Eco, libros e Internet

Leo en El Mundo, pero en la edición impresa (página 4, no lo vinculo porque es de pago) un interesante artículo de Umberto Eco traducido literalmente del original publicado en L’espresso acerca de la reciente propuesta del gobierno italiano de sustituir los libros de texto por acceso a Internet en las escuelas y listas de vínculos a materiales recogidos directamente de Internet. El autor se posiciona en contra, esgrimiendo el argumento de que Internet es un buen complemento, pero no un sustituto del libro tradicional. El libro de texto, por así decirlo, propone una selección de la información en el maremagnum de toda la información presente en la Red, y proporciona además una accesibilidad superior para el presupuesto de las familias.

Estoy profundamente en desacuerdo. Dar al autor o editor del libro de texto la libertad de elegir que contenidos e interpretaciones deben prevalecer sobre otros me parece abrir la puerta a barbaridades del tipo de las que pueden leerse en «La historia que nos enseñaron«, de Juan Luis Abós. Frente a semejante arbitrariedad, Internet ofrece la posibilidad de acceder a un sinnúmero de páginas de manera eficiente, desarrollar una «lectura en diagonal» como la que muchos hacemos todos los días de la media de treinta fuentes de información que consultamos para leer las noticias (lectura que es preciso educar y desarrollar convenientemente), y una profundización posterior en las páginas escogidas. No me queda más remedio que estar de acuerdo en el tema de la accesibilidad: Internet aún resulta una opción más cara que el libro de texto (diferencialmente más cara, sobre todo en los escalones bajos de nivel de renta o en países en los que la mera conectividad ya supone de por sí un auténtico lujo) . Además, si con el estado actual de la tecnología, los estudiantes tuviesen que leer en pantalla todo lo que hoy estudian en sus libros de texto, desarrollaríamos sin duda toda una generación de astigmáticos. Pero salvados esos detalles, para mí de pura madurez de la tecnología, defender la supremacía del libro sobre la Red me parece anacrónico, como defender la de los carromatos sobre el ferrocarril. Y defender la fuente única y arbitraria frente a la pluralidad de fuentes, me parece más peligroso todavía.

Signore Umberto, disiento con su interpretación. Creo que la transición del libro a Internet es buena, y que es simplemente cuestión de tiempo que se pueda desarrollar con un mínimo criterio de accesibilidad y justicia social. Sin embargo, el conjunto de habilidades que habrá que enseñar llegado ese momento a nuestros escolares será notablemente diferente. Si no se adecúan las «herramientas» a su disposición, hacer un trabajo será, para ellos, simplemente cuestión de un mero CCCP (nada que ver con la extinta Unión Soviética, sino con Ctrl-Copy, Ctrl-Paste) sin el más mínimo criterio. Ante un crecimiento hiperbólico de las fuentes de información a su alcance, resulta esencial enseñar a las personas a navegar, leer rápidamente (skim, que dicen en inglés), y escoger las interpretaciones adecuadas, más que enseñarles que lo que está en el libro de texto es la verdad única y verdadera.

3 comentarios

  • #001
    Antonio Ortiz - 15 agosto 2004 - 11:39

    Hombre, creo que además habría que estudiar como influye el soporte en la adquisición de conocimientos. Quizás sea un prejuicio, pero me da la impresión de que me es más fácil aprender con un libro no electrónico que con uno que sí lo es.

  • #002
    Enrique Dans - 15 agosto 2004 - 12:00

    Sí, yo te diría en función de mi modesta experiencia, que sí que creo que tiene algo de prejuicio. Estamos acostumbrados a imaginarnos el material de aprendizaje electrónico como una larga lectura homóloga a la del papel, pero en un soporte como el de la pantalla, que provoca un cansancio mayor. No tiene porqué ser así. Los materiales interactivos pueden provocar una interacción mucho mayor que el papel, una implicación muy superior en el aprendizaje, y una oportunidad de fijar los conocimientos de manera ventajosa mediante ejercicios, pruebas intermedias, autoevaluaciones, etc. Lo hemos visto en los cursos de e-learning del Instituto (si un amigo de esos de verdad me pidiese hoy una recomendación de un curso en el Instituto, sin duda le recomendaría un e-learning, y aquí no intento vender nada) y lo hemos podido ver igualmente con los críos en la experiencia de Ariño. El soporte electrónico proporciona una versatilidad muy superior que el papel, siempre que, claro está, adaptemos los contenidos al mismo.

  • #003
    Javier G - 17 agosto 2004 - 22:21

    Puedo dar fe personalmente, que el e-learning es un gran método de enseñanza. A las ya conocidas ventajas de flexibilidad lugar-tiempo, se une un aspecto que para mi era desconocido, la gran calidad de la enseñanaza de la que destacaría 2 aspectos:

    -Mayor nivel de profundidad en las diferentes materias y en especial en la discusión de los casos prácticos.

    -La interactividad de los materiales que provoca un mayor aprendizaje y motivación en el alumno.

    En este último año, que he cursado el Executive MBA Presencial/Online del IE he podido comprobar que el aprendizaje de gran parte de las materias del Master (exceptuando Finanzas y similares) era muy superior en el periodo online que en el presencial.

    Por cierto uno de mis compañeros ha inagurado un nuevo blog: alfredolopez.blogspot.com. Será el efecto Dans??? :-)

Dejar un Comentario

Los comentarios están cerrados