Trabajo flexible: hay tendencias que no se pueden revertir

IMAGE: amasterpics123 - 123RFRecientemente, IBM, una de las compañías que más se ha preciado de ofrecer un entorno de trabajo flexible y basado en la libertad para trabajar desde donde uno estime oportuno, anunció que iba a obligar a sus trabajadores con este tipo de acuerdos a regresar a la oficina. El movimiento, similar al planteado por Yahoo! tras la llegada a la dirección general de Marissa Mayer en febrero de 2013 y que muchos calificaron como «propio de otra era«, sigue a veinte trimestres consecutivos de ingresos descendentes, una circunstancia de resultados negativos similar a la que ocurría en su momento en Yahoo! En el caso de la decisión de Marissa Mayer, la idea era volver a reunir a los trabajadores para intentar reforzar unos elementos culturales que parecían haberse perdido y que formaban parte del plan de la nueva CEO para salvar la compañía, una estrategia que, como es obvio, nunca llegó a funcionar. Intentar reforzar tu cultura obligando a tus trabajadores a hacer cosas que no quieren hacer o que consideran un paso atrás no parece un buen comienzo para nada.

Cambiar los términos del contrato con tus trabajadores cuando las cosas vienen mal dadas tiene dos problemas: el primero, es que es muy posible que a esa medida siga, de manera inmediata, un fuerte drenaje de talento, personas valiosas para la compañía que consideraban su libertad para trabajar desde su casa una parte importante de los términos de su contrato, y que ahora prefieran, simplemente, irse a trabajar a otro sitio. El segundo problema es que medidas de este tipo acusan de manera directa a estos trabajadores de tener alguna responsabilidad sobre las pérdidas de la compañía, una correlación que no tiene por qué ser en absoluto cierta.

El movimiento de IBM es un error, y si alguien pretende verlo de alguna manera como una tendencia a volver a llevar a los trabajadores a las oficinas o como un problema derivado de los sistemas de trabajo flexible, se equivocará también. La flexibilidad de los sistemas de trabajo, sencillamente, es algo que no admite ningún tipo de vuelta atrás. Las compañías que se empeñen en encerrar a sus empleados en sus oficinas de nueve a cinco como si fuesen hamsters en una jaula verán de manera invariable cómo su capacidad de atraer y retener talento se resiente, y cómo terminan siendo esos sitios donde solo se quedan aquellos que no son capaces de encontrar trabajo en otro sitio.

La tecnología no se detiene, y trabajar hoy desde casa no tiene nada que ver con lo que significaba hacerlo hace cinco o diez años. Nada. Actualmente, la tecnología permite que el problema fundamental que existía entonces, el desarraigo o detachment, la erosión progresiva del vínculo entre trabajador y compañía, no se produzca. Dicho esto, todo indica que los acuerdos que llevan a que una persona lleve a cabo su trabajo íntegramente desde su casa y no aparezca por la sede corporativa es, seguramente, un tipo de acuerdo que solo resulta conveniente en determinados casos, y que la realidad es que la mayoría de las compañías se están inclinando por acuerdos de tipo parcial, en los que el trabajador tiene total libertad para trabajar desde su casa o desde la oficina de la compañía, y que esta oficina se configure cada vez más como un lugar que aporte algo, que posibilite y fomente un intercambio de experiencias, un roce, una serie de oportunidades que den lugar a la colaboración, a la innovación.

El caso de Google es paradigmático: sus oficinas no son en absoluto punteras y mantienen el espacio reservado a cada trabajador, lo que hace que en caso de trabajar desde casa, la dedicación de espacio a una persona que no está redunde en una ineficiencia total en el uso del espacio. La razón es que los ingenieros, el componente del talento más significativo de la compañía, prefieren configurar sus espacios de trabajo de manera personal, con sus máquinas, monitores y teclados elegidos por ellos mismos, o incluso los elementos de la decoración. Que esos espacios estén en cubículos en áreas compartidas y no en despachos cerrados es completamente anecdótico, y solo refleja un deseo de mejorar la interacción, de ofrecer oportunidades para que surja la chispa de la innovación. Pero en realidad, la oficina está diseñada para funcionar como un imán, como un sitio atractivo donde el trabajador quiera ir, porque la comida es muy buena, se puede llevar la ropa a lavar, o incluso tienes un masajista. El trabajador de Google puede perfectamente trabajar desde su casa y lo hace cuando la ocasión lo recomienda, pero esa posibilidad no se fomenta, y en realidad, se intenta que termine por preferir trabajar desde la oficina.

Lo que sí se revela como elemento común es el cambio en las infraestructuras de telecomunicaciones y de trabajo. Cada vez más, las empresas trabajan con más personas que no están en sus oficinas, además de un número creciente de freelancers y trabajadores itinerantes, y eso se refleja en sistemas de trabajo que permiten reunirse y ver a una persona independientemente de dónde esté físicamente, participar en una reunión con total normalidad desde una pantalla sin tener que pedir una infraestructura especial, y disponer de espacios para trabajo en grupo, reuniones o para hacer una llamada de teléfono o una reunión que requiera privacidad. Esa tendencia se superpone al trabajo desde casa, y determina espacios de trabajo cada vez más líquidos, más adecuados para la conciliación y, sencillamente, más acordes con el entorno tecnológico actual. Querer ir contra lo que se ha convertido en claro signo de los tiempos es una forma primaria de intentar vanamente retomar el control, y es un error. Lo haga IBM, Yahoo!, o quien lo haga. Si crees que de alguna manera, esas decisiones implican que el trabajo flexible está en retroceso, te equivocas. Hay tendencias que son imposibles de revertir.

 

 

 

This post is also available in English in my Medium page, “Flexible work: there are trends that cannot be reversed»

 

17 comentarios

  • #001
    menestro - 27 mayo 2017 - 10:07

    Hay una razón por la que a veces es necesario ‘reagrupar filas’, y es cuando la dirección de la compañía se ha vuelto ineficaz, es decir, cuando los responsables de crear la estrategia han errado el blanco, como en el caso de IBM o Yahoo.

    En esa situación, la única forma de volver a crear una estrategia viable es, por decirlo así, el ‘conclave’ y proceder a reunir el talento para que contribuyan a reconducir la dirección de la empresa.

    Es una forma de reforzar la toma de decisiones, sin renovar el equipo de dirección, o como paso previo.

    Hay que entender que el teletrabajo no es un beneficio social, sino una forma más de desplegar la estrategia de trabajo. En ese sentido, no es ni más ni menos innovadora, por muy moderna que le suene a quien trabaje en una empresa tradicional. (vetusta, casi ya)

    El trabajo remoto también tiene un coste y no siempre es la mejor opción.


    IBM, remote-work pioneer, is calling thousands of employees back to the office

  • #002
    Perico - 27 mayo 2017 - 11:17

    En este caso, la explicación ofrecida por Ars Technica me parece muy ilustrativa: https://arstechnica.co.uk/information-technology/2017/05/ibm-teleworkers-back-to-the-office/

    Su teoría es que esta medida de IBM no viene dada por un cambio de opinión sobre el teletrabajo, sino que saben muy, muy bien lo que se hacen: ni mas ni menos que un ERE encubierto.

    «the policy move is essentially a way of laying off thousands of employees who can’t afford on their current IBM salaries to move to a major metropolitan area like New York.»

    • menestro - 27 mayo 2017 - 12:12

      Sí, estás en lo cierto, este es el artículo de The Register que puso sobre el tapete el recorte encubierto, aunque lo más notable es que incluyese los departamentos de Software y sistemas, no solo marketing.

      Al parecer es una poda selectiva.

      2017 IBM: Get back to the office or else

      IBM’s Marissa Mayer moment: Staff ordered to work in one of 6 main offices

    • Krigan - 27 mayo 2017 - 13:12

      No sé cómo estará la legislación USA, pero los EREs encubiertos son ilegales en España, y verdaderamente resulta muy difícil de justificar este movimiento de IBM. Es decir, esos trabajadores ya estaban haciendo su trabajo perfectamente en remoto. Y ahora se les pretende imponer el ir a trabajar a centros muy alejados de su domicilio, sin que exista una razón clara para ello.

      Incluso si eso de trabajar físicamente juntos tuviera tanto valor como pretende ahora IBM (que lo dudo), ¿tiene sentido que los trabajadores vayan a solo 6 mega-centros? Los trabajadores de la primera planta, ¿se van a estar comunicando cara a cara con los de la sexta? Los de un extremo de la primera mega-planta, ¿se van a comunicar cara a cara con los del otro extremo de la misma planta?

      Cuando un centro de trabajo excede cierto tamaño, los trabajadores ya no están trabajando físicamente juntos, por más que estén en el mismo edificio.

      • X - 27 mayo 2017 - 15:32

        Yo trabajaba el año pasado en un proyecto de IBM en Madrid. Se pusieron muy duros con el tema del teletrabajo. Nos tenían amargados.
        A los pocos meses anunciaron que el proyecto para el que trabajábamos se acababa. Nos dijeron que habría un ERE y que intentarían recolocarnos en otros proyectos.

        Un poco antes de que el proyecto cerrara, me ofrecieron otro trabajo y lo acepté.
        Al final la historia no tuvo tan mal final para los que se quedaron. Colocaron a todos los que querían en otros proyectos, y los que preferían indemnización salieron contentos si llevaban trabajando algún tiempo en el proyecto.

        IBM llevaba ya tiempo diciendo que no se permitía el teletrabajo, aunque haya trascendido ahora a los medios.

        No comprendo si lo hacen para echar a la gente por qué seguían contratando a gente nueva en esas mismas condiciones.

        Estoy totalmente de acuerdo con Enrique. Una de las razones por las que no quise seguir con ellos es esta. Ahora trabajo en remoto. Alguna vez he ido a la oficina, y cuando voy mi rendimiento es mucho peor porque hay muchas distracciones. La gente habla a tu lado, o te pregunta cosas. En casa tienes tu monitor preparado para que no te duela el cuello, que luego hay que ir al fisio.

        Me puse un horario fijo de 8 horas al día en el que estoy totalmente disponible, aunque esté comiendo. Después de este tiempo desconecto de todos los aparatos del trabajo.

        No tengo el estrés de ir corriendo al trabajo por las mañanas, de que me peguen los virus en la oficina, o de que me distraigan.

        Mi objetivo es sacar el trabajo adelante de la mejor forma posible, y así es como mejor lo consigo, sin ninguna duda.

        Hacemos vídeo conferencias y quedamos en persona a veces, pero sólo cuando hace falta, no «por cumplir» con algo que no tiene sentido.

        Ahora me gustaría cambiar de trabajo de nuevo, y no me imagino la tortura de volver a tener que hacer el paripé en una oficina.

        En mi trabajo hay permanente comunicación por chat. Se fomenta el hacer preguntas, y se castiga al que se ríe de alguien por preguntar algo. Son muy estrictos con esto, y funciona. Todo el mundo intenta hacer las preguntas en el chat para compartir ideas, y aprender todos de las dudas de los demás.

        El chat lo tengo siempre en silencio, pero con un pop up que lo tengo customizado para menciones especiales. Así no me distrae.

        Debo decir que me ha llevado un tiempo regularme para trabajar desde casa. Como no hay nadie que te eche de la silla, solía echar 10 horas o más diarias, pero ahora respeto el horario que me fijo.

        Echo en falta que en cualquier tipo de trabajo se siga ignorado a los psicópatas integrados. Se siguen colando libremente en todos los trabajos y destrozando empresas. Esto es un poco deprimente, porque aunque cambies de trabajo sabes que te encontrarás a otro. Pero nadie quiere hablar de ello al parecer.

  • #006
    Krigan - 27 mayo 2017 - 12:28

    En teoría el teletrabajo es algo que debería estar muy extendido desde hace décadas, dado que un gran número de trabajos se pueden realizar perfectamente con independencia de la ubicación física del trabajador. Las ventajas son evidentes. El trabajador se ahorra el tiempo y el dinero que le supone el desplazamiento, y la empresa se ahorra los costes de local del puesto de trabajo.

    En la práctica, sin embargo, el teletrabajo apenas se usa. La razón es bien sencilla: salvo contadas excepciones, las empresas no lo quieren. Equivocadamente o no, prefieren tener a los trabajadores en un centro de trabajo, porque creen que así los van a poder controlar mejor.

    Personalmente pienso que esta es una idea sin fundamento, dado que el control también se puede hacer en remoto. Pienso que es una simple cuestión de costumbres, que lo único que pasa es que los jefes han hecho de toda la vida el control «presencial», y no saben salir de ahí.

    Hasta Google fleta autobuses para llevar a sus trabajadores al centro de trabajo. Pero la idea del teletrabajo no es hacer atractivo el centro de trabajo, ni facilitar el transporte, sino que el trabajador haga todo o gran parte del trabajo en remoto. Y si esto pasa en Silicon Valley, imagina el resto del planeta.

  • #007
    JJ - 27 mayo 2017 - 14:16

    El sentimiento de nostalgia es algo muy humano, y aquello de que todo tiempo pasado fue mejor

    Pero me suena que IBM pretende con esto dar una imagen de solidez de cara a su posicionamiento en blockchain y sistemas de pago online donde lo mas importante es la seguridad.

    Para vender hay que convencer, y en este sentido la imagen que se ofrezca puede ser determinante.

  • #008
    Miguel Angel - 27 mayo 2017 - 15:01

    Totalmente de acuerdo con el artículo. Y por añadir algo más. El trabajo flexible tiene todo el sentido cuando el rumbo es firme y los empleados trabajan con objetivos claros. Sin embargo, cuando la organización pasa por apuros, los nubarrones internos hacen que el timón gire un día sí y el otro también. Hay que estar en el puente de mando y ver la cara al capitán todos los días …

  • #009
    Gorki - 27 mayo 2017 - 17:39

    Comprendo que al empleado que se le concedió trabajar donde quisiera y ahora se le retira esa posibilidad, se sienta que han cambiado algo muy importante en sus condiciones de trabajo. Igual da que le retiren con la posibilidad de teletrabajo, que si le retiran el coche de empresa..

    Ahora bien eso no quita para que considere que en la mayoría de los casos, (lógicamente hay excepciones), se trabaja mejor en una oficina que en casa. por las siguientes razones.

    1) Frialdad en las relaciones humanas, Decían que era muy difícil vivir en México, porque estaban lejos de Dios y muy cerca de USA. , parafraseando el trabajo en casa está muy lejos del Jefe y demasiado cerca de la nevera. Las comunicaciones aun las mas «inmersivas» son frías, nada sustituye el contacto cara a cara. Eso lo sabemos perfectamente los que hemos sido vendedores, no es lo mismo ofrecer un producto por teléfono que cara a cara, por ese motivo es por los que los vendedores hacen miles de kilómetros cada año. (será mas caro, pero es desde luego más eficaz)

    2) La mayoria de las viviendas no tiene un lugar adecuado para trabajar, En este pais la mayoria de las viviendas están entre los 70 y 90 m2 y tiene una distribucion muy similar de dormitorios y un salón. No es facil trabajar en la mesa baja delante del sofa, mientras se hace la limpieza de la vivienda, y son muy poco los que pueden destinar una habitación a despacho-

    3) En casa es difiíil generar el ambiente de trabajo que ayuda a concentrarte en tus tareas, Hay excesivas, distracciones a l alcance de la mano, familia, otras actividadesde que no tienen nada con el trabajo,.

    El mayor problema de trabajar en una oficina es el tiempo y dinero que pierden los empleados en desplazarse al centro de trabajo, es por lo que yo propugno que se trabaje en oficinas de coworking, que elimina esos desplazamientos y atenuá las dificultades de trabajar en casa.

    • Óscar González - 3 junio 2017 - 09:36

      Perdona pero creo que te planteas las cosas de forma erronea:

      1. Yo como programador no tengo que vender nada, tengo mis responsabilidades y tengo que cumplir con ellas. Cuando hablo con clientes doy mi opinión profesional y si el cliente decide no seguirla se cumple lo que él decida pero yo no tengo que venderle una solución, para eso está la figura del Product manager o del comercial.

      2. Los que trabajamos en casa normalmente nos acondicionamos un lugar de trabajo mucho mejor que el que tenemos en las oficinas. Equipo de mejor calidad, asiento cómodo, despacho, etc.. Y lo hacemos porque nos tiramos una grán parte de las horas de nuestra vida en este entorno.

      3. Al revés. No tenemos distracciones que hay en la empresa. Cuantas veces me tuve que ir yo a un despacho aparte para poder concentrarme porque tenia a dos compañeros al lado discutiendo de algo? En mi casa no me ocurre.. Tengo el entorno perfecto para producir a gusto. Tu lo plantas como que tienes que tener familia rondando por aquí pero eso no tiene porque ser así. Yo soy soltero y si tuviese hijos tendria un despacho aislado, además de que mis hijos estarian en el colegio no dando el coñazo aquí todo el día.

      Si mi empresa me obligase a volver a ir a la oficina sencillamente les diria que no y es un problema mucho más grave para ellos que para mi dado la falta de profesionales en el sector IT que tiene España actualmente.

  • #011
    Rodrigo - 27 mayo 2017 - 17:40

    Estoy totalmente de acuerdo con Enrique.. El problema subyacente en muchos casos de estos es que la cultura corporativa es burocratica y mediocre, y por tanto no queda otra que tratar a los empleados como ovejas. Creo que este tipo de empresas son agujeros negros que te terminan convirtiendo en un mueble de oficina. Y esta claro que el talento verdadero huira como la peste.

  • #012
    Carlos Quintero - 27 mayo 2017 - 23:22

    Yo creo que el mejor sistema es el que permita a cada empleado trabajar como quiera, según sus circunstancias. En mi caso no me gusta trabajar todos los días completos desde casa, así que solo lo hago algún día a la semana, otros por las mañana tengo reuniones con clientes y por las tardes me quedo en casa, otros voy a la oficina por la mañana o todo el día, a veces voy a bibliotecas si me quiero concentrar en algo o preparar un documento (en la oficina es imposible), etc. No tengo un patrón definido y decido día a día. Mis «superiores» (tengo 4 porque trabajo para varios proyectos y clientes simultáneamente) saben que me pueden localizar por cualquier medio a cualquier hora.

    Con mis equipos, más de 20 personas, practico lo mismo, les doy libertad para que trabajen donde quieran. Algunos están en una factoría de software en otra provincia y no dependen de mí, pero me fastidia que uno de ellos, valioso para mí, se marchara de la factoría entre otras cosas porque no le concedieron el teletrabajo que solicitó oficialmente. Los que tengo en Madrid teletrabajan extraoficialmente cuando quieren. No controlo su horario. Solo les pido responsabilidad, resultados y disponibilidad por correo/chat o teléfono si es algo urgente (y yo nunca genero urgencias propias, me vienen impuestas de arriba). Una vez a la semana nos reunimos una hora y pico en la oficina para hacer seguimiento y vernos las caras.

    Me da pena que compañeros que se fueron de la empresa ahora no pueden quedar a comer conmigo de lunes a jueves, porque solo pueden parar 1h, o que tienen que quedar a comer a las 14:15 cerca de su empresa porque hasta las 14:00 no se pueden levantar del sitio…yo no creo que pudiera volver a trabajar en una empresa así.

    • X - 28 mayo 2017 - 19:36

      Creo que hay que diferenciar entre:

      1. «trabajar desde casa» (WFH, working from home) – el que esporádicamente, o no tan esporádicamente, quiere encontrar la tranquilidad de trabajar desde casa. Tiene dicha flexibilidad pero tiene que ir a la oficina.

      2. «trabajar en remoto» (Remote) – trabaja completamente en remoto. No hay ninguna obligación de ir a la oficina. Puedes trabajar para una empresa que está en la otra parte del mundo.

      En la empresa que trabajo actualmente, es la primera vez que estoy en el caso 2) aunque ya antes había vivido en el caso 1) y es completamente diferente.

      Para que el trabajo en remoto funcione, no basta con decirle al trabajador «bueno, vale, vete a casa y ya me cuentas». Creo que es imprescindible que haya una cultura para integrar el trabajo en remoto en la empresa.

      En la empresa en la que estoy ahora hay un número de trabajadores en remoto bastante grande. Son gente de todas partes del mundo.

      En esta empresa el integrar a los trabajadores en remoto es algo que se le da muchas vueltas. Por ejemplo, estés en remoto o no, se considera como una forma de esconder información al resto si no hablas en los canales públicos adecuados.

      El chat si se customiza, es una herramienta que ayuda muchísimo en la comunicación.

      Si vas a la oficina, la gente habla de 1:1 o en reuniones. En el chat se preguntan las dudas y se responden, y cuando mejor te venga puedes leer las conversaciones. Es mucho más abierto que las conversaciones de oficina, y reduce el número de circulares masivas en emails, que se hace muy pesado y aburrido ver el Inbox hasta arriba todos los días. También anima más a la participación activa en tiempo real, no a toro pasado.

      Creo que para muchas empresas lo máximo que se plantean es el WFH, como en el caso de IBM, no había ningún tipo de cultura diferente, simplemente se «daba permiso» al trabajador en tono de confianza para trabajar desde casa, y por motivos más o menos justificados.

      Lamentablemente creo que para poder seguir trabajando en remoto, tendré que trabajar para empresas que estén fuera (y que no sean del tipo de IBM) que parece que tienen una cultura más abierta que lo que se vive en España.

      Una de las razones de implementar el trabajo en Remoto son que para poder permitirse el WFH tienes que tener sede física en dicho país. Esto es imposible para una startup, y para captar el talento que necesita tener la flexibilidad de ofrecer trabajo completamente en Remoto.

      Empresas viejas como IBM que tienen oficinas prácticamente en todo el mundo, no tienen este problema.

  • #014
    Anisótropo - 28 mayo 2017 - 16:50

    Personalmente, creo que el trabajo está cambiando. Cada vez se hacen menos tareas rutinarias y más tareas que requieren concentración. Uno puede ser mucho más productivo en la tranquilidad de su casa que en una oficina en la que no dejan de sonar los teléfonos y parece que la gente hace cosas importantes, como, por ejemplo, asistir a reuniones.

  • #015
    X - 29 mayo 2017 - 00:38

    Una última reflexión que quería añadir como mujer. Los beneficios de trabajar en remoto son considerables.

    No tengo la presión de sentir las miradas en el trasero cada vez que me doy la espalda. O de si el escote que llevo es mucho o es poco para la oficina, o de la impresión que dará mi ropa en los demás.

    De miradas que te escanean de arriba a abajo, o comentarios desagradables.

    Los fines de semana que me tocaba guardia, cuando éramos 4 o cinco en la oficina, casi siempre había alguno que se acercaba a mí para acosarme con preguntas íntimas, así sin más, aprovechando que estábamos solos. Por supuesto nadie decía nada. Todo quedaba en risas entre ellos.

    En resumen, aunque todavía queda mucho por hacer en este sentido, al menos por chat (por escrito) todo es mucho más moderado que cara a cara.

  • #016
    Alfredo - 29 mayo 2017 - 15:14

    Fe de erratas: «lo que hace que en caso de trabajar desde caso»

    • Enrique Dans - 29 mayo 2017 - 20:04

      Gracias!! Corregido! :-)

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