Las ideas y sus pautas de adopción

IKEA TrådfriSabes que una idea ha llegado a su fase de adopción cuando las señales del mercado te lo indican. Durante más de cuatro años, desde octubre de 2012, llevamos hablando de un producto introducido de manera masiva por Philips: la iluminación inteligente y controlable desde un smartphone u otro dispositivo a través de un puente de comunicaciones, una familia de productos conocidos como Philips Hue. Un rápido vistazo a la página de la compañía ofrece una idea de lo que hablamos, en términos de prestaciones y precios, a aquellos que no lo han probado aún.

En general, la popularidad de las Hue ha ido en aumento: hablamos de un producto con una difusión razonablemente exitosa, que fue considerado en 2012 como Producto del Año por Forbes, y que ha recibido sucesivas actualizaciones por parte de la compañía en 2015 y 2016. La compañía no reporta las ventas individuales de esta categoría de producto sino solo las de Philips Lighting, lo que hace difícil conocer exactamente su nivel de popularidad, pero podríamos asumir que se trata de un producto de relativo éxito en niveles adquisitivos razonablemente elevados, dispuestos a pagar en torno a los dieciocho euros por una bombilla para así poder controlarla remotamente. Hasta hace relativamente poco, esos precios eran sensiblemente más elevados. Como referencia, una bombilla LED de similar potencia en Amazon Basics, estándar y no regulable, cuesta en torno a los 4 euros.

El pasado marzo, IKEA lanzó una línea de productos similar, Trådfri (para los fascinados con los nombres en sueco de los productos de la compañía, Trådfri quiere decir simplemente «inalámbrico» :-) y ahora han anunciado su compatibilidad con sistemas como Apple HomeKit, Google Home o Amazon Alexa. En su página en España, podemos observar la similaridad de planteamiento, de accesorios y de opciones, pero también de precio: la bombilla más básica está en torno a los veinte euros. Sin duda, que una marca con la popularidad de IKEA ponga en el mercado una línea de bombillas de este tipo es algo que provocará un pico en su adopción a todos los niveles… pero supone, a su vez, una realimentación de la tendencia a través de una realidad: si Ikea no hubiese lanzado esta línea, estaría arriesgándose a perder su posicionamiento dentro del segmento del llamado «hogar inteligente», «smart home» o «home automation«.  Y obviamente, no son los únicos competidores, sino únicamente los que más conocimiento de marca poseen.

¿Qué implica que una marca orientada al gran consumo y con una estrategia de precios tan cuidadosamente planificada como la de IKEA ponga una bombilla inteligente en el mercado a un precio tan similar al de su competidor principal y líder hasta ahora de una categoría que prácticamente creó desde cero? Simplemente, que aunque el precio podrá evolucionar con el tiempo, la adopción ya comienza a acercarse a un punto sin retorno, a lo que los competidores asumen como un primer nivel de madurez del mercado, y que a partir de aquí, la siguiente fase es el despliegue masivo. La convergencia en precios y la – relativa – compresión de los márgenes no son otra cosa que un indicador de la previsión de unas ventas elevadas, lo que quiere decir que en no mucho tiempo, muchísimas personas encenderán y apagarán sus luces con su smartphone o con otros dispositivos a través de una app, creando escenas con diversos tonos de color o agrupando determinadas partes de la casa en función de sus necesidades, en lugar de simplemente apretando un interruptor. Estos indicadores simplemente nos están diciendo algo tan sencillo como que, según los datos de los distintos jugadores en este mercado, «a esta idea le ha llegado su momento».

Leer las estrategias de los distintos competidores en una categoría en función de su momento de entrada en el mercado o de sus políticas de precios es un ejercicio interesantísimo a la hora de evaluar la curva de adopción de una tecnología. Hasta ahora, las bombillas inteligentes eran simplemente un capricho geek. Pronto, las vamos a ver en todas partes.

 

 

 

This post is also available in English in my Medium page, “When a smart lightbulb can tell you about adoption rates«

 

18 comentarios

  • #001
    DaF - 24 mayo 2017 - 09:41

    Que bien. Más y más IoT de dudosa utilidad, pero muy cool.
    En los próximos años van a caer DDoS como panes.

    En los minipisos que abundan en España, tardas más en encender la luz por el móvil que andando dos pasos.

    Solo dos utilidades (importantes pero residuales) le veo a día de hoy: dotar de mayor autonomía a personas con discapacidad y mantener a los cacos alejados de casa estando de vacaciones encendiendo y apagando las luces de tanto en tanto (que tiene una solución más económica con un programador eléctrico de los de toda la vida).

  • #002
    Carlos Quintero - 24 mayo 2017 - 10:10

    La introducción de las bombillas inteligentes por parte de IKEA es una buenísima noticia para incrementar su popularidad, aumentar la competencia y bajar los precios. Pero no conviene levantar falsas expectativas: la iluminación inteligente, en su estado actual, es una idea a medio cocinar y está plagada de inconvenientes (al menos la de Philips Hue con Apple HomeKit, que es la que conozco bien):

    – Para empezar, no hay nada más cómodo que pulsar un interruptor físico al entrar o salir de una habitación que quieres iluminar. Ni app, ni voz ni nada. Philips lo sabe y por eso sacó unos interruptores físicos que se pueden adosar a la pared. Pero son «raros» (tienen varios botones, uno para encender, otro para apagar (!) y otros dos para subir o bajar la intensidad) y quedan poco estéticos al lado de los interruptores de pared de toda la vida. En EE.UU. ya están sacando interruptores que se insertan en la caja del interruptor de siempre, sustituyéndolos, que es la solución buena.

    – Usar una app en el móvil o tableta para encender o apagar luces es lento e incómodo. Sólo es práctico si estás sentado en el sofá y no te quieres levantar (pero si no eres vago se tarda menos). Me resulta extraño que esta sea la principal propuesta de la iluminación inteligente, porque la experiencia de uso va a decepcionar a muchos.

    – Hay otra forma que es más rápida que la app, y es la interacción por voz (Siri) con el Apple Watch, que se suele llevar encima más tiempo, sobre todo en casa (no así el móvil). Pero no es del todo rápida.

    – Cada fabricante require un puente («bridge») conectado al router. Veremos si llega la interoperabilidad.

    – Se usan dos apps: la del fabricante para configurar (y para usar, si quieres), y la app Home de Apple, que «unifica» en una sola app el manejo de todos los dispositivos. Hay duplicación de funciones, escenas, habitaciones, etc.

    – La configuración de las bombillas no siempre es inmediata. A veces no se detecta y requiere introducir en la app un código escrito en letra diminuta en la bombilla.

    – El precio también es un inconveniente.

    En definitiva, mucha gente se comprará una o dos bombillas con el puente y las pondrá donde más tiempo esté (el salón). Pero la propuesta brutal, reemplazar todas las bombillas de la casa y sus interruptores de pared por bombillas inalámbricas que se puedan usar indistintamente desde nuevos interruptores de pared (que se instalan en el hueco de los antiguos), desde apps o desde voz todavía tendrá que esperar, a la espera de que se solucione el tema de los interruptores de pared y la latencia en la interacción por voz. Y por supuesto, del precio total de dicha propuesta.

  • #003
    Pedro Picapiedra - 24 mayo 2017 - 12:27

    Sr Dans

    Puede especificar que tanto por ciento de la planta instalada de bombillas en el mundo son «Smart»…

    Referencia de su slogan publicitario: «un producto introducido de manera masiva por Philips: la iluminación inteligente y controlable desde un smartphone u otro dispositivo»

    ¿Defina masivo, quizás un 0.01% del mercado?
    Si este producto fuera una startup, sin un dinosaurio detrás, hace tiempo que se hubiera ido al carajo.

  • #004
    Gorki - 24 mayo 2017 - 12:29

    El poder encender y apagar aparatos eléctricos por el móvil, es muy interesante para las segundas viviendas. No tanto una bombilla, que también, como simplemente un interruptor al que se enchufa cualquier aparato eléctrico, pongo por ejemplo un radiador, el agua caliente, o el sistema de riego.

    Tengo un amigo «maker» que en su vivienda tiene un pequeño huerto con gallinas y conejos, a los que cuida y vigila desde cualquier lugar por Internet, con una cámara de vigilancia ve a su ganado y su huerto y decide si necesitan agua, pienso o hay que regar el huerto. Ello le permite abandonar su vivienda habitual en un pueblo en el monte y trasladarse a Llanes donde su hija estudia en el instituto. Aparte de la cámara, que la ha comprado ya operativa por Internet, hizo de forma artesanal interruptores controlados por Internet con lo que maneja todo lo demás.

    Hoy estos enchufes inteligentes se venden y no tiene sentido hacerlos, se encuentran por unos 20 euros. https://www.amazon.es/Aigital-Ai-05-EU-Socket/dp/B06XFYBM58/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1495621387&sr=8-1&keywords=interruptor+internet

    El único problema es que necesitas pagar dos accesos a Internet lo cual es caro, algo que se reduce bastante si el segundo punto tiene muy poco consumo de datos y lo puedes cubrir con algunas de las compañías que dan acceso gratis, que comienzan a aparecer, o por ejemplo a un segundo teléfono móvil o bien llegando a un acuerdo con algún vecino que tenga red. También hay sistemas de WiMax muy económicos si tienes poco uso de la red, lo que cuesta es la instalación de la antena.

  • #005
    menestro - 24 mayo 2017 - 12:34

    Lo que determina la adopción de un producto de consumo es la demanda, Enrique. No la oferta. Es lo que enseñan todos los libros de economía del más amplio espectro que puedas imaginar.

    La estrategia de Ikea es retener al cliente en su lineal, es decir, que no tenga que salir de la tienda porque no encuentra un producto dentro de su gama. Es lo que se podría denominar ‘disponibilidad agregada’; si un comprador encuentra lo que buscaba en el almacén Ikea, por ejemplo una lámpara de colores, la probabilidad de que además compre la silla Börje o el Hurdal, aumentan. Al mismo tiempo que la oferta, se amplía el número potencial de compradores que entran al almacén buscando un producto determinado.

    Es la misma estrategia de Mercadona, al mantener una gama que cubre la demanda de la forma más amplia, al menor coste posible.

    Ikea ya ha intentado anteriormente vender hogar digital en su línea Uppleva, sin mucho éxito.

    Otro día hablamos del IoT y los objetos conectados, o las pautas de adopción de tecnologías emergentes, que son cosas diferentes.

    Growth Outside the Core

    Why Most Market Adjacency Moves Fail

  • #006
    Carlos - 24 mayo 2017 - 13:16

    Las bombillas «inteligentes» es una necesidad creada, no real. Cuando creas una necesidad, si la solución que propones no supera la eficacia de la que utilizas habitualmente, no triunfa o como mínimo no se populariza. Dicho de otra forma, si tardas más en encender la bombilla que dando a un interruptor, sólo te queda como valor añadido cubrir necesidades particulares, pero en ningún caso supone un salto o evolución, en este caso, en la iluminación de viviendas y demás. Y te lo dice alguien que tiene una casa muy dogmatizada.

    • Krigan - 24 mayo 2017 - 15:35

      Si nos ceñimos a las bombillas las ventajas son bastante marginales, pero entiendo que esto es parte de un movimiento más amplio, de hacer que todo el hogar sea inteligente, y controlado por voz, además de por el móvil.

      Eso sí aporta grandes ventajas de cara al control del consumo eléctrico (cuyos datos se pueden visualizar en el móvil), comodidad (instrucciones por voz), control desde fuera del hogar, y automatización.

      Se puede hacer que las luces se enciendan automáticamente si estás en el cuarto y la intensidad de luz solar baja al caer la noche, o que se enciendan y apaguen según entras y sales del cuarto. Necesitas eso sí al menos un fotómetro por hogar, y un sensor de presencia por cada cuarto, y que todo esté interconectado.

      Una misma instrucción («Alexa, Netflix») puede tener efectos diferentes según lo digas en el salón o en el dormitorio (Alexa tiene que saber que tienes tele en el dormitorio). Otro tanto si le dices que encienda o apague la luz. El despertador también puede encender automáticamente la luz del dormitorio donde está.

      En definitiva, la integración es muy importante. Es eso lo que veo que está más verde.

  • #008
    Gorki - 24 mayo 2017 - 14:17

    Lo que determina la adopción de un producto de consumo es la demanda, Enrique. No la oferta.

    Me pregunto como ha aparecido la demanda para la adopción por parte de los consumidores, de este chisme. https://www.amazon.es/Anself-Spinner-Juguete-Pr%C3%A1ctica-Adultos/dp/B01N30RAF5

  • #009
    JJ - 24 mayo 2017 - 16:22

    Muchas veces la gran empresa comercializa productos novedosos (o «cool») pero que son marginales, que realmente no generan beneficios directos, como estrategia de imagen. Es una forma de publicidad, de transmitir un mensaje de modernidad, que también tiene su valor y que resulta amortizable.

    Por lo demás coincido totalmente con el comentario de Krigan. Y sobre todo recordar que se consume mucha energía con luces que se mantienen encendidas innecesariamente, y que esto se soluciona (desde hace mucho) con sensores. Pensemos, por ejemplo, en la iluminación de vestíbulos y escaleras de millones de edificios durante la noche (y también el día), simplemente porque carecen de estos sensores de presencia.

    Sin embargo, creo también posible que los mas jóvenes, los nativos digitales, se acostumbren a este tipo de cosas, como programar o encender y apagar las luces de casa desde sus smartphones…

  • #010
    Gorki - 24 mayo 2017 - 18:08

    En mi comunidad aprovechando que habia que renovar los cables que llevan la electricidad a los domicilios por haberse quedado obsoletos en cuanto a capacidad , se instalaron sensores en la escalera, lo que supuso un gran desembolso pues hubo que instalar un monton de sensores en cada rellano de escalera, mas en los sótanos, y en contra de lo esperado no se redujo mucho el consumo de luz de la escalera, pues ya habíamos cambiado las lamparas clásicas por leds, (otra inversión, esta sí rentable).y resulta que una lampara led pequeña que es lo que hay en las escaleras viene a consumir encendida un poquito más lo que consumen los sensores, con lo que el ahorro, existiendo es mínimo.

    No siempre lo «evidente», es lo más adecuado.

    • JJ - 24 mayo 2017 - 18:59

      Gorki, de tu caso particular sacas una conclusión general.

      Lo mas probable es que os hayan timado (a veces son los administradores), o que hayáis hecho las cosas mal.

      Aquí hay una página (argentina) que puede explicar lo que os ha ocurrido.

      Sensores de Movimiento…Ahorro de energía?

      • Gorki - 24 mayo 2017 - 23:27

        Antes teníamos el típico pulsador que encendia por un tiempo todas las bombillas de la escalera y ahora tenemos dos sensores por rellano de escalera, mas uno en el ascensor, y varios en el sótano que controlan que solo se enciendan las que se detecta paso de personas, Por tanto ni antes ni ahora las bombillas estaban encendidas TODO el día, sino solo cuando era necesario. La diferencia es que antes se encendía toda la escalera y ahora es el rellano y el ascensor.

        Cierto es que ahora solo se encienden ALGUNAS bombillas y no todas las bombillas, pero eso solo ocurría un tiempo y en cambio ahora están 24 horas encendidos TODOS los sensores. El consumo de cada sensor depende del modelo, anda entre 0,45W a 0,1W. como están encendidos 24 horas, como media gastan 4,5 Watios al dia, similar al consumo de una bombilla de 9 Watios media hora, como hay mas o menos dos por bombilla y las bombillas tampoco antes estaban encendidas todo el dia, la diferencia de consumo, no amortizará nunca, el trabajo de hacer rozas hasta los sensores, albñilería y pintura que hubo que hacer para poner los sensores, de hecho el contador de la escalera que es diferente de el del motor del ascensor, ha bajado cantidades mínimas al mes.

  • #013
    Alqvimista - 24 mayo 2017 - 18:21

    He probado un par de dispositivos independientes, un adaptador de enchufe ElGato Eve Energy y un adaptador de bombilla Koogeek Smart Socket que para mí es mucha mejor opción que las bombillas, al fin y al cabo bombillas las hay de infinitas formas, colores, tamaños, potencias, precios, etc., ¿por qué ceñirte sólo a las inteligentes?

    En cuanto a su manejo, al menos desde Apple HomeKit, va mucho más allá que simplemente encender/apagar, puedes crear ambientes muy complejos combinando dispositivos. Por ejemplo coges el mando del AppleTV y con clic se enciende el ATV, el amplificador AV y el televisor, pulsas el botón de Siri del mando y dices ‘modo cine’ y entonces se enciende el ventilador que refrigera el amplificador AV, se apaga la luz grande del salón y se enciende una pequeña auxiliar. Es un ejemplo de las cosas que se pueden hacer jugando con estos cacharros. Y no DAF, comparar esto con un programador eléctrico de toda la vida es como comparar un teléfono con un smartphone.

    Por cierto, no sólo los he usado sino que también los he desmontado: señores de Koogeek, usar tres trozos de cinta negra de electricista para prevenir posibles contactos eléctricos es, en mi opinión, una solución… cutre.

  • #014
    José Enrique - 24 mayo 2017 - 23:39

    Esta vez estoy de acuerdo con lo dicho y con la agudeza del amigo Krigan mencionando al famoso Spinner como ejemplo de impulso de la adopción por parte de la oferta. Sí… en este caso estamos ante algo muy similar.

    Lo que sí me gustaría dejar claro aquí es la mala (pésima y a mala leche) traducción del concepto «smart» por «inteligente»

    «Smart Home» es hogar eficiente… no inteligente. Las bombillas NO son inteligentes.

    OjO porque me parece ver por dónde vamos y no…

    • JJ - 25 mayo 2017 - 00:31

      Yo pensaba que la traducción era acertada (listo, inteligente, etc.).

      http://www.spanishdict.com/traductor/smart

      • José Enrique - 25 mayo 2017 - 12:44

        No es lo mismo «listo» que «inteligente»… aquí todos somos «inteligentes» pero unos más «listos» que otros.

        Es una diferencia sutil como otras muchas en muchos idiomas. Nuestro concepto de «inteligencia» se puede traducir como «clever»; y sí… lo de «listo», «avispado», «rápido» es correcto.

        No tengo conocimientos para investigar en dónde está el principio de este error pero ya lo detectamos cuando se utilizó para las «Smart Cities» que, y dicho por ingleses con conocimientos enormes de español, estaba mal… muy mal traducido; respondiendo a criterios de marketing barato más que a la propiedad de los términos.

        Ahora ese concepto «smart» se aplica como «inteligente» a muchas cosas que son meros pasitos en el avance tecnológico.

    • Krigan - 25 mayo 2017 - 09:25

      El Spinner lo mencionó Gorki, no yo.

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