Compañías intangibles

Decentralized Autonomous Organization (DAO)

¿Qué es una compañía? Básicamente, un conjunto de accionistas que destinan unos recursos a una actividad comercial o industrial, un propósito común para el cual organizan a una serie de empleados que enfocan sus diferentes talentos y organizan sus habilidades o recursos disponibles colectivamente para alcanzar unas metas específicas y declaradas.

¿Qué pasaría si, haciendo un ejercicio de abstracción, tratásemos de reducir esa estructura a lo mínimo imprescindible? Si definimos el objetivo de la compañía de manera transparente, permitimos que entren los accionistas, y creamos un sistema transparente de toma de decisiones descentralizada, sin necesidad de ningún tipo de directivo o de sistema de control más allá del funcionamiento de esos mecanismos, ¿con qué nos encontramos?

Un interesante y accesible artículo en Venture Beat habla sobre las organizaciones descentralizadas y autónomas, conocidas como DAO, que algunos consideran como «las compañías del futuro»: una estructura carente de dirección física, sin empleados y sin ninguna persona en papeles directivos. Unicamente con una serie de contratos con profesionales externos, cuya actividad es controlada y registrada a través de blockchain.

Un modelo de gobernanza totalmente distribuido en el que las decisiones se toman simplemente cuando los accionistas apoyan o retiran su apoyo a los contratos presentados o en curso de realización, de manera que aquellos que no cumplen o no lo hacen al nivel adecuado son eliminados de la organización de manera rápida y eficiente. Plantéate cualquier compañía, y trata de reimaginártela con la totalidad de los flujos de trabajo que la integran llevados a cabo por profesionales independientes, mediante contratos que son controlados a través de un registro infalible. La organización decide qué profesionales hacen qué cosas, establece unas reglas para esos contratos, los paga cuando son entregados, y sustituye a esos profesionales si no cumplen o no lo hacen al nivel adecuado. El incentivo a que esos contratos se lleven a cabo de la mejor manera posible es tan simple como que si no son entregados a tiempo o no responden a la calidad esperada, dejan de trabajar con la organización, porque los accionistas retirarían su apoyo a ese contrato. La compañía pasa a ser simplemente una serie de contratos gestionados de manera descentralizada y completamente transparente, y dado que se trata únicamente de una serie de personas que han destinado unos fondos a un proyecto común, sin necesidad siquiera de constituir legalmente ninguna entidad para dar soporte, y que pueden estar en cualquier lugar del mundo, sería difícil incluso especular acerca del sistema legal al que deben responder sus actos.

El primer intento de crear una DAO fue una compañía llamada precisamente The DAO, y fue un desastre, una prueba evidente de que las cosas no siempre salen bien al primer intento: tras convertirse en el proyecto de crowdfunding más grande de la historia y lograr fondos equivalentes a 120 millones de dólares en moneda virtual para dedicarlos al capital riesgo, la compañía, que había publicado el código íntegro de su actividad en open source y al que se le habían detectado algunas vulnerabilidades, fue objeto de una intrusión que aprovechó dichas vulnerabilidades y logró hacerse con más de un tercio de sus fondos (aunque finalmente, y tras una decisión que generó una fuerte discusión en la comunidad Ethereum, el contrato fue rescatado y esa transacción fue anulada).

La idea de una DAO se asienta en una máxima de internet: la reducción máxima de los costes de transacción. En el momento en que un sistema puede registrar con total fiabilidad todas las transacciones, la necesidad de estructuras directivas y sistemas jerarquizados para llevar a cabo un control desaparece, y se convierte en ineficiente frente a un modelo completamente descentralizado en el que los accionistas deciden libremente si apoyar o retirar su apoyo a un contrato determinado. Una compañía etérea, virtual e intangible, sin jefes, tan solo la expresión de los intereses de sus accionistas en torno a un proyecto común: organizaciones integradas por personas que llevan a cabo determinadas actividades de manera completamente descentralizada. Por el momento, hablamos de cuestiones puramente experimentales y de posibilidades que se están definiendo prácticamente sobre la marcha. Pero con el tiempo, podríamos estar hablando del futuro de las organizaciones tal y como las conocemos. O cuando menos, marcando una línea a explorar o a seguir…

 

 

This post is also available in English in my Medium page, “The intangible company«

 

13 comentarios

  • #001
    Eduardo Martos - 24 abril 2017 - 08:47

    Creo que estamos olvidando que uno de los motivos por los que un accionista confía en una u otra empresa son precisamente las personas que la dirigen. Sin ellas, recae en el accionista toda una serie de decisiones que de la otra manera no se tiene que preocupar de tomar.

  • #002
    Gorki - 24 abril 2017 - 10:32

    Jamás pensé que mi Comunidad de Vecinos fuera una DAO, ni que tal forma de sociedad pudiera ser el modelo de “las compañías del futuro”.

    En la Comunidad todos los propietarios somos accionistas y los que trabajan para nosotros no son empleados sino contratados, Empezando por el adiministrador, siguiendo por el personal de limpieza, los vigilantes, el mantenimiento del ascensor, los jardineros, los revisores de los extintores, el salvavidas de las piscinas, …

    El objetivo es claro, dar el mejor servicio a los vecinos al coste mas reducido posible, y cuando alguien no cumple a nuestro gusto con el trabajo que tiene encomendado, sea la jardinería, la administración, o la limpieza , se cambia del contrato con la compañía que suministra el servicio y se prueba con otro proveedor.

    No obstante, esta sociedad tiene un defecto, carece de liderazgo claro, quien hace de presidente, no se suele implicar suficiente en el buen funcionamiento de la empresa, por que carece de incentivo económico que le motive y el administrador ni posee los poderes suficientes para dirigir la empresa ni se implica mas que como mano ejecutora de las instrucciones que recibe, sin la menor iniciativa..

    • Eduardo Martos - 24 abril 2017 - 10:46

      No lo había pensado así, pero es un buen ejemplo.

    • Garepubaro - 24 abril 2017 - 14:11

      : «una estructura carente de dirección física, sin empleados y sin ninguna persona en papeles directivos».» Una compañía etérea, virtual e intangible, sin jefes, tan solo la expresión de los intereses de sus accionistas», hombre me temo que se trata de simple «desmaterializacion» continua en que estamos, necesidad de menos empresas, menos intermediarios, para que alguien obtenga unos beneficios crecientes y optimos, de sus acciones capitalistas, nada que ver con chapuza de vecindario y a la que salta, que tienen toda la pinta de ir a paraiso fiscal y no a mejora de la sociedad, osea lo que es ya «lo de siempre», concentracion y gananacia extrema de capitales sin apenas se necesite empresa ni empleados teniendo en cuenta que son servicios a nivel mundial… , modelo Google y demas que es lo que viene …

    • menestro - 24 abril 2017 - 15:12

      Yo a veces oigo cosas rarísimas. ‘Disimula, el Director general, uh. Tranquilo, yo te protejo’ Pero si sois 20 personas en la oficina. Se llama Javier y voy a tener que trabajar con él.

      En ese plan.

      • Gorki - 24 abril 2017 - 17:29

        Con frecuencia no tentiendo tu estilo alegórico/criptico, hoy es uno de esos días.
        «Yo a veces oigo cosas rarísimas. ‘Disimula, el Director general, uh. Tranquilo, yo te protejo’ » ¿que tiene que ver con el DAO?

        • menestro - 24 abril 2017 - 18:03

          Gorki, créeme que me gustaría que pillaras el hilo a la primera, tiene más gracia no si no lo explico todo.

          Me refería a la falta de jerarquías verticales, y los estereotipos en las empresas.

  • #008
    menestro - 24 abril 2017 - 12:34

    Yo a veces no sé ni que opinar, sobre cosas que son un llano ejercicio de autocomplacencia. Diciéndolo de esa manera. Lo tendremos que incluir en el repertorio de cosas que parecen el futuro, pero que no existe ninguna razón con las que fundamentarlas, salvo que seas un creyente del arrebato digital y su hermenéutica.

    No hay ningún motivo para pensar que el Blockchain sea una tecnología que no se vea relevada por otra aún más sofisticada. La gran mayoría de las personas que usan la buzzword, ni siquiera entiende cómo funciona.

    Sí, Enrique, no sabes cómo funciona el Blockchain :-) Por muy accesible que sea el artículo de Venture Beat. Sí lo sé.

    Así todo; si es digital y con un nombre llamativo, seguro que es provocador porque desafía el establishment económico.

    Aunque sea algo tan primordial como el comercio anterior a la Medina, se lleven usando métodos de contabilidad alternativa y registro de la propiedad como las Tarjas, Quipus, etc. durante siglos.

    Ni se tiene en cuenta que es precisamente, la forma de operar de cosas tan añejas como el cooperativismo, los comuneros, el tribunal de las aguas o el consejo de hombres buenos, sin entrar en las organizaciones Sicilianas o el tráfico de drogas.

    El concepto de persona jurídica o sociedad, Enrique, tiene el propósito de ofrecer un marco de garantías más allá del contrato inter pares o la responsabilidad individual. También ofrece garantías de que los terceros implicados, sean clientes, o contratistas, mantienen un marco de referencia común y se juega con las mismas reglas.

    La tecnología es un medio, no un propósito en sí mismo. Tiene un ámbito social de aplicación.

    Y el anarquismo civil de Thoreau, en el que el hombre se ve liberado de las instituciones y de los impuestos, ya tiene unos siglos.

    Anda qué no debería pasar gente por la facultad de historia, sección economía, para no volver siempre al mismo lugar común.

    En todo hombre económicamente asentado, se esconde un adolescente airado. Y así estamos, con todo tipo de corruptelas y chanchullos, de personas que ya hubiesen deseado tener el conocimiento y la educación necesaria para poder hacer un uso de la tecnología con la que cometer fraudes sin dejar huella.

    Fisiocracia

    Colectivismo

    Interledger protocol

    Distributed Ledger Technology – ECB

    Don’t Believe All the Hype: Why Payments Are Worth the Blockchain Hype

  • #009
    Xaquín - 24 abril 2017 - 22:49

    Curiosa (pero rancia) recomendación: «pasar por la sección de economía de una facultad de historia»… dudo mucho que exista lugar más común (y algo rancio, en relación al desarrollo tecnológico práctico/especulativo) que ese… incluyendo, con cierta exageración, los «no va más» de templos del saber británicos, alemanes (?) o USA…

    Y sin menospreciar en lo posible al personal científico o seglar de tales instituciones, que consigue liberarse de ataduras más o menos «académicas».

  • #011
    Ignacio Cabrero - 25 abril 2017 - 13:34

    Puedo imaginarme una Blockchain con las reglas de un fondo de inversión, que aplicando Machine Learning, realice compras y ventas en la bolsa. Si le va bien, podría acaparar toda la riqueza del mundo.
    Incluso sin socios capitalistas, con lo que toda la riqueza sería para una entidad ¿de qué tipo?

  • #012
    JuanMa Rguez - 25 abril 2017 - 14:35

    Yo como San Mateo , hasta que no lo vea…….

  • #013
    Pablo Gutiérrez - 28 abril 2017 - 19:52

    La precarización laboral de la precarización laboral…

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