Espacios libres de smartphones

YondrUn número creciente de artistas y organizadores de eventos de diversos tipos empiezan a recurrir a mecanismos para crear espacios libres de smartphones que puedan ser utilizados para grabar, tomar fotografías o, sencillamente, generar distracciones en la audiencia.

Artistas como Alicia Keys comienzan a recurrir a compañías como Yondr, que fabrica una funda de neopreno para guardar el smartphone que puede ser cerrada con un sistema similar al utilizado para fijar etiquetas antirrobo en las prendas de ropa: los espectadores pueden mantener su terminal consigo, pero al estar en una funda cerrada no pueden utilizarlo para hacer fotografías, vídeos o enviar mensajes. Si necesitan utilizar su teléfono por la razón que sea, únicamente tienen que abandonar la zona definida como libre de smartphones, pasar por el dispositivo que desbloquea el cierre, y volver a activarlo si quieren volver a entrar en el recinto.

Las fundas se alquilan para cada evento por unos dos dólares al día, y son cada vez solicitadas por más artistas, que en algunas ocasiones han interrumpido sus conciertos o actuaciones para pedir a los asistentes que dejen sus dispositivos y disfruten del momento. La concepción de esos artistas que consideran que pierden algo cuando partes de sus actuaciones son retransmitidas a través de smartphones contrasta con la actitud de otros que siguen invitando a los asistentes a hacer lo contrario, a compartir cuanto más mejor, en cuantas más redes mejor, y generar una sensación de «me gustaría estar ahí». En el caso de los humoristas, por ejemplo, parece claro que el hecho de que determinados chistes sean difundidos a personas que no están en el recinto puede dar lugar a un desincentivo, a una sensación de relativa frustración cuando alguien paga por acudir a un espectáculo de humor y se encuentra con que la mayoría de los gags y chistes ya le sonaban conocidos. El problema, en realidad, ha existido siempre: los chistes se cuentan, y lo único que puede evitar el que un chiste, una vez contado, sea difundido, es la posibilidad de inventar constantemente nuevos chistes, algo que puede llegar a ser inviable. Pero… ¿realmente es para tanto? ¿Resulta tan difícil entender que para algunas personas, la manera de disfrutar de un evento en vivo es liberarse de la angustia que les produce pensar que están perdiendo la oportunidad de volver a evocar el momento gracias a unas imágenes o un vídeo tomado en él?

Que para entrar en un concierto o actuación tengas que enclaustrar tu dispositivo en una funda cerrada, y seguramente someterte al preceptivo cacheo para evitar que lleves un segundo dispositivo, una cámara o cualquier otro objeto que se pretenda restringir empieza a resultar profundamente cargante: por mucho que quien produce el espectáculo pueda imponer sus reglas, o por mucho que podamos plantearnos si se disfruta más o menos un concierto por el hecho de centrarse en obtener buenos planos, imágenes o vídeos para compartir o para revivirlos posteriormente, no creo que sea yo el único que se negase a una cosa así. Lo siento, pero si para entrar en un espectáculo tengo que prescindir de mi smartphone, prefiero no plantearme entrar.

En plena era smartphone, intentar evitar que el dispositivo pueda ser utilizado en cualquiera de sus múltiples funciones es una tarea compleja. Para muchos, la actuaciones en vivo responden a un principio de economía de la escasez: hay que impedir de la manera que sea que aquellos que no han pagado el precio de la entrada puedan disfrutar, aunque sea tan solo parcialmente, del espectáculo. Para otros, en cambio, ese disfrute parcial a través de las redes sociales funciona como un acicate, como una manera de que terminen de convencerse de que quieren estar ahí en vivo, como un «aperitivo» que funciona más bien para incrementar el apetito.

¿Aceptaríais prescindir de vuestro dispositivo en esas condiciones como condición para entrar en un espectáculo? ¿Qué sensaciones os genera un desarrollo así?

 

 

This article is also available in English in my Medium page, “Are smartphone-free zones a good idea?» 

 

44 comentarios

  • #001
    Anonimo - 17 octubre 2016 - 16:26

    He asistido a numerosos musicales y obras de teatro en las que estaba prohibido el uso de telefonos moviles, y no me ha supuesto ningun inconveniente. Cual es el problema?
    No hace falta que me metan el movil en una funda, por educacion, si esta prohibido, no lo saco. Si no todo el mundo es igual de educado, entiendo que usen la funda. Alguien ha dejado de ver un musical porque estaba prohibido el movil? Yo no conozco a nadie

  • #002
    Gorki - 17 octubre 2016 - 16:39

    Comprendo que tiene sus razones, pero deben entender las mías . Soy una persona de palabra, basta que me pidan que apague el teléfono, lo hacen en muchos teatros y lo respeto. Si no se fían de mi y me colocan el teléfono en una funda cerrada,. no me merecen tenerme como cliente,

    Cuando voy a un teatro y me dicen que por favor apague el teléfono, lo hago sin problemas y en paz, tanto si es por no molestar a los demas, como si es por «guardar el secreto». Si trataran de poner más condiciones, sinceramente me ofenden y, o hay motivos muy razonables, como puede ser, la seguridad colectiva antiterrorista en los aviones, o me ofenden y actuaré en consecuencia..

  • #003
    Asier - 17 octubre 2016 - 16:45

    Me molesta sobremanera que mientras veo un espectáculo alguien delante de mi saque el móvil y se ponga a grabar con las manos en alto, impidiendo mi visión. Si le llamas la atención casi parece que el maleducado eres tú, total si solo es una foto o grabar unos segundos.

    Estoy convencido además de que la inmensa mayoría de esas grabaciones acaban en la papelera, debido a la mala calidad del resultado como no es de extrañar.

    Yo participaría a gusto en alguno de estos sistemas para impedir que haya móviles mientras dura el espectáculo pero sinceramente soy pesimista al respecto y dudo que vayan a funcionar, hemos llegado a unos niveles de dependencia a estar conectados que no somos capaces ni de desconectar un par de horas para disfrutar de un espectáculo.

    Una pequeña medida que se me ocurre para impedir tanto móvil en alto es que los propios artistas cuelguen en sus webs imágenes y extractos de cada espectáculo grabados por profesionales, de esa manera sería fácil guardar un recuerdo de aquel día en concreto. Pero claro, la gente quiere SU foto y mandarla al instante a los grupos de chat o twitter o lo que sea para fardar.

    Como he comentado es básicamente un problema de educación y un no saber disfrutar del momento sin estar más pendiente de a ver cómo presumo de que he estado viendo a tal o cual artista.

  • #004
    Pepelu - 17 octubre 2016 - 16:46

    Pues estoy totalmente de acuerdo con la idea. Siempre hay que dejar al «pobrecito dueño del smartphone» que haga lo que le da la gana y los que vamos a ver el espectaculo en directo tenemos que fastidiarnos ¿no?

    Es bastante desagradable estar en una sala a oscuras y estar rodeado de pantallas con el brillo al maximo porque a tu alrededor esta todo el mundo grabando una basura de video, movido y con mal sonido.. y eso cuando no saben apagar la luz de grabacion y estan deslumbrandote.

    ¿Puedo ir a una clase tuya y grabarla en video y luego compartirla en la red?. ¿ y si en vez de ser una persona es el 50% de la clase?

    Lo que me parece ya de traca es que llevais años diciendo que la forma de ganar dinero los artistas es actuando en directo en lugar de los derechos de autor, y ahora tampoco pueden hacerlo a su aire..

    Si alguien no puede prescindir durante 2 horas de su smartphone para ir a un concierto o una obra de teatro, mejor que se quede en casa.

    • Rosa Ruiz - 24 octubre 2016 - 16:06

      Exacto. Yo llevo mi móvil en el bolsillo, sin sonido y no voy a grabar. Si me exigen que lo meta en una funda, no voy a ese concierto, y allá él el artista. La que pago soy yo y decido que no acepto su condición.

  • #006
    Antonio - 17 octubre 2016 - 17:10

    Los borregos que acceden al mangoneo del movil, por la razón que sea en un concierto con un chorro de vatios, se lo tienen merecido.
    Otra cosa es que te pidan que lo apagues en una obra de teatro o para ver a la filarmónica, aunque también podría colocarse en modo avión.

    • Javier Cuchí - 17 octubre 2016 - 17:30

      Lo que suelen pedirte en los teatros, en los conciertos o en la ópera es que silencies el móvil, no que lo apagues (saben que es inútil pedirlo). En otros casos, aunque hablen de apagar lo que pretenden es silenciar.

      Y no: yo no entro en un espectáculo en el que prohíban el móvil , como no accedo -y menos, pagando- a un monumento en el que no permitan el uso de cámaras fotográficas (acepto, eso sí, la prohibición del flash).

      Y de todas maneras, todas esas prohibiciones y limitaciones son pura, dura y salchichera ignorancia. La miniaturización burla fácilmente todas estas trabas. Para no hacer ciencia-ficción: ¿prohiben los smart watch? ¿Pues entonces…?

      • Pepelu - 17 octubre 2016 - 17:50

        No creo que el,problema sea tanto el hecho de grabar, sino el estar molestando a los demas espectadores. Yo he estado en algun concierto en el que alrdedor mio habia 3 iPads grabando, y cuidadito con decirle nada al que grababa de que estaba molestando. Si lo hicieran con unas google glass a mi me daria iguasl, sinceramente.

        • Francisco - 20 octubre 2016 - 17:22

          Efectivamente, ese es el problema, molestar a los demás. En una sala de cine o de conciertos, dónde hay poca luz, que alguien encienda cualquier dispositivo es muy incómodo para el resto.
          Acudo habitualmente al Auditorio Nacional y otros recintos y les puedo asegurar, que cuando uno está concentrado, en el clímax de una composición y sale el típico garrulo (eso es lo que son) con el móvil y te saca de tu estado de concentración y disfrute, creo que esa persona no merece estar ahí, por mucho que haya pagado su entrada.
          El problema es la educación y respeto: hablar, abanicar, toser estruendosamente…

  • #010
    Carlos Quintero - 17 octubre 2016 - 17:13

    Yo posiblemente sí lo aceptaría, pero por la falta de respeto que tiene mucha gente hacia los demás, impidiéndoles disfrutar del espectáculo. En el campeonato del mundo de ajedrez, sólo está permitido hacer fotos con flash los primeros cinco minutos de la partida (https://www.fide.com/FIDE/handbook/regulations_match_2016.pdf), y los asistentes respetan esa norma sin necesidad de inhabilitarles sus móviles. Me temo que una norma así no sería respetada en los espectáculos ni aunque lo pidiera el artista, porque mucha gente carece de respeto. Como ejemplo, este verano estuve en Ibiza en una puesta de sol en una conocida cala muy concurrida. Estábamos muchísimos sentados en la arena desde una hora antes esperando el momento de la puesta de sol, y cuando llegó, no faltaron algunos que salieron «de la nada» para meterse en el agua y fotografiarse con la puesta de sol, o quedarse directamente ahí de pie durante minutos, quitándole la vista a los que estábamos sentados esperando el momento. A estos no es que haya que meterles el móvil en una funda, es que habría que tirárselo al agua directamente…

    • Patricia - 17 octubre 2016 - 18:52

      Estoy de acuerdo contigo. El problema es que no todo el mundo es respetuoso y por esto hay que recurrir a medidas extremas.

      Lo de la gente que se cuela es increíble. Un horror.

  • #012
    Sylvia - 17 octubre 2016 - 17:19

    Por mi parte, voy sin dudar un momento a los sitios «smartphone free»: los vagones de trenes silenciosos, los restaurantes sin cobertura…

    Espero que haya pronto un bloqueador efectivo de señal que impida que a otro se le olvide cuánto necesito el silencio. Seré una cliente entregada de los sitios así.

  • #013
    Jon - 17 octubre 2016 - 17:29

    Más que prescindir de mi dispositivo, lo que jamás aceptaría es semejante chantaje. De la misma manera que no desactivo el adblock si una página me bloquea su contenido y simplemente doy atrás al navegador, a un concierto en estas condiciones ni me plantearía ir.

    • Julen - 17 octubre 2016 - 17:59

      Todos los días accedemos a «chantajes» así, ¿no? Fumar en sitios públicos, hablar alto en el cine…la diferencia es que hay cosas que ya las damos por sentadas.

      • Gorki - 17 octubre 2016 - 18:55

        Hay una diferencia, ni nos meten la cajetilla en una bolsa cerrada, ni nos ponen una mordaza, Si tu no eres capaz de notar la sutil diferencia, yo si.
        Lo más parecido seria pasar por el arco de los bancos, y a mi personalmente me molesta bastante, pero entiendo que los empleados quieran librarse de padecer atracos, en este caso no hay una razón de semejante fuerza.

        • pepelu - 17 octubre 2016 - 19:13

          Básicamente la razón es no molestar a los demás que tambien tienen derecho a disfrutar del espectaculo. Si tu eres muy educado y no vas a sacarlo perfecto, pero no pienses que los demás no lo vayan a hacer. Y si no quieres ir a un concierto por esa razón, perfecto otro lo aprovechara . hace unos años parecía que la.hostelería se iba a hundir por la.prohibición de fumar, y no ha pasado nada.

          • Gorki - 17 octubre 2016 - 20:57

            En la medida de lo posible, evito ir donde van energúmenos. ¿Qué personas son, los que si piden que no se utilices el móvil, a mitad de la actuación. levantan los brazos para grabar un trozo de la misma?,
            Donde voy, si piden que no se utilice el móvil, solo por descuido puede sonar uno y su dueño se suele avergonzar. Otra cosa, si es un lugar no les importe que lo uses o incluso lo fomenten. Pienso que por ejemplo, en los restaurantes deberian haber zonas donde se permitiera el uso del movil y otras donde no se permitiera.

            Repito que creo que hay sitios que no me merecen tenerme como cliente.

            Pero no siempre es posible, lo que cuentan mas arriba de la puesta de sol es inevitable, ¿Qué se lo va a hacer?.

  • #018
    Marcos - 17 octubre 2016 - 17:33

    Curioso es.

    Soy budista y a veces enfocó esto desde una perspectiva.

    Vivimos en una sociedad en la que si no se comparte es que no ha sucedido. Pero más allá de eso, he hemos pasado a intentar contener cada momento que vivimos. Por decirlo de alguna forma.

    Y digo esto porque. O necesariamente vivimos estas situaciones.
    No puedes estar en un concierto y disfrutar de él si estás grabando a través de una pantalla. Poder puedes, pero te vas a perder toda la experiencia real, toda la experiencia directa.

    Es exactamente lo mismo que estar en compañía de alguien y estar pensando en qué diantres debes de comprar para comer mañana en vez de, estar prestando tu atención, tu tiempo y energía a esa persona con la que intentas e intenta comunicarse contigo.

    Está bien, eso de recordar varios eventos… un concierto, un desfile… pero a pesar de que hay ya muchas parejas que lo hacen en otros ámbitos de su relación, no se me ocurre que alguien dispusiera de una cámara para grabar su primer beso con esa chica que le gusta. Realmente en esos casos estamos quizás plenamente conscientes del momento y nada más pasa a existir a nuestro alrededor.

    Hemos caído en una trampa en que todo lo que poseemos, está vez a modo de audiovisual (nuestra imagen y status en las redes sociales es otra cosa aparte ya…) es una imagen distintiva de lo que somos, lo que hemos hecho y experimentado. ¿Donde quedaba la experiencia de que alguien nos contará qué tal el concierto de ayer?

    En ese caso, seguramente tuviera mucho más valor, la transmisión oral con todo el entusiasmo y pasión que pudiera destilarse de sus palabras, que un vídeo de un grupo que no tan siquiera pudiéramos conocer. Pero que nos hablasen con ese entusiasmo ya sería otra cosa.

    Nuevamente nos evadimos de los momentos presentes y el verbo ser y estar ya no significa lo mismo.

    No comparto la solución de las bolsas, es cuestión meramente de respeto y amor hacia uno mismo y la realidad de cada momento.

  • #019
    Julen - 17 octubre 2016 - 17:56

    Sobre esto escribí recientemente (opinión cercana a la tuya) aquí: http://www.palabraderock.com/2016/07/18/prohibir-moviles-conciertos-mala-idea/

  • #020
    Antonio Arias - 17 octubre 2016 - 18:52

    Pues felicito esta iniciativa. ¿Por qué?, muy sencillo, cuantas veces pagas por disfrutar algoy tienes a gente sacando foros, videos, levantando brazos, incluso aupando a su novia a los hombros para que grabe un pequeño video, etc… Es de locos. En ciertos espectáculos lo entiendo, en otros estropean la emoción y el disfrute del momento.
    Además, la inmensa mayoría de esas grabaciones y fotos pasarán a ser pasto del olvido, dentro de las miles de fotos y videos que uno incorpora a su nube o disco duro.
    Y por último, recuerdo la defensa en estas páginas (de la cual estoy de acuerdo) de la fugacidad de Snapchat y ahora se defiendo algo contrario.
    Nuestra vida es muy corta y está para disfrutarla, y por supuesto capturar muchos de sus momentos, pero de ahí a querer tener cada segundo, molestando a otros, pues no.
    Saludos.

  • #021
    Jaime Grau - 17 octubre 2016 - 20:19

    Ya verás qué risa cuando empiece a sonar un móvil en mitad de una obra de teatro y no lo puedas silenciar al estar detro de una de las dichosas bolsas.

    • acerswap - 18 octubre 2016 - 02:56

      Supuestamente estan recubiertas de un material que no deja pasar las ondas, con lo que se queda sin cobertura.

  • #023
    jose luis portela - 17 octubre 2016 - 20:34

    Tu lo has dicho, hay artistas que prefieren que su obra sea difundida a cuantos más mejor, y otros que prefieren que se encierre en las memorias de aquellos cerebros que han pagado una entrada.

    La reflexión es un poco estúpida. Si esos que ya han pagado, y que a ellos mismos no les importa compartir lo que ven, o grabar para ver en un futuro, ¿cuál es el motivo por el cual le va a importar al artista?

    Otra reflexión más. ¿Cuántos artistas, cantantes, humoristas, jamás habríamos ido a ver si antes no hubiéramos visto un buen video de ellos?

    • Marcos - 18 octubre 2016 - 01:44

      Quizás se base en algo muy concreto.

      A ver, seamos serios. En el caso de grandes grupos o cantantes comerciales posiblemente se trate más que otra cosa que derechos de autor y esa pelea que siempre andan teniendo. Un concierto de Metallic, por ejemplo…. a ver.

      Pero… y llámame loco. Si yo fuera artista, me gustaría que mi obra se respetase. Eso quiere decir que si no vas a valorar en su justa medida la experiencia de venir al concierto, lo mejor se puedes hacer es quedarte en tu casa y dejar el sitio o la entrada a otra persona que estuviera más interesado.

      Y sí, cada uno disfruta como desee de las cosas, perfecto. Pero si la experiencia de disfrutar de un concierto es sencillamente pasarlo por el filtro de. Instéis dispositivos, mira, tienes entre poco y nulo gusto por la persona que está en el escenario y resulta más importante el hecho de estar ahí, que de disfrutarlo.

      Interesante cuestión la final.

      ¿Qué debe de prevalecer? ¿Estar allí dejar señales de ello? ¿O disfrutarlo de una forma lo más plena posible?

  • #025
    Carlos - 17 octubre 2016 - 20:56

    Creo que aunque la irrupción del móvil es muy moderna, su uso ha quedado estandarizado en nuestro ecosistema y que tratar de minimizar su impacto es una moda pasajera. Y como ejemplo, el juego de mesa «ecosistemas» cuyo fin es desarrollar un verdadero ecosistema y conservarlo. Nada de pajaros azules, un ecosistema real, el de los biólogos. Están buscando financiación: http://www.lanzanos.com/proyectos/ecosistemas/

  • #026
    acerswap - 17 octubre 2016 - 21:04

    A mi me parece insultante, la verdad. Supongo que hay artistas que piensan en su publico y en la experiencia que quieren transmitir, que se distraen con las camaras o que simplemente han tenido malas experiencias por el uso de moviles y camaras (peleas entre asistentes, accidentes…). En esos casos, comprendo que antes del comienzo del espectáculo se pida a los asistentes que no utilicen sus dispositivos, pero la desconfianza en el publico me desagrada.

    Creo que todos (o al menos la mayoria) somos lo suficientemente inteligentes como para recibir unas instrucciones y, si son razonables, cumplirlas.

  • #027
    Enrique Dans - 17 octubre 2016 - 21:22

    Me resulta curioso que la mayoría interpretéis la medida como una forma de proteger la experiencia de otros asistentes, cuando en realidad – imagino que es culpa mía por no enfatizarlo más – es mucho más un tema relacionado con los derechos de autor y con evitar la difusión de las obras…

    • Carlos Quintero - 17 octubre 2016 - 23:00

      No, no, si el origen de la medida por parte del artista la hemos interpretado bien (a este respecto el artista está en su derecho, y sus fans en su derecho de no ir). Lo que hemos contestado es por qué sí iríamos a un evento donde sí se prescinda de los móviles, aunque sea por una causa diferente y equivocada ;-)

    • Marcos - 18 octubre 2016 - 01:54

      Acabo de mencionarlo en una respuesta a otro usuario.

      Obviamente todo depende del nivel del artista, seguramente. Y habrá artistas a quienes beneficie que se les grabe durante un concierto, porque eso les permitirá seguir creciendo dentro de la escena. Es una manera de verlo bien valida.

      Pero será que algunos somos demasiado románticos. Supongo que creer que un artista crea un show para conseguir un feeeling con el público y parte de él este más atento a si enfoca bien la cámara que al hecho de lo que está sucediendo realmente…, es algo propio de ciencia ficción.

      En «La vida secreta de Wallter Mitty» hay una escena algo parecida. Sean Peen es un reputado fotógrafo que va a captar a unos leopardos con su cámara. Majestuosa la escena, pero decide durante unos momentos observarlo todo sin que el objetivo de si cámara esté por medio. Habla de la realidad de ese momento.

      Supongo que deberíamos de ¿aceptar? Que importa más la forma que el contexto. Que da igual ese feedback que se crea en un concierto, en una obra de teatro o cualquier espectáculo callejero sin ir más lejos y que el contexto de lo que nos quieren ofrecer pasa a un segundo plano, después del hecho de que nosotros recibimos algo, un concierto, por ejemplo, un espectáculo, nada más allá.

      Será que se nos olvidó aquellos grandes conciertos que todos en algun momento de nuestras vidas hemos tenido.

      Cualquier cosa dicha en este comentario, no iba expresamente dirigida a ti, Enrique sino que era ya una reflexión más, al aire, que en respuesta directa a tus palabras, que conste.

    • acerswap - 18 octubre 2016 - 03:02

      Esa es otra. Salvo que vaya a distribuirse una grabacion del concierto, ¿por que limitar esa difusion? ¿Acaso no emiten canciones por la radio? La calidad de la grabacion ademas seria tirando a mala.

      Pero tambien por esa regla de tres distribuir una grabacion de una pelicula realizada en un cine deberia estar permitido, ¿no?

  • #031
    Alfonso - 18 octubre 2016 - 08:37

    Efectivamente yo también veo dos vertientes:
    – evitar difusiones incontroladas(la principal)
    – evitar molestar al resto de expectadores

    A nivel personal la primera razón me parece una batalla perdida porque el mundo artístico, salvo excepciones, sigue en el laberinto de un sistema de derechos de autor obsoleto y oligopólico que no funciona y no se pueden poner puertas al campo.

    Respecto a la segunda, yo suelo llevar siempre móvil pero no siento ninguna necesidad de utilizarlo en conciertos mientras se actúa, me parece que me estoy perdiendo el evento, faltando al respeto al artista y seguramente molestando a alguien.

    Esto de zonas libres de móviles no me genera ningún problema y probablemente evite que otros me molesten.

  • #032
    Mike - 18 octubre 2016 - 10:37

    Todo esto que comentáis está muy bien, pero lo que de verdad me espanta es que te inviten a una boda y te prohiban el móvil. (Ejemplo Paquirrín)

  • #033
    Juan Manuel - 18 octubre 2016 - 10:51

    A mi me parece una mala medida, salvo que sea por temas de seguridad en casos muy concretos o felizmente aceptada por los usuarios.

    Por ejemplo, entiendo la medida en un zoo, para evitar estresar a los animales mas de lo que están por sus propias condiciones, o en algún museo donde la luz pueda perjudicar una obra.

    En cualquier caso, me parece ridículo que lo hagan en un espectáculo, donde hay cientos de cámaras y focos propios del espectaculo.

    La mayoría de los comentarios que he visto se refieren a una medida para garantizar la comodidad y el disfrute de los espectadores. Y creo que se equivocan sobremanera. En ese caso habría que prohibir hablar, reír, ser mas alto que la mayoría, ir al baño en medio de la función, comer, beber, cantar al son de la canción, gesticular, etc.. siempre habría algo que molestase en mayor o menor medida la experiencia a alguno de los asistentes.

    También se ha invocado el respeto, pero eso incluiría cualquiera de estas acciones y no por ello nos atan a la silla amordazados porque no se fíen de nosotros.

    Resulta que cuando realmente nos sentimos inmersos en una experiencia, esas molestias pasan a ser parte fundamental de la experiencia, el clásico levantar los mecheros que fundó un estilo (ahora se hace con smartphones), o que el cantante pida ser coreado por los espectadores, o hacer las palmas. En esos momentos lejos de molestar, generalmente se amplia la experiencia porque te consideras parte de la función.

    Lo de que si haces una foto, te pierdes el momento… pues depende. Seguro que todos aquí tienen fotos de su comunión, boda, cumpleaños, barbacoas y eventos y fiestas varias. Y nadie vuelve a casa pensando: «maldita sea la fiesta iba muy bien hasta que eche una foto, o grabe el soplado de velas y deje de pasármelo bien».

    Que hay gente que le gusta presumir de estar en sitios, claro, somos una sociedad y muchas de nuestras interacciones con los demás se basan en dejarnos ver y sentir que hemos vivido plenamente. Por eso hay gente que sigue usando reloj, usa corbata, se pone la ropa de los domingos, compra recuerdos cuando va de viaje, renueva el armario, se arregla para fiestas y eventos, pide fotos y autógrafos a los artistas. Pensar que alguien que hace una foto o un video para recordar/presumir/mostrar o lo que quiera no es adecuado solo porque uno mismo no lo haría en esa circunstancia es no admitir que estamos en una sociedad plural y con diferentes formas de ver el mundo.

    A mi nunca me ha gustado que me traten como un terrorista por fines mercantiles, que en la mayoría de los casos creo que es el objetivo de esta medida.

    Hay muchos ejemplos de empresas que lo intentan, algunas de la mas típicas pero que es extrapolable a muchos otros ámbitos:
    – «Prohibido meter comida y bebida al cine» no porque sea malo ni moleste a los demás espectadores, sino porque quieren sangrarte en su propia tienda.

    -«Prohibido meter agua o un cortauñas en el avión», eso si, antes de subir pasas por el dutyfree donde puedes comprar muchos «recuerdos» que son cientos de veces mas fáciles de usar como armas e incluso alcohol como para prender la ciudad entera y no habría problema.

  • #034
    Cova - 18 octubre 2016 - 12:02

    Me encantaría un concierto sin móviles, un restaurante sin toniquetes, un tren sin tener que escuchar al pasajero de atrás «despachando», una comida con mis hijos sin miradas furtivas a la pantalla…Dónde hay que apuntarse?

    • Enrique Dans - 18 octubre 2016 - 12:04

      Hay que apuntarse en el siglo pasado… pero para ello necesitas descubrir antes la tecnología de los viajes en el tiempo! ;-)

      • Perico Palotes - 19 octubre 2016 - 01:15

        Aunque pocos, afortunadamente, todavía en pleno siglo XXI quedan algunos restaurantes y vagones de tren libres del soniquete de móviles (unos porque así lo establecen unas normas que se cumplen y otros porque tal vez tienen instalados inhibidores….).

        Y, por supuesto, hay muchas casas en las que a la hora de comer nadie utiliza un móvil ni nadie les dirige miradas furtivas, por convicción o por obligación impuesta por quien mande en la casa…. (en la mía a nadie se le ocurre sentarse a la mesa con un móvil encima….)

  • #037
    Gerardo - 18 octubre 2016 - 17:05

    Esta vez no estoy de acuerdo contigo.
    Por respeto a los demás espectadores y por respeto a los artistas no se me ocurriría no apagar el teléfono. Y creo que la inmensa mayoría de la gente lo apaga y le parece de lo más razonable. Aquí y en Sebastopol..
    Puede que sea un pelín dependiente de tu smartphone y no puedas prescindir de él durante un par de horas. En ese caso, claro lo mejor es que no vayas al teatro, al cine, a conciertos o a ópera.
    Ya me gustaría que igual que hay «Coches en silencio» en el AVE, no tuviéramos que aguantar en el restaurante conversaciones que no nos interesan.

    • Enrique Dans - 18 octubre 2016 - 17:26

      Gerardo, respetuosamente: el respeto a los demás espectadores y a los artistas no implica necesariamente que no puedas retirar tus ojos del escenario durante dos horas o más. Yo en el cine no miro mi móvil porque el resplandor de la pantalla puede resultar molesto, lo mantengo siempre en vibración – en realidad mi móvil prácticamente vive en modo vibración – y es muy raro que corte una conversación con alguien para contestar una llamada, salvo en casos muy concretos. Pero de ahí a que no pueda hacer una foto o un vídeo durante un concierto, obviamente sin meterle el terminal delante de los ojos a nadie, va un trecho. A medida que pasa el tiempo, las normas de educación y los protocolos de uso van adaptándose, y aprendemos a respetarnos unos a otros en cada contexto. Lo fácil parece simplemente eliminar el elemento molesto, pero no es así: a medio plazo, esa eliminación resulta insostenible, y el problema se agrava. Lo correcto no es «enterrar» el problema en una bolsa cerrada, sino intentar que las personas entiendan la necesidad de desarrollar protocolos de uso.

      • Marcos - 18 octubre 2016 - 23:04

        El protocolo de uso, sería razonar acerca del hecho de qué es más importante.

        Pones el ejemplo del móvil en el cine y el resplandor que podría suponer para otros (entiendo). Pregunto, ¿de acudir a una sala en la que apenas hay personas durante esa sesión, sentándote en una fila 9 y sabiendo que detrás no hay personas ¿Atenderías la vibración del móvil?

        Entiendo que un concierto… es difícil no hacer, por ejemplo un par de fotos o grabar vídeos de un par de minutos. Puedo llegar a comprenderlo de manera natural.

        ¿Y la gente que pudiera tener un uso mucho más mayoritario que esa cifra?

        Sigo pensando igual. No se trata desde mi ángulo de que no pase nada por atender el móvil un momento durante un concierto o una película, sino de la manera de respetar nuestra propia manera de consumir contenidos, que poco tiene que ver con protocolos de uso nuevos.

        Es fácil, ya sea un videojuego, un libro o una película siempre digo que cada uno tiene su medio narrativo propio y no es mejor ni peor. El mejor ejemplo de ello, una buena historia al calor de una hoguera, algo muy típico pero que todos reconocemos que si es buena, vas a prestar toda tu atención.

        Los hábitos no han cambiado tanto. La estimulación consumista sí. Tenemos que tener grabados todos. Teatros momentos y experiencias.

        Por cierto, tengo una hija de 4 años y en su último cumpleaños con su compañeros del colegio no hice ni una sola foto. Un amigo me pregunto yo por ello y pensé que sencillamente se me había olvidado hacerlas; estaba disfrutando de la tarde y simplemente no fue algo que sentir necesitar hacer. No es algo que desde luego haya generado pena, por otra parte, así que no todos pasamos por esos filtros sociales al parecer.

  • #040
    Perico Palotes - 18 octubre 2016 - 20:45

    Si quereis, llamadme dictador, aunque lo que me ví obligado a hacer fue solo en legítima defensa tras agotar, sin éxito alguno, un millón y medio de argumentos, razones, ruegos y súplicas.

    Durante unos pocos años me ví obligado a mantener con regularidad una o varias reuniones diarias con grupos integrados por 6-12 personas en un país del cono sur americano, cada una de ellas portadora de uno, dos o incluso tres móviles que solían poner encima de la mesa, totalmente operativos, en silencio o en modo avión, raramente apagados a pesar de mis insistentes ruegos, razonamientos, súplicas y demás: simplemente no había manera de conseguir tener una reunión ‘en paz’.

    ‘Solo un minuto’, era lo que decían cuando, con sonido, vibración o silencio, los asistentes a la reunión recibían una llamada, un SMS o un mensajes de Whatsapp. Y, claro, el minuto se convertía en dos, o tres o cuatro, y eso multiplicado por 2, 3 ó 4 llamadas de media por cada uno de los 6-12 asistentes, se convertía en un verdadero infierno.

    Sólo hubo una manera de terminar con dicha situación, tan estresante y paralizadora de reuniones: utilizar un inhibidor que adquirí en Estados Unidos.

    Teniais que ver las caras de mosqueo del personal, que no podían evitar echar un vistazo a sus móviles cada x minutos, sorprendidos de no recibir llamada alguna.

    Fue la ÚNICA SOLUCIÓN…. y por eso entiendo a quienes, por una u otra razón, utilizan ese mismo medio, o cualquier otro, para evitar o limitar el uso de móviles en ciertas situaciones.

    No sé si el fin justifica los medios o no, pero en casos como el mío (y a buen seguro que en otros) , creo que sí, aún a riesgo de que el medio utilizado no sea 100% legal…. (en España no lo sería, pero en el país en que ocurrió, la utilización de inhibidores en el interior de la propia oficina era legal, o al menos alegal….)

    • acerswap - 19 octubre 2016 - 16:38

      El sistema es tan simple como «salga usted y no vuelva». Mañana, si tiene el movil apagado, venga de nuevo y no le expulsaremos.

  • #042
    Jesús - 19 octubre 2016 - 00:20

    Adaptarse o morir. Veo a las personas como el agua. Intentas contenerla pero siempre buscará un hueco por donde salir y seguir otro camino. Si obligas fundas, llevarán otro móvil. Si usas inhibidores, puede que dejen de ir a tu reunión.
    Que en un artista sea copiado, compartido, plagiado, lo veo inevitable en los momentos que corremos. ¿Falta de respeto hacia el trabajo ajeno…? Llamémoslo como queramos pero el que no se adapta, perece.

    • Perico Palotes - 19 octubre 2016 - 01:04

      Nunca ninguno de los asistentes a las reuniones supo que había instalado un inhibidor en mi sala de reuniones, pero aunque lo supieran no hubieran dejado de asistir.

      Nunca se lo dije a ninguno simplemente para no caer antipático.

      Y tampoco el público, en general, dejaría de asistir a una buena ópera, obra de teatro, película, concierto o conferencia que realmente valga la pena, aunque supieran que hay inhibidores instalados en el recinto.

      Ni nadie dejaría de volar en un avión aunque tuviera instalado un inhibidor (suponiendo que eso fuera tecnicamente posible sin afectar a los aparatos de navegación, algo que ignoro).

      En ocasiones, cuando la gente no es ‘civilizada’ per se, hay que civilizarla ‘a la fuerza’….y olvidarse del buenismo.

  • #044
    Android Dan - 20 octubre 2016 - 15:33

    Los derechos de autor y la tecnología, separados por una finísima linea, en este caso bolsa o funda de neopreno. ¿Y que pasa si tengo ganas de hacerme una foto en el concierto y enviarla a amigos? Creo que la difusión de videos y fotografías de esos conciertos, dan más publicidad que los derechos de autor que puedan quitar.

    Allá los artistas que lo usen, pero las fotos y videos del concierto de Coldplay que vi en Madrid, sirven para rememorar y enseñar a otros amigos, el conciertazo que viví.

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