Política y protestas: lo que vale y lo que no vale

DisruptJ20El pasado 15 de agosto, saltó una noticia preocupante: el Departamento de Justicia estadounidense había enviado una orden de registro a una compañía de alojamiento web, DreamHost, demandando todos los datos disponibles, incluidas direcciones IP, de los 1.3 millones de visitantes a la página DisruptJ20, que funcionó como aglutinadora de las marchas de protesta el día de la toma de posesión del presidente Donald Trump en Washington.

Las alertas se encendieron inmediatamente, al tiempo que DreamHost anunciaba que apelaría la orden: ¿es de alguna manera legítimo que el gobierno de un país democrático con libertad de expresión pretenda solicitar datos sobre los visitantes a una página de protesta contra su presidente?

Tras la polémica en los tribunales, el Departamento de Justicia ha decidido retirar su petición, y explicar que no tenía ningún interés en los visitantes de la página, sino únicamente en los que la hubiesen podido utilizar para coordinar protestas y acciones violentas. La retirada de la petición supone un triunfo para DreamHost, que podría haber simplemente tratado el asunto de manera discreta y haber suministrado los datos solicitados al Departamento de Justicia, pero decidió resistirse y apelar la orden de registro por respeto a la privacidad de sus usuarios.

Que un presidente como Donald Trump intentase crear un registro de disidentes o de personas críticas con su gobierno entraría dentro de lo imaginable, y más aún después del fiasco que supuso la ceremonia de su toma de posesión, con cuya audiencia y asistencia parecía completamente obsesionado. Sin embargo, las actividades de protesta o de contestación al gobierno son, como no podría ser de otra manera, completamente legales en los Estados Unidos, y la idea de solicitar los datos de los visitantes a una página de protesta resulta directamente demencial. Durante la toma de posesión, que concentraron a varios miles de personas en unas veinte acciones de protesta que habían solicitado los debidos permisos y que tuvieron lugar mayoritariamente de forma pacífica, aunque se produjeron algunas acciones aisladas de violencia que dejaron como resultado el arresto de unas doscientas personas. Muy poco saldo para justificar una acción como la solicitada en la orden de registro, en la que se solicitaba los datos de todos los visitantes a la página, y que independientemente de las pretensiones de la administración, y se se convertía así en un claro exceso de celo en la investigación y en un evidente abuso de la autoridad gubernamental que evocaba las listas negras, las persecuciones políticas y las cazas de brujas habituales en regímenes no democráticos.

Según el escrito del gobierno, la página web no era sólo un medio para difundir públicamente la información de las protestas, sino también un medio para coordinar y comunicar en privado a un grupo de personas entre cuyas intenciones se incluía la planificación de acciones violentas. Tras las protestas de DreamHost, el Departamento de Justicia afirmó no haberse dado cuenta de la magnitud de su petición y de que abarcase a más de 1.3 millones de usuarios, y aseguró estar interesado únicamente en un pequeño y selecto grupo de personas, una afirmación cuya veracidad ha sido lógicamente puesta en duda por los abogados de la contraparte.

En la web, todo lo que hacemos queda recogido en algún fichero log. Solicitar datos de esos ficheros para identificar a los participantes en una acción determinada es algo que tiene que justificarse muy bien en virtud de la importancia del delito presuntamente cometido. En política, al menos en países con tradición democrática y separación de poderes, solicitar los datos de los visitantes a una página de protesta contra el gobierno, independientemente de que algunas de esas protestas terminasen en algunas acciones de violencia, es algo que tiene un aspecto directamente siniestro. Una vez más, uno de esos «pequeños detalles sin importancia» del alucinante – y esperemos que fugaz – paso por la Casa Blanca de un impresentable llamado Donald Trump…

 

 

 

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6 comentarios

  • #001
    Gorku - 23 agosto 2017 - 17:45

    Lo malo no es que un idiota llegue al poder, Lo malo es que lo primero que hacen los que llegan al poder, sean idiotas o inteligentes, es rodearse de «pelotas» que hacen lo que diga el jefe, sin atreverse a decir «lo que quieres no es posible»

    ¿Cómo se explica que el Departamento de Justicia estadounidense envíe una orden de registro, porque se han manifestado contra Trump, si no es porque al frente de ese organismo han puesto a un repugnante «pelota».que a su vez a elegido otros «pelotas» que ejecuten sus deseos.?

    De ahí, la importancia de la separación de poderes. Los jueces y el senado frenan las arbitrariedades del Gobierno porque son independiente y él no los nombra. Algo que aquí hemos destrozado, Todos Jueces y Parlamentarios son elegidos por el Poder por lo que dependen del gobernante de turno, Cuando el Jefe tiene una ·»genialidad», ni jueces ni parlamento son libres para frenarla..

    • Xaquín - 23 agosto 2017 - 18:48

      Iba a usar el Quijote para comentar, pero prefiro hilar con Gorki denunciando esa pelotitis que inunda todas las esferas del poder e incluso en simples grupos de amigos… no creo que vaya en el ADN, pero hai que ver lo «bien» que nos va a los humanos ser pelotas.

      Y de paso decir que el estilo USA puede ser horrible, pero tiene alguna ventaja que yo considero superior al legado de la revolución francesa. No diría lo mismo del legado que nos dejará el imperio chino… lo mismo que cualquier organización que haga del peloteo su razón de existir.

      • Xaquín - 23 agosto 2017 - 18:51

        Lo siento, creo que confundí al autor del hilo… pero a veces todo parece seda.

  • #004
    JJ - 23 agosto 2017 - 19:16

    Es probable que Trump no busque con esto amedrentar ni hacer listas negras sino obtener información relevante desde el punto de vista sociológico entregándole el listado de sus detractores a Robert Mercer para que lo analice con sus potentes herramientas.

    Además, Trump no es un politico, sino un hombre de negocios y manipulando noticias que llaman la atención, puede manipular también la bolsa, algo en lo que es experto Mercer. Y la bolsa a veces reacciona por tonterías; efecto mariposa.

  • #005
    Elmer Rilado - 24 agosto 2017 - 19:23

    El miedo genera autocensura, y probablemente este señor actúe en la sapiencia que habrá quienes ya se cuiden de expresar sus opiniones con las libertades que son ínsitas a todo ser humano.

  • #006
    GORKU - 24 agosto 2017 - 19:28

    Pido disculpas pero entiendo no haber ofiendido a nadie con mi comentario.

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