Multas, regulaciones y tragedias de los comunes

Inside Airbnb: adding data to the debate - BarcelonaLa noticia de la multa de seiscientos mil euros impuesta a Airbnb y HomeAway por el Ayuntamiento de Barcelona, segunda tras otra anterior de treinta mil euros decretada el pasado verano, deja claros los problemas derivados de la inadaptación a la disminución de los costes de transacción y coordinación impuesta por la popularización de internet.

Las plataformas como Airbnb o HomeAway solo son posibles gracias a internet. Antes de internet, las personas que querían alquilar una casa o una habitación, únicamente podían recurrir a canales ineficientes, anuncios en prensa local, recomendaciones de amigos o incluso ofrecer su alojamiento a personas que salían de una estación de trenes o autobuses.

Este tipo de actividades se encuadraban, en la inmensa mayoría de los casos, en la economía sumergida, y permanecían al margen de la regulación: eran, simplemente, difíciles de detectar, salvo por las quejas de los vecinos cuando se producían excesos.

Contrariamente a lo que muchos parecen pensar, las plataformas llegaron para crear entornos que facilitaban no solo el desarrollo de la actividad, sino también su control. Oír al enésimo periodista o tertuliano hablar de Airbnb y HomeAway como supuestos facilitadores de la economía sumergida es una clarísima prueba de ignorancia supina: lo que esas plataformas hacen, precisamente, es crear un entorno en el que esa actividad pasa a tener lugar dentro de un sistema que permite su control. Cuando alquilamos una propiedad en estas plataformas, toda la operación pasa a estar cuidadosamente registrada, y puede ser requerida por el correspondiente ayuntamiento o por la hacienda pública, como ocurre en otras ciudades del mundo. Las plataformas no generan economía sumergida, lo que hacen es precisamente todo lo contrario: introducir transparencia en un mercado que antes no la tenía. Son varias las ciudades que pactan con Airbnb, por ejemplo, la recaudación de tasas al turismo, o que solicitan el detalle de sus operaciones para proceder a aplicar los correspondientes impuestos a los ingresos obtenidos por los propietarios de inmuebles.

Barcelona es una de las ciudades más populares en Airbnb, concretamente la sexta del mundo con mayor número de propiedades en alquiler. En julio de 2016, Forbes afirmaba, con datos de la propia Airbnb, que la compañía ofrecía 23,000 propiedades entre viviendas completas y habitaciones privadas o compartidas, aunque a día de hoy, la página de Airbnb lista exactamente 14,855. Los efectos de la actividad de Airbnb sobre el mercado inmobiliario barcelonés son evidentes: la ley de la oferta y la demanda ha llevado a que la mejor forma de rentabilizar una propiedad en la ciudad sea ofrecerla en formato de alquiler corto en épocas turísticas, lo que ha llevado a muchos propietarios a llenar sus pisos de camas y a alojar un tipo de turismo que, indudablemente, genera molestias. Según informes encargados por el Ayuntamiento de Barcelona, alquilar una propiedad en plataformas de corta estancia supone ingresos entre 2.3 y 4 veces superiores que hacerlo en un alquiler convencional, con beneficios entre el 7% y el 13% frente al 3% o el 4%.

Airbnb ha generado un recurso que muchos pretenden explotar maximizando sus beneficios a toda costa, lo que genera un caso claro de lo que en Economía se conoce como «tragedia de los comunes«: una situación en la cual varios individuos, motivados solo por el interés personal y actuando independiente pero racionalmente, terminan por destruir un recurso compartido limitado (el común) aunque a ninguno de ellos, ya sea como individuos o en conjunto, les convenga que tal destrucción suceda. La forma de enfrentarse a la tragedia de los comunes ha sido históricamente regulando el acceso al recurso, algo que en este caso resulta indudablemente complejo y requiere una acción cuidadosa.

La acusación del Ayuntamiento a Airbnb y HomeAway afirma que estas plataformas ofrecen alquiler de propiedades ilegales, y parte de una premisa convertida por el propio Ayuntamiento en absurda. Alquilar sin licencia no equivale a moverse en la economía sumergida: si hay propietarios de inmuebles alquilando a través de esas plataformas y no declarando sus ingresos no es responsabilidad de esas plataformas, sino de esos propietarios y de las instituciones públicas por no aprovechar las posibilidades que ofrecen para ejercer control sobre la actividad. Demandar una licencia para esa actividad, en el contexto actual de Barcelona, supone un problema: hace más de dos años y medio que en la  ciudad no se conceden nuevas licencias, desde que el ex-alcalde Xavier Trias dictó una moratoria que congeló la oferta legal. Actualmente se calcula que existen en Barcelona 15,881 apartamentos turísticos, de los que 9,606 tienen licencia, y 6,275, no, lo que supondría que el 39.5% de la oferta sería actualmente ilegal. Esa situación es sencillamente absurda e insostenible, y requiere una corrección inmediata: el problema no está en las plataformas de alquiler, sino en un Ayuntamiento que, con su inmovilismo, es quien directamente provoca el problema. El alquiler de corta estancia es una demanda evidente, y pretender que se acomode en la oferta existente manteniéndola completamente inalterada es una manera evidente de buscar el conflicto. Y no, no hablamos solo de turismo mochilero, en busca de oferta barata y durmiendo en habitaciones compartidas: la media de precio por noche en Barcelona está en los 146€, y hay unas treinta posibilidades de alquilar propiedades por encima de los 500€ por noche, incluyendo pisos de lujo, chalets con piscina y vistas impresionantes, o incluso cruceros con su amarre en el puerto deportivo de la ciudad.

Si entendemos el funcionamiento de estas plataformas y de internet en general, resulta evidente que pretender que el alquiler de corta estancia desaparezca como actividad o se acomode en el número de licencias existentes es completamente absurdo, es una estrategia similar a la del avestruz. Para poner la actividad bajo control, además de colaborar intensamente con las plataformas que ofrecen esos alquileres, se puede optar por demandar a los propietarios de inmuebles ofrecidos en esas plataformas que cumplan con una normativa determinada – siempre que no sea excesivamente restrictiva – o que su actividad no genere molestias, pero la responsabilidad no será de la plataforma que ofrece esas propiedades, sino de aquellos que, con el fin de maximizar sus beneficios, renuncian a todo control.

En cualquier caso, la solución no está en pedir a esas plataformas que excluyan a aquellos que no tienen unas licencias que no pueden obtener aunque lo deseen, sino regularizar adecuadamente el mercado para que responda a la actual situación de oferta y demanda. Las cosas no se arreglan planteando mercados imperfectos, porque ese mercado imperfecto se convierte, precisamente, en la fuente del problema. Las soluciones que se puedan plantear al problema que supone el incremento descontrolado de la oferta turística no pueden partir de sanciones, multas y demonización de las plataformas, sino de un diálogo sereno y reposado con ellas que busque un equilibrio entre la libertad de quienes quieran obtener unos ingresos extra alquilando un inmueble o una habitación, y el control necesario para que esa actividad no se convierta en molesta. Lo contrario no solo es partir de premisas erróneas, sino además, pretender parar un fenómeno imparable que está teniendo lugar en todas las ciudades del mundo, generando riqueza y muy buenas experiencias a muchísimos usuarios. Ser, de todas esas ciudades, la que más se resiste al progreso o la que impone la multa más elevada es un muy triste honor.

 

 

 

This article is also available in English in my Medium page, “Fines, regulations and another tragedy of the commons»

 

54 comentarios

  • #001
    Perico Palotes - 26 noviembre 2016 - 16:04

    «La responsabilidad no será de la plataforma que ofrece esas propiedades, sino de aquellos que, con el fin de maximizar sus beneficios, renuncian a todo control». Eso es exactamente así en primera instancia, pero…. si la plataforma colabora con aquellos que actúan ilegalmente y oferta sus productos o servicios A SABIENDAS de que están ofertando algo ilegal (por incumplir la normativa municipal, fiscal, laboral o de cualquier otra índole), es muy posible que TAMBIÉN tenga algún tipo de responsabilidad.

    Si un Ayuntamiento, Hacienda, Seguridad Social o cualquier otro organismo con competencias en el sector de la industria del alquiler vacacional o alojamiento turístico indican a Airbnb los anuncios que ofertan habitaciones o pisos de modo ilegal, parece claro que Airbnb debería adoptar algún tipo de medida para erradicar tal tipo de anuncios. Y eso amén de su obligación de facilitar «el detalle de sus operaciones para proceder a aplicar los correspondientes impuestos a los ingresos obtenidos por los propietarios de inmuebles. De lo contrario, no cabe duda que se convertiría en colaboradora y co-responsable de la ilegalidad.

    Por otra parte, del mismo modo en que está regulada la publicidad de medicamentos, tabaco, productos financieros y otros servicios, se puede regular también (en beneficio de todos) la publicidad de habitaciones o alojamientos vacacionales o turísticos, por ejemplo, exigiendo a las plataformas tipo Airbnb que exijan a sus anunciantes habituales (o al menos a aquellos que señale el Ayuntamiento, Seguridad Social o Hacienda) los comprobantes de la adecuación del anuncio a la legalidad vigente.

    Otra cosa es que hasta ahora no se haya hecho porque hasta que surgió Airbnb se trataba de un problema más o menos marginal. Nuevos tiempos, nuevos negocios, nuevas circunstancias, nuevas normas y nuevas formas de actuar por parte de la justicia y de la Administración…. es lo lógico, siempre fue así y siempre lo será, de lo contrario seguiríamos en la jungla….

    La «economía colaborativa» está muy bien (cuando efectivamente se trata de COMPARTIR gastos, sin desarrollar actividad económica regulada y sujeta a determinados requisitos) pero debe evitarse que se convierta en un caballo de troya por el que se pretende implantar la ley de la selva en nuestro sistema económico. Bajo esa pomposa denominación de tintes progresistas se pretende la liberalización salvaje del sector servicios, matando por asfixia lo que queda de regulado, que viene a ser lo mismo que civilizado.

    • Jose Enrique - 27 noviembre 2016 - 10:00

      Entorpecer una actividad económica sin que exista una clara razón de seguridad o salud pública, como es no concediendo licencias de apartamentos turísticos, quizás (sólo quizás) no sea ilegal pero sin duda es inmoral y extremadamente estúpido.

      Por otra parte, decir que una actividad económica que se realiza en plataformas de Internet escapa del control fiscal obligaría a la inmediata (e igualmente absurda) prohibicion de todos los mercadillos tradicionales. Además de demostrar una tremenda ignorancia tecnológica y fiscal.

      La torpeza y/o ignorancia con la que los legisladores de nuestro país (a los que ahora se suman también algunos ayuntamientos) gestionan la incorporación de la economía a Internet va a dejar este país con un devastador retraso del que difícilmente nos recuperaremos y que ya se está notando en las tiendas online que se están comiendo el comercio minorista, que no suelen ser de nuestro país.

      Los errores se repiten. Pero esta vez quedan bien registrados quienes son sus responsables. Espero que esto permita que se les pase factura en su momento.

      • José Enrique - 27 noviembre 2016 - 23:10

        Buenas tocayo ;)

        Decir que sí existe razón de seguridad y de salud pública; pues como bien acierta Enrique, hay casos de verdaderos albergues turísticos operando a precios desorbitados en pleno centro sin cumplir las más mínimas medidas de seguridad y de minimización de impacto en los vecinos.

        ¿Son muchos? no lo sé… ¿Son los ilegales? tampoco lo sé…

        Lo que sí sé es que AirBnB tiene que sacar esas ofertas de la plataforma o paga 600.000 pavos… eso que quede claro.

        Con 15.000 anuncios en cartelera creo que sí le vale la pena pagar y aguantar hasta que el Ayuntamiento encuentre la manera de legalizar toda esa oferta.

        Pero insisto en que esas plataformas no pueden dejar de ser lo que dicen que son: «Mi casa es tu casa»; y convertirse en touroperadores

    • Michel Henric-Coll - 27 noviembre 2016 - 11:18

      No es de recibo usar como argumento la ilegalidad de una actividad cuando es uno mismo que decide lo que es legal o no lo es.

      Solo es legalizando una actividad que resulta posible controlarla y permitir su debida aportación económica a la sociedad.

      La estrategia del perro del hortelano, que ni come ni deja comer, está volcada al fracaso y no hace más que retrasar la solución correcta.

      • Perico Palotes - 27 noviembre 2016 - 13:50

        No, no es ‘uno mismo’ qien decide si algo es legal o ilegal. Eso lo deciden las LEYES y las leyes las hacemos todos a través de nuestros representantes políticos, que actúan con más o menos acierto, pero esa es otra canción.

        Y, efectivamente, ‘legalizar’ una actividad supone regularla, es decir, sujetarla a ciertos requisitos, controlarla y sancionarla cuando no se cumplen.

        No se trata de prohibir a Airbnb o a UBER que operen en el mercado, solo se trata de obligarlas a que cumplan las normas que regulan su actividad, que paguen los impuestos que corresponden, que cumplan la normativa laboral y demás normativa, como todo quisque.Lo contrario, sería la ley de la selva….

  • #006
    JOSE ANTONIO GAES - 26 noviembre 2016 - 16:41

    Gracias por la actualización informativa. Interesante artículo.

    El Ayto es el inadaptado, el que informa, el que provoca directamente el problema, el invitado de piedra en la tragedia de los comunes, y curiosamente, el que va a solucionar la situación con, como no, más regulación.

    Vamos a solucionar un mercado imperfecto, adjudicando un privilegio lobbista al monopolio de facto de los costes de transacción y la intermediación.

    Vamos a ignorar que la auténtica conversación ya está teniendo lugar, entre los clientes que ofrecen sus recursos y el intermediario. Y como hablan con dinero, vamos a hablar de «licencias ilegales» y de «economía sumergida» en una especie de totum revolutum.

    Creo que si en algo va a ser neutral esta tecnología, es en la forma en que cada uno ajusta sus cuentas con los entes que le sacan los impuestos. Vale que pude permitir un ajuste más fino, pero ángeles o demonios seguirán siendo los mismos. Y cuidado con el ajuste más fino.

  • #007
    Ignasi - 26 noviembre 2016 - 17:18

    Debería escribir también sobre el modelo que expone NYC y SF a Airbnb. Más efectivo para que la plataforma (Airbnb) fuerce a los anfitriones a operar según legislación local vigente. Airbnb nagocia en ambos destinos con las autoridades.

  • #008
    Gorki - 26 noviembre 2016 - 17:20

    Si hay algo que a mi me ha sorpredido es la opsición frontal de los «Podemitas» a la «Economía Colaborativa». Se supone que señores antisistemas, difícilmente se enfrentaran al pueblo, para ponerse a favor de las clases dominantes, pero en este caso se han enfrentado a unos 20.000 personas que alquilan una habitación en su casa, para proteger a los dueños de las cadenas hoteleras. Simplemente no me lo esperaba.

    Quien conozca AirBnb, sabe perfectamente que todos los pagos son a través de bancos, por tanto fácilmente controlables por Hacienda, sea Publica o Municipal y que si bien es cierto que se obtiene mas diner por el alquiler turístico, que por alquileres de larga duración, no es tanto porque la vivienda sea mas cara, sino porque junto a la vivienda, se aportan servicios de limpieza, red WiFi, muebles, etc que en un alquiler de larga duración no se ponen, aunque sea amueblado.

    Asi pues, los «Podemitas» impiden que gente modesta. que se saca un sobresueldo, no solo alquilando una habitacion, sino poniendo su trabajo en limpiarlas, lavar sábanas y dar y recibir las llaves, etc, y protegen el turismo en hoteles.

    Sinceramente lo hubiera esperado de al antigua CIU, que siempre se dijo protector de los «botegers», pero no de estos, que se dicen representar al pueblo y no a la casta.

    • Alex - 27 noviembre 2016 - 01:36

      Eso de «gente humilde que se saca un sobresueldo alquilando una habitación» está muy bien como propaganda romántica y quizá fuera así en un principio, pero basta echar un vistazo por Airbnb para ver que esos a día de hoy son una ínfima parte de Airbnb. Ahora va a resultar que esa empresa valorada en decenas de miles de millones de dólares (mucho más que cualquier gran compañía hotelera) son unos pobrecitos a los que acosan los malvados ayuntamientos.

      • Gorki - 27 noviembre 2016 - 11:12

        AirBnb, que yo sepa, no tiene una sola habitación en propiedad Esa empresa millonaria, sólo se dedica a buscar clientes para los propietarios de habitaciones, exactamente igual que cualquier agencia de viajes, sólo que lo hacen mejor, las agencias de viajes consiguen unos cientos de clientes y ellos cientos de miles. .

    • Manuel - 28 noviembre 2016 - 09:43

      Gorki, te aseguro que Airbnb hoy en día va mucho más allá de «personas que simplemente alquilan una habitación en su casa». Llevo usando Airbnb para viajar desde hace unos cuantos años, y hoy en día es fácil encontrarse (lo he sufrido en mis carnes) habitaciones en casas que en realidad son albergues encubiertos pero sin ningún tipo de medidas de seguridad ni control. Básicamente casas adquiridas con un único fin: venderse por habitaciones. Por lo que para nada me parece mal establecer algunos mecanismos de control para regularizar esto intentando evitar penalizar a quien efectivamente alquila una habitación en su casa y sacarse un extra a final del mes. Si la manera de presionar a las plataformas para que cumplan las legislaciones locales (dudo mucho que el Ayuntamento de BCN se meta con temas fiscales) es con una multa, pues lo veo perfecto.

  • #012
    Javier - 26 noviembre 2016 - 17:31

    Me parece lamentable q se defienda a unas plataformas que incumplen las normativas de forma reiterada (precisamente por eso se les está sancionando). Un poco de rigurosidad Enrique!

    Esas plataformas deberían facilitar CUALQUIER INFORMACIÓN al ayuntamiento y creo que están sirviendo de buque de contención para que muchas personas puedan mantener un negocio totalmente ilegal y por consiguiente sin tributación alguna.

    • Gorki - 26 noviembre 2016 - 17:44

      ¿Me quieres explicar como no tributa quien cobra por banco?

      • Javier - 26 noviembre 2016 - 18:10

        Me puedes explicar tú como vas a tributar sobre un actividad que haces sin tener la licencia correspondiente para realizarla?

        Obviamente hablo de esos.

        • Pedro - 26 noviembre 2016 - 19:36

          No tributan porque la Administración no quiere: si les pagan a través del banco y la propiedad se anuncia de modo que pueda verla todo el que quiera, tienen potestad para solicitar -al propietario, al banco y hasta a Airbnb- los ingresos que han percibido, y practicar la liquidación. Más recargo, más multa, más intereses.
          Pero no, ninguna Administración trabaja de oficio; y así nos va.

        • Gorki - 26 noviembre 2016 - 19:41

          Exactamente igual como se declaran los alquileres de vivienda que es lo que haces, o ¿es que hay que darse de alta como autónomo para alquilar un piso?.

          • Javier - 26 noviembre 2016 - 19:50

            Exactamente igual no es lo que haces. Lo que haces es ILEGAL si no tienes la correspondiente autorización del ayuntamiento.

            https://w30.bcn.cat/APPS/portaltramits/portal/channel/default.html?&stpid=20080000487&style=empresa&language=es

      • Jose Antonio Garcia - 26 noviembre 2016 - 19:03

        Si nos pasa Vd. el CIF en España de Airbnb se lo agradezco, solo aparece su domicilio en Irlanda
        https://www.airbnb.es/about/company-details

        Más de lo mismo…

        • Gorki - 26 noviembre 2016 - 19:45

          Todas las empresas que radican en Irlanda carecen de CIF en España, pero pueden actuar en España y los pagos que hacen por banco a cuentas particulares, quedan perfectamente visibles para Hacienda.

          Por tanto los ingresos que reciben los propietarios son absolutamente controlables por Hacienda.

          • Jose Antonio Garcia - 26 noviembre 2016 - 20:13

            Esta música me suena, menos mal que Vd. es un tecnólogo innovador sino se le iba a rayar el disco del gramófono.

            Curioso que se defiendasiempre el mismo tipo de seudoempresas innovadoras, para fastidiar a nuestro país todo lo que se pueda.

          • Gorki - 26 noviembre 2016 - 23:29

            Tendras que explicar por qué va a fastidiar al país que Barcelona que es el sexto destino turístico de Europa, ofrezca 20000 plazas hoteleras a los turistas que no pueden pagar 100 € por dormir en un hotel.
            De crees que viven los bares de Barcelona. ¿de los turistas millonarios o de turistas de poco poder adquisitivo? ¿y los camareros de esos bares, quien los paga el sueldo?

          • Jose Antonio Garcia - 27 noviembre 2016 - 11:25

            Vd. que parece que lo tiene tan claro, muestrenos estadisticas de lo que dice, ni un solo dato de la influencia antes/despues de la aparición de las chinches empresariales..

            Podría decirlo en su linea y lenguaje argumental, para que me entienda:

            «Parece un podemita, quiere llenar Barcelona de perros flauta»

        • Krigan - 26 noviembre 2016 - 19:58

          Aparece el NIF de Irlanda, perfectamente válido en cualquier país de la UE. Pero oiga, podemos salirnos de la UE, y así no tendremos que cumplir los tratados.

          ¿Eres consciente de que esa misma normativa permite a las empresas españolas vender en cualquier país de la UE?

          • Jose Antonio Garcia - 26 noviembre 2016 - 20:15

            Si.

    • Pedro - 26 noviembre 2016 - 18:05

      La plataforma no incumple ninguna normativa, si acaso son quienes ofrecen propiedades a través de la plataforma quienes la incumplen.
      Así que el Ayuntamiento -y Hacienda- deberían sancionar a los propietarios que no cumplen con sus obligaciones, en lugar de a la plataforma. Pero claro: es mucho más cómodo ir a por la plataforma que a por cada propietario individualmente.

      El Ayuntamiento debe permitir -y obligar- a cada propietario la obtención de la licencia, en lugar de decir «no hay más licencias». Y después, Hacienda vigilará si declaran esos ingresos o no. ¿No es fácil?

      A un amigo mío le cayó una multa por tener más habitaciones en su casa rural de las permitidas, y para eso bastó con que alguien del Gobierno de Aragón mirase la página web de la propiedad de mi amigo.
      ¿Por qué no hace eso el Ayuntamiento de Barcelona, y busca propiedades ofertadas en Airbnb? Porque hay -según Enrique- más de 15.000 en oferta y eso es mucho trabajo… y porque de cara a la galería queda mucho mejor decir «sancionamos a Aribnb».

      Y, como ya dije en otro comentario en este blog, hay dos tipos de hosteleros: quienes se unen al nuevo modelo de negocio -Enrique Sarasola-, y quienes se unen entre sí y mendigan prohibiciones a la Administración. ¿Qué tipo de hostelero acabará generando más negocio? A mi entender Enrique Sarasola, que en lugar de pedir la prohibición de Airbnb ha creado su propia plataforma -junto con los propietarios- para competir con Airbnb.

      • Javier - 26 noviembre 2016 - 19:59

        Es flipante como blanqueáis la posición de CERO diálogo que tienen Airbnb y HomeAway.

        «Ambas empresas [AirBNB y HomeAway] ignoraron el primer requerimiento de la administración para que dejaran de anunciar pisos turísticos ilegales Y FACILITARAN LOS DATOS DE ESTOS ALOJAMIENTOS, por lo que ya se les impuso una sanción de 30.000 euros a cada una.
        Como han continuado con esta actividad, la infracción pasa de ser grave a muy grave, por lo que se ha fijado una sanción de 600.000 euros para cada una, el máximo previsto por la Ley de Turismo.»

        http://www.expansion.com/catalunya/2016/11/24/5836b516e5fdea985c8b4612.html

        • Pedro - 26 noviembre 2016 - 20:29

          Pues es que Airbnb tiene la misma posición que la mayoría de españoles con sus respectivos Ayuntamientos.

          Contra quienes tiene que ir la Administración española -estatal, regional y local- es contra los propietarios que no cumplen la ley. Parece, por lo que dicen en el enlace que has puesto de expansion.com, que algo de esto ya intentan hacer. Menos mal.

          De todos modos, este tipo de plataformas no van a desaparecer por más que la Administración intente regular la(s) actividad(es),

  • #028
    Ronald Gomez - 26 noviembre 2016 - 17:52

    Se postula que plataformas como Airbnb se desarrollan sobre negocios marginales que incumplen con normas y son claramente ilegales, desafían el status quo oficial de los Estados democráticos.

    Sin embargo, se olvida mencionar el porqué de esas situaciones (sin que sea una premisa siempre cierta), opino que muchas veces este tipo de fenómenos parecen surgir de la lentitud de los gobiernos en observar la sociedad a la que supuestamente sirven, asumamos ineptitud o desfase generacional en primera instancia pero también puede ser el resultado de un lobby empresarial muy exitoso, ante esos “vicios” de la democracia creo valida como sociedad un respuesta contundente mediante el surgimiento de empresas disruptivas que hacen reaccionar a los gobiernos casi que a la fuerza.

    Airbnb, Uber y otros están dando la pelea para cambiar comportamientos llenos de vicios y malas prácticas, acogerlos y ayudar a reescribir los controles suena más sensato que solo atacarlos.

  • #029
    Jose Antonio Garcia - 26 noviembre 2016 - 18:30

    Difiero ideológicamente de «Barcelona en Comú» pero de parte de un ignorante supino que se considera español hay que saber juzgar las medidas por su significado y por su calado, no por quien las realiza, muchas felicidades a Ada Colau por actuar contra esta lacra de la economía sumergida que son las plataformas digitales extranjeras que degradan cada vez más la economía nuestro país.

    También felicidades a Enrique Dans, por dejarnos expresarnos con educacón y diferir de él críticamente en su blog.

    No es dificil disentir en este artículo, en una lectura no radical, saltan varias incoherencias argumentales,, que por deferencia a su amabilidad no voy a citar.

    Paarece que el único interés es que el usuario según el articulista una «opinable bajada de precio» al usuario final, todo lo que destroza este tipo de prácticas y que degaradan el turismo, los barrios, y la convivencia parecen importar poco, a él y a sus habituales acólitos. Curiosa movilización.

    De la información de los links de abajo ni mu

    http://www.losviajeros.com/foros.php?sm=Airbnb&sf=3
    http://economia.elpais.com/economia/2016/11/25/actualidad/1480093475_356500.html
    etc.

    Luego se fomenta en este blog no informarse por los medios y si al pensamiento crítico. ¿ Incoherencia al cuadrado?

    • Gorki - 26 noviembre 2016 - 23:36

      Ada Colau ya sabes quien te aplaude, alguien que difiere ideologicamente de ti y ya sabes quien te rechaza, 20.000 personas que quieren recibir un sobresueldo a base de alojar y lavar las sabanas, de los turistas que no desean o no pueden ir a un hotel.

      • Perico Palotes - 27 noviembre 2016 - 01:13

        Yo también estoy en las antípodas de la Colau, pero como bien dijo el comentarista José antonio García, hay que juzgar las medidas por su significado y por su calado, no por quien las realiza.

        Y, aunque desconoozco los pormenores del caso, si verdaderamente Airbnb desoyó los llamamientos del Ayuntamiento solicitando su colaboación para evitar la publicación de anuncios ‘ilegales’, creo que la decisión de la Colau es más que correcta. Yo haría lo mismo si fuera el resposnable del Ayuntamiento, de Hacienda, de la Seguridad Social o de cuqluier otro organismo, estatal o autonómico, con competencias en la materia.

        Anunciar pisos y habitaciones legales, SI. Anunciar habiraciones para compartir gastos ó de manera ocasional, también, pero servir de altavoz de anunciantes que claramente se dedican a actividades o negocio ilegales, NO. Si Airbnb lo hace, multa al canto y si sigue mareando la perdiz, ‘cierre’ de la web, como en su día se hizo con UBER.

        Hay cosas peores que una multita de 30.000 ó 600.000 euros…. ¿verdad UBER? Y vosotros también lo sabeis, verdad Airbnb?

        • Josep Perez - 27 noviembre 2016 - 19:17

          Igual es que «la Colau» no es como la pintan en los medios :-). Fíjese también en las multas que ha puesto a algunos bancos por tener pisos cerrados y no introducirlos en el mercado de alquiler para que haya más oferta y los precios puedan bajar

      • Garepubaro - 27 noviembre 2016 - 11:23

        Si je je, es que ese tipo de turista ni le importa lo de las sabanas y lo mismo que hace trampa para el alojamiento el alcohol tambien es de garrafa, que empiezan a las 8 de la mañana con el, y tampoco paga por tanto a ningun camarero ni cocinero, a base bocata barato

      • Jose Antonio Garcia - 27 noviembre 2016 - 14:54

        Si en un blog tan neo como este, unos cuantos comentaristas nos parecce apaudible la medida deAda Colau, imagine lo que piensa y el apoyo del ciudadando de Barna que está hasta las narices de esta empresa y los perjuicios que provoca para que unos cuantos guiris se embarrochen haciendo botellón, se meen en la calle, salgan desnudos a la calle, etc

  • #035
    Goomer - 27 noviembre 2016 - 08:06

    Desde supongo que la ignorancia, ¿cuál es la tragedia de los comunes en este caso, y qué hacen para que digas que quieren maximizan sus beneficios a toda costa? Yo creo que la cuestión aquí es simplemente si un ayuntamiento debe tener derecho a limitar la presencia turística en una ciudad congelando o recortando la oferta de plazas disponibles. ¿Debe tener derecho un ayuntamiento a decir a un ciudadano si puede o no alquilar una habitación libre que tiene en su casa? Yo creo que ese es el único debate. Evidentemente internet elimina fricción, y se puede hablar de si estas estancias deben cumplir algún tipo de regulación de calidad, pero es independiente del debate de fondo. Para mi la tragedia de los comunes puede ser el exceso de turismo que haga insatisfactoria la visita de turistas. Aunque en el caso de España, con el desempleo y deuda pública que tenemos me cuesta posicionarme, y más pensando en la situación de gente que son del sector, y no tienen trabajo.

    • JOSÉ ANTONIO GAES - 27 noviembre 2016 - 12:11

      Desde mi punto de vista y mi vasta ignorancia en este tema, como en casi todos, los comunes son los propietarios de los recursos, es decir, los que dan alojamiento y los que lo pagan. Su hipotética tragedia es que la experiencia recibida no sea la que esperaban, ya que su propia conducta, modifica el entorno que unos habitan y otros visitan. Si esta modificación se percibe como negativa, ellos mismos están deteriorando lo que reciben a cambio de sus recursos. De ahí la tragedia.

      La entrada de los nuevos intermediarios, las nuevas tecnologías, acelera, amplifica y da una visibilidad y un detalle antes impensable, a esta hipotética tragedia.

      Otra cosa es cómo esta modificación negativa afecta o puede afectar a terceros, que es lo que da entrada al Ayuntamiento y, como tú bien dices, «el único debate». Y mi respuesta es «no».

    • Albertmena - 29 noviembre 2016 - 14:41

      El desempleo no puede ser excusa/motivo para precarizar cada vez más el trabajo, porque es una pescadilla que se muerde la cola.

      ¿Debe tener derecho un ayuntamiento a decir a un ciudadano si puede o no alquilar una habitación libre que tiene en su casa? –> Llena de vicios la pregunta, pero te dire que la filosofia en Airbnb pudo ser en origen esta pero actualmente NO.
      Lo que si tiene derecho/obligación es en respetar la constitución en materia de acceso a la vivienda digna y a preservar la ciudad para sus habitantes, y eso y turismo masivo se ha convertido en incompatible.

  • #038
    Laura - 27 noviembre 2016 - 11:31

    He sido usuaria de Airbnb en sus inicios. Me gustaba su idea inicial de recibir gente en tu
    piso y conocer otras culturas. La intencion era buena. Luego me di cuenta que el contrato de alquiler del piso lleva una clausula que indica que no puedes recibir ingresos por el uso total o parcial del piso. Hay una infraccion alli? Si bien he recibido esos ingresos a traves del banco, no los he declarado en Hacienda. Otra infraccion alli? Por otro lado nunca pude usar Airbnb en el exterior. Cada vez que viaje fuera y quise probar alojarme por Airbnb, los pisos que elegia eran de Agencias de alquiler, incluso de propias casas rurales que publican su disponibilidad por Airbnb, ninguna posibilidad de conocer otras culturas. Otra infraccion alli? No entiendo que Airbnb no cambie su mensaje, ya que la plataforma hoy nada tiene que ver con la intencion inicial de enriquecerse las personas conociendo otras culturas. La plataforma hoy funciona como una central de reservas, y la actividad economica de todos los que participan en ese proceso es lo que ha de regularse (al igual que Uber, entre otras, que por ejemplo funcionan a traves de jovenes que con su propia moto o bicicleta hacen un delivering en dudosas condiciones) Hace tiempo me he dado de baja de la plataforma. No uso otras plataformas tampoco hasta no se regule la actividad de los que intervienen. Sigo comprando, viajando y conociendo gente de la manera tradicional.

  • #039
    Javier - 27 noviembre 2016 - 11:37

    Al que defiende tanto los pisos turísticos ilegales, ojalá pronto tenga uno encima de su casa, otro debajo y uno a cada lado. Veríamos entonces cuánto tiempo mantenía su interesado punto de vista.

  • #040
    marcelo - 27 noviembre 2016 - 11:44

    Entonces debemos aministiar a miles de especuladores que ofrecen sus inmbuebles en estas plataformas de forma totalmente ilegal (aunque cumplan con sus deberes para con Hacienda, lo que estaría por ver) porque «el mercado» así lo demanda? Maravilloso way of life.

  • #041
    Juan Navidad - 27 noviembre 2016 - 13:21

    Este tema se merece creo que un poquito más del rigor que mucha gente le da.

    Para empezar, España no es Finlandia y antes de la llegada de AirBNB ya había tramposos a miles y de todos los tipos.

    Por ejemplo, antes de que se aprobase la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1994 había una persona que tenía -como inquilina- un piso en una ciudad del País Vasco y alquilaba (es decir, subarrendaba) cada habitación a estudiantes y se vanagloriaba de vivir gratis y ganando dinero, porque el total de lo que ganaba alquilando las habitaciones del piso eran más que lo que pagaba por el alquiler. Esta trampa la ha hecho mucha gente siempre.

    En la misma comunidad autónoma y en los primeros años de los 90 también había una chica que compartía piso y tenía una habitación alquilada con un candado siempre echado. Ella percibía ayudas sociales y quería que cuando se pasara por el piso de inspección la trabajadora social le hiciera la trampa de aquella habitación era de la dueña del piso. Así le daban más dinero.

    Han pasado los años y en la misma capital del reino no es difícil que cualquier avispado dueño de piso en vez de alquilar un piso a una parejita por un precio razonable se lo alquile por más dinero a otra gente que mete 200 en el piso subarrendando todo lo subarrendable -sin que hayan puesto esa opción en el contrato, como sí permite la citada ley- y sin pagar impuestos ni nada similar.

    España ha sido siempre un país de tramposos. N nos hagamos ahora cruces por lo que hacen este tipo de plataformas. Lo que están haciendo en Barcelona con AirBnb me parece un disparate y como dice Gorki es algo impropio de Podemos que se tomen este tipo de posiciones más propias del PP o de CIU. Es un tipo de alojamiento que por un lado beneficia y va muy bien a quienes no podrían pagarse un hotel y por otro ayuda a muchas personas que así tienen unos ingresos realizando una actividad económica. Estoy seguro de que si todos ellos/as tuvieran oportunidad de tener licencia y legalizar su situación lo harían.

    ¿Por qué creo que es un disparate? Primero, porque demuestra que están muy mal asesorados. Si el Ayuntamiento de Barcelona siguiera el ejemplo de otras ciudades del mundo lo que harían es negociar con todas las plataformas.

    ¿Cuáles son las ventajas de esa negociación? La primera, muchos más ingresos de esos 600000 euros de la multa que pretenden imponer. Segundo, regulación para impedir que se alquilen pisos completos de turimo de borrachera, estilo Ibiza o Salou. Tercero, innovación, ya que se crearía un modelo que podría ser seguido por otras ciudades de todo el mundo. Cuarto, pasar de un modelo de hoteles (en Barcelona muchos son terribles y a unos precios que son un disparate) a una economía social, en la que la gente que lo haga bien podría dedicarse a ello y proporcionar un servicio que por mi experiencia beneficia y proporciona calidad a los y las turistas.

    Si los «asesores» de Ada Colau fueran listos o al menos supieran leer, verían que el portal de AirBnB ya pide a quienes deseen ser parte de su red a que paguen sus impuestos y tengan las licencias correspondientes. Lo que tiene que hacer el ayuntamiento es dar facilidades, en vez de cerrarse a salvaguardar los intereses de los hoteles.
    https://www.airbnb.es/help/article/1388/ser-un-anfitri-n-responsable-en-espa-a

    Está muy bien que Barcelona haya parado la construcción de hoteles y que cambie de modelo turístico, pero ese modelo podría ser más orientado a beneficiar a mucha gente que en la ciudad está pasando calamidades y ahora podría tener un oficio alquilando sus habitaciones. Para ello, el ayuntamiento debe crear un marco legal propio de 2016 no de los años 80 y otorgar las licencias a quienes: primero, tengan un piso en propiedad o cuyo contrato de alquiler les permita subarriendar parcialmente su vivienda. Segundo, deben autorizar a quienes paguen los correspondientes impuestos y alquilen siempre habitacones (nunca el piso completo). Por supuesto, se podrá multar a cada vivienda que por ruidos o molestias afecte a los vecinos, como cualquier otra actividad comercial.

    En fin, ese es mi punto de vista. Me entristece lo mal asesorados que están en Podemos y sus partidos en temas relacionados con nuevas tecnologías. Se creen que tener una plataforma colaborativa y súperchachi para votar sus programas es todo lo más que pueden hacer y no, es mucho más. En una asamblea por sacar la importancia de proyectos rurales innovadores me llegaron a abuchear. Es muy triste. Sin innovacón no hay futuro ni en pueblos ni ciudades. A ver si se ponen las pilas para cambiar las cosas.

    • Bruno - 27 noviembre 2016 - 20:24

      1) Ada Colau no es de Podemos, es de Barcelona en Comú.

      2) Los que ni negocian, ni cumplen las normativas locales ni tributan aquí son las plataformas como Airbnb .

      3) La economía colaborativa es una oportunidad para construir un mundo mejor, con poder distribuído y con ingresos mejor repartidos. Todo lo contrario de lo que están provocando Airbnb o Uber: mayor precarización (los anfitriones y chóferes trabajan para estas plataformas sin contrato, ni mínimos, ni seguro de ningún tipo) y mayor concentración del poder.

      4) Mucho se habla de llegar a fin de mes gracias a alquilar tu piso en Airbnb, pero poco se habla de no llegar a fin de mes por lo que ha subido tu alquiler y el coste de vida en tu ciudad por la presión al alza de la demanda provocada por estas plataformas.

      5) El marketing y la idea de Airbnb son excelentes, ahora hay que encontrar la forma de que no expulsen a la población local con el turismo de borrachera y los precios de alquiler inasequibles para cada vez más gente. En Barcelona ya casi no quedan alquileres por debajo de 800 euros al mes. Y los sueldos… muchos andan por ahí. Otros, ni siquiera tienen uno.

      • Juan Navidad - 28 noviembre 2016 - 00:20

        1) Eso ya lo sabemos.

        2) Si has leído el enlace de AirBnB: ellos obligan a la gente a que cumpla la ley. Si alguien no lo hace es su responsabilidad. Y si, como en este caso es porque no se dan más licencias, es de los poderes públicos, secuestrados por el poder de los grandes grupos hoteleros y mediáticos.

        3) Estas son plataformas de empleo freelance. Lo normal es que la gente se haga autónomo para poder alquilar sus espacios, como en otros países. Para ello, deben poder hacerlo.

        4) Esos problemas son estructurales que tiene la ciudad de Barcelona. Ya estaban antes de AirBNB y estarán después si no se hace política real que potencie otro modelo de vivienda y turismo. El que hay no funciona y el de Ada Colau se parece demasiado al anterior, lamentablemente.

        5) Simplificar AirBnB con el turismo de borrachera es inexacto. Puede haberlo, pero en muchas de las principales ciudades del mundo es algo minoritario. Se puede regular, también. Los alquileres y precios de los hoteles son de vergüenza en Barcelona. Echar balones fuera no va a solucionar estos problemas, sino encontrarles soluciones reales, no obedecer el deseo de los medios y hoteleros.

        • José Enrique - 28 noviembre 2016 - 10:30

          5. El turismo de borrachera no es el de AirBnB… es el de BCN ;)

          • Jose Enrique - 28 noviembre 2016 - 20:46

            Tanto yo como muchos de mis amigos y conocidos hemos viajado en muchas ocasiones a través de AirBnB y puedo asegurar que no nos dedicamos a ser turistas de borracheras.

            En cambio conozco unos cuantos destinos en España que si se especializan en este tipo de turista. Y hay hoteles que viven muy bien de eso.

            ¿Los multamos también? ¿O los cerramos directamente porque ganan dinero de una forma tan indigna?

        • JB - 28 noviembre 2016 - 11:21

          «2) Si has leído el enlace de AirBnB: ellos obligan a la gente a que cumpla la ley.»

          Hombre no! No obligan: te piden que cumplas con la ley pero no te obligan! Por eso han recibido la multa, porqué primero han dejado publicar anuncios de pisos sin licencia (sin pedir la licencia y verificar sea válida) y después no los han retirado cuando se lo han exigido.
          Sin entrar en que la ley sea buena o mala, lo cierto es que NO te obligan a cumplirla. Pedir aunque sea por favor no es obligarte.

          • Juan Navidad - 28 noviembre 2016 - 14:37

            JB, como apuntan justo aquí debajo, en el siguiente comentario, que yo sepa, cuando alguien pone un anuncio en un periódico de una actividad económica, que yo sepa a nadie le piden estar dado de alta en esa actividad. ¿Se debería multar a los medios por eso?

  • #048
    Eduardo - 28 noviembre 2016 - 00:43

    Supongo que se multará mañana a todos los periódicos que en sus páginas incluyen ilegales anuncios de servicios sexuales.

    Por comentar.

    • oriol - 29 noviembre 2016 - 12:51

      Una cosa es anunciar y otra intermediar.

  • #050
    Albert Cañigueral - 29 noviembre 2016 - 08:54

    Buenos aportes Enrique y varios de los comentarios. Lectura recomendada al respecto –> http://www.nickgrossman.is/2015/07/heres-the-solution-to-the-uber-and-airbnb-problems-and-no-one-will-like-it/

    Y el reto no es tanto regular como controlar el cumplimiento. Ello requiere de innovacion tecnológica tb (sino es como usar papel y boli para regular algo digital) + confianza y cooperacion entre las partes (esto es los más complejo)

  • #051
    Albertmen - 29 noviembre 2016 - 09:11

    No estas viendo el problema real Enrique, Barcelona esta destrozada como ciudad por la masificación del turismo, Airbnb no es culpable del atractivo de la ciudad ni de tratar de hacer negocio con ello, pero se ha metido como un actor clave en un momento en que se ha visto necesario reducir el turismo para que la ciudad no muera de exito. Los datos de turista por habitante en Barcelona son escandalosos e insoportables para una ciudad que se convierte a ritmos forzados en un parque temático donde los residentes huyen por la subida de precios y por la falta de instalaciones (polideportivos, supermercados…).

    Lo que se esta haciendo actualmente es tratar de paralizar el crecimiento de turismo para tener una foto fija con la que trabajar para revertir la situación que he comentado.

    Airbnb no tiene más valor por ser una empresa surgida entorno a internet y ser un paradigma en varios aspectos. Es «solo» un actor más y recuerda que la politica esta para arreglar los problemas de la gente.

  • #052
    Rigau - 29 noviembre 2016 - 10:23

    Como Barcelonés estoy hasta las narices de la gentrificación de la ciudad debido a los especuladores que se basan en el turismo masivo para sacar margenes desmesurados. Hay barrios donde han desaparecido las tiendas de toda la vida sustituidas por franquicias enfocadas al turista. El vecino se ve abocado a precios elevados, calidad discutible y tener que desplazarse a otras zonas para abastecerse en su día a día.

    El Ayuntamiento está intentando regular el turismo masivo como buenamente puede, lidiando con sus problemas de gobernabilidad por el equilibrio de fuerzas políticas en el consistorio, su propia burocracia y la oposición furibunda del lobby que vive del turismo.

    Ada, yo no te voté, pero te apoyo en esta medida sobre AirBNB y otras (reducción de las terrazas de los restaurantes, moratoria sobre plazas hoteleras, etc.). No permitamos que Barcelona se convierta en otra Venecia.

  • #053
    Anónimo XXL - 29 noviembre 2016 - 12:23

    Supongo que alguno de los muchos comentarios ya lo habrá dicho, pero me sorprende que no se ligue, en este caso, el tema tecnológico con el derecho a una vivienda digna. Todo lo expuesto por E.Dans me parece fabuloso: cuadrar oferta y demanda, aprovechar las plataformas para registrar todos los movimientos, etc.

    Pero, ¿esto no tiene afectación en el derecho a la vivienda? ¿En el derecho a la no gentrificación, a conservar la ciudad por quienes realmente habitan en ella? Los precios de alquileres han subido nada más y nada menos que un 20% en un sólo año en Barcelona, donde vivo, básicamente por tres factores: el auge de los pisos turísticos, la recuperación económica (ya veremos hasta dónde y cuándo) y las inversiones en ladrillo que proviene del extranjero (en parte para pisos turísticos, pero no todo).

    Aceptar lisa y llanamente que todos los que tienen pisos en la ciudad, que no los necesitan porque ya viven en otros, -la clase privilegiada de la sociedad- puedan hacer lo que les venga en gana sin tener en cuenta la función social de la propiedad -ojo que esto lo dice en la Constitución- equivale a mantener postrados a gran parte de los ciudadanos ante los más pudientes. Recordemos que la mayoría de estudios ya han demostrado que cuanto más ingresos se tienen, más posibilidades hay de seguir formando parte de la clase alta de una sociedad, así que se vive en una meritocracia, siendo generosos, atemperada (aquí, 2 estudios de la OIT, de los muchos que hay:

    http://www.ilo.org/global/research/papers/WCMS_499918/lang–en/index.htm

    http://www.ilo.org/global/research/global-reports/weso/2016/lang–en/index.htm).

    ¿Estoy en contra de los pisos turísticos? Claro que no. Pero no me gusta convertir mi ciudad en un parque temático despersonalizado abonado al monocultivo turístico. Desde el punto de vista social ya he expuesto mi opinión. Ahora desde la vertiente económica, me pregunto qué pasaría si el turismo se desvía hacia otro sitio sin haberse previsto otro modelo económico para Barcelona. Así se depende completamente del exterior. Habría que diversificar el tipo de ciudad que se quiere ser.

  • #054
    Juan Navidad - 29 noviembre 2016 - 20:14

    Lo que le pasa a Barcelona, por desgracia le pasa a muchas ciudades de España y es que no tiene un modelo. Los distintos ayuntamientos de estas ciudades van respondiendo a las diferentes bandazos dependiendo de lo que les marquen los poderosos desde unos u otros medios y sectores.

    Madrid a veces se salva por ser la «capital de todo». Es una ciudad que no me gusta nada, pero que vende bien pasar de ser cuando Franco esa ciudad a donde iban los alcaldes a pedir cosas a los ministerios a ser ahora la ciudad donde están ubicadas muchas empresas, donde está centralizado -por ejemplo- el aeropuerto.

    El problema de las cudades pequeñas y capitales de provincia es otro. Unas desean ser ciudades estudiantiles, para que haya cierto alborozo los jueves, pero sin agobiar. Esos estudiantes por suerte no votan. También les va bien a las personas mayores para comprar baratos y alquilar caros los pisos a los estudiantes. Ganan una pasta, casi siempre sin pagar nada al fisco. Pero son estupendos porque no usan AirB&B.

    La mayoría de las capitales de provincia no tienen industria. No interesa porque eso supone obreros, gente joven que se queda, vota y puede acabar con el sistema vigente caciquista en esas provincias. He pronunciado la palabra maldita pero es esa: «caciquismo» y la consiguiente alternancia de partidos que hacen casi lo mismo: nada.

    Barcelona sigue siendo una ciudad burguesa en la que quienes deciden los precios de la vivienda no están en el Ayuntamiento sino que son gente poderosa y por eso han subido el 15% en poco tiempo. Hacen y deshacen. La gente ni rechista, paga lo que sea. Eso sí, la culpa la tienen los turistas. Pues no, el problema de la vivienda no se mide ni se arregla por las consecuencias visibles (turistas, multas), sino por las inoperancias perennes: no construir o gestionar un buen parque de vivienda de protección oficial.

    También pasa porque sea una ciudad en la que se pueda trabajar y tener un sueldo digno. A una amiga mía veterinaria y con años de experiencia le pagaban 300 euros al mes por 10 o 12 horas diarias de trabajo. Ella dijo no, pero alguna hija o hijo de burgués seguro que aceptó, sabiendo que sus papis le podrán poner una clínica veterinaria en unos años, cuando tenga experiencia.

    Ada y su equipo debería potenciar la actividad económica innovadora, el emprendimiento de pequeños proyectos, abrirse al mundo, para que vaya a vivir gente joven (que no lo hagan solo los hijos de la burguesía del mundo que estudiaron en escuelas de negocio). Se podrían combinar viviendas tecnológicas con emprendimientos innovadores. Se pueden hacer maravillas a poco precio, pero como eso no se lo va a proponer ninguno de sus asesores/as, pues nada, seguiremos quejándonos de los y las turistas y aplaudiendo multas y que se sigan yendo los jóvenes emprendedores/as más innovadores porque no tienen padrino ni madrina, como pasa en el resto de España.

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