El control social como herramienta política

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China continúa avanzando, sin el más mínimo complejo, en el desarrollo de la mayor herramienta tecnológica de control social jamás desarrollada por el hombre. Desde la llegada al poder de Xi Jinping en marzo de 2013, el gobernante ha mostrado una fortísima obsesión por el control: ha reforzado los conceptos de unidad interna y disciplina en todo el partido, ha puesto en marcha una enorme campaña contra la corrupción, y sobre todo, ha reforzado la vigilancia de la sociedad civil y el discurso ideológico hasta el límite, lo que incluye la censura en internet como herramienta fundamental.

Bajo Xi Jinping, la censura en China no es ya una cuestión coyuntural o un elemento para controlar la velocidad del cambio: se ha convertido en un rasgo fundamental que caracteriza al país, en un elemento de identidad, en un derecho supuestamente inalienable de mantener su soberanía nacional sobre la red. Xi Jinping afirma el derecho de China a ser diferente, a escoger independientemente su propio camino hacia el desarrollo, su modelo de regulación y su participación en la gobernanza del ciberespacio internacional en igualdad de condiciones. La democracia y la libertad de información no son, para China, una obligación o un objetivo hacia el que hay que evolucionar necesariamente: la libre circulación de los contenidos en la red supone una amenaza a su forma de vida, al régimen que gobierna el país, y a la estabilidad en general. 

Tras el XIX Congreso del Partido Comunista chino, la voluntad de reforzar el control social en el país utilizando todos los medios, más allá de internet, ha quedado claramente reafirmada y sancionada como elemento fundamental en su estrategia y planes de futuro. La inversión en tecnología ha llevado a la construcción de la mayor base de datos biométricos del mundo, que ahora, además de desplegarse en las más de 176 millones de cámaras que controlan el territorio – que pretenden llegar hasta los 626 millones en los próximos tres años y que cubren ya, por ejemplo, el 100% del área urbana de Beijing – se extiende incluso a las gafas que llevan sus policías, capaces de simplemente enfocar a una persona y obtener sus datos. La vigilancia se extiende también a la red telefónica, con la mayor base de datos de huellas de voz para identificar a sus ciudadanos en una simple conversación, y a cualquier otro ámbito mediante otra base de datos de registros de ADN.

A esas iniciativas gubernamentales se unen, además, otras iniciativas privadas que colaboran con el estado: todos los ciudadanos reciben una puntuación en función de factores que van desde su consideración crediticia hasta sus actitudes con respecto al gobierno, puntuación que, además, es objeto de esquemas de gamificación: la puntuación de una persona puede verse afectada no solo por sus acciones, sino también por las de aquellos que le rodean, familiares o amigos, lo que de hecho convierte cualquier actitud crítica o disidente en un problema no solo para la persona sino también para su círculo de influencia, llevando rápidamente al aislamiento social de quienes la manifiesten. Además, el uso de herramientas tecnológicas para desplazarse, pagar, relacionarse o llevar a cabo todo tipo de acciones se ha convertido en tan ubicuo, que nadie puede plantearse no utilizarlos, por una cuestión de conveniencia y comodidad, de no convertirse en «un raro» o, directamente, en un sospechoso.

La privacidad, en China, no es un derecho, sino una amenaza. Los ciudadanos viven bajo una vigilancia permanente destinada a mantener la estabilidad. Por mucho que algunas de esas iniciativas privadas generen tímidas reacciones en contra  (las gubernamentales ni se plantean), el país tiene claro que su sistema no es un error o un problema, sino una característica que está dispuesto a defender como parte de su idiosincrasia, como un elemento fundamental en su estrategia. Las generaciones más jóvenes, a la vista del éxito económico que el país está obteniendo y tras haber nacido y crecido en un entorno de rígido control de la información crítica, ya no dudan, y se han convertido en entusiastas defensores de su gobierno, que patrullan las redes e intentan aislar y convencer a los que manifiestan actitudes mínimamente críticas.

Es, sencillamente, un planteamiento diferente de sociedad, en el que cuestiones que en Occidente consideramos derechos fundamentales desaparecen en aras de un beneficio supuestamente mayor, en donde el control social se convierte en la auténtica herramienta política. Pero un planteamiento, además, enormemente exitoso y eficiente, que el país pretende además extender en el futuro al resto del mundo. Durante mucho tiempo, la mayor parte de los países del mundo han evolucionado para considerar la democracia como un valor fundamental en sus sociedades y en su forma de gobierno, como un requisito indispensable: el éxito y la ambición de China y su defensa de estrategias de control social como una vía alternativa suponen, ahora, el replanteamiento más importante de esa idea de cara al futuro.

 

 

 

This post is also available in English in my Medium page, “China: prosperity vs. free speech?» 

 

31 comentarios

  • #001
    menestro - 11 febrero 2018 - 16:03

    China no es «un planteamiento diferente de sociedad» es una dictadura, como Corea del Norte, Irán, y otras, que conviven con las democracias actuales, y resulta chocante que se pretendan normalizar, como si fuese una opción política, en países con democracias donde se respetan los derechos fundamentales.

    Es difícil pensar que nadie tenga que replantearse la democracia por un aparente y muy limitado, éxito económico.

    Es equivalente a plantearse imponer el uso del velo para las mujeres en los países democráticos, con la esperanza de que surja un pozo de petroleo en el centro de Europa.

    El desarrollismo económico chino actual, no se diferencia mucho del que sucedió en España en los años 60, régimen aislado de su entorno donde los haya, y que solo responde a una producción orientada a la exportación, mientras que la mayor parte de la población en china, no en las ciudades, donde existe el doble sistema económico, subsiste con rentas por debajo de la tercera parte del salario mínimo Español, que es de los más bajos de Europa.

    ¿Se puede mantener una producción económica e industrial dentro del liberalismo económico, en un régimen no democrático? Sí, como en Cuba con la caña de azúcar.

    ¿Es necesario privar a los ciudadanos de sus derechos fundamentales y laborales, para aumentar la competitividad económica?

    Nadie se lo plantea en serio. China es solo un país socialmente atrasado, en una economía favorecida por el empuje de un puñado de ciudades, que mantienen un doble sistema económico y social.

    A no tardar mucho, surgirá un Gorbachov y un proceso de transición política . Y se acabó la distopía dictatorial, que no es más que una digresión social y precisamente, el peor ejemplo posible, y un anuncio de su inestabilidad política, totalmente desvinculado de su crecimiento económico.

    No confundamos el partido comunista chino, con un partido democráticamente elegido, cuando el propio Xi Jinping quiere reformar el sistema político.

    Seguro que Trump tampoco es la razón del éxito en superar la recesión en los EE.UU. pero a algún despistado, con pocas lecturas, le parecerá hasta un argumento valido.

    La cuestión es, cuánto tiempo aguantará la economía china sin efectuar las correspondientes reformas sociales y políticas, que le permitan una consolidación real de su sistema productivo.

    One country, two systems – Wikipedia

    President Xi says China will not export its political system

    • Michel Henric-Coll - 12 febrero 2018 - 11:09

      Excelente, Menestro. Me gusta mucho tu comentario.

      Tengo dudas, sin embargo, sobre si un Gorbachov chino no tardará en aparecer, o si China va a consolidar su modelo orwelliano.

      Donde muy pocas dudas albergo, es en el hecho que Occidente otorgará su beneplácido a cualquier gobierno de un país que sea economicamente poderoso, en la espera de recoger las migas.

      Ya lo ha hecho con dictaduras africanas, de oriente medio, y lo seguirá (seguiremos) haciendo con China.

      El dinero vale, desgraciadamente, más que la humanidad.

      • menestro - 12 febrero 2018 - 14:13

        Cuando hablas con los estudiantes universitarios chinos es cuando se percibe que solo una cierta «tensión superficial» y expectativas de mejoras sociales, son las que mantienen esa apariencia de estabilidad política. Igual que sucedio aquí con la transición.

        Desde Tiananmen se produjo una gran sensibilización del régimen hacia su imagen exterior, y es evidente que tratan de mantener un cierto progresismo a cambio de un trato favorable en el teatro internacional.

        No es el comercio y la producción industrial, es la posición financiera de China sobre la deuda de norteamericana la que le otorga una baza como país en desarrollo social.

        En este momento, la estrategia comercial de las compañías tecnológicas en China son las nuevas e invisibles ‘líneas maginot’.

        En cuanto a la tecnología biométrica, no pasa de ser una anécdota, y toman como modelo la política de seguridad de EE.UU. que cualquiera que haya pasado por un aeropuerto conoce bien (TSA, CBP IDENT/PIA).

        Las gafas de reconocimiento facial anunciadas hace poco por la policia de Zhengzhou, se han ensayado principalmente para reconocer a los carteristas de las Estaciones de Tren, bastantes similares a las cámaras que usa la policía de EE.UU. Utilizan fichas policiales de delincuentes para procesar las imágenes.

        Chinese police using facial recognition glasses to identify suspects

        FCC.gov authorization and Evaluation letter

        LLVision Facial Recognition Glasses


        EE.UU. ya intento crear en los años 90 una versión de privacidad, o cifrado fuerte de las comunicaciones para exportación y otra de uso interno. Sin ningún éxito.

        No es posible desarrollar tecnología sin asumir los protocolos de seguridad en las comunicaciones internacionales como un estándar.

        No existe una ‘línea divergente’ para productos tecnológicos fuera de las regulaciones y convenciones de los países democráticos.

        Compañías como Xiaomi, no van comprometer su expansión internacional por consignas políticas.

  • #005
    marcelo - 11 febrero 2018 - 16:59

    En China, y en general en todas las sociedades orientales, el individuo y unas supuestas libertades fundamentales simplemente no existen, todos forman parte del todo y deben estar totalmente sometidos al poder y al sistema, desde hace milenios el clavo que sobresale se lleva un martillazo, eso todos lo tienen grabado a fuego. Así, si hay que aniquilar a 50 millones de personas y arrasar criminalmente tu propia cultura, lo haces porque la gente no protesta, se somete y encima después te hacen monumentos y te tratan de semidiós.

    Yo no es que disfrute mucho viajando, por lo que tengo muy claro que la fea, sucia y siniestra China es de los sitios a los que no voy a ir jamás si no es absolutamente obligado, y menos ahora con las nuevas medidas de seguridad. Claro que darte un paseo por el Londres del millón de cámaras no es muy diferente tampoco…

  • #006
    JJ - 11 febrero 2018 - 18:22

    Es posible que China esté mas cerca que nunca de dominar el mundo.

    Es que hoy, hacerse con el poder global se ha hecho mucho mas sencillo. La prueba es Internet, que como sitio abierto y democrático con lugar para todos casi ha desaparecido.

    A cambio, tenemos una pocos, muy pocas empresas controlando este espacio. Si estas empresas controlan buena parte del mundo siendo dueñas de casi toda la información (y la información es el poder) solo hace falta aliarse o llegar a controlar a estas empresas para adueñarse de todo.

    Claro que, por ahora, estoy exagerando. Pero en China, el estado controla completamente a las empresas que controlan, mediante las nuevas tecnologías, a la población. Y China, mediante estas grandes empresas, invierte también en las empresas tecnológicas occidentales (como Tesla, etc.). Así como Apple invierte en Didi.

    Los chinos tienen sus propias redes sociales, sus propias mensajerías, sus propios buscadores y todo lo que haga falta. Y centralizado en unas pocas grandes empresas, como en Occidente, que permiten controlarlo todo.

    Si mañana Amazon, por ejemplo, necesita una buena inyección de dinero para no venirse abajo no sería extraño que fuese Alibaba, con su liquidez, quien le rescatara. O tal vez no…

    Hay una simbiosis entre grandes tecnológicas americanas u occidentales y empresas chinas. Empresas chinas que en realidad están controladas por el estado. ¿Hay una simbiosis entre el estado chino y grandes tecnológicas occidentales?

    Trump se ha ido del TPP, y eso hace pensar que, aunque aparente ser crítico con China, en realidad quiere favorecerles. Le acusan de haber llegado al poder con la ayuda de un país autoritario como Rusia. Y parece que es verdad. Lo que demostraría que a Trump la democracia le importa muy poco. Y luego va y manda a su nieta, la hija de Ivanka, a cantarle en mandarín a Xi Jinping…

    Sobre la corrupción en China habría mucho que hablar. Quizás deberían comenzar por dejar de vender falsificaciones de relojes para ir ganando credibilidad.

    Y acabar con el Hukou

  • #007
    Pablo Castro - 11 febrero 2018 - 19:17

    La sociedad de la Alemania nazi también veía como ineficientes a las democracias occidentales. De hecho su tardanza en reaccionar al conflicto alemán era en parte fruto de manera de funcionar como estados democráticos.

    Bien es cierto que las democracias en épocas de guerra también concentran poderes y no se enfrentan tanto a la disidencia interna, pero los liderazgos sin contrapesos y muy centralizados pueden llegar a ser en efecto eficientes y exitosos.

    El equilibrio entre eficiencia y diversidad es sin duda el reto de las formas de gobierno. Si la pugna por el poder consume muchos recursos de la propia sociedad, seguramente está en inferioridad de condiciones respecto a sociedades menos críticas y más alineadas con su gobierno. En un mundo con una muy amplia formación de muchos individuos, no queda tan claro como antes que la democracia sea un gran sistema meritocrático tampoco.

    Los problemas de la excesiva concentración del poder ya los conocemos. Pero una sociedad en permanente debate y pugna que no logra encarar rumbos concretos, tampoco es un modelo de éxito. Al final lo que determina el éxito o fracaso, igual que cualquier ser vivo, es la capacidad de adaptación. Y en eso, quien mantiene vivo el mayor grado de diversidad interna, parte con ventaja.

    • JJ - 11 febrero 2018 - 23:48

      Claro, el grado de diversidad es determinante. Y en una democracia siempre habrá más posibilidades de diversidad que en una dictadura.

      Luego, los peligros de que se utilice mal (o para mal) las nuevas tecnologías son mucho mayores en una dictadura; manipulación genética, nanotecnología, inteligencia artificial, implantes obligatorios, BigData, utilización de drogas, etc. (y todo lo imaginable e inimaginable).

      Es verdad que puede haber un dictador bueno, o que acierte y ayude a avanzar a un pueblo.

      Pero el sistema como tal, inevitablemente generará corrupción (poder absoluto corrupción absoluta) y llegará el momento en que ese «dictador bueno» será sucedido por otro (por razones naturales o forzadas) que ya no será tan bueno.

      Y ese podrá ser el comienzo del final. Porque para defenderse de la enfermedad se necesitarán unos anticuerpos que han desapaeecido. Y con el abuso de esas nuevas tecnologías la salida democrática ya no será siquiera posible. Fin de la historia.

      Recemos al Altísimo para que algo así no llegue a ocurrir.

  • #009
    Gorki - 11 febrero 2018 - 19:25

    Es difícil criticar un régimen político que consigue crecimientos del PIB superiores al 5% un año tras otro, y que saca de la miseria a cientos de miles de personas todos los años. Por bastante menos nosotros soportamos a Franco.

    El asunto es cuando el éxito no acompañe a sus prácticas políticas y el problema es que es imposible crecer a esos niveles, si no se parte de la miseria.mas absoluta, igual que Franco encontró a España y los dirigentes chinos que encontraron la China de Mao.y su Revolución Cultural.

    ¿Aguantarán los chinos su sistema político cuando el crecimiento se frene y el paro enseñe su patita en el mercado chino? – MI opinión es que como pasó en España, entierren el «movimiento chino» bajo una losa en cualquier monumento que haya en China y comiencen un sistema, en el que la oposición pueda echar en cara al gobierno todos los desastres económicos y que cada cierto tiempo pase la oposición al gobierno y el gobierno a la oposición y toda la gente contenta, porque la democracia tampoco da para mucho más.
    .
    .

    • Anisótropo - 12 febrero 2018 - 10:51

      Hay economistas, como, por ejemplo, Xavier Sala i Martín, que tratan de desmentir esos datos de crecimiento del PIB que dice tener China. Seguramente, hace años que no crecen a ese ritmo.

  • #011
    Cristina - 11 febrero 2018 - 20:46

    En China se contrapone la realidad que acabas de relatar y se añade una realidad bien curiosa. A través de la tecnología blockchain,, se ejecutan operaciones con el movil con una gran agilidad, generando premios de reconocimiento social, para un tipo de comportamiento considerado como el adecuado a nivel de interacción social.
    Sospecho que los criterios que imperan, fomentan un tipo de convivencia e ideología,, y no tanto se basan en códigos de conducta o normas netiquette «globalizadoras»
    Si el contraste de la información no es posible, cómo se interpreta una realidad con múltiples posibilidades de desarrollo?

  • #012
    ALAN TURING - 12 febrero 2018 - 05:46

    Aparte del catastrofismo ciberpunk, estaría bien leer algún análisis sobre si el poner cámaras en todas las calles de una gran ciudad como Beijing ha servido para reducir efectivamente la delincuencia callejera. Con datos reales y desglosado por delitos, a ser posible. Me refiero a grandes medios como el NYT o el WSJ.

    • Enrique Dans - 12 febrero 2018 - 07:21

      En Beijing no había prácticamente delincuencia callejera. En China, en general, no la hay, es algo completamente excepcional: puedes pasearte como quieras por los barrios más pobres y con aspecto de turista, y no te va a pasar nada. Como mucho, te molestará un rato un pedigüeño persistente pidiéndote una limosnita o intentando limpiarte los zapatos, típicamente será un inmigrante ilegal que vino a la ciudad sin permiso, pero eso es todo: cero peligro, cero inquietud, cero problemas. Nadie se mete contigo. Lleva siendo así muchísimo tiempo, es de los sitios más seguros del mundo, y eso mucho antes de que hubiera cámaras en la calle.

      • Gorki - 12 febrero 2018 - 11:14

        Entonces la pregunta es ¿Cómo es que hay emigrantes ilegales? – Con tanta cámara de identificación facial, deberían durar lo que un pastel a la puerta de un colegio

        • JJ - 12 febrero 2018 - 12:31

          China es bastante seguro para el turista (riesgo medio). Solo hay que cuidarse de los carteristas en las grandes ciudades y de no ser estafado.

          https://safearound.com/es/asia/china/

      • Michel Henric-Coll - 12 febrero 2018 - 11:36

        Ocurre lo mismo en Dubai, donde puedes dejar tu coche abierto con las maletas a la vista, y nadie te las va a robar.

        Pero en materia de Derechos Humanos, los Emiratos están, de hecho, tan alineados con las tradiciones religiosas árabes, como en Arabia Saudí.

        Por ejemplo, como padre o marido, se puede maltratar a hijos y esposa mientras quede en los (ámplios) límites de la ley islámica… Pero no hay violencia callejera.

        • Pedro Torres Asdrubal - 12 febrero 2018 - 15:04

          En occidente estamos copiando a China, no siendo «tolerantes».

          Como diría Deng Xiao Ping, ¿qué importa si es democracia o dictadura si genera progreso y desarrollo?

          El fin justifica los medios hasta el punto de cargarnos el clima en nombre del desarrollo.

          No le cojas mucho cariño a unos valores democráticos que solo lo son estéticos.

      • ALAN TURING - 12 febrero 2018 - 22:52

        En Londres el gobierno puso miles de cámaras y aquí en España también empieza a haber muchas cámaras en las grandes ciudades. Y aunque no se le de mucha publicidad estoy seguro que en Madrid y Barcelona ya las hay a centenares.

  • #019
    JICO - 12 febrero 2018 - 12:32

    China lleva años haciendo lo que podemos llamar DUMPING SOCIAL, rebajar los derechos de sus ciudadanos para hacer a su sociedad más competitiva en todos los ámbitos. Estamos en un todo vale con tal de que un sector de su sociedad se haga cada vez más rico. De una manera perversa, los derechos básicos de la gran parte de los ciudadanos de occidente se han convertido en aranceles frente a los coste de producción que existen en China y deberían preocupar y hacer actuar de manera coordinada a los gobiernos del resto del mundo.

    • Pedro Torres Asdrubal - 12 febrero 2018 - 15:00

      Menuda sarta de chorradas que te inventas por interesarte mas tu ideología que la realidad.

      La alternativa al «dumping social» que comentas es trabajar en el campo, mas horas, peores condiciones, y por menos ingresos.

      Los chino dejan a sus familias, hijos pequeños incluidos para irse a trabajar en fábricas y tener un futuro económico, y donde ellos ven una oportunidad vital, tu ves «dumping social».

      Me temo que te interesa mas tu ideología que la realidad. Eres mainstream.

      • JICO - 13 febrero 2018 - 08:47

        Creo que ese comentario que haces es con creces más ideológico que el mío. Ese DUMPING SOCIAL incluye muchas más cosas que el dinero, incluye la privacidad, el derecho a opinar, derechos sociales y también derechos económicos. Cierto que para ellos es una oportunidad vital y su calidad de vida ha mejorado mucho con los años pero también que ha destruido una parte imprescindible de cualquier ser humano. Crees que todo lo que consigue China se consigue solo con esfuerzo? Que alternativa planteas a ese modelo? Que adoptemos en el resto del mundo políticas chinas?

        • Pedro Torres Asdrubal - 14 febrero 2018 - 14:36

          ¿Y tu mas? ¿Yo soy mas ideológico que tu?

          Dejan niños pequeños SOLOS en el pueblo para irse a trabajar, durante MESES.

          Lo habitual es vivir del campo y la ALTERNATIVA irse a ganar algo de dinero en las ciudades costeras.

          Cuidado con proyectar tus opiniones y preguntas sobre los demás. No estás hablando de los chinos sino de TI mismo.

          Antes de hablar de «alternativas» a la realidad, hay que respetar que la realidad no es casual sino fruto de enormes fuerzas.

          Rajoy opto por abaratar sueldos y perseguir la libertad de expresión, así que lejos de proponer el modelo chino lo que observo es que el mundo lo está copiando.

    • JJ - 12 febrero 2018 - 18:58

      China y el Dumping Social, 2013

      Es cierto que China ha crecido mucho gracias al dumping social. Pero ahora los salarios chinos ya no son los que eran.

      salarios en China hoy

      • JICO - 13 febrero 2018 - 12:00

        Ojalá ese DUMPING solo fuera de salarios.

        • Pedro Torres Asdrubal - 14 febrero 2018 - 14:40

          Por aquí muchos echan de menos los trabajos en industrias contaminantes.

          Mientras tanto los chinos están cerrando empresas contaminantes a mansalva, por lo menos alrededor de las principales ciudades y de paso ya son lideres mundiales en la transformación hacia los vehículos eléctricos…

          Dame un poco de ese dumping que fuman los chinos, que aquí estamos con impuesto al sol…

  • #026
    Xaquín - 12 febrero 2018 - 19:26

    Los chinos vencieron cuando se intento batallarles con un producto propio de ellos (el opio). Dudo mucho que se les pueda ganar en el campo de la tecnología.

    La mentalidad oriental (en parte incluyendo medioriental) es muy proclive a pensar en términos de «plan de pensión ideológico» (o futuros ideológicos). Y eso valdría para África si no hubiese un exceso de tribalización inicial.

    Parece que se olvida el papel de sabios y emperadores europeos en la construcción de un entramado democrático (y lo que le falta). La historia se escribe con masas, pero hay veces que un impulso unitario, a partir de uno o varios individuos, provoca enormes avances (eso sí, con enormes descalabros humanos). En China Popular acaban de demostrar que no hay peores gulags que los tecnológicos. Y el fervor religioso (aunque vestido de laico) resuelve muchos problemas de comportamiento masivo. De ellos es la pole.

  • #027
    Iván - 14 febrero 2018 - 11:59

    Gran post Enrique. Debo decirte que me gusta que escribas con regularidad sobre China. La verdad es que el país parece cada vez más una intranet y el partido empieza a controlar demasiado la esfera digital..En lo digital y tecnológico, creo que China empieza a marcar y liderar parte del paso, algunas de sus empresas son realmente brillantes e innovadoras. La avanzadilla son las líderes como Tencent, Alibaba, Xiaomi, Didi, Baidu, Huawei, pero China está invirtiendo cada vez más recursos en la tecnología que cambiará el mundo, y eso es algo que tendrá su impacto global. Siempre he pensado que China es de una complejidad máxima, a todos los niveles, y eso es algo que impregna todo. Obviamente, tanto en lo político como económico, la fuerza de China es inmensa, pero también lo es como cultura, con su enorme influencia en el resto de Asia, donde la diáspora china controla la mayor parte del poder económico en los países del Sudeste Asiático, la nueva zona clave del mundo.Creo que en Occidente muchas veces no se entiende nada de lo que allí ocurre, miramos demasiadas veces con nuestro prisma, cuando la verdad es que hay una diferencia cultural tremenda. China y una buena parte de Asia, tienen unos parámetros que nos cuesta entender, algunos rigen muchas cosas, como por ejemplo el Confucianismo, que impregna de lleno todo, incluyendo los negocios, las relaciones sociales y familiares, pero también la sociedad y la política en su relación con el poder. Para nosotros es complicado entender que la sociedad china acepte de lleno estos cambios y las formas de hacer de su gobierno, pero debemos pensar que el respaldo viene en parte por su éxito económico y también por la estabilidad que ha dado a la sociedad. China ha sufrido lo suyo tras un siglo XX complejo y un par de siglos de dominación occidental, visto por la cultura china como una humillación. No nos olvidemos que aunque no nos guste su modelo social, económico o político, el respaldo al gobierno es importante y masivo, pues ha permitido salir de la pobreza a cientos de millones de personas en tres décadas, y les ha puesto de nuevo como referente global. Por cierto, estoy empezando el libro «Shenzhen superstars», es sobre grandes empresas chinas que compiten ya con Silicon Valley como referente mundial de tecnología. Un saludo.

    • Enrique Dans - 14 febrero 2018 - 12:01

      ¿“Shenzen superstars”?? Eso lo quiero leer! Por favor, mantenme informado…

      • Iván - 14 febrero 2018 - 17:31

        Lo tienes a muy buen precio en la Kindle Store :) https://www.amazon.es/Shenzhen-Superstars-smartest-challenging-Silicon-ebook/dp/B077ZCNBTN . Echa vistazo al autor http://www.johannylander.asia/shenzhen-superstars-e-book.html , lo descubrí tras el artículo de la semana pasada en el South China Morning Post http://www.scmp.com/magazines/post-magazine/books/article/2130592/shenzhen-side-story-amazing-chinese-city-seen-through . Promete :)

    • Pedro Torres Asdrubal - 14 febrero 2018 - 14:55

      Enhorabuena por empezar tu libro. Hace 20 años no me fui a China por ver en su historia reciente ciclos de crisis en los que culpaban a los extranjeros de sus males. Lo que no me esperaba es que estarían 50 años sin una crisis económica.

      «¡Lo llaman democracia y no lo es!»

      Es fácil escupir a China por ser una dictadura, pero la democracia simplemente la cambia de vestido, siendo la urnas donde constatamos nuestra afiliación política y no un mecanismo de toma de decisiones.

      Como comparación, el caso de Ruanda con Paul Kagame, un dictador que esta logrando un milagro económico.

      La dictadura es buena y necesaria, es junto con la casta la clave de la productividad, que somos seres sociales. Te lo digo como economista del comportamiento.

      Otro tema sería que la verdad ofende y mas vale una buena mentira que una verdad incomoda, así que si eres objetivo en tu libro no serás un éxito de ventas. :P

      ¡Suerte!

    • JJ - 14 febrero 2018 - 16:07

      Hay un artículo interesante de Johan Nylander (autor de Shenzhen Superstars) acerca de cómo se está modernizando la prostitución en China gracias a las nuevas tecnologías. Algo que también ayuda a mejorar la imagen.

      aquí

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