La tiranía de la eficiencia

IMAGE: Mourgfile (CC BY)

Un interesante artículo de Roger Martin en Harvard Business Review, titulado «The high price of efficiency«, desafía la intuitiva idea de que la eficiencia es la base de la innovación y la disrupción, y plantea exactamente el escenario contrario: que la búsqueda de la eficiencia a toda costa redunda en menos innovación, en una concentración mayor, en mayores niveles de desigualdad y en una mayor fragilidad estructural derivada del monocultivo.

Es bien sabido que una ganancia de eficiencia derivada de un proceso innovador puede dar lugar a la disrupción de toda una industria. Los ejemplos son claros: el uso de internet, por ejemplo, generó varias compañías capaces de poner en marcha procesos sensiblemente más eficientes que los de sus competidoras tradicionales, y llevó la disrupción a industrias tan variadas como la música, los medios de información, el comercio, etc. Sin embargo, el resultado de llevar esa búsqueda de la eficiencia hasta el límite ha redundado en el dominio de esa industria por muy pocos competidores que se convierten en imbatibles, y que protegen su privilegiada situación con la capacidad de adquirir toda aquella compañía que amenace con una nueva disrupción.

Una situación así, no exclusiva de los entornos tecnológicos, sitúa a la sociedad ante un problema importante: el secuestro de la capacidad de innovación por parte de unos pocos competidores cada vez más grandes y más eficientes, que por un lado son capaces de trasladar esa eficiencia en forma de mejores precios, pero por otro, cargan a la sociedad un importante coste en forma de utilización de mano de obra en condiciones deleznables en países que lo permiten, recurso a subsidios públicos para posibilitar unas condiciones de vida dignas de sus trabajadores en otros, o la desaparición masiva de competidores menos eficientes. El demócrata Bernie Sanders, de hecho, puso recientemente en marcha una iniciativa, la «Stop BEZOS Act«, para hacer que las grandes corporaciones compensasen al estado por el hecho de que una gran parte de sus trabajadores tuviesen que recurrir a programas de beneficencia para subsistir, lo que supone una manera inaceptable de traspasar recursos desde el estado hacia las compañías, y que provocó, entre otras cosas, que Amazon elevase el salario mínimo de sus trabajadores.

La búsqueda de la eficiencia a toda costa lleva, invariablemente, a ese tipo de paradojas, en absoluto exclusivas de las empresas tecnológicas: que las compañías la persigan intentando exprimir a unos trabajadores que tienen que recurrir al estado para equilibrar sus cuentas, mientras los beneficios de la compañía se elevan, pero sin corresponderse con un pago mayor de impuestos. Mientras, cualquiera que pretenda competir con esas compañías encuentra imposible hacerlo con sus mismas reglas al no tener esa eficiencia a su alcance, y si de alguna manera encuentra una forma de hacerlo mediante una propuesta diferente, termina siendo adquirida.

La única respuesta posible, según el artículo, está en la regulación. En el estudio exhaustivo de esas fuentes de eficiencia para poner coto a aquellas que redunden en que el estado – y por tanto, todos los ciudadanos – terminen, mediante la transferencia de sus recursos, cubriendo las carencias a las que determinadas empresas someten a sus trabajadores. Además, es preciso buscar la ruptura sistemática, utilizando unas leyes anti-monopolio fuertes, de aquellas compañías que alcancen una dimensión que les permita explotar esas eficiencias hasta niveles perniciosos.

Una idea, la de la eficiencia como enemiga de la innovación, sin duda contraintuitiva, pero con suficientes evidencias ya de que, en efecto, está generando una situación cada vez más desigual y menos sostenible.


This post is also available in English in my Medium page, “Efficiency is a good thing, right? Not necessarily…«


14 comentarios

  • #001
    xaquin - 7 enero 2019 - 18:06

    Nunca entenderé el caos que montamos con el uso de las palabras. No puedo considerar que los faraones eran eficientes por conseguir hacer pirámides sin casi costo económico. Pues no elvidemos que los esclavos no eran ciudadanos del imperio.

    Si Amazón beneficia a tope (a una minoría) no quiere decir que sea eficiente desde el punto de vista humano. Ya debería estar asumida toda la parafernalia del capitalismo inicial (producción, benefefios…) para evitar que las grandes empresas tecnológicas sean ejemplo de eficacia social. Y por mucho que la eficacia se vista de eficiencia.

    Ni la universidad ni los premios nóbeles son un modelo a seguir para clarificar lo que se puede entender por progreso humano o progreso de la humanidad. La parafernalia neoescolástica vale para tapar los agujeros de un sistema opresivo «por naturaleza artificial». Dudo mucho que sirva para avanzar en un proceso positivo de evolución terrestre.

  • #002
    Gorki - 7 enero 2019 - 18:27

    Creo que hay tres tipos de monopolios:
    Unos creados bajo las leyes de los Estados, como son el ferrocarril en España o el teléfono en Cuba.
    Otros que se originan porque una empresa dominante, compra cualquier empresa que le pueda llegar a hacer hacer sombra como es el caso de Facebook.
    Y por último, otros nacidos de las preferencias del público, como puede ser el de Google o Amazon

    Los primeros son los más nefastos, basta con observar lo que ha mejorado el teléfono desde que se acabaron los monopolios nacionales en Europa y compararlo los que ha «mejorado» el ferrocarril a Extremadura en los últimos 100 años, donde, según dice la prensa, hay tramos que hay que recorrerlos a 20 Km/h así como la mitad de velocidad que la que lleva la Vuelta Ciclista a España.

    También nefastos son los monopolios nacidos pòr la compra y absorción de la competencia. Pero si existen algunos, es debido a fallos de los que los organismos de defensa de la competencia existentes en casi todos los países que permitieron la compra. Estos organismos pueden igualmente mandar dividir estas empresas en varias independientes por tanto lo que debemos hacer en este caso es solicitar la actuacion de estos organismos correctores del mercado.

    Por último hay los monopolios de hecho porque gozan del favor del público. Nada se puede hacer mientras el público los prefiera frente a la competencia, pero estos están obligados a mantenerse en el liderazgo, mediante la innovación y la eficiencia, porque si otro aparece que les mejora y no le permiten comprarlo, el público pronto descubrirá que hay otro mas útil y abandonará al líder. Como pasó con Yahoo ante Google, Segunda Mano ante Mmil anuncios y este ante Wallapop.

    • Jordi Pijolero - 7 enero 2019 - 19:16

      Me permitiré dos licencias con Vd.
      * La primera perdón por contestar directamente a tu post. Gracias a la confianza.
      * La segunda ya la he utilizado, que es a pesar de la diferencia de edad, tutearte. Es lo bueno que tiene la tecnología que no sé si eres un venerable anciano o un muchachote activista de la extrema dura, lo que hay detrás de tus comentarios.

      Para no extender mi comentario, solo hablaré sobre el supuesto monopolio del Estado y la demagogia que suele conllevar esos postulados, si eres de izquierda(no te preoucupes se nota que no) se suele elevar al paraiso lo público y lo bueno que tiene para un país eso y lo malo que se suele ser visto por la derecha(salvo cuando se usa para privatizar ciertos servicios y sacar tajada, p.ej. Lamela y Espe)

      Pero quiero centrar mi respuesta en tu forma de ver la vida, ahora resulta que como el Tajo pasa por Extremadura resulta que su tren es una porquería( que no pongo en duda) y por eso es una porquería el monopolio estatal. Verdad? pero cuando somo líderes mundiales en implantación de trenes de alta velocidad. Digo que con tu misma mirada demagógica podriamos pensar que somos la repanocha mundial.

      Algo me tendrás que reconocer. A ver si estamos de acuerdo. Que cuando un dinero público se gasta por la derecha o por la izquierda, no conozco el caso que se haga pensando en su rentabilidad, por ejemplo los famosos carriles bici están normalmente infrautilizados.Y si hicieramos el ratio Coste entre usuarios que lo utilizan igual nos asustariamos… Te pongo otro ejemplo, las pistas de skate de los 80/90s ¿Cuanto se han utilizado de verdad? Los botellones no valen como deporte….

      En definitiva con toda mi admiración a tus posts, Córtate un poquito y no seas demagogo en tus ejemplos, que seguro que tu puedes.

      Si me das bola, en un próximo post te explicaré porque algunos monopolios estatales pueden ser buenos…

      • Gorki - 7 enero 2019 - 19:47

        Solo conozco unos monopolios estatales razonables, y son aquellos en que darte un servicio, exige el despliegue de una infraestructura inmensa, que no tiene sentido poner varias compañías a competir por lo mismo.

        El ejemplo mas claro es el agua potable, esta claro que seria absurdo poner cinco tuberias hasta la puerta de tu casa para que compitieran por ti como cliente, Por tanto si tiene que ser un monopolio. que sea un monopolio estatal y no una compàñia privada.

        Algo parecido ocurre con los ferrocarriles, parece absurdo poner cinco vías paralelas de distintas empresas. Luego si tiene que ser monopolio, (al menos la infrestructura), que sea estatal.

        Lo que ocurre es que sean privado o estatales, (ojo no todos los monopolios fueron estatales, recuerdo que tanto Telefonica como Tabacalera y la Fosforera Española fueron monopolios que cotizaban en bolsa), suelen tener tendencia a olvidarse del público, pues teniéndolo «esclavo», pasan de ser clientes a ser «usuarios» y entonces como el objetivo no es tener contento al público, mi siquiera el objetivo es ganar dinero, el objetivo pasa a ser otro, y la calidad del servicio decae a niveles alarmantes, eso es lo que le pasa al tren.

        ¿Has tratado de enviar alguna mercancía por tren? – Había un servicio llamado Paquetexpres, y funcionaba tan mal, tan mal, que la gente prefería de largo utilizar SEUR y siendo un monopolio tuvieron que cerrar.

        El estado debe buscar la rentabilidad de sus inversiones y no simplemente hacer acciones, Hoy he leído
        https://www.elconfidencial.com/espana/2019-01-07/vivir-campo-despoblacion-mujer-guadalajara_1740962/
        a una señora que vive en un pueblo de 50 habitantes, que les hicieron un frontón donde nunca nadie ha jugado, ¿Cual era el objetivo de ese frontón? – Probablemente que alguien dijera a que había construido x centros deportivos.

    • Pedro Torres Asdrubal - 8 enero 2019 - 16:25

      ¿Has oído hablar de los monopolios naturales?

      Zapatero a tus zapatos.

  • #006
    Marcelo - 7 enero 2019 - 19:18

    Yo no llamaría «eficiencia» a este fenómeno, es más bien la fuerza bruta de toda la vida, una clase donde el abusón coincide que es el más grande y el más rico a la vez y puede imponer su voluntad. Son «eficientes» aplastando a la competencia, pero no sé si lo son ofreciendo los mejores productos o servicios posibles porque no están sometidos a la presión del mercado.

  • #007
    Antonio Gregorio Montes - 7 enero 2019 - 22:39

    Yo no llamaría eficiencia a explotar a los trabajadores y hacer responsable al estado. Eso es bandolerismo, aunque esté premitido.

  • #008
    Matt - 8 enero 2019 - 01:06

    Enrique, estás a un paso de que te acusen de comunista bolivariano.

  • #009
    Julio2 - 8 enero 2019 - 06:03

    Muy buenas entradas en las últimas semanas, Enrique. ¿Te estás convirtiendo en un luddita o al menos eres más crítico en los últimos tiempo con las tecnológicas? :)

  • #010
    Jaír Amores - 8 enero 2019 - 08:50

    Buenas! Aquí Jaír, de EfectiVida.

    En mi blog hablo de efectividad, que es la suma de eficacia y eficiencia. La eficiencia es conseguir resultados gastando el menor número de recursos. Muchas veces se confunden estos términos. Las construcciones de las pirámides fueron eficaces, pero no eficientes, por ejemplo.
    Bueno… en otras palabras, ¡que me encanta el tema de hoy!

    De hecho, he publicado varios artículos con ideas similares a las que se proponen. Al último sobre este tema lo titulé La inflación de la efectividad, haciendo referencia al incremento sin control (y sin sentido) de tanta efectividad.
    Creo que, sin unos principios sólidos, toda mejora es innecesaria, y hasta perjudicial a largo plazo.

    Como dice Peter Druker: No hay nada tan inútil como hacer con gran eficacia algo que no debería haberse hecho en absoluto

    Un saludito desde las Canarias!

  • #011
    Pit - 8 enero 2019 - 09:09

    La regulación sobre empresas privadas que han llegado a situación cuasi monopolística aún sin hacerlo mediante prácticas ilegales es algo que yo he defendido en este mismo blog varias veces.

    Muy claro me parece el caso de Google: hace años que se debió segregar el buscador en una compañía diferente, para que cualquier otra pueda añadir su capa de servicios adicionales en igualdad de condiciones.

    Lo mismo debería hacerse con los operadores de telecomunicación incumbentes en la mayoría de los paises: segregar la infraestructura para que se pudieran ofertar servicios en condiciones de competencia.

    No es relevante si se ha llegado a la situación de dominio del mercado mediante prácticas abusivas o no. El resultado es un mercado monopolístico y la situación debe ser corregida.

    No veo tan claro que deban aplicarse medidas similares sobre Amazon, que está muy lejos de tener situación monopolística en el comercio minorista (todos compramos cada día a otras empresas muchas cosas que también vende Amazon) y cuyo caso más que nada revela que en EE.UU (y muchos otros países) las legislaciones laboral y fiscal son muy mejorables y deben ser modificadas de manera general para impedir que la ley dé cobertura a situaciones tan injustas como las descritas.

  • #012
    Luis Hernández - 8 enero 2019 - 16:30

    La eficiencia es la capacidad de lograr unos objetivos con el menor esfuerzo posible.
    Entiendo que aquí el problema no es la eficiencia, sino los objetivos.

  • #013
    Dama - 8 enero 2019 - 18:40

    Yo creo que falta una parte en la ecuación de la eficiencia. Al tener en cuenta únicamente los beneficios de la empresa, nos faltan los perjuicios al resto de la sociedad. El problema es que no sabemos medir bien estos efectos.
    En el campo ambiental es frecuente hablar de externalidades, que pueden ser positivas (p.e. un bosque en lo alto de una montaña, que regula la riadas, minimiza la erosión, atrae animales…) o negativas (p.e. una fábrica que vierte agua caliente a un río, causando una disminución de la pesca, aumento de algas…) , pero estamos en las mismas, no sabemos medirlas…¡Ojalá a alguien se le ocurra la forma de hacerlo! Feliz año

  • #014
    Jesus Raro - 8 enero 2019 - 22:50

    Enrique….¡¡¡¡
    Efectivamente, salir de Málaga para entrar en «Malagón»…

    Recuerdo muchas discusiones sobre el tema, de cómo la red cambiaría para mejor tantas cosas…., al final, el tiempo es el que quita o dá razones, y en el caso de la música, está siendo así.
    El dominio, o las malas prácticas que podían tener las antiguas «discográficas», no es nada comparado con las plataformas actuales.

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