Asistentes de voz: pronto, en el salón de tu casa

Home assistantsEl anuncio de Google de que durante 2017, su asistente de voz había llegado hasta 400 millones de dispositivos y que había vendido más de un Google Home por segundo desde que comenzó a estar disponible el 19 octubre, más de seis millones de los denominados smart speakers, ha venido a dejar claro que la categoría se ha convertido en la de más rápido crecimiento dentro de la electrónica de consumo, llegando incluso al punto de robar el protagonismo al ubicuo smartphone.

Los datos de Google son sin duda interesantes y espectaculares, pero en realidad, debemos tener en cuenta que ni siquiera hablamos del líder de ese segmento: de todos los asistentes vendidos hasta el momento, el 75% han sido Amazon Echo. Alexa (a la que ahora ya puedes cambiar el nombre), está cada día más en todas partes, y aunque la opacidad de la compañía hace difícil saber cuántas unidades se han vendido estas navidades, se calcula que el número llega a varias decenas de millones. Los usuarios la utilizan para todo: cuando Jeff Bezos afirmó que su dispositivo iba mucho más allá de llevar a la gente a comprar en Amazon, tenía toda la razón. Los usos más habituales del dispositivo son los recordatorios, seguidos de la música, las noticias, las alarmas, saber la hora, contar un chiste, controlar la iluminación, todos ellos más habituales que el hecho de poner algo en la lista de la compra.

A lo largo de 2018, la previsión es que se vendan 56.3 millones de este tipo de dispositivos. Por el momento, el negocio se lo están llevando Amazon y Google (el HomePod de Apple aún no está disponible, anunciado para principios de este año) salvo en China, donde como es habitual, son marcas como Alibaba, JD.com o Xiaomi las que se llevan el protagonismo. Sin embargo, la realidad es que el negocio como tal aún no ha llegado: por el momento, las ventas se están llevando a cabo como inversión en parque instalado, muy probablemente perdiendo algo de dinero en cada dispositivo, a la espera de que surjan modelos de negocio relacionados con su uso. El desarrollo de interfaces conversacionales y chatbots cada vez más inteligentes permitirá interacciones cada vez más complejas y genuinamente bidireccionales con voces que ya no seremos capaces de diferenciar de las humanas, al tiempo que presenciaremos la aparición de nuevos modelos de negocio: en octubre, Amazon introdujo las suscripciones para determinadas habilidades (skills) de Alexa, anunció la posibilidad de compras dentro de las aplicaciones y comenzó a recompensar a desarrolladores cuyas aplicaciones obtienen un éxito mayor, creando así una plataforma con interesantes posibilidades de monetización. Ademas, Amazon parece amenazar con el desarrollo de un modelo de publicidad asociado a esta plataforma, algo que la marca niega por el momento, pero que algunos han detectado en la forma de conversaciones con algunos anunciantes como P&G o Clorox, lo que podría traernos la pesadilla de sugerencias o anuncios cuando pedimos un producto determinado. 

De una manera u otra, parece claro que 2018 va a ser el año del despegue definitivo de este tipo de dispositivos. Comenzando por la simple idea de pedirles que te pongan música, pero pasando rápidamente a otro tipo de habilidades que, en función de lo observado en el mercado norteamericano, se popularizan rápidamente. Los temores que algunos comentaron al principio con respecto a dejar un dispositivo plagado de micrófonos omnidireccionales en el salón que podrían hipotéticamente conectarse en cualquier momento no parecen estar funcionando como un desincentivo a la adopción, lo que implica que muy posiblemente, en algún momento veremos escándalos o problemas derivados de un uso indebido o, quien sabe, incluso de una posible intervención judicial o de otro tipo. El papel de interfaz de voz con cada vez más cosas parece aportar suficiente conveniencia como para hacer olvidar esos temores: pronto, nuestras casas estarán plagadas de artefactos – luces, enchufes, altavoces, persianas, cerraduras, etc. – que activaremos mediante la voz o mediante alguna aplicación, generando necesidades que no sabíamos que teníamos, y que en muy poco tiempo pasaremos a considerar una parte habitual de nuestras vidas. Si aún no lo ves, solo tienes que esperar un poco: en no mucho tiempo, es muy posible que tengas un dispositivo de este tipo en tu salón.

 

 

 

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9 comentarios

  • #001
    Zahorin - 6 enero 2018 - 11:46

    De momento para las cosas habituales que me gustan hacer me apaño con mi android y ok Google.

  • #002
    Krigan - 6 enero 2018 - 12:26

    Mucho me temo que de «pronto» nada. Ni el Echo ni el Home están disponibles en España (ni en Latinoamérica que yo sepa), ni tienen fecha prevista de lanzamiento. Así que tendremos un Echo Dot, o posiblemente 2… el año en que amazon.es deje de decir «No disponible», que vete a saber si será en esta década.

    • Nicanor - 7 enero 2018 - 09:44

      Es la incomprensible ausencia en la información. Por alguna razón, el español, a pesar del número de hablantes, suele ir por detrás de «mercados» como el alemán o el francés y, obviamente, el chino. Algo se me escapa. Y es una fuerte rémora para España y los países de habla hispana.

  • #004
    Gorki - 6 enero 2018 - 16:18

    Lo veo muy útil,…. , si me quedo paralítico.

    En el caso de no serlo, me resulta mas útil mi smartphone que siempre llevo encima y que también recoge mandatos de voz-

    Por cierto- ¿El «smartphone» vae para que te espíen a distancia.con el micrófono/cámara, aparte de saber por triangulación donde estas?

  • #005
    Xaquín - 6 enero 2018 - 19:02

    Por algunna razón és más fácil conocer los errores de Trump, que los de Putin o Xi Jiping. El pasado soviético y maoista ayuda mucho. Y creo que los «ayudas de cámara» electrónicos le servirán de perillas… luego vendrán las lamentaciones (pero estarán suprimidos los muros!).

    Aún no sabemos defendernos del lado oscuro del smarphone y ya damos entrada en nuestras vidas a otros posibles vigilantes. ¡Y nosotros sin jedis!

  • #006
    marcelo - 6 enero 2018 - 19:18

    No sé, a mi eso de dejar instalarse en el salón de mi casa a Jeff Bezos disfrazado de Hal 9000 me inquietaría un poquito…

  • #007
    HastaDNDvamosAllegar - 7 enero 2018 - 15:11

    Otra moda para que los ricos puedan regalar/se la nueva sensación, que pronto se llenará de polvo dentro de un armario: después del 3D y los smartwatches ahora nos salen con esto…

    Si el asistente funciona bien lo necesitas todo el tiempo: irá en tu móvil integrado, si funciona mal será un trasto inútil.

    Además, llenar estúpidamente tu casa de más micrófonos y cámaras puede ser contraproducente: no sólo hay que temer al gobierno sino también nuestras capacidades para configurarlos bien, no sea que resulten fácilmente accesibles a un hacker ladrón que primero aprenderá, por nuestras palabras, dónde guardamos las cosas valiosas y, después, se enterará de cuando nos vamos a ausentar de la casa durante días.

  • #008
    Alberto - 8 enero 2018 - 09:55

    Me he traido estas navidades de USA, los dos: Alexa y Google Mini, ofertón en Bestbuy, que salía cada uno por 25€ al cambio. El Google Mini, no lo he conseguido configurar aún, no se si tendrá que ver algo con que esté en España. Como alguien comenta por ahí, al probarlo «Ok Google» se activa el del móvil y no el asistente, y creo que hará lo mismo que el movil. Alexa lo he logrado configurar. Para mi los asistentes son complementarios a los asistentes del movil, son mas cómodos. He estado en una casa en USA algo domotizada, y puedes tener el movil en el bolso, e interactuar con Alexa, apagar la música, apagar luces, preguntarle cosas, sin sacar el movil del bolso.

  • #009
    José Manuel - 8 enero 2018 - 18:54

    A mí este invento no me convence en absoluto (en serio, ¿para saber la hora?). La mayoría de cosas las hace un móvil que ya casi siempre tenemos a mano. Y para ciertas cosas, como comprar online mejor tener un dispositivo visual (tablet, smartphone) para ver los productos y asegurarte que la lista y el método de pago están correctos. Y no tener que ir dando voces por la casa como si estuvieras hablando con un fantasma. De la privacidad, ya muy comprometida de por sí con los smartphones hablamos otro día.

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