Columna de Expansión de esta semana: «Bajo vigilancia»

Mi columna de Expansión de esta semana se titula «Bajo vigilancia» (pdf), e intenta bucear en las razones por las que los gobiernos creen estar legitimados para violar sistemáticamente los derechos humanos, concretamente el derecho a la privacidad de las comunicaciones, por el hecho de que éstas se produzcan a través de Internet. Prácticas que resultarían completamente inaceptables aplicadas a otros medios de comunicación parecen verse misteriosamente legitimadas en la red, a menudo utilizando excusas para ello como la protección de la propiedad intelectual, la pornografía infantil, la lucha contra el fraude o la seguridad nacional. Si el Estado se dedicase a abrirnos las cartas o a poner micrófonos en nuestras casas, nos parecería algo terrible y digno de un régimen opresor y dictatorial. Sin embargo, por alguna razón absurda, si nos vigila en Internet hasta el punto de monitorizar nuestras conversaciones, nuestros mensajes y muestra navegación… ¡resulta que nos parece normal y justificado!

Algo que decididamente tenemos que parar: la red empieza a tener capacidades que superan las imaginaciones más turbulentas del Gran Hermano de Orwell, desde la monitorización de nuestras relaciones sociales hasta la geolocalización, y pensar en una sociedad en la que los ciudadanos aceptan como razonable un nivel de vigilancia extremo por parte del Estado debería ser algo repugnante a los ojos de cualquier demócrata.

24 comentarios

  • #001
    Xavier Ribas - 3 julio 2009 - 07:59

    Tienes razón, pero piensa también en la ingente cantidad de datos que los ciudadanos ofrecemos voluntariamente. Tú mismo, a través de tus fotos, tu blog, y tu «incontinencia» informativa a través del microblogging suministras datos suficientes para definir un perfil bastante completo de tu personalidad.

    Si fueses un alto cargo público o tuvieses enemigos peligrosos, las constantes referencias a tu quehacer diario generaría un riesgo de geolocalización para ti. Es evidente que la red nos hace a todos más transparentes, para lo bueno y para lo malo.

    En cualquier caso, la búsqueda de la privacidad puede incentivar un tipo de comunicación más presencial, directa y humana. Y si lo que quiero es ocultar mi mensaje, hay múltiples y eficientes formas de hacerlo, teniendo en cuenta la cantidad de información existente y la que puedo generar de forma artificial.

    Además de la obsoleta generación de drafts en web mail, y del envío masivo de mensajes con las palabras clave más buscadas, se recurre a la publicación de información banal que tiene sentido para el emisor y el receptor gracias a acuerdos previos. Algo parecido a las frases radiadas por los aliados antes del día D.

    Cualquier cosa antes que utilizar sistemas de cifrado que, además de contar con las consabidas puertas traseras, pueden convertir el mensaje en un reclamo.

  • #002
    Viper - 3 julio 2009 - 08:37

    Pues esperemos no tener otro 11S o 11M, que ya verás que poco tardan las noticias en publicar que se han coordinado con «Faisbus» o alguna otra red social. No quiero ser pesimista, pero los derechos de los ciudadanos en Internet están cayendo bajo mínimos…..

  • #003
    Fernando Ortega - 3 julio 2009 - 09:05

    Otra forma de irrumpir en la privacidad on-line de las personas esta mucha más burda. El Ayuntamiento de Bozeman (Montana) exige a lo candidatos a trabajar para el municipio que rellenen un formulario con los datos de acceso a las cuentas de Facebook, Myspace, foros, etc en definitiva toda la presnecioa online del candidato para que se pueda comprobar la «honestidad» de las personas que van a trabajar para la «comunidad». A la vista del follón han dicho que igual solo te exigen que enseñes tu cuenta en la entrevista… en fin increible. Visto en un periodico local en una visita por la zona hace 10 días.

    Más detalles:
    http://www.guardian.co.uk/commentisfree/libertycentral/2009/jun/18/villain-bozeman-city

    http://news.cnet.com/8301-13578_3-10268282-38.html

  • #004
    jftamames - 3 julio 2009 - 09:21

    Sin duda que hay esos temores. Pero, tendrás que estar de acuerdo, la libre exposición de datos personales y el uso de ellos está al alcance de cualquiera. El uso de ellos como punto de partidad de cualquier investigación por parte de los poderes del Estado puede ser todo lo peligroso que se quiera. Pero ¿por qué el Estado tiene que ser más sospechoso que otros poderes reales?.
    ETA, por ejemplo, para realizar las técnicas de extorsión ha recurrido a Google.
    Las mafias de extorsión sin la parafernalia nacionalista de la anterior mafia, han recogido todos sus datos de la red.
    Dejando aún lado lo literario de recurrir hasta la saciedad al bendito Orwell, lo que me parece imprescindible es argumentar que ese Gran Hermano ha superado al Estado nacional definido, entre otras cosas, por fronteras físicas.
    Me da más miedo, por eficaz y por capacidad, el Gran Hermano de Google, que el Zapatero de turno.
    Me da más miedo el Gran Hermano de la ETA que todo lo que Rubalcaba pueda llegar a saber de mí.
    Me da pavor estar en manos de mafias de extorsión a menores, por ejemplo, que lo que haga la Aido cada mañana.
    No sé, me da la impresión de que darle cera al Estado sale gratis. Es como darle a un boxeados sonado.
    Darle cera a los datos que gestionan entidades sin control me da más pavor.
    Más pavor me da que las organizaciones internacionales y nacionales no representan ayudas eficaces para defender mi dingidad.
    Otra cuestión muy capitalista y muy consumista por tu parte es considerar a todos los seres humanos maduros tras la mayoría de edad. El acceso a la educación y la formación del propio criterio es el primer derecho a garantizar, es la única forma de garantizar la defensa eficaz contra los abusos del poder, venga de donde venga.
    Eso de que «en entrando» en la red uno se convierte en dueño de si mismo y la reencarnación de un renacentista, tiene poco de realista.
    Me da pavor el poco tiempo que ciertos creadores de opinión dedicaís a la gestión de esa identidad personal y la dignididad humana a la que representa.
    En fin. Pobre Estado. Ahora que no pinta nada, según la docrtina de que no hay nada que pueda parar la rúptura de cualquier control en la red, es el único que se lleva los palos de la sospecha.

  • #005
    Enrique Dans - 3 julio 2009 - 09:38

    #1, #4: no vayáis por ese lado… Una cosa es lo que yo voluntariamente decido exponer de mí mismo o lo que una panda de delincuentes pueden averiguar de mí, y otra muy diferente lo que el Estado se considera autorizado a utilizar para espiarme. Contra mí mismo me protegerá el sentido común (y podremos discutir si lo tengo o no lo tengo, o si hace falta educación para intentar que lo desarrolle), contra los delincuentes me protege la ley, pero contra el espionaje del Estado, ¿quién me protege? JFT, en una democracia, lo fundamental no es la presencia de delincuentes o de aprovechados, lo verdaderamente importante es el control del Estado que escogemos todos.

    Pero sobre todo, intentemos tener unidad de criterio: si el Estado os abre las cartas o pone micrófonos en vuestras casas, os parecería algo terrible y digno de un régimen opresor y dictatorial, pero si os vigila en Internet hasta el punto de monitorizar vuestras conversaciones, mensajes y navegación… ¿os parece normal y justificado? (Vaya, este párrafo me ha quedado la mar de convincente, lo voy a «elevar» a la entrada)

  • #006
    MiNombreEsNadie - 3 julio 2009 - 11:42

    Añade a eso las cámaras de seguridad: de mi casa a mi trabajo, que hay escasos kilómetros, paso por debajo de 4 o 5 cámaras.

    Y los «estudios de mercado»… miedo me da pensar en las técnicas que usarán.

    En el mundo físico, sólo estamos a salvo de espionaje dentro de nuestra casa, y con las ventanas cerradas. En el virtual sólo estamos seguros dentro de nuestra intranet y con los puertos cerrados.

    Al final acabaremos escribiendo nuestro diario en un hueco de la pared de nuestra casa, y aún así lo leerán.

  • #007
    Krigan - 3 julio 2009 - 11:42

    En parte nos protege la Constitución, pero sólo en parte, por la especial manera que tienen de saltársela. La violación de los derechos constitucionales raras veces adopta la forma de una ley que diga «queda abolido el secreto de las comunicaciones», normalmente son más sutiles y buscan corromper el derecho constitucional jugando torticeramente con sus límites, tratando de desplazar solapadamente tales límites.

    Por ejemplo, aprobaron una ley en virtud de la cual las telecos están obligadas a conservar durante un tiempo gran cantidad de metadatos de la comunicación: a qué hora te comunicaste, con quien lo hiciste, cuánto duró la comunicación, etc. Cuando tales datos se guardan a efectos de facturación, o para cualquier otro propósito legítimo propio de la relación entre el cliente y su teleco, no hay ningún problema.

    El problema viene cuando el estado ordena guardar tales datos, y no sólo por el tiempo necesario para facturar correctamente, ni para resolver reclamaciones de facturación, sino para «luchar contra el terrorismo», todo ello de forma sistemática, sin orden judicial. Eso sí, en teoría sí se requiere orden judicial para acceder a tales datos, pero el caso es que el espionaje masivo ya te lo están haciendo, de forma permanente.

    Naturalmente, tales datos no le sirven de nada ni a la teleco ni al cliente en muchos casos. Si ya tienes las llamadas nacionales incluidas en el precio del ADSL, ¿para qué conservar tales datos? Si ya tienes la tarifa plana metropolitana de Telefónica (5 euros al mes), ¿para qué conservar los datos de tales llamadas? A la teleco esos datos no le sirven de nada, al cliente tampoco, y a la teleco el conservar ese montonazo de datos le supone un coste importante. Por eso el estado, generoso con el dinero de los demás, dispuso que el coste de conservar los datos del espionaje masivo sería pagado con el dinero público.

    Conservan los metadatos de la comunicación, luego te están espiando. Pero claro, ellos dicen que la comunicación en sí misma no es grabada. Por eso necesitamos un Tribunal Constitucional fuerte y celoso de sus atribuciones, un TC que vele porque los derechos constitucionales sean preservados de forma íntegra, y no recortados a base de trucos baratos de mago de feria.

    Verdaderamente nuestras comunicaciones deberían ser secretas, verdaderamente tal secreto sólo debería poder ser levantado mediante orden judicial previa, pero no es así. Y la oposición, por supuesto, mirando al tendido, porque ellos también son parte del estado, o aspiran a serlo, y les parece bien que se haga. ¿Acaso vamos a estar en contra de que se luche contra el terrorismo? Si es necesario, impondremos una dictadura para acabar con el terrorismo.

    El derecho constitucional debería ser siempre interpretado de la forma más amplia posible, que no sea nunca disminuido. Es necesario que el TC tenga la sabiduría de verlo, incluso si la oposición no lo quiere ver. Pero para esto, para ir contra la voluntad de los principales partidos, se necesita valentía. Y sin embargo la Constitución está, entre otras cosas, para limitar el poder de la mayoría parlamentaria, por muy amplia que sea, e incluso para limitar el poder de todo el Parlamento.

    Por supuesto, un terrorista que sepa que su llamada va a quedar registrada no llamará. Ni que los terroristas fueran tontos, ya se buscará otra forma de comunicación. Por tanto, la verdadera razón de tal espionaje masivo no puede ser otra que la de espiar a los ciudadanos inocentes.

  • #008
    Xavier Ribas - 3 julio 2009 - 12:46

    Enrique: Tienes razón. La cuestión es que en la red me siento observado y mido mis palabras, y en mi casa no. En la red, mis bits se mezclan con otros bits de delincuentes y terroristas y en mi casa, presumo que sólo estamos mi familia y yo.

    Aunque no dé mi consentimiento expreso, sé que cualquier cosa que haga en la red puede ser registrada, leída y analizada. Igual que sé que en mi empresa pueden estar leyendo este comentario o mi correo electrónico ahora mismo.

    Sé que existe cierta justificación para que ello suceda y en mi caso lo tolero porque hay una finalidad presuntamente legítima y porque tengo medios para evitarlo.

    También es una cuestión de sensibilidad. A mi, por ejemplo, me molesta más oír la conversación telefónica de alguien que viaja en el asiento de atrás en el AVE, que si un miembro del CNI lee mi correo electrónico. Aunque no tenga nada ver, la Agencia Tributaria sabe al céntimo lo que gano y eso me permite aceptar el borrador por Internet y cobrar antes la devolución.

    No me molestaría invitar al Estado a pasear por mi ordenador porque no he desarrollado un sentimiento de privacidad o de defensa frente a un ente inmaterial como el Estado. Sé que soy un bicho raro, pero me preocupa más lo que hace el sector privado que lo que pueda hacer el sector público con mi información.

    Vayamos ahora al mundo de los negocios. ¿Qué pasa si la CIA, la NSA o quien sea, rastrea el correo electrónico europeo, comprueba que una empresa española está a punto de firmar un contrato multimillonario con una empresa china y acto seguido informa a una empresa americana para que realice una oferta competitiva a la empresa china?. ¿Quién merece más reproche?. ¿El Estado que protege a su industria espiando a los competidores internacionales o la empresa que utiliza un medio no seguro sabiendo que puede ser víctima de ese espionaje?. El primero, evidentemente, pero yo me sentiría como un pardillo si fuese la empresa espiada.

  • #009
    Krigan - 3 julio 2009 - 14:09

    #8 Eso que dices de la NSA espiando para favorecer a empresas norteamericanas ya ha pasado.

    Las grandes empresas no son hermanitas de la caridad, y también hay mantenerlas vigiladas, pero el estado es potencialmente más peligroso que cualquier empresa, dado que no estás obligado a seguir las reglas de ninguna empresa, pero sí estás obligado a seguir las reglas del estado.

  • #010
    Sergio Meza C. - 3 julio 2009 - 15:05

    Si reflexionar demasiado acerca de lo que dices, comentaré la primera impresión que se me vino a la cabeza (sin leer ningún comentario previo en relación a este post): hablaré de las impresiones preliminares, soin alambicar análisis, que puede llevarlo a uno a lugares algo engañosos.

    Por un lado defiendes la libertad de bajarse lo que a uno le venga en gana, sin cuidar la propiedad intelectual prohibitiva.

    Y por el otro defiendes tu derecho a la privacidad en el mismo medio, sin derecho a que nadie se meta en lo que haces.

    Hay algo que no me cuadra en esto.

    Si estoy equivocado, agradecido de poder encontrar respuesta en este foro.

  • #011
    Agradecido - 3 julio 2009 - 15:07

    Señor Dans, quiero darle las gracias por el enorme e impagable trabajo que hace todos los días batiéndose, casi en solitario, por una Internet libre.

    La gente aún no se ha dado cuenta de que ésta es la batalla política más importante de nuestro tiempo.

    Un millón de gracias.

  • #012
    Gorki - 3 julio 2009 - 16:01

    Creo que actualmente, si llamas la atención de los poderosos, (y hay varios poderes no solo el político), se vigilará todo lo tuyo que pase por Internet, estate seguro de ello.

    Eso no cambia mucho la situación anterior. Muchas personas tenían una ficha en la Guardia Civil, que se actualizaba periódicamente, que indicaba quienes eran sus amigos y si iba o no a misa, y cuales eran sus vicios, entre otras muchas cosas, solo porque en el hipotético caso de una revuelta social, podría ser líder o dirigente secundario de la misma. .

    Creo qué si uno pasa desapercibido, no tiene el menor riesgo ante estas vigilancias, ni hechas a mano, porque no las tendrá, ni hechas con medios mecánicos, porque no destacará y además siempre hay muchos medios para engañar a estos sistemas como indica #| Xavier Rivas,

    Lo malo es si caes en el foco de atención del poder. Dudo que no haya un solo dirigente de la oposición, al que no le revisen hasta el forro de sus calzoncillos y no solo en la red, desde revisar su basura, a colocar seguidores GPS en su coche o micrófonos en las sedes de su partido.

    Pero eso no es culpa solo del actual inquilino de la Moncloa, sino del sistema que oculta y no penaliza esos procedimientos, como por ejemplo los penaliza en USA (recuedan por qué cayó Nixon),

    Si han controlado las conversaciones del Rey por teléfono, (y nadie fue a la carcel por ello), que no controlarán de cualquiera si se empeñan.en saber que hacemos o que pensamos.

    La unica solucion es pasar desapercibido, por eso propugno el uso de dobles personalidades en todo lo que se pueda.

  • #013
    PPPerez - 3 julio 2009 - 17:42

    #8 «A mi, por ejemplo, me molesta más oír la conversación telefónica de alguien que viaja en el asiento de atrás en el AVE, que si un miembro del CNI lee mi correo electrónico.»

    Joer … con «mentes pensantes» de este estilo vamos apañaos … lo que hay que oír :-((
    No sé que decir ante esto, simplemente me supera.

    «No me molestaría invitar al Estado a pasear por mi ordenador porque no he desarrollado un sentimiento de privacidad o de defensa frente a un ente inmaterial como el Estado.»

    Otro bombazo. Yo tampoco tengo nada que ocultar en mi ordenador ni tengo porque ponerle candados, pero considero que nadie tiene porque meter las narices en él … ahí están mis cosas, es algo personal … punto.

    «Vayamos ahora al mundo de los negocios.»

    Te puedes ir al extremo que tu quieras, pero creo que a la mayoría lo que más nos interesa es la privacidad personal, la de casa. El mundo de los negocios ni es personal ni es «de casa», es otra cosa con mucho más alcance y más diversidad.

    Se suelen confundir demasiadas cosas: que si eres insociable, que si tienes algo que ocultar, etc., etc.
    No, no van por ahí los tiros y Dans lo ha clavado cuando dice:
    «Si el Estado se dedicase a abrirnos las cartas o a poner micrófonos en nuestras casas, nos parecería algo terrible y digno de un régimen opresor y dictatorial.»

    No sé como lo veis los demás pero a mi, por poner una cosa medio tonta, me molesta bastante que el guardia jurado del supermercado no me saque el ojo de encima todo el rato mientras compro, supuestamente porque hay gente que acostumbra a robar.
    Precisamente, porque no le robo, me molesta esa actitud de sospecha … quizás no me molestaría tanto si fuera realmente con la intención de robar.

  • #014
    Mario - 3 julio 2009 - 18:25

    Los nazis desarrollaron una teoría que viene muy a pelo para describir su ciudadano ideal: el llamado «hombre de vidrio», aquella persona transparente que no tiene nada que ocultar ni en sus actos ni en sus pensamientos al Estado, y a quien no le molestaba usar correspondencia abierta ni encontrarse supervisado en sus telefonemas.

    Las sociedades democráticas han rechazado generalmente este modus vivendi y por el contrario restringen el control del Estado sobre sus ciudadanos al espacio público y se abstienen de penetrar en el espacio personal. Ello me permite, por ejemplo, estar desnudo con un grupo de nudistas en la privacidad de un club ad hoc, y a la vez, me impide hacer exactamente lo mismo en en la Plaza Mayor de mi ciudad. Las comunicaciones, asimismo, siempre se han considerado una extensión del espacio personal y gozan por regla general del mismo criterio de privacidad por el cual el Estado se abstiene de toda función de control (salvo las excepciones comprensibles de orden judicial en un proceso de investigación o de seguridad en un régimen carcelario estricto).

    Hasta ahí la teoría, fácil de entender y largo tiempo aplicada en el mundo occidental.

    Sin embargo, Internet supone todo un reto para que los Estados, y sus ciudadanos, pongan en práctica estos principios que diferencian y ponen límites entre el espacio público y el privado, sin caer en el extremo nazi del «hombre de vidrio» pero también sin caer en el otro extremo, casi ciberanarquista y tantas veces recogido de este blog, de asumir que todo lo que transcurre en la red pertenece al campo de lo privado y el Estado ha de abstenerse de toda intervención.

    Con una tecnolgía que se usa a caballo entre lo público y lo privado no es sencillo intrepretar si internet será el último medio de comunicación privada, que le sigue a la carta llevada a caballo por Pony Express, al telegrama, al teléfono, al fax y hasta la video conferencia, o si se trata más bien del último medio de comunicación masiva que englobará y reemplazará en su momento al diario, la radio y a la televisión actuales.

    ¿Cómo debe el Estado tratar Internet? ¿Con el mismo respeto que aún subsiste para el tratamiento de las cartas cerradas y los telefonemas, o más bien con la misma exigencia de responsabilidad civil y penal que involucra cualquier públicación en un medio de comunicación masiva?

    Mi sensasión es que así como existen un espacio público y un espacio privado reales, también se encuentran implícitos en la internet un espacio público virtual, supeditado a las leyes y al control del Estado, y un espacio privado virtual, ajeno a todo tipo de supervisión estatal o uso comercial corporativo.

    No en balde los tres grandes temas de confrontación entre los Estados y la comunidad de internautas, pornografía infantil, piratería y seguridad, se dan precisamente por tomar los espacios virtuales públicos como si fuesen privados, en los casos de pornografía infantil y piratería, o los espacios virtuales privados como si fuesen públicos, en el caso de la seguridad y cibervigilancia estatal.

    Hace poco debatíamos sobre las medidas de los alemanes respecto a la pornografía infantil por internet y resultaba claro que para Enrique y Krigan este delito no se producía en el ámbito de lo público (pese a tratarse de páginas web accequibles para cualquiera con los conocimientos y el dinero suficientes) sino en el ámbito de las comunicaciones privadas. A mi entender, por el contrario, una página web pedófila constituye por sí misma un delito flagrante en el espacio virtual público y susceptible de ser reprimido policialmente con poco menos que su sola detección.
    Delimitar los espacios público y privado virtuales, no sólo evitaría conflictos sobre pornografía infantil o piratería sino que también pondría el coto necesario y aún inexistente a la intevención del estado sobre las comunicaciones y los datos privados que circulan en internet.

  • #015
    Nacho Vegas - 3 julio 2009 - 19:48

    Y yo me pregunto: ¿Qué pasa con las llamadas por IP que hacen algunos operadores y que desconocemos que pasan por Internet?

    Desde luego que pone los pelos de punta el pensar en este tema.

  • #016
    Krigan - 3 julio 2009 - 20:28

    #14 Sigo sin ver el delito flagrante por ningún lado, y sin eso necesitas una orden judicial para cerrar o bloquear una web.

    No veo que esto tenga nada que ver con lo público o lo privado, la mera posesión de pornografía infantil es delito por muy en privado que la tengas.

    Con lo que sí tiene que ver es con los derechos constitucionales. Si fuera de Internet tenemos derecho a que nuestras cartas no las abra nadie (incluyendo el estado) salvo orden judicial, ¿por qué en Internet la policía habría de tener derecho a leer nuestros correos?

    Si poseemos una guardería que publica un folleto de carácter promocional, y fuera de Internet tenemos derecho a que nuestra publicación no sea secuestrada salvo orden judicial, ¿por qué en Internet el censor ha de tener derecho a cerrar o bloquear la web de nuestra guardería?

    Pongo el ejemplo de la guardería porque, en efecto, había 3 webs de guardería en la lista de censura del gobierno australiano. También estaba la web de un dentista que ni se sabe cómo fue a parar ahí.

  • #017
    Vampire weekend - 3 julio 2009 - 22:02

    ¿A quién le parece normal que el estado nos vigile en Internet hasta el punto de monitorizar nuestras conversaciones, nuestros mensajes y nuestra navegación?
    ¿Donde ocurre esto?¿En España?
    Si es así denos más datos.
    ¿No estaba ustes encantado con servicios de geolocalización como latitude? Si, se puede elegir quien me monitoriza, pero (en especial en los sitios gratis) quién me asegura que no dan a terceros esa información?

  • #018
    JLP - 3 julio 2009 - 23:24

    Don Enrique, su artículo plantea una posición “neoliberal anarquista” en la presunta defensa de una Red neutra, libre y fuera de cualquier control del Estado que es totalmente utópica . Por que nodebería olvidar que,el Estado a través de diferentes organismos va estableciendo sistemas de regulación y control, por una simple cuestión: la Red ya es una pieza clave del entramado social, económico, político y cultural del sistema.
    Además, el gran peligro, en el siglo XXI es la la capacidad que están adquiriendo, por primera vez, grandes corporaciones privadas -Google, Facebook,…….- en la recogida de información personal privada y sin ningún control que, casualidades de la vida, defienden la misma posición de Ud.: eliminar -desde una posición neoliberal- cualquier regulación y control que debería asumir un Estado democrático como garante de mis -nuestras- libertades públicas y privacidad.
    Le recomiendo leer y comentar en su calidad de académico:
    http://www.rizomatica.net/la-regulacion-y-el-control-de-la-red/

  • #019
    Kiki - 4 julio 2009 - 00:31

    La verdad es que si se ponen a espiar a alguno van a ver la cantidad de culos y tetas que ven.

  • #020
    Xavier Ribas - 4 julio 2009 - 07:56

    #13 Te has fijado tanto en la letra de la canción que no has oído la música. Vuelve a leer mi comentario, por favor.

    En primer lugar, hablo de sentimientos y sensibilidades, por lo que no hay lugar en mi comentario para «mentes pensantes» ni raciocinios. Tu puedes sentirte parte de una comunidad o no. Sentirte cerca o lejos de lo que hace y decide esa comunidad. Después razonas por qué tienes unos sentimientos u otros.

    En segundo lugar, hablo de picardía, de la habilidad de saber hasta dónde puede llegar el ojo del Estado y en aprender a enseñar sólo lo que quieres que vea. Y si tienes tus cosas disfrazadas, o en otro sitio, ¿por qué no abrir las puertas de par en par?. (Con la tontería de la dialéctica, acabo de inventar el cloud computing de la intimidad).

  • #021
    Juan Carlos (Ciclog.blogspot.com) - 5 julio 2009 - 02:07

    Estimado Enrique: y que podemos hacer al respecto, que va hacer el quinto poder como es considerado por algunos, algunos blogger, si algo se puede hacer considero que lo primero es legalmente que podríamos exigir, luego unirnos y lo más importante. los más influyentes como es tu caso, toca liderar los derechos.
    Saludos

  • #022
    Javier - 5 julio 2009 - 09:34

    Pero si los bits son libres, ¿no estamos rompiendo la neutralidad de la red al impedir que la policía nos espíe? Tratar de impedirlo es poner puertas al campo y no entender la filosofía de la red, que viene a ser que si algo se puede hacer, entonces no se debe prohibir. Si la policía puede espiarnos no debería prohibirse que lo haga, Internet libre!!! (¿o es que la policía tiene menos derechos que los demás internautas?)

  • #023
    Montadito - 6 julio 2009 - 11:31

    Muy bueno Javier, pero Enrique dirá que está sacado de contexto o inventado.

    Algún día Dans nos explicará porqué el puede utilizar lo de «los bits son libres», lo de «las puertas al campo», y lo de que «si algo se puede hacer, no se puede prohibir», contínuamente para apoyar sus exposiciones pero cuando lo utilizamos los tertulianos para llevarle la contraria es que está sacado de contexto o que no nos enteramos.

    ¿Cuando vale y cuando no vale hacer referencia a estos conceptos? El problema es que si unas veces vale y otras no vale, no me parecen argumentos muy sólidos.

    A veces habla de que la riqueza está en los matices, pero yo he leído artículos suyos en los que solo se basa en estos postulados, sin ningún tipo de matiz.

    Muchas de las tesis de Enrique como ideal son geniales y anticipa tendencias que todavía solo empezamos a vislumbrar, pero eso no implica que siempre tenga razón, o que pueda negar argumentos de sus tertulianos simplemente despreciándolos.

  • #024
    Sergio Meza C. - 6 julio 2009 - 16:59

    Me sumo (como preliminarmente expresé algunos comentariosmás arriba), a estos dos últimos comentarios (veo que no fui el último que pensó los mismo): pues podría darse la estratagema de que los que quieren prohibir el acceso a la información de las creaciones «bajables» desde internet, simplemente disfracen sus productos que quieren vender con exclusividad como «información privada y secreta», y ya está.

    Yo creo que la libertad tiene un precio, y este sería que puedas estar sujeto a que te «mironéen»quienes quieran hacerlo.

    La defensa es la baja probabilidad estadística de que se interesen en tí (en cualquiera de nosotros), y por lo demás este espionaje sucede desde siempre; intentar negarlo y combatirlo con las mismas armas que usamos para defender el software libre es como morderse la cola.

    Si al libre acceso a toda la información sea cual fuere, y el que quiera salvarse de esto, que busque el artilugio necesario, a riesgo de fallar.

    Creo que en este caso, Enrique, estás entrando a contradecirte demasiado profundamente.

    Hipótesis preliminar: «Cualquiera debiera tener la libertad de entrar donde pueda y quiera, y debiera ser responsabilidad y ocupación de los interesados en el secreto, quienes se defiendan del mejor modo posible»; mal que mal, YA OCURRE hace años con toda la información. Todos lo sabemos; siempre hay alguien que nos puede espiar; la cosa es que no sea solo El Estado Secretista y Espía (ver Orwell 1994) quien esté facultado para hacerlo.

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