Asumiendo el cambio de papel de las máquinas

Garry Kasparov vs. Deep Blue

«We have to start recognizing the inevitability of machines taking over more and more tasks that we used to do in the past. It’s called progress. Machines replaced farm animals and all forms of manual labor, and now machines are about to take over more menial parts of cognition. Big deal. It’s happening. And we should not be alarmed about it. We should just take it as a fact and look into the future, trying to understand how can we adjust.»

Garry Kasparov

(«Tenemos que empezar a reconocer la inevitabilidad de que las máquinas se encarguen de más y más tareas que solíamos hacer en el pasado. Se llama progreso. Las máquinas reemplazaron a los animales de granja y a todas las formas de trabajo manual, y ahora las máquinas están a punto de asumir más partes sencillas de la cognición. Gran cosa. Está pasando. Y no debemos alarmarnos por ello. Debemos asumirlo y mirar hacia el futuro, tratando de entender cómo podemos ajustarnos a ello»)

 

La frase es de alguien que, en 1997, vio como una máquina le vencía al ajedrez, el juego en el que había logrado convertirse en campeón absoluto a nivel mundial. La pronunció en una entrevista en la BBC titulada «Why the world should embrace AI«, en la que se incluye una entrevista en vídeo. La máquina que venció a Kasparov no era inteligente: simplemente, era capaz de calcular escenarios combinatorios y probabilidades con mucha más velocidad y precisión que un cerebro humano. Una simple cuestión de fuerza bruta a la que ya estamos perfectamente acostumbrados, que nos parece perfectamente asumible y que no nos resulta en absoluto insultante.  El ajedrez, por su naturaleza, es particularmente sensible a esa fuerza bruta: es una tarea perfectamente acotada y definida por unas reglas claras e inflexibles, en cuyo desarrollo juega un papel fundamental el análisis de escenarios. Una máquina, sencillamente, posee más capacidad de cálculo que una persona, lo que le permite calcular y contemplar más escenarios.

Desde aquella partida de ajedrez, las cosas han cambiado mucho. Ahora una máquina con capacidad de aprender ya gana a los humanos en juegos de preguntas y respuestas como el Jeopardy, al milenario juego del Go y hasta al poker, pero lo importante no son estos retos y desafíos meramente propagandísticos, sino la posibilidad de aplicar esa capacidad de aprendizaje a muchas otras tareas. Una máquina ya no es simplemente algo capaz de hacer lo que un humano le indica, una tarea repetitiva que es desarrollada más rápido, con más precisión y con menos errores, sino que se ha convertido en algo capaz de hacer cosas que los humanos no son capaces de hacer: aprender de unos datos, desarrollar un modelo que los explica, y llevar a cabo análisis mejores que los que podrían llevar a cabo los humanos que la programaron. No, no va a evolucionar para convertirse en Terminator ni en ningún otro tipo de robot asesino, porque no son inteligentes: simplemente son capaces de llevar a cabo procesos de aprendizaje en tareas muy definidas, con reglas acotadas y escenarios limitados, pero no por ello dejan de tener extraordinarias posibilidades, capaces de separar a las empresas competitivas de las que no lo son.

Garry Kasparov lo sabe. No es cuestión de tratar de detener lo que no puede ser detenido: el progreso es inevitable, y ofrece posibilidades impresionantes. Muy pronto, los conocimientos de machine learning serán el nuevo «manejo de hoja de cálculo» en los curriculum, y habremos pasado de verlo como algo absolutamente especializado y solo al alcance de científicos de datos, para considerarlo algo perfectamente normal, parte del día a día, algo en lo que confiamos para tareas de todo tipo.

Ve preparándote.

 

 

 

This post is also available in English in my Medium page, “Coming to terms with the changing role of machines» 

 

17 comentarios

  • #001
    Garepubaro - 19 junio 2017 - 11:36

    Son los trabajos mas penosos los que menos serán sustituidos, por falta de tecnologia, osea los que no puede hacer un ordenador ni un robot, lavar personas mayores, albañil, camarero, jardinero, fontanero, electricista y un largo etc …

    Por lo pronto se necesitarían robots bípedos, que anden con dos patas como piernas, para hacer la inmensa mayoría de los trabajos que merece la pena sustituir por penosos, pero no va a ser asi en muchísimo tiempo aun, da pena ver los robots bípedos como andan aun, muy mal, no te digo nada sustituir los brazos, un robot que traiga una tubería de la tienda y la suelde en casa, que lave a una persona discapacitada o anciano etc etc impensable, se ve que hasta como para el siglo XXVII ….

    Aun pintar enfoscar fachadas, hacer carreteras, y demás trabajos mas duros insalubres, insustituibles aun, las casas se hacen igual que hace mil años, y 3 mil, con durísimo trabajo de albañil, trayendo los ladrillos y la mezcla desde el camión y colocándolos penosamente en la pared …

    Los ordenadores sin embargo, si se cargan los trabajos de calidad e intelectuales, cualquier ordenador portátil gana al mejor ajedrecista hoy, se carga que periodista, músico escritor etc pueda ganar algún dinero y ser profesional, son trabajos que ya no existen mas que por becarios y amateur, y diversos trabajos de calidad que ira destruyendo aun, asi que no muchas ganas de que venga ese futuro de pesadilla, y paulatino empeoramiento en que estamos estas ultimas décadas que va a continuar

    • Asier - 19 junio 2017 - 17:19

      Garepubaro, no comparto en absoluto tu visión de cómo los avances van a acabar con los trabajos que mencionas. Me hace gracia ver que te imaginas a robots bípedos haciendo los ‘trabajos penosos’ de las personas.

      Las revoluciones científicas y tecnológicas en muchos casos traerán la desaparición misma de esos ‘trabajos penosos’ de los que hablas. Y no porque un robot los haga, sino porque no hará falta hacerlos siquiera. Por poner un ejemplo que mencionas: el cuidar de personas mayores desaparecerá cuando la medicina encuentre la manera de detener y/o revertir el envejecimiento.

      En cuanto a muchos otros trabajos, todo es cada vez más de ‘plug&play’, de sustituir componentes por módulos, de ‘do it yourself’, etc. Todo se controla y configura cada vez más remotamente y mediante ordenadores, no hará falta que alguien vaya a tu casa a ver qué problema tienes. Ya se está trabajando en impresoras 3D gigantes que hacen casas enteras (adiós albañiles), la ciencia de los materiales traerá materiales que no se ensucian o pierden el color, etc… no sé, vienen mil cosas que van a hacer que los trabajos penosos desaparezcan o se automaticen, el futuro no es un robot humanoide descargando cajas de un camión como lo hace un humano…

      • Kokoon - 20 junio 2017 - 14:01

        «…el cuidar de personas mayores desaparecerá cuando la medicina encuentre la manera de detener y/o revertir el envejecimiento…»

        Tela el nivel.

    • Carlos Quintero - 19 junio 2017 - 21:17

      Los robots no tienen por qué ser bípedos como los humanos para hacer las tareas físicas que nosotros hacemos.

      SpotMini

      Este es bípedo y ya hace tareas penosas de mover cajas:

      Atlas

      Aunque lamentablemente la industria militar hará que sean bípedos si así se requiere para el combate y muy diestros, y no tardando ni este siglo

    • Pepe Pérez - 19 junio 2017 - 23:10

      Sólo tiene un brazo.

      https://www.youtube.com/watch?v=SQ2PdpLEAG0

  • #006
    Gorki - 19 junio 2017 - 12:02

    Me extraña que consideres que Deep Blue, es «La máquina que venció a Kasparov no era inteligente: simplemente, era capaz de calcular escenarios combinatorios y probabilidades con mucha más velocidad y precisión que un cerebro humano. Una simple cuestión de fuerza bruta «, porque precisamente era algo muy diferente a eso, no estudiaba TODAS las combinaciones, sino solo aquellas que potencialmente mereíia la pena explorar, exactamente igual que hacia Kaspaov con su «cerebro humano».

    La gradisima diferencia, es que KasparoV podia al día siguiente de jugar con Deep Blue podia conducir bastante bien un coche, resolver un Sudoku, o jugar al pinpon. Algo que la máquina sólo hubiera podido hacer después de complejísmos cambios de programación que no podían efectuarlos más que seres humanos.

    Esa es la gran limitación, (por ahora), de la IA. Pueden hacer cualquier cosa mejor que cualquier humano, pero el humano se adapta mucho mejor a hacer lo que sea necesario en cada momento, (en ingles se llama «general purpose») y y la IA sólo hace lo que sabe hacer.

    Y ese es el «riesgo» de las «Machine Learning», que quizá en el futuro aprendan a hacer cualquier cosa, y lo hagan en poco tiempo ,no importa si un poco peor, igual o un poco mejor, pero al menos mucho más barato.

    Entonce si tendremos riesgo de perder nuestro trabajo, por que serán como los chinos trabajando, más baratos e incansables.

  • #007
    Antonio Gregorio Montes - 19 junio 2017 - 12:43

    … Terminator es una tarea muy definida…

  • #008
    Adolfo - 19 junio 2017 - 13:08

    Solo un apunte. En 1996 (y no 1997) Deep Blue ganó un match a Kasparov. Fue un auténtico hito, pero la victoria de la máquina se debió más a la inadecuada preparación de Gari y a los trucos de IBM: http://deportes.elpais.com/deportes/2017/06/08/la_bitacora_de_leontxo/1496908568_067804.html

    En ese match los factores humanos fueron imprescindibles para desequilibrar el resultado: el ser humano se ponía nervioso, se ponía tenso, sospechaba que la máquina hacía trampas… mientras que a la máquina esos factores no le afectaban.

    Sin embargo, creo que hasta 2005 o así no se puede decir que las máquinas fueron mejores que el hombre jugando al ajedrez. En 2006 el match entre Kramnic y Deep Fritz dejó claro que la humanidad ya no tenía nada que hacer.

    • Carlos Quintero - 19 junio 2017 - 15:59

      Hola Adolfo,

      Una puntualización, sin importancia: un «match» es un encuentro a varias partidas (6, en este caso). Deep Blue ganó una partida (la primera) en el «match» de 1996, que acabó perdiendo.

      Por lo demás, muy de acuerdo con tu comentario. El match de 1997 lo ganó Deep Blue muy por los pelos, más bien Kasparov lo perdió. Aparte de los aspectos psicológicos que no afectan a la máquina, lo normal es que un jugador tenga acceso al estilo de juego del contrincante con anterioridad, cosa que IBM le negó a Kasparov. Este tendría que haberse negado a jugar sin esa información. Y tendría que haber exigido un match más largo, de 12 partidas, como mínimo, para familiarizarse con la forma de jugar de su contrincante. En 1984 en su primer mundial con Karpov este ya le ganaba por 4-0 en la partida 9ª, perdió la 27ª (5-0) y solo consiguió su primera victoria ¡en la 32ª!, cuando ya había aprendido bien el estilo de su contrincante (por entonces los matches eran indefinidos, ganaba el que consiguiera antes 6 victorias). Se ve que «olvidó» esa lección al firmar el contrato con IBM.

      • Gorki - 19 junio 2017 - 16:48

        El que derrotara «fraudulentamente» o no a Karpov, es algo sin mucha trascendencia, hacía ya muchos años ,que los juegos de ordenador que corrían en un PC ganaba al 70% de los jugadores de ajedrez, (aunque no a los grandes).

        Si una maquina diseñada para llevar la contabilidad de una empresa, lo hiciera mejor que el 70% de los humanos, ya seria suficientemente buena para ponerla al frente de la contabilidad de la mayoría de las empresas, aunque hubiera humanos que llevaran las cuentas con más habilidad.

        El ser el número 1, es algo útil para entrar en el Guiness, pero no para la vida diaria, siendo el 105 de cualquier especialidad es más que suficiente para destacar.

  • #011
    Noel Torres - 19 junio 2017 - 15:26

    Los problemas no vienen de que las máquinas calculen escenarios. Los problemas vendrán cuando tomen decisiones.

    El coche autónomo y el problema del atropello, el sistema de crédito y la concesión de una hipoteca, el envío de policías a barrios «conflictivos»…

    • Gorki - 19 junio 2017 - 16:55

      No veo la diferencia entre que las decisiones erróneas las tome una máquina o un hombre. Si las decisiones de la máquina son acertadas, serán un acierto, si son erróneas , serán un error, las tome quien las tome.

      Acaso no hay conductores que atropellan accidentalmente, personas que deniegan sin causa una hipoteca indebidamente, o jefes de policía que mandan a sus agentes a patrullar a sitios «conflictivos».

      ¿Cual es la diferencia que lo haga un hombre o una máquina?

  • #013
    Xaquín - 19 junio 2017 - 15:54

    La ciencia ficción tiene que tener más ciencia que ficción (o es otra cosa). El problema de las máquinas inteligentes no se da a nivel de apéndices (terminators), simpre estará su meollo a nivel central.

    Cuando se habla de ingeniería transgénica parece que se olvidan (o disumulan) de un hecho claro: la capacidad de mutación de los genes para automodificarse al azar. ¿Dónde estará el ingeniero cuando a una molécula le dé por cambiar de sitio?

    ¿Quién (humano) intervendrá en una máquina que opera con superordenadores cuánticos, donde no basta con el titulo universitario (ni la experiencia en el MIT) correspondiente, para evitar que tome decisiones propias (azar cuántico habemus)? No olvidemos una ley básica en el avance tecnológico: cuanto más corra el hombre puede haber una máquina que corra más… ciencia ficción, ja!

  • #014
    Carlos Quintero - 19 junio 2017 - 16:16

    Ayer me leí el prólogo escrito por José Luis Vallejo (hoy CEO de Sngular, al que tuve la suerte de conocer en la pequeña consultora en la que empecé a trabajar por primera vez allá por 1994) para el libro «Futurizable» de Javier Martín. No me he comprado el libro aún (tomo nota), pero me pareció muy revelador que el temor a las máquinas y a la tecnología es una constante en la Historia, y no necesariamente más ahora que antes. Pero hay buenas noticias. El diálogo ficticio entre «(A), un tátara-tátara-…-tátara abuelo, nacido hace 200 años; y (B), uno de nuestros sobrinos milenials» no tiene desperdicio.

    Prólogo del libro “Futurizable” sobre el trabajo del futuro

    Simplemente (o con todo lo que conlleva), nos va a tocar adaptarnos, como ha hecho siempre el ser humano.

  • #015
    Mesosoma - 19 junio 2017 - 20:54

    Los robots ya ha reemplazados a los seres orgánicos en procesos productivos, la fabrica de Tesla sólo tiene sentido estando 99% robot-izada y ya fabrica más baterías de iphones y coches eléctricos que toda china. Los famosos obreros chinos son incapaces de competir con las máquinas, por baratos que puedan ser.

    Una fabrica salvada por Trump se robot-izó totalmente.

    En el paso Foro Económico Davos los humanos más ricos del mundo decidieron que el concepto de renta básica es perfectamente posible pero cuestionaron la ceguera de gobierno y sociedad en adaptarse al cambio, así que la cuestión no es si maquinas nos quitan trabajo (¿Acaso alguien en el campo sigue cultivando a mano? Conozco granjeros que con dos toques en su telefono su tractor automático cosecha todo por sí mismo )
    Sino que hacer con toda esa masa de gente desempleada y como mantener de pie esa sociedad.

    • Gorki - 19 junio 2017 - 21:41

      Sería terrible si fuera como cuentas, pero en los países adelantados hay un indice de paro muy bajo- Por ejemplo en la USA robotizada de Trump el paro actual es de los mas bajos de su historia
      http://www.datosmacro.com/paro/usa

  • #017
    JJ - 20 junio 2017 - 00:58

    Definir la inteligencia de una máquina es bastante complicado. Seguro que una IA bien programada superará con creces, por encima de cualquier puntuación humana, los tests de Mensa (por poner un ejemplo) debido a su mayor rapidez y capacidad lógica. Entonces la pregunta sería ¿qué es la inteligencia?

    Sobre si la tecnología salvará a la humanidad y la liberará del trabajo se puede también opinar mucho. Si la indudable mayor riqueza que pueden generar las máquinas inteligentes (y de las otras) se reparte podremos llegar quizás al nuevo paraíso. Pero si los extraordinarios medios quedan en manos de cuatro multimillones y el resto se tiene que conformar con una renta básica, entonces podemos llegar a crear una nueva forma de infierno en el que el valor del hombre será igual a cero.

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