pantalla a un lado de los noticieros clásicos), como fondo virtual, o gestionar nuestra imagen para que aparezca en distintos tamaños, colores, o incluso en modo semitransparente. Además, permite su uso de manera independiente para grabar presentaciones completas y reproducirlas posteriormente, algo que estoy utilizando bastante en los wrap-ups de mis sesiones online y que me permite plantearme ofrecer a mis alumnos no la simple imagen de un tipo aburrido hablando sin para en la pantalla, sino algo más parecido a un programa de televisión con algunos detallitos de producción que puedo hacer de manera sencillísima.

Ahora, además, acaban de incorporar un puntero láser que se gestiona con el ratón, una plataforma que permite a terceros ofrecer fondos virtuales, y mejoras en la forma de gestionar las presentaciones, que pueden manejarse incluso con el mando Bluetooth de algunas consolas de videojuegos. Por el momento en beta cerrada por invitación pero incorporando usuarios a buen ritmo, y aunque obviamente no tenga nada que ver con la magnitud de Zoom, sí ha conseguido convertirse, al menos para mí, en su compañera inseparable, y en una manera de mejorar el nivel de mi participación en reuniones y conferencias.

Resulta muy interesante ver cómo, ante un nuevo entorno creado como consecuencia de un cambio de contexto, las compañías compiten fundamentalmente en velocidad de innovación, y cómo los usuarios aprenden rápidamente a seleccionar aquellas que les ofrecen mejor rendimiento. El pasado abril, muchos decían que renunciaban a Zoom aludiendo a problemas como su cifrado incompleto, el famoso zoombombing o el origen chino de su fundador. Ahora, renunciar a una Zoom convertida decididamente en apuesta ganadora se ha convertido algo que solo hacen aquellos que no se han informado de cómo está mejorando la compañía desde entonces, y cómo ha conseguido dar respuesta a esos y otros muchos problemas en medio de una situación de crecimiento brutal. Muy pocas compañías con capaces de mantener un ritmo de innovación como el que está consiguiendo Zoom, y eso es algo que el mercado, sin duda, termina premiando, como estamos pudiendo ver, con tasas de adopción elevadas.

Si tus videoconferencias siguen pareciéndose a las que hacías allá por los primeros meses de la pandemia, plantéate que algo estás haciendo mal. No es una cuestión de frivolidad, sino de prestaciones y de aprender a comunicarse de la manera adecuada. Ese entorno ha evolucionado lo suficiente como para que le prestes un poquito de atención. Tus interlocutores lo agradecerán seguro. Y tú mismo y tu autoestima, seguramente, también.


This article was also published in English on Forbes, «Video conferencing is improving at warp speed. Take the time to catch up«


13 comentarios

  • #001
    Javier - 15 octubre 2020 - 20:19

    …hemos aprendido elementos de netiqueta como el silenciar el micrófono cuando no estamos participando…

    Dime donde queda tu universo paralelo, que me mudo ya. Renuncié a participar de los zoom’s de mi universidad, porque la mayoría de mis «compañeros» no saben silenciar su maldito micrófono, y cuando se los dices, no leen los malditos comentarios dirigidos a ellos para que lo hagan…

    Y de los profesores que en los zoom’s explican exactamente lo mismo que nos dieron en el material de estudio, te hablo otro día…

  • #002
    Gorki - 15 octubre 2020 - 20:37

    Siempre me había preguntado como las videoconferencias han tardado tanto en entrar en nuestras vidas como una forma habitual de comunicación, hasta que las he utilizado.

    La imagen supone una intromisión en muestra intimidad, mucho mas grave que el sonido, Puedes contestar perfectamente en pijama al teléfono, pero no puedes participara en una videoconferencia en pijama ni con tu familia,

    Lo que he visto en mi entorno, es que en especial las mujeres, no les gusta participar en video conferencias, incluso familiares, si no se sienten correctamente maquilladas y vestidas,

    Así como veo mucha utilidad a Zoom, (y similares), en un entorno profesional, veo dificultades para que se generalice en el entorno privado.

    • Mauricio - 15 octubre 2020 - 21:30

      Gorki, creo que en general el problema es que muchos no han tenido la necesidad de participar en videoconferencias, pero cuando dicha necesidad existe las reticencias hacia dicho modo de comunicación bajan enormemente.

      Pregúntale, por ejemplo, a un par de latinoamericanos que vivan en España y verás que muchos de ellos utilizan Skype con regularidad desde hace varios años para comunicarse con sus parientes que están al otro lado del océano.

      Y en cuanto a Zoom, si bien a diferencia de Skype, WhatsApp o Facebook todavía no parece tener mucha presencia en el ámbito familiar, está motivando muchos encuentros con los antiguos compañeros de la secundaria y de la universidad, que encuentran en Zoom una herramienta muy ágil para este tipo de encuentros donde suele haber más de 10 personas conectadas a la vez.

      • Javier - 15 octubre 2020 - 21:45

        No sé en el resto de Latinoamérica, pero la creación de nueva terminología como «zoompleaños» indica que la adopción, no diría que es masiva, pero sí muy importante.

        • Mauricio - 15 octubre 2020 - 23:09

          Sí, es cierto, lo de los cumpleaños vía Zoom es toda una tendencia.

      • Gorki - 15 octubre 2020 - 22:53

        Yo tengo una nieta en Valencia y hacemos videocinferencia con ellos periódicamente , pero lo que digo lo mantengo.
        Las videoconferencias son concertadas previamente, porque suponen una intromisión en tu intimidad. que siempre resulta dura, aunque sea con gente muy cercana,

        Supongo que a mi nuera no le agrada mostrar un salón desordenado y mi mujer quiere estar bien peinada,
        Nada extraordinario. pero , claro. si previamente hay que concertar la videoconferencia, es difícil que consiga desplazar las llamadas telefónicas o el el whatsapp.

  • #007
    Juan T. - 15 octubre 2020 - 21:36

    Que bien !!!!

    Se acabaron todos esos talleres de coaching y similares en los que el coach se lleva la decima parte de lo que pagas y el resto se te va en pagar viaje , alojamiento y comidas.

    Todos ganan……menos hoteles y restaurantes , lo que les faltaba ¡

  • #010
    Angel - 16 octubre 2020 - 07:33

    ¡Guau!
    Acabo de ver un video tutorial de mmhmm y se ve fantástica!
    Sin duda para los que usamos Zoom en el trabajo, es un antes y un después.
    Espero poder probarla pronto.

    Gracias Enrique!

  • #011
    Xaquín - 16 octubre 2020 - 16:07

    Joder, para los que bregamos con las diapositivas (audio ad hoc), antes de descubrir el mundo de la «presentación» y su cañón correspondiente, esta entrada viene a ser como un salto de años luz. Ya me parece que estoy más cerca de hablar con el Asimov de las Fundaciones.

    Mi jubilación me impedirá sacar buena tajada de este tipo de avances tecnológicos, pero aún así no pienso perderme alguna, como es el caso de un club de lectura virtual que sustituirá al analógico de estes años.

    Y como pasaba con las diapositivas, «espero» que el profesorado, en modo medieval actual, se pueda subir al carro y no se quede pastando en el prado de la obsolescencia.

    ¡¡Da verdadera pena , que avancen más rápido los padres del alumnado que los mismos profes (pagados precisamente para ser profesionales)!!

    • sin censura - 17 octubre 2020 - 20:24

      Y las filminas …

  • #013
    Dedo-en-la-llaga - 20 octubre 2020 - 16:59

    A Zoom, siquiera en lo más básico, aún le queda mucho por delante. Anécdotas tengo que cabrían en un trailer, y la güebada que haya cortes o deterioros en el audio antes que en la imagen, ya dice mucho de cómo está implementada esta vaina… Una herramienta que da prioridad a los paquetes de imágenes (y a su calidad) antes que a los de sonido, ya lo dice todo. Para mí que detrás de ella no están más que borregos integrales.

    Pero bueno, ya mejorarán. (Por supuesto estoy hablando de ZOOM de PAGO, con muy buena conexión y hardware de cierta calidad).

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