Regulación y sobrerregulación

Uber self-driving car transportation (IMAGE: Uber)El affaire entre el Department of Motor Vehicles (DMV) de California y Uber a cuenta de la necesidad o no de una licencia para operar vehículos autónomos termina con la revocación de la licencia de circulación de los automóviles de la compañía, y con la decisión de trasladar sus dieciséis vehículos Volvo XC90 para continuar con su operación en la contigua Arizona, donde el Gobernador del Estado, el republicano Doug Ducey, les da una calurosa bienvenida con un comunicado oficial y tacha el caso californiano de «un ejemplo de sobrerregulación«.

La cuestión de la regulación y, sobre todo, de la forma de aplicarla, parece estar convirtiéndose en un asunto cada vez más estratégico. Los argumentos de ambas partes parecen sumamente claros: por un lado, el estado de California y su DMV, que afirman que todas las compañías que han operado vehículos autónomos en pruebas en su jurisdicción han solicitado la correspondiente licencia, y que, por tanto, Uber tiene que hacer lo mismo. Por otro, la compañía, que afirma que sus vehículos, por mucho que los anuncie como autónomos, no lo son, que simplemente plantean ayudas a la conducción y operan siempre con un conductor tras el volante, y que por tanto, su actuación es exactamente la misma que cualquier vehículo similar a los Model S de Tesla, que no requieren ningún tipo de licencia especial. Mientras el DMV afirma que Uber ofrece un servicio en pruebas, y que la licencia es por tanto necesaria para su operación, Uber afirma que la licencia no es necesaria, porque sus conductores son iguales a los que conducen un Tesla o cualquier otro vehículo con ayudas a la conducción más o menos sofisticadas.

El resultado de esta discusión es claro: el DMV tiene la potestad de ejecutar la legislación, no admite interpretaciones, y cancela la licencia de circulación de los vehículos, lo que obliga a Uber a detener el servicio. Esto es lo que dice la ley, y la ley está para cumplirse, no se negocia ni se interpreta, como si fuese la sharia. Uber podría aceptarlo, simplemente solicitar la licencia en cuestión, que le sería concedida con total seguridad, y continuar con su servicio, pero en su lugar, decide plantarse y trasladar vehículos y servicio a Arizona. ¿Resultado? Ahora, los beneficios derivados del desarrollo de la tecnología se materializarán allí, y no en California. Explicar de qué hablamos exactamente es sencillo: puestos de trabajo sofisticados y con futuro asociados al desarrollo tecnológico, imagen de innovación, investigación y desarrollo en las universidades de la zona, más opciones de transporte para los residentes del estado y, a medida que la tecnología va mejorando progresivamente, mayor seguridad. La cuestión es clara: si pudiesen elegir, todos los países o estados del mundo escogerían sin duda ser la sede de cuantas más compañías tecnológicas, mejor. Algunos países, de hecho, han convertido la idea de atraer a compañías tecnológicas y fomentar su crecimiento local en una auténtica estrategia de desarrollo, como es el caso, con muy distintos matices, de Corea del Sur (mediante desarrollo doméstico) o de Irlanda (mediante incentivos fiscales al asentamiento).

En otro caso relacionado, tenemos el de Otto, la compañía de camiones autónomos fundada por antiguos responsables del proyecto de conducción autónoma de Google, recientemente adquirida por Uber: sus responsables tomaron la decisión de hacer todas sus pruebas en el estado de Nevada sin solicitar ningún tipo de permiso y sin encomendarse ni a dios ni al diablo, y eso les permitió ser mucho más ágiles, avanzar mucho en sus desarrollos, y terminar siendo adquiridos por $680 millones de dólares.

La discusión, por tanto, parece clara: no cabe ninguna duda que si interpretamos la regulación al pie de la letra, podemos paralizar la actividad de una compañía. Pero si la compañía, en respuesta, traslada sus actividades a otro estado… ¿quién ha salido ganando? ¿De verdad piensa el DMV que la situación que ha provocado es mejor para los californianos? ¿Que los ha protegido? ¿O simplemente ha mantenido una posición inmovilista y ha provocado que los empleos, la investigación, la imagen de progreso y los beneficios que iba a traer consigo la actividad de la compañía se materialicen en otro sitio? ¿Vale de verdad la pena ser tan rígido en la aplicación de la regulación como para convertirla en un desincentivo a la radicación de compañías que, por la naturaleza de su actividad, demandan una mayor flexibilidad?

Partamos de nuevo de la base adecuada: obviamente, quien piense que las compañías tecnológicas son poco menos que «el eje del mal», que eliminan puestos de trabajo o que amenazan nuestro modo de vida y nuestras costumbres, estará encantado de que la regulación se aplique hasta sus últimas consecuencias, y no derramarán ninguna lágrima cuando esas compañías se vayan a otro sitio. Pero… ¿es esa actitud sostenible? Generacionalmente, los que sostienen ese tipo de actitudes están siendo progresiva y rápidamente sustituidos por jóvenes que demandan más tecnología, más avances, más conveniencia y más desarrollo, e indudablemente, la naturaleza del crecimiento económico que genera un territorio «tradicionalista», que terminaría por parecerse a algún tipo de teocracia o dictadura que no restringe la libertad de las compañías para innovar, no se parece en nada al que puede obtener un territorio progresista, que apoya la tecnología y que hace lo que puede para atraer a las compañías que la desarrollan. Es, básicamente, comprometerse con las tradiciones y el pasado, frente a comprometerse con el futuro.

A medida que la tecnología avanza, los territorios deben adaptar sus prioridades, sus políticas y su regulación para tratar de mantener su competitividad, Si frente a esto contestamos con una actitud del tipo «la ley es igual para todos, son lentejas y o las comes, o las dejas», anularemos con ello la posibilidad de que la regulación cambie, avance, y se vaya adaptando, gracias a compañías que empujan los límites de su actuación. Hay territorios que usan la regulación como un freno, y otros que la usan como un arma, flexibilizándola o adaptándola como mejor creen que conviene a cada situación. Y si los gobiernos eligen aplicar la regulación de manera rígida hasta sus últimas consecuencias y no lo explican muy bien, tal vez se encuentren con sorpresas o consecuencias derivadas de su elección… en las próximas elecciones. Vivir en un territorio que no se adapta a los tiempos y al contexto tecnológico es algo que cada vez le gusta a menos gente.

Al final, el resultado neto de toda esta historia es malo para todos, y solo beneficia a quien sabe aprovechar sus oportunidades. California pierde porque ve huir a una compañía innovadora que generaba abundantes recursos, Uber pierde porque ya no tiene la posibilidad de probar su tecnología en un escaparate como San Francisco, y los ciudadanos en su conjunto pierden porque pierden la posibilidad de trabajar en esa compañía, investigar para ella o convertirse en usuarios de sus productos futuristas. La comparación entre las reacciones del gobierno de California y de Arizona en este caso se parecen mucho a lo que ocurre desde hace muchos años entre los Estados Unidos y Europa, o entre países que atraen inversión y tecnología frente a países que la hacen huir. Aquellos que ofrecen sus territorios como laboratorios de pruebas, como sitios propicios para la innovación y el desarrollo, terminan obteniendo beneficios de todo tipo, desde imagen de compromiso con el futuro, hasta inversión, puestos de trabajo sostenibles o calidad de vida.

 

 

This article is also available in English in my Medium page, “Regulation and overregulation»

 

19 comentarios

  • #001
    xaquin - 23 diciembre 2016 - 14:43

    Las preguntas del quinto párrafo parecen disparos dirigidos a la esencia de doña burocracia…

  • #002
    Krigan - 23 diciembre 2016 - 15:33

    Repito lo ya dicho en el anterior artículo sobre este tema: no comprendo por qué Uber no pidió la licencia.

    Y lo que dice Uber de que sus robotaxis en pruebas son como los Tesla, es sencillamente falso. A día de hoy los Tesla son coches con ayuda a la conducción. El objetivo de Tesla es que lleguen a ser autónomos mediante OTAs, pero todavía no lo son. Los de Uber, por el contrario, sí son coches autónomos, por muy en pruebas que estén. No es lo mismo un conductor que lleva su coche, aunque pueda activar el Autopilot en algunos tramos, que un conductor de seguridad que su trabajo consiste en no tocar los mandos salvo que el robotaxi cometa algún error.

  • #003
    Pepelu - 23 diciembre 2016 - 16:13

    Polémica completamente artificial y generada por UBER para que se hable de algo.
    Ya han pasado mas de 3 meses desde el «lanzamiento» en Pittsburgh y como no podrá contar nada espectacular, pues la montamos un poco y ya está.

    Así consigue que en blogs, prensa, periódicos digitales se genere un debate absurdo.

    Y no es una cuestión de que se esté frenando el progreso, ni de que sean luditas en California, porque ya hay otras compañías que están haciendo lo mismo que Uber.

    Mis hijos pequeños tienen una frase que viene a ser «vas de guay, pero no llegas ni a chachi»..en el caso de Uber, «va de tecnológica y no son mas que unos matones».

    Un 10 para las autoridades de California.

    • Alfonso - 24 diciembre 2016 - 08:55

      Sería muy difícil explicarlo mejor ;-)

      El ‘o me salto la ley o me voy a otro sitio’ es un chantaje inaceptable. Así podemos llegar a igualarnos por lo bajo con países como china o india donde ni derechos laborales, ni controles de contaminación, ni nada.

  • #005
    Jorge - 23 diciembre 2016 - 18:11

    Hablar de sobrerregulación en este caso me recuerda a Aznar diciendo que quién es el Estado para decir que no puede conducir si ha bebido un par de copas de vino.

  • #006
    Gorki - 23 diciembre 2016 - 19:28

    Parece razonablpe que las compañías que pretendan actuar en algún lugar, se sometan a las normas que exoisten en ese lugar.

    Parece lógico que si una compañía, la da lo mismo establecerse aquí o allí, se establezca donde las normas le sean más favorables a su funcionamiento.

    Consecuencia:

    Tu compañía estudia las nortmas de donde piensas establecerte , antes de hacerlo
    Tu legislador, si ves que las normas que tyienenes dificultan la formacion de empresas, busca la forma de reducir las normas a las necesarias, pero nada más.

    P. D.
    Es indiferente donde realiza UBER sus experimentos. Cuando quiera aplicarlos, no se va a restringir a hacerlos ahí donde los experimentó. Lo único que ha perdido California, es las inversiones de UBER en investigación, no creo probable que por que se vaya UBER vayan a seguir los pasos Silicon Valley y se establezcan .en Arizona, por mucho que les reciba el Gobernador con un discurso.

  • #007
    Martín Herráiz - 23 diciembre 2016 - 19:43

    Es lo que pasa por «vender la piel antes de cazar el oso» (o en este caso por decir: «tengo un coche que funciona solo… pero siempre lleva un conductor dentro»).
    Que te puedes ganar muchos enemigos, antes incluso de tener algo que vender.
    Pero los innovadores sabemos que no hay más remedio que hacerlo; porque tenemos que conseguir algo muy difícil: Que los futuros usuarios de tu producto o servicio, se visualicen a sí mismos en un mundo que todavía no existe.
    La realidad es que los aviones hace ya mucho que pueden volar solos, pero llevan un par de pilotos para aterrizar y despegar, y por si hay una incidencia durante el vuelo. Los robo-camiones saben seguir la línea en las autopistas, mientras el conductor duerme, pero lo despiertan cuando se acercan a la salida.
    Y sobre las administraciones ¿qué podemos decir? si aún no distinguen bien entre:
    .- Ir cada uno en su propio coche.
    .- Alquilar un coche sin conductor
    .- Alquilar un coche con conductor (Taxi, UberPop)
    .- Compartir los asientos libres durante un viaje (Blablacar).
    Nota mental:
    Hacer en dedocar.es una infografía sobre las diferencias, ventajas e inconvenientes de cada uno de estos modos de desplazarte por la ciudad.
    A ver si conseguimos que las administraciones aprendan al menos lo básico.

  • #008
    Alex - 24 diciembre 2016 - 01:22

    Pues yo soy joven (bueno, o eso creo: tengo 27) y estoy con California y su DMV: Hasta las pelotas de que Uber y otros listillos crean que pueden pasarse las leyes por el forro y hacer lo que les de la gana solo porque son compañías tecnológicas y crean que todo el mundo debe besar el suelo que pisan sus miembros.

  • #009
    Raul SB - 24 diciembre 2016 - 08:29

    Eso te parece mal? Ja ja ja ja ja

    Aquí en nuestra piel de toro, si quieres hacer un proyecto con una energía renovable, la lista de Administraciones Públicas competentes puede ser interesante: Industria (nacional, autonómica, regional, local si es un gran Ayto), Medio Ambiente (nacional y autonómica, pocas veces local), Urbanismo (suele ser solo local) y en algunos casos los criterios son además divergentes. Así que sí, no es que estemos sobre regulados, lo siguiente.

    Por otro lado, donde ponemos el límite? Quiero decir hace unos meses nos rasgabamos las vestiduras por el proyecto del casino en Madrid que quería dejar fumar dentro. Y tb proporcionaba trabajo de todo tipo, incluido Smart buildings incipientes, e ingresos varios.

    Las Leyes se han de adaptar, de acuerdo, pero tb están para cumplirlas. Es la base del estado de derecho, y Uber ha demostrado que se las pasa por el forro es su afán de general marketing viral.

  • #010
    Ignacio - 24 diciembre 2016 - 12:17

    Errata en el segundo párrafo «en un asunta»

    Gracias por tu blog Enrique. ¡Feliz Navidad!

    • Enrique Dans - 24 diciembre 2016 - 13:02

      Muchas gracias a ti! Corregido! :-)

  • #012
    Toronjil - 24 diciembre 2016 - 12:21

    En Uber deben de estar muy seguros de que su sistema funciona. Un mal paso les daría una pésima publicidad.

    • Gorki - 24 diciembre 2016 - 18:56

      Se han saltado un semáforo en rojo, y no parece que les quite el sueño.
      ¡¡¡ Que hablen de mi , aunque sea mal !!!

  • #014
    Bakya - 24 diciembre 2016 - 17:59

    El problema ya no es la exacerbada chulería de Uber por no solicitar una simple autorización, sino que además se justifique sin medida.

  • #015
    Perico Palotes - 24 diciembre 2016 - 21:04

    El cumplimiento de las leyes no puede quedar al arbitrio de quien viene obligado a cumplirlas, aunque no le gusten o crean que son ‘injustas’.

    Por lo visto, los chulitos de UBER se creen que están por encima de las leyes pero afortunadamente todavía hay en el mundo, tanto en España como en Californika, jueces y autoridades que le recuerdan a los de UBER, de manera muy expeditiva (como debe ser!!!), que las leyes hay que cumplirlas, les gusten o no.

    Otra cosa, diferente, es que convenga cambiarlas (y de hecho cambian todos los días) para adaptarlas a nuevas circunstancias, nuevos retos, nuevos paradigmas sociales o nuevas tecnologías. Pero… mientras estén vigente hay que cumplirlas, señores de UBER, por muy ‘tecnológiocos’ que sean ustedes….

  • #016
    alqvimista - 27 diciembre 2016 - 11:54

    ¿Sobrerregulación? ¿De verdad Enrique? ¿Sobrerregulación? ¿En California? ¡Hombre por dios! Si estuvieras hablando de España en particular o de Europa en general pues sí, tendrías toda la razón, pero por dios, ¡que estamos hablando de California! ¿Llamas sobrerregulación a pedir una licencia que se concede de forma casi automática y que cuesta un centenar de dólares? Creo que a veces perdemos el norte…

    • Enrique Dans - 27 diciembre 2016 - 12:11

      Eh, eh, eh… relájate, hombre!!! Que lo de sobrerregulación no lo he dicho yo, lo ha dicho el gobernador del Estado de Arizona!! :-)

  • #018
    Alqvimista - 27 diciembre 2016 - 13:55

    :-D no, no, si ya, pero es que por el resto del articulo parecía que coincidías con él.
    En fin, próspero año, que parece que viene interesante y no sé si para bien.
    Y lo de relajarse difícil, hasta en navidad te dan disgustos

  • #019
    Pedro Torres Asdrubal - 28 diciembre 2016 - 14:51

    Estados Unidos desarrollo la tecnología de los móviles pero tardo 10 años en regularla y no fue de los primeros en implementarla.

    Toda innovación ha chocado con la lentitud y parsimonia política y legal para desarrollar el marco jurídico y aquí vemos lo que cabía esperar.

    ¿Cuanto le durara el «valor» a Arizona? En una realidad donde tus «enemigos» están esperando cualquier pretexto para escupirte mierda, no creo que sea mucho.

    Mis mejores deseos para el profesor Dans. Je je je, y sus tertulianos incondicionales, Krigan y Gorki… Que el 2017 compartamos mas opiniones que en 2016, pero menos que en 2018.

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