El caso del reloj y la sustitución tecnológica

Rolex SubmarinerEn medio de las discusiones sobre si el Apple Watch está siendo un éxito o un fracaso con respecto a sus expectativas, hay un par de cuestiones que parecen claras: la primera es que, a pesar de las voces de los críticos que afirman que el producto deja mucho que desear en términos de usabilidad, duración de la batería y otros aspectos, sus usuarios están sumamente satisfechos. Y la segunda, que como estaba previsto desde hacía meses, su salida al mercado ha significado la mayor caída en ventas de relojes tradicionales en los últimos años, admitida ya por algunos de los afectados.

Un descenso del 11% en términos económicos y de un 14% en unidades vendidas, el mayor desde 2008, que se extiende a todos los niveles de precio (la mayor caída es un 24% en el segmento de entre $100 y $150) y que, a pesar de encontrarnos todavía al principio de la serie temporal, podría sugerir un futuro complicado para la categoría. El efecto podría perfectamente ser coyuntural: que precisamente en el momento del lanzamiento, muchas personas que pensaban comprarse un reloj opten por hacerse con un Apple Watch en pleno apogeo de popularidad puede tener su sentido, aunque como ocurre con todos los lanzamientos, vaya a ser complicado consolidar esas cifras iniciales y convertirlas en regulares. En cualquier caso, a pesar de la escasa transparencia con la que la marca está manejando sus cifras, hablamos seguramente de unas ventas de más de dos millones de unidades de Apple Watch en el mercado norteamericano tan solo en el mes de junio, frente a las algo más de 900.000 de la industria relojera tradicional en el mismo período y territorio.

¿Nos enfrentamos a un proceso de sustitución tecnológica? La pregunta parece compleja: por un lado, un smartwatch está en este momento aún sujeto a un componente de moda y de novedad que permite claramente un uso que tradicionalmente se había identificado con la industria clásica: no llevo un reloj pasa simplemente saber la hora, sino como elemento de estilo, lujo o elementos afines. Por otro, el componente de obsolescencia parece también un factor muy importante: casi cualquiera de los diez relojes considerados un hito en su industria podrían ser utilizados hoy por casi cualquiera sin miedo a desentonar. Frente a eso, gastarse entre $350 y $17.000 en un reloj que nuestros hijos nunca podrán heredar con un propósito funcional debido al infinitamente más rápido ritmo de actualización de la industria de la electrónica de consumo parece algo escasamente comparable.

Pero existen, sin duda, muchos más factores, algunos de ellos de consideración muy compleja. En el estado actual de la tecnología de los smartwatch, hablamos de un objeto que podemos llevar encima en muchos momentos, pero no en otros: si te gusta cualquier actividad relacionada con el agua, por ejemplo, es más que probable que te quites tu smartwatch para todo lo que tenga que ver con ella. Y si, como es mi caso, buceas y quieres tener un elemento que te permita saber el tiempo que llevas en el agua, no solo te lo quitarás, sino que lo sustituirás por un sólido y fiable reloj clásico de estanqueidad garantizada. Sin embargo, es más que posible que la tecnología avance pronto lo suficiente como para ofrecernos smartwatches  razonablemente estancos, fiables y sólidos como para resistir una inmersión, una escalada, o un viaje al espacio.

Por otro lado, los smartwatches suelen relacionarse con una actividad que muchos usuarios hemos convertido ya en un elemento importante y prácticamente adictivo en nuestras vidas: la cuantificación de nuestra actividad, o quantified self. Desde este punto de vista, estaríamos hablando de una vuelta atrás complicada en los patrones de uso: una vez que un usuario opta por probar un smartwatch y se encuentra a gusto monitorizando su actividad, prescindir de él podría resultar molesto, incómodo, una renuncia a una información que nos hemos acostumbrado a manejar de manera habitual, cuya consulta forma parte de nuestra rutina cotidiana. Si el smartwatch, además, avanza cada vez más para convertirse en un complemento para monitorizar nuestra salud gracias a sensores de frecuencia cardíaca, temperatura o de otros tipos, esta tendencia podría ser aún más significativa. El caso de Fitbit, que avanza para convertir el smartwatch en un elemento que las empresas utilicen para tratar de promover hábitos saludables entre sus trabajadores, es muy claro: el smartwatch como objeto que llevamos encima en todo momento, como control permanente de nuestra actividad. Recientemente, una mujer que trataba de denunciar un caso de violación fue acusada de falso testimonio en base a evidencias de su actividad obtenidas del Fitbit que llevaba puesto.

Descartando ideas extravagantes, es más que posible que la evolución nos lleve o bien a incorporar determinadas funciones hoy restringidas a los smartwatch en los modelos de la industria relojera tradicional, o bien a encontrarnos una mejora de los smartwatches para tratar de mejorar sus características de uso. La estrategia de Google con Android Watch parece paralelizar la seguida con Android: ofrecer a la industria, sea la de la electrónica de consumo o la relojera clásica, una plataforma sobre la que tratar de innovar.

En el otro sentido, podríamos plantearnos llegar a ver smartwatches más baratos que nos lleven a un modelo parecido al de Swatch, de «un reloj para cada momento», o al revés, de incorporación de atributos avanzados que permitan un uso cada vez más ubicuo. Sin embargo, esperar que el avance del smartwatch como tal sea intrínsecamente bueno para la industria relojera tradicional derivado de una vuelta del patrón clásico de reloj en la muñeca parece complejo, algo que solo ocurre en la mentalidad de los directivos más tradicionales de esa industria. Sin duda, el futuro nos traerá elementos de convergencia en ambos sentidos. Y una evolución que, en este momento, resulta difícil de anticipar.

 

This article is also available in English in my Medium page, “What will be the impact of the smartwatch on the traditional timepiece

25 comentarios

  • #001
    Gorki - 13 agosto 2015 - 17:16

    No me compraría mi uno ni otro, pero comparar un Rolex con un Apple Watch, es absolutamente absurdo, juegan en diferente división e incluso en otro deporte. Tampoco tienen sentido compara un Apple Watch con los relojes que venden los senegalés por lo bares.

    Si de unos y de otros ha disminuido su venta, se deberá casi con seguridad a otros factores pero no a la aparición del Apple Watch. Lo lógico es comparar, Apple Watch, con los «wareables», ¿Qué tiene que ver una joya de la mecánica envuelta en oro con un «wareable»?. ?¿Que tiene que ver una chuchería de «Todo a 100» que solo da la hora, con un chisme que, te dice el estado del tiempo en Soria o los latidos del corazón?.

    Es como comparar sandías con balones porque ambos son esféricos,

    • Víctor - 13 agosto 2015 - 18:06

      Creo que la foto del Rolex tiene carácter ilustrativo en cuanto a reloj tradicional frente al de Apple, además de representar el lujo en ese tipo de relojes como lo representa el Apple Watch en el mercado de smartwatches. La foto me parece apropiada y el artículo hace referencia al mercado tradicional frente al «inteligente».
      Me ha gustado el análisis.

      • Gorki - 13 agosto 2015 - 18:37

        Es que los relojes tradicionales, los que dan la hora y como mucho las fases de la luna, nada tiene que ver con el Apple Watch ,aunque se lleven en la muñeca, tampoco las pulseras, sean de oro o de cuero nada tiene que ver, aunque también vayan en la muñeca. Está claro, que quien lleva un Rolex en la muñeca no lo hace para saber la hora, algo que hoy puedes saber por montones de dispositivos que te rodean, teléfono, coche, PC, …

        Vuelvo a repetir que comparar el mercado de relojes «tradicionales» con el de «inteligente» me parece poco razonable. Son dos mercados diferentes con muy pocos puntos de contacto, algo así como tratar de saber la evolución de la venta de telescopios domésticos estudiando el de gafas graduadas, partiendo de la base que ambos son hechos con lentes pulidas.

  • #004
    Victor - 13 agosto 2015 - 18:41

    Yo ahora no llevo reloj, para qué, llevo 2 móviles y la moto también lleva reloj. Cuando lo llevaba buscaba algo práctico: sumergible, que me pudiera duchar o tirar a la piscina sin miedo, y que no hubiera que cambiarle la pila en varios años. Un chisme que como te pille una tormenta te lo puedes cargar y que no aguanta ni 24h sin cargar, no gracias.

  • #005
    Edgar - 13 agosto 2015 - 19:09

    Enrique, dices que «sus usuarios están sumamente satisfechos». El reloj podría ser la mitad de lo que es, y no cambiaría el nivel de satisfacción de sus usuarios. Así son los Apple fans. Dales una Stacy Malibu con un sombrero nuevo, y la compran. Esperaría una mejor manera de poder evaluar el producto.

    • Alberto Lozano - 13 agosto 2015 - 20:34

      Nota técnica: Enrique no dice que “sus usuarios están sumamente satisfechos”, lo que ha puesto es un enlace a quien realmente lo dice, que es el sitio web Tech.pinions

    • acerswap - 14 agosto 2015 - 03:39

      El otro dia leia que el numero de usuarios de iPhone que se pasan a Android es mayor que el de usuarios de Android que se pasan a iPhone, y que ha bajado la fidelidad a la marca. Seria interesante analizarlo.

  • #008
    Krigan - 13 agosto 2015 - 19:42

    Desde la aparición del iPhone las pantallas de los móviles han sido cada vez más grandes, así que una sustitución del smartphone por el smartwatch ni se plantea.

    Por tanto, si vamos a seguir teniendo móvil, ¿cuáles son las posibles ventajas de comprarse un smartwatch?

    – Es más cómodo mirar la hora, notificaciones, y otros datos en la muñeca que tener que sacar el móvil del bolsillo: sí, es cierto, pero también hay que llevar otro cacharro más encima, hay que recargarlo todos los días, cuidar que no le entre agua, etc. La ventaja de la comodidad es muy relativa y marginal.

    – Como complemento de vestir: para eso sirven muchas cosas, incluidas pulseras y relojes tradicionales.

    – Puedes llevar toda clase de sensores biométricos en contacto con tu cuerpo: para eso no se necesita un smartwatch, basta con una pulsera de actividad. En un smartwatch puedes instalar aplicaciones de terceros, que hagan cosas con esos datos en las que nadie antes había pensado, pero también puedes instalar esas apps en tu móvil, y que la pulsera de actividad le transmita esos datos.

    Hace años que no llevo reloj, ni siquiera de los «tontos», y sigo sin tener ganas de comprarme un smartwatch. Si a un tecnófilo como yo esto no le mola, no creo que llegue a ser de uso masivo.

    • Alberto Lozano - 13 agosto 2015 - 20:27

      Hasta cierto punto.
      Yo llevo en mi muñeca un Peeble cuya carga me dura entre 7 y 8 días. Me da la hora, claro. Pero tambien muchas cosas interesantes (sin contar las notificaciones, que también) cómo la predicción del tiempo, me sirve de GPS, brújula, podómetro y más, mucho más… Y, además es perfectamente visible aun bajo el sol más fuerte o la oscuridad más profunda.
      Al de Apple esperaré a ver que sucede con la segunda o tercera generación. Mientras tanto sigo con el Peeble. Compré el primero, luego el Steel y ahora voy a por el Time. Entre tanto, mi colección de relojes clásicos sigue desde, hace dos años, en un cajón de la mesita de noche; sólo saco de vez en cuando los que se alimentan por energia solar y los dejo una mañana en la ventana para que se carguen.

      • Krigan - 13 agosto 2015 - 23:07

        Que la batería de los Pebble dure una semana es interesante. También lo es que la pantalla se vea bien bajo luz directa del Sol. Sin embargo, también en los móviles podían haber puesto ese tipo de pantalla, y no lo han hecho, así que posiblemente la demanda de esa característica no sea importante.

        Los Pebble no incluyen ningún sensor biométrico, y todas esas cosas que mencionas también las hacen muchos modelos de móvil.

        Por supuesto, si disfrutas con tus Pebble, adelante, solo se vive una vez :-) Pero, ¿es posible que seas un fan de los relojes? No todo el mundo tiene una colección.

        Dado que los smartwatches ya se están vendiendo, y hay gente que los compra, no dudo que tengan su mercado, pero ¿que acaben siendo de uso masivo? Ahí es donde tengo mis dudas.

        • Alberto Lozano - 13 agosto 2015 - 23:46

          La demanda de esa característica es muy importante pero no se puede satisfacer hoy por hoy.
          El Peeble usa la pantalla de tinta electrónica que es muy nítida, es lo mismo que mirar un papel impreso… Pero no es demasiado rápida; no al menos para competir con las pantallas de cristal liquido IPS o las AMOLED y eso en los móviles sería un handicap importante (mucha gente juega o usa aplicaciones que requieren un refresco rápido de la pantalla como video, por ejemplo)
          Item más, la tinta electrónica en su versión de color muestra una colores pálidos, apastelados y eso en un móvil tampoco sería un buen argumento de ventas (¡fotos paliduchas!).
          En contrapartida la tinta electrónica sólo consume energia (y muy poca) en el momento que hay un cambio en la visualización, en un reloj eso suele suceder una vez cada minuto. Así durante todo el minuto restante la energía consumida por la pantalla es, simplemente, cero.
          El nicho de la tinta electrónica siempre ha estado en los ebooks ya que es lo más parecido a leer en papel y, desde hace un par de años, en los relojes Peeble
          Y no, no soy coleccionista de relojes. Lo que sucede es que nunca los tiro y cuando uno está muy cerca de los setenta, ya hay unos cuantos acumulados entre comprados o recibidos cómo regalo. Desde luego lo que nunca he sido capaz de hacer es usar el teléfono para saber qué hora es. Para mí no hay nada más incómodo que eso. Al menos comprado con dar un vistazo a la muñeca.
          En cuanto a los sensores biométricos, el único de más que llevan los Apple y algún que otro smartwatch es un sensor de circulación arterial basado en la pulsioximetria por perfusión. De ahí lo que se obtiene es la saturación de oxigeno en sangre (con baja precisión) y la frecuencia cardiaca. El resto de sensores si que están en el Peeble (y en el Fitbit y en todas las pulseras) y consisten, simplemente en acelerómetros y giroscopios que miden y cuantificar movimientos.
          Y, para contar pasos y sincronizar el Peeble con las APPs de la familia Runtastic, no necesito para nada llevar encima un pulsioxímetro de baja precisión. Si me entra la paranoia de controlar mi frecuencia cardiaca y mi nivel de SpO2 cuando estoy caminando o yendo en bici, por 50-100 euros tengo muy buenos pulsioxímetros en Amazón.

          • Ricardo - 14 agosto 2015 - 09:10

            El problema con el pebble es que es feo… Y la tinta electronica muy bien, pero a todo el mundo no le agrada, parece un tamagotchi.
            Comparar un pebble con un reloj tradicional es incongruente, y coincido con el anterior comentario que la satisfaccion esta dada por el tipo de cliente que compró ese reloj, fanboys.
            Y otra cosa, ¿cuantas muñecas con apple watch habeis visto? Yo fuera de la apple store solo a una señora muy techie.

          • Krigan - 14 agosto 2015 - 09:51

            De acuerdo en que la tinta electrónica no se puede usar en móviles, aunque el Pebble tampoco la usa, sino un tipo especial de LCD de bajo consumo:

            «The Pebble team calls its watch’s display an e-paper display, in order to highlight its readability in direct sunlight. The specific component Pebble uses, however, is Sharp’s 1.26-inch Memory LCD. This screen doesn’t use the anti-reflective e-ink that’s so familiar in Kindle and Nook e-readers. Rather, it’s a reflective display that uses a PNLC (Polymer Networked Liquid Crystal) module for improved brightness, and HR-TFT (high-reflective thin film transistor) technology to add contrast.

            One bit of memory is also embedded into every pixel. This makes it possible for each pixel to hold its state without much battery power.»

            http://www.wired.com/2012/05/hands-on-with-pebble-smartwatch-the-most-successful-kickstarter-project-ever/

            De todas formas, este tipo especial de LCD tampoco se podría usar en móviles (usa un solo bit por píxel).

            Una cosa que me ha sorprendido es que, como dices, diversos modelos de smartwatches y pulseras de actividad no incluyen ningún sensor biométrico. Dado que los móviles también llevan acelerómetros y otros sensores no biométricos, al final todo se reduce a si quieres llevar o no en la muñeca un aparato que te diga la hora y algún dato más.

          • alberto Lozano - 14 agosto 2015 - 09:59

            Ricardo. El Peeble steel no es nada feo, si lo es el Peeble estándar.
            ¿Fanboys de Peeble?. Yo pensaba que ese adjetivo se aplicaba sólo a los Appleforofos… :)

            Krigan. El último modelo de Peeble, el Time no lleva una pantalla de un bit, es en color.
            Si no es tinta electronica, Peeble lo anuncia cómo tinta electronica, tanto es así que te recomienda no usar esferas con animaciones si quieres que la batería te dure.

          • Krigan - 14 agosto 2015 - 11:44

            Alberto Lozano:

            Sí, pero solo 64 colores. Es decir, 6 bits por píxel, en lugar de los 24 del llamado «color real». Supongo que también para ahorrar energía.

          • IzK - 14 agosto 2015 - 16:55

            Krigan:
            Me ha hecho mucha gracia tu comentario respecto a los «6 bits por pixel».
            Me has recordado que la gran mayoría de pantallas de ordenador son de 6 bits por color. Es para ahorrar tiempo de refresco… y supongo que dinero también.

        • Alberto Lozano - 14 agosto 2015 - 12:05

          Vale, Krigan. el Peeble no lleva tinta electrónica… debido a que E-Ink es una marca registrada que Peeble no puede usar. En su lugar lleva «papel electrónico» (e-paper) que engloba a una serie de tecnologías con el denominador común de ser visibles a la luz del día y consumir poquísima energía. El e-paper también es utilizado por muchos lectores de libros.
          Al final es una cuestión de semántica pero viene a ser lo mismo.

    • Gorki - 13 agosto 2015 - 20:29

      Pues es para preocupar, (a Apple), si a ti tampoco te dice nada el Smart, cuando se acaben los famboys,,…. kaput

  • #019
    Alex - 13 agosto 2015 - 20:08

    ¿disfrutas mas un truco de magia si te explican el truco? Es un ejemplo de muchos que podría citar. No quiero verborrerar en el movil. Ese argumento no me vale. El resto si. Saludos.

    • Alqvimista - 13 agosto 2015 - 23:53

      Pues yo, que no tengo reloj ni intención de tenerlo, no tengo calificativos suficientemente fuertes para calificar a los tontos que siguen pensando que los que compramos cosas de Apple somos tontos acríticos que compramos cualquier cosa a cualquier precio solo porque es de Apple.

  • #021
    Alejandro Pazminho - 13 agosto 2015 - 22:59

    El articulo plantea una discusión de escenarios que cruzan variables tecnologicas con marketing y sociología. La pregunta de si nuestros hijos heredarían nuestros relojes de cuerda, o sí lo que ahora sería relevante en un Rolex, mañana se sostendrá otra generación más, debe ser parte de la reflexión de los mercadologos, departamentos de venta, dueños de industria, en fín nos toca a todos. ¿ lo funcional superará el estatus o valor de las cosas?. Los ciclos tecnológicos son tan rápidos, de la mano del mercado que no se piensa para comprar porque no da tiempo para eso , entonces la compra se vuelve cada vez más impulsiva y emocional. Vendrán mejores productos, con cada vez más «mejoras» y la verdad, ni hijo quiere usar reloj, como tampoco «pañuelo de tela» y mucho menos «peine», según ellos, mis hijos, cosas de «viejito». el celular da la hora, la gel fija el cabellos y los «kleenex» son más higienicos. Plop!

  • #022
    Javier Montero - 14 agosto 2015 - 00:01

    Soy usuario Apple conquistado desde años de PC/windows vía iPhone y siguiendo y satisfecho después por iMac e iPad, también soy deportista digamos de alta intensidad y distintas modalidades, (Ironman, montaña, BTT…, ); por lo tanto ávido seguidor de los avances tecnológicos y de seguimiento de la actividad física … Mi elección después de pasar por múltiples marcas, modelos y plataformas tecnológicas ha sido pulsera/reloj de actividad de 1 AÑO DE BATERÍA, y para control deportivo reloj específico con registros de múltiples datos de natación, carrera y ciclismo , todo ello con descarga automática a web personal de fácil consulta y con conexión bluetooth con el teléfono para avisos de llamada etc durante las actividades deportivas … Si las marcas de «lujo» juegan en otra liga con el Apple Watch , las de registro de actividad sin duda también, dado que lo superan muy ampliamente en gama, prestaciones, usabilidad, duración de batería e incluso estética y precio… Solo hay que echar un ojo a la web de Garmin (mi elección actual ), Suunto o Polar … En conclusión Apple no lo tiene fácil con su Smartwatch:
    – no aporta ventaja diferencial técnica/tecnológica/de uso/…
    – las empresas específicas (relojes de lujo y de registro de actividad) han reaccionado rápidamente a la amenaza con excelentes productos ya disponibles

  • #023
    jose luis portela - 14 agosto 2015 - 00:52

    Para analizar un cambio lo primero que hay que hacer es eliminar todos los patrones personales que tenemos al respecto, porque si no lo hacemos, no seremos capaces de ver el futuro y solo veremos lo que nos gustaría ver.

    Yo veo estas cosas:

    1. El reloj actual es un complemento de moda para vestir.
    2. No veo en el futuro a la gente con un aparato 100% mecánico que solo informe sobre la hora. (durará el tiempo que duremos las generaciones que lo usamos. Pensar en un recién nacido que le digan que tiene que llevar algo atado a la muñeca que pesa, que es mecánico y que solo da la hora).
    3. No veo la utilidad que te da tener un «casi duplicado» de un Iphone en la muñeca con una pantalla infinitamente más pequeña. La gente que lo tiene termina mirando el móvil después de haber mirado el reloj.
    4. Es crítico, ya no digo importante, tener un dispositivo que nos mida nuestra constantes vitales. Dicho esto no hace falta que sea un reloj, no hace falta que sea tan grande.

    Mi previsión es que ni el reloj mecánico ni el actual iwatch tendrán futuro. Creo que tendrá futuro las pulseras o similares que controlen las constantes de nuestro cuerpo y que seguiremos llevando un buen smarth phone con más funcionalidades. El reloj mecánico quedará en el cajón de las linternas de bolsillo, las llaves físicas, y las carteras para llevar tarjetas y dinero).

  • #024
    Javier Cuchí - 14 agosto 2015 - 09:16

    Todo evoluciona. Nos parece increíble que un smartwatch pueda sustituir a un Rolex, pero todo es una cuestión de moda y de diseño. Época hubo -y, en cierto modo, no tan lejana- en la que el reloj de pulsera era una horterada o un esnobismo y en que la elegancia estaba en los relojes de bolsillo (algunos, magníficos, por cierto).

    El futuro más relativamente próximo de los smartwatch lo veo en los que ya usan relojes convencionales en cierto modo smart. Pienso, por ejemplo, en los pilotos y sus cronógrafos suministradores de mil datos (ver, por ejemplo más inmediato, los Breitling en su línea más profesional), en los cronógrafos de uso militar, etc…

    Ya no hago montaña ni senderismo duro -la edad y, sobre todo, el tipo ya no me lo permiten- y me dedico más bien al senderismo prácticamente turístico y excursionista de un día -frecuentemente de menor duración, incluso- pero, pese al GPS en el bolsillo, sigo utilizando un reloj de agujas, cronógrafo y razonablemente sumergible porque constituye un auténtico navegador (para quien lo sabe utilizar como tal).

    Pero, sí, estoy convencido de que el smartwatch acabará sustituyendo a mi reloj. No mañana ni el mes que viene: cuando lleguen smartwatches que se adapten a mis necesidades, gustos e incluso manías. Aún falta tiempo para ello.

    Pero no dudo de que llegarán… aunque ya veremos en qué formato (yo no daría por muertas -al menos como concepto- las Google Glass).

  • #025
    Pedro Torres - 17 agosto 2015 - 11:37

    Compre 4 Rolex de acero y oro y nunca me los he puesto. ¿Voy a ponerme un iWatch?

    WTF?!

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