Movilidad y entretenimiento en la estrategia de Microsoft

Me llama la atención ver los mercados en los que Microsoft está siendo últimamente más activo: el entretenimiento y la movilidad. Cuando los combina, de hecho, se siente tan seguro como para pronosticar incluso la muerte del hoy todopoderoso iPod a manos del teléfono móvil, todo un atrevimiento para quien se ha acostumbrado a llegar tarde a los mercados y conquistar la posición que no obtuvo mediante la genuina innovación mediante tácticas competitivas de dudosa legalidad.

El mercado de la movilidad, de hecho, está sirviendo como barrera para la defensa de una cuota de mercado cuyo problema es, muchas veces, qué hacer con sus dispositivos móviles si se cambian a entornos basados el Linux, en los que la integración de los mismos está mucho menos rodada todavía. Con una cuota de mercado elevada en el sector de PDAs y una creciente en el de smartphones, Microsoft podría intentar que esas plataformas, que alcanzan verdadero sentido cuando están sincronizadas con el PC, enfriasen las ganas de muchos usuarios de probar otros entornos de sistema operativo.

En efecto, a Microsoft le puede resultar más fácil competir en mercados donde las batallas se juegan en el terreno de las alianzas entre fabricantes, que hacerlo en aquellos en donde se la juegan a la innovación y las prestaciones. Triunfar en el sector de smartphones supone manejarse en una industria profundamente mediatizada, en la que el poder de fabricantes y operadoras resulta muchas veces mucho más determinante que el interés de los usuarios. Microsoft, además, resulta un socio de interés, como lo ha sido para la industria del PC: cada cambio de versión suele conllevar la necesidad de un cambio de máquina o terminal, razón por la cual los fabricantes lo adoran. Si es capaz de situarse convenientemente en el sector de la movilidad, Microsoft podría repetir una estrategia que ya le es familiar: vencer a productos técnicamente muy superiores (como es el caso de Palm o RIM, sin ir más lejos) mediante el resurso a una estrategia basada en las alianzas con fabricantes y operadoras. Y en el entretenimiento, Microsoft maneja como nadie el atractivo de su DRM ante unos proveedores de contenidos que podrían estar dispuestos a vender su alma al Diablo a cambio de plataformas que controlasen la difusión de copias en ciertos segmentos de usuarios de nivel bajo o intermedio (dando ya el segmento «ilustrado» por prácticamente perdido). Para el software libre, desarrollar plataformas alternativas para infinidad de dispositivos propietarios puede ser un escenario mucho más complejo que el de desarrollar para la conocida arquitectura del PC… como competir en terreno ajeno, con lluvia fuerte y árbitros y jueces de línea untados por el oponente.

En la pujanza de la XBox y de Windows Mobile 2005 hay mucho más de lo que parece. De simples teléfonos y cacharritos para jugar, a salvadores del imperio…

9 comentarios

  • #001
    Julio Alonso - 17 mayo 2005 - 09:19

    Enrique, un pequeño pero a tu analogía entre mundo PC y mundo móvil. En el mundo móvil las operadoras pagan una buena parte del coste de los terminales, y no ven con tan buenos ojos que les aceleren el ritmo de obsolescencia de sus terminales…

  • #002
    Ferran - 17 mayo 2005 - 09:55

    Yo creo que efectivamente, los teléfonos móviles con memorias flash van a situar en muy mala posición a los Ipod. De hecho el negocio no es tanto Ipod, sino Itunes. Uno de los movimientos de Apple podría ser aliarse con Sony (tiene teléfonos móviles) y situar Itunes en los móviles. EL problema es, tanto para los planes de Apple como para los planes de Microsoft uno: Symbian.

    Si la venta de música hace dinero, y los móviles pueden llevarla, ¿cuánto tardará symbian en crear una tienda on-line-o-algo para vender música para sus móviles que te descarges vía ordenador/via UMTS/GPRS o lo que sea?.

    La única desventaja de los móviles es la momentánea falta de popularidad de los UMTS y compañía (por razones como el precio, que comentas con frecuencia en tu blog) y por la falta de costumbre de conectar el móvil con el ordenador…

    Ya sé que la convergencia no está de moda, pero que se lo cuenten a Palm y a Sony que ha dejado de fabricar Clie (excepto por el mercado de GPS la Palm no son ni sombra de lo que fueron, ni las Windows CE, claro).

    ¿Llevar un móvil + agenda + Ipod? Muchos cacharros, pocos bolsillos. Poco espacio para meter tanta cosa. La gente tiende a no comprarse ropa con más bolsillos, sino a comprar cacharros que le hagan más cosas. Porque hay un espacio límite en los productos ‘que van con nosotros’. ¿Otra prueba? Más pequeño es un móvil, más lo prefiere la gente. El espacio con que uno cuenta para almacenar cosas es escaso, y el Ipod tiene todas las de perder: la gente puede dejar de escuchar música en un Ipod, pero no está por dejar de recibir/hacer llamadas con su móvil.

  • #003
    Ferran - 17 mayo 2005 - 09:56

    El espacio para llevar cosas portátiles es un bien escaso ;)

  • #004
    Antonio - 17 mayo 2005 - 10:45

    Enrique, si un día te aburres y no sabes qué postear (¿te pasa alguna vez???), me gustaría saber tu opinión de manera más elaborada sobre este tema que mencionas:

    «Microsoft maneja como nadie el atractivo de su DRM ante unos proveedores de contenidos que podrían estar dispuestos a vender su alma al Diablo a cambio de plataformas que controlasen la difusión de copias en ciertos segmentos de usuarios de nivel bajo o intermedio (dando ya el segmento «ilustrado» por prácticamente perdido)»

    Más por el principio que por el final, que quizá se puede extrapolar de otros posts que haces.

  • #005
    dan3 - 17 mayo 2005 - 10:49

    comparto tu previsión acerca de los móviles, con las salvedades comentadas.
    off topic: el trackback (manual) aquí corresponde al post siguiente ¿cómo puedo retirarlo?

  • #006
    Iñigo González - 17 mayo 2005 - 22:22

    El cliente de un fabricante de teléfonos móviles es una operadora, no el usuario.

    A los fabricantes les interesa ofrecer un producto muy diferenciado que obligue al usuario a permanecer con ellos. Este es el caso de Blackberry, que permite además a la operadora vender «professional services» para integrar la Blackberry en el MsExchange o Lotus Notes de la empresa.

  • #007
    ACid - 17 mayo 2005 - 23:35

    La frase del «maestro» Michael Porter «El outsourcing conduce al fracaso» tenía cierto saborcillo a frase del maestro Yoda («el miedo conduce a la ira, la ira conduce al odio, el odio conduce al sufrimiento»)…

    Pero es ahora cuando lo he visto claro: después del «ataque de los clónicos» y alguna amenaza fantasmilla (con Martin Taylor representando a Darth Maul… y el que no se lo crea que vea la foto digna del Pulitzer)… ¡llega la hegemonía del Imperio frente a la república!
    (república = «cosa pública» = Public License, soft libre, etc… )

    Enhorabuena Teniente Dans.
    Fdo: Forrest Gump

  • #008
    A.A. - 18 mayo 2005 - 08:28

    La gente no siempre quiere tener todo junto. ¿Cuántos dispositivos incluyen la hora? ¿Cuánta gente va sin reloj por ello?

  • #009
    Chemape - 18 mayo 2005 - 10:00

    Comparto las observaciones de Enrique sobre la estrategia competitiva de Microsoft desde su posición dominante en la plataforma Windows. Lo que creo que debería suceder es que, como el acceso a la información es un bien público, los gobiernos (de los ciudadanos) tendrían que asegurar la universalidad del servicio facilitando la ubicuidad del acceso y la interoperabilidad entre sistemas. Ello podría hacerse mediante estándares o código de dominio público ¿de manera análoga a lo que algunos hacen potenciando Linux?. También conviene darse cuenta de que las administraciones públicas y sus entes económicos suelen tener mucho poder de compra. :)

    Me resulta curioso recordar que, a finales de los 80, los fabricantes de informática decían que un SO era abierto cuando era portable, escalable e interoperable. Creo que Microsoft, con otro concepto de abierto en la Sociedad de la Información del s.XXI, no llega ni a lo del pasado ‘lejano’.

Dejar un Comentario

Los comentarios están cerrados