La red, los modelos freemium y los planteamientos imposibles

IMAGE: lculig - 123RFMi columna de El Español de esta semana se titula «Entender la red«, y vuelve al tema que toqué hace un par de días, el acuerdo al que una compañía discográfica ha obligado a someterse a Spotify, en virtud del cual los más de cincuenta millones de usuarios de la compañía que no pagan una suscripción y que escuchan (o mejor, soportan) publicidad (que no quieren escuchar) intercalada con la música (que sí quieren escuchar) y que reportan a la compañía unos ingresos de alrededor de $220 millones de dólares dejarán de tener acceso a las novedades del catálogo de sus artistas preferidos hasta que hayan pasado dos semanas de su salida. 

Pongamos las cosas en su sitio: la música vale dinero, y las empresas deben tratar de ser rentables. De acuerdo. Que cincuenta millones de usuarios pretendan escuchar música, es decir, obtener un producto que vale dinero, sin pagar nada por ello, es algo que en principio, suena difícil de sostener. ¿Cuál es la razón, entonces, que sustenta el hecho de que una empresa nativa de internet, fundada en 2006 por dos personas jóvenes que claramente entendían cómo funcionaba la red, trate de acomodar a esos usuarios no dispuestos a pagar en un tramo gratuito financiado con publicidad? Obviamente, la idea no era simplemente «tenerlos contentos» ni «ser generosos», sino tratar de que un cierto porcentaje de esos usuarios terminase por valorar el servicio lo suficiente como para tomar la decisión de comenzar a pagar por él. He visto ese proceso en numerosas ocasiones: en amigos, en familiares, en conocidos… y sí, existe, no es mitología. Sucede de verdad.

Para obtener algo así, que se llama tasa de conversión y que viene a ser el verdadero sancta sanctorum de muchísimos negocios en la red, el balance es sumamente delicado. Comienza por ofrecer a esos usuarios una oferta de contenido que verdaderamente valga la pena, a cambio de algo que si bien puede resultar relativamente molesto o incómodo (en este caso, los anuncios publicitarios), no suponga para esos usuarios un desprecio o algún tipo de agravio. Según lo que Spotify lleva tiempo investigando activamente (no, esto no es un negocio de «pongo una base de datos con mucha música y espero»… aquí hay una importantísima cantidad de investigación, de estudio y comprensión de patrones y modelos de uso, de propensión al pago, etc.), un usuario puede aceptar escuchar una cierta cantidad de anuncios intercalados con su música, puede entender que esos anuncios provienen del hecho de que no paga una suscripción, y puede valorar ese servicio que le permite acceder cómodamente a la música a pesar de que le someta a un cierto… «martirio». Si el martirio se vuelve excesivo (es decir, si el número de anuncios crece demasiado), el usuario se irá con la música a otra parte, nunca mejor dicho. Pero si en un momento dado, llevado por sus circunstancias personales, por el hartazgo de la publicidad, por una oferta o por una combinación de los astros, decide probar el modelo de pago… entonces se produce la magia.

Hasta el momento, Spotify ha sido extraordinariamente buena a la hora de generar esa magia. Nada menos que cincuenta millones de personas en todo el mundo han decidido pagar por su servicio sobre un total de cien millones de usuarios totales, lo que la lleva a plantearse que podría llegar a tener resultados positivos por primera vez en este año 2017, once años después de su fundación. Ese tipo de ciclos largos, en los que se pasa mucho tiempo creciendo en facturación pero incurriendo en pérdidas, en los que el negocio se sustenta en un porcentaje relativamente pequeño de usuarios de pago, son habituales en quienes entienden la red: se puede ser rentable, pero hay que aceptar unas ciertas reglas y estructuras de coste que en la red son marcadamente diferentes. Hay que entender la red.

Si los usuarios de Spotify empiezan a ver que la compañía les da muestras de que no son bienvenidos, les hurta determinadas canciones que querían escuchar – de hecho, siendo novedades, no solo querrán escucharlas, sino que muy posiblemente sean el objeto por el cual entraron en Spotify ese día – y de alguna manera, les estropea la experiencia de uso, lo que harán esos usuarios será irse. Empezarán a escuchar música en otros sitios, o la obtendrán a través de descargas irregulares, que por mucho que algunos piensen que pueden erradicarse, está más que demostrado que es completamente imposible. La propensión de esos usuarios «fastidiados» a convertirse a usuarios de pago no crecerá como resultado del «fastidio adicional», sino que decrecerá, de manera inversamente proporcional al crecimiento del odio hacia la compañía que consideran que les maltrata. Una cosa es ponerte anuncios fastidiosos, algo que ya en cierto sentido forma parte del contrato psicológico con el servicio… pero otra es tratarte como un apestado al que se niega el acceso a las novedades, una parte importante de la propuesta de valor de un sitio de música.

Si Spotify, que entiende la red pero tiene incrustado en su accionariado a una serie de dinosaurios del pasado que no la entienden ni de lejos, tiene problemas con su modelo freemium, ¿qué no tendrán otras compañías que, simplemente, no entienden la red desde el principio? ¿Por qué tantos periódicos, por ejemplo, tienen tantos problemas para convertirse en rentables? Sencillamente, porque tratan a los usuarios como basura. Y resulta enormemente difícil que un usuario al que tratas como basura termine por decidirse a darte un dinero determinado a cambio de nada. Si te dedicas a literalmente martirizar a tus usuarios con formatos de publicidad que no administrarías ni a tu peor enemigo, con trampas demenciales en las que escondes el botón de cerrar, con sonido preactivado, con vídeos que se lanzan solos, con desplegables que te hacen sentir como pisando un campo de minas o con anuncios que tapan las noticias, lo siguiente que puedes esperar es que aquellos usuarios que sepan hacerlo y tengan dos dedos de frente se instalen un bloqueador de publicidad. Simple y llanamente, es una respuesta a una agresión. Si una vez que se lo han instalado, les niegas la entrada, estás añadiendo el insulto al agravio, los estás fastidiando aún más, y es mas que probable que te enseñen un dedo, y no precisamente el dedo de hacer clic en ningún botón, sino otro diferente. Y si aún te extrañas de eso… es que no solo no has entendido nada, sino que además, eres tonto. Así de sencillo. Y aunque no os lo creáis, os aseguro que de esos, hay unos cuantos, y los he visto con estos ojitos a poca distancia en alguna sala de conferencias.

Los modelos freemium son enormemente interesantes. Yo llevo mucho tiempo estudiándolos y analizándolos, y desde hace algo más de un año, soy además miembro del consejo de administración de una compañía que trata de ponerlo en práctica, por el momento con gran éxito. Pero lo fundamental para esos modelos es entender que para triunfar en la red hay que ENTENDER LA RED. Así, con mayúsculas. Si crees que en la red puedes, por ejemplo, obligar a que quien enlaza a tus contenidos – y por tanto te aporta tráfico – te pague por ello, es que no has entendido nada. El enlace es una pieza clave en la red, y atacar la naturaleza del enlace supone ir en contra de la red. Incluso en el caso de que pudieras, recurriendo a políticos ignorantes o corruptos, conseguir que la ley estuviese de tu parte, algo así nunca funcionaría. Si crees que puedes presentar a los usuarios un producto basura, lleno de molestias e incomodidades, y que aún así te apoyen y te soporten estoicamente porque eres «un bastión de la democracia», deja de beber. Para que una idea funcione en la red, considerando la cantidad de opciones que un usuario tiene al alcance de un clic, tienes que cuidar a tus usuarios, mimarlos, hacerles sentir que forman parte del servicio, ofrecerles una parte razonable de prestaciones cuando no pagan, y darles oportunidades para convertirse al pago cuando lo estimen oportuno o adecuado. Si en lugar de hacer eso te refugias en esa estupidez del «lo quieren todo gratis», nunca triunfarás.

¿Todo gratis? Yo ya ni sé por cuántas cosas pago en la red, pero son muchas. Mi filosofía es que si algo me ofrece un servicio que de verdad valoro y aprecio, prefiero pagar por él, porque con eso contribuyo a hacerlo sostenible. ¿Es esa la filosofía de todos los usuarios? No, por supuesto que no. Esa filosofía hay que desarrollarla con el tiempo y con la experiencia, a base de consistencia, de buen trato y de propuestas razonables. Para quienes entienden la red, es cuestión de tiempo y de planes de negocio pacientes. Para quienes no la entienden, supongo que será algún tipo de cruzada contra unos usuarios malvados que les odian, que lo quieren «todo gratis» y contra los que luchan encarnizadamente. No, mira, lo siento: con ese tipo de filosofías no se va a ningún sitio. Ni en la red, ni en la vida.

 

23 comentarios

  • #001
    Patricia Midorikawa Nascimento - 7 abril 2017 - 08:12

    Hola Enrique,

    Estoy de acuerdo de que la mejor forma de captar usuarios es dejar que prueben antes el servicio. Sin embargo, creo que esto genera una creencia en mucha gente de que todo lo que está en internet tiene que ser gratis y que aquellos que no lo dan todo sin coste son unos «sin vergüenza».

    Yo soy usuaria de Babbel para aprender idiomas. Me encanta el producto y no me importa pagar para tener esta calidad. Sin embargo, puedes ver las evaluaciones que tiene Babbel en Play Store: un montón de insultos y comparaciones con Duolingo. Duolingo es gratis (aunque recientemente tiene la opción de que le hagamos donaciones) y no está mal pero no tiene la calidad de Babbel, en mi opinión.

    A ver si más gente empieza a entender que muchas veces merece la pena pagar para tener calidad.

    Un saludo.

    • Sergi Rodrigues - 7 abril 2017 - 22:00

      100% de acuerdo contigo Patricia. Yo desarrollo (y por tanto vendo) software de servidor (webapps) a medida para pymes de casi cualquier sector, desde hace 15 años, y puedo decirte que TIENES TODA LA RAZÓN : desafortunadamente el 90% de la gente (incluidos los empresarios) NO entienden el valor del software… o mejor dicho de PAGAR POR EL SOFTWARE.

      Enrique, tú dirás que no, pero lo que yo me encuentro en el 90% de los casos es un «consumidor» que quiere el mejor software y GRATIS si puede. Creen (o quieren creer) que los programadores no necesitamos dinero para vivir.

      En mi opinión el paquete «windows+office+photoshop» gratis para todos durante décadas ha hecho mucho daño… en la mentalidad colectiva sobre el costo del software.

  • #003
    Javier TD - 7 abril 2017 - 09:15

    Hola. Me parece más que acertado el punto de vista acerca de las cuentas freemium. Siempre me ha parecido que castigar y poner trabas a los usuarios «gratuitos» es como si al entrar en una tienda el dependiente te acosase diciendo que si no vas a comprar ya puedes irte. Evidentemente no volvería.
    Cualquier dependiente te dirá que es importante que el cliente se sienta a gusto para que compre y vuelva. Cuánto más en la red, donde la oferta es más que abundante y encima existe la posibilidad de saltar la valla que da acceso a los productos.

  • #005
    Miguel Angel - 7 abril 2017 - 09:29

    El periódico elmundo en su versión online, no deja leer noticias y pide que quites el bloqueador de anuncios… Si lo tienes claro, aunque depende del tipo de navegación en muchas ocasiones estás obligado a tener un bloqueador.

  • #006
    marcelo - 7 abril 2017 - 11:57

    igual los señores de Spotify consideran que con la decadencia del PC en favor de los smartphones el fantasma de la piratería se aleja y pueden apretar un poco a sus usuarios gratuitos. Bajarse una canción o álbum con un PC estaba tirado (y digo estaba, porque la oferta pirata ha bajado mucho y no te creas que ahora encuentras todo lo que quieras y cuando quieras), pero con un teléfono la cosa es más complicada y farragosa.

    • Enrique Dans - 7 abril 2017 - 12:01

      Conociendo a Spotify y su cultura empresarial, mi impresión – uno se puede equivocar con las impresiones, por supuesto, y no tengo más que eso – es que ese acuerdo no viene de ellos, sino de UMG. Es decir, que es UMG la que presiona a Spotify para que lo haga. Piensa que además, las discográficas ya intentaron anteriormente cargarse completamente la parte gratuita, con lo que esto viene a ser como una rebaja en sus expectativas, un proceso de negociación largo con Spotify en modo «algo tienes que quitar»… No veo a Spotify disparándose en el pie de esa manera como decisión propia en absoluto, sinceramente. Pero eso, que siempre puedo estar equivocado y no lo he hablado con ellos aún.

      • marcelo - 7 abril 2017 - 12:33

        Bueno, cuando hablo de Spotify me refiero a la empresa en sí y a todos sus accionistas, no los puedes separar. El equilibro de poderes debe ser de una complejidad diabólica.

    • Álvaro - 7 abril 2017 - 15:29

      De hecho, pocas cosas son las que no se puedan conseguir vía emule (sip, aun existe), torrent (The Pirate Bay aun resiste, además de otras muchas webs) o, en el caso de la música, más sencillo aun: Youtube. Es extremadamente sencillo convertir a mp3 canciones que hay en YT. Y, todavía, en España al menos, sigue sin ser ilegal la descarga de contenidos. Por cierto que, hay programas de torrent que funcionan perfectamente en dispositivos móviles.

      No, yo pienso que el señor Dans tiene razón y a mi me ha pasado con el evernote: he sido usuario desde tiempos del Nexus one, en varias ocasiones premiun según mi economía y/o lo que necesitara. Hace tiempo, decidieron caparlo mucho para los usuarios gratuitos al tiempo que subían las tarifas de suscripción. Consecuencia: he migrado a One Note todas mis notas para guardarlas y actualmente estoy pensando en simplificar y pasar a Google Keep. Y no es por el dinero porque como cliente de Movistar me regalaban un año de premiun de evernote, y ni gratis lo acepté después de eso…

      • Lucio M - 7 abril 2017 - 17:25

        A estas alternativas ‘gratuitas’ (entre comillas, porque el tiempo que se dedica a descargar y clasificar contenidos tambien tiene un precio) se les gana haciendo el contenido tan accesible, tan comodo de consumir, que uno comience a aborrecerlas.

        No se les gana haciendo la oferta mas escasa, entorpeciendo el acceso a los contenidos.

        Spotify entiende esto.

        Las discograficas, no.

      • Yo - 15 abril 2017 - 02:50

        +1

    • Krigan - 9 abril 2017 - 10:50

      Lo que se usa desde hace años para descargas de canciones no es el p2p, sino Youtube, que encuentras de todo, con cualquier programita que te pasa el audio de Youtube a mp3, como ya ha señalado Álvaro.

      Esos programitas también existen para Android, y no supone ningún problema usarlos en el móvil, incluso con el wifi de un bar. Si usas el móvil como reproductor mp3, es incluso más cómodo que en los viejos tiempos del PC. Nada de hacer la descarga en un aparato (el PC) para después oír las canciones en otro (el reproductor mp3).

      Spotify, que es el líder en servicios de pago, ha conseguido solo 50 millones de usuarios, a pesar de que hay más de 3.000 millones de internautas, y que casi todo el mundo es aficionado a la música en mayor o menor medida. Si lo miramos internamente, Spotify tiene una tasa de conversión fantástica, del 50%. Si lo miramos en global, es Google con Youtube quien se ha llevado el gato al agua.

  • #013
    acerswap - 7 abril 2017 - 12:36

    Yo diria que no hay que ser tan radical. No van a tener una espantada de todos sus usuarios de cuentas gratuitas solo por eso, ni va a aumentar la pirateria de manera exponencial por esa decision. Es logico que existan restricciones a los usuarios de opciones gratuitas (o privilegios para quienes usan las de pago).

    ¿Que dos semanas puede ser mucho? Puede ser, pero creo que si no pagas por un servicio (en dinero) tampoco tienes derecho a exigir el mismo catalogo.

    • Enrique Dans - 7 abril 2017 - 12:40

      No, no es algo que pase de la noche a la mañana. Es algo que si eres usuario gratuito, primero escuchas y te cabreas, después lo dejas pasar, y así hasta el día en que quieres escuchar una novedad y te encuentras que no puedes hacerlo porque te la han quitado del catálogo. Ese día sí te vas a la página de descargas de turno o a YouTube, y tu inclinación positiva hacia la compañía disminuye, lo que te hace menos susceptible de pensar en convertirte en usuario de pago.

      • mk360 - 8 abril 2017 - 15:02

        Creo que Spotify hizo la mejor negociación que pudo con una UMG con la que hasta ahora negociaba todos los meses, que en un comienzo le exigía eliminar directamente el plan gratuito, que quería restringir las novedades completamente, que la amenazaba con irse a un servicio con más espaldas, como Apple. En esos términos, mucho se dice sobre que no novedades hasta 2 semanas después, pero no debe olvidarse que los singles si estarán disponibles desde un comienzo. Claro, no es un disco completo, pero una gran parte de la gente, que es la misma que abre el programa de vez en cuando, la verdad no estuvo nunca interesada en escuchar el quinto tema del disco X, sino más bien el preciso que sonaba en la radio. Lástima que Spotify se haya visto obligada a cambiar parte de su modelo, porque se que están convenciendo a la gente a pagar paso a paso (yo soy de quienes se convencieron de pagar y actualmente mantengo el plan familiar con otra gente) pero así son las negociaciones, y lamentablemente, si que tienen que negociar con gente que hasta ahora nunca ha entendido internet.

    • Sergi Rodrigues - 7 abril 2017 - 22:15

      Acerswap, yo también pienso como tú. Enrique tiene razón en asegurar que sin lugar a dudas perderán usuarios con esta jugada. Pero tiene que hacer caso también de algo que él mismo ha dicho en este artículo: empresas de este tamaño no toman estas decisiones hasta haber analizado al máximo las consecuencias. Así que yo intuyo que si los análisis de Spotify son certeros entonces la jugada les va a reportar nuevos clientes: unos cuantos miles de usuarios «indecisos» (los que usaban el servicio gratuitamente y no se decidían a pasar al pago mensual).

      Al final, hemos de recordar que el balance positivo de ingresos -según Enrique- les ha venido por los 50m de usuarios que PAGAN, y no de la publicidad mostrada a los 50m que no pagan. Así pues, supongo que podemos concluir que cualquier jugada que incremente el balance hacia el grupo de pago va a incrementar el valor del negocio.

  • #017
    Carlos Quintero - 7 abril 2017 - 16:07

    En ninguna parte está establecido que los usuarios gratuitos de un producto tengan que disfrutar el mismo producto que los de pago a cambio de publicidad, pero hay un pecado capital o dos que cometen las empresas que tienen un producto gratis o sostenido con publicidad y un producto de pago, y es:

    1) Cambiar las condiciones (a menos) a los usuarios actuales del producto gratis
    2) Hacerlo sin una oferta irresistible en precio y comodidad para pasarse a ser usuario de pago.

    La parte de la comodidad está casi siempre resuelta. Es por la parte del precio por donde fallan. A mí me pasó hace unos meses que usaba una plataforma online de traducción que me permitía tener 5 traductores, que es justamente el número que necesitaba, todo completamente gratuito. De repente, me comunican un día que el plan gratuito en lugar de 5 lo reducen a 3. A mí no me hubiera importado pagar por el siguiente plan (de pago) a un precio razonable, pero el precio mensual era desorbitado para mis necesidades: pasaban a 10 traductores, que no necesitaba, y no había un plan de pago para 5. Así que me perdieron como usuario.

    Spotify podría hacer las siguientes cosas:

    – Aplicar la restricción de dos semanas sin las novedades a usuarios nuevos sin cambiar nada a los actuales.
    – Aplicarla a todos los usuarios gratuitos pero con una oferta irresistible. Ejemplo: un año de Spotify Premium a mitad de precio (5€/mes), o a un tercio (3€/mes).
    – Aplicar nuevas ventajas solo a los usuarios Premium: por ejemplo, mejor calidad de audio, descuentos para conciertos, etc.

    Pero aplicar la nueva restricción sin más a los usuarios gratuitos actuales es poco inteligente. A mí, si fuera usuario gratuito, esa restricción me daría igual porque no necesito las novedades al instante (ni siquiera en series o películas, que consumo más), pero hay usuarios jóvenes que «necesitan» oír las novedades para comentarlas con sus amistades en redes sociales, etc. y que se van a sentir fastidiados.

    Dicho todo esto, también es justo reconocer que hay muchos usuarios que no quieren pagar ni aunque la comodidad sea inmensa y el precio muy competitivo. Conozco personas muy cercanas que viven muy bien, haciendo viajes, etc. pero no conciben pagar 8€ al mes a Netflix y van gorroneando un usuario a familiares cercanos. Y también hubo muchos usuarios de Whatsapp indignados cuando pretendieron cobrar 1€/año por una app sin la cual «no podrían vivir».

    • Sergi Rodrigues - 7 abril 2017 - 22:32

      Carlos, te doy la razón en el caso que explicas de la plataforma de traducción en tanto que pienso que lo hicieron mal. Uno de mis proveedores de hospedaje lo hice bien de la siguiente manera: decidieron dejar de ofertar justamente el plan que yo venía usando, pero NOS HAN MANTENIDO el plan a los que ya lo teníamos contratado a pesar de que ya no lo ofertan a clientes nuevos. Los amo… eso es respetar y valorar a cada cliente.

      Dicho esto, creo que muchos des estos problemas nacen de un problema inicial de enfoque que podría evitarse: hay una falta de comprensión y compromiso efectivo con el modelo de comercialización de PAGO POR USO. Me explico.

      En el caso de tu plataforma de traducción lo que deberían haber hecho desde el inicio es un sistema tarifario dependiente del número de traductores/usuarios, pero NO en «escalones» de 5 en 5, sino de uno en uno. El primero lo das gratis y los siguienteslos agrega uno a voluntad incrementando el precio PROPORCIONALMENTE.

      Quien dice que la variable es el «número de usuarios», dice que es los «Gb de transferencia», etc. Pero realmente se impone la necesidad de sistemas tarifarios más radicalmente y matemáticamente LINEALES. Es lo más justo para ambas partes (proveedor y clientes). Vamos, es mi opinión como proveedor.

      • Carlos Quintero - 8 abril 2017 - 01:18

        Exacto, Sergi. También uso una herramienta de helpdesk llamada ZenDesk que tenía un plan «Starter» por agente (solo soy yo) por un precio de risa: 1 dólar/mes/agente si pagabas anualmente (12 dólares/año/agente). Querían ganar más (legítimo), así que lo eliminaron para crear un plan «Essential» nuevo que:

        1) Precio: cuesta 5 dólares/mes/agente (¡5 veces más!)
        2) Comodidad: tiene menos cosas que el plan anterior (para que te pases al siguiente plan «Team» que ya son 19 dólares/mes/agente).

        ¿Doble pecado capital? No, me han mantenido el plan «Starter» por 1 dólar/mes/agente, así que les amo :-).

        Supongo que llegará un año en que lo quiten (en el siguiente modelo de planes), pero pagaría gustoso 5 dólares/mes/agente e incluso 19 dólares/mes/agente ya que mi anterior proveedor de helpdesk era más caro y con peor herramienta.

        Eso es respetar a los clientes gratuitos (o gratuitos de facto) y tener un modelo lineal de coste por usuario, donde los saltos de precio son por características del producto (tienen 5 planes).

        • Sergi - 9 abril 2017 - 21:03

          Bueno, Carlos, solo por rizar más el rizo, déjame matizar lo de «escalonar precios por características del producto» que tú mencionas. Yo no estoy de acuerdo.

          Brevemente, y fíjate que lo digo como proveedor!! bueno… más como desarrollador que como proveedor.

          A ver: si me he roto las costillas para hacer el producto más completo que me ha sido posible para sorprender a mis usuarios/clientes, NO QUIERO que se beneficien de ello SOLO LOS QUE PAGUEN MÁS !! quiero que se beneficien todos!! Mis razones son muchas, pero puedes imaginarte algunas de ellas y no quiero alargarme en este punto.

          Lo que creo que vale la pena aclarar (tal vez a los no desarrolladores) es que hay formas de facturar PROPORCIONALMENTE de modo que «paguen más los que más usan la herramienta, y paguen menos los que la usen menos», dándoles a todos acceso a todas las características virigueras que mi producto tiene.

          Es decir, que cuando decimos «más», estamos refiriéndonos a un «más CUANTITATIVO», no «cualitativo».

          Sinceramente, una vez que tienes desarrollada una birgueria de producto solo necesitas:

          – que te entre dinero
          – que hablen bien de ella

          La mejor manera de conseguir ambas cosas, según mi humilde opinión es dejando que todos lo usen SIN RESTRICCIONES y que pague más quien más la usa (cuantitativamente hablando).

          Disculpa que le haya dado tantas vueltas a lo mismo, pero es un punto CONFUSO y que veo que tiene CONFUNDIDA a mucha gente especialmente no desarrolladores. Al menos yo, hago software para cambiar la vida y la forma de trabajar de la gente para bien, y a cuanta más gente mejor… y que cada cuál me pague según le saque provecho. En realidad, es un poco la filosofía detrás del opensource.

  • #021
    Gorki - 7 abril 2017 - 21:04

    El negocio de dqr algo gratuito es complicado, tus ingr4sos en muchos casos son por publicidad con lo que realmnte tu ptoducto no es lo que das, sino tu audiencia que vendes a otro, bajar la calidad de lo que das, es reducir la audiencia y atacar la base de tu negocio. Pero por otra parte, comprendo a las discograficas , ellos «las novedades del catálogo de sus artistas preferidos» si se ollen gratis disminuyen los posibles ingresos que pudieran alcanzar.

    Mi opinión es que Spotify tiene mal creado el sistema de remuneración que tiene establecido con las discográficas por el uso de sus catálogos. Si buscára una formula. que ligara el pago de cada audición, de un determinado título y su antigüedad, de modo, que una obra recién salida fuera mejor remunerada que una antigua, aun repartiendo en conjuntoel mismo dinero, a las discográficas les interesaría que se oyeran las novedades del catálogo y serian las primeras en dar todo tipo de facilidades para que se pudieran escuchar. Mientras que por su parte Spotify buscaría p la forma de promocionar la escucha de clásicos como Sinatra o los Beatles, que a ellos les costaría menos que se oyeran.

    Es Spotify la que se tiene que preocuparse de dar el mejor contenido para tener el mejor «rebaño» que ofrecer a los anunciantes y son las discográficas, las que han de sacar el máximo rendimiento de sus figuras. Cada cual tiene su papel en el mundo de los negocios.

    Por otra parte lo que debe ser negocio en el «freemium»no es la molesta publicida sino los ingresos periféricos que se pueden obtener de ello. si tienes una buena segmentacion del «rebaño» y unos les gusta oir «bakalao», otros tangos, otros «romántica», country, gregoriano, guitarra, etc. Mezlado con horarios de escucha, localización geográfica, y otros factores como si cambian de música o la utilizan de hilo musical, etc ,
    Puedes tener un perfil bastante adecuado de su personalidad como para poder hacer ofertas publicitarias muy dirigidas a púbicos muy concretos, yo creo que la publicadad asi orientada puede tener buena cotización.

  • #022
    Cristina - 8 abril 2017 - 16:20

    A veces necesito un día para digerir las situaciones. No me parece tan mal, escuchar publicidad de las novedades. Aunque implique no disponer de ellas de manera completa. muchas canciones desaparecieron de mi play list anteriormente y no fue tan grave. Pero escuchar novedades se puede hacer en Youtube con el videoclip oficial y esa es la promoción publicitaria de la novedad del artista. utilizaba la versión de spotify de escuchar aun sin conexion y para minera muy cómodo tener mi biblioteca organizada,disponible y actualizada. pagas por eso. Por actualizarla. Ahí esta el valor. Tus actualizaciones pueden ser antigüas versiones, nuevos hits, O.V, etc… Siempre lo he comprendido así y pagar por ello no resultaba costoso. Como modelo de negocio, es un exitazo. 5 dolares por x suscripciones mensuales???? Un dinosaurio inteligente que sabe que es un modelo de negocio existoso, pero que quizás siga aplicando conceptos de modelos de negó io antiguos. estoy aprendiendo en una situacion de cambio educacional, que los «viejos diablos» que no pobres…pueden resituar el valor de su experiencia. y me esta funcionando muy bien. Al tiempo…:-)

  • #023
    David - 9 abril 2017 - 20:18

    Yo soy autónomo desde 2014 viviendo de ingresos que he obtenido desde Internet comenzando sin ninguna inversión inicial más que un dominio y un hosting. Internet en éste aspecto me ha ayudado muchísimo a realizarme.

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