Las cambiantes percepciones de las salidas a bolsa

IMAGE: Venimo - 123RFAirbnb es una compañía interesantísima. Aunque en sus orígenes nació simplemente como la idea de dos compañeros de piso en San Francisco que no llegaban a fin de mes y comenzaron a subarrendar una de sus habitaciones, el camino recorrido desde la idea hasta la primera ronda de financiación millonaria les llevó varios años, muchísimo trabajo, negativas de algunos inversores afamados y esfuerzos para sobrevivir que llegaron hasta el punto de vender cajas de cereales, en lo que se ha convertido en una historia inspiracional muy utilizada en el mundo académico y magistralmente narrada en infografía y vídeo por Anna Vital. Decididamente, no es la historia de uno de esos «éxitos del día a la noche», sino más bien el fruto de un trabajo consistente y con mucha complejidad.

Si avanzamos en el tiempo unos años, nos encontramos con una compañía que hace enormes esfuerzos para entender los efectos que genera en las ciudades, que trabaja con las autoridades para buscar un equilibrio que permita a los propietarios de inmuebles extraer un beneficio pero impida la explotación abusiva y la degradación de las zonas céntricas de las ciudades y, en resumen, con uno de los actores fundamentales para entender el futuro de los paisajes urbanos que tiene, además, una valoración estimada en unos 31,000 millones de dólares.

En estas circunstancias, el camino habitual parecería sacar la compañía a bolsa y captar muchos más recursos abriendo el embudo de la propiedad a cualquiera que quiera adquirir acciones, proporcionando además una oportunidad de recompensa a aquellos que tuvieron la paciencia de acompañar a la compañía hasta ese punto.  Sin embargo, las cosas no son tan sencillas, y ese paso de la salida a bolsa ha probado ser arriesgado y complejo en muchas experiencias anteriores. Así, el pasado día 1 de febrero vimos una serie de cambios en la dirección de la compañía, con la súbita salida de su director financiero, Laurence Tosi y su sustitución interina, y el ascenso al puesto de COO, un puesto supuestamente pretendido por Tosi, de la responsable de asuntos legales, Belinda Johnson. Al tiempo, se anunció un retraso sin fecha anunciada de los planes para la salida a bolsa, en lo que evidencia claramente una lucha interna en torno a ese tema

Las dudas con respecto a su salida a bolsa dejan claro que el camino no es en absoluto sencillo. En el caso de Airbnb, una compañía cuyos fundadores han capitalizado ya lo suficiente como para ser dinásticamente ricos y que, además, está ya en números negros, el incentivo no parece tan elevado como para tener prisa, a pesar de la insistencia de algunos de sus inversores y de los buenos ojos con el que muchos empleados con acciones de la compañía miran la posibilidad de ganar, en muchos casos, un muy buen dinero. Pero la salida a bolsa, además de dinero, implica muchas otras cuestiones en términos de disciplina y posibles cambios en la cultura corporativa, algo considerado crucial dentro de la compañía. Son muchos los casos de empresas con culturas sólidas en su fase privada que vieron resentirse muchos de sus elementos culturales, o incluso incurrieron en problemas tan serios como para terminar destruyéndolas, cuando se convirtieron en públicas. El caso de Yahoo! es uno de los más claros, pero incluso gigantes como Google han tenido muchas dificultades a la hora de mantener algunos de sus elementos culturales más importantes y característicos. Las salidas a bolsa, por lo general, tienen un importante elemento de cataclismo cultural cuyo impacto es muy importante no subestimar.

A día de hoy, la gran diferencia entre salir a bolsa con una perspectiva exitosa o hacerlo simplemente por necesidad es la existencia de una voluntad férrea de mantener la identidad de la compañía y de llevar a cabo planes que muchos inversores podrían considerar demasiado ambiciosos. Mantener principios fundamentales y claros a ultranza, y estar dispuesto a recibir el castigo de los analistas cuando renuncies a darles lo que piden en términos de crecimiento porque, simplemente, tienes otros planes u otros calendarios. O peor, a recibir castigos que «no te tocaban», simplemente derivados de circunstancias puntuales o no tan puntuales del mercado que escapan a todo control. El caso de Amazon es clarísimo: la compañía pidió paciencia a los mercados, anunció no solo que nunca daría dividendos sino que, además, sus resultados serían erráticos, negativos o por debajo de las expectativas de los analistas durante mucho tiempo porque iba a dedicarse a financiar su crecimiento y su diversificación durante muchísimo tiempo… y los mercados, por la razón que sea, lo entendieron y compraron de manera consistente. El inversor de Amazon siempre, salvo en ocasiones puntuales vinculadas a bajadas generalizadas, ha estado en la situación de poder vender con ganancias una acción completamente líquida, pero en general, ha decidido quedarse y acompañar en su viaje a una compañía que no se dedica simplemente a vender cosas, sino que tiene en la cabeza cambiar el mundo tal y como lo conocemos.

¿Está Airbnb en una situación de poder hacer algo así? ¿Estamos hablando de una compañía con planes para cambiar el mundo, o que simplemente está a gusto haciendo lo que hace? En mi opinión, estamos claramente ante el primer caso: una empresa con vocación de hacer muchísimas más cosas de las que hace hoy, y de ofrecer a su comunidad, entendida en un sentido amplio, muchas más posibilidades de las que actualmente le ofrece, en torno a esa idea del valor de las experiencias. En esa situación, la salida a bolsa es un paso que hay que dar con infinito cuidado, entendiendo muy bien lo que se condiciona con cada movimiento. ¿Puede Airbnb, a estas alturas, plantearse una misión que ilusione al inversor y que pueda mantenerse por encima de todo con autoridad y seguridad? ¿Un proyecto ambicioso que justifique librarse de la tiranía de los resultados trimestrales? En una compañía que ya genera resultados positivos, salir a bolsa puede ser algo menos complejo, pero muy posiblemente sus fundadores, que ya son razonablemente ricos, no terminen de verse sometidos a la disciplina y al condicionamiento que supone estar en el mercado. Según cómo continúen esos resultados, que parecen evolucionar favorablemente, la compañía podría dejar pasar aún bastante tiempo antes de dar el paso de salir a bolsa, salvo que sus inversores se pongan en pie de guerra y exijan una salida. O simplemente, como uno de sus cofundadores ha pedido, «manejar ellos sus propios calendarios». Como fundador de una compañía exitosa, no es un deseo fuera de lo normal. En esas condiciones, salir a bolsa podría estar dejando de ser el paso final y lógico que toda compañía exitosa aspira a dar para poder captar recursos, y pasar a ser simplemente un elemento más de una hoja de ruta a más largo plazo en el que es importantísimo organizarse con calma y con cabeza…

 

 

 

This post is also available in English in my Medium page, “Is Airbnb ready for an IPO?»

 

25 comentarios

  • #001
    Fernando Monllor Herrero - 7 febrero 2018 - 09:42

    La turistificación de las grandes ciudades como negocio.

    Pasemos a analizar los tres modelos regulatorios que los distintos organismos públicos están desarrollando al respecto:

    1. El modelo de Cristina Cifuentes para la Comunidad de Madrid consiste en no poner barreras al campo, o sea, aquel que no regula nada sobre las viviendas vacías para su uso turístico. Este es el modelo ideal para el negocio especulativo de la vivienda turística donde grandes fondos compran viviendas en los centros de las ciudades con la intención de generar grandes plusvalías. La no regulación permite gestionar grandes bolsas de vivienda como si fuera un negocio hotelero pero sin contribuir a las arcas públicas vía impuestos.

    2. El modelo de Carmena para Madrid consiste en diferenciar dos tipos de viviendas: las compartidas (modelo colaborativo) y las vacías de uso turístico. Las primeras no tendrían ninguna limitación de días y con las segundas el propietario estaría obligado a obtener una licencia urbanística hotelera para alquileres turísticos por un periodo superior de 90 días al año. En este modelo se regula la actividad como negocio dejando el futuro de los alquileres residenciales a su suerte y en inferioridad de condiciones. Una cosa es cierta y es que mientras los gestores de grandes bolsas de viviendas consideren que esta regulación no es un lastre para sus respectivos resultados empresariales la turistificación de los centros continuará su ciclo expansivo en detrimento de los alquileres residenciales.

    3. El modelo de San Francisco en los Estados Unidos favorece el modelo de vivienda colaborativo original de las plataformas como Airbn donde las viviendas de uso compartido no tienen límites siempre y cuando el propietario se encuentre en casa. En cambio amplía el modelo limitando la actividad de los los alquileres de viviendas vacías por un plazo no mayor de 90 días. Con ello lo que se pretende es disuadir a los grandes capitales para que no acaparen grandes carteras de viviendas nuevas o de segunda mano durante todo el año como si de un negocio se tratara. En el mes de septiembre Airbnb comenzó a exigir a los usuarios que demostraran que la vivienda anunciada es su residencia habitual y les pidieron que se registraran en el censo de licencias en el Ayuntamiento. El resto de viviendas serían consideradas de uso turístico por un periodo máximo de 90 días. Con esta iniciativa el ayuntamiento ha conseguido que los gestores de grandes bolsas de viviendas reconsideren si el comprar viviendas para alquilarlas sólo durante tres meses al año es o no rentable. Bajo la presión de una multa de 1000 $ por día para todo aquel que no tuviera los papeles en regla, la misma noche del 15 de enero, fecha límite para la regularización, se produjo una salida en masa de casi el 50% de la oferta del portal de Airbn.

    Resumiendo, el modelo de Cristina Cifuentes es el que hemos tenido siempre en nuestro país que no es otro que el de no regular burbujas especulativas para que unos cuantos obtengan grandes plusvalías en detrimento de los intereses del resto de la sociedad. El modelo de Carmena se basa en regular la actividad económica de los apartamentos turísticos pero que deja en el aire el futuro del alquiler residencial: si hay negocio turístico este crecerá de forma regulada en detrimento de las viviendas residenciales. Y finalmente está el modelo de San Francisco que es el que más protege al ciudadano de a pie. Qué fondo de inversión o gran capital va a invertir comprando fincas en un negocio que sólo puede «estar abierto» sólo tres meses al año ? Este problema con intereses contrapuestos es como el dilema entre sorber y soplar: o se está con los especuladores como en el modelo de C.Cifuentes o se está con los ciudadanos como en el caso de San Francisco. En estos contextos nunca podrá existir un término medio que beneficie a las dos partes por igual porque no existirá la necesaria correlación de fuerzas entre los contendientes. Efectivamente, en este campo de batalla siempre ganará el más fuerte, el que tiene el capital, aquel que tiene el poder de cambiar o adaptar los escenarios del negocio a sus intereses. Poner a los dos rivales en el mismo anfiteatro a competir por un recurso limitado tiene de antemano un único resultado asegurado: el más débil siempre huirá buscando escenarios menos hostiles.

    PD: durante el texto he referenciado al negocio del alquiler turístico como de carácter especulativo para indicar que se trata de un tipo de actividad empresarial que crece exponencialmente al calor de grandes beneficios y de pocos o ningún impuestos. Todo está calculado, si por alguna circunstancia fallara el negocio del alquiler turístico siempre se podría recurrir como opción a la venta de las viviendas compradas con lo que el impacto de los riesgos en principio sería bastante limitado. La turistificación trae consigo otros problemas como la gentrificación, la conversión de los centros en parques temáticos o los problemas derivados de la ausencia de descanso en edificios con inquilinos desagradables pero esto nos llevaría a otra exposición. Y en una tercera se debatiría la elusión de las responsabilidades fiscales en un negocio que todavía no está regulado o si regulado sabe muy bien como esconderse de ellas.

    • Guillermo Mas Martinez - 7 febrero 2018 - 12:50

      Buena exposición Fernando.
      No obstante, y a pesar de que has analizado el problema con profundidad, creo que la complejidad de su resolución no atañe simplemente a regularlo bajo una u otra óptica. Hacen falta más mecanismos que doten de sentido práctico a la regulación.
      Has oído hablar de FairBnB?https://fairbnb.coop/es/
      En cuanto a la PD. Me temo también, que AirBnB es solo (que no es poco) un catalizador de la gentrificación de los grandes centros urbanos, siendo este un proceso que debe afrontarse desde otros muchos puntos de vista.

    • Krigan - 7 febrero 2018 - 13:08

      Ni idea de cuál es la regulación más adecuada, pero sí quisiera señalar que de toda la vida ha habido particulares con una segunda vivienda que se la alquilaban a turistas, solo que antes se hacía sin app (es decir, peor). La verdad, no me parecería bien que porque haya un empeño en ir contra las malvadas tecnológicas (y de preservar el negocio de los bondadosos hoteles) se le quitase a los particulares el derecho de alquilar su propiedad.

      • Krigan - 7 febrero 2018 - 13:16

        Añado: también están los alquileres de pisos a estudiantes.

  • #005
    Edgardo Labbat - 7 febrero 2018 - 15:42

    La idea a la par innovadora y rentable, nacida de la conjunción de un par de buscavidas iluminados, se me hace arriesgada como la de montar un castillo de naipes. Riesgos existen en toda empresa que el ser humano emprende, pero en el caso entre manos, aprecio que el entusiasmo y afán de lucro rápido que mueve este aparato pronto sucumbirá dejando un tendal de víctimas que no encontrarán reparación al daño que necesariamente van a sufrir.

    No deseo parecer agorero, pero si se realiza un estudio de emprendimientos similares de hasta diez años atrás será dable advertir como estas burbujas o globos terminan por estallar en la cara de los santos inocentes. Hasta donde el atrevimiento de quienes se lanzan a explotar este juego de tintes empresariales no aparece teñido por la malicia o la negligencia hay que medirlo, pero quien esté decidido a seguirles el juego sepa desde ya que la vida puede depararle sorpresas mayúsculas, así que no vayan a esperarse con esto gratos pasares en Palma de Mallorca.

  • #006
    JJ - 7 febrero 2018 - 15:47

    La historia de Airbnb no sé si será tan complicada. Una idea muy simple, práctica, que luego se convierte en web y poco mas tarde comienza a crecer gracias al dinero de Sequoia y llega a convertir a sus fundadores en billonarios.

    Airbnb su increíble historia

    Aunque en principio, puede parecer que apunta maneras de monopolio, con todo lo que esto implica en cuanto a expectativas y valoración, luego vemos que no es un caso comparable al de Google o Facebook y que es muy probable que pronto tenga mucha competencia a su alrededor.

    Y es que Airbnb solo es una web o una App de intermediación inmobiliaria y este tipo de empresa (lo mismo que Uber) es relativamente fácil de copiar. Basta un poco de dinero y organización.

    Por ello, y porque cobran comisiones exageradamente altas (lo mismo que Uber), en este caso, como si se tratase de una inmobiliaria clásica, la posibilidad de que surja competencia (y mas barata) es enorme. Y sería esta competencia la que limitaría, la que reduciría su mercado convirtiendo a Airbnb en una empresa cada vez mas pequeña (lo mismo que Uber).

    En consecuencia, creo que lo mejor que podría hacer Airbnb es salir a bolsa rápido para coger todo el dinero que pueda ahora que todavía da la sensación de ser una empresa muy grande porque de no hacerlo ahora es posible que mañana resulte demasiado tarde.

    Luego, también están los problemas legales y de regulación a los que pronto deberá enfrentarse en medio mundo.

    Contra la opacidad de Airbnb

  • #007
    Gorki - 7 febrero 2018 - 18:52

    No entiendo como consiguen ser opaca al fisco empresas que todos sus cobros y pagos los hace hace mediante transferencias bancarias. A ver si alguien me lo explica,

    • JJ - 7 febrero 2018 - 19:34

      Hay dos cuestiones diferentes.

      Airbnb tributa en Irlanda.

      ver aquí

      Los propietarios de pisos que alquilan mediante Airbnb no pagaban sus impuestos.

      Pero ahora tendrán que pagar

      • Gorki - 7 febrero 2018 - 21:15

        Y que problema legal tiene por tributar en Irlanda, Si radican en Irlanda. y eso que los propietarios de pisos no pagan impuestos no es verdad en la inmensa mayoría de los casos y menos entre los que se dedican profesionalmente al alquiler. a turistas a través de Airbnb,

        Por ejemplo, si alquilas una habitación por el boca a boca y te pagan en metálico, es muy facil escaquear impuestos, pero si lo alquilas por Aerbnb, se cobra con trasferencia bancaria y es muy fácil para Hacienda controlarlo, por lo que si alguno no lo ha hecho le van a cazar sin problema.Desde luego lo normal, porque es tonto no hacerlo, es que declaren,

        Esta es otra de la posverdades que nos colocan

      • Krigan - 7 febrero 2018 - 22:31

        Respecto a tu segundo enlace, lo pinta como si Airbnb fuera una bolsa de fraude fiscal, cuando es justo lo contrario: los pagos son electrónicos (incluso tienen prohibidos los pagos en metálico en sus Términos de Servicio) y por tanto perfectamente conocidos y controlados por Hacienda. A diferencia de los hoteles, donde siempre se ha admitido el pago en metálico.

        Pero es que además todo lo demás relatado en ese artículo va en plan «convirtamos los pisos en mini-hoteles, para encarecerlos y que no sean competitivos frente a los hoteles de verdad».

        Estamos hablando de una pelea de NH y similares contra Airbnb y similares, y que en medio están los pequeños propietarios de pisos alquilados de toda la vida, y los turistas que buscan mejores opciones. De eso va todo este rollo de lo malvada que es Airbnb, y lo pecaminoso que es que el cliente pueda elegir otras opciones.

        • JJ - 7 febrero 2018 - 23:14

          Hombre, me hace gracia lo de «lo malvada que es Airbnb» y » lo pecaminoso que es el cliente».

          Supongo, que existen mejores argumentos para defender los intereses de Airbnb…

          Airbnb es una empresa muy ambiciosa y que nada tiene que ver con la economía colaborativa.

          Solo es un gran intermediario más que pretende la parte del león. Es una mega inmobiliaria con sueños monopólicos.

          Debería pagar impuestos allí donde gana el dinero. Y debería cobrar comisiones más lógicas y no las que cobra cualquier inmobiliaria tradicional.

          Lo que necesitamos es una economía colaborativa de verdad y no crear gigantes que ocupen el lugar de los que sí podrían ayudar a que la tecnología sea útil para todos.

          Pero, lamentablemente, hay gente, interesada o no, que defiende a capa y espada a cualquier tecnológica solo por oponerse a otros poderes económicos más antiguos. Y es un enorme error pretender salir de Guatemala (que tampoco saldremos) para entrar en Guatepeor.

          • JJ - 7 febrero 2018 - 23:30

            Olvidé algo, las tarifas «por experiencias» que ofrece Airbnb.

            En esto, creo que han sido más creativos que las inmobiliarias tradicionales…

            What are Airbnb servicie fees

          • Krigan - 8 febrero 2018 - 00:17

            Pues nada, ya tardas en crear ese servicio verdaderamente colaborativo que desplace a Airbnb gracias a sus tarifas más baratas (o todavía mejor, sin tarifas).

            Entretanto, el problema para los clientes es el siguiente: puede ser que un cliente no quiera que le hagan el desayuno (ya se lo prepara él), ni la cama (ya se la hace él). Puede que lo único que quiera es un sitio donde dormir a buen precio en una ciudad llena de pisos vacíos. Pero como eso no le interesa a NH, lo mejor es impedirle al cliente que pueda usar Airbnb.

            En cuanto al orden de los propósitos, estás equivocado. No es que yo tenga el propósito inicial de oponerme a los poderes más antiguos. Me la trae floja si a NH le iba bien o mal hace 10 años.

            Ahora bien, si cuando surge una innovación NH pretende impedir que la podamos aprovechar, para no perder negocio frente a Airbnb, pues entonces claro que me opongo a NH. No quiero que se repita la historia de UberPop, que no puedo usarlo porque el lobby de los taxistas consiguió que se prohibiera en España.

            Si tan Guatepeor es, ¿por qué hay tanta gente que usa Airbnb? El interés en prohibirlo viene precisamente por que supone una notable mejora sobre lo que había antes.

          • JJ - 8 febrero 2018 - 11:15

            No se trata de NH vs Airbnb.

            Una cosa es defender las nuevas tecnologías, su implementación y difusión para beneficio de todos.

            Otra cosa, es defender a las tecnológicas y sus intereses propios por principio, incluso allí donde cometen errores o abusos.

            Airbnb puede hacer las cosas mucho mejor, pagar sus impuestos, ayudar a que sus clientes también los paguen y ser en general más transparente.Y cobrar bastante menos a ambas partes. Recordemos, que solo es un intermediario tecnológico y no una vieja inmobiliaria.

            Defendiendo ciegamente, irracionalmente, a las tecnológicas tampoco iremos a buen puerto. Entiendo, eso sí, que un accionista de Airbnb pueda no ser crítico con esta empresa en la medida que le haga ganar mucho dinero.

            Pero es que si no somos accionistas, deberíamos en estos casos aprender a separar el trigo de la paja.

          • Gorki - 8 febrero 2018 - 12:31

            Si un aleman reserva alojamiento en España ¿Cual es tu opinión, que Airbnb, pague impuestos en Irlanda ,Alemania o en España, o en los tres paíse ?
            ¿Y el español que recibe al alemán ? Debe tributar en Alemania, pues to que se lucra de dinero alemán, o no?

            Hace mucho que los países acordaron, so se si razonablemente o no, pero es lo que acordaron, que cada empresa pague impuestos ahí donde tenga declarado su domicilio fiscal.

            Cambiarlo seria la locura, porque conseguir acuerdos internacionales resulta dificilisimo alcanzarlos..

            En cuanto a las comisiones, cobra, como cualquier otro negocio, lo que el mercado está dispuesto a pagar por la intermediación.

            Si los propietarios de pisos les pareciera excesivo, utilizarían otras vías para conseguir clientes, como poner anuncios en prensa o utilizar agencias inmobiliarias, pero ellos consideran más baratos utilizar los servicios de Airbnb.. Airbnb no es el único camino, ni siquiera en Internet, hay muchos que tratan de hacer lo mismo,

          • JJ - 8 febrero 2018 - 15:38

            No, Gorki. La tendencia es que se paguen los impuestos allí donde se gana el dinero. Fíjate en Facebook, Amazon, etc. Es una batalla casi ganada.

  • #017
    Fernando Monllor - 8 febrero 2018 - 11:08

    Triste que nadie hable del gran problema que tienen muchos conciudadanos con perciben unos salarios tercermundistas y al mismo tiempo tienen que hacer frente a alquileres estratosféricos. Repasemos el art. 47 de la Constitución Española:
    Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación.

    En este caso para que los ciudadanos puedan acceder a una vivienda digna a precios razonables NO debieran existir empresas que se dedican a acaparar viviendas de los centros de las grandes ciudades para habilitarlas como viviendas de uso turístico. Y ese es el gran problema.

    • Krigan - 8 febrero 2018 - 22:03

      Según eso, tampoco deberían existir los hoteles en el centro, ¿no? Ni los edificios de oficinas.

      Eso sin mencionar que el tema de los alquileres, sobre todo en el centro de una gran ciudad, está como está desde muchas décadas antes de que existiera Airbnb.

  • #019
    Krigan - 8 febrero 2018 - 21:21

    JJ:

    Creo que deberías reflexionar. ¿De verdad crees que hay 2 normativas fiscales, una para las tecnológicas y otra para las que no lo son? No, hombre, las normas fiscales son exactamente las mismas para NH y Airbnb. Eso de que las empresas gordas no pagan apenas impuestos no lo inventaron las tecnológicas, es algo generalizado entre las grandes empresas desde mucho antes de que existieran las punto-com. El Corte Inglés, por ejemplo, lleva ni sé cuántos años no pagando ni un solo euro de impuesto de sociedades. Los de Google y Apple, a su lado, son unos pringados que pagan infinitamente más que el glorioso cero de ECI.

    ¿No te gusta que una empresa que opera en España pueda pagar el impuesto de sociedades en Irlanda? Para empezar, NH también puede hacer eso mismo cuando quiera, la ley es la misma para todo el mundo, y si no lo hace (suponiendo que no lo haga) es porque no lo necesita, porque será como ECI, que no paga nada.

    Pero es que además, si los tratados de la UE no te gustan, entonces deberías pedir que se cambien, en lugar de arremeter contra una empresa por el simple hecho de ser tecnológica. Defender que algo está mal si lo hace una tecnológica, y bien si lo hace NH o ECI, no es sino una muestra de doble moral. En tu caso tal vez sea ignorancia, en lugar de doble moral.

    En cuanto al IVA, si supera un mínimo que cualquier empresa grande supera (incluida Airbnb), ya se paga allí donde se presta el servicio, que es algo que pareces ignorar. Nuevamente, las reglas fiscales son iguales para todo el mundo. De los hospedajes realizados en España, tanto NH como Airbnb pagan el IVA en España.

    Nótese que yo sí que cambiaría unas cuantas normas fiscales. Quitaría las sicavs, bloquearía los intercambios financieros y comerciales con los paraísos fiscales, quitaría todas las exenciones al impuesto de sociedades, incluidos los créditos fiscales, y armonizaría la fiscalidad en los miembros de la UE (para evitar el dumping fiscal de Irlanda y otros). Pero, ¿cambiar las normas solo para las tecnológicas y que el resto (que son el grueso de la pasta) sigan yéndose de rositas? Ni borracho me verás hacer el primo de esa manera.

    • JJ - 8 febrero 2018 - 23:15

      Krigan, creo que deberías reflexionar…

      Estas completamente obsesionado con NH.

      Pero de qué me hablas? Qué tiene que ver NH, una empresa de 2500 millones de euros con Airbnb? Porqué no haces más que referirte a NH? Te han cobrado de mas?

      No, Krigan, déjalo ya. Es que ni siquiera son empresas comparables. Una es dueña de un montón de hoteles y la otra es una App global de intermediación en alquileres de propiedades. Y es una empresa de otras dimensiones.

      Cómo puedes decir que no me gustan los tratados de la UE? Te desconozco.

      Sobre mi supuesta ignorancia y doble moral no te respondo porque seria responder a un insulto gratuito. Y ya te he dicho que deberías reflexionar…

      • Krigan - 8 febrero 2018 - 23:48

        Es decir, que NH no te parece lo suficientemente grande como para que tenga que pagar impuestos. ¿Es eso?

        Si dejamos a un lado el tamaño, la única diferencia es que NH posee hoteles, y la otra es una app. Vamos, que me estás dando la razón con lo de la doble moral.

  • #022
    JJ - 9 febrero 2018 - 00:00

    Krigan, creo que te has tomado algo… Estás discutiendo tu solo contigo mismo y pones en mi boca palabras que nunca he dicho.

    Si tuvieras razón en alguna cosa te la daría encantado. Pero de lo único que me has convencido es de que, por la razón que fuere, estás totalmente obsesionado con NH.

    Airbnb, la plataforma de alquiler de pisos turísticos más famosa del mundo se enfrenta, en la ciudad donde se fundó, a una legislación que podría modificar por completo su modelo de negocio y expansión actual.

    aquí

    • Krigan - 9 febrero 2018 - 13:57

      De tu enlace:

      «El lobby hotelero y varias organizaciones sociales arrancaron la lucha contra el modelo de alquiler turístico de la plataforma en su ciudad hace años.»

      También dice que Airbnb ganó el referéndum, pero que la voluntad de los vecinos de que se siguiera permitiendo a Airbnb actuar como siempre no sirvió de mucho.

      Por supuesto, cualquier propietario de una segunda vivienda en San Francisco se la ha podido alquilar a turistas desde siempre (con o sin Airbnb), pero ahora la mayoría ya no podrán hacerlo. Y muchos turistas tendrán que irse a hotel, que es más caro, a pesar de que hubieran preferido apartamento. O bien irse a pasar las vacaciones a otra ciudad que les salga más barata.

      Ninguna obsesión con NH (parece mentira que haya que aclarar esto), es una cadena hotelera como otra cualquiera. La tomé como ejemplo simplemente porque es miembro de un lobby que aparecía en uno de los artículos que enlazaste.

      Airbnb, por supuesto, va a seguir existiendo, solo que ganará menos dinero en San Francisco o cualquier otra ciudad que la imite.

      Se ha perjudicado a los turistas, a los pequeños propietarios (si se quería excluir a los grandes habría bastado con hacer precisamente eso), a los negocios turísticos… excepto a los hoteles, claro, que a esos se les ha reducido por ley la competencia. Ahora NH se frota las manos ante la perspectiva de que en Madrid se apruebe una norma similar.

      • JJ - 9 febrero 2018 - 16:52

        A ver, Krigan, es que insistes en discutir con otro. O en ponerme en un lugar en el que no estoy. Ni tengo acciones en NH, ni soy lobbysta hotelero, ni estoy contra Airbnb.

        La idea que da origen a Airbnb me parece muy interesante. Quiero que a Airbnb le vayan las cosas bien, que gane dinero y que pueda ofrecer un buen servicio a los clientes. También quiero que tenga competencia para que no se duerma en los laureles y se vea así obligada a mejorar. Pero, me parece que hace competencia desleal y que en esto (y en otras cosas) merece ser criticada.

        No veo, en cambio, que sea positivo para nadie (salvo para los interesados) que se creen billonarios instantáneos gracias al tráfico de datos masivo.

        Hoy, vivimos el auge de la «era de la información». Y no es casualidad que las empresas mas grandes o mas ricas del mundo sean empresas hacker. Su riqueza, nace de haber sabido apropiarse de enormes caudales de información.

        Los hackers, siempre han sabido hacerse con la información, y han sabido de su enorme valor.

        Mi opinión es que hay dos tipos de hackers; los éticos, que obtienen la informacion y la usan para beneficio de todos. Y los no éticos, que se apropian de la información ajena para beneficio propio.

        Airbnb, como Uber, como Google, como Facebook, como Amazon, como Linkedin, como Tinder, etc.,etc. son empresas hacker. Su riqueza súbita, se basa en haberse apropiado de grandes caudales de información de las personas. Y en comercializarla, en venderla lo mas cara que puedan.

        Me encanta Google, pero no me gusta que viva de apropiarse de la información del mundo. Para hacer seguimientos y almacenar todo tipo de información personal debería, creo, tener siempre el explícito consentimiento del usuario. Lo mismo para Facebook, Tinder, etc. Son empresas hacker que, desde mi punto de vista, no siempre actúan con la ética necesaria.

        Amazon, con ambiciones monopólicas, es un caso diferente porque vende productos, pero también es una empresa hacker. Comenzó con una amplia base de datos de libros para venderlos al mundo, y ahora tiene una fantástica base de datos de todo tipo de productos. Hace unos meses compré un portátil, para elegirlo, recurrí a la base de datos de Amazon, porque es la mejor. Me encanta Amazon y soy cliente desde el principio.

        Hasta Tesla nace de los millones que ganó Musk con La Mafia de Paypal, otra empresa hacker. Y el nombre de la empresa, «Tesla» (admiro a Nikola Tesla desde la adolescencia) es una marca buenísima de la que, con la habilidad de un brillante hacker, se ha apropiado Musk (un tipo brillante, sí, y controvertido, quizás egolatra, quizás fantasioso, que a los 36 años decidió vender su McLaren F1 cuando comprendió que no le proporcionaba buena imagen).

        Airbnb es una empresa hacker que, mediante una App (cuyo desarrollo costará 50 o 100 mil dólares) se hace con la informacion de ofertantes en el mundo de pisos de alquiler. Y con la información de demandantes de pisos, los clientes. Airbnb, se pone en medio y organiza esta oferta y esta demanda mediante una Base de Datos. Luego, por ponerse en el medio, se lleva la parte del león. ¿Por qué cobra comisiones tan altas (igual que Uber) por su servicio de Base de Datos? Pues, porque puede. Y porque su mentalidad es la misma que la de Starbucks (por qué voy a cobrar el cafe a 3 dólares si la gente esta dispuesta hasta pagar 5). Esta mentalidad, reconozco que no me gusta, pero solo es una opinión personal.

        En cuanto a la competencia desleal, hay que reconocer que también es una actitud hacker; encontrar el fallo en el sistema (en este caso, los vacíos legales) y aprovecharlos para saltarse regulaciones y pagar la menor cantidad de impuestos posibles).

        En este sentido, creo que tienen razón los lobbystas, tienen razón en quejarse, ya sean los del taxi, hoteleros, etc.

        Me gusta mucho que aparezcan nuevas empresas tecnológicas con nuevas ideas que pueden mejorar la calidad de vida de todos. Me gustan, incluso comprendiendo que pueden ser muy disruptivas. Y me gustan los hackers éticos.

        No me gustan los monopolios de ningún tipo, ni tampoco me deslumbran (el deslumbramiento produce ceguera temporal) los billonarios instantáneos.

        Piensa, por ejemplo, que diferente hubiera sido si los miles de millones que se llevó Terra en su momento se hubiesen invertido no todo en una sino en mil empresas diferentes… (no puede ser bueno cuando la riqueza se concentra demasiado).

        Pero cuando aparece uno que se lo lleva todo, luego no hay espacio para los demás. Y al final todos nos empobrecemos, literalmente. Excepto un puñado que ha sido mas listo (o que ha tenido suerte).

        Piensa en el Bitcoin, que surge para liberarnos de los bancos, de los intermediarios, con una propuesta descentralizadora. Y en qué termina todo? En ocultacion de dinero negro y especulacion? En un puñado de nuevos millonarios?

        Tampoco suelo alargarme tanto…

        • Krigan - 9 febrero 2018 - 22:06

          Hombre, tal vez si hubieras empezado por ahí, por los problemas relativos al acceso a la información, y por la tendencia al monopolio que tanto abunda en el sector tecnológico, habríamos encontrado más puntos de acuerdo.

          Pero aún así, los lobbystas del taxi y los hoteles no tienen razón. Lo que buscan (y consiguen en algunos sitios) es que la ley limite o elimine a los nuevos competidores surgidos por el avance tecnológico.

          Son peligrosos, como demuestra la prohibición de UberPop en España, o las nuevas restricciones al alquiler de pisos (contrarias a la voluntad popular) en San Francisco. A ellos les da lo mismo todo eso de la información y los monopolios, lo que quieren es mantener a su clientela esclava, prohibir que se les puedan ir a otro sitio.

          Antes era Uber el único demonio. Qué malvada que es Uber. Pero tan pronto como Cabify (competidor de Uber) aparece en España, también la demonizan a esta, como demonizarán a cualquier otro competidor que aparezca.

          Ahora bien, el genio ya salió de la lámpara:

          https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2017-12-07/uber-cabify-taxi-vtc-baleares-gabriel-moragues-rigo-fedetaxi_1488393/

          En cuanto a los impuestos, ya te digo que eso pasa desde siempre con todas las empresas grandes. Tanto que le critican a Uber el tener sede en Delaware, y resulta que la mayoría de las empresas del Ibex 35 también tienen sede allí.

          http://www.elmundo.es/economia/2016/05/11/573317c2268e3e27098b4574.html

Dejar un Comentario

Los comentarios están cerrados