La propiedad intelectual, a debate

Un muy recomendable vídeo de trece minutos publicado en Agora News, con participación de mi compañero de mesa en los Saviálogos de CAN, Juan Urrutia, y de David de Ugarte, emprendedor, blogger y economista.

21 comentarios

  • #001
    manuel garrido - 6 mayo 2010 - 10:49

    estoy ahora en el world awareness seminar en el IE con la presencia de este genio. Muy buen communicador!

  • #002
    Krigan - 6 mayo 2010 - 13:13

    A fin de evitar el debate sobre los derechos de autor, la industria de contenidos trata de presentar tales derechos como una especie de derecho natural, pintarlo como si fuera intrínsecamente malvado el hacer con la obra cualquier cosa no autorizada por su autor. Sin embargo, la doctrina del derecho natural hace aguas tan pronto como nos percatamos de que los derechos de autor no empezaron a existir (al principio en un único país) hasta hace 3 siglos justos. ¿Qué clase de derecho natural es el que nadie tuvo, en ningún país del mundo ni en ninguna época, hasta hace sólo 300 años? Otro intento de evitar el debate es la conocida falacia del copiar=robar, rebatida mil veces porque las diferencias entre copiar y robar son más que notables.

    Se pretende así eludir el verdadero debate sobre los derechos de autor: ¿cómo le damos a los autores un medio de sustento? Esta es en realidad la única pregunta que importa. Pero claro, una vez planteamos la cuestión en estos términos, buena parte de los actuales derechos de autor se vienen abajo, no hay nada que los justifique.

    Veamos por ejemplo lo que le sucede a la duración de los derechos de autor cuando nos preocupamos tan sólo del sustento del mismo. Deja de tener sentido prolongar la duración de los derechos durante un cierto tiempo (70 años) después de la muerte del autor. A un muerto no se le puede incentivar económicamente. Más aún, deja de tener sentido que los derechos de autor duren toda la vida del mismo. El incentivo más adecuado puede ser de 5 años o de 50, pero lo que es absurdo es hacer que el incentivo dependa de si el autor es joven y sano (con lo cual puede vivir más de 50 años después de haber creado la obra) o un enfermo terminal, al que sólo le quedan unos meses de vida. Por tanto, lo más adecuado es una cierta duración después de la primera publicación de la obra.

    Además, tal duración ¿ha de ser corta o larga? El grueso de los ingresos se obtienen en los muy primeros años después de la primera publicación, a menudo en los primeros meses. No olvidemos que el derecho de autor es un monopolio sobre la obra, y que todo monopolio tiene efectos negativos para toda la sociedad, así que habrá que buscar un equilibrio entre los intereses del autor y los de toda la sociedad. Una duración de 5 años (como propone el Partido Pirata sueco) es claramente mucho más adecuada que una duración de 50. El autor ha tenido tiempo sobrado de cosechar casi todos los ingresos, y el efecto nefasto del monopolio queda reducido a su mínima expresión.

    Necesitamos avanzar en el debate, en demasiadas ocasiones cometemos el error de quedarnos estancados en las descargas y en su injustificada represión. Ha llegado la hora de poner en cuestión los cimientos de los derechos de autor, y construir a partir de ahí un edificio nuevo, ya sea derribando por completo el anterior, o bien aprovechando partes del mismo. Sólo así conseguiremos una legislación adecuada a la nueva realidad tecnológica.

  • #003
    Alvaro - 6 mayo 2010 - 13:35

    Siempre es interesante que haya debates con aportaciones de profesionales de otras ramas, pero creo que hay que ser más riguroso y no mezclar todos los conceptos con tanta alegría, ni reducir el problema a una cuestión meramente patrimonial, cuando la esencia de la propiedad intelectual radica precisamente en la protección de los derechos morales del autor por encima de los patrimoniales, que son accesorios.

    La teoria de David Ugarte que ahora se trata de un mundo de posproducción y de que todos somos creadores no la entiendo, lo siento.

    Lo de referirse a la industria del porno (?) como modelo del sector cultural en un debate sobre propiedad intelectual, está fuera de lugar.

  • #004
    Gonzalo Martín - 6 mayo 2010 - 13:36

    Efectivamente, como plantea #2, la cuestión para la red es plantear el debate de la reforma. O de la contrarreforma, porque lo que plantea constantemente el sistema son nuevos cambios para restringir el uso e incrementar la represión. El debate de la red es el de la reforma de la legislación, no el de alegrarse cada vez que la lucha de unos cuantos abogados consigue encontrar los agujeros de la ley para algo que no previó. El concepto de monopolio otorgado al tenedor de derechos tiene como espirítu impedir cualquier uso sin autorización previa. Que por los jueces españoles se cuelen espacios libres gracias al conflicto entre leyes o interpretaciones recurribles de ideas antiguas, no es suficiente. Se trata de cambiar el estado de la cuestión. En las patentes la evidencia de la realidad, la desincentivación de la innovación y su uso como limitador de competencia es muy poco cuestionable: el plazo cero es un objetivo razonable. La reducción del derecho de autor, drástica, es el otro planteamiento razonable. Eso sí: si la transacción con el sistema es reducción de plazos, será a cambio de delimitar el control y no todos los usos que se hacen ahora pueden ser posibles. Con ello, la recuperación de la idea de que la única justificación de conceder privilegios a autores e inventores, es la creación y el conocimiento por sí mismos, no los negocios y modelos de negocio a que den lugar e independientemente de si da lugar a un sustento o no.

  • #005
    asmpredator - 6 mayo 2010 - 14:02

    Lo que es evidente es que quien mas gana con el modelo de propiedad intelectual actual no es el creador ni la creación.
    Aquí solo ganan los que acaparan la gestión y ditribución de los contenidos o creaciones, al creador le llegan las migas de todo el capital generado que se reparte mayoritariamente entre los intermediarios.
    Que hay que acotar la duración de esos derechos es evidente, para incentivar al creador no solo hay que pagarle por lo que ya ha creado, sino que hay que motivarlo para crear cosas nuevas, vivir de renta es el chollo dorado para todos pero no incentiva la creación ni el avance de la sociedad.
    Que el AUTOR gane mas, que los intermediarios moderen su afan recaudatorio, que los derechos a cobrar por obras realizadas sean de menor duración,que no se criminalcen las descargas , que solo son al final una promoción gratuita de los produtos como ya se ha demostrado sobradamente, gracias a las descargas se generan habitos de utilización de productos que si tuvieramos que pagar no los utilizariamos nunca, etc…

  • #006
    hormigas - 6 mayo 2010 - 18:41

    #02 Creo que, con cierta ingenuidad, caes quizás en la trampa que te han puesto (y que nos han tendido a todos los internautas).

    En tu razonamiento rebates bien las argumentaciones de los intermediarios que, supuestamente, defienden los derechos de las autores y de los creadores sobre sus obras. Pero lo cierto, lo evidente, es que históricamente los autores y los creadores han sido en la mayoría de los casos vilmente explotados por intermediarios abusivos o inescrupulosos y no por los consumidores.

    Si hablamos de lo que está ocurriendo en Internet estos intermediarios nos proponen ahora un enfrentamiento irreal, un debate falso al que tu y otros se suman y se esfuerzan en responder contra argumentando.

    Pero es un debate-trampa en el que se presenta a los consumidores como «ladrones» y enfrentados con los autores (supuestas víctimas de los consumidores) cuando las cuestiones a debatir deberían ser otras.

    El consumidor está harto de los abusos de los intermediarios y de ser criminalizado sin razón. Y es bien consciente de que los autores, si han sido víctimas de alguien, ha sido solo de los intermediarios sin escrúpulos.

    A ver entonces si consumidores y autores nos ponemos de acuerdo (en ese sentido las nuevas tecnologías sin duda ayudan) para superar intermediarios abusivos o reclamar a estos lo que corresponda:

    -Del lado del consumidor, exigir precios de venta de los productos culturales realistas y coherentes con la realidad del nuevo mercado.

    -Por la parte del autor, exigir a los intermediarios (cuando estos sean necesarios) porcentuales equilibrados, justos, no abusivos, es decir, mucho mas altos que los actuales. Y que les permitan vivir dignamente de su trabajo sin necesidad de «mendigar» por sus «derechos de autor»…

    En Internet, el intermediario quizás no será siempre del todo prescindible pero no debería verse a si mismo como con el derecho a parasitar a los autores y creadores para llevarse siempre la parte del león imponiendo, además, polìticas de precios exagerados basadas en modelos de consumo no virtuales que solo perjudican a los autores. El intermediario debería mas bien convertirse en un eslabón util en el proceso de comercialización de los productos y contenidos.

  • #007
    asmpredator - 6 mayo 2010 - 23:13

    #006
    En efecto esto es lo que esta pasando ahora, la imagen que venden las gestoras es que actuan en defensa de los autroes cuando en realidad actuan en defensa de su derecho a parasitarlos, dicen que reclaman lo que los autores reclaman y no es cierto, la mayoria de autores no tienen derecho a reclamar nada, porque no se les tiene en cuenta para nada en esa sociedad de autores donde un pequeño porcentaje de ellos se lleva el 70% de lo que se reparte de la recaudación.
    Hay que recordar que la SGAE es una mafia de empresas con animo de lucro de todo tipo que gestiona la recaudación de derechos de mas de 90000 socios de los cuales solo un 17% puede decidir o exigir algo, el resto a ver ,oir y callar.
    Hay que pensar que la industria cultural ha eliminado miles de obras de la circulación porque no le salian rentables y que el P2P las ha devuelto a la vida porque quien las tenia ha querido compartirla con los que las buscaban y no las encontraban.
    Recordemos que hay estudios, que no interesan a los intermediarios, que con cifras y pruebas feacientes demuestran que las descargas no son un impedimento para la difusión y adquisición de contenidos culturales y que en muchas ocasiones lo mas descargado es lo mas comprado.
    Esta realidad no interesa a los intermediarios porque no pueden intermediar entre los ciudadanos que libremente comparten contenidos.
    Pero en este tema parece que estos intermediarios y esta industria merece un trato de favor que otras industrias no han tenido nunca, por poner un ejemplo,
    A los que fabricaban espadas ¿se les compensó por la aparición de las armas de fuego de algún modo?
    A los que fabricaban maquinas de escribir ¿se les compensó con impuestos por la perdida de ventas debidas a la aparición de los ordenadores?
    A los que vendian hielo en barras ¿se les compensó de la perdida de sus negocios cuando aparecieron las neveras electricas?.
    A los fabricantes de carruajes ¿se les compensó con un canon por las perdidas de ventas al aparecer los automoviles?
    A los que tenian colmados ¿se les ha compensado de la perdida de sus negocios con la llegada y proliferación de las grandes superficies y los supermercados?
    A todas estas preguntas he de responder que NO, a nadie se le han otorgado prevendas como a la industria cultural, aun siendo industrias mas cruciales para la sociedad o se han adaptado o han muerto y a veces en muy poco tiempo, ¿poqué ahora debemos actuar de distinto modo con la industria cultural que ha vivido a nuestras espaldas tantos años cobrando lo que ha querido y dandonos lo que le ha interesado en todo momento?, ¿porqué a esta industria que ha tenido y tiene medios economicos y de todo tipo para adaptarse se le ha de consentir que nos extorsione para evitarse el iremediable cambio que debe hacer?.
    En definitiva ni son tan importantes como se creen ni tan listos como para engañarnos a todos y si, quizas venzan en esta batalla, pero la guerra no ha hecho mas que comenzar…

  • #008
    nolo172 - 7 mayo 2010 - 06:19

    Muy interesantes los comentarios hoy.

    En mi linea habitual de analizar el ponente (en este caso, catedrático en excedencia, fundador de la Universidad Carlos III, consejero del BBVA) y la ponencia, pregunto:

    Llevo nueve años viviendo fuera de España. Los catedráticos siguen teniendo su plaza en propiedad? Los funcionarios en general, que acceden por una oposición (el 20% de la gente empleada en España, pagada con nuestros impuestos), son monopolios temporales? Será que hay cosas más urgentes?

  • #009
    Agustin - 7 mayo 2010 - 08:32

    Me ha encantado el video….y ASMPREDATOR perfecto tu comentario , no se puede explicar mejo.

  • #010
    Krigan - 7 mayo 2010 - 11:20

    #6 En realidad estamos yendo a un mundo de prosumidores, personas que son tanto productores como consumidores de contenidos. Yo soy autor, tengo un blog. Otros cuelgan vídeos en Youtube o fotos en Flickr. Otros escriben novelas, incluyendo fanfics. Incluso los hay que hacen películas, hay 2 basadas en «El señor de los anillos».

    Ahora bien, la mayor parte de los autores de Internet (es decir, la mayor parte de los prosumidores) no aspiran a ganarse la vida con ello. Así que, por un lado, conviene examinar de qué manera le damos una vía de ingresos a los autores profesionales, y por otro, los derechos de los autores habrán de estar pensados, al menos en parte, para que protejan a la mayoría de estos, es decir, a los que no buscamos ganarnos la vida con nuestras obras.

    Que el derecho de autor se extienda a las obras derivadas es algo que claramente perjudica a los prosumidores, coloca fuera de la ley a los fanfics y a esas 2 pelis de ESDLA.

    Tienes sin duda tu parte de razón al hablar de los intermediarios, pero creo que la cuestión es más amplia. Difícilmente podemos ir contra los autores porque nosotros mismos somos autores (todavía no he visto a nadie hablar en contra de los derechos morales, por ejemplo), pero sí habrá casos (como los fanfics) en los cuales habrá que elegir a quién le damos el derecho a denegarlo o a hacerlo, si al autor profesional o al prosumidor.

    Cada vez que se retira un vídeo de Youtube, por contener un pequeño fragmento de película o de canción, es el derecho de un autor el que se ve atacado. El que hizo el vídeo y lo subió es tan autor como el mismísimo Kubrik, el cual también tenía la costumbre de hacer pelis con música de otros sin pedirles permiso.

    Según la industria de contenidos, controlada por esos intermediarios de los que hablas, la producción cultural será mayor cuanto mayores sean sus ingresos, pero esto no es nada más que otra falsedad. Actualmente, y todavía más en el futuro, la inmensa mayoría de la producción cultural es realizada por autores que NO buscan ganarse la vida con ello. Se incrementa más la producción cultural aboliendo la DMCA (la ley que causa las retiradas de vídeos de Youtube), que buscándole un negocio imposible a los músicos profesionales. Si subo un vídeo a Youtube que contiene parte de una canción de Springsteen, ¿ganará algo Springsteen si retiran mi vídeo? Esa misma canción está disponible completa en el emule.

    Otra de las cosas que hace la DMCA es prohibir desproteger. Para el cliente esto es una faena, has comprado una carísima peli de Disney (tal vez una basada en un cuento infantil a cuyo autor nunca se le pidió permiso) y resulta que no puedes hacer legalmente una copia para que la manejen libremente tus hijos sin temor a que estropeen el original. Sin embargo, olvidémonos por un momento del consumidor, hablemos del prosumidor. Ha comprado ese DVD protegido, y no puede legalmente copiar una escena para hacer un vídeo cómico poniéndole unos diálogos con Loquendo, cosa que sería legal si no estuviera prohibido desproteger.

    En definitiva, el panorama cambia un montón cuando empezamos a hablar de los derechos de la mayoría de los autores, precisamente aquellos que no buscan ganarse la vida con sus obras. En muchos casos, además, los ingresos de Springsteen o de Disney ni siquiera están amenazados, pero incluso si lo estuvieran, si deseamos incrementar la producción cultural (se supone que ese es el objetivo de los derechos de autor), es el derecho del prosumidor el que debe prevalecer.

  • #011
    hormigas - 7 mayo 2010 - 18:03

    #10 Puede ser que en un futuro no tan lejano todos lleguen a ser prosumidores tal como pronosticó Toffler pero por ahora sigue habiendo una enorme mayoría de consumidores sin mas.

    Pero lo que debería quedar muy claro es que tenemos que salir de la confusión que se nos propone interesadamente una y otra vez para que no miremos donde hay que mirar y para que no veamos lo que hay que ver.

    Lo obvio, lo evidente es que se nos dice desde los medios y desde el poder político que los consumidores de material cultural en Internet roban a los autores, a los creadores de cultura… Y que hay un conflicto entre esas dos partes. Y esta mentira, a fuerza de repetirse mucho, se ha hecho creíble.

    Si hay un conflicto, de hecho es entre los intermediarios (que se niegan a adaptarse al nuevo mercado) y los internautas que consumen cultura libremente.

    Pero, detrás de este conflicto se esconde el verdadero problema que le da origen: los intermediarios han abusado y siguen abusando de los autores y creadores quedándose con la parte del león. Es decir que no remuneran a los autores unos porcentuales mínimamente aceptables sino que se quedan con casi todas las ganancias. Para luego, cuando los autores se quejan, decirles que «es por culpa de las descargas». Es decir, una mentira gorda pero efectiva que desvía la atención creando con habilidad un falso enfrentamiento entre consumidores y autores.

    Alvin Toffler explica que es un prosumidor:

    http://www.youtube.com/watch?v=ZkNJ0jsNU6E

    Prosumidor (en Wikipedia):

    http://es.wikipedia.org/wiki/Prosumidor

    #07 Asmpredator; muy interesante toda tu reflexión. Me gustaría destacar el siguiente párrafo: «Hay que pensar que la industria cultural ha eliminado miles de obras de la circulación porque no le salian rentables y que el P2P las ha devuelto a la vida porque quien las tenia ha querido compartirla con los que las buscaban y no las encontraban.»

    Esta observación me parece muy importante porque pone de manifiesto que la «industria cultural» no es necesariamente representante de la cultura sino que puede incluso ir contra la propia cultura. Mientras que el siempre criminalizado P2P (o similar) es, en muchos casos, un interesante y poderoso vehículo para la difusión cultural por encima de cualquier interés económico. Y lo que no podemos ni debemos es dejar algo tan importante como la difusión de la cultura en manos de los mercaderes.

  • #012
    Mario - 7 mayo 2010 - 21:51

    El derecho de autor es sencillamente su potestad de elegir con quién contrata, por cuánto y de qué manera cobra y se difunde su trabajo. No muy distinto al derecho de cualquier trabajador para contratarse, desde un panadero hasta un profesor del IE, en una economía captalista ¿Este es el derecho que está en debate?

    Pues bien estamos en un blog cuyo anfitrión ha demostrado claramente por sus actos (distintos de lo que escribe y nuevamente distintos de lo que piensa), que no existe modelo de negocio mejor para un autor que contratar con un intermediario tradicional y utilizar y promover el sistema de venta de copias para obtener rentas de su trabajo.

    Si todos aceptamos que el criterio de este autor, que es a la vez profesor de una escuela de negocios y un experto en Internet, ha sido el mejor posible para rentabilizar una creación intelectual en plena era digital, entonces concluiremos que es falso que los intermediarios no aporten ningún valor, que es falso que mediante la «economía de la atención» se pueda construir una fuente de ingresos mejor que la de la venta de copias (físicas o virtuales), que es falso que la decisión del autor de contratar con los intermediarios desincentive la creación, sino lo contrario. La razón de que exista «Todo va a cambiar» no fue el afán de notoriedad ni la simple divulgación de ideas del autor, que ya las tenía de sobra en este blog y varias publicaciones, sino el cheque de algunos miles de euros recibidos de una editorial en calidad de adelanto.

    Dans es inteligente y sabe que los internautas pagarán por leer lo que necesitan leer. Y hoy necesitan ver en letra de molde que tienen razón en lo que hacen, que está bien disfrutar del trabajo y la inversión de otros sin retribuirlos, que está bien desconocer el derecho de los autores a elegir sus propios intermediarios y canales de venta, que a quienes hacen daño las descargas es en todo caso a los intermediarios y no a los autores, y que defender el derecho del autor está fuera de lugar porque este derecho ha caido en la obsolescencia por la nueva tecnología. Necesitan leer que los culpables siempre serán otros y el problema será de otros: la SGAE, la industria, la ley, la Sinde, el gobierno, la Telefónica, etc, de cualquiera menos de ellos.

    Si para satisfacer esta necesidad se pueden vender copias a 20 euros que dicen que no se puede vender copias en la era digital porque estas ya no tienen ningún valor, podemos apostar a que el internauta hará caso omiso a tan gruesa contradicción… porque el internauta necesita leer cosas así para sentirse bien consigo mismo más allá de todo espíritu crítico.

    Las entrevistas que nos trae Enrique hoy (lamentablemente editadas), cumplen también la función de satisfacer la necesidad de autojustificación del internauta en la linea de que son los intermediarios y los modelos de negocio el único problema, como si pagarles nada de nada a los autores descargando piratería fuese mejor para ellos que lo poco o mucho que reciben de sus editoriales; equiparando a Shakespeare con un chaval adicto al copy-paste y negando la existencia misma de la expresión artística individual subsumida hoy en el mundo de la «postproducción»; propiciando los usos del peculiar negocio de la pornografía, de acumular notoriedad y luego cobrar 10 mil dólares por un polvo, como el modelo aplicable para la creación intelectual del siglo XXI.

    Una filosofía que en el «era del conocimiento» priva de todo valor de cambio posible al comercio de conocimientos.

  • #013
    Enrique Dans - 7 mayo 2010 - 22:47

    #012: Mario: tonterías las justas, ¿vale? No pienso aguantar ni mentiras ni tonterías propias de quien no quiere entender lo que yo hice y se dedica a interpretarlo como le da la gana para justificar sus teorías absurdas. Es un último aviso, al siguiente te vas a comentar a la casa de otro: eso de que «estamos en un blog cuyo anfitrión ha demostrado claramente por sus actos (distintos de lo que escribe y nuevamente distintos de lo que piensa), que no existe modelo de negocio mejor para un autor que contratar con un intermediario tradicional y utilizar y promover el sistema de venta de copias para obtener rentas de su trabajo» es una solemne MENTIRA, resulta claramente ofensivo y no te lo pienso permitir ni una sola vez más en esta casa que aspiro a mantener limpia de insultos y calumnias. Yo el dinero, y de manera bastante generosa, ya lo gané con el anticipo que mi editorial tuvo a bien pagarme. Escogí una editorial como Planeta simplemente porque era la mejor manera de hacer llegar el libro a quienes no leen en Internet ni comprarían o descargarían un libro electrónico, y sobre los resultados de mi elección no cabe ninguna duda: la prueba es que mi libro está en todas partes. Lo que quería conseguir recurriendo a una editorial tradicional ya lo he conseguido, y por el método adecuado: ha publicado una de sus apuestas editoriales del año con Creative Commons, y ha llegado a mucha gente . Si vas interpretar mis actos como te dé la gana, retorcerlos y atribuirme lo que te salga de las narices para que así soporte tus teorías, lo dicho: te vas a ir a comentar a casa de otro.

  • #014
    Krigan - 8 mayo 2010 - 01:31

    #12 Mario, sabiendo tanto de leyes me sorprende que cometas errores tan gordos. Sin duda un asalariado puede elegir a su patrono (y un autor a su intermediario), pero no es cierto que el asalariado pueda elegir por cuánto trabaja. Precisamente para protegerle se establece un salario mínimo (llamado remuneración mínima en tu país), y si su puesto de trabajo está protegido por convenio colectivo (el caso más frecuente), entonces prevalece el salario de convenio (que es superior al mínimo).

    Dado que la normativa sobre salarios existe para proteger al trabajador, cuando esta se infringe no se considera culpable al asalariado (él es la víctima), sino al empresario, pero el caso es que el consentimiento del trabajador para aceptar un salario inferior a convenio (y no digamos ya un salario inferior al mínimo) no legaliza la explotación, el patrono que sea pillado en tal falta será condenado por cualquier juez.

    Si quieres que el derecho de autor se convierta en una versión modificada de la normativa laboral, por mí de acuerdo, pero eso significaría la desaparición de los derechos de autor tal y como los conocemos. Lo cierto es que actualmente un autor tiene muchos más derechos que un asalariado. ¿Quieres que empiece a enumerar las muy notables diferencias?

    El resto de tu mensaje no es nada más que una diarrea mental anti-Enrique.

    Para Enrique: a mí no me gusta que en mi blog me digan cómo he de dirigirlo, así que no te voy a decir cómo debes dirigir el tuyo. Además, estoy de acuerdo en que Mario ha sido un poco tocapelotas, pero te pido que tengas en cuenta que normalmente hace aportaciones valiosas.

  • #015
    Enrique Dans - 8 mayo 2010 - 01:44

    #014: Lo sé y lo valoro habitualmente. Y seguramente por eso me cabrea más, porque de una persona inteligente esperas otro tipo de cosas, no esa actitud. Que un descerebrado de esos que se dedican a liberar su frustración haciendo un antiblog o ganando visitas y popularidad a costa de otros se dedique a retorcer absurdamente lo que dices y a ponerte a caldo me parece incluso divertido, casi tierno… pobrecito, con algo hay que motivarse. Pero que Mario, que como dices en muchas ocasiones ha aportado argumentos buenos a la discusión, caiga en ese juego, ya me parece mucho peor. Lo siento, será que soy humano y tengo mis manías.

  • #016
    Krigan - 8 mayo 2010 - 06:18

    #11 Cierto, a día de hoy la mayor parte de los internautas son consumidores sin más, pero no estamos hablando de los derechos de los consumidores, sino de los derechos de los autores, y es igualmente cierto que en la actualidad la inmensa mayoría de los autores son prosumidores. No es posible ignorar el efecto prosumidor, Youtube se basa en él, lo mismo que Blogger y WordPress, Flickr, y tantas otras webs de fama mundial.

    De la misma manera que hay 2 clases de autores, hay también 2 clases de intermediarios. WordPress es mi intermediario, aloja mi blog y este funciona con su software, Youtube es otro buen ejemplo. Estamos pues hablando de si los derechos de Youtube (un intermediario de prosumidores) deben verse pisoteados por los derechos de las discográficas (intermediarios de los músicos profesionales).

    Los derechos de cada intermediario no son superiores a los derechos de los autores que les dan origen. Sí, vale, los músicos son miserablemente explotados por las discográficas, pero todos y cada uno de los derechos de la discográfica sobre una canción se originan en los que tiene por ley el músico.

    Sigo pensando que el problema es mucho más amplio que el hablar de mera explotación de los autores profesionales por parte de sus intermediarios. Cierto que es ahí donde se origina el problema (hay mucha pasta en juego), pero ha acabado desmadrándose y yendo mucho más allá. Están en juego, entre otras cosas, la libertad de expresión y el derecho de la inmensa mayoría de los autores (precisamente los prosumidores) a crear y publicar lo que estimen conveniente.

    ¿De verdad la DMCA fue en respuesta al p2p? ¡Pero si el p2p no existía cuando se aprobó la DMCA! De hecho, es una ley inútil contra el p2p, pero a los intermediarios de los autores profesionales les resulta muy útil para atacar a los prosumidores y sus intermediarios como Youtube. Ahora imagina que las discográficas desaparecen, ¿cambia algo si la DMCA takedown notice la emite Miguel Ríos en lugar de la discográfica de Miguel Ríos? Lo que digo es que las takedown notices no debieran existir. El derecho de autor no puede ser contrario a los intereses de la gran mayoría de los autores, eso es un contrasentido.

  • #017
    Mario - 8 mayo 2010 - 10:31

    #013 y #014 Krigan: la analogía trabajador/autor la planteo en cuanto a la libertad de elegir de ambos, estando ambos también expuestos a las limitaciones del mercado y a la posición dominante de su empleador o de su editorial como bien señalas. Así las cosas, ni el posible abuso o bajo sueldo de los panaderos en su propia industria ni el afán de lucro de las panaderías, podrían servir de fundamento para promover el hurto generalizado de panes con fines de reivindicación laboral, por más que se trate de una falta mínima y casi nunca sancionada.
    No existe un derecho tuitivo para el autor como sí existe para el trabajador, lo cual se debe a que el autor no está en la situación de subordinación frente a su empleador del trabajador normal, es el freelance por excelencia.

    Enrique: Sobre lo adjetivo: he visitado el antiblog del que hablas y me parece un desperdicio de tiempo total, privilegiando el insulto al debate fuera de toda norma de convivencia. A diferencia de ellos yo no te he insultado ni suelo insultar a nadie en internet (lanzar injurias desde la comodidad del anonimato siempre me ha parecido una cobardía). Que consideres insultante que se develen contradicciones y carencias en tus planteamientos o que se confronten conceptos opuestos sobre internet o los derechos de autor es algo que ya escapa a mi control. Los pocos que comentamos aquí en sentido opuesto a la «doctrina» oficial somos quienes nos vemos usualmente expuestos al insulto gratuito las más de las veces y algunas, excepcionalmente, a una réplica afortunada en toda regla proveniente de un comentarista como Krigan.

    Sobre lo sustantivo: 1) Sí creo que hay contradicciones entre lo que escribes y lo que haces con tu obra pues no es normal alegar que se está en buenas relaciones con un intermediario y al mismo tiempo llamarlo troglodita, desadaptado a la nueva tecnología, parásito y un largo etcétera, en cuanto foro se presenta. De ello se sigue que lo que realmente piensas es otra cosa que todavía no has dado a conocer.

    2) Sí creo que la principal motivación para la publicación del libro ha sido pecuniaria, como es natural, que el target de la editorial y lo que ha llamado su atención han sido tus 100,000 seguidores en Twitter, los lectores de tu blog, y no los tenófobos ni la gente ajena al internet, quienes ni gratis van a leer 300 páginas sobre un tema que no les interesa (¿comprarías tú un libro de tal volumen sobre ingeniería de sonido, así lo haya escrito el mayor experto de habla hispana sobre el tema?). Esto más allá de lo que tú mismo hayas deseado o esgrimas como argumento para la publicación con Planeta.

    3) Creo también que muchas veces publicas sobre el tema de las descargas y los derechos de autor en actitud populista, dándole a la gente lo que quiere leer sin guardar la distancia mínima necesaria que debe existir entre el académico y su objeto de estudio. Personalmente he renunciado a comentar entradas meramente «de propaganda» como la de Gallagher o las diatribas contra un gobierno que no es el mío, pero en general desde que empecé a participar de esta, tu casa, encuentro cada vez menos espacios para los debates y la confrontación de ideas.

    4)Hoy me pides que me abstenga de escribir lo que creo porque daña tu imagen, afecta la coherencia del discurso o simplemente no te gusta, no lo sé. Lo mismo me pidió la dictadura militar peruana de los setentas con muy poca fortuna también pues reacciono mal ante las amenazas y a los comentarios parametrados. Si esta forma de ser me costó asilo y deportación te imaginarás lo poco que está en juego aquí, porque a diferencia de lo que me haga mi propio Estado, yo sí acepto de buen grado que un blogger se constituya en dictador en su propia página o un editor en su propia publicación, que es algo que mucha gente no entiende.

    De tal manera que en lo que a mi respecta quedamos en los mejores términos, te agradezco sinceramente la oportunidad de dialogar y ser leido por tanta gente en un país como España, y te aseguro que seguiré pasando por tu blog regularmente (aunque sin comentar) y preguntando por tu libro en mis visitas sabatinas a las librerías limeñas.

  • #018
    Krigan - 8 mayo 2010 - 16:09

    #17 La falacia del copiar=robar ha sido rebatida miles de veces, y no le veo sentido a repetir lo que tantas veces se ha dicho.

    Si los derechos de explotación están para algo, están para retribuir al autor, por lo cual es lógico que mucha gente se vea desencantada con ellos, y los valore en poco, dado que el sistema de retribución no está funcionando. Al consumidor se le pide que pague mucho, y al autor no le llega nada o casi nada. A eso añádele que la copia privada NO es un derecho de autor, y que encima se paga canon por ella. Si le meto 500 canciones a la tarjeta de memoria de mi móvil mp3, yo ya he pagado por ellas, dado que me cobraron el canon tanto en el propio móvil como en la tarjeta.

    Por supuesto, no son autores los intérpretes, que esa es otra cosa que habría que solucionar, dado que actualmente tienen derechos de autor muchos que no lo son. Y sigue siendo cierto que el asalariado no está legalmente facultado para cobrar «demasiado poco», cosa que curiosamente sí se permite con los autores en una ley que se supone que está para darles un sustento.

    Finalmente, lo que ya es el colmo de las contradicciones es que continuamente se nos diga que hay que respetar la voluntad del autor, y no hacer nada sin su autorización, e incluso se califique falsamente de robo la copia privada, y al mismo tiempo la SGAE y otras entidades de gestión estén continuamente ganando dinero a base de comercializar las obras de los autores sin su permiso, y con todas las bendiciones del legislador. Estupendo negocio en el cual yo quisiera meterme, pero no puedo porque se necesita permiso especial del gobierno. ¿Por qué el Teddy puede construirse una jubilación dorada con las obras de otros y yo no puedo?

    No pierdo la esperanza de que Enrique te conteste y arregléis vuestras diferencias, de tal manera que podamos seguir disfrutando de tus comentarios. Por si sirve de algo, entiendo su enfado, parecía que le estuvieras acusando de hipocresía.

  • #019
    hormigas - 8 mayo 2010 - 18:45

    #16 Krigan, reconozco que ahora y mientras leía tu respuesta a mi comentario pensé (quizás en parte porque no aparecía en ella el nick con el que escribo) que iba dirigida a otra persona… Tuve que volver a leer mi anterior comentario para procurar comprender el tuyo.

    Te respondo por párrafos. Tu escribes:

    «Cierto, a día de hoy la mayor parte de los internautas son consumidores sin más, pero no estamos hablando de los derechos de los consumidores, sino de los derechos de los autores.»

    Pues no estoy nada de acuerdo en que estemos hablando solo de los derechos de los autores. Eso es lo que dicen y repiten desde la SGAE. El problema es de la sociedad en su conjunto cuando los intermediarios, intentando mantener sus viejos privilegios en la explotación fácil de las obras de los autores han creado, interesadamente, un ambiente mediático que criminaliza al consumidor y busca enfrentar a este con el autor al que presenta como víctima. Si los intermediarios a los que nos referimos, teniendo en cuenta que debido a las nuevas tecnologías pueden bajar enormemente sus costes de promoción y distribución, bajan el precio de los productos y reparten mejor, mas equitativamente, el dinero con los autores estos últimos podrán vivir perfectamente de su trabajo.

    «Estamos pues hablando de si los derechos de Youtube (un intermediario de prosumidores) deben verse pisoteados por los derechos de las discográficas (intermediarios de los músicos profesionales).»

    Estamos en esto de acuerdo. Las discográficas no pueden tener mas derechos que Youtube o Google. No pueden existir sectores de la intermediación que se vean por encima de la ley que rige para los demás. Ellos no son los dueños de Internet aunque lo intenten.

    «Sí, vale, los músicos son miserablemente explotados por las discográficas, pero todos y cada uno de los derechos de la discográfica sobre una canción se originan en los que tiene por ley el músico.»

    No todos los músicos son miserablemente explotados por las discográficas pero si la mayoría. El resto de tu afirmación no la comprendo ni explícita ni implícitamente.

    «Sigo pensando que el problema es mucho más amplio que el hablar de mera explotación de los autores profesionales por parte de sus intermediarios. Cierto que es ahí donde se origina el problema (hay mucha pasta en juego), pero ha acabado desmadrándose y yendo mucho más allá.»

    Seguro que el problema es mucho mas amplio que el hablar de meros prosumidores (como tu dices) o de explotadores y explotados… Pero hay que comenzar por el principio. Es decir, por desmantelar los debates-trampa que presentan un enfrentamiento inexistente entre consumidores y autores en el que, por arte de birlobirloque, se excluye a los intermediarios (que, curiosamente, son los que sin duda se llevan la pasta).

    «Están en juego, entre otras cosas, la libertad de expresión y el derecho de la inmensa mayoría de los autores (precisamente los prosumidores) a crear y publicar lo que estimen conveniente.»

    Totalmente de acuerdo (aunque me parece que te esfuerzas demasiado en intentar imponer la palabra «prosumidor» que, por el momento, no entra dentro del lenguaje coloquial de la mayoría).

    «¿De verdad la DMCA fue en respuesta al p2p? ¡Pero si el p2p no existía cuando se aprobó la DMCA!»

    Interesante observación. Pero yo no he hablado en mi comentario de DMCA.

  • #020
    Krigan - 9 mayo 2010 - 05:10

    #19 hormigas, yo he criticado a los viejos intermediarios en infinidad de ocasiones, y estoy de acuerdo con muchas (tal vez todas) de las cosas que has dicho sobre ellos. Pero el debate no se puede quedar sólo en las descargas, ni en los autores profesionales, ni en sus muy aprovechados intermediarios. Lo que está ocurriendo es algo mucho más gordo, de ahí mi insistencia en los prosumidores.

    Es importante, así que lo voy a repetir: la inmensa mayoría de la producción cultural de nuestro tiempo ya no la hace la industria, la hacen multitud de ciudadanos de a pie que ni siquiera necesitan un modelo de negocio porque ni siquiera aspiran a ganar dinero con lo que hacen. Cuando hablamos de los autores profesionales, y de sus obsoletos intermediarios, y de nuevos modelos de negocio, en realidad estamos hablando de una parte minoritaria de la producción cultural actual.

    ¿Has visto Big Buck Bunny? Es un corto, no un largometraje, pero en cuanto a calidad técnica no tiene nada que envidiar a ninguna superproducción de Disney. Y encima hecho con soft libre. Las agencias de publicidad están usando fotos de Flickr, las cadenas de televisión están tomando vídeos de Youtube, la Wikipedia ha barrido a Encarta…

    Si de verdad se quiere una ley de derechos de autor adaptada a los tiempos modernos, no basta con hacer una ley que trate adecuadamente a los autores profesionales (y a los consumidores, claro), se necesita una ley que tenga muy arriba en su lista de prioridades a aquellos autores que ni siquiera desean ganar un céntimo con sus obras.

  • #021
    Anoni - 9 mayo 2010 - 18:07

    #17 Mario, veo que has tenido una fuerte discusión acusando a Enrique Dans y que finalmente, aunque algún comentarista hasta te ha defendido, has decidido dejar de comentar aquí.

    Lo ocurrido es una pena, pero permíteme decir que, desde mi modesto punto de vista, aunque te presentas como una suerte de libertario que ha sido perseguido por una dictadura latinoamericana tu actitud parece ser en este caso mas bien la de defensa de los argumentos de las grandes multinacionales de la música.

    Sobre todo, porque lejos de dar razones de peso para justificar el cobro de derechos de explotación de material cultural has utilizado como recurso argumental la descalificación total del autor del Blog, al que por otra parte visitas con regularidad debido a que despierta tu interés aunque consideras a su autor como demagogo y llamas «populista» y «dictador» (para muchos lectores, como es mi caso, Dans representa mas bien lo contrario).

    Porque una cosa es exponer un pensamiento diferente o incluso totalmente opuesto al del autor. Y otra cosa es el ataque personal. Pero lo peor, lo que mas me molesta y motiva a responderte es que das a entender que los que seguimos su Blog y nos interesamos por sus opiniones somos como una masa estúpida en manos de un dictador populista que nos engaña diciendo lo que queremos escuchar… Es decir que nos tomas a todos por tontos.

    Y no es así. Dans no es Jesucristo pero tampoco es un multimillonario hipócrita que nos pide dinero o sacrificios. Ni un ambicioso político llamando a la revolución contra el capitalismo… Es un profesor universitario bien documentado, informado, que tiene un pequeño medio de expresión de éxito que habla sobre nuevas tecnologías. Y que se permite ser a veces muy crítico con el poder político y con grandes intereses económicos. Es decir, que se trata de una persona que no habla ni actua desde la comodidad del poder sino todo lo contrario y con bastante valor personal.

    Por tu parte, parece que escribes desde el anonimato, y me parece muy bien en casi cualquier caso. Pero no veo bien que acuses y descalifiques a una persona normal desde ese anonimato: para acusar y descalificar personalmente a alguien identificado e identificable hay, por lo menos, que dar la cara, con nombres y apellidos.

    Por otra parte, has estado muy desafortunado cuando has escrito:

    «…el posible abuso o bajo sueldo de los panaderos en su propia industria ni el afán de lucro de las panaderías, podrían servir de fundamento para promover el hurto generalizado de panes con fines de reivindicación laboral.»

    Otra vez, con tu comparación absurda, estas criminalizando, llamando ladrones a todos los internautas que descargamos archivos. Y eso, a estas alturas, resulta inadmisible.

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