Twitter: más allá de los titulares

IMAGE: Twitter read prompt

Me han llamado muchísimo la atención los resultados del experimento llevado a cabo por Twitter para promover que sus usuarios lean el contenido de las noticias antes de darle al botón para compartirlas: la recomendación a los usuarios se introdujo en pruebas selectivas el pasado mayo, y ahora, cuatro meses después, los resultados apuntan a que un 40% de los usuarios que recibieron ese aviso abrieron la noticia – y presumiblemente la leyeron, aunque obviamente es imposible saberlo con seguridad o saber con qué nivel de atención lo hicieron – antes de dar el paso de compartirla con sus seguidores.

Como red, Twitter es un auténtico paraíso de la viralidad. Su relación señal/ruido es inmejorable, de manera que sus usuarios tienden a percibir que pueden enterarse prácticamente de todo lo que pasa simplemente manteniendo un mix adecuado de cuentas a las que seguir, y pasando los ojos por el timeline que estos generan. Sin embargo, el porcentaje de tweets que incorporan enlaces a contenido adicional ha ido creciendo con el tiempo, lo que conlleva que esa relación señal/ruido se convierta en algo más complejo, y que en muchas ocasiones, por la simple fuerza de la costumbre, tendamos a procesar ese contenido adicional simplemente a partir de lo que tenemos a la vista, por lo general únicamente un titular y, en ocasiones, una frase corta y una imagen.

Desde el punto de vista de un creador de contenido, el efecto es perfectamente evidente: nada más compartir algo que acabas de escribir, es muy fácil ver a personas que lo comparten, seguramente con la mejor de sus intenciones, mucho antes del tiempo que habrían necesitado para leerlo y procesarlo adecuadamente. En ocasiones, podemos incluso intentar autojustificarnos por ello, sobre todo cuando se trata de algo compartido por personas cuyos puntos de vista creemos conocer tras haberlas seguido durante un tiempo o que nos generan una gran confianza, pero como principio general, y sobre todo teniendo en cuenta que hasta el mejor escribano echa en ocasiones algún borrón y que vivimos en tiempos en los que muchos medios son capaces de utilizar titulares absolutamente injustificados en relación con el contenido, lo lógico es leer con atención cualquier cosa que se pretenda compartir con terceros.

Desde la privilegiada atalaya que posee el gestor de la red, ese efecto de compartición sin lectura previa tiene que ser mucho más llamativo y fácil de observar (dado que sabemos cuando un usuario visualiza un tweet y cuándo lo comparte), y de ahí la decisión de introducir ese aviso: que muchas personas compartan contenido que no han leído es evidente que, en último término, perjudica la posibilidad de mantener una conversación razonablemente informada.

Que la apertura de una noticia se incremente en un 40% entre las personas que le habían dado ya al botón para intentar compartirla es algo que debería llevarnos a una reflexión importante: ¿qué hacemos en las redes sociales? ¿Compartir aquello que nos parece que refuerza nuestros puntos de vista, incluso aunque no hayamos pasado del titular y la imagen que lo ilustra? ¿Compartir aquello que queremos que la gente piense que hemos leído? ¿Ambas cosas? ¿Nos extraña, bajo esas premisas, que las redes sociales se conviertan en un caldo de cultivo perfecto para la difusión de rumores, noticias falsas y campañas de manipulación o desinformación? El experimento de Twitter permite entender muchas cosas. Solo queda que nos decidamos a intentar ponerles remedio, empezando, como no, por nosotros mismos.


This article was also published on Forbes, «Twitter: reading beyond the headlines«


11 comentarios

  • #001
    Asier - 26 septiembre 2020 - 15:40

    Es buena idea para concienciar a los usuarios acerca de la imprudencia de difundir información que uno no ha leído. Me recuerda a lo que implementó Menéame hace tiempo para evitar ‘menear’ noticias con más ‘meneos’ que lecturas.

  • #002
    Xaquín - 26 septiembre 2020 - 18:00

    Recuerdo perfectamente la práctica habitual de recomendar un libro sin leerlo, simplemente por el título, por la portada o por tres frases que se leyeron/escucharon a lo largo del día, de los labios de a saber que tipo de lector, que se vanagloria de «conocerlo a fondo» (y, a veces, se habla del escritor y no de su libro!)..

    No intento quitarle hierro a la twiterada irracional (y a veces desafecta), pero digo que el problema es del usuario y no de la red social. Como siempre, se puede acabar con un hereje en la hoguera, por no querer tener en cuenta las grandes posibilidades de lo que nos puede informar el hereje vivo.

    Y desde luego que suscribo el texto sin problema, sobre todo esa recomendación final de «por nosotros mismos».

  • #003
    Juan T. - 26 septiembre 2020 - 18:23

    Es que un mono no se vuelve mas listo por que le des un instrumento de comunicación mejor.

    Lo que hacen las redes sociales es sacar a la luz el nivel de los usuarios, no los mejora, y estos no son buenos tiempos para la lírica.

    El rigor, la profundidad, el criterio, brillan por su ausencia, y la masa no tiene tiempo, ni ganas de informarse bien.

    Eso si, para twittear y whatssapear chorradas nos sobra tiempo.

    Claro que tambien hay información de calidad, como en blogs como este, y medios como las fuentes de las que enlaza Enrique, que para mi han sido un descubrimiento.

    Por ejemplo en la curación que hace en Lecturas Tecnologicas salen medios que me encantan por su contenido y estilo, hasta tal punto, que con la excusa de leer la noticia enlazada , hago un repaso general del resto de los articulos del medio, y encuentro siempre algo interesante.

    Afortunadamente, la traducción ha mejorado lo suficiente, dado mi nivel de inglés, para que se comprenda el contenido del articulo razonablemente bien, por que , para que engañarnos, el contenido de calidad esta desproporcionadamente en inglés.

    Al leer articulos de prensa norteamericana, me he llevado una agradable sorpresa, hay periodismo de calidad de la buena, y que además ,consiguen ser amenos.

    Vamos que todavia queda en USA gente con cabeza.
    Me imagino como se sentirán teniendo como compatriotas a ese medio pais que idolatra a un psicópata.

  • #004
    Gorki - 26 septiembre 2020 - 18:33

    Odio que ejerzan de Señorita Rottenmeier con mi persona, me considero suficientemente adulto a mi edad, para decidir leer o no, las recomendaciones de alguien a quien sigo y considero superfluo, que me avise de los riesgos, alguien, (o peor un «algoritmo»), que ni he elegido ni conozco ni se por qué motivo quiere evitar que lea algo..

    Cuando la calidad de lo que recibo no me interesa, simplemente dejo de seguir a quien me lo envía. Estoy hasta el moño que me traten como niño de guardería,

    • Dedo-en-la-llaga - 29 septiembre 2020 - 16:50

      Acuerdo. Y es que estos de Twt no sé a quién les quiere tomar el pelo, a mí no, por supuesto. La pasión por obedecer del ser humano no tiene límite, incluso para esperar a que le impongan algo para desobedecerlo. Eso también es una forma de obediencia…

  • #006
    Emilio Marquez Espino - 26 septiembre 2020 - 20:05

    Bien por Twitter por este experimento.

    Hace tiempo controlando estos temas en mis estadísticas web obtenía que en algunas ocasiones, tenía más RTs que visitas desde Twitter, algo muy triste en verdad.

  • #007
    Jaír Amores Laporta - 27 septiembre 2020 - 00:16

    Buenas! Aquí Jaír, de EfectiVida.

    Muy interesante. Es algo que desgraciadamente descubrí hace unos meses, aunque lo sospechaba desde antes. Muchos de los tweets con enlaces a mis artículos recibían muchos likes y retweets pero pocos clicks en los enlaces. Para colmo, el poco tráfico proviniente de twitter, al no estar demasiado interesado en un contenido más extenso (igual pretendían encontrar pastillas milagrosas) abandonaba la página, aumentando el porcentaje de rebote y perjudicando mi posicionamiento en buscadores.

    Esta es una de las muchas razones por las que, siendo consecuente, he dado de baja todas las redes sociales que usaba para difundir mi proyecto. Incluso he dado de baja mi cuenta de Twitter con más de 34000 seguidores.

    Como tampoco uso ninguna de forma personal, el resultado es un ahorro de tiempo enorme que intentaré usar de mejor modo.

    También he eliminado los botones de compartir en redes. Si alguien desea hacerlo, hay otras maneras, por supuesto. Pero nuevamente quiero ser consecuente.

    Lo curioso es que desde que hice estos cambios la página ha subido en varias métricas.

    Al final va a resultar que las redes sociales no son tal útiles como parece…

  • #008
    pulpoman - 27 septiembre 2020 - 11:33

    Todo el que juega ser un poco influencer recibe información por varios medios. La posibilidad de que compartas algo que ya has leído y conocido previamente por otro medio es muy alta. Por tanto el algoritmo de regañar a los que comparten rápido es equivocado de partida en muchas ocasiones.

    • Enrique Dans - 27 septiembre 2020 - 11:51

      Y en muchas otras, no. Y todo lo que puedas evitar que alguien comparta algo que no ha leído es, en principio, buena cosa y mejora la conversación…

      • Dedo-en-la-llaga - 29 septiembre 2020 - 16:52

        Enrique, ¿qué apostamos a que no la va a mejorar en nada y seguirá yendo a peor sí o sí…? (Antes habría que definir, incluso, qué quiere decir «leer»).

        Saludos.

  • #011
    Ignacio - 28 septiembre 2020 - 10:55

    Buenos días,

    En mi caso, normalmente si veo Twitter me quedo con el titular si mas, pero a veces si me interesa, como no tengo tiempo de leer noticias durante el día, retwitteo 1 o 2 twitts (como mucho) y a la mañana siguiente las leo con el café. Hay gente a la que le interesa mi timeline pero muy poca, mi time line es mi lista de lecturas más que un medio de masas.

    En tu caso Enrique tendrías que hacerte una cuenta anónima para algo así, porque tú cuenta si que es un medio de masas, si compartieses algo para leerlo luego y resultase inadecuado sería un escándalo, pero para muchos usuarios esto no es un problema.

    Un saludo.

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