Conectando lo insospechado

Sleep Number 360 bedEn la foto, una de las estrellas del CES de este año: en efecto, es… una cama. En efecto, una cama inteligente, la Sleep Number 360, capaz de adaptarse perfectamente a nuestra postura y a la firmeza deseada desplazando masas de aire en su interior, de calentarnos los pies si los tenemos fríos, o incluso de elevarnos suavemente la cabeza si detecta que estamos roncando. Una cama conectada con una app que se encarga de mejorar la calidad de nuestro sueño, de cuantificarlo, o de recomendarnos un nivel de firmeza diferente si el día anterior hemos hecho mucho ejercicio, tan solo por poner algunos ejemplos.

A la mayor parte de las personas que conozco, incluso teniendo en cuenta que tiendo de manera natural a moverme en círculos en los que predomina el gusto por lo tecnológico, la idea de dormir en una cama conectada les resulta entre lo superfluo y lo directamente extravagante. Después de todo, dormir es dormir, es meterse en la cama y descansar, y cualquier cuestión adicional se califica rápidamente de frivolidad, ¿no?

Ya. Frivolidad. Hasta que deja de serlo. Hasta que empiezas a pensar que el descanso es una parte muy importante de la calidad de vida, hasta que empiezas a tener problemas con los pies fríos o con los ronquidos, o hasta que te planteas que dormir es una cosa, y descansar de verdad y de manera reparadora es otra muy distinta. No es mi caso, yo realmente más que dormir, me desconecto, pero después de todo, pasamos en torno a un tercio de nuestra vida en la cama, así que hay cuestiones en las que la consideración y la etiqueta de frivolidad es posible que haya que aplicarla con una cierta precaución. Sin duda, todos podemos plantearnos prescindir de una cama de varios miles de dólares con una app para gestionarla, pero empiezo a pensar que no solo tiene su mercado, sino que es posible que, en el futuro, prestaciones de ese tipo se incluyan dentro de lo que encontraremos normal y lógico tener en el lugar en el que descansamos. Lo que me lleva a plantearme una cuestión muy clara: ¿cuándo pasa a tener sentido pensar en una cama conectada? Simplemente, cuando podemos conectarla, cuando la tecnología para dotarla de un plus de funcionalidad que lo justifique empieza a estar disponible.

Y si conectar una cama nos parece inicialmente extravagante, ¿qué tal conectar un cepillo de dientes? A primeros del pasado octubre, por gentileza de P&G, recibí su último modelo de cepillo de dientes eléctrico, el Oral-B Genius 9000. Este tipo de detalles de compañías que me mantienen informado sobre sus productos tecnológicos no me obligan a ningún tipo de contraprestación, no me comprometen a escribir, ni a tuitear ni a nada parecido, pero he querido traerlo a colación porque me ha generado una impresión bastante parecida a la de la cama: de entrada, la idea de cepillarme los dientes utilizando una app me sugería algo entre la frivolidad y la extravagancia. Soy bastante obsesivo con mi higiene dental y me gusta la sensación tras el cepillado que dejan los cepillos eléctricos, pero no veía en absoluto claro lo que una app podía aportar, y lo probé, básicamente, por decir que lo había probado, sin mucha fe. sin embargo, tras varios meses de uso, ¿qué ha ocurrido? Que no solo continúo encendiendo la app cada vez que me cepillo los dientes, sino que incluso me voy específicamente a por el smartphone antes de empezar el cepillado si me lo he dejado en otra parte de la casa, me voy de viaje con su estuche cargador (que además sirve también para cargar otros dispositivos, todo un plus en mi caso :-) y hasta uso la app para reseñar cuando me cepillo los dientes con un cepillo manual, como me ocurre cuando me coincide lavarme los dientes en mi despacho en lugar de en casa.

Oral-B Genius 9000

¿Qué hace que la idea de conectar algo tan aparentemente peregrino como un cepillo de dientes tenga sentido, y por qué paso de pensar en ello como en una frivolidad a considerarlo una parte de mi rutina diaria? Cuestiones como el comprobar objetivamente que tu higiene dental mejora, que consolidas hábitos que antes no hacías como el cepillado de la lengua o el uso del colutorio (la app incluso te gamifica y te da insignias en función de tus patrones de uso) y, en general, la constatación de un hecho: que incluso algo tan aparentemente sencillo y trivial como el cepillarse los dientes puede mejorar sensiblemente si la llevas a cabo con el extra de método y de procedimentado que aporta la app. Nada más lejos de mi intención que hacer un anuncio de cepillos de dientes, pero sí me ha parecido interesante que algo que de entrada no me llamaba especialmente la atención, se haya convertido en un hábito consolidado y me parezca que, en efecto, me aporta valor de una manera clara.

¿Por qué conectamos objetos insospechados, como una cama o un cepillo de dientes? Sencillamente, porque podemos. Porque la tecnología lo ha hecho no solo posible, sino sencillo e interesante. La internet de las cosas es lo que tiene, que hay infinidad de objetos que de entrada nos puede parecer una soberana tontería conectar, pero que si se plantea de la manera adecuada, pueden llegar a tener bastante sentido.

 

18 comentarios

  • #001
    Victor - 12 enero 2017 - 18:23

    Ya solo falta que le de una aspirina a la parienta si le duele la cabeza XDDD

  • #002
    Carlos Quintero - 12 enero 2017 - 18:38

    Curiosamente he estado mirando en estos días los dos productos que mencionas preguntándome por su valor dado el precio que tienen:

    – La cama, porque una cosa es dormir y otra descansar, y por alguna razón yo duermo bastante pero fatal en mi cama habitual aunque estupendamente en otras camas (hoteles, etc.). Todos los libros y consejos al respecto del sueño reparador, ronquidos (o apnea en casos extremos), etc. suelen ser bastante decepcionantes (los aplicas y sigue el problema): la temperatura de la habitación, evitar el tabaco, el alcohol, el sobrepeso, las cenas copiosas, hacer ejercicio, descansar la mente una hora antes, etc. Si supiera que esa cama me lo arreglaba me compraría una, pero no lo creo (pienso que el problema es más bien mental, no físico), y no es barata precisamente. Por otro lado, no todo el mundo necesita la cuantificación de sus hábitos. Yo cuantifico bastante (natación y caminatas), pero más por curiosidad que como necesidad. Justo ayer recibí el Apple Watch que finalmente me decidí a adquirir, y aunque es pronto creo que no va a ser un dispositivo imprescindible para mi, aunque ahora me cuente las brazadas, calorías, etc. al nadar. Creo que los dispositivos pueden ayudar a adquirir hábitos, pero una vez adquiridos la cuantificación no es tan necesaria para mucha gente.

    – El cepillo de dientes, porque hace un par de meses adquirí mi primer cepillo de dientes eléctrico (por recomendación de mi dentista), y estoy encantado. Estoy convencido de que limpia más y mejor que un cepillo manual. Como el primero que compré iba a pilas y había que cambiarlas con alguna frecuencia, compré un segundo cepillo con cargador, ambos modelos bastante baratos (ahora uso uno en casa y otro en la oficina). Al ver los modelos, obviamente encontré el que mencionas: bluetooth, app, cuantificación, etc. y un precio bastante más elevado, así que me pregunté qué demonios hacía ese cepillo…lo de pegar una ventosa al espejo para sujetar el móvil mientras revisa con la cámara cómo te cepillas me pareció un poco superfluo, pero ahora que mencionas el cepillado de la lengua, que siempre se me olvida…

    • Laura - 15 enero 2017 - 09:54

      Has probado a cambiar de habitación no de cama?puede q la situación sea mala. De todas formas, si es la cabeza un cambio siempre va bien.

  • #004
    Pepe Perez - 12 enero 2017 - 19:28

    ¿Con señorita cuesta más?

    • Sergio - 13 enero 2017 - 09:29

      jejejej
      Es curuioso pero leí un artículo hace algún tiempo que la industria del porno dejó de ser el motor de inovación tecnológico hace algún tiempo, pasando ese testigo al mundo del videojuego. Ahora con el videojuego estancado, están surgiendo una miriada de nuevos campos para la inovación.
      Pero donde hubo, retuvo. La industria que hizo despegar a internet, al video online, a las plataformas de pago seguras y anonimas y tantas otras cosas, igual tiene algún as en la manga .. en la VR o quizás en la cama ;-)

  • #006
    César Isac - 12 enero 2017 - 19:42

    Excelente el posteo, da para que pensemos en varias direcciones, siempre hay algo nuevo bajo el sol, tenemos que inventar y reinventar, la última palabra aún no se ha dicho en nada, todo sigue, todo cambia, nada permanece. Excelente!!!

  • #007
    Pedro - 12 enero 2017 - 20:25

    Lo del cepillo de dientes «listísimo» no lo veo: hace años que uso cepillo eléctrico recargable y mis hábitos de higiene bucal creo que el cepillo ese los daría por buenos. Lo que sí tengo claro es que los cepillos eléctricos limpian mejor que los manuales.

    La cama «listísima»… pues no sé. Si no fuera tan cara, a lo mejor me gustaría que regulase la dureza en función del peso de cada persona, o que levantase la cabeza un poco para evitar ronquidos, o que, estando incorporado para ver la tele, se pusiera horizontal ella sola cuando apagase la tele… Lo que estaría muy bien sería que basculase hacia el lado exterior cuando sonase el despertardor ;-)

    Igual cuando estos inventos sean más asequibles…

    Y lo que nos queda por ver.

  • #008
    Juan Navidad - 13 enero 2017 - 06:34

    No sé, me he quedado boquiabierto. Nada me sorprende a estas alturas, pero me recuerda esta situación a aquel cuento infantil clásico llamado El traje nuevo del emperador, seguro que lo conocéis. Como digo en una de mis frases de mi primer libbro, «en este cuento soy el niño que le dice al emperador que va desnudo».

    Esta mañana al ir a correr, he visto en una calle de Manhattan a un señor que se ha apropiado de dos metros cuadrados y un árbol de la calle. Haga sol, frío nieve, se arropa con dos o tres mantas gruesas, viejas sobre una pila de cartones y supongo que en noches que puede hacer más de 20º bajo cero su mayor deseo no es si la app le ajustará los parámetros para descansar mejor con su cama de nosecuantosmiles de dólares, sino si al día siguiente amancerá vivo o se lo llevarán… ¿a dónde? A los mendigos en Nueva York los entierran en una isla para olvidarse de ellos, la isla de Hart a la que nadie puede ir a llevar un ramo de flores, es como una inmensa fosa común con acceso prohibido. Es muy triste. Hace unos meses, una amiga se enteró de que un amigo había desaprecido, llamó a toddos los hospitales y lo hayó muerto y estaba en un hospital. Habían transcurrido casi seis meses desde que entró y murió. Como nadie lo reclamaba, estaban a punto de enviarlo a esa isla-cuneta sin ninguna clase de Memoria Histórica que se acuerde de esas personas sin techo y sin cama.

    En cuanto a la higiene bucodental, todo el mundo sabe que es muy necesaria e interesante. Hace muchos años, tuve una pareja que era una maniática del cepillado de dientes. Todos los días desde que nació -bueno, desde que tuvo dientes- lo hacía rigurosamente después de comer, desayunar o cenar o incluso tras comerse una manzana. Fuimos al dentista y ella me dijo que seguramente yo que me había limpiado los dientes aleatoriamente tendría muchas caries y ella… ninguna. Pues no. A mí me sacaron 9, como grn pecador, pero ella tuvo 13… Supongo que ahora, con un cepillo eléectrico de estos y con la app ya las mantiene a raya ;)

    Perdón por el semi-off-topic, Enrique y con todo el afecto…

  • #009
    Seguro - 13 enero 2017 - 06:59

    Creo que la domótica estará muy presente en todos los hogares no pasando mucho tiempo, pero la verdad es que algunas iniciativas que se toman no hacen mucho bien por el prestigio de esta rama de informática. Parece como si no se lo tomaran en serio.

    Hogar

  • #010
    Francisco - 13 enero 2017 - 10:48

    Si os preocupáis por vuestra salud bucal, permitídme que os recomiende el uso de un irrigador. Ya no puedo vivir sin él.
    Un saludo,

  • #011
    Aika - 13 enero 2017 - 11:07

    Mamá, mamá, ¿me he lavado bien los dientes?
    Sebastian, baja las persianas del lado oeste y enciende (al nivel 27) la luz del estudio (estoy a punto de entrar y no quiero que me de un calambre por alargar el brazo)
    Tal vez buscamos una mamá o una criada (esclavos) para que nos lo hagan todo. Ahora es posible con la robótica.
    Ni siquiera tendremos la oportunidad de conocer y educar nuestro propio cuerpo a través del viejo sistema ensayo y error: alguien nos indicará -bajo prescripción científica, controlada por una app en la nube- cual es la manera correcta de hacer las cosas: sostener un vaso evitando el riesgo de lesiones musculares.
    Deberemos cambiar mucho, socialmente, para que los individuos sepan «vivir» en un entorno en el que no hay que trabajar para comer (en este sistema económico, la robotización eliminará la mayoría de los trabajos y no creará nuevos).

  • #012
    marcelo - 13 enero 2017 - 11:31

    A mi esto me empieza a recordar a la película Wall-E… parece que vamos por el camino de delegar en la tecnología hasta los aspectos más básicos de nuestra existencia, lo que nos llevará a convertirnos en algo parecido a los seres de la mencionada película: vagos, gordos, indolentes, estúpidos y completamente dependientes de 4 grandes empresas que nos lo «proporcionarán» todo, al estilo que aquellos nobles del pasado incapaces hasta de vestirse ellos mismos o hacerse un huevo frito. Al final el objetivo será «no hacer absolutamente nada», Google, Amazon y Apple lo harán todo por ti… mientras puedas pagarlo, claro.

  • #013
    Estupefacto - 13 enero 2017 - 12:12

    La sociedad que nos ha tocado vivir es ésta. La innovación es un cepillo eléctrico o una cama para tontos ricos. Siendo esto superficial o banal en si mismo, ¿a que conduce este tipo de blogueos ? creo que a mejorar el género unboxing. Si os ha gustado este artículo, no os perdais el link

    https://www.youtube.com/watch?v=gJpr1C-Cnno

    • Enrique Dans - 13 enero 2017 - 12:46

      Pues yo entiendo lo contrario: que si pruebo un producto sin compromiso ninguno de hablar de él, según algunos ya no puedo hablar de él, porque automáticamente lo van a entender como que estoy vendiendo algo. Es triste: si no aviso y simplemente menciono el producto, no pasa nada, nadie me afea nada. Pero si aviso de que me lo regalaron y lo menciono en una entrada en la que viene perfectamente a cuento y que no es una review del producto, automáticamente sale gente a decirme que si me vendo, que si hago unboxing y no se cuantas gilipolleces más. Mira, ni me vendo por un cepillo de dientes, ni mucho menos os imagináis la cantidad de productos que recibo y a los que no dedico ni la más mínima mención simplemente porque no me surge ninguna oportunidad o me generan ningún interés. Si voy a tener que estar con el papel de fumar para suponer si a alguien le va a parecer mal que hable de un puñetero cepillo de dientes porque me lo regalaron, la verdad es que todo esto vale muy poco la pena. Parece claro que llevar catorce años escribiendo sobre tecnología sin haber vendido jamás una entrada y hablando siempre con completa libertad de todo no sirve de nada: mencionas un cepillo de dientes avisando de que te lo han regalado, y viene alguien a compararte con los unboxing del Mercadona. Genial. Muchas gracias por la consideración.

      • Aika - 13 enero 2017 - 13:27

        ¿Acaso mandan las minorías?
        ¿Es que tenemos que justificar nuestras acciones (y él/ella no) sólo porque él/ella lo exija?

        Si no le gusta … ya sabes … Criticar gratuitamente no basta para el debate, hay que razonar y aportar pruebas de las acusaciones.

      • Estupefacto - 13 enero 2017 - 15:34

        El decir que sus lectores dicen gilipolleces le puede parecer correcto, y hasta puedo estar de acuerdo en ello.

        La vara de medir suya: Si lo que dice el gili***as es igual que lo que dice Vd, no encuentra ningún problema.

        Miré el comentario #3. ¿le sugiere alguna crítica anti machista?

        No creo que la señora que hace compritas le estén pagando nada por ello, está usando su libertad de expresión y dándonos una opinión sincera y honesta de lo que piensa. Es decir está haciendo lo mismo que un Sr. Académico como Vd.

        ¿Diferencia? Vd. se dirige a otro segmento de la población pero en definitiva hace lo mismo.

  • #017
    Adrian Gomez - 15 enero 2017 - 18:02

    Gran entrada Enrique, he parado en ella gracias al post de Miguel Angel Mañez en Saludconcosas.

    Yo estoy con mi equipo en un programa de MIT desarrollando un dispositivo para conectar el inodoro y al ver el título del post no he dudado en venir. Es verdad que existe cierta controversia acerca de si estamos conectando demasiadas cosas o si son necesarias o no, pero como todo en mi opinion depende de la forma en que se lleve a cabo.

    Aquí os dejo un enlace por si os entra curiosidad de lo que hacemos http://bostinno.streetwise.co/all-series/s-theres-smart-toilet-device-tracks-hydration-from-urine/

    Un saludo!

  • #018
    Raúl - 20 enero 2017 - 02:00

    La verdad que este tipo de cosas me parecen un depilfaro de recursos y tecnología yo mientras muy contento con mi simple cama hecha de palets.

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