¿Qué fue de las startups?

IMAGE: Stepan Gojda - 123RFGoogle es un monstruo enorme, que nadie puede detener porque crece prácticamente a la velocidad de la web. Apple es la compañía más grande del mundo, con reservas de cash como para comprar cualquier compañía que considere interesante. Amazon tiene el tamaño de un país pequeño: tras la adquisición de Whole Foods da empleo a más de 540,000 empleados. Facebook es el medio de comunicación universal, y decide si tus contenidos llegan o no a tu público o si debes pagar para que así sea.

Cada día más, la escena tecnológica aparece completamente dominada por un conjunto relativamente pequeño de compañías, los que algunos llaman «the frightful five«. En su momento, fueron startups, compañías pequeñas construidas en torno a una idea que logró crecer, apalancarse y convertirse en lo que ahora son, auténticos gigantes que dominan el panorama. Ahora, a pesar de ser compañías que aportan un enorme valor añadido y que trabajan en componentes fundamentales de eso que llamamos progreso, generan percepciones cada vez más preocupantes, hasta el punto de considerarse que la era en la que esos milagros de crecimiento rápido podían suceder ha terminado. Hoy, si una compañía desarrolla una buena idea, algo suficientemente original o rompedor que dé lugar a un crecimiento rápido, prácticamente no tiene más posibilidad que ser adquirida por una de las grandes, porque el desarrollo independiente se ha hecho cada vez más difícil. Compañías con recursos para adquirir cualquier cosa que necesiten o, si las negociaciones no fructifican, copiar su modelo hasta la extenuación, fallando tantas veces como sea necesario para, finalmente, lograr su objetivo. No es ya simplemente una cuestión de recursos económicos: es la capacidad de atraer talento, de reunir a los mejores desarrolladores, de poseer todo lo necesario para llegar a los medios y convertirse en protagonistas con cualquier lanzamiento. No importa lo que hagas, estas compañías lo harán mejor que tú, y si no aciertan a la primera, seguirán probando.

¿Se ha convertido la tecnología en un juego de gigantes en el que las compañías pequeñas, las nuevas ideas y la frescura de quienes comienzan ya no tiene ninguna oportunidad? ¿Cuánto hace que no vemos una startup realmente provocativa, como estas ahora grandes compañías lo fueron en su momento? De las grandes compañías que crecieron a la sombra del crecimiento de la web, pasamos a otro grupo de compañías, ahora también grandes aunque no tanto, que se desarrollaron gracias al ecosistema app, pero desde entonces, ninguna tecnología ha dado lugar a ese tipo de fenómeno, aunque tengamos numerosas tecnologías listas para crear oportunidades y marcar diferencias. Los inversores lo saben, lo que lleva a que la inversión en capital semilla y en rondas iniciales esté comenzando a disminuir.

¿Está descendiendo el dinamismo del entorno tecnológico, o se trata simplemente de negacionismo y del miedo inspirado por los grandes gigantes tecnológicos? ¿Ha cambiado la escala necesaria para poder competir en este ámbito? ¿Cuánto perdemos si la mayoría de las ideas con capacidad transformacional pasan a originarse tan solo en un puñado de compañías? ¿Tiene hoy una startup las mismas posibilidades que tenían compañías similares hace algunos años?

 

 

 

This post is also available in English in my Medium page, “Whatever happened to the startup?» 

 

14 comentarios

  • #001
    Angel Sanabria - 31 octubre 2017 - 09:09

    Siempre he odiado la palabra «Startup».
    Al hablar de este tipo de «empresas» nos vemos obligados a remitirnos al entorno o marco de desarrollo.
    Vivimos en el todavía pais España. A la hora de iniciar cualquier actividad economica o empresarial lo primero que has de hacer es dar de alta en el registro mercantil y nuestra querida Hacienda el modelo o tipo, forma jurídica, reconocida en nuestro este nuestro país.
    A saber, S.A., S.L., C.B, etc. Que alguien me diga cual será la cara de el funcionario cuando alguien llegue a registro y diga:
    -Hola, buenos dias, vengo a dar de alta una sociedad, una startup.
    Esa modalidad no tiene cabida, al menos en nuestro país.
    Conozco la definición desde hace mucho tiempo, pero por favor, remitiéndonos al marco de nuestro todavía país alguien me puede definir desde el marco jurídico español ¿qué coño es una startup?
    Como emprendedor (que lo soy, desde que con 12 años decidí construirme mi propio Scalestric después de unas navidades «los reyes» no me lo trajeran) cuando quiera comenzar una actividad emprendedora lo primero será legalizar esa actividad, posiblemente mediante la figura de autonomo, a no ser que algun mecenas formalice un alta en la seguridad social en alguna de sus formas, porque… para iniciar algo como becario ya es un poco tarde… ;)

    • Gorki - 31 octubre 2017 - 14:24

      En mi caso, monté con mi mujer y un hijo una StartUp que estuvo funcionando varios años, La forma jurídica que adoptamos es una de las dos posibles en España, o hacerte autónomo, o crear un SL: Elegimos la última, porque limitaba el riesgo de pérdida al capital social de la compañía. sin que arrastrar nuestro patrimonio.

      Montar un SL es muy sencillo y no excesivamente caro. Lo que resulta complejo y gravoso es mantenerla en funcionamiento, pues para conseguir estar en regla con Hacienda y Seguridad Social, así como estar al tanto de la cambiante y compleja legislación que te puede afectar al negocio, te obliga a contratar los servicios de una gestoría administrativa y laboral de empresas con lo que los gastos fijos se elevan peligrosamente, si no obtienes beneficios de forma casi inmediata.

      Ami modo de ver, el mayor problema de una StarUp en España es que no tienes tiempo de elevar el vuelo, Hacienda y la SS te da el mismo trato si estés empezando y aun no tienes ingresos, como si eres una empresa consolidada.

      El otro problema es que la «ventanilla única» promesa de toos los partidos sigue siendo una utopía. Los procesos administrativos son gradisimos y por ejemplo todas las inspecciones y autorizaciones necesarias para abrir una tienda, llevan un tiempo demasiado largo y están excesivamente dependientes del «funcionario de turno», lo que unido a los requerimientos de Hacinda y SS hacen que sea muy dificil abrir un negocio si careces de un amplio capital de reserva que te permita aguantar los primeros meses.

      Por eso cuando yo estudié el caso pensé seriamente en haber abierto la compañía en Inglaterra , aunque lo deseché por que mi tipo de negocio era excesivamente «terrenal» . Escribí .sobre ello en mi blog , pero supongo que con el Brexit se ha quedado desactualizado

      .https://felixmaocho.wordpress.com/2013/07/02/no-seas-tonto-crea-tu-empresa-en-inglaterra-y-no-en-espana/

      • Angel - 31 octubre 2017 - 14:40

        Eso es exactamente lo que queria decir.
        Situandonos en el marco geografico donde estamos… No tiene sentido hablar de Startup. Ni tan siquiera como concepto.
        Luego, al final eres un «tio» que se da de alta de autonomo porque tiene un proyecto empresarial. El autonomo de to´la vida….
        Cabe alguna fijgura juridica mas, una fundacion por ejemplo, e incluso lo puedes cauflar como un club deportivo si tiene relacion, pero desconozco todas y cada una de las figuras de nuestro pais…
        Gracias !

    • Mesosoma - 31 octubre 2017 - 19:37

      ¿qué coño es una startup?

      Startups por definición, una empresa que A) su único producto es sólo un servicio que recupera información de bases de datos públicos ó anuncios clasificados creados por su audiencia, por ejemplo los enésimos clones de Airbnb y Ebay.
      El valor de estas empresas depende unicamente de la cantidad de audiencia disponible para vender en el mercado publicitario.

      B) Servicio en el mundo real con un hardware físico el cual no existe ó necesita estar consta mente en «mejoras», por ejemplo Magic Leap y Oculus.

      C) Otro servicio del mundo real con hardware físico, para transporte de personas y mercancía proporcionada por otras startups: por ejemplo Uber.

      Es decir servicios que no aportan nada realmente a la sociedad, por eso no existen startups en sectores de ingeniería, alimentaria, generación de energía, aeronáutica, que sí son útiles a la sociedad y al desarrollo económico.

      • José Enrique - 2 noviembre 2017 - 23:41

        Casi…

        La definición técnica de start-up (término que NO tiene traducción al castellano; y las que aparecen por ahí son de risa) es la de un modelo de negocio capaz de multiplicar sus ventas indefinidamente (economía de escala) sin ver cómo crecen sus costes fijos: el coste «variable» permanece y el coste «fijo» se reparte entre más operaciones; lo que hace subir el margen del negocio sin variar los precios.

        Hasta aquí todo bien… pero esto no sería sino un nuevo «emprendimiento» (esta sí: Compañía/Empresa de Arranque, Emergente, Incipiente, Nueva…) si no existe otro elemento diferenciador: en una start-up hay quien corre con las pérdidas hasta que se produce el equilibrio.

        Es decir: en un «emprendimiento», el emprendedor tiene que trasladar al precio sus costes fijos y variables; y la amortización de la deuda que supone la inversión inicial. En una start-up eso no sucede, se pone un precio a futuro, con un margen de beneficio reducido pensando en una situación de equilibrio que puede tardar años en lograrse.

        Esto es lo que hace que las start-up estén mal vistas entre el emprendimiento convencional. Yo monto mi tienda y no puedo competir con sus precios; sin embargo esa start-up pasa años «perdiendo» dinero. Durante esos años me saca a mí del mercado.

        Si esa es la estrategia, se llama «dumping» y es «ilegal»…

        De hecho, podríamos decir una start-up deja de serlo cuando da dinero. Entonces se convierte en una empresa «normal».

        Todo el rollo de la innovación, la tenología o el enfoque también está muy bien. Eso es lo que se llamaría «branding» :-)

        Y sí existen muchas start-up en esos sectores que mencionas. También en farmacéuticas, I+D+i, clubes de fútbol o turismo. Hay start-up hasta en hostelería.

  • #006
    DaF - 31 octubre 2017 - 10:01

    Hace 30 años o más, el panorama del hardware era parecido, empresas gigantescas (IBM, Compaq, HP) dominándolo todo. Hace 20 años las empresas de coches se fueron fusionando en grupos muy gordos. Ahora sale tesla y les rompe el mercado con sus eléctricos, alentando otros outsiders.

    Yo creo que la cosa va por ciclos. A parte tenemos al gigante Chino que no dejará que esos “the frightful five“ tan americanos y mucho americanos le coman la tostada.

  • #007
    Gorki - 31 octubre 2017 - 11:15

    Hoy a la sombra de empresas como Google Faceboo o Amazon siguen apareciendo pequeñas empresas que crecen a velocidad meteórica. Pongo ejemplos AirBnb; Car2go, Bitcoin, Netflix , Tripadvisor, Wallapop, …..

    Solo hay que tener una idea original, un buen desarrollo, y …… mucha suerte

  • #008
    Javier Quintana - 31 octubre 2017 - 11:59

    No sólo es que no tengan más posibilidad que ser adquiridas por una de las grandes, es que en muchas ocasiones es su objetivo final. Startups en las que no se ve muy clara la monetización, porque no lo ven claro ni ellas, y que a las primeras de cambio te publican el mensajito tranquilizando a sus usuarios, y cómo la grande «comparte su visión».

    Su estrategia desde el principio es conseguir cuantos más usuarios mejor (que luego puedan ser «vendidos» a la empresa grande); armar mucho jaleo en los medios; si la cosa se alarga, lanzar campañas de financiación (que de paso también serán anunciadas a bombo y platillo), y finalmente ser adquiridas. Todo esto, sin haber tenido un euro de beneficio, o incluso teniendo pérdidas. Pero esos jugosos usuarios…

  • #009
    Daniel Terán - 31 octubre 2017 - 12:17

    A priori podría parece que sí está complicadísimo triunfar desde cero para una startup del sector de Tecnologías de la Información. Se enfrentan a compañías de escala planetaria que continuamente están escrutando el panorama a la búsqueda del Next Big Thing, por lo que es más difícil pasar desapercibido antes de adquirir cierta masa crítica como empresa.

    Por el otro lado, el crear una compañía donde tu modelo de negocio sea que te compre una grande, tampoco ha estado nunca muy visto dentro del ecosistema startupero. Aunque ahora sea casi una de las pocas opciones que tengan.

    Por cierto, Benedict Evans de Andreessen Horowitz escribió hace poco sobre este tema:

    http://ben-evans.com/benedictevans/2017/10/12/scale-wetxp

  • #010
    Xaquín - 31 octubre 2017 - 19:24

    Puede que sea una parida, pero pienso que algo que podíamos llamar ecosistema terrestre «con humanos dirigiendo» tiene unas limitaciones de base en cuanto se cubren determinados nichos ecológicos. lA realidda es muy dura pero la componente fantástica del ADN humano hace maravillas.

    Ahora vendrán los chinos a demostrar que en un ecosistema limitado no hay expansión indefinida… nos estamos cargando de entropía.

  • #011
    Antonio Gregorio Montes - 31 octubre 2017 - 22:29

    Las grandes que nombras están sujetas a una serie de reglas que no son universales. China, por ejemplo, tiene otro conjunto de normas, aunque algunas importantes se superpongan. y parece evidente que si el conjunto de reglas es mejor para el crecimiento , crecerán allí mejor…

  • #012
    JJ - 31 octubre 2017 - 23:04

    No creo que sea El Fin de la Histroria…

    Hasta hace poco, por ejemplo, Microsoft (que no le va nada mal) parecía imbatible con su sistema operativo para PC, pero ahora resulta que todo el mundo usa mas el smartphone que el ordenador y que el sistema es Android. Luego, tenemos los casos de redes sociales que han desaparecido o buscadores, antes líderes, que ahora no usa casi nadie.

    Es que la dínámica hoy es así, muy disruptiva. Las empresas nacen, crecen, desaparecen…

    Y las startups siguen ahora como concepto, pero pensando en ser adquiridas en cuanto despegan. Y esto durará un tiempo por la propia dinámica que se ha impuesto.

    Pero hay que esperar que las grandes vuelvan a caer o a ser desplazadas, porque los ciclos continúan, aunque ahora estemos en medio de uno en donde, por un tiempo, mandarán ex startups como Google, Facebook o Amazon… aunque quizás Apple sea la excepción.

  • #013
    Nicole Dyver - 1 noviembre 2017 - 17:35

    Bueno, el nuevo feudalismo ha llegado, para quedarse. Sin más.

  • #014
    Juan Navidad - 2 noviembre 2017 - 14:42

    Desde España parece que el resto del mundo está quieto, como supongo que se verán las cosas desde Corea del Norte. pero se mueve y en muchos ámbitos a velocidad de vértigo.

    España ahora mismo es un desierto de talento y un fracaso total de la propia gestión del talento. Y cada vez peor desde que los empresarios contratan barato y seleccionan mal a personas dóciles y sin ideas y quienes financian nuevos proyectos se fijan solo en el número de escuelas de negocio que hayas pisado -craso error-.

    Por suerte, el resto del mundo es otra cosa. Lo que yo conozco al menos, en Estados Unidos el dinamismo continúa. Puede que haya una caída de la inversión, pero aun así, sigue siendo algo estratosférico comparado con la tristeza del desierto hispano. Lo más seguro que las criptomonedas harán que mucha inversión se esté yendo hacia otras formas de inversión en todo el mundo.

    Proyectos interesantes hay y sigue habiendo. Hay que entender que todos no pueden convertirse en unicornios, ni tienen por qué. También hay que aceptar que muchos de ellos sean comprados por los grandes, que tienen dinero fresco y están siempre atentos a ver qué más puede haber en el mercado para ellos. Es normal. Es lo que hacen los grandes equipos deportivos con los fichajes de los clubes pequeños en cualquier deporte.

    Sigue habiendo muchos terrenos en los que poder innovar y la inmensa mayoría no van por lo más obvio que todo el mundo cacarea: ni IA ni robótica ni grandes datos. Muchas de las grandes ideas no se sustentas sobre esas patas sino sobre industrias de contenidos, vídeo, venta y distribución, aplicaciones que aún no son muy conocidas o todas esas empresas que venden productos brillantes y muy innovadores en Estados Unidos en portales de crowdfunding y que en España se quedan casi siempre sin financiar por no alcanzar la cifra mágica. Por estar atrasados lo estamos incluso a la hora de apreciar o valorar los proyectos innovadores que ni se valoran ni se apoyan. Menos mal que el mundo es muy grande…

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