Publicidad y apocalipsis

Devices using adblock software on the open web - PageFair (Feb. 2017)

Un artículo de Guillermo Vega en El País titulado «Bloqueadores de anuncios: ¿el fin de internet?» (pdf), en el que me cita, confronta las perspectivas sobre la evolución de la publicidad en internet y el fenómeno del bloqueo por parte de los usuarios, lo que el gran Doc Searls ha llamado con razón «el mayor boicot en la historia de la humanidad«, con algunas perspectivas apocalíticas de varios de los actores implicados – y desde mi punto de vista parcialmente responsables – en la cuestión. La frase entrecomillada de la división española de la Interactive Advertising Bureau (IAB), que califica a los bloqueadores de publicidad como de «robo: simple y llanamente» es el más claro y cristalino exponente de la mentalidad y actitud equivocada, del tremendo error de percepción y ceguera que dan lugar al problema.

Según la mentalidad simplista de la IAB, se supone que todo usuario de internet está obligado, por el hecho de entrar en una página web, a aceptar los términos de un supuesto contrato draconiano en el que debe pagar por unos contenidos, y para ello tendrá que someterse a cualquier tipo de torturas decididas por el dueño de dicha página. Si no acepta someterse a esas torturas, está, según ellos, «robando», lo que lo convierte en un «ladrón». Es la misma mentalidad absurda que condenó a las discográficas a enfrentarse a varios años de crisis: nosotros contra los usuarios. El usuario «malvado», responsable de todos los males y culpable hasta «de la desaparición de internet». Ya solo falta la mención al «gratis total» y la petición de leyes sancionadoras.

Querida IAB: utilizo bloqueadores de anuncios desde hace mucho tiempo. No solo eso, sino que además, lo cuento en mis clases y conferencias, y animo a otros usuarios a que lo hagan. Los bloqueadores de anuncios son la única manera de evitar que una industria cortoplacista y estúpida arruine internet y lo convierta en un canal completamente insostenible. Es lo que pasa siempre: las industrias descubren un nuevo canal, y la tragedia de los comunes hace el resto. Comienzana  explotarlo como si no hubiera un mañana, desvinculadas de cualquier pensamiento mínimamente referido a la sostenibilidad, y al final, lo destrozan y lo convierten en un lugar maldito. La industria de la publicidad ha hecho lo mismo con todos los canales que ha ido descubriendo, y ha sido preciso ir creando normas para todos ellos: hubo una época en la que la venta a domicilio era algo normal y natural, parte de la rutina habitual de un hogar. Hoy, si alguien llama a tu puerta para intentar venderte algo, no abras bajo ningún concepto: puede ser desde un psicópata asesino, hasta un timador profesional. Hace años, el teléfono era una herramienta útil: hoy, si la llamada empieza preguntando tu nombre y apellidos, cuelga inmediatamente: no solo te consumirá tiempo absurdamente, sino que además te venderá algo que no necesitas, en ocasiones incluso confundiéndote para que lo compres y pagues aunque no lo quisieses. Lo mismo ocurrió con el correo electrónico: hace más de veinte años, el correo era una herramienta útil para comunicarse con otras personas; ahora es un montón de spam y basura variada. ¿La web? Lo mismo: la industria de la publicidad mantiene la misma mentalidad: vamos a explotar un recurso hasta convertirlo en completamente insostenible, y si alguien intenta evitarlo, decimos que «está robando». El patrón es tan absolutamente repetitivo, que uno pensaría que nadie puede ser tan profundamente retardado como para no verlo. Pero ahí siguen, protestando e insultando a todo aquel que ose tener una mentalidad diferente a la suya, a todo aquel que pretenda oponerse a su idea de exprimir el recurso un poco más allá.

Por culpa de la mentalidad absurda de la IAB, de algunos anunciantes y de muchas agencias, me muevo por la red con una VPN, un bloqueador de anuncios y un software anti-trackers. Comparado con cuando empecé a utilizar internet, hoy me siento como moviéndome por una zona de guerra, y la principal responsable de ello es la industria de la publicidad y su mentalidad equivocada de que el usuario carece completamente de derechos y tiene que aceptar todo lo que le digan. «Como yo trabajo mucho para crear estos contenidos, tú tienes que aceptar mis términos si quieres leerlos». Posiblemente, la mentalidad más estúpida del mundo después de la de «no te doy mis productos de ninguna forma lógica ni razonable, pero si los quieres conseguir tú por tu cuenta utilizando las herramientas que la tecnología te da, estás robando».

Dentro de poco, los bloqueadores de publicidad no vendrán únicamente de compañías como la alemana Eye/O y similares: será incluso la propia Google la que los incorpore por defecto en sus herramientas. Una jugada que por un lado es profundamente conflictiva – te bloqueo la publicidad mala, pero la mía no porque es de la buena y eso lo decido yo – pero por otro, tampoco es nueva: fue esa misma Google la que, hace algunos años, tuvo que entrar igualmente como elefante en cacharrería para acabar con el fenómeno de los espantosos pop-up, que la industria y la IAB consideraba en su momento como algo «normal y aceptable», simplemente «un formato más». Que sea una empresa que vive en un porcentaje elevadísimo de la publicidad la que constituya una asociación para intentar lidiar con el problema y la que tenga que dar el paso de instalar un bloqueador de publicidad en los navegadores de sus usuarios prueba, una vez más, mi punto: muchos anunciantes, soportes, agencias, y sobre todo, la IAB, han perdido completamente el norte.

Relájese y tranquilícese todo el mundo: internet no va a morir porque los usuarios se instalen extensiones para bloquear la publicidad. Las compañías inteligentes, buscarán maneras de financiar su actividad que tengan sentido y que no conlleven supuestos contratos insostenibles. Los anunciantes que entiendan internet, dejarán de obsesionarse con las métricas erróneas, abandonarán la estúpida idea de que «la publicidad, si no molesta, no vende», y optarán, aunque sea obligados, por una actitud lógica de respeto y no agresión. Los soportes entenderán que su valor no solo está en la información, sino en cuidar al usuario, mimarlo, respetarlo y trabajar con él, no contra él. No, los malos y los culpables de todo no somos los usuarios por instalarnos un bloqueador de publicidad, son ellos por no ver más allá de su ombligo y por olvidar toda concepción de sostenibilidad en su industria. Los anunciantes, las agencias y los soportes no son los dueños de internet. Internet es mucho más que idiotas ombliguistas empeñados en que el usuario tiene que soportarlo todo para acceder a sus contenidos. Esos idiotas, sencillamente, tienen dos opciones: cambiar su mentalidad y optar por contratos psicológicos con el usuario que tengan sentido, o morir. Y si no van a cambiar, por favor, que mueran lo antes posible.

 

 

This post is also available in English in my Medium page, “Advertising and apocalypse«

 

25 comentarios

  • #001
    Gorki - 7 mayo 2017 - 09:43

    Admito que ellos en su casa marquen las reglas, pero en la mía las marco yo. De acuerdo, si pretendo entrar con bloqueador, que no me dejen pasar, pero es absurdo que me traten de ladrón cuando son ellos quien me abren la puerta y ven la que llevo puesto.

    Cuando me sale un cartel que dice que llevo bloqueador, lo que hago es salir y no molestarles. Siempre en Internet he encontrado lugares donde están encantados que les visite y me informan en el 90% delos casos, de aquello que otros velan, y en el resto un 10% de los casos eraa la opinión personal de alguien que no la expresa en otro sitio, ¡Pues qué se lo va a hacer!, sigo viviendo sin conocer su opinión.

    Yo marco unas condiciones, Voy con Adblok y no lo oculto y el informador voluntariamente acepta, pues encantado, y si no, ¡tan amigos!, ¿Para que voy a discutir con nadie o entrar con trucos en un lugar donde no soy bien recibido?

  • #002
    Jump - 7 mayo 2017 - 10:58

    Ahora Movistar de pago cada vez que comienza una película o capitulo de serie, te coloca 20 seg de anuncios.

    Hace falta un bloqueador para la TV.. Ni paganfo te respetan.

    Netflix no pone nada de publi.

    • Carlos Quintero - 7 mayo 2017 - 12:24

      Me llamó mucho la atención cuando me puse Digital+ hace unos que tenía publicidad, porque yo recordaba Canal+ de los años 90 sin nada de publicidad pero como en Digital+ había más canales y contenidos lo di por bueno. Al poco de comprarlo Movistar me di de baja porque ni siquiera era cómodo ir grabando episodios con ventanas de explotación.

      Netflix lo cambia todo: ha entendido que la gente no quiere multitud de canales «lineales», episodios semanales y andar grabando emisiones, sino Video On Demand (VOD). Ya lo entendió en su origen enviando DVDs de alquiler por correo. Y como también ha entendido que «la cuestión de los derechos» es problemática para ellos, se ha lanzado a producir sus propios contenidos (camino que van a seguir Amazon y Apple).

      Y ahora intenta exhibir películas propias en cines comerciales, sin ventanas de explotación con otros canales. Y como los cines se oponen, acabará comprando algunos de ellos cuando estén en quiebra, y mostrando a los demás cómo se deberían hacer las cosas en el mundo físico.

  • #004
    Ignacio - 7 mayo 2017 - 10:59

    Y no es solo la publicidad. Son las cookies de terceros. Imagina que me asomo al escaparate de una zapatería y un tipo me asalta por detrás para saber de dónde vengo, como llegué hasta ahí, qué me interesa de todo lo que hay en el escaparate, qué coche tengo y qué desayuné ayer. Montas en cólera y exiges protección a unas autoridades que deciden que pueden seguir haciéndolo pero que te avisarán en el preciso momento en que llegues al escaparate.

    Y no hemos prestado suficiente atención a los scripts. En cualquier página se ejecutan los scripts de la propia página, de Google, de Facebook… Un sinfín de sitios. Hago como con los anuncios. De entrada se bloquean con Noscript. Y si la página no se ve bien, echo un vistazo a ver qué scripts permito. Como dice Gorki, en mi casa mando yo y puedo vivir sin el contenido de esos sitios que hacen todo eso «para mejorar mi experiencia».

  • #005
    Carlos Quintero - 7 mayo 2017 - 11:41

    Pondré un ejemplo, para mí más sangrante, de que no entienden lo que es no molestar: desde hace años mi mujer y yo reservamos hoteles en la página booking.com, que se supone que vive de cobrar a los hoteles una parte de la reserva que el usuario hace mediante la página. Uno supondría que le dejarían al usuario mirar tranquilamente los hoteles, características, fotos, precio, comentarios, etc. hasta que se decidiera. El usuario no es tan tonto como para no saber qué apartado de esos quiere ver en cada momento. Pero no, hay que atosigarle para que se decida cuanto antes:

    En mi último viaje mi mujer me pasó tres enlaces a sendos hoteles que le gustaban para que yo eligiera. Cuando voy a ver las fotos, me encuentro que en cada una de ellas la esquina superior derecha, superpuesta a la foto, te sale un recuadro con la puntuación del hotel y otro recuadro debajo con un deslizante de comentarios, que como mínimo se mueve una vez por foto. Por un lado no podía ver bien las fotos, al estar superpuestos otros elementos, y por otro el deslizante me molestaba con su distracción cada vez que pasaba las decenas de fotos que había por ver.

    Conclusión: he dejado de usar ese sitio, ya que no entiende lo que es no molestar y tratar con respeto y cuidado. Hay más sitios de reservas, y siempre quedarán los sitios propios de los hoteles.

  • #006
    Krigan - 7 mayo 2017 - 11:50

    ¿El fin de Internet? Incluso planteado como pregunta es una exageración como la copa de un pino. Estos son algunos de los (muchísimos) usos de Internet sin publicidad:

    – Whatsapp

    – Descargas y actualizaciones de software

    – Apps y webs de los bancos

    – Webs de las administraciones públicas, para informarse y hacer gestiones, incluida la declaración de la renta.

    – Servicios de contenidos de pago como Netflix

    – La Wikipedia y el diccionario de la RAE.

    En cuanto a eso del «robar» (todo un clásico), la mayor herramienta de «robo» que jamás se haya inventado es el mando a distancia, que existe desde hace décadas, lo cual no ha impedido que siga existiendo la tv en abierto, y que además es muy hegemónica frente a la tv de pago.

    • Krigan - 7 mayo 2017 - 12:01

      Se me pasó el mencionar el caso de aquellos que puede ser que te aparezcan anuncios, pero que claramente no dependen de la publicidad. Pongo 2 ejemplos importantes:

      – Las tiendas online como Amazon.

      – La venta online de billetes y entradas.

      • Gorki - 7 mayo 2017 - 13:40

        Incluso paginas que en el fondo son publicitarias pero indirectamente, Pongo un ejemplo, Vamos a Ir a Llanes, (donde veraneamos habitualmente), con unos amigos y mi mujer estuvo recolectando sitios cerca de Llanes que merece la pena ver.

        Entre la información que encontró está la de una Casa Rural que indica una serie de rutas por el monte que se pueden hacer con base en la Casa Rural. http://lamontanamagica.es/rutas.htm

        Es una magnifica información sin ningún anuncio, aunque suponga, claro esta, un aliciente para ir dormir a esa Casa Rural.

        ¿Como que Internet perecerá sin publicidad, será diferente, habrá otras cosas, y desaparecerán algunas de las que existen, como las pantallas PopUp, pero seguirá existiendo y seguirá siendo una bendición.,

        • Krigan - 7 mayo 2017 - 23:09

          A lo que habría que añadir el Internet «para empresas», como el B2B, los servicios corporativos en la nube, las comunicaciones entre sucursales (y de estas con las centrales), atención al cliente online, etc.

          También está (para empresas y particulares) el IoT, y (solo para particulares) aparatos como el Amazon Echo.

          Los ejemplos que se pueden poner son innumerables.

  • #010
    Victor - 7 mayo 2017 - 14:36

    El otro día estaba en el móvil con twitter y me llegó un tuit con un enlace a un artículo de infolibre que parecía interesante. Hago click, empiezo a leer y de repente me meten un vídeo a pantalla completa que no se podía quitar de ninguna manera, incluso pasando a modo texto seguía ahí encima tapando toda la pantalla. Conclusión: cerré la ventana, hice block a infolibre en twitter y EN MI PUTA VIDA pienso volver a entrar a infolibre. Bien jugado, genios.

  • #011
    JJ - 7 mayo 2017 - 14:39

    Creo que hay tres tipos de publicistas en Internet: los psicópatas, los prostituídos y los éticos. Pero estos últimos no siempre triunfan en la profesión.

    Los 3 bloqueadores de publicidad con mas éxito

    ContentBlockHelper para Chrome (hay para Firefox)

    Sobre Wikipedia ahora sería mejor no hablar.

    • Krigan - 7 mayo 2017 - 23:19

      La Wikipedia vive de donaciones, no de poner anuncios de terceros.

      Es cierto, sin embargo, que han sido demasiado agresivos con la última campaña de recogida de fondos.

      • JJ - 8 mayo 2017 - 12:17

        Wikipedia hace publicidad agresiva, poco ética (ataque visual), para pedir dinero. Es grave porque es un sitio muy concurrido (entre los 10 mas importantes), y porque ofrece cultura. Además, no es una empresa privada (aunque Wales crea ser el dueño) sino un lugar colaborativo donde muchos ayudamos. Debería dar ejemplo y no al contrario.

        Viendo los datos que proporciona la memoria de Wikimedia, notamos que en 2016 la organización logró recaudar algo más de 77,7 millones de dólares; lejos del millón de dólares que consiguió en donaciones en sus inicios por el año 2006.

        En el análisis de gasto se comprueba que su principal fuente de gastos no son los servidores sino que ésta es la tercera partida en importancia. Sólo gasta algo más de dos millones de dólares en ella. ¿El motivo? Las donaciones en especie que reciben de empresas como FireRing, Teliasonera, Tele2, Datahop, Liberty Global e Init7 y que dieron servicio de alojamiento y mantenimiento de banda ancha de forma totalmente altruista. También recibe ayuda gratuita de abogados, ingenieros, gestores, etc.

        Entre los principales donantes (aquellos que dieron más de 50.000 dólares) están a Apple, Microsoft, la Fundación Gates, Boeing, Goldman Sachs o Intel.

        Eso sí, tienen que pagar nóminas a mas de 270 empleados. Y, ahora, para financiarse también invierten en bolsa…

  • #016
    Adrián Lijó - 7 mayo 2017 - 19:53

    Lo único negativo de tener adblockers en pc y móvil es que acaban pagando justos por pecadores… pero benditos sean.

  • #017
    Anisótropo - 7 mayo 2017 - 21:08

    Creo que la web tiene más futuro que nunca, gracias a nuevas tecnologías como Webassembly que harán que casi todas las aplicaciones que usemos sean web, pero como Google no sea capaz de lidiar con esto —mediante un buen bloqueador de anuncios en Chrome, por ejemplo—, podrían perderlo todo. Las publicaciones, blogs, etc. se irían a Facebook y las aplicaciones serían nativas.

  • #018
    Juan Manuel - 8 mayo 2017 - 10:16

    Lo de que usar un bloqueador de anuncios es robar, es tan absurdo.

    Es como llamar ladrón a todo el que pasa por delante de mi tienda sin comprar, ya no hablemos de quien entra a mirar y se va.

    La publicidad termina por matarlo todo, hace tiempo que no veo la televisión, pero como herencia de las pasadas decadas, en todas las casas tenemos una en el salón (ahora la tengo cogiendo polvo o usándola como monitor extra).

    Algún día me da por ahi, y cenando tranquilo intento ver algo. Es imposible, como sea una pelicula, para ver los ultimos 15 min de pelicula te ponen media hora de anuncios divididos en 3 o 4 fragmentos, a veces te dejan a 10 seg del final solo para meterte otros 2 min de anuncios. Pero no acaba ahi la cosa, si por algo aguantas el chaparron, seguramente te vuelvan a meter otros 5 min de anuncios en cuanto hagan la entradilla del siguiente programa.

    En esos momentos recuerdo porque no veo la tele y la apago.

    La publicidad ha matado la televisión

    • JJ - 8 mayo 2017 - 12:34

      Hablando de la televisión y de los bloqueadores de publicidad, hay que recordar que desde hace muchos años existe en todos los mandos de los televisores el botón «mute», que de hecho es un bloqueador del sonido de la publicidad (le llamaron ·el asesino de anuncios»).

      A nadie se le ha ocurrido demandar a los fabricantes de televisores por incluir este botón en sus mandos…

      Sin embargo, a los creadores de AdBlock sí les han demandado. Esto demuestra el error conceptual en el que estamos, el mundo del revés, donde una empresa que ayuda al usuario (y consumidor) permitiéndole evitar parte de la publicidad agresiva con la que es atacado, es perseguida. Mientras, quien genera el problema, se permite incluso intentar cortar el paso al consumidor que utiliza legítimamente un bloqueador.

      Es totalmente ético usar un bloqueador de publicidad intrusiva y agresiva. Lo que no es ético es atacar la vista y los oídos de un consumidor. Ni impedirle defenderse de esos ataques.

  • #020
    Fani - 8 mayo 2017 - 13:31

    TOUCHÉ, de verdad.

  • #021
    Javier Portátiles - 9 mayo 2017 - 13:39

    Adblock se está cargando las ganancias de mucha gente que vive de adsense… No entiendo como Chrome permite este tipo de plugins que en teoría perjudican a su propia publicidad.

    • Enrique Dans - 9 mayo 2017 - 13:47

      Es lo que tiene entender el concepto de sostenibilidad… :-)

    • JJ - 9 mayo 2017 - 13:55

      Si, claro, y a la televisión la ha matado el botón «mute» de los mandos a distancia…

      PUSH

  • #024
    David Crespi - 10 mayo 2017 - 07:39

    Si yo pago una tarifa de datos y un 50% de esos datos lo consume la publicidad, quien roba a quien?

  • #025
    representantes aduaneros - 10 mayo 2017 - 16:12

    Lo que está claro es que la publicidad en Internet es muy intrusiva y agresiva, pro es que nuestra exposición como consumidorrs en el mundo virtual es grandísima…unicamente utilizando ingenieria social y nuestros perfiles en redes sociales saben ya que consumimos. Al fin y al cabo Internet, como la televisión, enr ealidad está heha para vender un producto, el consumo online igual que en su día la televisión se hizo para vender, desde una imagen y una forma de vida a cada nimio detalle del que ni siquiera nos damos cuenta.

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