Propiedad intelectual, pactos y mentalidades anticuadas

IMAGE: Tatiana Popova - 123RFMi columna en El Español de esta semana se titula «Propiedad intelectual: ahora no toca«, y habla del acuerdo entre dos partidos, PSOE y Ciudadanos, entre cuyos puntos fundamentales aparece uno enunciado como «La Cultura como eje vertebrador del país», que ha llamado mi atención tanto por su mera presencia, como por su formulación. 

Plantear una reforma de las leyes de propiedad intelectual para hacerlas más restrictivas o campañas de adoctrinamiento en los colegios para contar a los niños que es malo bajarse cosas de internet como un punto fundamental en un hipotético acuerdo de gobierno en pleno año 2016 es algo sencillamente absurdo. Es algo que me recuerda mi crítica al presidente de la Academia del Cine, Antonio Resines, de hace algunas semanas, porque refleja el mismo tipo de mentalidad anticuada, viejuna, basada en la idea de que todo el mundo en internet está bajándose de todo a todas horas como si no hubiera mañana, y que la única manera de impedirlo es presiguiéndolo más y endureciendo las leyes al respecto.

Que un partido como Ciudadanos ponga al frente de los temas de Cultura a una escritora, Marta Rivera de la Cruz, que parece mantener la misma mentalidad que mostraba en su blog personal hablando sobre piratería allá por el año 2012, es seguramente una parte del problema. Si tus ideas sobre la gestión de la propiedad intelectual en la era digital siguen, a estas alturas de siglo XXI, teniendo que ver con la absurda comparación entre propiedad física e intelectual («no robarías un coche» o «la máquina de copiar jamones«… ¿todavía así, por favor?), con la idea de que una persecución más dura o unas leyes más restrictivas solucionarían el problema, o con una especie de «carta a los reyes» en la que sueñas con ejecutivos de la SGAE entrando en la clase de tus hijos para explicarles lo malo, malísimo que es descargar cosas de internet, es que tienes un serio problema. Tu mentalidad se quedó anclada en la primera década del siglo, y no has sido capaz de evolucionar con los tiempos. A estas alturas, harías bien en leer un poquito, mirar a tu alrededor, ver experiencias en otros países y examinar números más allá de los demenciales escenarios que pretende pintar la industria.

No, la mal llamada «piratería» solo es un problema para quien no está dispuesto a adaptar su negocio a la era digital. Por favor, mira a tu alrededor: si aún ves a malvados internautas a la luz de un flexo y con aspecto taciturno descargándose sin pagar canciones, libros y películas… mira otra vez. Eso ya no existe. Las descargas de canciones han prácticamente desaparecido. En pleno 2016, cuando alguien quiere escuchar una canción, la busca en YouTube, la pone en su Spotify o en su Apple Music, o la reproduce en la página del artista correspondiente. Eso de descargar discos terminó hace tiempo, sencillamente porque aparecieron emprendedores y compañías dispuestos a buscar una solución mejor adaptada a la era digitales que la de cobrar por una copia física de un disco que ya nadie quería. Las películas y las series de televisión aún se descargan, pero sencillamente porque esa solución, llamada Netflix, aún está en fase de adopción masiva. En los Estados Unidos y en los países en los que Netflix lleva tiempo funcionando, ya solo se descarga aquello que no resulta fácil encontrar ahí. Y no solo es Netflix: en España, muchos canales de televisión ya ofrecen series a gran velocidad tras su estreno en otros mercados, con la posibilidad de verlas en formato original subtitulado, y de una manera que claramente desincentiva acudir a la antigua tele-torrent. ¿Los libros? No son ninguna excepción, simplemente falta que una industria no precisamente caracterizada por su dinamismo termine de apostar por canales cada vez más rápidos, más baratos y con fórmulas más disuasorias. Esto es lo que hay. El paso de los años nos ha demostrado que nunca tuvimos un problema de «piratería», sino un problema de adaptación empresarial.

Si a estas alturas de siglo pretendes enviar directivos de la SGAE a contar a los niños en los colegios que descargar es malo malísimo, te vas a encontrar conmigo y con alguno más en la puerta del aula. No tiene ningún sentido pretender adoctrinar a los niños en que los productos culturales solo se pueden obtener como una industria determinada dice que hay que obtenerlos. El mundo ya no funciona así. Los productos, culturales o de cualquier otro tipo, tienes que entregarlos a la demanda como la demanda los quiere. Si estrenas una película en los Estados Unidos, tardas varias semanas en ofrecerla en otros mercados, y cuando lo haces, pretendes que la gente la vea en los cines sí o sí, sin posibilidad de que prefieran pagar un precio justo por verla en el sofá de su casa, no es que tengas un problema de piratería, es que eres un imbécil que no ha entendido nada, y tu nula habilidad para reimaginar tu negocio hace que merezcas todo el perjuicio económico que puedas sufrir.

Por favor, vamos a dejarnos de discursos anticuados, de imaginar hordas de piratas que descargan todo lo descargable, de pensar en una policía del copyright análoga a la policía del pensamiento que me detiene simplemente con que piense en descargarme algo, y de imaginar niños adoctrinados con las consignas de la industria cultural. Ese discurso viejuno de la represión, del adoctrinamiento  y de los policías dando patadas en la puerta está muy pasado. La ley Sinde solo sirvió para que a la ministra que le dio el nombre le regalasen un premio Planeta, y hay que desmantelarla antes de que termine por servir para otros fines más siniestros. Las páginas de descargas no las mata la ley Sinde, las matan las leyes del mercado y la disponibilidad de opciones mejores que los usuarios, obviamente, terminan por preferir.

Eso de meter «la persecución de los malvados que roban propiedad intelectual» como parte fundamental de un acuerdo de gobierno es algo que ahora, sencillamente, no toca. Lo que pudo parecer un problema hace algunos años, ya lleva unos cuantos en vías de solución, y a esa solución no han contribuido en absoluto las persecuciones, las penas de cárcel o los discursos moralistas, sino emprendedores como Daniel Ek, Reed Hastings o compañías como Apple, YouTube y muchas otras. Ya basta de personas con mentalidades anticuadas en política, por favor. Los problemas de la industria no se solucionan con visiones tremendistas y punitivas de la legislación: se solucionan con mercado, mercado y mercado.

 

This article is also available in English in my Medium page, “Intellectual property: it’s about the market, dummy!«

 

29 comentarios

  • #001
    karlggest - 26 febrero 2016 - 13:41

    Hola.

    Por muy igual que mi punto de vista sea al tuyo, no podemos evitar reconocer que en el mundo anglosajón la mal llamada piratería sí es delito y sí se persigue y castiga con dureza. Y esa legislación es anterior al surgimiento de esos productos que facilitan en enorme medida el consumo.

    Lo que nos puede llevar a la reflexión de que si en los países que desarrollan mejores soluciones es así, pues convencer a «los nuestros» de lo contrario va a ser muy, muy difícil.

    En ese sentido, los «patronos patrios» ven Netflix y otros servicios como suculentos negocios para aprovechar la práctica inexistencia de piratería, como lo es en los países que impulsan estas plataformas. Eso es opuesto a verlo como una forma inteligente de competir contra ella -porque los mayores beneficios que esta competencia trae, a saber: mejores productos, distribución más adecuada, no son algo que les interese demasiado.

    Así que cuando tú con tu capacidad de comunicación como yo con mi reducida capacidad comunicativa tenemos el mismo problema: pretendemos convencerlos de las bondades de algo que para ellos no es bueno por definición. Las empresas rara vez quieren competencia, y los inversores tampoco quieren competencia, si pueden tener la alternativa del monopolio. En cualquier sector la competencia es buena para entrar en el mercado y siempre a costa de la posibilidad de maximizar el margen de beneficio.

    ¿Podrían los inversores europeos hacer como Goolge que monta y demonta proyectos como churros? ¿las empresas de capital riesgo invertirían en productos de riesgo a menos que el margen sea máximo?

    Salud!!

    • LenadroTO - 26 febrero 2016 - 17:11

      No estoy de acuerdo contigo, las leyes antipiratería en el mundo anglosajón se aprobaron cuando ya había piratería. Antes de «videoclubs» online legales, existian servicios ilegales que daban opciones parecidas. Vease la gran mayoria de webs de enlaces de series que usaban megavideo como reponductor. Por esa época, lo comienzos de megaupload (megavideo), rapidshare fue cuando se empezaron a aprobar esas leyes, y fue precisamente megaupload, con megavideo, la que demostró que la gente estaba dispuesta a pagar un precio razonable por ver las cosas. La tarifa anual era de 60 euros, sino tenias limitaciones, y te aseguro que muchisimos la pagamos. Ademas estas cuentas se podían compartir sin pasarse. Creo que con 3 pcs diferentes no daban problemas. El ejemplo de negocio siempre estuvo ahí.

    • La Estrategia - 26 febrero 2016 - 17:24

      Si la situación en Europa y especialmente en España es como tú la planteas, ya es hora de cambiar las cosas. Y no pongo en duda que esa sea la mentalidad, pero si hablamos del mundo empresarial y de negocios, ir 20 años por detrás de los planteamientos de las grandes empresas americanas, nos condena a las migajas en el reparto de beneficios. Nadie puede creer o pretender que las grandes industrias culturales de un país puedan subsistir o mejorar sus beneficios o su rentabilidad, a través de leyes o de represión que puedan castigar, multar o privar de libertad a un ciudadano. Eso, efectivamente es, mentalidad empresarial de burro y pandereta.

  • #004
    Javier - 26 febrero 2016 - 13:54

    Colocar a ignorantes con ínfulas al frente de asuntos complejos nunca da buen resultado. Parece que no aprendemos. La ciudadana-escritora está muy convencida de que el mundo es como ella cree (leyes incluidas) y tiene más bien poca noción del marco normativo y del alcance de las propuestas que lanza. Es de la última hornada de ineptos, escondidos tras la bandera del aparentar ser «políticamente incorrectos» siendo, en realidad, mentes reaccionarias, convencionales e inmovilistas. O sea, que hará carrera en la política.

    • Alex - 27 febrero 2016 - 01:04

      Es que una cosa suele ser unida a la otra. Personalmente, yo todos aquellos que conozco que presumen de ser políticamente incorrectos, son los reaccionarios de toda la vida. Y la única diferencia entre lo que dicen ahora y lo que decían antes, es que ahora después de cada frase añaden la coletilla «yo es que soy poíticamente incorrecto».

  • #006
    IzK - 26 febrero 2016 - 13:58

    He realizado una búsqueda para saber cuales eran las propuestas que llevaban en el programa electoral y la verdad es que el acuerdo coincide plenamente con lo que decían en sus programas.
    Aquí hay un artículo que compara los distintos programas.

  • #007
    Diego - 26 febrero 2016 - 14:36

    Es muy fácil, empecemos a generar y consumir nuestros propíos contenidos distribuidos por licencias CC y así ellos se van a tener que guardar sus contenidos protegidos por licencias anacrónicas donde mejor les parezca

  • #008
    xaquin - 26 febrero 2016 - 15:24

    La línea que expresa eso de que «la policía del pensamiento me detiene simplemente por pensar en descargarme algo» tiene que ver con el meollo de la cuestión. Y no solo con la propiedad llamada intelectual , también forma el esqueleto ideológico del edificio montado en aras de la sacrosanta seguridad del estado ( y de sus clases dirigentes) … no podemos ser propietarios de nuestros pensamientos para tenerlos, pero si para venderlos!!!!

  • #009
    Javier Cuchí - 26 febrero 2016 - 16:48

    Yo -en lo estrictamente personal y escolar- me libro. Mi hija menor termina este curso el Bachillerato y el siguiente ya estará (PAU mediante) en la Universidad. Adiós al cole hasta que vengan los nietos pero, según pinta, aún van a tardar algo en venir. Así que ya pueden ir a adoctrinar a quien se deje.

    Esto dicho, me he pasado toda mi vida en red (prácticamente desde 1996, han llovido veinte años) bregando por este asunto, he mantenido durante nueve un blog muy agresivo al respecto, he formado parte de la directiva de la Asociación de Internautas -de la que soy al presente miembro todavía activo-, he participado como ponente o como asistente en qué sé yo cuántos congresos, jornadas, talleres, seminarios e inventos de todos los colores contraponiendo los derechos de autor contra la estupidez de la propiedad intelectual (el dichoso copyright, la cosificación de la creación en beneficio no del autor sino del editor), he clamado en emisoras de radio, cadenas de televisión, periódicos de todo pelaje, he dado la vara en todas las redes sociales en las que he estado, y no sé cuántas cosas más olvido…

    ¿A qué viene este colgamiento de medallas?

    Pues a que en todo este tiempo, he constatado que el conocimiento, la titularidad pública y general de ese conocimiento, el acceso universal al mismo, importan tres pimientos (por no decir otra cosa más redonda). La gente no se complica la vida pensando si una descarga es lícita o ilícita, si es el ejercicio de un derecho o es un expolio, si es acorde con la moral o bien es amoral o inmoral. No importa. Pueden descargar y descargan, sin la menor valoración de lo que hacen. El día que no puedan -si ese día llega-, ya inventarán otra cosa o, simplemente, pasarán por el aro en plan fue bonito mientras duró. No defenderán ese derecho que algunos pensamos que nos asiste, simplemente, se adaptarán, y la alternativa que elijan -o a la que puedan acogerse, si llega a haberla- también será objeto de esa falta de valoración.

    Es puro y duro consumismo

    Yo no he pasado todos estos años luchando como un burro por una cuestión de consumo o de protección al consumidor, he luchado por unos derechos que creo que existen y que creo fundamentales. Todo lo que he sacado de esa lucha han sido insultos (y no siempre del enemigo) y, de cuando en cuando, también desazones y desánimos.

    Yo, hasta aquí he llegado. Los que vengan detrás, ya que todo les importa un rábano, que arreen. Si ahora vienen los cabrones de la casta y los revientan vivos, que se jodan, y si los de la casta no lo consiguen, pues que se jodan los de la casta, pero a mí ya me da exactamente igual.

    Como decía aquel personaje de un best seller que leí una vez: «Yo puedo coger el portante y regresar a mi casa. Allá se vive bien, tranquilo, seguro y el clima es estupendo. Y que caigan las tinieblas»

    Pues eso. Exactamente eso.

  • #010
    Gorki - 26 febrero 2016 - 17:10

    Reconozco que la muestra de los que yo conozco y trato, como para saber si se bajan o no cosas por Internet es ínfima y no es base de ningún cálculo estadístico, pero aun así, creo que es muestra suficiente para asegurar, que (casi) nadie se baja un libro de Julián Marías. para leer en el metro cuando va al trabajo, ni una canción de Rosario Flores para poner en el iPod, ni una pelicula en versión original que estén dado en los cines Renoir, para ver durante la cena.

    Y elijo estos tres ejemplos, porque son los explotadores de Derechos Intelectuales que más han «piado» para protestar de la piratería. Convénzanse, señores, si venden pocas copias de su obra, o pocas entradas de sus locales, no es por la piratería, es simple y llanamente porque el contenido que ofrecen no es del gusto de la mayoría del país, y si bien es verdad que hay una minoría que les gusta, o están en otras cosas, (¿saben que es la economía de la atención?), o simple y llanamente se han muerto, cada día pierden seguidores, no por culpa de la «piratería», sino » porque la naturaleza es implacable y siega sus viejos seguidores mientras que Vds. no son capaces de atraer nuevas generaciones a sus contenidos, porque siguen haciendo lo mismo de hace 30 años.

    Ninguna Ley Sinde reforzada con «anabolizantes legales», va evitar eso. Aunque no pudiéramos bajar música, ni legal, (yo me paso el día oyendo música de Youtube), ni ilegal, volveremos a oír un disco de Ramoncin, salvo que este cambie y haga música que agrade a las nuevas generaciones. que no es que le tengamos manía, ¡es que su música no nos interesa en absoluto!. A Torrebruno nadie le tiene manía, es más nos cae bien y tampoco le oímos, ni legal y ilegalmente.

    Y no lo olviden y téngalo en cuenta, su competencia no es el «pirata», es la inmensa cantidad de contenidos de CALIDAD, LEGALES, GRATUITOS, y COMODOS de acceso que hay en la Red.

  • #011
    La Estrategia - 26 febrero 2016 - 17:13

    Conozco a muchas personas muy papistas de la anti-piratería, sobre todo pseudo-artistas solidarizados supuestamente con los autores intelectuales. Y yo pienso que no hay nada que pueda hacer peor publicidad a un artista o a un colectivo cultural, que verlos pidiendo el endurecimiento de las leyes ya represivas, que acabe desembocando en la deplorable escena de ver policías de uniforme persiguiendo a inmigrantes en la playa que recogen a toda prisa una manta con la que se ganan el pan. Como bien dices: ahora no toca. Es verdad; si ya no tocaba, ahora menos.

  • #012
    Antonio Peinado Iborra - 26 febrero 2016 - 18:15

    Completamente de acuerdo contigo Enrique: mercado, mercado, mercado.
    Resulta incluso aparentemente simple, pero es lo que hay y esa adaptación del producto al mercado y sus circunstancias resulta ser la clave.
    Seguir luchando con la realidad por parte de la industria es como escupir al viento ..
    Espero ver, en un futuro cercano, una película de estreno en el sofá al mismo tiempo que en las salas pagando un precio justo.

  • #013
    Jacinto - 26 febrero 2016 - 19:11

    En realidad, ya van por delante incluso de eso, según veo en http://www.adslzone.net/2016/02/26/movistar-anticipa-el-cobro-de-datos-en-fibra-optica-en-funcion-del-consumo/ con un limite de trafico ciertamente bajisimo, especialmente para el ejemplo que citan.

    Simplenete con reducir el trafico, las compañias de telecomunicaciones van a ganar muchisimo mas y podran decir que defienden la «propiedad intelectual»

    Personalmente muevo bastante mas que eso, pero asi bloquean tambien cualquier servicio privado que pueda disponerse, como FTP, web etc.

    PD.
    Atentos, que acualmente con el tema de la Propiedad intelectual, asociada al TTIP que se esta negociando en secreto, un trabajador no podria trabajar en otra empresa diferente de la inicial puesto que estaria aplicando conocimientos que son propiedad de la empresa primigenia y podria ser demandado por ello, cerrandole asi las puertas a cambiar de empresa y convirtiendolo en propiedad exclusiva de dicha empresa, y como la empresa podria negarse a decir que conocimientos son, (Las empresas podrian negarse incluso a requerimientos de usuarios y gobiernos, si considerasen que la divulgación de dicho dato pudiera afectar a sus intereses), puesto que son secretos y divulgarlos afectaria a su posición en el mercado, ya tendriamos el circulo perfecto cerrado.

    • Krigan - 26 febrero 2016 - 23:37

      Alierta tiene tendencia a ir en plan chulo-bocazas, haciendo predicciones que luego no se cumplen. Hace años predijo que acabaría cobrándole a Google, cosa que todavía no ha ocurrido.

      Incluso el ejemplo que pone, el límite de los datos en conexiones móviles, contradice su afirmación. Ese límite ha estado en constante aumento en todas las compañías, incluida la suya.

      En el producto de Movistar llamado Fusión, el límite ha pasado de 500 megas a 3 gigas en tan solo unos pocos años.

      Mientras el coste de los megas siga cayendo en picado, no puede ser de otra manera. Pretender cobrar más caro lo que cada vez es más barato es como intentar la cuadratura del círculo.

      • Alex - 27 febrero 2016 - 01:14

        Yo no estaría tan seguro de que Alierta no va a poder hacer eso. A Google no puede cobrarle porque es una empresa más poderosa que la suya, pero los ciudadanitos de a pie estamos desprotegidos ante ellos.

        Y no, no me vale con lo de «el libre mercado proveerá y si Telefónica acaba con la tarifa plana, los usuarios se irán a otra compañía» … porque en el momento en que se atreva a dar ese paso será porque todas las compañías se han puesto de acuerdo para hacer lo mismo, igual que se han puesto de acuerdo las tres para subir tarifas recientemente. Me río yo del libre mercado y de la madre que lo parío. Y las grandes empresas también se ríen.

        • Krigan - 27 febrero 2016 - 13:13

          Desde luego, no es buena cosa que antes hubiera 5 grandes ISPs y que ahora, tras la compra de Ono y Jazztel, haya solo 3. Las autoridades, por supuesto, autorizaron dichas compras alegando que no se vería afectada la libre competencia, lo cual es un chiste de mal gusto que ha conducido a 2 subidas de precio en menos de un año.

          Dicho esto, también en este último año el límite de datos en móviles ha seguido aumentando. El modelo de tarifa plana no les gusta, pero cualquier intento futuro de quitarlo me parece tan abocado al fracaso como los múltiples intentos del pasado.

          Y es que, si lo que quieres es cobrar más, una manera más directa de conseguirlo es simplemente subir el precio, y no el poner un límite de datos con el que solo vas a poder cazar a unos cuantos despistados.

          Masmovil esta preparando su lanzamiento como ISP de fibra con red propia. La competencia no es muy elevada, pero existir, existe.

        • acerswap - 27 febrero 2016 - 13:45

          ¿Mas poderosa? Quizas estás infravalorando a Telefonica.

  • #018
    Víctor M. - 26 febrero 2016 - 21:19

    Un texto, una sucesión de imágenes y sonidos, todo aquello que parta de la mente, lo definimos como intelectual, y la propiedad la tiene quien generó el texto, la imagen o el sonido. Hasta que lo comunica. Quien creó la obra tiene la autoría pero una vez que es pública, ya no le pertenece, porque no es un producto que se pueda envasar.

    La tecnología brindó en su momento pingües beneficios a quienes antes solo podían obtener sus ingresos a través de conciertos o comunicando sus pensamientos oralmente. Luego se pudieron plasmar las historias en imágenes y sonido y nació una industria. La copia consiguió generar dinero sin la presencia del autor y simultáneamente se desarrolló toda una industria electrónica de reproductores. Un montón de pasta para muchos.

    Ahora, la mayoría de la gente prefiere la disponibilidad a la calidad así que ve más ventajas en el streaming que en el CD. Pero, además, no es sólo consumidor de copias sino también creador de ellas y cualquier contenido susceptible de ser digitalizado puede copiarse de forma fácil y barata prácticamente por cualquiera. La tecnología se ha vuelto en contra de la misma industria que se benefició en el sentido que merman los beneficios y la distribución escapa a su control absoluto. Pero esto es lo que hay y ninguna ley lo va a cambiar, sea o no represiva. Probablemente las soluciones sean las mencionadas en el artículo, no lo sé, pero no se puede obviar una realidad, sobretodo cuando es tan cotidiana que estalla en los ojos de cualquiera.

    Mucha gente que escribe en internet lo sabe y prefiere publicar con licencias CC. Quizás obtenga menos beneficios que en otras épocas, o ninguno, pero es consciente de que cualquiera puede copiar y distribuir lo que ha escrito así que opta por comunicarse con su lector de otra manera.
    Hay batallas que no se pueden ganar y ésta es una de ellas.

  • #019
    Camino a Gaia - 26 febrero 2016 - 22:39

    En mi opinión se trata mucho mas que de mercado y mercado, es también política represiva. ¿Qué pasa, es es que este gobierno o el que viene están preocupados por proteger los derechos de autor de los perroflautas? Inteligencia y «seriedad» en el análisis no quiere decir ingenuidad.
    Si desglosamos el concepto de propiedad privada en derechos de uso y derechos de exclusión empezamos a ver las cosas mas claras. Usar un derecho de exclusión sobre el «uso» de un jamón tenemos una correspondencia con la realidad. El mismo trozo de carne no puede pasar por dos estómagos. Cuando el derecho de exclusión se aplica sobre la información estamos ante un tipo de censura. La misma información puede pasar por todos los cerebros. Una gestión interesada del derecho de exclusión, mas allá del justo retorno de recursos económicos a los creadores, se convierte de hecho en la pérdida de libertad de expresión. Desde el punto de vista económico nos aboca a una catástrofe de los anticomunes.

  • #020
    Krigan - 26 febrero 2016 - 23:11

    Precisamente hoy ha tenido lugar en Netflix el estreno mundial de Sword of Destiny (la segunda parte de Tigre y Dragón).

    Este es ya el presente, series que se estrena toda la temporada de golpe, pelis que se estrenan en Internet al mismo tiempo (o incluso antes) que en cine. Estrenos en todo el planeta a la misma hora (a las 9 de la mañana hora peninsular). Dobladas o en VO(S), como prefieras. Y por supuesto, en HD.

    Entretanto, a seguir usando el p2p para lo que no esté en Netflix.

  • #021
    Jesús Moraga - 27 febrero 2016 - 01:37

    Por desgracia, estoy totalmente con el artículo. Digo pr desgracia porque encadena con el «desempolvamiento» de imágenes de la España cañí que desde mi percepción cada vez es más frecuente en la sociedad española. Un fantasma ya muerto al que se le resucita no sabemos para qué. ¡Si hasta vuelven a hablar del «canon digital»!, imagino que a todo objeto que consuma electricidad…
    Yo doy clase en un instituto de secundaria, y lo que cada día certifico es lo divergente de la clase política con los hábitos reales de la sociedad. Esta mañana han elaborado una cuña radiofónica descargando contenidos, totalmente legales, de la red. Los únicos problemas aparecen al querer utilizar los canales «tradicionales» y los surrealistas sistemas de «control» que usan los de siempre, los que más se quejan. Y cada vez es más dificil intentar hacer entender a un adolescente lo que hace años se llamaba «piratería»…

  • #022
    bombix - 27 febrero 2016 - 12:20

    De acuerdo: Los problemas de una industria se solucionan con mercado, mercado y mercado.

    Pero, ¿cuáles son las reglas de ese mercado y quién las decide?

    Además, no todos los problemas sociales se resuelven con más mercado, mercado, mercado.

  • #023
    Garepubaro - 27 febrero 2016 - 15:12

    Hombre el colegio esta para educar, informar del mundo a los niños … cuando llega el caso, si llega, se puede explicar en clase; «mirad niños, estos señores autores y creadores de estas obras intelectuales, libros, música … no quieren que la obtengais sin su permiso por ejemplo de internet, y luchan para que se castigue al que asi lo haga»

    entonces los niños preguntan «¿pero debemos bajarnosla entonces, aunque ellos sus creadores, sus realizadores, los trabajadores de esta obra no lo quieran asi?»

    el profesor contestará; «pues claro que sí, desde luego que sí, sin dudar»

    y luego prosiguen las clases de ética y moral, historia, dibujo …

    • Jesús Moraga - 28 febrero 2016 - 01:23

      Si alguno hiciera esa obsoleta pregunta de «¿debemos bajárnosla entonces?», pensaría dos cosas.
      La primera es que no se enteró de nada, ya que en segundos encontramos la canción que buscábamos en varios sitios de streaming (supongo legales, por las abundantes empresas y marcas que te agobian con publicidad) en los que (por cierto) el problema empieza a ser esquivar las toneladas de bazofia que las propias ¿discográficas? meten a presión.
      Después, lo evidente: grabar desde el propio programa de edición de audio el sonido que se está escuchando.
      Lo único que exigí a los alumnos es que pusieran sus ¿obras? recién creadas a disposición de cualquiera que las quisiera escuchar, para obtener ideas nuevas, para entretenerse, o simplemente para aprender hacerlo. Y sin que nadie tuviera que «pedirles permiso». Imagino que este planteamiento en el mundo anglosajón igual es revolucionario y ataca al «copyright», bueno, allí está bien visto llevar armas en el bolso y no digo nada.
      Lo segundo que pensaría es «¿de verdad ves algún interés en descargar esta basura (por ser suave) que te quieren vender como música?»…

      El único problema ético que todo esto me plantea es: ¿Por qué acabo usando como material didáctico estas canciones de estos cantantes, de estas compañías que tanto lloran y se quejan del daño que estos «piratas» les hacen, habiendo tanto material de calidad notable cuyos autores estarían encantados de que los utilizasen como material de trabajo no 30, sino 3000 o 30000 adolescentes? Sin su permiso, claro…

  • #025
    Luis - 28 febrero 2016 - 09:08

    Yo vendo máquinas de clavado neumáticas. Mi negocio se está yendo a pique porque han salido unas eléctricas que reducen el tamaño y el precio. Las eléctricas son mucho peores por supuesto pero todo el mundo va y las compra. Mira que son burros. Voy a exigirle al Gobierno que obligue a utilizar herramientas neumáticas y que envíe expertos a los colegios para ir aleccionando a los pequeños y que salven mi negocio.

  • #026
    Iñigo Irizar - 28 febrero 2016 - 09:15

    Para libros de negocios tienes Safari book con un modelo de negocio parecido a Spotify o Netflix.

  • #027
    Juan Manuel Paredes Arjona - 28 febrero 2016 - 19:44

    «Las descargas de canciones han prácticamente desaparecido.»

    ¿En serio Enrique? ¿Y el millón y medio de descargas del último «trabajo» del «artista» Kanye West?

    • Enrique Dans - 28 febrero 2016 - 19:54

      ¿Tú no me lees mucho, ¿no? ;-) Precisamente el caso de Kanye West es lo que ilustra que ya no hay casi descargas… salvo que pretendas obligar a los usuarios a obtener tu música a través de un solo canal. <<<<<<

      • Juan Manuel Paredes Arjona - 28 febrero 2016 - 21:44

        Au contraire, te leo desde hace años pero sé de gente que pasa de escuchar la música en streaming y tiene gigas de música en el disco duro. Lo de Kanye es tozudez e idiocia crónicas en eso estoy de acuerdo contigo.

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