Reconocimiento facial y futuro, en El País

Nos hemos quedado con tu cara - El País

Joseba Elola, de El País, me llamó para hablar sobre los nuevos desarrollos en reconocimiento facial y las consecuencias que podrían llegar a tener en el futuro, y anteayer citó algunos de mis comentarios en su reportaje titulado «Nos hemos quedado con tu cara«.

Cuando hablamos de reconocimiento facial, hablamos en realidad de una tecnología con la que llevamos conviviendo ya mucho tiempo. Podemos construir un sistema de reconocimiento facial con cierto nivel de precisión con una simple Raspberry Pi de 29 euros y unos pocos componentes más. En los últimos tiempos, sin embargo, los avances en la capacidad de procesamiento, en la resolución de las imágenes y en los algoritmos de reconocimiento ya permiten que utilicemos esa tecnología con toda normalidad y prácticamente sin errores para desbloquear nuestro smartphone muchas veces al día, con un nivel de seguridad que impida la gran mayoría de los trucos habituales o razonables, y que esa identificación pueda, además, ser compartida con otras aplicaciones con el fin de proporcionar un adecuado balance entre comodidad y seguridad.

Al tiempo, las aplicaciones de la tecnología han ido incrementándose, y supuestamente en aras de una seguridad cada vez mayor hemos ido pasando de sistemas destinados a localizar a personas que habían cometido delitos y que, en función de los mismos, pasaban a estar incluidos en determinadas bases de datos, a la recolección de esas mismas bases de datos incluyendo los datos de ciudadanos completamente inocentes, no implicados en la comisión de delito alguno. En países como los Estados Unidos, China, India y muchos más la recolección de datos biométricos se está convirtiendo en cada vez más habitual, con todo lo que ello conlleva, incluyendo problemas de seguridad. Con que simplemente tengas una identificación en los Estados Unidos o hayas entrado por sus fronteras, los parámetros de tu cara ya están registrados en bases de datos gubernamentales que pueden permitir tu identificación bajo determinadas circunstancias. En China, el experimento de Xinjiang, en donde se han desplegado este tipo de tecnologías para luchar contra la supuesta amenaza del secesionismo uygur, la posibilidad de identificar a una persona a partir de un simple paso de pocos segundos por delante de cualquier cámara en la calle es ya una realidad.

La misma tecnología es utilizada en entornos como Facebook para reconocer tu imagen incluso en fotografías en las que no hayas sido etiquetado, aunque esta tecnología no es utilizada en Europa o en Canadá debido a restricciones legales. En Rusia, como comentamos hace algún tiempo, hay apps que trabajan con las fotografías de la ubicua red social VK para reconocer a personas con las que puedes simplemente haberte cruzado por la calle: la combinación del reconocimiento facial con el hecho de que todos llevemos una potente cámara en el bolsillo: el auténtico «Shazam para personas».

Estamos en una compleja transición entre una sociedad que valora la comodidad y otra dispuesta a buscar la seguridad a costa de la privacidad. En poco tiempo, será perfectamente normal ya no solo que nuestro smartphone o nuestro ordenador se desbloqueen con nuestra cara, sino también que la cerradura de nuestra puerta de casa se abra simplemente cuando llegamos a ella, que nuestro coche solo arranque cuando seamos nosotros o quienes hayamos autorizado los que estén sentados al volante, o que el cajero del banco nos dispense dinero cuando nos identifique positivamente. Pero al tiempo, se convertirá en completamente normal que existan registros de nuestro paso por cámaras situadas en todas partes, que se niegue a determinadas personas el paso a según qué sitios o cientos de situaciones más que hoy a muchos todavía les parecen de ciencia-ficción. La progresiva ubicuidad del reconocimiento facial trae consigo un cambio definitivo del modelo de sociedad que conocemos, y no tengo claro que el consenso social necesario para ese cambio haya sido objeto de consulta en ningún sitio. Una sociedad diferente, en la que nuestra identificación instantánea no dependerá de la exhibición voluntaria o consciente de un documento, sino que formará parte de algo de lo que difícilmente nos podemos desprender. Con todo lo que ello conlleva.

 

 

 

This post is also available in English in my Medium page, “The end of anonymity»  

 

7 comentarios

  • #001
    MauriAriel - 7 enero 2018 - 15:11

    En cuanto al uso de esta tecnología por parte de Facebook en Europa para reconocer tu imagen incluso en fotografías en las que no hayas sido etiquetado, puedo asegurar que al menos hace 4 años sí que era utilizada.

    Llevo un tiempo metido en Machine Learning y reconocimiento de imágenes (sonidos, etc) y a la hora de hablar con no-legos sobre la importancia de la etapa de entrenamiento (en supervised learning) les suelo comentar la anécdota en la que hace 4 años, una amiga mía española colgó una foto junto a otra amiga suya española (no mía) la cual facebook me sugería si etiquetar a otra amiga mía francesa la cuál tenía algunos rasgos en común pero que a ojo humano era evidente que no eran mismas personas.

    Así que puedo asegurar que al menos hace 4 años, la tecnología fue utilizada.

    • Enrique Dans - 7 enero 2018 - 23:50

      Sí, sí se utilizó. Pero Facebook fue llevada a juicio por ello por un activista de privacidad austríaco, Max Schrems, y como consecuencia, dejaron de ofrecer esa función. En su momento hablé de ello aquí.

  • #003
    Denuedo - 7 enero 2018 - 15:46

    Dentro de poco vamos a poder pedir a Google Assistant: Muéstrame las imágenes de las 10 personas más parecidas a mi en todo el mundo.

  • #004
    Gorki - 7 enero 2018 - 17:51

    La identificación biométrica realizada por sistemas masivo y automático. son los procedimientos que mayor riesgo generan a la privacidad.

    Habitualmente el control se produce no directamente sobre la persona, sino sobre interfaces que se suponen que lo identifican, como códigos de tarjetas de identificación, de crédito, matriculas, número se teléfono etc Es por tant6o relativamente fácil sustrae4rse al control con el simple medio de no utilizar esas interfases, Si pagas cob dinero en vez de con tarjeta, tus compras son anónimas, si utilizas para desplazartem vez de tu vehiculo, vas en autobús. etc.

    Tan es así, que la propia Policía de Trafico te tenia que solicitar el nombre del conductor de una infracción captada por una cámara, lo que nos permitía a todos tener un como «chivo espiatoriO», al pariente que tiene carnet pero que no conduce y que por lo tanto, tanto le da perder los «puntos» del carnet.

    Sin embargo con el control biométrico no hay escape, si una cámara te fotografía eres tu sin lugar a dudas.

    No va a quedar mas remedio que ir con sombrero, gafas y embozado o dejarse la barba como hacían los del Motín de Esquilache.

  • #005
    Xaquín - 7 enero 2018 - 17:56

    No me preocupa tanto que los chinos puedan identificarme nada más pasear un cacho por la calle, como que me enmarquen dentro de las características de secesionista uygur, porque les conviene (y para más inri sin ser secesionista, solo reclamante de libertades).

    Y no me hace temblar tanto la posible (y probable) falta de seguridad como la manipulación (segura) de mi vida digital (para «hacerme pasar» por secesionista!)…

    En fin, lo de siempre, el problema está en las neuronas de los poderosos chinos (y demás), no está en los circuitos integrados de las máquinas… Incluso, diría yo, como pasa con los coches autónomos, son más peligrosos los dogos humanos del poder que sus androides.

  • #006
    Mesosoma - 7 enero 2018 - 23:23

    El problema con el reconocimiento facial no lleva consigo un aumento de seguridad ¿alguna vez el ladrón de una tienda ha sido arrestado sólo usando reconocimiento facial? Tampoco «amenaza la privacidad de los ciudadanos» porque los ciudadanos no tienen privacidad: los gobiernos ya tienen huellas dactilares, firmas y registros sonoros de toda su población entonces con tantos datos recopilados, aun así el ciudadano común tiene la sensación la criminalidad sigue en aumento ¿Porque los gobiernos no arrestan a la gente malvada, si ya tienen los datos de todos?

  • #007
    JJ - 7 enero 2018 - 23:44

    Hoy las empresas más grandes del mundo son las que tienen los datos personales de las masas. En ese sentido, Google. Facebook, o la china Tencent tendrán más cantidad mientras que Apple, y quizás Microsoft, información de más calidad.

    En cualquier caso, las Bases de Datos se compran, se venden o se intercambian.

    Y la información biométrica es muy útil si se cruza con otro tipo de datos. Datos personales que nos son robados salvajenente y sin que nos demos cuenta ni lo reconozcamos como un delito.

    El problema de usar los datos biométricos como contraseña es que, a diferencia de esta, si nos los roban no podemos cambiarlos por otros datos. Estamos perdidos.

    Y otra cosa, que alguien me explique porqué Facebook pagó 19 mil millones de dólares por WhatsApp cuando es una aplicación que no se monetiza ni cobrándola ni con publicidad. Se trata de muchísimo dinero que, en teoría, debería amortizarse de alguna forma…

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