Redes sociales e información bursátil

SECA raíz del April Fool’s de Tesla del que hablamos hace dos días y de su efecto sobre la cotización de la compañía en el NASDAQ han surgido algunas voces que critican que determinadas noticias sobre compañías cotizadas puedan publicarse en las redes sociales, debido a las supuestas posibilidades de manipulación del mercado que ello podría posibilitar.

¿Qué viene a decir la Securities and Exchange Commission (SEC) de todo esto? Fundamentalmente, lo que intenta la regulación al respecto es de armonizar la idea de progreso tecnológico y de herramientas de comunicación en permanente evolución, con la necesidad de una comunicación uniforme, que se realice a través de canales reconocidos como oficiales por la compañía para evitar sorpresas, y que no otorgue ventajas a unos colectivos frente a otros.

Hace años, la comunicación de noticias que fuesen susceptibles de afectar la cotización de una compañía en el mercado debía llevarse a cabo a través de canales específicos, y debía ser accesible mediante repositorios especializados como la base de datos centralizada EDGAR (Electronic Data Gathering, Analysis, and Retrieval) de la propia SEC. Las normas se actualizaron en el año 2008 para permitir el uso de páginas web corporativas oficiales como medio de comunicación, y se volvieron a actualizar en el 2013 para incluir también el uso de cuentas oficiales de medios sociales. 

¿Dónde están los límites? Básicamente, en que el canal utilizado haya sido presentado como canal oficial de la compañía, y en que no genere un sesgo en el mercado al privilegiar a un segmento del mismo frente a otro. En este sentido, parece claro que la página web, el blog corporativo, la página de Facebook o la cuenta de Twitter del fundador de la compañía o de su departamento de comunicación cumplen el requisito de ser canales considerados ya como «oficiales», y que tampoco generan un privilegio a un segmento del mercado frente a otro, dado que cualquiera con acceso a una conexión a internet en un ordenador o smartphone, requisitos considerados ya ubicuos en el perfil del inversor medio, puede acceder a dichos canales.

La compañía, lógicamente, no podrá «sacarse de la manga» una nueva página web no anunciada, del mismo modo que no podrá considerar como «oficial» de repente la cuenta de Twitter de un trabajador cualquiera si no la ha inscrito previamente en el regulador correspondiente como un canal oficial, pero más allá de eso, la norma tiene bastante sentido común. Extremar la precaución para tratar de proteger a inversores que no acceden a esos canales «porque no los conocen» sería absurdo, retrógrado y no generaría ningún beneficio al mercado: sería en realidad una manera de negar el progreso y la evidente generalización del uso de la tecnología, o de obligar al mercado a desarrollar su actividad en una especie de «burbuja» artificial. Si quieres invertir en una compañía cotizada, obtén las herramientas adecuadas para monitorizar su actividad, o asume las consecuencias si conscientemente decides no hacerlo, pero no esperes que por el hecho de ser tú una especie de troglodita, tenga que venir el presidente de la compañía a contarte sus novedades a la puerta de tu casa o enviártelas mediante señales de humo. Sería completamente absurdo sancionar a Tesla por el uso de sus canales de comunicación, como lo sería castigar a cualquier otra empresa que no llevase a cabo una utilización eminentemente malintencionada o torticera.

Me parece interesante repensar el concepto de canales de comunicación corporativa en el escenario que definen estas reglas: la compañía que, como una gran parte del IBEX 35 en España, decide no utilizar mecanismos como la página web o la cuenta de Twitter corporativa o del presidente para publicar noticias que podrían afectar a la cotización de su acción está en realidad perdiendo una valiosa herramienta dotada de una velocidad y un alcance muy interesantes. Resulta incluso posible que, con el paso del tiempo, llegue un momento en que la regla «se dé la vuelta», e informar únicamente a través de los canales considerados «oficiales» hace algunas décadas llegue a considerarse una forma incorrecta de proporcionar información.

Igualmente, se hace necesario reconsiderar el papel del directivo representativo de la compañía y el uso que hace de los canales sociales: directivos con un perfil público visible y una cuenta de Twitter con miles o millones de seguidores pasan a ser un activo importante por su capacidad de comunicar al mercado y por su capacidad de conectar directamente con los accionistas y analistas. Herramientas como Twitter, en manos de personas con un adecuado sentido común, pasan de ser un peligro que las expone a denuncias del regulador, a ser un activo fundamental con muchas posibilidades de cada a la comunicación.

Algunos deberían tomar buena nota de este tipo de cuestiones. Despiertas un día, te encuentras con que mandar faxes ya no es lo que era… y te das cuenta de que, en realidad, llevabas dormido desde el año 2008!! :-)

 

This article is also available in English in my Medium page, “The social networks and investor information«

5 comentarios

  • #001
    Antonio Castro - 5 abril 2015 - 13:55

    Yo no juego en bolsa. En mi opinión es un juego que está bastante amañado. Demasiada gente juega con información privilegiada o al menos con información mucho más fiable que la pueda conseguir una personita de a pie. Además los dogmas macroeconómicos relativos a que la bolsa a largo plazo es lo que más rentabilidad ofrece, hay que ponerlos en cuarentena, porque todas la reglas macroeconómicas parecen estar variando de manera bastante impredecible. El mundo es mucho más inestable y la insostenibilidad de muchos negocios tracionales y de muchos modelos económicos, dibujan un escenario no apto para los aficionados que compran revistas de economía pensando que lo que en ellas se dice es mínimamente fiable. Ni siquiera hay garantías de que te cuelen un bulo con toda intención de sacar una jugosa rentabilidad por otro lado.

    En ese escenario, que alguien pueda dar credibilidad a determinadas informaciones con un origen muy poco fiable, es pura temeridad. Incluso podría funcionar. Sería terrible. La próxima vez perderás más de lo que arriesgaste la primera vez. Es más seguro ir al casino donde las reglas y las probabilidades son más claras.

    Nadie regala nada y menos la información que tiene una rápida conversión en ganancias.

  • #002
    Gorki - 5 abril 2015 - 18:33

    El primer artículo a tener en cuenta para quien especula en bolsa es, «Compra con el rumor y vende con la noticia» y esto es así, desde mucho antes que se inventara Internet.

    El especulador tiene mala prensa, pero es una sencilla actividad comercial, tratar de comprar barato y vender caro y obtener un beneficio proporcional al riesgo que se corre de no acertar en la operación, a mayor riesgo, mayor margen de beneficio.

    Me parece magnífico que haya canales oficiales, ello darán de forma segura y contrastable las noticias, pero aparte de inevitables, tiene que haber canales no oficiales que adelanten el rumor y que dejan a quien los lee, la labor de valore el nivel de veracidad de la noticia y en función de ello tomar las medidas que estime oportuno.

    Si digo que se está próximo el invento de una bateria que mueve un cache eléctrico con una sola carga 1000 Km. y alguien me cree, quizá compre acciones de fabricantes de coches electricos. Yo no garantizo la validez de la noticia, es el que lo lee el que debe valorar correctamente la posibilidad de que lo que digo sea cierto.

  • #003
    Guillermo Vanrell Ginard - 5 abril 2015 - 23:03

    Creo haber leído en algún sitio que el exceso de regulación es incompatible con la competitividad.
    Un inversor yo lo entiendo como un señor que cambia el color de los activos, cambia disponibles, realizables y fijos, entre sí, en cualquiera de los sentidos, con la intención de obtener beneficios.
    La información privilegiada en el siglo XX era tener información de dudosa procedencia, en el XXI es tener conocimientos.
    Especular es intentar intuir que debería hacer hoy para no salir perjudicado mañana y a ser posible obtener beneficios. Imaginemos que estás en la Plaza España, y tienes una necesidad, tienes que buscar rápido una solución, lo suelto aquí mismo, me voy a mi casa a cinco Km, al metro un Km o entro en este bar que tengo delante.
    La especulación no es un capricho, es una necesidad. Quien no la practique las veinticuatro horas del día, estará siempre comprando caro y vendiendo barato.
    Yo por sistema y desde niño, no hago nada de lo que me dicen, para mí las noticias son lo que son o las lees todas o no leas ninguna.
    Hay muchos procesos de inversión, están todos en la web.
    Yo vendo en máximos y compro en mínimos, pongo un objetivo de beneficios, no pongo límite de perdidas y apuesto a todo o nada entre día.
    En el largo plazo hay que comprar jamás vender y aprender a protegerse apostando también a todo o nada.

    Advertencia: llevo veinte años perdiendo.

  • #004
    jump - 6 abril 2015 - 01:08

    enrique, intente que sus señorias incluyeran los nuevos canales en la ley de transparencia para el gobierno corporativo. Un amigo tuyo y mio me intento ayudar. Me reuni, en el senado con el representante del pp con mayoria absoluta. Le explique la importancia de las redes sociales. Ni p caso. Aprobaron el texto sin NINGUNA enmienda y sin redes sociales.

  • #005
    María Tejero - 6 abril 2015 - 10:52

    Dependiendo del objetivo de la compañía deberán utilizar unos canales o perfiles concretos. En este caso estaríamos hablando de Relación con inversores, y en muchos casos sería interesante plantearse como un perfil nuevo en las redes sociales. Un buen ejemplo de este uso es el de Iberdrola o Acciona, que utilizan sus grupos en Unience como canales oficiales con el inversor

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